La carrera por las islas de la especiería
Prólogo (I)

No hay la menor duda que siempre habrá quien ocupe el lugar que otro deja y busque la manera de obtener, enfrentándose a cualquier peligro y dificultad, todo aquello que deseen los que pueden y están dispuestos a pagar por ello.

La época de la dominación romana no fue una excepción y la “ruta de la seda” que unió la capital del Imperio con China, concretamente con Chang´an, actualmente Xi´an, constituyó un canal comercial, para satisfacer los gustos de Roma y también una forma de intercambio cultural.



Europa o lo que sería en un futuro Europa, sintió desde entonces una gran atracción por todo lo que viniese de ese Oriente misterioso y siguió teniéndola aún después de la desaparición del Imperio, en el año 476, al ser depuesto Rómulo Augusto.

Quedaba Bizancio, después Constantinopla, permaneciendo el mismo deseo por lo oriental aumentado, si cabe, por el “libro de las maravillas” que relataba los viajes de Marco Polo (1254-1324)

Llega pues la hora de Venecia cuyo apogeo comercial coincide con el control de los productos orientales, asociada al Imperio bizantino, denominación moderna del Imperio Romano de Oriente, y en competencia con los genoveses y florentinos

Pero una nueva mercadería, conocida a raíz de las Cruzadas y tradicionalmente controlada por los árabes que ocultaban sus fuentes, se une al resto y, como no, Venecia tiene la exclusiva europea.

Esta maravilla la constituían las especias.

La carrera por las islas de la especiería
Prólogo (II)

La medicina, el aporte de exóticos sabores a los alimentos y su conservación, además de la dificultad de su obtención, las hacía muy valiosas.

Venecia establece sus rutas, herederas de las romanas, logrando grandes beneficios.
1.- La ruta del mar Negro que, después de llegar a Constantinopla, se dividía en dos: una se dirigía hacia Crimea, mar de Azov, y remontaba el Don hasta Tara, lugar de llegada de las caravanas mongolas y rusas. La segunda se dirigía a Sinope y Trebisonda.

2.- La ruta de Palestina y Siria por Morea, Creta y Chipre.

3.- La de Egipto adonde llegaban las especias por el mar Rojo.

4.- La más larga del Norte de Europa, con escalas en Sicilia, Malta, Trípoli, Túnez, Argel, Orán, Tánger, Lisboa, Burdeos, La Rochelle, Bourgneuf, Brujas, Amberes y Londres



En un principio las mercancías de Oriente llegaban a Venecia en barcos bizantinos, pero pronto los venecianos armaron buques propios, llegando a los 3.000 buques mercantes los que navegaban bajo bandera veneciana, en su mayoría dedicados al comercio costero y la pesca.

El principal país con el que comerciaba Venecia era Egipto donde los árabes vendían las especias que compraban, vía India, a comerciantes chinos que a su vez las obtenían de los productores en las Molucas

La carrera por las islas de la especiería
Prólogo (III)

A principios del siglo XV solo el comercio de especias movía anualmente 540.000 ducados.
La caída de Constantinopla en 1453 deja a Venecia sin su principal socio y lo que es peor, pierde el control de tan lucrativo comercio y comienza su decadencia, coincidiendo con la expansión del Imperio Otomano



No cabe duda de que los principales caminos están cerrados y las mercancías, cuando llegan, alcanzan precios prohibitivos, no obstante conservaba el suficiente control sobre los productos que desde Ceilán y China, llegaban por la ruta del mar Rojo.

Los competidores de Venecia no se conforman con la situación, Génova y Florencia buscan alternativas pero deben salir del Mediterráneo y buscan socios en la península ibérica

La necesidad existe, los productos para satisfacerla también

Solo hay que encontrar la manera de llegar a ellos.

La carrera por las islas de la especiería
Prólogo (IV)

¿Y los reinos ibéricos?



