Teniente General Pablo Morillo y Morillo, Teniente general de España; comandante del Ejército Expedicionario de Costa Firme en la Guerra de Independencia de Venezuela y Colombia. Marqués de La Puerta y Conde de Cartagena, conocido como El Pacificador

Aunque la mayor parte de su vida militar no estuvo ligada a la Armada, sí fue infante de Marina en sus comienzos, en donde alcanzó el grado de sargento.

Muchos comparan su biografía con la del general José Enrique Varela. Sí son similares sus inicios y casi su máximo empleo alcanzado (Morillo, Tte. Gral; Varela, Capitán Gral. a título póstumo), así como su vida de lucha continua. Pero no lo son en absoluto las restantes circunstancias. Varela fue un ganador (aunque murió joven); Morillo terminó sus días sin patrimonio que dejar a su familia.

Nacimiento e infancia

Según la mayoría de los historiadores, nació en Fuentesecas, jurisdicción de Toro, provincia de Zamora, el 5 de mayo de 1775. Sobre la fecha y lugar de su muerte no hay duda: Barèges, Francia, el 27 de julio de 1837.

Los datos de su nacimiento ya expuesto son defendidos por autores como Francisco Xavier Arambarri y Andrés Révesz sostienen los datos anteriores, así como que fue bautizado 2 días después. En cambio, Constancio Franco afirma que Morillo nació en Fuente de Malva, en la provincia de Toro, el 27 de octubre de 1777. Otros dicen que nació en el mismo Toro, en la Vieja Castilla, en 1777 ó 1778.

Era hijo de Lorenzo y María, hidalgos venidos a menos que se desempeñaban como labradores con bastantes estrecheces económicas. Pablo aprendió a leer y a escribir en su niñez, con lo cual se colmaban las aspiraciones intelectuales de la mayoría de la población rural de la época. De niño ejerció el oficio de pastor.

Comienzos de su carrera militar

En 1790, por influencia de un amigo de su padre, fue enviado a Salamanca, con el fin de hacer algunos estudios elementales, que pronto dejó para ingresar en 1791, con 13 años, en las tropas del Real Cuerpo de Marina (Infantería de marina).

Allí demostró valor, inteligencia y fuerza de voluntad. Todo ello le permitó ascender rápidamente a cabo.

En Cataluña participó, como cabo, en la acción de las Culleras durante la guerra de la Convención con Francia en agosto de 1794.

En 1797 fue ascendido a sargento segundo. Poco después contrajo matrimonio por vez primera, con Joaquina Rodríguez, quien falleció en El Ferrol en 1805.

Como suboficial, Morillo participó en el sitio de Tolón, en la Batalla del Cabo de San Vicente y en la batalla de Trafalgar, donde fue herido y hecho prisionero por los ingleses.

Guerra de la Independencia

En 1808 fue ascendido al rango de subteniente y asignado al regimiento de infantería “Voluntarios de Llerena”.

Participó en la Batalla de Bailén a las órdenes del General Castaños. Poco después combatió en Extremadura y en el sitio y rendición de la plaza de Elvas.
El 20 de diciembre de 1808 ascendió a Teniente de Infantería.

El 22 de enero de 1809 fue promovido al grado de capitán del regimiento de “Voluntarios de España” y enviado a Galicia. Allí tuvo una participación destacada en la capitulación de los franceses en Vigo, el 27 de marzo de 1809. Destacó en la victoria española de Puentesampayo (7-8 de junio de 1809), y fue ascendido a Coronel.

En 1811 ascendió a Brigadier.
En 1813, alacanzóel grado de mariscal de campo, a las órdenes del duque de Wellington. Tras la Batalla de Vitoria fue nombrado teniente general.
Su prestigio era inmenso en España.

Expedición pacificadora a América

A finales de 1814, Morillo fue designado por el rey Fernando VII como jefe de la Expedición pacificadora destinada a Venezuela y Nueva Granada.

Esta expedición fue el mayor esfuerzo que partiría de España en el curso de las guerras de independencia americanas. Partió de Cádiz el 15 de febrero de 1815. Constaba de unos sesenta y cinco buques principales, de los cuales dieciocho eran de batalla, incluyendo un navío de línea, el San Pedro de Alcántara, de setenta y cuatro cañones. El total de la expedición entre la marinería, servicios y de combate sumaban unos 15.000 hombres, aunque el ejército estaba formado por 10.612 hombres, organizados en seis batallones de infantería, dos regimientos de caballería, dos compañías de artilleros, un escuadrón a caballo, y un piquete de ingenieros militares, además de pertrechos y víveres.

En América hubieron de librar una lucha «mucho más peligrosa, mucho más cruel que la que habíamos sostenido hasta el momento», según palabras del propio Morillo.

