Esta imagen, la de la tierra, redonda, hermosa, nos es familiar, no?.
Pues hace no poco mas de 4 siglos aun se ponia en duda, hasta que unos españoles realizaron la hazaña, increible, de darle la vuelta, y demostrar sus redondez.

He colocado el tema en este apartado, pero considero que deberia tener el suyo propio, el de las hazañas, el de las aventuras epicas, sobrehumanas, apartado que deberia encabezar el foro, pues si bien esta el conocer la historia de combates... la de los hombres que lograron esta odisea y similares, pues deberia estar en el mejor lugar del foro. Ya se que representaria mas trabajo para el intendente... Considero que el sacrificio de estos heroes bien vale el esfuerzo.
Vuelco solo una parte del trabajo que realice, pues es tan grande esa aventura, que mas de 39 paginas me ocupa, y eso que he intentado abreviar, pero como hacerlo? Como, resumir el valor, el orgullo, el dolor, el sufrimiento, la desesperacion, la muerte?

Dar la vuelta al mundo a vela, hoy dia es mas bien facil, con todas las ayudas a la navegacion, y aun asi sigue siendo durillo, imaginemos lo que seria en esa epoca, y dediquemos unos instantesa la memoria de esos valientes.
Aun hoy se me humedecen los ojos al pensar en ellos, en que sin presumir de patriotismo, comparto algo de la misma sangre, de esa que nos permito realizar las gestas que hicimos, y riete de Livingstone y compañia.
Aun hoy me da la risa al oir como algunos de mas alla, creen que Drake fue el primero en dar la vulta al mundo, pobres.

"Nada semejante se había realizado hasta entonces, y en materia de voluntades hazañosas y heroicas tampoco nada, con semejante trascendencia, se ha verificado después."
No son palabras gratuitas, ya veremos…


Desde hacia tiempo, siempre se habia especulado con la busqueda de una ruta alternativa para alcanzar los paises productores de las especias, la seda y demas bienes de lujo sin tener que pasar por los intermediaros, que tanto encarecen el producto y asi poder negociar directamente.
La pimienta, la nuez moscada, la canela o el jengibre, el alcanfor, la quina el opio, y otros que luego seran indispensables en los tocadores femeninos: el almizcle, el ámbar el aceite de rosas...
A medida que las especias comienzan a llegar en forma más o menos regular, aunque carísima, el comercio oriental empieza a enviar preciosas sedas de la China o de la India, al igual que perlas y diamantes. Lo que inicialmente es sólo novedad. En corto tiempo se eleva la demanda. Da igual el precio, el Oriente ha empezado a invadir al Occidente.
La pimienta, por ej. es en esos tiempos, de elevado valor. Ello se debe a la cantidad enorme de obstáculos, peligros y dificultades que hay que vencer para llegar desde el lejano Oriente, donde su precio da risa. La nuez moscada en Banda, los clavos de olor en Amboina, la canela en Tidore, la pimienta en Malabar... Una tonelada de ellos no cuesta en esas regiones más que unos cuantos gramos en Occidente. Es tal el valor de las especies que en ocasiones la pimienta reemplaza la plata. Con ella se compran tierras y se pagan derechos de aduanas a príncipes y ciudades.
De ahi la expresion " pagar en especias" o "especies" aun usada hoy dia.
El transporte es la fuente del encarecimiento de las materias: debe pasar por muchas manos avidas de dinero, viajar además por mares y desiertos plagados de riesgos antes de llegar al consumidor.
Ej: Primero el recolector, luego el comerciante, islámico, llena una canoa hasta alcanzar Malaca, junto a Singapore, donde la vende al dueño de una barca que, tras pagar el impuesto al sultán de Malabar, dirigiendose luego a algún puerto de la India. La travesía es amenazada constantemente por tempestades, piratas que suelen hacer perder, una de cada cinco naves. Tambien ser puede perder dias y meses en mares calmos, sin vientos.
El traficante llegara entonces a Ordmuz o Aden, puertas de entrada a la Arabia o al Egipto.
En los puertos del Golfo Pérsico o el de Aden, esperan largas caravanas . Conducirann los atados de especias, por pistas hacia el Mediterráneo.
Bassora, Bagdad, Beyruth, cercanos a la línea del Eufrates, son rutas milenarias que se han usado por los comerciantes de todos los tiempos. Las poblaciones del itinerario están organizados para ese tráfico desde hace mucho. Allí se encontra agua, camellos... y podran realizar su comercio. Son incontables las veces que los paquetes de especias cambian de mano, en cada una de ellas hay una nueva ganancia...
Hay peligros en todas partes: un temporal de arena, una ciudad donde los dirigentes exigen tributos por peaje. Los comerciantes deben pagar, o no pasan.... y el precio sigue subiendo. Son muchos los que se han enriquecido en esta larga travesía, pero falta uno, quizá el más rapaz: la marina veneciana.
Aunque anteriormente , se beneficiaron del trafico genoveses y catalanes.
Esta pequeña república de Venecia se ha apoderado, desde la destrucción de Bizancio, del monopolio de las especias hacia Europa.
Las hace llegar a los mayoristas de cada región. Luego pasa al minorista, finalmente, a manos del consumidor.
Grandes fortunas se han creado con este comercio: hermosos palacios de Venecia, los de los Fugger y del los Welser.
En España y Portugal no están de acuerdo con el monopolio. El oro y la plata de Occidente se hacen pocos para pagar estos artículos, pues la demanda sigue en aumento. Los islámicos han levantado un muro entre la India y Europa. Ningún cristiano puede cruzar el Mar Rojo, o tierras del Islam. El comercio desde las islas de las especias está vedado para todo el que no sea oriental. En Europa se habla de una nueva ruta, por mar que les permita llegar directamente a las lejanas islas donde crecen las especias.


Ya los portugueses habían logrado el objetivo a través del bordeo de Africa, llegando al Indico, vía larga y costosa que no era del todo satisfactoria, se comia demasiados beneficios.
España tenia otra idea: la de llegar por el Oeste a través del Atlántico.
Diversos científicos de la epoca avalaban la idea de poder llegar a Oriente por la ruta del Oeste.
Con el descubrimiento de las Americas, del Mar del Sur (Océano Pacifico), la idea de encontrar un paso hacia el Oeste fue adquiriendo prioridad.
España enviaría a una primera expedición para hallar el paso, la de Juan Díaz de Solís en 1515 que bordeo la costa este de América del sur, (Brasil) en febrero de 1516, llegando hasta el actual Rio de la Plata, muriendo en una emboscada de los nativos, fracasando la expedición que volvería a España.

Sera un portugués, Magalhais, que vio rechazado por el rey portugues Manuel I "el Afortunado", su proyecto,( el rey portugues prefiere la gente de modales delicados que suplican prebendas, para luego él, en su gran magnanimidad, concederlas con aparato y ostentación. Pero, como Magalhais es rústico y batallador, combatiente fuerte y agresivo, no está dispuesto a someterse a las maneras de la corte, el rey lo aparta), el encargado de dar a España el honor de la primera circunnavegación.

España es el nuevo poder.

Otra consecuencia del desinteres de Portugal hacia Magalhais sera la renuncia de este de su nacionalidad portuguesa, por acto público y con toda solemnidad, a fin de quedar con las manos libres para ofrecer sus servicios a quien los acepte.

Y se castellanizara como Fernando, o Hernando de Magallanes.

Fernando de Magallanes, (En portugués Fernão Magalhaes), nacido en 1480 en Saborosa, en la provincia de Traz os Montes en Portugal.
Hijo de Pedro Ruy de Magalhaes, alcalde de su pueblo, y de Alda de Mezquita, fue educado en la Corte de Portugal, estudio astronomía y ciencias náuticas bajo la tutela de buenos profesores. Estos estudios lo llenaron, desde una temprana edad, de entusiasmo por los grandiosos viajes de descubrimiento que se estaban realizando en sus tiempos. Ex miembro de varias expediciones: estuvo con Francisco de Almeida en la expedicion hacia Africa y India de 1505, con Nuño Vaz Pereyra en 1506, en la batalla de Cannanore en marzo de 1506, victoria portuguesa, en la derrota de Malaca ocurrida tiempo despues, en la venganza portuguesa a la misma ciudad, y otras hazañas mas ,regresando a la peninsula en 1512.

