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Biografía de don Juan Parisot La Valette.


Gran Maestre de la Orden de Malta.


Descendía de una familia de arraigo y nobleza antigua tolosana, viniendo al mundo en el año de 1494, por lo que desde muy joven pertenecía a la Orden.


En el año de 1530, ya se distinguió en la defensa de la isla de Malta.


Por sus destacados méritos, en el año de 1537, se le nombró Comendador y Gobernador de Trípoli.


Y en el año de 1557, sucedió como Gran Maestre de la Orden a don Claudio de La Sangle.


Su impronta, le permitió el mantener una política de firmeza, por lo que se caracterizó, por restablecer la unión y disciplina de las tropas de la Orden, así como demostrar su poder, sobre las provincias de Germania y Venecia.
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Como buen conversador, era dúctil en el habla y convencía fácilmente, a parte de la existencia de las inmejorables relaciones, con España, pues no en balde el rey don Carlos I, hizo cesión de la isla a la Orden, para su establecimiento y que tuvieran un lugar seguro donde permanecer.


Por un ataque turco a Trípoli esta se perdió, lo que le llevó a tratar con el almirante don Juan de la Cerda, que lo era del reino de España, donde a la sazón reinaba don Felipe II, para que con el consentimiento de S. M. fuera posible el realizar un esfuerzo bélico, para recuperar dicha plaza.


Por lo que se fueron reuniendo las escuadras, para desde la misma isla zarpar con rumbo a Trípoli, pero por diferentes causas, se sufrió una terrible perdida de estas fuerzas, donde de nuevo salió el empuje y valor de La Valette, que por sus méritos consiguió evitar que el desastre fuera mayor, pues a pesar de ellos realizando una magistral maniobra, salvó a casi todas las naves cristianas y aprovecho su retirada, con su superioridad para ir apresando a varias naves corsarias, que se encontró en su rumbo.


En el año de 1565, el Sultán Solimán II, viendo que no había forma de apoderarse de la pequeña isla, que tanto le estorbaba en sus navegaciones o depredaciones, ordenó el poner fin al dominio de la isla.


Para ello reunió una de las mayores fuerzas navales y del ejército, vistas hasta entonces en este siglo, pues la componían más de doscientos los buques y cuarenta mil los soldados transportados en ellos, siendo puestos a las ordenes de Dragut, uno de sus jefes preferidos y más valerosos.
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Pero las previsoras medidas adoptadas por La Valette, habían convertido al puerto de la capital, en una verdadera fortaleza casi inexpugnable, lo que le permitió el soportar el asedio de los turcos, por espacio de cuatro meses.


Lo que alertadas por las noticias de la grave situación de la isla, se armaron las escuadra españolas, concentrándose todas ellas en la isla de Sicilia, desde donde se hicieron a la vela y acudieron en su auxilio, cuya llegada desorganizó a las fuerzas navales turcas, que apresuradamente abandonaron el asedio las tropas, abordaron sus naves y pusieron rumbo a su país, que no era otro que el llamado la Sublime Puerta.


Al sufrir este nuevo ataque, aún si cabe mejoró las defensas de la plaza, para lo que ordenó construir la ciudadela, que lleva su nombre Cité-Valette y desde entonces se conoce a la ciudad y puerto por este nombre La Valette.


Poco pudo disfrutar de su obra, pues en el mismo año que se terminó, unos meses después fallecía, corriendo el año de 1568.





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