He encontrado el siguiente enlace dedicado a los u boot:

https://www.u-historia.com/

Saludos, y feliz año a todos

Pongo a continuación una texto sobre la forma de trabajar con los U-boot donde se embarcaban los temibles lobos grises, y que hicieron afirmar a Churchill aquello de "Lo único que realmente me asutó durante la Guerra fue el peligro de los submarinos alemanes".

"Nuestro único objetivo es hundir naves enemigas, donde estén y de cualquier tipo que sean. Y debemos hundirlas sin sufrir pérdidas importantes. Para hacer esto hace falta usar el cerebro, la astucia y la sorpresa, que siguen siendo los factores determinantes del arte de la guerra. Debemos atacar, atacar y otra vez atacar." Karl Dönitz

Una vez formada una nueva tripulación, incluyendo una mezcla equilibrada de novatos y marinos con cierta experiencia, se les asigna un U-boot todavía en construcción. Se inicia aquí una etapa dividida en varias fases, con una duración total de alrededor de 3 meses, que une indisolublemente a los hombres con su nave:

- Baubelehrung. El comandante y su tripulación visitan el astillero y, comenzando desde la quilla, colaboran con los obreros, familiarizándose con las diferentes secciones, su funcionamiento y sus particularidades. Es un proceso muy útil que permite conocer a fondo las interioridades y “secretos” del submarino, cómo actúa, por qué se avería, cómo se repara, etc.

- Unterseebootabnahmekommando (UAK). El U-boot pasa una serie de pruebas y evaluaciones técnicas (navegación, inmersión, etc.) que certifican su correcto funcionamiento.

- Tecnnische Ausbildungsgruppe für Frontunterseeboote (Agrufront). Una vez aceptado y ya comisionado en la Kriegsmarine, el submarino y su tripulación inician un período de entrenamiento en condiciones similares al combate. Normalmente un oficial veterano les acompaña actuando como “instructor” ocupándose de forzar situaciones extremas, observando y corrigiendo las acciones de la tripulación. Al finalizar esta fase el submarino es devuelto al astillero donde se realizan los últimos ajustes.

- Indienststellung. Ceremonia de entrega a la marina alemana, en la que el nuevo comandante dirige un discurso a la tripulación y algunos representantes del astillero y sus trabajadores. A todos los efectos el submarino es ahora un arma puesta al servicio de la Ubootwaffe. A partir de aquí se dirige a la base asignada para ser abastecido e iniciar su carrera.

Existe un último proceso que no consta oficialmente en libros ni documentos. Denominados por algunos como Seelenfang, implica la absoluta fusión de todos los miembros del U-boot otorgándole su mayor eficacia operativa. No existe ya una obediencia ciega, sino un deseo incondicional de seguir a su comandante partiendo de un respeto y confianza absolutos. Esta fase de reconocimiento mutuo varía según el carácter de los hombres y las circunstancias del servicio, en ocasiones ni siquiera se cumple.

Con el comandante, algunos oficiales y parte de la tripulación impecablemente formados en cubierta y acompañados por la música de una banda que toca alegres marchas desde el muelle, los lobos grises parten entre aclamaciones hacia una nueva misión de caza. Sin embargo la realidad no es tan glamorosa, la vida a bordo de un submarino no tiene nada ni de sencillo ni de cómodo.

Después de avituallarse con combustible, unas 14 toneladas de víveres y torpedos, los U-boot cumplen cruceros que promedian unos 3 meses de duración. Normalmente navegan en superficie para no agotar las baterías manteniendo una velocidad de unos 10 nudos utilizando los motores diesel, esta posición les sitúa sin embargo a merced de los elementos: en un mar agitado el cocinero no puede utilizar sus fogones y deben comerse viandas frías durante soportando mareos continuos, además una ola puede barrer a los hombres de vigía en el puente sin que nadie lo note. En el interior las tripulaciones ocupan estrechos aposentos atestados de maquinaria, instrumentos, alimentos o torpedos y duermen en planchas encima de los proyectiles hasta que éstos se utilizan, dejando entonces espacio para literas o hamacas.

