Biografía de Diego de Egüés y Beaumont, marino, militar, gobernador en Nueva Granada, y caballero de la Orden de Santiago.

Nació en Sevilla, hacia 1.612; murió en Bogotá, el 25 de diciembre de 1.664. Su solar estaba en las Amescuas (Navarra), en un lugar llamado de estas tres formas: Güés, Egüés y Goen.

Primogénito de don Martín de Egüés Beaumont y Jiménez del Bayo (caballero del Orden de Calatrava, a su nacimiento Oidor de la casa de la Contratación de las Indias, y después de la Chancillería de Valladolid, y Presidente de las Charcas), y de doña Ana Verdugo de la Cueva (nacida en Carmona o en Sevilla, hija del doctor Sancho Verdugo, alcalde de la Audiencia de Sevilla, de familia procedente de Arévalo).

De niño fue paje del rey. Cuando su padre fue designado presidente de la Real Audiencia de Charcas, le acompañó al Perú. Tras su muerte, compadecido el virrey Conde de Chinchón de la pobreza y orfandad en que quedaba, aunque aún no hubiera cumplido veinte y un años, nombró a don Diego Corregidor y capitán a guerra de la villa de Oropesa y valle de Cochabamba, cargos que desempeñó a gran satisfacción, demostrando un gran temple.

Cumplido su tiempo de corregimiento, obtuvo patente real de Capitán de infantería en el Tercio del maese de Campo D. Sebastián de Corcuera, en el tiempo en que una escuadra holandesa amenazaba El Callao (Perú). Pasado el peligro regresó á España, sirviendo en la Armada de la Carrera de Indias con los cargos de arcabucero y de capitán de mar y tierra.

Yendo en la flota de Tierra Firme, mandada por don Carlos de Ybarra (vizconde de Centenera, marqués de Caracena después), en viaje desde Cartagena de Indias a La Habana, en agosto de 1638, intervino en el combate librado con la escuadra holandesa de Cornelis Corneliszoon Jol, conocido por “Houtebeen” (“pie de palo”), que se saldó con victoria española.

En 1639-40 desembarcó en Cataluña como capitán de infantería del Tercio de galeones, rechazando los intentos enemigos de socorrer a Salsas. Estuvo con don Juan de Austria en el sitio de Gerona, lo que le valió el nombramiento de mayordomo del mismo.

Participó en la batalla naval entre la escuadra de D. Jerónimo de Sandoval y la francesa el 21 de Julio de 1640 frente a Cádiz, que se saldó con derrota española.

En 1642, frente al cabo San Vicente, estuvo también en el combate naval de la escuadra del duque de Ciudad Real, general de la Armada del Océano, con una escuadra holandesa.

Desempeñó diversas misiones de importancia, ya en tierra, ya en la escuadra con que estuvo en Nápoles y Sicilia, ya en auxilio a las operaciones del general D. Francisco Díaz Pimienta, de enviar tropas españolas a Italia desde Andalucía.

Después se le nombró Almirante de la escuadra que operaba en Sicilia, y "Estratuder" honorífico de Mesina.

En 5 de Agosto de 1650 fue nombrado Veedor general de las galeras, y en 7 de Abril de 1652, Capitán general de la flota de Nueva España, cargo que hizo compatible con el anterior de veedor.

En 1.653 quedó gravemente herido en un duelo nocturno que mantuvo en la Habana con el capitán Bartolomé de Osuna, gobernador de Santiago de Cuba, cuyas causas se desconocen. Las heridas le retuvieron en Cuba durante casi un año.

En 1654, yendo en la flota de D. Pablo Fernández de Contreras en espera de la flota de Indias, avistó a la armada inglesa de Blake quien, con fuerzas similares, rehusó el combate refugiándose en Lisboa.

En 1656 escribió una relación, que envió al Rey, sobre el viaje de la flota de Nueva España que salió de Cádiz en 1 de Marzo de 1.656. El documento tiene interés histórico y técnico, con sus notas sobre aspectos de la navegación, aparejos, presencia indeseada de los «llovidos» ó «polizones», lentitud en las operaciones de carga y descarga en Veracruz, corruptelas, demoras intencionadas, mala fe en los registros, defectos del sistema de avisos de guerra, etc.

