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Biografía de Alonso Quintero


Piloto y descubridor español a caballo de los siglos XV y XVI.


Sobre su persona solo hay datos sueltos, que no componen en sí una biografía, pero por ser una más de los descubridores todavía recordados, por tener su apellido una bahía y una población, pasamos a dar esos datos.


Parece que era vecino de Palos de la Frontera, actual provincia de Huelva, lo que ya nos lleva a pensar que estaba más en la mar que en tierra y de ahí su gran experiencia en la ciencia de la navegación.


De hecho ya es firme que en el año de 1504, zarpó de la ciudad de Sevilla al mando de una nao, transportando todo tipo de víveres y materiales, así como hombres para reforzar la isla de la Española. Al parecer el buque era de su propiedad y como hacía bien su trabajo, en la Casa de Contratación siempre le daban transporte, permaneciendo casi treinta años en este importantísimo trabajo, se servir de correo y transporte entre las Antillas y la Península.
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Se vuelven a tener datos de él, cuando en documentos aparece en el año de 1534 a las órdenes de don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, en el que destaca sobre todo por un hecho picaresco de nuestro biografiado, teniendo lugar la acción al ser tomado por las fuerzas españolas el templo de Pachacamac y ser destruido por no ser católico.


Viendo Quintero los clavos que sujetaban las planchas de las paredes, le pidió a Pizarro que se los diera, éste burlonamente le dijo que sí, se dedicó a ir recogiéndolos todos y como al parecer eran de hierro, los vendió a peso, siéndole entregada la cantidad de cuatrocientos marcos de plata, momento en el que Pizarro ya no se burlaba tanto.


Al año siguiente don Diego de Almagro conocedor de su buena práctica en la mar, le entregó el mando de la carabela Santiago estando ya en el océano Pacífico, para que navegara bojeando la costa con rumbo al Sur, el buque no estaba en muy buen estado y le costó mucho trabajo conseguir alcanzar el paralelo 33º Sur.


La situación empeoró por lo que era urgente encontrar un punto adecuado de la costa, donde poder poner el vaso a la banda para ser calafateado correctamente, por lo que pusieron rumbo al Norte y ascendiendo unos paralelos se encontraron con una bahía apropiada, así que penetro en ella y lanzó las anclas, pero con el buque ya casi embarrancado para que no se fuera al fondo, a esta bahía la bautizo con su apellido, levantando un importante plano de ella y marcando su situación para futuras navegaciones, por ser un buen punto de resguardo natural en caso de necesidad.
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Se sabe que regresó al actual Perú en el mismo año de 1536, pero ya desparece sin dejar rastro, por lo que se supone que debió fallecer al poco tiempo, pues ya era mayor para la época.


El escritor don Gonzalo Fernández de Oviedo en su obra, nos dice al respecto de don Alonso: « . . .era tan práctico en el pilotaje como aficionado á los juegos de naipes. . . . »


Aunque no esté demostrado científicamente, todos los buenos jugadores de naipes, suelen tener una capacidad especial de observación y memoria. Lo que ya demostró cuando los clavos, que se iban a tirar por inservibles y él supo aprovecharlos muy bien.




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Algunos datos más.

Su origen

Alonso (O Alfonso) Quintero se declara natural de Huelva, aunque avecindado de antiguo en Palos de la Frontera (entonces, Palos de Moguer). Nada se ha encontrado su posible fecha de nacimiento.

Pertenecía a una dilatada familia de marinos que participó en el descubrimiento, o en viajes inmediatamente posteriores, emparentada con los Niño, de Moguer. Dos Quinteros, que figuran como naturales de Palos, participaron en el 1º viaje de Cristóbal Colón: Cristóbal Quintero, copropietario de la Pinta (o “Pintá”, como muchos dicen que era su nombre) y Juan Quintero de Algruta, su contramaestre. de este último se afirma que fue el único que acompañó al Almirante en sus cuatro viajes a las Indias.

Sus viajes hasta 1535

El primer viaje de Alonso del que tenemos noticias se produce en 1504, y lo realiza a bordo de una nao de su propiedad, la “Trinidad”.

Se vuelve a tener noticias de él en 1506, año en el que realiza dos viajes. El primero, como maestre de la “Trinidad”, transportando mercancías (principalmente, telas) por cuenta de dos socios capitalistas, y llevando por piloto a Francisco Niño. El segundo, en la nao “Santa Ana”.