Los motores hacen subir la temperatura dentro del casco de presión rozando en ocasiones los 50º C, el aire se vuelve sofocantemente rancio y la humedad acompaña al submarino durante toda su travesía. Los alimentos frescos se pudren rápidamente, pronto la higiene desaparece y las barbas comienzan a crecer, escasea el agua dulce, no hay duchas y nadie se baña durante una patrulla a menos que se navegue en zonas cálidas; un tufo indefinible lo impregna todo, es una mezcla de sudor y olor de las sentinas, letrinas, cocina, moho y gasoil, mezclado con la colonia al limón que usan la cincuentena de hombres para eliminar la costra de sal marina de sus cuerpos. No existen ni la intimidad ni la tranquilidad, siempre hay luces encendidas, ruidos desde la sala de radio, el omnipresente traqueteo de los motores y el zumbido de las válvulas de entrada del aire. Para combatir el tedio se organizan actividades a bordo, se juega a las cartas y al ajedrez, se escucha música (el jazz está muy de moda) conectada a los altavoces desde el gramófono de la nave, se leen libros y revistas; todo es bueno para entretenerse, incluso pasar un par de horas arrancando el moho de los hogazas de pan negro de la marina.

La disciplina se relaja pero no se conoce caso alguno de motín o de conflictos graves a bordo de un submarino. El comandante es la figura que aglutina su espíritu, se sienten orgullosos de él y la nave funciona con un único propósito, todos confían en sus camaradas, todos conocen sus obligaciones y cumplen con su deber. No puede ser de otro modo, dependen los unos de los otros y un error o un acto de desidia puede llevarlos a la muerte dentro del ataúd de acero.

Los turnos rotatorios se dividen generalmente en 8 horas de servicio, 8 de sueño y 8 de actividades diversas. Los serviolas, un oficial (Wach Offizier) y de 4 a 6 hombres permanecen 4 horas en el puente. El personal de máquinas, uno de los puestos más duros y desagradables, se releva cada 6 horas librando de otras obligaciones. Al llegar a la zona de patrulla el ansia de la caza perturba a los hombres. Inmersiones para utilizar los sistemas de detección por sonido del submarino son habituales, en superficie los prismáticos escudriñan el mar y el cielo en busca de contactos.

Al grito de ¡Auf Gefechstationen! (a los puestos de combate), o al más urgente de ¡Alarm! los hombres en el puente se abalanzan literalmente hacia el interior por las escotillas asegurándolas firmemente, el submarino comienza a sumergirse mientras el personal libre de servicio corre hacia la proa para servir de contrapeso y acelerar la maniobra, una tripulación bien entrenada puede conseguir llevar al fondo a un tipo VII en unos 20 segundos, los motores eléctricos sustituyen a los diesel y la nave se nivela a profundidad de periscopio utilizando los hidroplanos, el timón de profundidad y un preciso llenado de los tanques de lastre. El experimentado Unterwasserhorcher (escucha submarino) intenta centrar el objetivo e incluso distinguir si se trata de un carguero o un buque de guerra.

El comandante observa por el periscopio de navegación y calcula sus posibilidades; si la zona es segura puede llevar de nuevo el submarino arriba, especialmente de noche, e intentar un ataque en superficie. Si se decide por esta posibilidad se arrancan los motores diesel, todavía en inmersión, y se dirige su escape hacia los tanques para ahorrar así aire comprimido expulsando el agua, la nave emerge y una dotación ocupa rápidamente el puente. El I Wach Offizier (WO) ajusta el UZO (U-bootzieloptik), conectado directamente al calculador de tiro (TDC), y el submarino maniobra para colocarse en una buena posición de ataque.

Si por el contrario es más recomendable intentarlo sumergido el comandante y el I WO suben hasta el periscopio de ataque, situado en la torre entre el puente y la Sentarle (sala de control). Mientras el primero encuadra las miras y las escalas de alcance y dirección, el segundo maneja el TDC con la ayuda de varios diales graduados, los datos aparecen en rojo, amarillo, verde, negro y blanco según el tipo de información que proporcionan.

Los torpederos se afanan sobre el monstruo de 7 m y tonelada y media de acero recubierto de grasa, comprueban los sistemas de disparo, guiado, propulsión y la correcta presión del aire comprimido acumulado en su interior o en caso de que sea eléctrico la adecuada carga de las baterías. Después lo introducen meticulosamente en el tubo donde una serie de pernos de acero deben encararse milimétricamente con unos orificios en el propio cuerpo del arma, por estos pernos pasan los datos recibidos del TDC que marcan el ángulo de salida, la profundidad y el tipo de detonador a utilizar, ya sea magnético o de contacto.

