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Biografía de don Juan Rodríguez de Valcárcel y Vargas.



Jefe de escuadra de la Real Armada Española.



Marqués de Medina.



Vino al mundo en la ciudad de Sevilla, por el año de 1730?.



Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, se desconoce la fecha, pero basándonos en más hipótesis podríamos decir, que sería sobre el año de 1745?.



En sus grados inferiores, al igual que casi todos los guardiamarinas y ya de oficiales subalternos, navegó en diferentes buques y por todos los mares y océanos, con lo que adquirió una práctica excepcional, al mismo tiempo participó en varios combates y contra diferentes enemigos, pues éstos no nos faltaban.



Ya al mando de una fragata, participó en la expedición a Argel, que se efectuó en el año de 1775, estando en la escuadra del general Castejón, en donde tuvo una actuación destacada, pues los fuegos de su buque, fueron tan eficaces y certeros, que protegieron y hicieron posible el reembarco de las tropas.



El día dieciséis de enero del año de 1780, estando al mando del navío San Julián perteneciente a la escuadra del general don Juan de Lángara, ésta se enfrentó a una escuadra británica al mando del almirante Rodney, siendo su comportamiento muy valeroso, pero su navío, después de muchas horas de duro pelear desmantelado y acribillado su casco, con más de la mitad de su dotación muerta o herida y él herido también, tuvo que ser rendido.



Fue abordado por una dotación de presa de los británicos, que procedían del navío Royal George, pero por los resultados no muy experimentados en estas labores.



Pero sucedió que al estar tan mal el buque, los victoriosos enemigos, no lograban hacerle ir en el rumbo por ellos deseado, pues las corrientes se lo llevaban en dirección a la costa, donde sin duda alguna se hubiera estrellado y perdido.



Por lo que acudieron a Valcárcer, para que los sacara de tan apurada situación, pues era conocida su fama de práctico en las cosas de la mar y no andaban equivocados, porque a las pruebas me remito.

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Éste les puso la condición, de que si salvaba el buque y a ellos, estos quedarían prisioneros de los españoles, a lo que los británicos embarcados accedieron, aunque se lo pensaron durante un rato, pero viendo que la situación no mejoraba se decidieron al fin.



Sucediendo así que logró sacar a su navío del apuro y a los británicos con él, dándose el caso peregrino, de que los primeros vencedores ahora eran los vencidos y por lo tanto sus prisioneros, entrando en la bahía de Cádiz, con gran alegría de la dotación española.



Como recompensa a tan denodados esfuerzos y heroísmo, demostrado en éste combate, se le entregaron los entorchados de brigadier.



Para que se restableciera de sus heridas, fue destinado al apostadero de Algeciras, donde se le otorgó el mando del navío Santa Isabel, que pertenecía a la escuadra del general don Luis Córdova.



Participó, ya repuesto de sus heridas, en el desafortunado ataque de las baterías flotantes, contra el peñón de Gibraltar, a bordo de su navío y como protección de éstas, para evitar cualquier ataque por sorpresa, mientras se llevaba a cavo el bombardeo.



El día veinte de octubre del año de 1782, participó con su navío y en la misma escuadra, en el combate del cabo de Espartel, que se enfrentaron a la escuadra del mando del almirante Howe.



Se le nombró Mayor General de la escuadra, al ser ascendido a jefe de escuadra y en este cargo permanecía cuando le sobrevino su fallecimiento.



Falleciendo en su ciudad natal el día dieciséis de agosto del año de 1785.