En el primero de estos dos viajes hubo un pasajero muy importante: Hernán Cortés. Aunque había planeado viajar en 1502 en la expedición de su pariente Nicolás de Ovando, al final lo hizo en 1506 (1), a bordo de la “Trinidad” , con destino a Puerto Plata (costa Norte de La Española).

En el viaje con Hrnán Cortés, la nao “Trinidad”, junto a otros cuatro navíos, zarpó de Sanlúcar de Barrameda. Y como era habitual en aquellos años, antes de dar el salto sobre el Atlántico hicieron escala en la isla de la Gomera (Canarias), para hacer acopio de víveres. Y allí ocurrió una anécdota que describe el carácter de nuestro personaje. Alonso Quintero, que además de marino era comerciante, planeó adelantarse al resto de su flota para colocar mejor su mercancía en destino. Y por eso levó anclas a escondidas. Pero le sirvió de poco, porque a la altura de la isla del Hierro, un fuerte viento le rompió un mástil, que cae sobre el puente sin ocasionar víctimas. Se vió forzado a regresar a la Gomera, donde encontró a los restantes barcos aún fondeados.

Quizás por su afición al juego y su facilidad de palabra (se llegó a decir de él, y no sin razón, que “tenía mucho más labio que astrolabio”), consiguió convencer a los otro cuatro maestres para que no zarpasen hasta que su nao estuviera lista de nuevo. Pero otra vez, ya en alta mar, se les adelantó una noche desplegando todo su velamen, y desapareciendo de su vista. Y de nuevo le salió mal la jugada (parece que, buen aficionado al juego, abusaba mucho de los “faroles”) porque perdió el rumbo y se desvió de la ruta. Tras varios días perdidos, siguiendo el vuelo a una paloma, consiguió llegar a la Española, adonde ya habían arribado y fondeado las restantes cuatro naves.

Sabemos que en 1508 realizó una nueva travesía; en esta ocasión, tiene por socios a dos genoveses (Centurión y Cisbón).

Y en los años siguientes, Alonso Quintero, al igual que otros miembros de las familias marineras onubenses de los Niño, Cansino, Yáñez o Camacho, viajó muchas veces a las Indias como maestre, compaginando la actividad puramente marinera con la del comercio y transporte de mercancías, unas propias, y las más por cuenta de acaudalados empresarios, entre ellos los sevillanos Rodrigo de Gibraleón, Domingo de Zornoza, Alonso de Illescas y Hernán Sánchez Dalvo.

En 1513-14, aparece de nuevo Alonso Quintero viajando en la armada que llevó a América a Pedrarias Dávila. El rey Fernando el Católico había designado a este gran militar y aristócrata como Gobernador y Capitán General de «Castilla del Oro» (la Tierra Firme). Y partió a su nuevo destino al frente de una Armada compuesta por veintidós barcos y más de dos mil hombres de tropa, en la que abundaban hidalgos y segundones de las mejores familias españolas. En la flota iba la nao “Santa Catalina”, de la que Alfonso Quintero era maestre y piloto.

Y siguió realizando transportes a las Indias, contratado por la Casa de Contratación de Sevilla, pero no se vuelve a tener noticias de él (salvo las referentes a algunos pleitos, recogidas en las notas de pie de página) hasta 1535.

Desde luego, no era un hombre de fiar, como demuestran los numerosos pleitos en los que anduvo implicado, siempre por presuntos fraudes a la Real Hacienda, o a comerciantes particulares para los que realizaba el transporte de sus mercancías. Y demostró tener una gran picaresca en todo ello (2).