En 1517, Magallanes se vera ayudado por varios personajes:

Por el cosmógrafo Rui Faleiro que vio rehusada la posibilidad de ser astrónomo real, cargo que ambicionaba desde hace mucho. La envidia de sus colegas le han cerrado las puertas.
Alma tecnica del proyecto, Rui ha dibujado mapas, portulanos, construido astrolabios y otros instrumentos de muy buena precisión.
Nacido en Covilha en Portugal, Rui y su hermano Francisco, sirvieron a España como cientificos en Sevilla, aplicando los metodos mas rigurosos en determinar latitudes y longitudes.
Rui estaba seguro de que al sur de Vera Cruz se hallaba el pasaje hacia el Mar del Sur, sobre los 40 º mas o menos, deberia haber acompañado a Magallanes en el viaje pero a ultima hora se hecho para atras, era un gran astronomo, cartografo y astrologo.

Por Diego Barbosa , compatriota suyo, que sirvió bajo las banderas del rey de Portugal en una expedición a la India en 1501. Más tarde, retirado ya del servicio, pasó a España donde encontró a un protector en don Álvaro de Portugal, hermano del duque de Braganza, decapitado en Lisboa por orden de Juan II. Al buscar asilo en España, este personaje recibió de los Reyes Católicos, sus parientes, toda clase de consideraciones. Lo designaron presidente del Concejo de los Reyes y alcaide del Alcázar de Sevilla. Tan excelente posición le permitió ayudar a Diego de Barbosa con largueza. Consiguió para él el nombramiento de teniente alcaide del mismo castillo y la distinción de comendador de la Orden de Santiago. Encumbrado así a una posición privilegiada, Barbosa contrajo matrimonio con doña María Caldera, perteneciente a una familia principal de la ciudad.
Barbosa ocupaba el cargo de alcalde de arsenal y con quien acabaría Magallanes por emparentarse al desposar tiempo después a su hija, que aportara un importante dote al matrimonio.
Magallanes vive en casa de Barboso todo el tiempo que permanece en Sevilla. Allí comparte afinidades con los hijos de su anfitrión: Beatriz y Duarte, este ha heredado la afición marinera de su padre y ha recorrido los mares Indico, persa y malayo. El joven ha aprovechado esas navegaciones para observar aquellos territorios y escribir un libro descriptivo ( O libro de Duarte Barbosa). Sus conocimientos le serán de gran utilidad en el futuro en la expedición.
Esta importante relación le franqueó el acceso a la Casa de Contratación, ayudado por el factor (gerente) de la Casa de la Contratacion, Juan de Aranda, ( que consultara en secreto a Cristóbal de Haro, riquísimo mercader que armó las primeras expediciones al Brasil; un personaje que pisa en terreno firme y no se deja embaucar con fantasías. El informe no puede ser mejor: Magallanes es un experto marino y Faleiro un reputado cosmógrafo.)

Obtendra Magallanes del rey de España, Carlos I, la autorización de mandar una expedición para encontrar el dichoso paso, evitando penetrar en los dominios portugueses, en virtud del Tratado de Tordellillas de 1494.

El 22 de mayo de 1518 firmaron una capitulación que nombraba Capitán General de la flota expedicionaria y gobernador de las islas y tierras que se descubrieran y conquistaran a Magallanes. Magallanes recibió el apoyo económico del Rey y del acaudalado financista Cristóbal de Haro, con el cual ya tenia Magallanes trato desde años atras, apreciando Haro las capacidades nauticas de Magallanes.
Haro al igual que Faleiro y Magallanes, habian sufrido del desinteres del rey de Portugal hacia sus planes.
Así, los hombres que el destino asociaría en esta aventura serían aquellos que por distintas razones se sentirían agraviados por don Manuel de Portugal.

Haro pondría las naves y el monarca el armamento y provisiones. Haro contribuiría con 3/4 del costo y el Rey con el 1/4 restante.
Se estableció que la armada a organizarse pasaría a conocerse como "de las Molucas".



El rey de Portugal, el mismo que desprecio a Magallanes, ahora se afana en intentar que el proyecto fracase, temeroso de haberse equivocado con la idea de Magallanes, asi encargara al embajador portugues, Alvaro da Costa, que haga todo lo posible para abortar la expedición.
Primero intentara hacer cambiar de parecer a Magallanes, con propuestas de recompensas que Magallanes rechaza.
Luego el embajador intentara presionar al rey español, sin resultado.
Tambien intentara crear problemas en Sevilla contra Magallanes, difundiendo rumores que necesitaran de la actuacion de las autoridades para evitar que lleguen a mas. No cesara el embajador hasta el ultimo momento de intentar anular la operacion, llegando a dificultar la recluta de marineros al difundir ssu agentes rumores sobre los peligors de la expedicion, fracasando finalmente el buen hombre.

Los preparativos.

5 naves componían la expedición:

La Trinidad, de unos 110 toneladas como nave capitana, al mando de Magallanes, de unos 25 m de eslora, 7.5 de manga, calado:2.6 m, maestre Estevao Gomes, piloto Juan de Punzarol, 55 tripulantes.

La Concepción, de 90 toneladas al mando de Gaspar de Quesada con Juan Sebastián Elcano como contramaestre, 45 tripulantes.

La Victoria de 85 toneladas, al mando de Luís de Mendoza, tesorero de la expedición, piloto Antonio Salomon, 42 tripulantes.

La Santiago de 75 toneladas al mando de Juan Rodríguez Serrano. piloto Baltasar Ginoves, 32 tripulantes.

la San Antonio de 120 al mando de Juan de Cartagena, veedor, piloto Juan de Elorriaga, 60 tripulantes.

239 hombres de tripulación. (265 con los que se añadirían en Canarias y Brasil).

Bastimentos que la flota llevaba consigo:

Magallanes mandó comprar en Jerez cuatrocientos diecisiete odres y doscientos cincuenta y tres toneles, para asegurar por dos años la bebida en la mesa de los marineros. Tambien sabia que un buen vino ayuda a mantener alta la moral.

Armas:
58 cañones grandes. Probablemente disparaban proyectiles de 10 libras.
14 en la Trinidad.
12 en la San Antonio.
12 en la Concepción.
12 en la Victoria.
8 en la Santiago.
1 falconete (cañones pequeños) 3 bombardas grandes y tres pequeñas.
5.000 libras de pólvora.
Balas de cañón de plomo y piedra.
50 arcabuces con sus trípodes.
60 ballestas.
369 docenas de flechas, 95 docenas de dardos, 10 docenas de jabalinas, 1.000 lanzas, 200 picas, 60 picas de abordaje.
Armaduras:
100 chalecos de malla con brazaletes y refuerzos en los hombros.
100 armaduras de pecho con protector para el cuello.
100 cascos, 200 escudos.
Para el uso del capitán: una cota de malla, dos armaduras completas y seis hojas de espada.
Alimentos:
15 toneladas de bizcochos en barriles.
6.100 libras de judías, lentejas y guisantes en barriles.
5.700 libras de carne de cerdo seca.
948 quesos.
1.512 libras de miel en jarras.
16 toneles de brevas.
3.200 libras de pasas y almendras.
322 libras de arroz.
100 libras de mostaza
5 pipas de harina fina .
5.600 libras de vinagre.
450 ristras de ajos y cebollas.
También habría barriles de agua, aceite de oliva, pescado seco, carnes conservadas en sal, sal, hierbas y cerdos, vacas y gallinas que luego se matarían en alta mar.
Utensilios:
Barriles, lonas y cestos de repuesto.
2 redes de pescar, arpones, lanzas para peces y 10.500 anzuelos.
40 carretas de leña.
Tablones y palos de repuesto atados a la cubierta.
417 pipas y 253 toneles para vino.
15 candados.
15 libros de cuentas.
42 medidas de una pinta..
6 calderos.
6 cacharros.
2 hornos para usar a bordo
Cazos para derretir la brea.
Una fragua con fuelles.
Un yunque.
Herramientas de herrero.
Una piedra de amolar.
12 pares de fuelles para la cocina.
Medidas, pesos y balanzas.
Herramientas:
Equipo para trenzar cuerdas, mazos, etc.
Cuerdas, lonas de repuesto, poleas, remos, ganchos, piel para la bomba y para los mecanismos de roce, clavos
89 faroles pequeños y dos grandes.
100 cuencos.
200 escudillas.
100 cuchillos de carnicero.
66 fuentes de madera.
94 trinchadores.
80 banderas con el estandarte real.
5 tambores, cuernos de bronce, cornetas y 20 tamborines.
Armas de fuego manuales.
Esposas y grilletes para los pies.
Velas para los servicios religiosos.

En la bodega se guardaban los productos que servirían para ser canjeados por especias:
1 tonelada de mercurio.
1 tonelada y media de bermellón.
5 toneladas de alumbre.
30 piezas de tela de colores.
20 libras de azafrán.
3 piezas de tejido fino.
8 piezas de paño de Valencia.
8 piezas de terciopelo de colores.
50 piezas de bucarán.
20.000 libras de cobre en pedazos.
10.000 libras de plomo.
unos cuantos peines.
400 docenas de cuchillos baratos.
500 libras de vidrio.
10.000 anzuelos.
200 gorros rojos.
200 pañuelos llamativos.
4.000 pulseras
20.000 campanillas.