Ajenos de momento a la dura competencia que se les avecinaba, Aragón miraba al Mediterráneo, la presencia musulmana estaba reducida al reino de Granada, Castilla seguía con la Reconquista y Portugal, que había terminado la suya con la toma de Faro en 1249, iniciaba su aventura en el exterior.

Así el 21 de agosto de 1415 Juan I conquista Ceuta

Enrique II, El Navegante, funda en Sarres la Escuela de Náutica en 1416

En 1434 se dobla Cabo Bojador, en la costa africana, frente a las Canarias donde hay intereses castellanos desde 1402

Como consecuencia y para delimitar el campo de acción, se firma en 1479 el tratado de Alcaçovas-Toledo en el que se establecía que a partir del paralelo del Cabo Bojador (27º) comenzaba la zona de expansión portuguesa hacia Asia por el sur.

La dura competencia por las especias (I)

“No se puede dudar que lo que determinó el movimiento de expansión marítima de los pueblos europeos fue casi exclusivamente la busca de los productos de Oriente, de preferencia las especias y los metales preciosos”

Tras la lectura del prólogo parece, de acuerdo con la frase anterior del profesor Jaime Cortesao, que solo los intereses comerciales guiaron la formación de los imperios marítimos de España y Portugal y si bien es cierto que toda empresa, por noble que sea, necesita financiación y que esta no llega si no hay razonables expectativas de obtener beneficios, no solo el vil metal es suficiente y podemos preguntarnos ¿cuando empezó todo esto?

Cuando España, y lo digo en su más amplia acepción como el conjunto de los pueblos ibéricos que expulsó de su suelo al Islam.
(“Hablad de castellanos y portugueses, porque españoles somos todos” Luis de Camoens 1524-1580)

Cuando solo España, consiguió expulsar de su suelo al Islam y su expansión y aventura descubridora fue consecuencia del talante forjado desde el siglo VIII en su lucha contra el invasor.
(Claudio Sánchez-Albornoz 1893-1984)

Cuando en representación del espíritu europeo contra los designios árabes la vanguardia portuguesa hacia el este rodeando África y la castellana hacia el oeste, a través del Atlántico primero y del Pacífico después, llevaron la civilización occidental hasta el último confín del globo.
(Arnold J. Toynbee 1889-1975)

Por eso y aunque el centro siga puesto en lograr el control de las especias y en los grandes beneficios que eso pueda producir, me quedo con lo dicho por Bernal Díaz del Castillo, cronista de Cortés, como el compendio de todas las razones

“Por servir a Dios, a su Majestad y dar luz a los que estaban en tinieblas, y también por haber riquezas, que todos los hombres comúnmente buscamos”

La dura competencia por las especias (II)


Partiendo del puerto de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón zarpó hacia el occidente con la intención de llegar al sudoriente de Asia, región productora de especias

En las Capitulaciones de Santa Fe se citan expresamente “perlas preciosas, oro, plata, especiería y otras cualquier cosas”

El 12 de octubre encontraron un nuevo mundo, pero ellos no lo sabían y a la vuelta seguían convencidos de haber llegado a Asia.

El 25 de septiembre de 1493 da inicio un segundo viaje, ya con 17 navíos y 1.200 hombres y seguían intentado identificar lo descubierto con Catay.

Portugal reclama, apoyado en el vigente Tratado de Alcaçovas, y tras la mediación del Santo Pontífice, se firma el 7 de junio de 1494 el Tratado de Tordesillas, delimitando las zonas de influencia y de exploración.

La carrera había comenzado

La dura competencia por las especias (III)


El tercer viaje de Colón con seis barcos, el 30 de mayo de 1498, ya supuso la más que fundada sospecha de que lo descubierto no era Catay,

Entre tanto el 8 julio de 1497 parte, en su primer viaje, Vasco de Gama que llega el 17 de abril a Calicut, en la India.