Llegaron a tierra americana el 3 de abril. Desembarcaron en Puerto Santo, cerca de Carúpano en las costas orientales de Cumaná, el oriente de Venezuela. Morillo, inmediatamente, fue a entrevistarse con el brigadier Morales, reembarcándose con 3.000 hombres para anclar en Pampatar el 7 de abril en la isla de Margarita, último foco patriota venezolano, que se rindió casi sin lucha.

En julio del mismo año de 1815, se dirigió al Virreinato de Nueva Granada. Arribó a Santa Marta y desde allí proyectó su plan de reconquista de la Nueva Granada. El plan se inició con el sitio de Cartagena, que se prolongó desde el 17 de agosto hasta la rendición de la ciudad el 5 de diciembre. La conquista de esta plaza fortificada le valió el título de Conde de Cartagena, materializado años después.

Después de esta conquista, MoriIlo inició una gran represión sobre las minorías criollas granadinas que se habían destacado en la lucha por la independencia. Esta represión fue conocida como el "Régimen del Terror".

En este mismo año, contrajo segundas nupcias con Mª Josefa del Villar, gaditana, hija de José Gabriel del Villar y Urtuzáustegui y de Josefa Narcisa del Villar. La boda fue por poderes, pues él se encontraba en Cartagena de Indias y la novia en España. Le representó en la ceremonia el Sr. D. José Ramón de Muxica.

El 24 de abril de 1816, desde Ocaña, Morillo dictó un decreto ofreciendo la libertad a los esclavos que denunciaran o presentaran a algún cabecilla revolucionario. Esta medida realista atrajo a sus filas a muchos negros y otras personas de economía pobre, que se unieron en la defensa del Rey y de España.

El 26 de mayo de 1816 Morillo llegó a Santafé de Bogotá, negándose a aceptar el recibimiento que la capital le había preparado: las calles estaban engalanadas con arcos de triunfo y banderas españolas.
Allí se empleó a fondo en la represión. Llevó al patíbulo a figuras muy destacadas de la oligarquía criolla local, como Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Joaquín Camacho, José Gregorio Gutiérrez, Liborio Mejía, Miguel Pombo, Jorge Tadeo Lozano, Crisanto Valenzuela, José María Cabal, José María Dávila y Antonio Baraya, entre otros. A las víctimas les fueron confiscados sus bienes y sus viudas e hijas fueron condenadas al destierro.

El estricto cumplimiento por parte de Morillo de la legislación y de las resoluciones de los tribunales de justicia y administración virreinal, tanto en la Nueva Granada como Venezuela, alejó a muchos realistas que no vieron satisfechas sus expectativas, como graduaciones en el ejército, o distanciaron aún más a la aristocracia criolla que evadía las contribuciones. A pesar de ello, y por su rectitud, Morillo siempre sufrió de carencias y oposición, a diferencia de otros llamados "patriotas", que expoliaban al contrario sin respeto a la legalidad.

En resumen, la actuación de Morillo en Santafé, según la opinión de Daniel Florencio O'Leary, «hizo más daño a la causa realista que la derrota más desastrosa. Se enajenó para siempre el afecto del pueblo granadino a un sistema con el cual los habían reconciliado, después de su separación de España, la inexperiencia y las locuras de sus nuevos gobernantes [...] Morillo, al recuperar el país, pudo haber destruido, por muchas generaciones, el espíritu revoltoso; pero su excesiva crueldad, ejercida indistintamente, produjo el efecto contrario».

A finales de 1816 Morillo partió para Venezuela dejando a Juan Sámano al frente del gobierno de la Nueva Granada. La razón era que Simón Bolívar y otros venezolanos partidarios de la independencia habían reiniciado sus acciones aprovechando la ausencia de "El Pacificador".
Pablo Morillo quedó especialmente impactado por la violencia que había ejercido el antiguo gobernador de Margarita, pasando a cuchillo la guarnición española. Anteriormente, Morillo había indultado a este gobernador, sentenciado de muerte.

Morillo pasó todo 1817 tratando de recuperar las posiciones perdidas en Venezuela. Y mientras tanto, su lugarteniente en Guyana, Miguel de la Torre no lograba frenar la invasión del territorio.

En 1818, Bolívar lanzó una ofensiva contra la provincia de Caracas. Morillo se enfrentó al caudillo independentista en marzo de 1818, venciéndole en la 3ª Batalla de La Puerta, también conocida como El Semen. Su presencia en primera línea de combate supuso a Morillo una grave herida de lanza en el estómago, de la que tardó casi un año en reponerse. Esta victoria también le valió el título de Marqués de La Puerta.

El 7 de agosto de 1819 tuvo lugar la batalla de Boyacá. En ella, Bolívar derrotó a José Mª Barreiro (a cargo del ejército realista debido a la convalecencia de Morillo). Sámano huyó precipitadamente de Santafé.

