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El día diez de enero del año del señor de 1506, con ocasión de haber sido nombrada por las Cortes de Castilla Reina doña Juana de Trastamara, por el fallecimiento en el año de 1504 de doña Isabel “La Católica”, debía venir a tomar posesión de su reino desde su lugar de estancia en tierras de Flandes, de donde era su esposo el Archiduque de Austria don Felipe, el cual acompañaba a su esposa en el buque de regreso a la Península.


Bien, hay que decir, que la Reina era ella y él, el rey consorte, ya que en la monarquía española la Ley Sálica fue importada por los Borbón, por lo que no estaba en vigor y la heredera era doña Juana de Castilla.


Dado que el Archiduque era un gran hombre de mar, por temor a que el buque se fuera pique en la travesía, en la que solo venían 125 velas en total, se le colocó una bota de pellejo pero hinchada de aire, a su espalda siendo todo ello bien trincado para evitar que se le escapase, y como el elemental salvavidas abultaba más que el mencionado, se le pinto a la bota “El Rey don Philipe”, para que pudiera ser distinguido y no utilizado por alguien como blanco de entrenamiento.


La verdad es que le debía tener mucho miedo al agua, ya que según cuentan las crónicas, solo un vaso de ella lo arrancó de esta vida.


Efemérides y anécdotas de otros tiempos.
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Sí, y la cosa debió de ser hereditaria, porque a su hijo Carlos, una simple "gota" le mantuvo postrado en una silla varios años.

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Amigo Amenofis


Pero lo de la "gota" del hijo, fue por la cantidad de marisco que se metía al cuerpo, ya que prácticamente era lo único que comía.


Y al menos estuvo en el fracasado intento de la toma de Argel, más de dos meses embarcado.


En fin, que si, que no les iba la Mar.


Un abrazo.
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PD: Vaya lío de nombres. Mis más sinceras disculpas.

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Aunque no había intervenido en el tema, lo hago ahora por alusiones con la siguiente reflexión:

Aparte de otras prebendas llegar a Emperador hay que celebrarlo metiendose todo el marisco que quepa.

Por mucho menos algunos nos ponemos ciegos cuando nos lo podemos permitir.

¿La gota? de algo hay que morirse

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Amigo Orfebre


¿Y quien le ha mencionado?


Como si fuera Navidad, todo perdonado y pelillos a la mar.


Un abrazo.
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Exáctamente para tener una varita mágica y dado que no me sentiría a gusto de hada, no estaría mal ser Emperador (además del marisco)

Cuando aprenda a poner emoticonos lo haré, mientras imaginemos una gran sonrisa

un abrazo

El marisco y la cerveza no dan gota. La agravan que es algo muy distinto.

Comed pues tranquilamente si os place.

En realidad los reyes no eran muy navegantes. La mayoría no solía aventurarse en artefactos tan peligrosos como los barcos de la época.
Sólo los monarcas de la corona aragonesa fueron dados al mar, de hecho el gran imperio creado a finales de la edad media era eminentemente marítimo.
Los primeros austrias, Carlos I y Felipe II, también usaron los barcos como medios de transporte, porque para ir hasta sus posesiones en Flandes sólo tenían dos opciones: Desde un puerto del cantábrico por el Canal de la Mancha (lo menos empleado a partir de la Invencible) o desde un puerto mediterráneo hasta Génova y desde ahí cruzar por Suiza por el llamado Camino Español.
Pero a partir de Felipe II, que yo sepa, ni Felipe III ni el IV, ni Carlos II, ni Luis I, ni Fernando VI, ni Carlos IV pisaron el mar. Felipe V puede ser, en el transcurso de la Guerra de la Sucesión, y Carlos III si que empleó este medio de transporte; de hecho se dice que el viaje de regreso desde Napoles para coronarse Rey de España, le sirvió para conocer y procurar el fomento de la marina.
Lástima que no existiese alguna Ley que obligase a los monarcas españoles jurar su cargo ante las cortes(cabildos, etc.) de los diferentes territorios. Seguro que fomentaban más la Armada.

Hola.

Sobre lo que dice Sarridal, los Austrias fueron poco viajeros, con la excepción de Carlos V, que era un caballero y un rey-emperador medieval, que por tanto debía visitar todos sus estados y conocer a sus vasallos.

Felipe II y los siguientes no viajaron, por la idea de la Monarquía Católica, fijada en la Corte.

Los Borbones cambiaron un poco. Felipe V viajó mucho al principio del reinado, tanto por España como Italia durante la guerra de Sucesión, pero heredó el gusto por la vida en la corte de Luis XIV.