La marcha:

El lunes 10 de agosto de 1519, temprano por la mañana, un gentío se agolpaba en el puerto, presenciando la procesión que se acercaba a los muelles.
Iban en cabeza el estandarte real, que recibira Magallanes de manos del Corregidor Sancho Martinez de Leyva, el capitán general, los almirantes, con sus mejores ropas, seguidos por los marineros.
Habían confesado en la iglesia y los barcos y estandartes estaban bendecidos.
Subieron en los botes y se dirigieron a los barcos que los esperaban, engalanados sus palos y vergas, llenos de gallardetes, con las pinturas nuevas, escudos y blasones en las amuras. Una vez a bordo se inicio la salida, con unos disparos de cañón desde la orilla.
Una vez que estuvieron fuera de la vista del puerto, se recogió los adornos y los jefes y demás cambiaron sus ricas, mudas por otras más cómodas...
Anclo la flota en San Lucar para acabar de realizar los últimos preparativos, se aseguro lo que aun no lo estaba, comprobación de brújulas, cartas de marear, y se cargo las provisiones frescas que faltaban.
Aun se tuvo que esperar a que soplaran vientos favorables, y no seria hasta el jueves 20 de septiembre en que saldrian rumbo hacia las Canarias, a Tenerife.
Llegaron el 26 de septiembre, en un tranquilo viaje, se cargo mas agua fresca y provisiones.
Magallanes recibió una carta en la que se le advertía de la presencia de una flota portuguesa que le esperaba en cierto punto, por lo que decidió proseguir hacia el sur, lejos de Sierra Leona.
Salieron el 3 de octubre.
Encontraron los vientos aliseos que los empujaron hacia el SE, hacia Brasil.

Uno de los capitanes, Juan de Cartagena empezó a crear problemas discutiendo las órdenes de Magallanes, no conforme con el rumbo a seguir entre otras cosas, lo que le valió el ser encerrado en el castillo de proa de la nave Trinidad, tomando el mando de la San Antonio, Antonio de Coca.
No era poca cosa apartar a Cartagena, pues aparte de ser el segundo en mando de la expedición, era el veedor y de paso era familiar del obispo de Burgos…

Magallanes había dado órdenes de seguir su buque, de día seguían al buque imitando sus maniobras, y de noche seguían su farol, colocado en la popa.
De vez en cuando Magallanes ordenaba encender por la noche una luz hecha de cañas secas, que al ser vista por los demás debía ser respondida con una luz en la proa de cada buque, asi Magallanes sabia si los buques le seguian y si faltaba alguno.
Habia establecido un codigo de señales para comunicarse:
2 destellos: observar y esperar mi señal: posible cambio en la navegación.
3 destellos: quitar las bonetas , o lo contrario en caso de no llevarlas.
4 destellos: arriar velas. 1 destello: solo después del de 4 destellos, significaba detenerse y dar la vuelta.
4 destellos estando parados: izad las velas.
Muchas señales luminosas o disparos de canon: emergencia.

La flota española cruzo sin problemas el Atlántico, solo molestada por una tormenta.
Se dirigieron al cabo de Roque en Brasil pero alejados de la costa, al ser territorio portugués, y así evitar una mala sorpresa.
Solo cuando dejaron de ver señales de ocupación portuguesa, se acercaron a la costa.
El 13 de diciembre, dos meses y medio tras dejar las Canarias echaron anclas en la bahía de Rio de Janeiro, resguardada, con posibilidades de provisiones, agua y habitantes pacíficos, donde se estableció unos intercambios provechosos para los españoles.
Basta con lo que escribio Pigafetta:
"Las muchachas...llevan su cabello por unico vestido” y "por un cuchillo se adquieren varias para toda la vida…"

Parece que fue aquí donde se observo por los españoles la primera hamaca.
Dos semanas después zarparon hacia el sur.

Llegaron en enero de 1520 al estuario donde años atrás había sido muerto Juan de Solís, que fue catado (catado, aparte de atacado) por los salvajes.
En su recuerdo se nombro ese paraje Rio de Solís, pasando luego a llamarse Rio de la Plata, aquí creyeron que encontrarían el paso, comprobando que no era así. Estaban ya por la altitud 34.5 Sur.
Aqui volvieron a aflorar ciertas tensiones, pues todos creian que en este lugar estaria el paso tan anhelado, molestia que se sumo al creciente frio y la aridez del paisaje. Las selvas, los arboles, la calida vegetación va dejando paso a un paisaje cada vez mas desolador.

Ahora se adentraban en aguas desconocidas, en tierras incógnitas para los europeos.

Durante febrero y marzo bajaron hacia el sur, buscando el canal que permitiese el paso hacia el oeste. Explorando cada bahia, buscando indicios del Paso.
Descubrieron islas con criaturas extrañas, una especie de ganso que no tenia alas, matando a algunas de ellas para alimentarse, descubriendo que no tenían plumas!
También se toparon con unas criaturas que tenían cabeza de ternera y aletas en los costados.

Exploran sobre el 24 de febrero una gran bahia, el golfo de San Matias, sin éxito, luego sera la bahia de los Patos, por los numerosos pinguinos hallados, sin éxito, tambien la bahia de los Trabajos, llamada asi por lo mucho que costo explorarla.
Se estaba iniciando el invierno del sur, alargándose las noches, acortandose los dias, con vientos helados, tormentas, frio, ausencia de vida en las costas…
El 31 de marzo de 1520 se metieron en una bahía protegida con playas de arena, decidiendo pasar allí el invierno.
La llamaron bahía de San Julián, en la actual provincia de Santa Cruz.
Estaban ya en la latitud 49.5 sur.






Se levanto una cruz en una altura, en Monte Cristo y se tomo posesión en nombre de España.
El 1º de abril de 1520, Domingo, se realizo la primera misa de lo que seria la Argentina.

Antes que el frio imposibilitara el trabajo duro, se decidio carenar los buques.
Mientras unos carenaban, otros fueron a descubrir el territorio, y otros construyeron cabañas para abrigarse del mal tiempo, estableciéndose en la zona para una estancia que calculaban no inferior a varios meses.
En los buques se limpiaron las bodegas, cazando las ratas, limpiando los pantoques, limpiaron de cucarachas la despensa, ye intentaron acabar con los piojos.
Se airearon las velas de repuesto, se reparo las que lo necesitaban, se arreglo el cordaje o se reemplazo, las poleas fueron desmontadas, reparadas y engrasadas, se pinto lo que convenía ser pintado. Se aireo los arcones, se lavo la ropa con agua dulce, la salud de la tripulación mejoro.
Cada día se salía a pescar, se localizo en mapas los manantiales.

Todos estos trabajos no impidieron que algunos de los capitanes y marineros mostrasen signos de descontento con el viaje. Estaban cansados de buscar el Paso, de soportar el frio, las tormentas, habian perdido la confianza en la expedición y en el jefe de la misma.
En la noche del 1 al 2 de abril, o sea apenas habían llegado a la bahía, se inicio un conato de motín, siendo reducidos los díscolos.

Escribe Pigafetta:
"Los traidores eran Juan de Cartagena, veedor de la escuadra; Luis de Mendoza, tesorero; Antonio Coca, contador; y Gaspar de Quezada. El complot fue descubierto: el primero fue descuartizado y el segundo apuñalado. Se perdonó a Gaspar de Quezada, que algunos días después meditó una nueva traición. Entonces, el capitán general, que no se atrevió a quitarle la vida porque había sido nombrado capitán por el mismo emperador, le expulsó de la escuadra y le abandono en la tierra de los patagones con un sacerdote, su cómplice".

Una vez resuelto el problema de disciplina, se envio a la Santiago con Juan Serrano al mando, que pusiera rumbo al sur para reconocer la costa e intentar descubrir el canal.