NOTA

(1) Los “Protocolos hispalenses” registran el viaje de Hernán Cortés en 1506.
Ángel Ortega anota en su obra lo siguiente: “Alonso Quintero, marino de la villa de Palos, propietario de una carabela en viaje a Indias, 1505. En ella se embarcó Hernán Cortés, que desde entonces tuvo especial relaciones de amistad con los marinos del Tinto-Odiel". La Rábida, tomo III, pag 245.
Por su parte, Francisco López de Gómara, en la “Relación latina” y en su “Historia general de las Indias”, afirma que Alfonso Quintero era el capitán del buque de Cortés, que en 1506 era el "Trinidad", según consta en el Archivo, libro I, citado por Hugh Thomas en “La conquista de Mexico”, pag 163 y 746. Y que el maestre de la nave en que viajaba Cortés era Alfonso Quintero, y su piloto, Francisco Niño. Es curioso que Cortés viajara en esta nao, habiendo firmado su contrato con otro maestre, Luis Fernández de Alfaro, maestre del "San Juan Bautista", que llegaría a ser uno de sus socios capitalistas en 1519.
Se sabe que en 1504, Alonso Quintero era maestre de la "Trinidad". Y que seguía siendo en 1506, puesto que realizó en ella un viaje en ese año. El segundo viaje lo realizó en la “Santa Ana”, también como maestre y quizás capitán.
En cuanto a Francisco Niño, pudo ser piloto de la “Trinidad” en el primer viaje de 1506. Posteriormente, dentro del año, figura como maestre de la nao “Santa Clara”.

(2) Como muestra, dos anécdotas:
En una de sus muchas travesías alegó haber perdido un arca conteniendo mil doscientos pesos de oro debido a una tormenta que le sorprendió a la altura de las Azores. Los consignatarios del oro no se creyeron el cuento y pleitearon contra él, acusándole de no haber tenido a buen recaudo tan valioso envío. En la investigación que se hizo, los oficiales de la Casa de Contratación averiguaron que, antes de su arribada a Sevilla, y de que fuera inspeccionada, como era obligado, había sido abordada en el Guadalquivir por un tal Cristóbal Romero, quien se había hecho cargo de parte de la mercancía, entre ella la que venía fuera de registro. Estos oficiales ordenaron apresar al maestre y sus cómplices, y proceder judicialmente contra ellos.
Al menos en otra ocasión, en 1527, volvió Alonso Quintero a residir por un tiempo en la cárcel. Viajaba desde el cabo de Honduras y provincia de Higuera hasta la Española, transportando unos condenados que Diego López de Salcedo, gobernador de la provincia de Higueras, enviaba a Santo Domingo, bajo la custodia del capitán Pedro Morillo. Aprovechando un descuido de los soldados que los vigilaban, el maestre Alonso Quintero, y los presos, se amotinaron, robando cuanto había de valor en la nave.

Expedición a Chile

En 1535, encontramos a Alonso Quintero formando parte de la expedición de conquista y colonización de Chile (Nueva Toledo), a cargo del Adelantado Diego de Almagro. La expedición sale de Cuzco a comienzos de Julio de 1535 por tierra, y se ha preparado una flotilla de apoyo, con bastimentos, formada por tres barcos, que la acompañará por mar: el "San Cristóbal", el "Santiago" y el "Santiaguillo" (alguna fuente sustituye el "Santiaguillo" por el "San Pedro"; puede tratarse del mismo barco, y que Santiaguillo fuese el apodo).

El "San Cristobal" era un pequño galeón que mandaba Juan Fernández, el que más tarde daría su nombre a las islas donde transcurre la novela de Robinson Crusoe, frente a las costas de Chile. Con este barco, el mejor preparado de los tres, soñaba Almagro realizar el primer viaje a España a través del Estrecho de Magallanes, navegando de Oeste a Este, llevando al rey las nuevas de sus operaciones en Chile. Pero terminó la expedición antes de zarpar. Juan Fernández fue retenido por litigios y otros asuntos, y su barco no pudo zarpar de El Callao.

Los otros dos partieron de El Callao, probablemente, en el mismo mes de Julio. El "Santiago", de menor porte que el "San Cristóbal", lo mandaba Alonso Quintero. Del tercero, el “Santiaguillo”, el más pequeño de los tres, no se conoce el nombre del capitán.

Navegaron ambos hacia el Sur. Pero Alonso Quintero, como muchos otros maestres y capitanes de la época, no era ducho en calcular derrotas y posiciones (además, parece que alardeaba de ello). De él se ha dicho que “sabía más de las cartas de juego que de las cartas de marear”. Gonzalo Fernández de Oviedo, amigo íntimo de Almagro, dice los siguiente sobre Alonso Quintero en su "Historia Natural y General de las Indias":

"Yo le conocí bien y él era marinero diestro y no del quadrante, sino del arbitrario a las derrotas a saber común, e más aficionado que otro a una baraxa de naipes, pero en el astrolabio ignorante."