Llenó sus barcos con clavo, pimienta y nuez moscada, proporcionando al regreso la enorme ganancia de 800.000 ducados

Parte de nuevo el 12 de febrero de 1502 en un segundo viaje que le lleva a Conchin mientras el cuarto y último viaje de Colón se inicia en mayo con el decidido propósito de encontrar un paso en ese obstáculo que les impide llegar a su ansiado destino.



Para colmar el vaso, en 1503, barcos portugueses llevaron por primera vez especias a Amberes y al años siguiente cinco buques descargaron en Inglaterra 380 toneladas de pimienta y especias traidas desde Calicut

La ruta de distribución europea de Venecia había sido ocupada por Portugal que con sus compras hizo entrar en crisis a la “Serenísima República” . Ya no encontraba con tanta facilidad mercancías ni en Beirut ni en Alejandría.

Isabel la Católica ha muerto en 1504, pero Castilla no ceja, y las Cortes de Toro preparan al año siguiente una nueva expedición que se retrasa por la muerte de Felipe el Hermoso, la segunda regencia de Fernando el Católico y la posterior de Cisneros.

No obstante expediciones al mando de Diego de Nicuesa, Alonso de Ojeda, Vicente Yánez Pinzón y Juan Diaz de Solís exploraron lo que hoy es Centroamérica, Venezuela y Colombia en busca de un estrecho que permitiese el paso al mar que se supone que existe al otro lado.

La dura competencia por las especias (IV)

Portugal, imparable, organiza la expedición de Alfonso de Alburquerque a la India, que ocupa Goa en 1510 y conquista en 1511 Malaca, con la participación de Fernando de Magallanes

La importante conquista de Malaca, uno de los puertos más activos del mundo en el siglo XVI y nudo vital en el comercio de las especias y con razón Tomé Pires farmacéutico portugués afincado allí desde la conquista declaraba con orgullo

“Quienquiera que sea el señor de Malaca tiene su mano en la garganta de Venecia. Hasta Malaca y de Malaca a China y de China a las Molucas y de las Molucas a Java y de Java a Malaca (y) Sumatra, (todo) está en nuestro poder



Restos de la fortaleza portuguesa “A Famosa” en Malaca


En 1512 Antonio de Abreu parte desde Malaca, con tres naves, y llega a las islas Banda, Molucas del sur, y desde donde Francisco Serrao (amigo y deudor de Magallanes que le había salvado la vida), tras naufragar, llegó a Ternate en las Molucas Septentrionales

Uno de los participantes había llegado a su destino.

Algo de geografía

A lo largo del relato salen nombres de islas que, salvo tener un buen atlas resulta difícil situar con la mente, máxime cuando los nombres o han cambiado o sencillamente no aparecen, al menos en los mapas a los que he tenido acceso.

Para lograr una visión de conjunto en la siguiente imagen presento la situación de las Molucas en relación con los asentamientos portugueses más adelantados fuera de ellas, con el archipiélago filipino, futuro asentamiento español y con el proyectado y nunca consumado de Nueva Guinea.

Las islas

Centrados en las Molucas y respetando la actual división en Maluku Utara, al norte y Molucas del Sur, como provincias de Indonesia, presento en lo que he podido los nombres de las islas

Las Molucas, el mito


Cuando los occidentales llegan a las Molucas existían cuatro reinos importantes, todos gobernados por musulmanes.

Ternate, Tidore, Jailolo y Bachan y aunque se cree que el Islam había sido introducido hacia 1420, solo los reyes y los miembros de sus familias lo habían aceptado y de hecho, como entidades dominantes, existía una dualidad entre Ternate y Tidore a la par que una acentuada rivalidad que daba sentido a la existencia de la sociedad moluqueña.

Jailolo con Tidore y Bachan con Ternate habían perdido importancia aunque la leyenda atribuia a Bachan la creación de las Molucas cuando de cuatro huevos de serpiente recogidos por un anciano de la isla nacieron cuatro niños, tres varones y una hembra, que al crecer se convirtieron en los reyes de Bachan, de los Papúas y de Butung y Banggai, y la mujer en esposa del rey de Loloda (aldea de Jailolo).