El 3 de mayo tras unos dias descubre una entrada del mar en tierra, cree haber hallado el Paso.
Rapidamente descubre el error: es un ancho rio, que bautizaron Santa Cruz.
Una semana de navegación bordeando la costa con un frio en augmento y comida que escasea, no facilitan la labor de exploracion.
Solo la pesca alivia la escasez de alimentos y ayuda a seguir bajando por la costa.
El 22 de mayo, la Santiago fue sorprendida por una tormenta estrellándose contra un banco de arena, lográndose salvar la tripulación, salvo uno, quedandose en el banco de arena observando como el barco era despedazado por la tormenta.
Logran recuperar algunas pertenencias del barco.
8 dias estuvieron, alimentandose de mariscos, esperando el rescate, hasta que deciden probar suerte e iniciar la vuelta hacia San Julian, habiendo recuperados el suficiente material del naufragio.
No lograran cruzar el rio Santa Cruz, por falta de material para construir una balsa, pero si que lo lograran dos de ellos.
Esos dos recorreran los mas de 100 Km. que les separaban de la bahía de San Julián, tras 11 días de dura marcha lograron llegar a destino y avisar a los demás, logrando ser el resto rescatados por la columna de rescate compuesta por una veintena de voluntarios, con alimentos y ropas para los desgraciados naufragos. Lograran rescatarlos y recuperar objetos del naufragio.


En este periodo se toparon con los habitantes de la zona, los tehuelches o aoniken, a los que llamaron los Patagones, teóricamente por sus pies grandes, siendo conocida esa tierra con ese nombre para siempre.

El 24 de agosto de 1520, al llegar la primavera, salieron de la bahía, con los barcos en condiciones, algunos con cambios en el mando: Juan Serrano pasa a mandar la Concepción, y Duarte Barbosa, la Victoria, hombres de confianza deMagallanes, abandonando a Juan de Cartagena y Pedro Sanchez de Reina, con pocos viveres en tierra.
Siguieron hacia el sur, hasta el Santa Cruz.
Una fuerte tormenta que estuvo a punto de hacer perder a alguna nave, hace decidir a Magallanes de esperar un poco mas a la llegada del buen tiempo, hasta el 18 de octubre.

El 21 de octubre llegaron a una bahía con un cabo que llamaron de las Vírgenes, estaban ya por al latitud 52º Sur.

En el interior de la bahía descubrieron un estrecho, que no ofrecía muchas perspectivas pero decidieron probar suerte, enviando a la San Antonio y la Concepción, mientras al Victoria y la Trinidad se quedaron a la espera. Otra vez una tormenta sacude la zona, dia y medio de vientos y olas.
4 días de tensa espera, sin noticias de las dos naves exploradoras, decidiendo ir a por ellas no fuera que hubieran naufragado a causa de la tormenta, y tras 3 dias de busqueda vieron aparecer las dos exploradoras de Alvaro de Mezquita y Juan Serrano con los gallardetes y estandartes al viento y las tripulaciones gritando y disparando los cañones: habían localizado la salida al otro Océano, el Mar del Sur como lo había llamado años atrás otro español: Vasco Nuñez de Balboa.
Los dos barcos tras soportar la tormenta, habian navegado por un laberinto de canales sin salida, dando vueltas sin parar, hasta que habian topado con una serie de bahias que comunicaban con otras hasta llegar a una tan grande que 3 dias de exploracion no fueron bastantes para hallar el final, decidiendo entonces volver, sabiendo que no se trataba de un rio al ser de agua salada.

4 semanas tardaron en explorar los laberintos hasta que dieron con la salida hacia el oeste, llegando al final del estrecho que llamaron cabo Deseado.
Fueron dias de ansia y preocupacion, pues no hallaban la salida y el paisaje era mas que desolador: triste, frio, grisaceo, sin apenas vegetacion, barrido por unos vientos frios, con numerosos restos de esqueletos de ballenas, rocas que afloraban a ras de agua… Solo al final de la exploracion encontrarian mejores condiciones.


Al divisar en la exploración numerosas hogueras, en la costa sur, llamaron esa tierra Tierra de Fuego.

El canal del estrecho que les llevo hacia el Océano lo llamaron canal de todos los Santos, mas tarde pasaría a ser llamados como Estrecho de Magallanes.
Habian llegado a la latitud 54ª Sur.
En la Patagonia hubo relevamiento geográfico, fondeos y desembarcos, hitos señalizadores, actos solemnes de posesión y de acción de gracias.



Cuando lograron salir del estrecho, esperaron a la San Antonio, que no aparecía, la buscaron 2 días y desistieron , dejando unas señales; unas banderas situadas en las alturas con unos mensajes por si la nave aparecía y así podría seguir la ruta de las demás.
En realidad esta había regresado a España.
La San Antonio al mando de Álvaro de Mezquita, familiar de Magallanes, había sufrido un motín en el cual el piloto, portugués también, Estevao Gomes y envidioso de Magallanes, decidio abandonar la expedición, y se hizo con el mando de la nave apresando al capitán, poniendo rumbo hacia España con la noticia del descubrimiento del estrecho, para mitigar su responsabilidad en la deserción, llegando el 10 de mayo de 1521.




El miércoles 28 de noviembre de 1520 las Trinidad, Victoria y Concepción se adentraron en el Mar del Sur, siendo las naves bendecidas, cantando un Te Deum y se dispararon salvas de cañón.
Magallanes hablo a la marinería:
"Caballeros, nos encontramos en aguas por las que no ha navegado jamás ningún barco. Quizás descubramos que siempre son tan pacificas como aparecen esta mañana; con esa esperanza llamare a este mar el Mar Pacifico".

Escribe pigafetta:
"La tierra de este estrecho, que a la izquierda se vuelve hacia el Sudeste, es baja. Le dimos el nombre de estrecho de los Patagones. Cada media legua se encuentra un puerto seguro, con agua excelente, madera de cedro, sardinas y abundantísimos mariscos. Hay también hierbas, algunas de las cuales eran amargas, pero otras eran comestibles, sobre todo una especie de apio dulce que crece junto a las fuentes, del que comíamos a falta de mejores alimentos. En fin, yo creo que no hay en el mundo mejor estrecho que éste. En el momento que desembocamos en el océano fuimos testigo de la caza curiosa que algunos peces daban a otros peces".

Creían que lo peor ya había pasado, que solo les quedaba unas semanas de navegación hasta llegar a las islas del este.
Descubriran a sus espensas la inmensidad del Océano.

Decidió subir bordeando la costa del actual Chile hasta llegar a los 32º de latitud Sur, poniendo rumbo entonces hacia el oeste.
Fueron pasando las semanas sin señal de tierra alguna, se raciono la comida, el agua, se intento pescar, se extendieron las velas de repuesto para recoger el agua del roció y de la lluvia.
Los bizcochos se llenaron de gusanos, que eran devorados con ansia, los marineros rezaban por legar a tierra, pero esta no aparecía.
Aprovechando que aun tenían fuerzas se echaron las chalupas al mar a remolque de los barcos, para así facilitar la llegada a tierra, si que encontraban tierra alguna.
El escorbuto hizo su aparición, los muertos eran echados por la borda en un sencillo funeral.
Como no se hundían, los tiburones hicieron su aparición.
Al fin vieron unas islas, que resultaron ser islotes desérticos sin vegetación, pasando de largo.
La tripulación empezó a cazar las ratas, a hervir el cuero que cubrían las vergas, cocinando los aparejos de piel de las naves, repartiéndose entre las tripulaciones tan suculento manjar.

Escribe Pigafetta:
"La galleta que comíamos, no era ya pan, sino un polvo mezclado con gusanos, que habían devorado toda la substancia y que tenía un hedor insoportable por estar empapado en orina de rata. El agua que nos veíamos obligados a beber era igualmente pútrida y hedionda. Para no morir de hambre llegamos al terrible trance de comer pedazos del cuero con que se había recubierto el palo mayor para impedir que la madera rozase las cuerdas. Este cuero, siempre expuesto al agua, al sol, a los vientos, estaba tan duro que había que remojarle en el mar durante cuatro o cinco días para ablandarse un poco, y en seguida lo cocíamos y lo comíamos. Frecuentemente quedó reducida nuestra alimentación a aserrín de madera como única comida, pues hasta las ratas, tan repugnantes al hombre, llegaron a ser un manjar tan caro que se pagaba cada una a medio ducado. Más no fue esto lo peor. Nuestra mayor desdicha era vernos atacados por una enfermedad por la cual las encías se hinchaban hasta el punto de sobrepasar los dientes, tanto de la mandíbula superior como de la inferior, y los atacados de ella no podían tomar ningún alimento. Murieron diecinueve... Además de los muertos tuvimos de veinticinco a treinta marineros enfermos que sufrían dolores en los brazos, en las piernas y en algunas otras partes del cuerpo, pero curaron".

El 13 de febrero pasaran el ecuador.