Y esta ignorancia de Alonso Quintero tuvo dos consecuencias graves:

La primera de ellas, destrozó el “Santiago” al vararlo en las aguas de Chincha

La segunda, calculó mal la posición de Valparaíso, fijándola en el 47° sur, aproximadamente a la altura del golfo de Corcovado, al sur de la isla de Chiloé. Y este error incidió gravemente en la expedición, pues Almagro creyó que se hallaba solamente a 180 leguas del Estrecho de Magallanes, que era considerado entonces el fin de la cristiandad, y ante el temor al durísimo invierno que podía esperarle en aquella latitud, desistió de continuar la conquista de Chile y decidió regresar al Perú (parece que también le influyó la información que le llegaba sobre la situación política del Perú). El caso es que, a su regreso, le esperaba la muerte en el patíbulo.

Siguiendo con la expedición, la “Santiaguillo” encontró una buena bahía al final del invierno de 1536, al Norte de Valparaíso, donde fondeó y enlazó con Almagro. La bahía recibirá después el nombre de Quintero, en honor a Alonso Quintero, como navegante que la descubrió para España. Allí encontraron un poblado de pescadores indígenas, que les dio noticias de que Almagro, después bajar a los valles de Copiapó, y tras breve estancia en los de Coquimbo, había acampado en Cancanicahua, donde después se fundó la ciudad de San Felipe del Real, y allí esperaba noticias y abastecimiento de la flotilla.

Un tripulante del "Santiaguillo" partió para comunicar a Almagro la buena noticia de su arribada, con víveres y vestimenta para los soldados, hierro en bruto y 600 juegos de herraduras para los caballos. Según Vicuña Mackenna, fue el día de la Ascensión de la Virgen, 15 de agosto de 1536, cuando se estableció el contacto. Por ello, los soldados creyeron que la Virgen les protegía. Fernández de Oviedo relata así la llegada del mensajero:

"E prosiguió su camino hasta un pueblo que dicen de La Ramada, donde vio que estaban en sus casas las gentes. Y estando allí el día de la Ascensión, bien desconfiado e descuidado de los navíos que adelantados traía en el descubrimiento de la mar (por ser la navegación de aquellas costas peor e más rigorosas que cuantas hasta el presente tiempo se saben o se ha navegado en estas Indias, a causa de las grandes corrientes e contrarios vientos que por allá son continuos, e impiden tanto la navegación que acaece e hallarse atrás de lo que han derrotado o trabaxado navegando 5 meses 60 leguas de costa), llegó un español a dicho pueblo que venía del navío, con cartas e relación que estaba surto un navío sotil de los adelantados que se decía Santiago en un puerto 20 leguas a la cabecera de Chile e que venía muy mal condicionado y hacía mucha agua, e no traía ya estopa ni pez para poder ser calefateado, por la mucha broma que el navío traía."

Almagro ordenó la partida inmediata de su capitán alguacil, Juan de Saavedra, con treinta hombres a caballo para reconocer el sitio en que la nave había anclado y al que pronto lo seguiría con sus hombres.

Una vez llegado Almagro con su expedición a la bahía, la reclamó y nombró para la Corona. Desde allí, intenta inútiles incursiones por mar hacia el Sur. Y buscando oro, también hace lavar, sin éxito, las arenas del Marga Marga.

Lo que vino después, ya se ha relatado.
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Fuentes:

- Hernán Cortés, conquistador de la Nueva España
https://hispanismo.org/hispanoamerica/16 ... spana.html

- "Sevilla y las Flotas de Indias: la Gran Armada de Castilla del Oro (1513-1514)", de María del Carmen Mena García

- Descubrimiento de Chile
https://sites.google.com/site/elprofebas ... yconquista

- Hernan Cortés Biography – Childhood and Early Years
https://www.suite101.com/content/hernan- ... rs-a225962

- https://monroyenextremadura.blogspot.com ... onroy.html

- "Crónicas del viejo Valparaíso", por FRANCISCO LE DANTEC

- Descubrimiento de América y viajes posteriores
https://es.answers.yahoo.com/question/in ... 630AAupaqU

- "Emigrantes a la isla Española en 1506", por Juan Gil. Universidad de Sevilla
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