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Biografía de don Álvarez de Toledo.



Teniente de navío de la Real Armada Española.



Nació en La Habana el catorce de mayo de 1779



Sentó plaza de guardiamarina en el compañía del departamento de Cádiz el veintiocho de abril de 1794.



Embarcado en diferentes buques realizó distintos viajes a América.



En la fragata Nuestra Señora de la O, en noviembre de 1797, tomó parte en la defensa de un convoy a Veracruz, contra un bergantín y una fragata de guerra británicos; el combate tuvo lugar en la rada de Campeche, resultando herido.



Fue oficial de órdenes del general Francisco J. Muñoz, quien emitió de él el siguiente concepto: << Hay pocos alféreces de fragata que sean capaces de desempeñar las comisiones que se puedan poner a su cargo con la inteligencia y celo que Álvarez de Toledo >>.



Fue nombrado para mandar lanchas con apostadero en Veracruz, en delicada misión de observación del enemigo que cruzaba corrientemente en el golfo de Méjico, pero al ir a su destino en una goleta mercante, fue apresada ésta por la fragata británica Appolon, de 40 cañones, y haciéndose pasar por piloto mercante y práctico siguió prisionero, pudiendo así informar posteriormente al mando de las actividades británicas en aquellas aguas.



Gracias a esta labor de autentico espionaje, se pudo salvar después a más de un convoy de caer en manos del enemigo.

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Los británicos le llevaron a New Orleáns, desde donde fue a Méjico con pliegos para el Virrey.



Mandó una lancha cañonera en Veracruz, con la que protegió el comercio, siendo ascendido a alférez de navío en octubre de 1802.



Regresó a España en el año de 1804, quedando de ayudante de la compañía de guardiamarinas.



Durante el bloqueo de Cádiz, por las fuerzas navales al mando de Nelson, tenía el mando de la cañonera nº 15, con la que se batió muchas veces con los británicos.



Estando al mando del cañonero Centella, en la noche del tres de junio de 1806, convoyaba con otros cañoneros a catorce buques mercantes con destino al puerto de Vivero; apareció la balandra británica Hope of Jersey, de ocho cañones de a 6 y con veintiocho hombres de dotación, Álvarez de Toledo, con su barco solamente de un cañón, <<que sólo pudo efectuar el primer disparo>>, se lanzó contra la el buque enemigo, con tan extraordinario arrojo que la tomó al abordaje, quedándose todos, enemigos y españoles, asombrados ante tal hecho.



Al mando de la goleta correo Cautela, en 1807, fue nuevamente apresado por una fragata británica de 40 cañones, y después de estar un mes prisionero lo dejaron en Vigo con los demás tripulantes de la goleta.



En el año de 1808 salió a campaña desde El Ferrol, como ayudante de los batallones de marina mandados por el brigadier de la Armada don Francisco Riquelme.

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Al termino de la desgraciada batalla de Espinosa de los Monteros y habiendo sido herido el brigadier, le hizo sacar de una choza donde le habían retirado y lo condujo a Santander, donde le embarcó en la fragata Diana.



En febrero del año de 1809 fue ascendido a teniente de fragata.



A su llegada a Cádiz, sin descanso alguno, se le dio el mando de la goleta Tigre, con la que salió conduciendo armas para Gijón, al llegar se encontró con el puerto ocupado por los franceses, por lo que invirtió su rumbo, dedicándose a buscar un puerto o ensenada donde estuvieran los españoles llegó a Vigo, con ocasión de estar el general Carrera dispuesto a defender el Puente de San Payo con unos quince mil hombres, de los cuales sólo estaban armados unos seis mil, por lo que las armas que llevaba Álvarez de Toledo, tuvieron una oportuna llegada para su buen uso.



Los días siete y ocho de junio de 1809, en que los franceses atacaron el Puente, Álvarez de Toledo con lanchas cañoneras coadyuvó eficazmente a su defensa.



El almirante y los comandantes británicos hicieron de él grandes elogios.



Se le graduó de teniente de navío, pasando a Cataluña a mandar una división de faluchos cañoneros; en mayo de 1810 fue nombrado comandante general del Campo de Tarragona.



En julio del año de 1811 fue ascendido a teniente de navío.

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En el año de 1821, desde Bayona entró en España, y en el ejército que el general Elio organizó en las provincias Vascongadas, fue jefe de estado mayor.



Después pasó al ejército del general Vicente de Quesada, con el que efectuó toda la campaña hasta entrar en Madrid.



En el año de 1824 fue nombrado brigadier de infantería, dejando de figurar en la Armada.



Desempeño seguidamente varios cargos diplomáticos en diferentes corte europeas.



Una vez jubilado como ministro plenipotenciario en 1869, fijó su residencia en París.



Hasta el año de 1878 figuró en las listas del estado mayor general del ejército.



Se cree que falleció en 1878, es decir, cuando ya contaba casi con un siglo de edad, pues en 1879 no figuraba en la Guía Oficial de España, no sabiendo donde falleció ni cuando.