Llevan ya unas 13.000 millas en el Pacifico.
El miércoles 6 de marzo de 1521 divisaron tierra, se pusieron a cantar el Laudate domine.
Esas islas las Marianas,( llamadas de los ladrones) también fueron una falsa alegría: tuvieron que luchar contra los nativos, abandonándolas el 9 de marzo.
Gracias a los alimentos que fueron sustraidos a los nativos, se inicia la recuperacion de los hombres.
Llegan a un grupo de islas de las Filipinas, en una isla cerca de Samar, el 16 de marzo.
En esa isla se repusieron, casi totalmente los hombres, iniciando unas exploraciones entre las islas.
Magallanes intento aliarse a los reyezuelos de la zona, logrando que centenares de nativos se convirtieran al cristianismo, aliándose con el Rey de España.

En la isla de Cebu, el reyezuelo Humabon, les acogio, se convirtio al cristianismo y pidio ayuda contra unos vecinos, de la isla de Mactan, rey Lapu Lapu, que le molestaban.
El 27 de abril, Magallanes deseoso de demostrar la fuerza de su fe frente a unos paganos que desafiaban su autoridad, inicio un ataque, observado por sus aliados que no participarían en la refriega.





Zona de Cebu/Mactan.

Unos 60 españoles armados con ballestas lanzas, y espadas y algún arcabuz fueron en barca de remo hacia la isla de los paganos, Mactan, desembarcando a un cierta distancia de al playa debido a las rocas que impedían a los botes llegar a ella.
Conforme iban acercándose a al playa salieron de los árboles centenares de paganos con armas, y cuando los españoles pusieron pie en tierra se enfrentaron a un millar largo de infieles.
Estos iniciaron el ataque, siendo repelidos a duras penas por los españoles, Los antivos volvieron a atacar, logrando rodear a los españoles, que iban retrocediendo hacia el mar, entrando en el agua.
Al caer Magallanes herido en un brazo y una pierna, siendo rematado por los paganos, los españoles iniciaron una retirada a toda prisa hacia los botes. Todos en menor o mayor grados estaban heridos ,8 de ellos habían caído en el campo de batalla.

Cuenta Pigafetta:
"como conocían a nuestro capitán, contra él principalmente dirigían los ataques, y por dos veces le derribaron el casco; sin embargo, se mantuvo firme mientras combatíamos rodeándole. Duró el desigual combate casi una hora. En fin, un isleño logró poner la punta de la lanza en la frente del capitán, quien, furioso, le atravesó con la suya, dejándosela clavada. Quiso sacar la espada, pero no pudo, por estar gravemente herido en el brazo derecho; diéronse cuenta los indios, y uno de ellos, asestándole un sablazo en la pierna izquierda, le hizo caer de cara, arrojándose entonces contra él. Así murió nuestro guía, nuestra luz y nuestro sostén. Al caer, viéndose asediado por los enemigos se volvió muchas veces para ver si nos habíamos salvado. No le socorrimos por estar todos heridos; y sin poderle vengar, llegamos a las chalupas en el momento en que iban a partir. A nuestro capitán debimos la salvación, porque en cuanto murió todos los isleños corrieron al sitio en que había caído".

Se habían quedado sin jefe.

Pigafetta escribio sobre Magallanes:
"La gloria de Magallanes sobrevivirá a su muerte. Adornado de todas las virtudes, mostró inquebrantable constancia en medio de sus mayores adversidades. En el mar se condenaba a sí mismo a más privaciones que la tripulación. Versado más que ninguno en el conocimiento de los mapas náuticos, era conocedor del arte de la navegación perfectamente..."

En las transacciones con los nativos fueron ayudados los españoles por el esclavo de Magallanes, Enrique de Malaca, antiguo nativo de la zona de Malasia.
Escogieron a uno nuevo: Barbosa, que moriria al poco. Luego el mando paso a Gonzalo Gomez de Espinosa, y mas tarde tomaria el mando Juan Sebastian Elcano.

Juan Sebastian Elcano:
Juan Sebastián del Cano, Juan Sebastián Elcano o Juan Sebastián de Elcano Guetaria, Guipúzcoa, 1476 - Océano Pacífico, 1526, en la expedicion de expedición de García Jofre de Loaisa a las Islas Molucas.
De joven se dedico a aprender todo lo relacionado con el mar, alcanzando importantes conocimientos nauticos, tanto teoricos como practicos. Seria en Sevilla en 1517 donde conoceria a Magallanes. Moriria en el Pacifico en la segunda expedicion a las Molucas, iria como piloto mayor y capitan de la Sancti Spiritus. Al fallecer el jefe de la expedicion, Loiasa, Elcano tomaria el mando, pero enfermo y agotado por las penalidades sufridas en su vida, y las del nuevo viaje, moriria en pleno Oceano.

Los españoles estuvieron varios meses navegando por las islas, Mindanao, Cayagan, Palauan, Borneo, Jolo, hasta que llegaron a la isla de las Especies.
Tuvieron que abandonar la Concepción al tener unas importantes vías de agua, siendo quemada, y por la falta de brazos para reparar y marinar: mas de 70 hombres faltaban ya en la expedicion.

En las islas de las Especies, a las cuales llegaron el 8 de noviembre de 1521, en Tidore, con la ayuda de unos pilotos malayos, comerciaron, canjeando objetos por especies, hasta que los barcos estuvieron llenos y reparados para partir.
Pusieron rumbo al Oeste, llegando a Timor al inicio de 1522.

Aqui Pigafetta nos decribe en su obra como eran las especies:
" El canelo tiene 5 o 6 pies de altura y el espesor de un dedo, nunca tiene mas de 3 o 4 ramas, su hoja semeja a la del laurel... se cosecha 2 veces al año... la llaman cainmana de donde viene el nombre de cinnamomum".
" La nuez moscada semeja al membrillo por su forma color y pelusilla que la cubre pero es mas pequeña... El jenjibre n onace en un arbol sino en un arbusto con tallos a flor de tierra de un palmo de largo, solo se aprovecha la raiz..."
Pero el rey de las especias es el clavo de especia:
" Los clavos enviado por el rey eran los primeros que embarcabamos y constituiam el principal objetivo de nuestro viaje, disparamos la artilleria al almanenar los primeros en señal de regocijo..."
Tambien describe el canje del clavo por bienes traidos por los españoles: por unos 5 metros2 de tela roja se cambiaban por unos 187 kilos de clavos! Una ganga inmerojable.


Zona de las Molucas.

Entonces descubrieron que la Trinidad hacia agua, no estaba en condiciones de seguir navegando el largo viaje de regreso por el cabo de Buena Esperanza.

Se decidió que la Victoria al mando de Juan Sebastián Elcano seguiría hacia el Oeste y que la Trinidad con Espinosa volvería hacia America, una vez reparada, en cumplimiento con el plan de Magallanes de regresar por una ruta hacia el estrecho. (Seria captura por los portugueses).
Ponen los de la Victoria, unos 47 españoles y 13 nativos malayos, rumbo al Oeste el 21 de diciembre 1521, llegando a Timor el 26 de enero de 1522, quedandose hasta el 11 de febrero de 1522.
Estaba la Victoria en bastante mal estado, el casco lleno de parches, numerosos tablones empezaban a podrirse, los cordajes en mal estado, las velas deshilachadas y parcheadas.

La ruta de regreso no disponía de puerto alguno seguro, estaban en manos portuguesas.
Sus barcos estarían patrullando a la espera de capturarlos, en torno al cabo de Buena esperanza.
Decidió navegar más hacia el sur, para luego subir hacia el norte por el Atlántico. Más de 13.000 millas sin poder tocar tierra.

Navegaron hacia el sur, y el 6 de mayo de 1522 lograron doblar el cabo africano con unos vientos contrarios del oeste.
Una vez en el Atlántico empezó a escasear la carne, componiéndose la dieta de raciones de arroz.
Empezaron a fallecer de enfermedades los tripulantes, quedando casi poco más que la mitad de la tripulación, decidieron rumbo hacia Cabo Verde, llegando el 9 de junio. Alli engañaron a los portugueses declarando que venían de América. Lograron en varios viajes cargar provisiones y en el último momento una indiscreción los descubrió, huyendo a todas vela dejando en tierra a 13 marineros. Aqui descubrieron que llevaban un dia de retraso , resultado de haber dado la vuelta al planeta.

El 6 de septiembre de 1522 estan en Sanlucar de Barrameda y el 8 de septiembre de 1522, un lunes, echaron anclas en Sevilla, 18 hombres mal vestidos, descalzos, supervivientes de aquella expedición con 265 hombres que salieron tiempo atrás, se dirigieron hacia el altar de Santa Maria para dar gracias.
Tres años y mas de 70.000 kms después, 18 de los mas de 200 españoles volvían a casa, demostrando que la esfericidad de la tierra era una realidad, ( mas trabajo para los de sotana, eh!)
El cargamento de especies fue más que suficiente para pagar la expedición y los sueldos, dejando aun grandes beneficios.
Fue a pesar de las desgracias, un éxito que tardaría décadas en repetirse.
El emperador español no tardaría en gestionar la liberación de los españoles retenidos por los portugueses, y recibió en persona a los supervivientes de tan grande hazaña.
A J.S. Elcano le concedió, aparte de una renta anual, un escudo de armas con la leyenda:
«Primus circumdetisti me» ("El primero que me diste la vuelta").