A finales de Diciembre de 1656, salió de La Habana D. Diego de Egues, con sólo dos bajeles de guerra, escoltando a 8 mercantes armados con artillería, con un tesoro de 10,5 millones de pesos y otras mercancías, con destino a Canarias. Consiguieron burlar la flota inglesa, que llevaba más de un mes al acecho. Arribaron a Las Palmas y á Santa Cruz de Tenerife en Febrero de 1657. Ante el peligro de ataque inminente, se le ordenó desembarcar rápidamente el tesoro y mercancías (D. Diego concedio dos meses para la descarga, lo que indica la parsimonia y falta de medios en las islas). A finales de abril se presentaron ante Santa Cruz de Tenerife 38 velas de la escuadra de Blake. A pesar de la poca eficacia de las baterías costeras, la defensa heroica se saldó con fracaso de los ingleses, que no pudieron desembarcar ni hacerse con el tesoro, pero a cambio hubo que minar y volar los dos bajeles de guerra. Dice Viera que el almirante Blake dio un ultimátum a Egüés, quien le respondió: «venga acá si quiere,» Blake quiso y se arrojó a la batalla.

El Rey de España agradeció a la ciudad por su defensa, y la recompensó. A D. Diego le concedió una encomienda de indios de 2.000 ducados de renta. Además, al inventariar el tesoro y cancelar los registros, encontró un fraude en los registros que supuso que la Hacienda real ganara más de lo que se perdió en el combate. La plata se hizo llegar al Puerto de santa María a bordo de dos barcos de cabotaje, junto a D. Diego de Egüés y el almirante, D. José Centeno, en Marzo de 1658.

Por estas fechas, y al no haber destino de mar disponible, D. Diego fue llamado a la Corte, recibiendo una plaza de consejero en el Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda.

Corría el año 1.661 cuando llegó nueva de las Indias de que el Dr. D. Dionisio Pérez Manrique, marqués de Santiago, capitán general del Nuevo Reino de Granada había suspendido al Visitador de aquella Audiencia, que había de examinar sus actos, despojándole violentamente de los papeles de la visita y desterrándole á distancia de veinte leguas. La novedad hizo mucho ruido en la Corte y la estimó el Consejo de Indias de tanta gravedad que consultó el envío inmediato de otro gobernador capitán general que mantuviera la autoridad real. Fué elegido D. Diego de Egues otorgándole la retención de la plaza del Consejo de Hacienda y poderes insólitos, con la cláusula, sin ejemplar, de prestar en la Corte el juramento que era costumbre hacer ante la Audiencia de Santa Fé, con el fin de que ejerciera el mando desde el momento de poner el pié en Cartagena de Indias, sin que el anterior gobernador tuviera que entregárselo.

A consecuencia de que el marqués de Santiago, capitán general del Nuevo Reino de Granada, hubiera suspendido al Visitador de aquella Audiencia, en 12 de junio de 1661 se nombró a D. Diego de Egüés Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de Granada, tomando posesión en 2 de febrero de 1662, en Santafé.

En este cargo le sobrevino la muerte, el 25 de diciembre de 1664.

Casó con doña Teresa Federigui, con quien tuvo, al menos, los siguientes hijos:

• don Martín de Egüés, caballero de la Orden de Calatrava; sucedió a la prima hermana de su padre, doña Juana de Egües y Lascortes, en el mayorazgo de su casa

• don Juan de Egüés, caballero de la Orden de Calatrava;

• don Luis de Egüés, caballero de la Orden de San Juan;

• doña Teresa, en el convento de San Quirse (Valladolid)
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Fuentes y bibliografía:

- BOSQUEJO BIOGRÁFICO DEL ALMIRANTE D. DIEGO DE EGÜÉS Y BEAUMONT Y RELACIÓN DEL COMBATE NAVAL QUE SOSTUVO CON INGLESES EN SANTA CRUZ DE TENERIFE AÑO 1657, por D. Cesáreo Fernández Duro, de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando. SEVILLA.— 1892.

- Enciclopedia Espasa

- Wikipedia

- Enlaces de internet:
https://ortizdepinedo.com/f3221.htm
https://espanol.groups.yahoo.com/group/f ... sage/17300
https://www.banrepcultural.org/blaavirtu ... gun11f.htm
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