Se trata de una de las victorias menores de la flota italiana sobre la británica, con una gran superioridad de medios de combate de los italianos en relación a los empleados por los ingleses.

Sucedió el 17 de diciembre de 1941. El día anterior sale del puerto de Nápoles un convoy con destino a Libia compuesto de cuatro transportes y escoltado por ocho destructores. Al llegar al estrecho de Messina se les unen el acorazado Caio Duilio y los cruceros Duca di Aosta, Attendolo y Montecuccoli, escoltados por cuatro destructores más. A varias millas a popa les seguía otro convoy de cuatro mercantes, escoltados por los acorazados Littorio, Cesare y Doria, los cruceros pesados Gorizia y Trento más diez destructores. Tan descomunal escolta era debida al constante acoso y ataques de la flota inglesa a todos los convoyes que se movían desde puertos italianos y la carga estratégica que llevaban, tropas de refresco y combustible para el Africa Korps.

El mismo dia 17, por la mañana un avión de reconocimiento inglés, que había salido de Sidi el Barrani, en Egipto, localiza al primer convoy y da aviso a Malta. Informa erróneamente sobre la cantidad y tipo de la escolta avistada. Solo ha visto la del primer convoy y ha confundido a los acorazados con cruceros. En relación al informe recibido salen a su encuentro, desde Malta, los cruceros pesados Neptune, Aurora y Penélope y una escolta de varios destructores, con órdenes del Almirante Cunningham de ataque directo con prioridad a los petroleros. Manda la escuadra el Vicealmirante Philip Vian.

El grupo del Littorio entra en avistamiento con los ingleses al anochecer. De momento ambas flotas evitan el enfrentamiento, sobretodo los ingleses, que se han dado cuenta de la importancia de la flota con la que se enfrentan. Vian, aprovechando sus radares y que ya es noche cerrada mantiene la distancia. El Almirante italiano Iaschino, una vez pasada Malta por babor, ordena abrir fuego con su artillería de grueso calibre. Las primeras andanadas pillan a los británicos por sorpresa y sus buques son tocados de importancia. Ordena Vian desviarse hacia Trípoli, con una doble intención, huir del fuego devastador que les cae encima y minar la entrada del puerto para que no puedan entrar los petroleros y transportes. Como se verá, como mínimo la segunda parte fué un error monumental.

Al amanecer del 18 la flota inglesa, iniciando el sembrado de minas, es detectada desde 15 millas en la costa de Sirte. Desde esa distancia el Littorio abre fuego, que secundan sus cruceros y destructores. Los barcos ingleses, con poca o ninguna capacidad de respuesta, son tocados uno a uno. Intentan escapar soltando columnas de humo. El crucero Neptune y el destructor Kandhahar se hunden y el Penélope y el Aurora quedan gravemente dañados. Iaschino decide no perseguirlos, pese a su evidente superioridad, por temor a encontrarse con más ayuda británica en camino y da prioridad a su primer objetivo, entregar tropas y petróleo en Trípoli.