Se ensancho el mundo de repente, lo que trajo nuevas ideas, nuevas concepciones, nuevas maneras de pensar, que no es poco…
Aparte de demostrar la redondez de la tierra, se demostro la inmensidad del Mar del Sur.
Se supo de la perdida de un dia al navegar de este a Oeste.
Se demostro que las Americas eran un continente independiente del de Asia.
Se descubrio el paso hacia el Mar del Sur.



Fuentes: historia y vida nº 97.
Cuadernos de Historia 16: Descubrimientos y decubridores.
La Aventura de la historia nº 109: el boom de las especies.
La primera vuelta al mundo, deWalter Browlee, ed. Akal/Cambridge.

He aqui la lista de los que lograron volver:

Juan Sebastián Elcano, maestre.
Francisco Albo, piloto.
Miguel de Rodas, piloto.
Juan de Acurio, piloto.
Antonio Pigafetta, sobresaliente.
Martin de Judicubus, primer camarero.
Nicolas el Griego, idem.
Miguel Sanchez, idem.
Antonio Hernadez Colmero, idem.
Francisco Rodriguez, idem.
Juan Rodriguez, idem.
Diego Carmena, idem.
Hans de Aquisgran, armero.
Juan de Arratia, 2ºmarinero.
Vasco Gomez Gallego idem.
Juan de Santandres, aprendiz.
Juan de Zubilita, paje.

Total tripulantes : 237
Relacionados: 107

1 Fernando de Magallanes
2 Juan Sebastián Elcano
3 Luis de Molina
4 Francisco Albo Contramaestre
5 Andrés de San Martín Piloto
6 Bartolomé Prior Contramaestre
7 Baltasar Genoves
8 Serrao
9 Luis Martinez
10 Bartolomé García
11 Lorenzo de Iruña
12 Joanes de Irún
13 Pedro Sánchez de la Reina
14 Maestre Predro Piloto
15 Francisco Albo Contramaestre
16 Juan de Chinchilla
17 Francisco de Angulo
18 Rodriguez de Fonseca
19 Juan López de Recalde
20 Andres de Bristol
21 Marcos de Bayas
22 Navarro Grumete
23 Gonzalo de Vigo
24 Bartolomé Sánchez
25 Juan de Torres
26 Luis Alfonso
27 Martín Mendez Escribano
28 Leon de Espeleta Escribano
29 Sancho de Heredia Escribano
30 Francisco Martín Tonelero
31 Simon de Rochela Calafate
32 Cristobal Rodriguez Despensero
33 Nuño Despensero
34 Francisco de Madrid
35 Pedro Herrero
36 Hernando de Aguilar
37 Antón de Goa grumete
38 Antón Rodriguez
39 Juan Sigura
40 Francisco Picora
41 Francisco Martín
42 Rodrigo de Hurrira
43 Hartiga
44 Juan de Sila
45 Juan de Piti
46 Francisco de la Mezquita
47 Francisco Ortega
48 Juan de Orue
49 Santiago Díaz
50 Martín Mendez
51 Martín de Insaurraga
52 Domingo Alvarez
53 Cristobal de Costa
54 Diego Garcia de Trigueros
55 Pedro Valpuesta
56 Martín de Magallanes
57 Juan de Cartagena Cap. San Antonio
58 Juan de Acuria
59 Juan Sebastian Elcano
60 Criatobal de Haro
61 Luis de Mendoza Cap. Victoria
62 Gaspar de Quesada Cap. Concepción
63 Juan Serrano Cap. Santiago
64 Pedro Valderrama
65 Pedro Sanchez de la Reina
66 Juan de Acurio Contramaestre
67 Juan Bautista Puncera Contramaestre
68 Francisco Antonio de Pigafetta
69 Cristobal de Rabelo
70 Duarte Barbosa
71 Espinosa Alguacil
72 Ruy Faleiro
73 Antonio de Coca
74 Anton Salomon
75 Andrés de San Martín Piloto
76 Alvaro de Mesquita
77 Juan de Elgorriaga
78 Jeronimo Guerra Escribano
79 Toribio Alonso de Salazar
80 Miguel de Rodas Contramaestre de la Victoria
81 Martin de Judicibus, de Génova Superintendente de la Concepcion.
82 Hernando de Bustamante, de Alcantara Cirujano-barbero de la Concepcion.
83 Juan de Zubileta, de Baracaldo Paje de la Victoria
84 Miguel Sanchez Marinero de la Victoria.
85 Nicholas e Griego de Nápoles Marinerode la Victoria.
86 Diego Gallego, de Bayona Marinerode la Victoria.
87 Juan Rodriguez, de Sevilla Marinero de la Trinidad
88 Francisco Rodriguez Marinero de la Concepción
89 Juan de Arratia, de Bilbao Grumete de la Victoria.
90 Vasco Gomez Gallego (a . el portugués) Grumete de la Trinidad.
91 Juan de Santandres, de Cueto Grumete de la Trinidad.
92 Martin de Isaurraga, de Bermeo Grumete de la Concepcion
93 Pedro de Indarchi, de Tenerife Maestro de la Santiago.
94 Ricardo de Normandía Carpintero de la Santiago.
95 Simon de Burgos Criado de Mendoza
96 Juan Martin, de Aguilar de Campo Criado de Mendoza
97 Roldan de Argote Cañonero de la Concepcion
98 Juan Ortiz de Gopega, de Bilbao Administrador de la San Antonio.
99 Pedro Gasco, de Burdeos Marinero de la Santiago.
100 Ocacio Alonso, de Bollullos (Huelva) Marinero de la Santiago
101 Gomez Hernandez, de Huelva Marinero de la Concepcion
102 Felipe de Rodas, de Rodas Marinero de la Victoria Victoria.
103 Pedro de Tolosa, de Guipuzcoa Grumete de la Victoria
104 Gonzalo Gomez de Espinosa Alguacil de la flota.
105 Juan Rodriguez, de Sevilla, (alias “el sordo”) Marinero de la Concepcion.
106 Gines de Mafra, de Jerez Marinero.
107 Leon Pancaldo, de Savona (cerca de Génova) Marinero

Aqui la llegada de los que lograron aguantar.

Varias fotos de la replica de la Victoria.




Aqui en Panama.










en la esclusa de Miraflores.


En el puente del Milenio

Monumento a Magallanes en Punta Arenas.



Monumento a Elcano.




Mapa de la tierra de 1540, donde ya se aprecia lo que hay tras el viaje de Magallanes/Elcano.

Varios mapa del estrecho:



Mapa de Willem Blaeu de 1635.






Uno de 1540.

El caso de la San Antonio:
La llegada de los supervivientes de la expedicion, logro desmontar la historia que Esteban Gomez habia diseñado para exculparse.
Se demostro que habia tomado el mando de la nave amotinandose, deponiendo al capitan de la San antonio, Alvaro de Mesquita, siendo puesto Esteban Gomez a los hierros en la carcel de Burgos.

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Expedición de Magallanes – Elcano 1519-1522


El rey don Carlos I de España, desde el mismo momento de tomar el cargo, siempre mantuvo la inconformidad sobre los límites que marcaban la Línea de Demarcación Este-Oeste, de que a la otra parte de las Indias (América), el reino de Castilla debía de poder alcanzar la India, para así comercializar con las especias que tanto dinero aportaban al reino vecino de Portugal, ésta es la base sobre la que por el ofrecimiento de Magallanes se basó toda está expedición.


Por ello nos adelantamos un poco en el tiempo, para intentar hacer ver y comprender, el porque Magallanes decidió venir a Castilla y ofrecer sus ya bastos conocimientos, a los que se sumaban ciertas dudas con respecto a la misma idea que tenía el monarca español, por ello en cuanto supo quién era el que se ofrecía, S. M no perdió ni un momento en prestarle su ayuda, para así conseguir el paso del Oeste y poder mantener unas rutas de navegación propias, no viéndose obligado a tocar las aguas de la demarcación de Portugal y ver a sus buques en más de una ocasión interceptados, robados y apresados.


Estando ya en ésta ciudad (Lisboa), consultó con astrónomos y pilotos, mientras mantenía correspondencia con Serrano (compañero y gobernador en la India), llegando a la conclusión sus mismos compatriotas, de que efectivamente aquellos territorios correspondían a España, por lo que en uno de sus correos le advirtió a Serrano, de las inconveniencias que ello podía conllevar.