La conquista de Malaca, lugar de destino de las especias moluqueñas y base de su riqueza, dio un gran prestigio a los portugueses y supuso una gran conmoción, aunque la posterior llegada española volvió a crear la, para ellos, necesaria dualidad.

Durante el conflicto hispano-portugués existió la creencia, errónea por otra parte, de que solo cinco islas eran productoras de especias, Ternate, Tidore, Makian, Moti y Bachan, todas pertenecientes a las Molucas del norte, permaneciendo el equilibrio entre los dos sultanatos dominantes.

El abandono español, por el Tratado de Zaragoza, y la posterior instalación de los holandeses mediante la Compañía Holandesa de Indias, a sangre y fuego, a partir de 1599, acabó con este orden.

Las Molucas según Pigafetta

Las Expediciones españolas (I)
Magallanes-Elcano


Conocida la noticia del descubrimiento del mar del sur por Núñez de Balboa se apresta en 1915 una armada con mil hombres al mando de Pedro Arias Ávila, con las instrucciones de fundar un asiento en las costas del nuevo mar y construir una vía practicable a través del istmo, pero la muerte de Fernando el Católico y la posterior regencia del cardenal Cisneros deja aplazada la empresa.

Ya con Carlos I en el trono, el 20 de septiembre de 1519 zarpa Magallanes con 5 naos y 265 hombres con el propósito de buscar una ruta que les llevara, por occidente, a las islas de la especiería.

Un relato pormenorizado lo pueden encontrar en este mismo foro en la biografía de Magallanes
viewtopic.php?f=42&t=923

Y en la primera circunnavegación
viewtopic.php?f=95&t=1715

Solo vuelve la nao Victoria al mando de Juan Sebastián Elcano que, una vez cargada, parte el 21 de diciembre hacia el oeste evitando a los portugueses para terminar dando la vuelta al mundo.

La nao Trinidad al mando de Gonzalo Gómez de Espinosa, con graves averías que le impiden seguir a la Victoria, permanece en Tidore pero con la intención de intentar la vuelta por el este y solicitar refuerzos, constituyendo el primer intento del “tornaviaje”

Reparada en lo posible, el 6 de abril de 1522 parte hacia el nordeste en dirección a las Marianas con novecientos quintales de clavo y cincuenta hombres (54 según algunas fuentes, tal vez 50 más los tres desertores en las Marianas y el mismo Gomez de Espinosa sumen esos cincuenta y cuatro).

Alcanzadas las islas mas septentrionales, toma rumbo N. hasta sobrepasar los 40º, pero tiene que regresar a causa de las tormentas que le impiden seguir, llegando a Ternate en las Molucas, seis meses después y donde los 18 supervivientes son apresados por los portugueses junto con el barco y su carga.

Solo tres, incluido Espinosa, fueron repatriados vía Lisboa tras unos años de prisión





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Las Expediciones españolas (II)
García Jofre de Loaysa (I)

Algo parecía claro. Por el estrecho de Magallanes era imposible establecer una línea comercial comparable a la de los portugueses por el Cabo de Buena Esperanza, no obstante desde la llegada de los supervivientes de Elcano y pese a las vigorosas protestas del rey de Portugal, se prepara una nueva flota que puesta al mando de García Jofré de Loaysa parte desde La Coruña con 7 naves y 450 hombres.

viewtopic.php?f=38&t=2185&hilit=loaysa

Suficientemente expuesta por Ensenada en el enlace que se indica, solo recordar que de las siete naves de esta desastrosa expedición una, el patache Santiago al mando de Santiago de Guevara, tras separarse involuntariamente al entrar en el Pacífico, arrumbo al N. y llegó el 25 de julio de 1526 a Nueva España, fondeando en el golfo de Tchuantepec