La orden “¡Torpedo Los!” (lancen torpedo), o bien la más escueta “¡Los!” dispara el “Aal” (anguila) hacia su objetivo. En caso de un lanzamiento simultáneo de varios torpedos debe aumentarse proporcionalmente el volumen de los tanques de lastre, evitando que la súbita liberación de peso eleve bruscamente al submarino hacia la superficie. Todos aguantan la respiración mientras en el cronómetro manual pasan los segundos. Los problemas con los detonadores son muy frecuentes, en ocasiones el giroscopio que marca la profundidad del torpedo no actúa como es debido y, simplemente, pasa varios metros por debajo de la quilla del blanco. Sin embargo, si nada de esto de produce y los cálculos han sido correctos una sorda explosión llenará de júbilo a los lobos grises. Otra exploración de la zona con el periscopio y suben a la superficie. Si es necesario el agonizante navío es finiquitado con unos cuantos disparos del cañón de cubierta.

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Mucho más complicado es sortear una pantalla protectora de escoltas y golpear un convoy, pero lo más duro es soportar un ataque ASW (antisubmarino) en inmersión.


Los “pings” del ASDIC (sónar) hielan el corazón de los tripulantes, llega un momento en que oyen perfectamente las hélices de destructores o corbetas pasando sobre sus cabezas seguidas de una serie de siniestros chapoteos. Las cargas de profundidad agitan el submarino como si fuese un corcho, la estructura entera cruje, bombillas, indicadores y válvulas revientan, si alguna carga explota lo suficientemente cerca puede resquebrajar el casco de presión llevando a sus ocupantes a un final horrible.


Constantemente se varía de profundidad y dirección mientras los motores ronronean al mínimo de revoluciones intentando desconcertar a los perseguidores, nadie habla, nadie se mueve. Pasan las horas y el aire del interior comienza a corromperse; se utilizan entonces los “Kalipatrone”, unas cajas unidas a un respirador que contiene un cartucho de potasa para filtrar el dióxido de carbono dominante.


El pánico puede llevar al temido “Blechkoller”, la neurosis de la lata de conserva, una forma de tensión nerviosa que conduce a los hombres a una violenta histeria. El comandante debe mostrar aquí su nivel de liderazgo y mantener la calma con experiencia y frialdad, pero no es extraño que si tienen la inmensa suerte de sobrevivir suban inmediatamente a superficie, las escotillas se abran y una violenta bocanada de aire fresco les devuelva a la vida.
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Durante el regreso nadie se relaja pero ahora la alegría aflora en los cansados rostros. Si la patrulla ha sido exitosa pintan banderines representando el tonelaje de buques hundidos, luego entran al puerto de origen luciéndolos con orgullo en la torre.


Les reciben con honores, es posible que incluso con alguna condecoración, para luego gozar de su mejor premio: un permiso de unas dos semanas, tan sólo un pequeño retén (que se organiza de manera rotativa) permanece a bordo.


La paga es similar a la del resto de la Kriegsmarine pero los extras y pluses casi doblan el total.


Un tren (BDU Zug) especialmente organizado les transporta directamente a sus hogares con sus familias… hasta la próxima misión.





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Dificil resulta encontrar un tema que no haya sido tratado en este foro, lo cual dice mucho en su favor, por lo que es posible que se repitan cosas en distintos sitios por distintos autores.

Este hilo lleva inactivo mas de un año pero creo que es el que más se adapta a mi propósito.

Haciendo limpieza encontré un libro que creia perdido "Así fué la guerra submarina (So war der u-boot´krieg)" de Harald Busch

Después de hojearlo no he podido resistir la tentación de transcribir una parte del prólogo (escrito en 1952) y unos datos generales

"De los 39.000 oficiales y marineros que combatieron a bordo de los 820 submarinos, 32.000 encontraron su tumba en el fondo de los mares. Desde el principio al fín lucharon sin desmayo contra el creciente poderío enemigo, y en este aspecto puede decirse que su hazaña es única entre todos los hechos de armas de las fuerzas alemanas"

No está mal la proporción de bajas

Y algunos datos

Alemania disponía de 57 submarinos al empezar la guerra de los que solo 22 eran aptos para operar en el Atlántico (Tipo IX, de 740 toneladas y tipo VII, de 500)

El resto eran unidades pequeñas del tipo II, costeros de 250 toneladas

Hubo momentos en que solo dos o tres submarinos estaban en la zona de operaciones y en la Navidad de 1940 únicamente había uno

Desde el 1º de septiembre de 1939 hasta el 8 de mayo de 1945 fueron puestos en servicio otros 1.113

Del total de 1.170 submarinos, 820 combatieron sin descanso hundiendo 138 buques de guerra, averiando 45 desde acorazados y portaaviones a patrulleros así como 11 cruceros auxiliares

Enviando al fondo del mar 14.119.413 toneladas de registro bruto de un total de 2.779 barcos.