Se le pierde un poco la pista, pero se sabe que con referencia a los sucesos de Azamor, escribió al Rey, para que le fuera reconocida su clase y nobleza, basándose en los méritos ya demostrados, y recibir alguna gracia, ya que era muy considerable la alcurnia de su persona y el trabajo bien hecho.
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A parte de que era costumbre en ese reino, el que fueran adquiriendo los nombramientos, dependiendo de los sacrificios demostrados, para alcanzar el grado de <<moradía>>, que con él se adquiría el mayor grado de honores y ventajas de la Casa Real, aunque no había retribución económica, pero si que ratificaba su grado de Caballero del Reino.


Pero al parecer, al Rey le habían llegado las maledicencias oportunas, pues desde Azamor se le comunicó, que Magallanes había abandonado su puesto sin permiso, que su cojera era disimulada y que se le había incoado juicio por todo ello. (Como se ve, en todas partes cuecen habas)


Basándose en esto, el Rey desestimó la petición y le comunicó, que debía hacerse llegar a Azamor para ser juzgado; Magallanes intentó el conversar con el Rey, pero no se le permitió el acceso a su persona y se vió obligado por su honor, el presentarse en la ciudad donde era requerido para ser juzgado.


Al llegar a la ciudad fue aprehendido y juzgado, pero nada se le pudo demostrar en el juicio, por lo que la sentencia fue de total absolución; obtenida ésta, se desplazó de nuevo a Lisboa.


Llegado de nuevo a Portugal y ya con las justicia a su favor, pretendió el ser recibido en audiencia por el Rey, pero este se volvió a negar, pues siempre lo consideró un advenedizo y por ello no era persona de su agrado.
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Todo esto, le llevó a reconsiderar si debía seguir sirviendo a un Rey que en nada le apreciaba, ni le reconocía a pesar de todo lo que ya había realizo por su patria y Rey, esto le llevó a pasar la frontera y ponerse al servicio del Rey de España don Carlos I.


Según un historiador, lo describe así: <<Viéndose, pues, Magallanes sin aquel precio de calidad que su rey le negaba y él creía serle debido por su nacimiento y servicios, que todo era bueno, se desnaturalizó del reino con actos públicos y pasóse a servir al emperador Carlos V>>


Según el mismo historiador (Faria), aún había más, pues el no reconocimiento de su lealtad al rey fue aprovechado por los enemigos de su persona, para atacarle impunemente, cosa que agravó la situación de Magallanes en su propio país, por ello lo describe así:


<<De creer es que pues este caballero hacía tanto por la honra, que se dio por agraviado de su rey, porque no se la aumentó con una merced que le pedía, no había de querer disminuirla con procedimiento impropio de su calidad y de su pretensión.


El Magallanes, pues, luego que vió que su rey, no sólo le había negado aquella honra, sino que le miraba con ceño, y con esto se añadía el gusto y la desestimación en sus enemigos que singularmente le exasperaron... publicó su agravio.
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Hecho esto, conoció que el asistir en su patria con su rey ofendido (porque los reyes cuentan por ofensas las quejas de sus vasallos, aunque sean justas) tenía más tormento que de comodidad o esperanza de adelantarse.


Conocido el achaque, consultó con la honra la ambición natural a cada uno de sus aumentos, y resolvióse en hacer primero todo cuanto pudo por la honra y después por el aumento.


Lo que hizo con atención a la honra, fue desnaturalizarse del reino con actos públicos para hacerse capaz de buscar otro sin nota; asegurándose que podía ir a cual le pareciese quien como él no le tenía en virtud de aquella acción pública.


Pasó, pues, el Magallanes, sobre haber hecho semejante diligencia, a Castilla, y ofreció a Carlos V que le serviría; y por principio fue platicando, como le bastaba el ánimo a descubrir aquel estrecho; cosa importantísima para la navegación castellana.


Fue admitido del emperador, y pasó al descubrimiento, y consiguióse. Júzguese agora por esta información y ejemplo la quiebra que pudo haber en la fidelidad de este caballero>>.
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No obstante Magallanes, durante todo este tiempo había seguido manteniendo correo con su amigo don Francisco Serrano, que permanecía en tierras de la India, en Ternate, de quien recibía información, de pilotos y marineros expertos, por ello estaba cada vez más convencido de que los territorios correspondientes a las Malucas, pertenecían a la corona de Castilla, por la división de la bula de Papa Alejandro VI.


Con estos informes de su amigo y los que pudo conseguir de pilotos y astrónomos portugueses, le confirmaban aún más que aquellas tierras no era de la corona de Portugal, pues las observaciones sobre las cartas de aquellos mares y la altura del Este-Oeste (que es como llamaban a la longitud), le permitía el aceptar y confirmar esta opinión, con el estudio comparado de toda la información.


Por esta razón, estaba convencido que debía de existir un paso, que navegando al Oeste le permitiera el alcanzar con mayor facilidad aquellas islas.


Tan convencido de ello estaba, que llegó a escribir a su amigo don Francisco Serrano, que en poco tiempo le iría a visitar, pero navegando por otra ruta, que no entorpeciera las relaciones entre los reinos de Portugal y España.


Así unió sus fuerzas a las de un astrónomo por nombre Rui Falero, que también había sido atacado por el Rey don Manuel, con el descrédito de su persona.
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Pero no quedaba aquí la cuestión, pues un rico mercader avecindado en Amberes, por nombre Cristóbal de Haro, que mantenía una fuerte relación con el Rey de Portugal, ya que sus negocios estaban en la India y tanto sus hombres como mercancías viajaban con las expediciones a ellas de donde sacaba una buenas cantidades, también recibió un mal trato del monarca portugués, por lo que sin dudarlo se puso del lado de Magallanes.


Consiguió el estar en la presencia del don Manuel, rey de Portugal a quien le manifestó que abandonaba el país, para prestar sus servicios a otro monarca que le hiciera más caso, pero sin nombrar para nada al Rey de España


Con todo este respaldo, se adelantó a presentarse en la Casa de la Contracción de Sevilla el día veinte de octubre del año de 1517, pensando que la tal Casa tenía suficiente poder para decidir sobre la cuestión, pero se le informó que no era así, pues todo debía llevar el visado del Rey.


Pero además se encontró, con que el Rey español aun no había llegado a su reino, pues sabemos que zarpó de Flandes, arribando a Villaviciosa en el reino de Asturias, el día diecinueve de septiembre, continuo su navegación hasta arribar posteriormente a Santander y por tierra a San Vicente de la Barquera, siguiendo el viaje pasando por Reinosa a Burgos y desde aquí a Palencia, donde se acercó a visitar a su madre, la Reina doña Juana I, encarcelada por su padre (Fernando “El Católico” y que era su hija) en la fortaleza de Tordesillas, rindiendo viaje en la ciudad de Valladolid el día dieciocho de noviembre.
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Al serle comunicada esta indisponibilidad pasajera del nuevo Rey, decidió el quedarse en Sevilla a la espera de Rui Falero.


Preguntó por la ciudad y le dirigieron a casa de un compatriota, don Diego Barbosa, que era comendador de la Orden de Santiago y teniente de alcalde de las Reales Atarazanas de la ciudad; tal fue la acogida que se le brindó, el trato y obsequios que le otorgaron, que decidió el casarse con la hija de don Diego, doña Beatriz Barbosa.


Que aunque no se sabe la fecha exacta, es razonable pensar que fuera con anterioridad al día veinte de enero del año de 1518, pues en esta fecha salió en dirección a Valladolid, para ser recibido por el Rey, con la presentación de que; <<para Castilla su propuesta era un gran negocio>>.


Consiguió el ser recibido en casa del factor de la Casa de Contratación, don Juan de Aranda, donde también fue muy bien acogido y por no serle infiel en sus pretensiones, le comunicó la realidad de su proyecto, explicándole todos los pormenores de sus investigaciones, lo que indudablemente produjo en don Juan una gran sorpresa y su apoyo incondicional al proyecto de la expedición.


Lo que no supo Magallanes, es que el factor don Juan de Aranda, al recibir esa información, envío la demanda de informes a Portugal, los cuales le ratificaron las buenas formas de Magallanes y que era previsible un gran triunfo; esto convenció a Aranda, quien a su vez envió al Gran Canciller una referencia reservada, en la que le comunicaba el proyecto y que Magallanes era persona de confianza y fiable y su exploración, con muchas posibilidades de ser un acierto.
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Al fin consiguió llegar su amigo Rui Falero, a quien se le indicó, que todo el proyecto era ya conocido en la Casa de Contratación, por lo que se molestó con Magallanes, porque previamente ellos habían concertado, que nada se diría de su estudio y proyecto, hasta estar seguros de que sería aprobado por el Rey y previéndole ahora, de que si algo fallaba, él sería el culpable de todo lo que ocurriera, ya que los españoles ahora ya estaban en su conocimiento y podían formar la expedición sin ellos, a parte de haber faltado a su palabra, que en el fondo era lo que más le molestaba.