La Santi Spiritus perdida en el estrecho de Magallanes

Dos habían desertado, la Anunciada y la San Gabriel, antes del paso al Pacífico

De la San Lesmes, desaparecida, no se supo jamás, salvo si se considera que los indicios encontrados, más de 200 años después en la isla Tepujoé, en las cercanías de Tahití le corresponden a ella

La Santa Maria del Parral embarrancada en Saguín tras el amotinamiento y muerte de su capitán

La capitana, Santa María de la Victoria, tras un penoso viaje desde las Marianas llegó a la isla Talao, cerca de Mindanao y al NE de las Célebes, al mando de Martín Iñiguez de Zarquisano, el 22 de octubre de 1526.

Anteriormente, el 30 de julio, moría Loaysa, le siguieron Sebastián Elcano y Alonso de Salazar que sucesivamente tuvieron el mando, hasta recaer en Zarquisano.

El 22 de octubre llegan, por fin, a las Molucas en Samafo al NO. de Gilolo alcanzando el destino propuesto tras 440 días y en las peores condiciones posibles.

Las Expediciones españolas (II)
García Jofre de Loaysa (II)

Establecidos a partir del 1 de enero de 1527 en Tidore, los supervivientes españoles resistieron los ataques portugueses estando al mando de Hernando de la Torre, tras la muerte de Zarquisano probablemente envenenado el 12 de julio de 1927.

Resistiendo en Tuguabe el puñado de supervivientes fueron los primeros que divisaron, el 27 de marzo de 1528, la llegada del barco español La Florida, al mando de Álvaro de Saavedra



Interpretación del derrotero de la expedición Loaysa

Las Expediciones españolas (III)
Alvaro de Saavedra Cerón (I)

Su biografía puede consultarse en este enlace del propio foro
viewtopic.php?f=42&t=1686


El gran desgaste que sufría cualquier expedición antes de su destino, pues saliendo de España y aprovisionándose en Canarias, tenían ante si la travesía del Atlántico, el invierno en fondeaderos de la costa hoy brasileña o argentina, la dura navegación hasta el cabo de las once mil vírgenes, el paso por el estrecho y la larga navegación, ya en el Pacífico, rumbo al norte noroeste hasta encontrar vientos favorables para hacer el camino hacia poniente.

La lógica decía que todo esto era evitable si el punto de partida era Nueva España, la lógica y Hernán Cortés que estaba persuadido de la importancia de contar con unidades navales y que promovió la exploración de zonas próximas en el mar descubierto por Balboa

Ya Cortés había construido anteriormente navíos en Zacatula y de ahí procedían con toda seguridad las dos naos y el bergantín aparejados para esta nueva exploración, cumpliendo el deseo del Emperador Carlos que, por Real Cédula de 10 de junio de 1526 y firmada en Granada, ordenaba la preparación de una armada para enviarla a las Molucas con los objetivos siguientes:

Recabar noticias de los supervivientes de la Trinidad
Auxiliar a la expedición de Loaysa
Auxiliar a la expedición de Caboto, al que se suponía en el Pacífico

Con 110 hombres y las naos ”Florida” y “Santiago” y el bergantín “Espíritu Santo”, parte Álvaro de Saavedra Cerón, primo de Cortés, el 31 de octubre de 1527 desde Zihuatanejo

Situación y aspecto al día de hoy del punto de partida de la expedición y de los astilleros donde se construyeron las naves que, siendo españolas, jamás sus quillas estuvieron en aguas europeas.

Las Expediciones españolas (III)
Alvaro de Saavedra Cerón (II)

Bajan en latitud y alcanzados los 12º arrumban al oeste.

Cerca de las Marianas y al norte de las Carolinas, una tempestad sorprendió a la flota quedando la “Florida” separada de los otros dos barcos, de los que no se supo más.