Cuando tuvo noticia Morillo de esta derrota, y aunque aún no era decisiva, escribió al gobierno de Madrid:

«Bolívar en un solo día acaba con el fruto de cinco años de campaña, y en una sola batalla reconquista lo que las tropas del rey ganaron en muchos combates [... ] Los llanos de Barcelona, los de Apure y Casanare, todos están en poder de los rebeldes [...] La suerte de Venezuela y de Nueva Granada no puede ser dudosa [...] Estos prodigios, que así pueden llamarse por la rapidez con que los han conseguido, fueron obra de Bolívar y un puñado de hombres [... ] Si llegamos a sucumbir y se pierde la Costa Firme que es la América militar, no la volverá jamás a recuperar el Rey nuestro señor, aunque para ello se empleen treinta mil hombres».

En agosto de 1819, Bolívar ocupó la ciudad de Santa Fe de Bogotá, en Nueva Granada, casi sin resistencia.

Los títulos de conde de Cartagena y marqués de La Puerta le fueron concedidos a Morillo por Fernando VII, en reconocimiento a las acciones durante el sitio de Cartagena y la batalla del Semen. El decreto, firmado el 17 de diciembre de 1819, decía:

«En consideración a los dilatados y distinguidos servicios del teniente general don Pablo Morillo, general en jefe del ejército expedicionario de Costa Firme, se ha dignado el Rey nuestro Señor concederle merced de título de Castilla, libre de lanzas y medias anatas, para sí, sus herederos y sucesores, con la denominación de conde de Cartagena, marqués de la Puerta».

Morillo, quien en varias ocasiones había pedido refuerzos a España, vio truncadas sus esperanzas cuando supo que Rafael del Riego se había sublevado en España, privando a América de los refuerzos necesarios.

Morillo recibió, en abril de 1820, en lugar de tropas, armas y dinero, la orden de establecer la paz en las colonias por medio de un armisticio. Este fue firmado por comisionados de Morillo y Bolívar en la ciudad de Trujillo, el 25 de noviembre. El 27 del mismo mes Morillo se entrevistó con el Libertador en la población de Santa Ana de Trujillo, ratificando el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, con lo que se puso fin a la guerra a muerte que Bolívar había proclamado años antes.

Regreso a España

Finalmente Pablo Morillo consiguió su retiro de la Capitanía General de Venezuela, que había solicitado en 16 ocasiones, y regresó a España en diciembre de 1820, dejando el mando al general Miguel de la Torre.

En un principio, quizás por conocer que los constitucionales eran los responsables de que no se hubieran enviado a América los refuerzos que tanto había reclamado, Morillo se puso al lado de Fernando VII, para restablecer su poder absoluto. Por ello, el rey le nombró jefe de sus fuerzas de defensa.

Posteriormente, y viendo con más calma la situación, se adhirió a los constitucionales, y logró en 1823 que el gobierno provisional lo nombrara comandante general de Galicia y las Asturias y jefe del Cuarto Ejército que debía luchar contra los absolutistas y el ejército francés de los "100.000 hijos de San Luis".

Exilio en Francia y final de sus días

Tras la vuelta del absolutismo al poder, Fernando VII destituyó a Morillo de todos los cargos que tenía.

En junio de 1824 emigró a Francia. Entre 1826 y 1830 escribió en varios diarios y publicó dos obras: Memorias sobre la campaña en América y Táctica militar.

En 1832 regresó a España, participando en la Primera Guerra Carlista a favor de los isabelinos, y en contra de los partidarios absolutistas de Carlos María Isidro de Borbón.

Pero no llegó a ver el final de esta guerra. Murió el 27 de julio de 1837 a las once de la noche, en el balneario de Barèges, a los sesenta y dos años de edad.

Murió pobre y Mª Josefa, su viuda, debió acudir a la reina para pedir ayuda «como madre, tutora y curadora de los cinco hijos menores», a quienes su padre «nada ha dejado de intereses y sí solo sus gloriosas acciones que imitar».
María Josefa murió en París, muchos años después, el 10 de enero de 1875.

Los restos de Pablo Morillo fueron depositados en el cementerio de Luz-SaintSauveur, departamento de los Altos Pirineos, en agosto de 1843, y trasladados a Madrid y sepultados en el cementerio de San Isidro. Sobre su lápida hay una inscripción que dice:

«El excelentísimo señor Don Pablo Morillo, Conde de Cartagena, Marqués de la Puerta, Teniente General de los Ejércitos Españoles, Gentilhombre de Cámara de S.M., Caballero Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos VI, de la de S. Fernando, de la de Isabel la Católica, y otras por acciones de guerra. Falleció el 27 de julio de 1837, en Barèges, lugar de Francia. Los restos mortales trasladados por el celo y cariño de su amante esposa, en 2 de septiembre de 1843, yacen depositados en este panteón en obsequio y conservación de su buena memoria. R.I.P.».