Después de unas largas conversaciones entre ambos, concluyeron en firmar otras capitulaciones, en la que quedaba muy bien reflejado, la obligación de comunicarse los dos cualquier cosa que tuviera que ver con el proyecto, sin excusa ni pretexto y que sería decidido entre ellos si esa información se daba o no.


Al mismo tiempo, decidieron el viajar a Valladolid, pues el factor parecía que estaba alargando el asunto, ya que siempre le decía que esperasen respuesta al informe por él enviado a la Corte, pero ellos se decidieron a no esperar más.


El factor, al ver que ya no había más tiempo, se ofreció a viajar con ellos hasta la Corte, pero le contestaron que lo harían por caminos separados, pues él y como a su rango le correspondía, lo haría por el <camino de la plata>, mientras que ellos lo efectuarían por el de Toledo, consiguiendo Aranda el llegar al acuerdo, por si recibía antes de alcanzar la Corte la respuesta esperada, el que se esperasen o él se esperaría en la población de Medina del Campo.
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Al fin ya todo decidido y firmado, se pusieron en camino, el día veinte de enero del año de 1518, coincidiendo en el viaje con la duquesa de Arcos, realizando el camino por la vía de Escalona, mientras que el mismo día salía don Juan de Aranda, por la otra ruta ya descrita.


La sorpresa vino, al estar a unas tres leguas de Sevilla ya en el camino, se vió venir a un correo Real, quién demandó la presencia del factor y sabedor de que efectivamente en el carruaje iba, le entregó la respuesta del Rey a su escrito, el que tanto tiempo habían estado esperando.


En el documento se le pedía a don Juan, que fuera a la Corte en compañía de Magallanes, ya que su Majestad tenía ganas de conocer a tan insigne persona para agradecerle de esta forma y personalmente, su dedicación y entrega a un Rey que no era el suyo, lo cual le engrandecía mucho más.


Don Juan no perdió el tiempo, ordenando a uno de sus hombres, que llevara un escrito a la otra carroza que viajaba por el otro camino, se le entregó el documento y salió en su búsqueda, consiguiendo alcanzarlos en el puerto del Herradón, siéndole entregado a Magallanes, que lo leyó y se alegró mucho de la gran noticia, y como figuraba en el documento, que se verían en Medina del Campo, allí se dirigieron.
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Al llegar a esta población, ya les esperaba don Juan, pero ahora Falero ya no se oponía a viajar juntos, por lo que los tres y en el carruaje del factor, se pusieron en camino a la ciudad de Valladolid.


En el viaje, don Juan de Aranda les comentó que si podían darle parte de lo que se pudiese ganar en el viaje, pues gracias a él y a su determinación de dirigirse al Rey, este proceder había allanado el camino, pidiéndoles un octavo de todo, pues ya había adelantado dinero a Falero en Sevilla, pero éste se negó, al hacerlo, don Juan les dijo que nada aceptaría de ellos, por ser una razón que en si misma beneficiaba a su Rey y a todo su pueblo.


Al estar en las cercanías de Puente Duero, se separaron, tomando el camino a la población de Simancas, Magallanes y Falero, mientras que don Juan de Aranda se dirigió a la ciudad de Valladolid, en la población permanecieron tres días, los que le costo a don Juan el convencer del todo al Monarca.


Al llegar a la ciudad, fueron recibidos por don Juan, quién les acompañó a visitar y hablar con el Gran Canciller, el Cardenal y el Obispo de Burgos Fonseca, tratando siempre don Juan de que se llegase a formalizar el asiento, por lo que con el escribano, se fueron dictando normas y cláusulas, para el buen fin de la empresa y al ver este gran trabajo de don Juan, convinieron Magallanes y Falero, el otorgarle el octavo de los beneficios que se obtuvieran de la empresa, siendo el día veintitrés de febrero del año de 1518, cuando estamparon sus firmar en escritura pública, con la única condición, de que fuera la corona la que corriera con los gastos de formalizar la empresa.
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Se dice, que en la entrevista con tan dignos personajes, Magallanes les explicaba lo beneficioso que resultaría para España, el poder hacer el comercio de las especias de Malaca, de las que estaba convencido que pertenecían a Castilla, pero que los portugueses se estaban aprovechando de ellos a través de la vuelta por el cabo de Buena Esperanza y que para ello, llevaba un globo perfectamente dibujado, en el que quedaba muy clara esta posibilidad y la pertenencia de las Malacas a Castilla.


Y que incluso, ya en presencia del Monarca, valiéndose del globo insistía en la ruta que debía de llevar la expedición, pero sin desvelar la situación del estrecho, ó al menos donde el suponía que debía de estar, para que nadie le pudiera robar su sueño.


Pero tanto el Rey como sus consejeros, por la creencia de la época de que el continente americano iba de Norte a Sur sin interrupción, no terminaban de quedar convencidos, por lo que juzgaban de muy alto riesgo la expedición, pero a su favor estaba, que si se lograba el beneficio para la monarquía era casi absoluto, ya que dejaban de utilizar las aguas de las demarcaciones que correspondían a los portugueses y utilizar solo las correspondientes a Castilla, por lo que a partir de ese instante ya nadie podría interponerse en el tráfico mercantil, lo que daba un libertad de movimientos, que bien valía el riesgo.


Las dudas alargaron las conversaciones, lo que llevado por su ímpetu, Magallanes dijo que se ponía al frente de la expedición y que las naos, y la composición de la armada, correría a cargo de Cristóbal de Haro, y sus amigos acabando así con las dudas de todos.
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Esta jugada pura de una persona convencida de sus previsiones y nada alocado, terminó por convencer al Rey, quién ordenó que se formalizaran los documentos, para llevarla a efecto, siendo de cargo del Monarca la expedición por completo, dando al mismo tiempo la orden a Magallanes, de que en persona se encargase de realizar los preparativos para llevarla a buen fin.


Así decidido, no se perdió tiempo y tanto Magallanes como Falero, presentaron el correspondiente escrito, en el que ofrecían al Rey los dominios de todo lo descubierto e intentar abrir unas rutas navegables para su fácil comunicación, así como el guardase para ellos las mercedes que dieran lugar a ello el descubrimiento, pero explicando que tanto si era a cuenta de la corona, como si lo era de los que ya se habían ofrecido.


Así se le presentó al Rey, el cual y como ya tenía tomada la decisión, se ciñó exclusivamente a la primera forma, ya que desde ese instante él era el que decidía quien iba o se quedaba, por que era quien pagaba la expedición.


El mencionado documento, no lo transcribo por su extensión y porque, aunque interesante no es vital para la biografía de Magallanes, pero consta de nueve puntos la primera parte y la segunda de otros cinco, pero si alguien lo quiere conocer, lo puede consultar en; Archivo de Indias. Sevilla. Legajo 1º. Papeles del Maluco, 1519, 1547.
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Por fin el día veintidós de marzo del año de 1518, se firmó el contrato en un solemne acto, en el que se concluyó que la expedición estaría compuestas por cinco naves, con todos los bastimentos y artillería necesarios para tan larga travesía; así como el otorgamiento del título de capitanes de esta armada, con todas las facultades de las que siempre habían gozado éstos en la de Castilla, así como la orden a la Casa de Contratación del pago de su sueldo, por importe de cincuenta mil maravedís.


El Rey permaneció en Valladolid hasta darse por concluidas las Cortes de Castilla, siendo a principios del mes de abril, cuando partió la Corte en dirección al reino de Aragón, pero el Monarca quiso al llegar a Aranda de Duero, el que la expedición no sufriera mucho retraso y al mismo tiempo, dar prebendas a Magallanes y Falero para que estos no se sintieran apartados de su real afecto, para que nada enturbiara las inmejorables relaciones entre ellos y don Carlos, por ello con fecha del día diecisiete de mismo mes, dictó unas reales cédulas, en las que mandaba lo siguiente:


<<1º Que además del sueldo que les había asignado como capitanes suyos, se les abonasen ocho mil maravedís cada mes mientras sirviesen en la armada en que iban a descubrir.


2º que también se le diese a cada uno treinta mil maravedís para ayuda de costa, la cual cobraron el día siete de mayo.

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