Llega la nao capitana a las proximidades de Mindanao y rescata a tres supervivientes de la expedición Loaysa, precisamente los amotinados de la “Santa Maria del Parral”

Llegan por fin a Tidore donde prestan ayuda al resto de los supervivientes, al mando de Hernando de la Torre y donde se juzga y ajusticia a los amotinados rescatados en Mindanao, una vez conocidos los hechos.

Los aproximadamente cuarenta hombres de la “Florida” no es un refuerzo que cambie el equilibrio de la disputa entre portugueses y españoles, que tiene que aguantar y rechazar otro ataque, uno más.

Dado que los portugueses sabían que iban a recibir refuerzos de Goa y Malaca y los españoles no tenían la más mínima seguridad de recibirlos de Nueva España, se decide, con la nao disponible, la sufrida “Florida”, retornar para solicitarlos

Zarpa Saavedra el 12 de junio de 1528 y tras cinco meses de navegación y alcanzar los 14º N., cae en la red de los vientos alisios del nordeste que les lleva de nuevo a las Molucas el 19 de noviembre, tras pasar por las Marianas y Mindanao.

Reparada la “Florida” intenta de nuevo el regreso zarpando el 2 de mayo de 1529 tomando una ruta más al sur, donde fueron las calmas las que obstaculizaron el viaje.

Logró llegar a los 26º norte cerca de las islas más septentrionales de las Hawai, pero murió continuando el barco más hacia el norte hasta que el tiempo adverso y el mal estado de la nao, les obligan a volver a las Molucas, esta vez a la isla de Gilolo o Jailolo hoy Halmahera

Las Expediciones españolas (III)
Alvaro de Saavedra Cerón (III)



En delicada situación quedaban los supervivientes españoles que tras continuar la lucha no les quedó otro remedio que la rendición tras los ataques portugueses iniciados el el 28 de octubre de 1529.

El 3 de noviembre arribó una flota portuguesa trayendo a un nuevo capitán general y la noticia de la firma del tratado de Zaragoza.

En cualquier caso y tras otros acontecimientos que no viene al caso, de luchas entre moluqueños, portugueses y españoles, los supervivientes abandonaron las Molucas el 15 de febrero de 1935 y repatriados a Europa llegaron a Lisboa a mediados de 1536.

Mayores detalles pueden encontrarse en el tema dedicado a Urdaneta en este mismo foro por parte de Ensenada.

viewtopic.php?f=42&t=1339

Personaje en el que, además de sus condiciones personales, estaba acumulada la experiencia propia de casi once años, más la de todos aquellos a los que había conocido en tan penosas circunstancias, en fin, que tal vez ya en su cabeza tomaban forma y empezaba a comprender los mecanismos de las corrientes y de los vientos de aquel océano esquivo.

Las Expediciones españolas (IV)
Ruy López de Villalobos (I)

Su biografía puede consultarse en el foro en este enlace
viewtopic.php?f=42&t=130


Han pasado veinte años desde que la Trinidad intentase el regreso por primera vez con el mismo resultado que los tres posteriores, también han pasado muchas cosas y el conflicto con los portugueses por las Molucas ha quedado, al menos aparentemente, zanjado con el Tratado de Zaragoza de 1529.

Pero quedan muchas islas y es necesario explorar y evangelizar los territorios que pudiesen corresponder a España, al menos ese era el pensamiento del virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, cuando encargó esta misión a su pariente Ruy López de Villalobos pero además la de averiguar lo acaecido a las anteriores expediciones y descubrir el secreto del tornaviaje.

“Como sabeis, el viaje de la vuelta no está descubierto ni sabido, de cuya causa habeis de pensar que ha de ser largo”

Imagino a Ruy algo preocupado ante tal expresión de optimismo de su pariente el virrey

Realmente la empresa que va a comenzar nace con Pedro de Alvarado y en el astillero de Iztapa, en Guatemala, se construyeron las seis embarcaciones que la realizaron, pero al morir el 24 de junio de 1541, Antonio de Mendoza la retomó.