630 se perdieron en en las zonas de combate por diversas causas
81 en puertos por minas y ataques de aviación
42 en accidente.
Total 753

Los datos son del autor con el añadido, hecho por el traductor, del de los oficiales procedente del almirante Doenitz

Un saludo
Antonio

Libro entretenidísimo reeditado recientemente por Juventud junto con los de Luis de la Sierra. En su momento encontré algún gazapo, lógico si se piensa en que las "fuentes" para contrastar no eran tan abundantes entonces como lo son hoy.

Comparativa submarinos:

Clase/Pais Trip. Desp. sup/sub E/M/C Vel Sup/sub.kmh Tubos/torpedos Armamento Aut. sup/sub a .8.52 kmh

VIIC/Alemania/1943 52 1016/871 67.1/6.7/4.74 17.7/7.6 5/14 1x88mm,1x20mm 14.500 a 18.5 kmh/125 a .8.52 kmh

Brin/Italia/1938 58 1266/769 72.4/6.7/4.55 17.3/8 8/12 1x10mmn, 4x13.2mm 18.503 a 18.5 kmh/144 a .8.52 kmh

C-1,Japon,1940 101 2564/3701 108.6/9/5 43.52 8/20 1x140mm,1x25mm 25.928 a 23.5 kmh/?

Gato,USA,1941 60 1526/2424 95/8.3/4.6 37.9/16.2 10/24 1x102mm,2x 12.7mm,2x20mm 22236 a 18.5 kmh/125a 7.4 kmh

Tipo T1,GB,1940 56 1090/1573 83.8/8.1/3.65 28.2/14.8 10/16 1x102mm, 3x7.7mm 7041 a 18.5 kmh/?

Tipo T 3, GB, 1941 52/61 1422/1571 83.4/8.1/3.65 28.24/16.2 13/16 1x102mm,1x20mm, 3x7.7mm 7.041 a 18.5 kmh/128 a 7.4kmh

Hay varios aspectos que se suelen obviar en las comparaciones entre submarinos, entre ellos, la electrónica. Puede que un "Gato" americano no tuviera el alcance de un sumergible japonés o de un IX alemán, que sus torpedos fueran defectuosos e insignificantes al lado de un "Long Lance" japonés o que estuviera a años luz al lado de un XXI alemán.

Sin embargo, el radar convirtió a los sumergibles norteamericanos en los mejores cazadores de sumergibles enemigos, permitió aumentar enormemente la capacidad de localización de blancos (recuerdese cómo se localizó la flota de Kurita antes de Leyte) y, por ende, aumentó el rendimiento individual de cada nave (menos tiempo perdido para localizar blancos).

Lo de los torpedos defectuosos alemanes/norteamericanos es de un ridículo absoluto. Si fue por ineptitud del alto mando, por confianza excesiva o por falta de experiencia (recuerdese que los U-Bootes ya dispararon sus torpedos durante la guerra civil española), lo cierto es que no recuerdo que a ningún responsable se le "pidieran explicaciones" por el asunto.

O que los japoneses no aprendieran nada de sus "aliados" alemanes, cuando éstos llevaban dos años y medio machacando con éxito las líneas de transporte de sus enemigos, es como mínimo, avergonzante.

También sería interesante repasar si la utilización de los sumergibles en tareas alternativas, por ejemplo, los alemanes como puestos meteorológicos o los americanos para el rescate de tripulaciones aéreas, estaría justificado.

Buenas.

El Sindrome de la lata de conserva.
No es que la comida en lata sea consecuencia de una u otra dolencio, no, es otra cosa.

Es el "Blechkoller".

Aparecia poco a poco, a causa de la falta de ventilacion, calor, sensacion de claustrofobia, tension, el dioxido de carbono, malos olores, falta de intimidad, y para los fumadores la dificultad de ejercer su aficion...

Aparecia lentamente, hasta crear cuadros medicos serios, que podian imposibilitar la correcta ejecucion de ordenes sencillas por los afectados, hasta la incapacidad total del afectado.

Ya en la primera guerra mundial los germanos descubrieron sus efectos.

Creo que ese síndrome se llama tambien "mamparitis" es una causa de errores increibles entre otras cosas.

Buenas.