La "Guerra a Muerte, declaración de los independentistas "

La "Cultura de la muerte", tan de actualidad, no podía faltar en estas guerras de independencia, que fueron enormemente sangrientas. Empezaron los independentistas, embebidos de un fanatismo jacobino, copiado de la Revolución francesa. Obedeciendo a la 1ª ley de la Mecánica de Newton, la reacción fue igual y de signo contrario a la acción. Se justificaba en una aplicación estricta de la Ley.
El resultado, como enseña la Historia (y siempre se repite) fue que pagaron justos por pecadores, y que la espiral se realimentó hasta que una de las dos partes se vio obligad aa ceder.

Inmediatamente después de la declaración de la independencia en 1813, y sin solución de continuidad, se produjo otra declaración salvaje: guerra de exterminio contra los españoles.

Las acciones de venganza (o de simple conveniencia) se cebaron en la sangre española. Este estado de terror jacobino supuso la fama para algunos dirigentes de la insurrección, mientras que otros pasaban directamente a la acción sangrienta.

Tanto los unos como los otros merecieron la clase de muerte que les impusieron los tribunales mediante sus sentencias. En este sentido, la actitud de Morillo fue estrictamente militar. Y aunque no conozcamos sus sentimientos, bien pudieron ser los momentos mas dolorosos de su vida, ya que había expresado repetidas veces sus sentimientos humanitarios, y su horror al derramamiento de sangre fuera del campo de batalla.

La llamada represión de Morillo contra los autodenominados patriotas se centró en las oligarquías criollas, cabezas del movimiento independentista, atacándolas con tal rigor que en algún momento se llegó a pensar que no iba a quedar nada de aquél movimiento, ya que casi toda la intelectualidad revolucionaria fue dispersada, o pasada por las armas. A ello acompañaba, además, la expropiación de propiedades y bienes que acompañaba a las sentencias, y la quema pública de obras, proclamas y retratos.

Algunas ejecuciones fueron especialmente señaladas, como la de Camilo Torres, antiguo presidente de la Confederación, que fusilado de cara, pero después se le cortó la cabeza, que fue exhibida durante varios días a la entrada de Bogotá, en el barrio de San Victorino, mientras animales depredadores devoraban su cuerpo.

Entre los insurrectos fusilados el 28 de octubre de 1816 estuvo el científico neogranadino y declarado revolucionario D. Francisco José de Caldas. Su pena produjo gran descontento entre la sociedad neogranadina, pero los hechos probados no admitían duda: se había implicado en la insurrección hasta el extremo de fomentar la "Guerra a Muerte" que habían declarado previamente los líderes revolucionarios.

Sin embargo, Morillo no fue hábil a la hora de la ejecución. Publicamente manifestó que "España no necesita de sabios" (palabras que recuerdan las pron unciadas, en este caso por un intelectual, un siglo después: "que inventen ellos").
A diferencia de la política aplicada por Morillo en Venezuela a su llegada, y que vio que no había surtido el efecto pacificador buscado (por ejemplo, el ex-gobernador de isla Margarita, indultado por Morillo, que pasa a cuchillo a la guarnición española), en Nueva Granada se aplicó estrictamente la Ley, sin miramientos ni sentimentalismos.

Concretamente, el caso ya citado del científico de Caldas supuso la cancelación de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Sus más de 6.000 láminas de la Expedición fueron depositadas en 104 cajones y embarcadas con destino a Madrid. El reclamo de este material valiosísimo por parte de España, le salvó de ser consumido por el fuego, como ocurrió con gacetas, libros y discursos catalogados como herejía.

Bibliografía

Referenciada, pero no consultada:
AMBARRI, FRANCISCO XAVIER. Hechos del general Pablo Morillo en América. Publicaciones de la Embajada de Venezuela en España. Murcia, Talleres de Ediciones Tipográficas del Sureste, 1971.

COBARICO BRICEÑO, JORGE. "Antonio Nariño y Pablo Morillo. Creadores del periodismo castrense en nuestro país". Cromos, noviembre 30 de 1970, pp. 10-11.

FRANCO V., CONSTANCIO Leyendas históricas. Bogotá, Imprenta a vapor de Zalamea Hnos., 1885.

MORILLO, PABLO. Memorias. Traducción, Arturo Gómez Jaramillo. Bogotá, Incunables, 1991.

REVEZ, ANDRÉS. El teniente general don Pablo Morillo. Primer Conde de Cartagena. Madrid, El Gran Capitán, 1947.

Consultada:
GILMA RÍOS PEÑALOSA, Internet, https://www.lablaa.org/blaavirtual/biogr ... ripabl.htm

Internet, Wikipedia

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