Parten pues desde Barra de Navidad, 370 hombres al mando de Villalobos con la “Santiago” como capitana, el 1 de noviembre de 1542.

Completan la armada la “San Juan de Letrán”, verdadera protagonista, “San Jorge”, “San Antonio”, la galeota “San Cristóbal” y el bergantín “San Martín”

Las Expediciones españolas (IV)
Ruy López de Villalobos (II)


De una forma rápida, pues el objeto ahora del relato son los intentos de vuelta a levante, diré que la expedición, tras derrotar los primeros días al sudoeste, se mantiene casi todo el viaje a 11º sobre el equinoccio, llegando a la isla de Mindanao (que llamaron “Cesare Caroli”) el 2 de febrero de 1543, habiendo perdido tras una tormenta unos días antes, a la galeota “San Cristóbal”, que mas tarde se supo que acabó en la isla Macagua , al norte de Mindanao. Allí permanecen durante un mes.

Al no dejarles las tormentas ir hacia el norte, recalan en la isla Sarangani, que llamaron Antonia, no sin antes perder la “San Antonio” y ante las penalidades sufridas se decide que la “San Juan de Letrán” puesta al mando de Bernardo de la Torre, busque el camino de vuelta a Nueva España.

Zarpa el 4 de agosto de Sarangani recalando en Leyte el 26 para seguir rumbo dos días después alcanzando los 16º a la altura de las Marianas y siguiendo rumbo norte lo que le llevo hasta los 25º norte en el archipiélago japonés de Kazan Retto, al que llamó Los Volcanes.

Quien iba a imaginar el futuro de una de estas islas, que Bernardo de la Torre vería, aunque a ras de agua, y no muy distinta de esta imagen del Suribachi en Iwo Jima

Las Expediciones españolas (IV)
Ruy López de Villalobos (III)

Intenta refugiarse en las islas del mal abrigo (Islas Bonin) pero el temporal y la pérdida de control del barco les lleva trece dias después a Tandaya (Samar) a una bahía grande, que no era otra cosa que el estrecho de San Bernardino, siendo el primer europeo en penetrar en el.

También llamo a la isla de Samar, Isla Felipina, topónimo que se extendió después a todo el archipiélago y así buscando a su capitán general volvió a Sarangani siguiendo hasta Gilolo y finalmente a Tidore, donde las cosas no iban bien.

Las Expediciones españolas (IV)
Iñigo Ortiz de Retes

Su biografía en el foro
viewtopic.php?f=42&t=1818

La situación en las Molucas se hace insostenible por la presión portuguesa amparada en el tratado de Zaragoza y que solo tolerarían si la presencia española se debe a causa mayor.

En estas circunstancias Villalobos ordena a Iñigo Ortiz de Retes que a bordo de la ya muy baqueteada “San Juan” lo intente de nuevo, aunque esta vez por latitudes más meridionales.

Ortiz de Retes, que según fray Jerónimo de Santisteban cronista del viaje de Villalobos, era “Alférez mayor y maestre de campo, un honrado hidalgo de corazón y obras, hombre animoso y trabajador” zarpa de Tidore el 16 de mayo de 1545.

Pone proa al norte, a las islas Talao, para seguidamente hacerlo al sudeste hasta la “isla grande” (Nueva Guinea) navegando a lo largo de la misma durante 250 leguas, ya que les impide hacerlo más al sur.

Llegados a la desembocadura del rio Mamberano, al que llamaron San Agustín, el 20 de junio, desembarcan para hacer aguada y Retes toma posesión para la corona española de la isla de Nueva Guinea, llamada así por la similitud del color de la piel de sus habitantes con los de la Guinea africana.

Siguieron por el paralelo 3º sur llegando a las islas anacoretas, pero ante las grandes dificultades para navegar y la negativa de los pilotos a continuar, deciden a finales de agosto volver a Tidore, donde llegan el 3 de octubre.