Un añadido:

Las tripulaciones de los submarinos alemanes solian ser reclutadas entre la marineria con experiencia previa en la marina.
El origen de los marineros era de lo mas variado, habia de todas partes de Alemania, no solo de las zonas costeras, tambien del interior en gran proporcion.
Eso si, uno de los requisitos era poseer una salud robusta, poseer un expediente judicial limpio, y no ser afiliado a partido alguno, al menos al principio, luego los nazis, cambiaron eso, pero aun asi no era en general la marina y el arma submarina en particular un arma politizada, como por ej. el ejercito del aire.
Doenitz se ocupo de que no hubiera un excesivo celo filonazi en los submarinos.
De hecho no autorizo la presencia de representantes oficales del partido nazi a bordo, el equivalente del comisario.

La fidelidad de las tripulaciones debia ser hacia sus camaradas y oficiales ante todo, creando asi un espirito de cuerpo de fuertes lazos, mas que en otras armas.
No pocos nazis convencidos, vieron mudar sus fidelidad del furher hacia sus camaradas, cerrando los ojos antes bromas, comentarios despectivos hacia el lider, que en tierra hubieran sido denunciados ipso facto.

Es conocido el caso del Kapitanleutnant Reinhard Suhren, que hundio 95.544 tons con 18 buques y averio 28. 820 tons con 4 buques, que atracando con el U 564 en Brest, apercibiendo entre las autoridades presentes en el recibimiento a cabezillas del partido, pregunto a los del muelle a viva voz si aun estaban los nazis en el poder, recibiendo un si como respuesta, ordenando de viva voz que entonces se diera marcha atrás a toda maquina.

Luego el candidato debia poseer unas habilidades que le permitieran desarollar su labor con eficacia, prefiriendo a los que poseian conocimientos tecnicos previos a los que no.
Asi era mas facil ser admitido si sabias mecanica, electricidad a si sabias pintar o recitar.
Pero no era un factor esencial, siempre habia marineros que sin poseer conocimientos previos eran elegidos por su capacidad de adaptacion.

El factor psicologico tampoco era poca cosa, la falta de espacio, las condiciones de vida a bordo, requerian de temperamentos especiales, sobra decir que los nerviosos y buscarazones sobran.

Luego cada marinero debia ser capaz de desarrollar mas de una funcion a bordo, para asi suplir la falta de algun mienbro y que la eficacia del submarino no se resintiera por las bajas a bordo.

Otro factor importante era la estatura y corpulencia del candidato, no debia ser alto ni corpulento, el espacio a bordo era reducido, asi que las cabezas solian tener la mala costumbre de chocar contra el submarino, y pasar por las compuertas exigia una esveltez especial.
La edad tambien influia, lo ideal era tener entre 18 y 24 años

Como servir en el arma submarina era una actividad de alto riesgo, mezclada con algo de peligro, los destianados a ella solian gozar de mas libertades que en otras armas.
Asi por ej, se permitia una alto grado de libertad en la forma de vestir a bordo, buscando asi el maximo confort de la tripulacion, la disciplina era relajada, pero no nos confundamos, era mas un asunto de autodisciplina, conscientes los marineros de pertenecer a una elite, siendo capaces de obedecer al instante, sin rechistar, cualquier orden dada.

Como que Doenitz exigia lealtad, coraje y sacrifio, en cambio les otorgaba libertad de accion, cubriendo los excesos de sus hombres en tierra, asi las libertades y comodidades que gozaban las tripulaciones eran la envidia del resto de la gente armada.

No faltaba el jefe ocasión de recibir en persona a los submarinos que volvian a puerto, incluso dispuso transportes especiales, hasta su propio tren, para que las tripulaciones no perdieran ni un solo dia de permiso.

-Boat U-1
La quilla del U-1 fue botada a principios de 1905 y despues de algunos retrasos debido a problemas suscitados en el diseño de los motores y mejores adicionales, entro en la fase de produccion final siendo botado en Agosto 4 de 1906; a pesar de mucho parecidos con los suministrados a los rusos, el U-1 contaba con una serie de mejoras avanzadas. El 14 de Diciembre fue entregado oficialmente a la Marina Imperial alemana, naciendo el Arma Sumarina alemana [U-Boatwaffe]. Durante año y medio, este buque realizó toda clase de pruebas. El U-1 estaba impulsado por un motor de parafina de dos tiempos, desplazaba 238 toneladas, con un tubo lanzatorpedos y tres torpedos.

De hecho, por sus características, no era más que un torpedero, con la ventaja de la invisibilidad de la inmersión.

