Excelentísimo Señor Almirante, Sotacomitre:

Le ruego tenga a bien aceptar mi reconocimiento y sincera gratitud por prestar atención a la solicitud de traslado al buque que, con tanta eficiencia como sabiduría, dirige vuecencia.
Otrosí, ruégole haga llegar, a la mayor brevedad posible, igual agradecimiento al Excelentísimo Señor Intendente General, sin cuya intervención y diligencia no hubiera sido posible alcanzar semejante objetivo.
Quién otrora fue marino de trigales y amapolas, desea asimismo compartir su alegría con la magnífica dotación de tan insigne buque.

Por la Armada, por España.

A vuestra entera disposición.

Alcántara.

Nota: mi montura quedará en tierra, queda en buenas manos, pués si alguna vez es necesario su traslado, seguiré los consejos del compañero Mulez-

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Excelentísimo señor Sotacomitre:

Disculpe solo una observación:

Dudo que esos "aromas" equinos que tanto perturban vuestra egregia pituitaria procedan de mi montura, dado que, cómo ya avisé en su día, tal que un 25 de marzo del presente, quedaba en tierra.

Sin otro particular, le saluda atentamente quién dejó ya la Derrota por la tercera comandancia,
(menos mal, porque los chistes de los infantes son díficiles de contestar...)

Tocado y hundido.


Mi más cordial enhorabuena por su ascenso a bordo, más responsabilidad, y por supuesto tiene mi visto bueno para que su equino este a bordo, ya mandare que le habiliten un boxer caballar.

Un abrazo