Fernando VI, más bien creo que su enfermedad era causa suficiente para no moverse (entiéndase no dejar que se mueva), por aquello del que dirán, cuando el fulano se comía sus heces o corría desnudo gritando.

En cuanto a la gota, es una alteración del metabolismo/de la nutrición, la ingestión de cerveza ayuda a empeorarlo por el lúpulo, pero eso no es lo grave.

El señor Carlos zampaba cinco comidas al día, con varios platos. Le encantaba el faisán, la perdiz, la codorniz, sus cocidos tenían tocino y carnes rojas, y por supuesto los mariscos, frescos o en conserva.

Pero cada una de esas comidas era como un banquete de bodas. No hay cuerpo que aguante eso, por mucho cabalgar (de caballos y hembras) y mucho ejercicio de armas que se haga.
Cuando estaba en Yuste, los buenos monjes le daban infusiones de siempreviva con algo más, pero Carlos V seguía comiendo y bebiendo lo que le daba la real o imperial gana.

Felipe II, a pesar de su fama de prudente, tenía las mismas costumbres alimentarias, aunque no tragaba tanto como su padre. Sin embargo, la gota es en los Austrias hereditaria (como, en mi humilde opinión, en la mayoría de los casos).

Un saludo.

Antes de ser Rey de España, Felipe II sí viajó, y mucho y durante varios años, por Italia, los Países Bajos e Inglaterra. De hecho, en estos territorios asumió parte de los títulos de su padre, conforme iba abdicando (duque de Milán, Rey de Nápoles, Rey consorte de Inglaterra, Soberano de los Países bajos, Duque de Borgoña,..).
En Inglaterra, en concreto, como rey consorte vivió algo más de un año (estoy hablando de memoria).

Regresó a España para hacerse cargo de los restantes títulos de su padre (menos el de Emperador, que era "semihereditario", y su padre derivó hacia su hermano Fernando, Rey de Romanos) cuando Carlos abdicó de todos ellos.

Una vez en España (debió de ser hacia 1556, pero después de la abdicación de su padre) ya no viajó hasta su muerte (1598)

El que corría desnudo por los jardines y comía sus heces era Felipe V en los últimos años de su vida. Su esposa Isabel de Farnesio se aprovechó de esa circunstancia para hacer de el lo que quería y aprovechó para colocar a sus hijos. Ya que el heredero sería Fernando VI, hijo de la primera esposa de Felipe V, María Luisa Gabriela de Saboya.
No obstante Fernando VI también sufrió locura en los últimos momentos de su vida, sobretodo después de quedar viudo de su esposa Bárbara de Braganza. Es cierto que no fue un monarca viajero, pero no debido a su enfermedad, incluso se trató de un gran navegante y valedor de la Armada Española. Durante su reinado se pusieron las bases de lo que sería la gran Armada de Carlos III, pues promovió lo más importante: arsenales, industrias auxiliares, el catastro (con el fin de conocer las posibilidades del reino, en población, riquezas agrícolas, industriales y sobretodo forestales) y sobretodo la instauración de la matrícula de mar.
En cuanto a lo de gran navegante de Fernando VI, quiero aclarar que no lo fue de mar, sino marinero de agua dulce, creando la llamada Escuadra del Tajo, en Aranjuez, que era uno de los pasatiempos favoritos de los monarcas.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los reyes españoles eran hijos de primos; con lo que no sólo incumplían el mandato de la Iglesia Católica que prohibía uniones con un grado de parentesco inferior a 6 grados ( se solventaba este hecho con el pago de una bula papal), sino que al final se provocaba que los herederos naciesen muertos o enfermos.
Es cierto que la tasa de mortalidad en esa época era bastante alta, pero la de la familia real no era menor, pese a tener muchos mejores recursos alimenticios y médicos.
Quizás fue Isabel II la verdadera reformadora de la monarquía española, pues por vez de tener a sus hijos de un marido, que era su primo, decidió buscar sangre nueva para curar la familia real. Se comenta que el verdadero padre de Alfonso XII fue Enrique Puigmoltó y Mayans, Conde de Torrefiel.

La locura de Fernando VI era heredada de Felipe V, la "melancolía".
Llegaba a morder los vasos, por lo que sólo le servían en vasos de plata, hacer sus necesidades sobre la cama y arrojárselas a sus servidores, o postrarse en un taburete sin reaccionar durante 18 meses (de esto último venía el nombre de "melancolía").

Saludos.