Durante la Gran Guerra, realizó dos patrullas -costeras-, pues no era estable al parecer en alta mar. Actualmente está expuesto en el Museo Deutch de Munich.

Un saludo.

Me enviaron el siguiente enlace sobre fotos de submarinos alemanes (333 fotos). Sobre la barra roja con fondo amarillo se ven más fotos e información.

Me parecio éste el lugar adecuado, para no abrir un nuevo hilo.

Lamentablemente, por una extraña razón cibernética, al hacer clik sobre las fotos para verlas más grandes aparece una página comercial de "ebay". De todos modos la página se ve bien

https://centroeu.com/uboote/fotos2.htm

Saludos

Saludos a todos


Si me lo permiten, con el respeto debido al gran trabajo que acabo de leer y como humilde apoyo documental a lo que hasta ahora he leído en este hilo, me gustaría recomendar el libro autobiográfico del Almirante Karl Dönitz, "Diez años y veinte días", Ed. La esfera de los libros, 2005; en el original "Zehn Jahre und Zwanzing Tage. Erinnerungen 1935-1945".

En él pueden apreciarse las estrategias planteadas por Dönitz desde bastante antes del comienzo de la Guerra, su convencimiento de lo prematuro de la declaración de guerra a Inglaterra (el 4 de Diciembre de 1939, mientras un grupo de oficiales de submarinos se felicitaban por el fracaso del primer ataque aéreo inglés contra las esclusas de Wilhemshaven, les comunicó: "¡Tomen ustedes esta guerra muy en serio! No se les oculte que será muy larga, que durará quizá siete años y que podremos darnos por muy contentos si acaba con un empate"), de su preocupación por el problema de los fallos de los torpedos comentado anteriormente en este foro y las medidas que pudo (¿o lo dejaron?) adoptar, de su política de motivación al personal (recordemos que el 80% de los tripulantes perecieron), las luchas internas contra el propio gobierno alemán para acelerar y mejorar los programas de construcción de submarinos, la preparación estratégica y táctica de la batalla del Atlántico, sus impresiones a lo largo del desarrollo de la batalla, y un largo etcétera que constituye una fuente de documentación de primerísima mano que se me antoja imprescindible en este tema.

Y como colofón, decir que está escrito de una forma realmente amena y humilde, fácil de leer y entender hasta por mí.

Sólo una pequeña apreciación sobre las memorias de Dönitz.

Como la mayoría de las escritas por ex-militares y ex -dirigentes nazis tras la guerra yo las leería con ciertas reservas debido a la auto-exculpación que en mayor o menor medida tratan de hacer de si mismos. No digo que no sea normal pero algunas veces el asunto pasa de "castaño oscuro".

En este caso es curioso que un nacional socialista convencido incluso en fechas tan tardías como los días posteriores al atentado del 20 de julio del 44 hiciera manifestaciones muy tajantes a favor de Hitler y como había salvado a Alemania de los muchos peligros haciendo especial mención al los judíos como gran problema.

Incluso tras ser nombrado sucesor del Führer a la muerte de este declaró que estaba convencido de continuar la guerra, sabiendo como estaban las cosas por aquel entonces en Alemania.

Tras estos dos ejemplos, en sus memorias lo que encontramos es un ejercicio de maquillaje al que se dedicaron los altos mandos alemanes tras la guerra.

Bien es cierto que no llega a los niveles de Manstein en sus "Victorias Frustradas", el cual es el principal ideólogo de la teoría de post-guerra sobre la supuesta honorabilidad de la Wehrmacht, pero como todos cuenta la feria según lo que le interesa.

De otra manera el libro está muy bien ya que en lo tocante a otros asuntos, como es fuente primaria, tiene lógicamente cosas muy interesantes.

Espero que se me entienda la pequeña crítica a este tipo de libros.

Un saludo.

Un saludo.

¿Dönitz? Pero si no se enteró de la guerra...como estaba siempre dentro de un submarino.

Parece de chiste, pero excusas similares, como muy bien dice don Pedro Menendez, fue esgrimida por nazis, pero nazis, nazis. Hace poco ha salido a la luz el escándalo de Albert Speer, que siendo ministro de armamento nazi, nunca se enteró de las desdichas de los pobres presos de los campos. Nunca se enteró aunque calculase personalmente el coste de cemento y acero de sus instalaciones, crematorios incluidos.

Hubo un poco de consentimiento de escaqueo, lo hubo.

Saludos