Derrota de Ortiz de Retes



Villalobos, ya sin alternativas, negoció con los portugueses la repatriación y tras cumplir sus exigentes condiciones malvendiendo, además, las supervivientes Santiago y San Juan a cambio de ropa y comida.

Serían devueltos a la península en barcos portugueses de la ruta del Índico y Atlántico.

En Ambón (Amboina) murió Ruy López de Villalobos y los 144 restantes llegaron a Lisboa en dos barcos distintos a lo largo de 1548.

Los que nunca llegaron (I)
Juan Díaz de Solís

La realidad es que con dirección a las islas de la especieria puede decirse que partieron todas las expediciones españolas, empezando por el primer viaje de Colón, pero solo haré una pequeña reseña de aquellas que decididamente partieron en busca del paso al mar del sur, o tenían órdenes expresas de hacerlo, una vez que se tuvo constancia de su existencia en 1913.

El 8 de octubre de 1515 zarpó de Sanlucar de Barrameda el Piloto Mayor Juan Díaz de Solís (que sucedió en el cargo a Américo Vespucio cuando murió en 1512) con tres naves, 60 tripulantes y provisiones para dos años, lo que indica un lejano objetivo, para descubrir un paso que les permitiera llegar a las islas de las especias.

Costeando desde el cabo S. Roque llegó a una isla que llamó de La Plata y posteriormente al actual estuario del Río de la Plata al que denominó Mar Dulce pues tal era el caudal del río Paraná que hacia sentir sus efectos en el mar circundante.

En febrero de 1516 estaban en la desembocadura del río Paraná-Guazú, que se llamó desde entonces el río de Solís, hasta que 20 años más tarde fue rebautizado como Río de la Plata, por creerse que desde el mismo podía accederse a la Sierra de la Plata o el Perú.

Habiendo desembarcado en un lugar que llamó Nuestra Señora de la Candelaria (Hoy Colonia, Uruguay) donde tomó posesión en nombre de España pasó a la cercana isla de Martín García (por un tripulante que enterraron allí) y entró en contacto con los aborígenes pero le asesinaron junto con otros siete.

Impotentes el resto decidieron regresar a España perdiendo al hacerlo una nave en los arrecifes de la isla Sta. Catalina, donde quedaron 18 náufragos.

Las dos restantes atracaron en Sevilla el 4 de septiembre de 1516

Los que nunca llegaron (II)
Gil González Dávila o de Ávila y Andrés Niño

De regreso a España después de haber servido como contador real en Santo Domingo y Cuba al rey Fernando, Gil González Dávila obtiene de Carlos I, junto con el piloto Andrés Niño, licencia para buscar el estrecho y explorar desde las costas de Panamá hacia el oeste hasta mil leguas y bajar luego otras doscientas, en claro intento de llegar a las Molucas.

Con tal fin zarpan de Sanlucar de Barrameda el 13 de septiembre de 1519 con una flota formada por tres galeones y un bergantín.

La expedición toca en La Española y posteriormente en Acla, en la costa de Kuna Yala, hoy San Blas, para dirigirse trasportando las naves por el istmo hacia Darién y el Golfo de San Miguel, donde deberían completarse con otras cuatro naves construidas en el lugar.

Empezaron las búsqueda del estrecho en enero de 1522, desde las islas de las perlas en dirección al golfo de San Lúcar (Nicoya, Costa Rica) donde se separaron.
Andrés Niño continuó hasta lo que se llamó río de la Posesión (actual puerto de Corinto).
Luego siguió, descubriendo el golfo que denominó Fonseca.
De ahí continuó remontando hasta ponerse a la altura de Tehuantepec, de donde retornó hacia el golfo de San Lúcar reuniendose con Gil González.

Niño murió en 1525 remontando el rio Ulúa, en la provincia de San Miguel (El Salvador)

González de Ávila apresado por Cortés y acusado de usurpador fue enviado a España, muriendo en Ávila el 21 de abril de 1526