Siguiendo la sugerencia de nuestro Intendente General, incluyo aquí una anécdota de la que fui testigo en Enero de 1972.

Estaba realizando unas pruebas de equipos en un petrolero de una compañía española, aprovechando una parada programada para mantenimiento en los Astilleros de Cádiz.

No voy a citar ningún nombre (citaré iniciales del nombre o el apellido), para evitar que alguien pudiera sentirse ofendido (con razón). Sólo diré que el petrolero era de los años 50 (antes del cierre del canal de Suez en la guerra de los 6 días). Por ello, no era de los superpetroleros que llegaron después. Debía tener una capacidad de carga de unas 50.000 toneladas, y el puente estaba en la parte central del barco y no en la popa (como lo llevan los posteriores).

El capitán "A" era un hombre de treinta y tantos años, muy apreciado y respetado no sólo por la autoridad que tenía en la época, sino por su profesionalidad (según comentarios de la tripulación). El primer oficial, "G", era una persona muy humana, pero que se ponía tan nervioso en ciertas maniobras, que se quedaba agarrotado y era incapaz de articular palabras o de tomar decisiones. El segundo, "J2", era una persona con algún problema personal que le había afectado gravemente, y le había llevado al alcohol; se había vuelto solitario. El tercero, "J3", era un hombre joven, muy eficiente y muy abierto.

Una mañana, cuando ya llevábamos 3 días de pruebas, se comunicó que debía trasladarse a otro muelle del astillero. En la maniobra intervinieron dos remolcadores de puerto.

Cuando estábamos a punto de atracar en el nuevo muelle, al salir de uno de los tanques, veo un revuelo, carreras, y caras tensas. El contramestre decía: "tenía que pasar esto". Vi a un marinero canario muy alto y fuerte, que llevaba en brazos al capitán, al tiempo que pedían una jaula a una grúa del muelle para evacuarlo.

Mis compañeros y yo ayudamos en lo que pudimos, y nos enteramos después lo que había pasado.
Según nos contó "J3", lo habitual en una maniobra de atraque es que el 1º oficial se fuera a proa, el 2º a popa, y el 3º, junto al capitán, en el puente. Todos comunicados por radioteléfonos.
Lo que había ocurrido era: el 1º oficial estaba aterrorizado, y no se podía contar con él; el 2º, estaba en su camarote, bebido.
Para la maniobra, el 3º se había puesto en proa, y el capitán y el contramaestre, de la popa al puente. Mientras el capitán daba instrucciones a un remolcador en la popa, y aunque el contramaestre le dijo que tuviera cuidado con una estacha (un cabo), la estacha faltó (el cabo se partió). Afortunadamente, cogió de refilón al capitán, y "sólo" le rompió una pierna.

Una vez evacuado, siguió la maniobra, ahora a cargo del 3º y el contramaestre. Y como las desgracias no vienen solas, se dobló un álabe de una hélice.

Cuando el 3º oficial y nosotros visitamos al capitán en el sanatorio por la tarde, dio instrucciones al 3º de cómo lastrar los tanques para aproar el barco, sobre una hoja de papel.
Aún el uso de los ordenadores no había llegado a los mercantes, pero mi jefe sabía que en USA se utilizaban unos simuladores analógicos (conocidos como load-indicators) en los que, mediante unos potenciómetros con dial, y un juego de luces (una por tanque) se podía simular la carga (o el lastre) para evitar fracturas en la estructura. Pero no se disponía en España de esos simuladores, y los cálculos se hacían a mano (ayudándose o no con tablas).

Moraleja: lo que tenía que pasar, terminó por pasar.

¿Causas?. Todo son conjeturas:

1) ¿Había planteado el capitán a su empresa los riesgos que corría con esos oficiales 1º y 2º?. Pienso que seguramente sí, y que tambien, seguramente, nadie de los que podía decidir quiso "mojarse".

2) ¿Tiene que ver ese pensamiento tan español de: bueno, vamos a "ir tirando", a ver si con un poco de suerte no pasa nada?. Probablemente.

3) ¿Tuvo que ver ese otro pensamiento tan español de: "no quiero perjudicar a nadie"? Puede ser. El problema es que el no perjudicar a nadie, siempre se traduce en perjudicar a los demás, a sí mismo, y los activos materiales de la empresa.

Seguramente esas personas (al menos, el 1º oficial) eran muy capaces en otros puestos ... pero en tierra.

Pero la cuestión es que de hecho han pasado cerca de 40 años, y me temo que el problema se siga dando.

Nos consuela pensar que la misma ley dice que las cosas siempre pueden ser peores. Hace menos años, un superpetrolero llevaba a su comandante sin carnet de coche. Esto, aparentemente no tiene relación, pero si resulta que la licencia de conducir le había sido retirada por maniobrar en la carretera en avanzado estado de alcoholismo, el tema podría ser preocupante.

El superpetrolero terminó perdiendo todo su petroleo, pero según su comandante, el vodka no tuvo nada que ver.

Y seguramente es verdad que no fue el vodka. Pudo ser el "Machaquito".... o, como en "La venganza de D. Mendo", el maldito Cariñena.

Curioso, pensaba que eran pensamientos tipicamente franceses, el famoso sistema D, o ingleses, o del norte de Europa.

Me alegra saber que en todos lados cuecen habas...

"Y (como sigue el dicho popular) en el mío, a calderadas".

En fin, dicen que "mal de muchos, consuelo de tontos". Nos consolaremos, pues.

¿No te referirás al Exxon Valdez y su capitán Hazelwood...?

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<<Si algo puede salir mal, saldrá mal>>

(Ley o Principio de Murphy)


<<Murphy era un optimista>>

(Corolario de O'Toole)

En los años 70, incluído el 72, en España se comercializaban unos suecos, los representaba NIFE ESPAÑA. Se vendieron muy pocos, y casi todos para buques dedicados a la exportación. Gloriosos años en los que los fabricantes de aparatos de medida se reunían para repartirse los barcos, al igual que hacían los fabricantes de las baterías y de otros equipos . No había peleas y así daba para poder pagar a "los intermediarios".

Efectivamente. La ley de Murphy es inexorable pero es que hay veces que hacemos todo lo posible para que no falle.
Siguiendo con petroleros y con Cádiz y con la norma de no dar demasiados datos para evitar ofender a algún inocente.
Corrian el año 1966 cuando entró a reparar en el dique de Matagorda el petrolero B....... de 24.700 T.P.M. que llevaba una carga de keroseno de avición. El barco tenía pabellón militar de una nación muy querida. La tripulación habia hecho un bypass de forma tal que parte de la carga se había pasado a un coferdan con fines no muy santos. Al entrar en el astillero se le obligó al comandante del barco (tenía tripulación militar) a descargar en bidones el combustible y sacarlo a tierra pues las normas de seguridad del astillero no permitian tener cargas peligrosas fuera de sus lugares reglamentados. El Comandante así lo hizo y con la proverbial simpatía de las personas de aquel pais amigo, se dedicó a regalar bidones a todo aquel que se ponia cerca.
Poco días después él director del astillero recibía la visita del coronel jefe de la Guardia Civil quejoso del hecho de que toda la flota de automóviles, motos y camiones del cuerpo estaban fuera de servicio.
Es que se el coronel se había hecho amigo del comandante del barco.
Un saludo
Gerardo