Enero 1762, Inglaterra declaró la guerra a España. Se dice que fue una acción “preventiva” por las disposiciones tomadas por Carlos III para poner en estado de guerra su ejercito y flota. Era evidente que los ingleses tenían que atacar a España antes de que ella estuviese preparada y era un buen momento ya que tenían una marina y un ejercito disponible después de la derrota francesa en Canadá. Y Carlos III era consciente de que para tener sus colonias de Hispanoamérica seguras debía existir un equilibrio entre Gran Bretaña y Francia. La derrota del país vecino debía ser compensada por el apoyo de nuestro país, para recuperar el equilibrio perdido. Y fue este concepto y no una miope sumisión a los intereses franceses, lo que llevo a la firma del III pacto de familia en agosto de 1761.(1). Además debemos añadir la negativa de los británicos a atender ninguna de las reclamaciones, sobre los ataques corsarios a nuestros buques.
Francia totalmente agotada, difícilmente podía apoyar a España y la idea de Carlos III de intervenir de forma decisiva en la fase final de una larga guerra que había agotado a los contendientes resulto errónea. (2).Los ingleses estarían cansados de la guerra, pero su situación militar, económica y moral, era la de los vencedores, tenía un aparato bélico en pleno funcionamiento. El dos de enero de 1762 sale publicado en la gaceta de Londres la declaración de guerra a España y el 17 del mismo mes en la gaceta de Madrid, ordenando a la vez ejercer toda suerte de hostilidades permitidas contra los vasallos del Rey de Inglaterra; salir del reino a los no naturalizados españoles; prohibir el comercio y la comunicación con la Gran Bretaña; autorizar el armamento de navíos, y el corso con ellos, así como todos los medios admitidos por el derecho a la guerra (3). España y Francia procediendo a los acuerdos secretos,piden a sus embajadores en Lisboa, en nota mancomunada, que inviten al rey de Portugal a tomar parte en la alianza contra Inglaterra alegando las razones de parentesco. La reina de Portugal era doña Maria Ana Victoria, hermana de Carlos III. Además de intentar convencerles de la conveniencia general de que los ingleses, no tuvieran puerto en ningún punto de la península, para impedirlo se pondrían en la frontera tropas españolas dispuestas a guarnecerlos. La contestación de que no participaría en la alianza hispano-francesa contra los ingleses, sentó muy mal a Carlos III. Aunque el modo de solicitar la alianza por el rey de España, había molestado mucho al rey de Portugal, por el tono autoritario y las amenazas veladas que llevaban dicho mensaje. Vista la contestación por Carlos III, y enfadado, por no salir sus planes como los tenia planteados, envía a su pariente una nueva notificación, indicándole de que entrarían las tropas españolas en el reino, dejando a su arbitrio el recibirlas como amigo o como enemigo.Se publico manifiesto de guerra el 18 de mayo , arrostrando las consecuencias (4). Invadió también la colonia portuguesa de Sacramento, con buenos resultados para las armas españolas. Pero a la vez el mayor puerto en la ruta del oro indiano La Habana caía en manos inglesas, a pesar de la heroica defensa de Velasco el 12 de agosto de 1762 y meses mas tarde también caía la ciudad de Manila. En el Tratado de París, Gran Bretaña cambio estas plazas, situadas en medio de territorio hostil y no tan fácilmente defendibles como Gibraltar, por la posesión de la Florida, que les daría un cierto control sobre el golfo de México y el paso de las Bahamas y protegería el flanco sur de sus trece colonias en América del Norte. Como sabemos, Francia compenso a España con la cesión de la Lousiana. (5

) La cual poco mas adelante sería la cabeza de puente para la conquista de Pensacola por Gálvez, sirviendo mas (según algunos autores) a los interés del país vecino que al nuestro, ya que Floridablanca no estaba de acuerdo con el ataque de los españoles a los ingleses, para apoyar la independencia de las colonias inglesas. Ya que a la larga seria un perjuicio para nosotros, por el apoyo indudable que los ingleses harían a nuestras colonias para independizarse. Además de que las trece colonias, resultarían amigas de los ingleses y en una acción contra nosotros, se olvidarían de nuestra ayuda y apoyarían a sus primos hermanos los ingleses. Como luego así ocurrió.
Los excesos cometidos por los privaeers (corsarios ) ingleses , contra los países neutrales fueron constantes durante toda la guerra de los siete años (6) y que los mercaderes españoles muy relacionados con el comercio francés, fueran una de sus principales victimas. El capitán Nicolás Marroquín fue asesinado en una detención en medio del mar, y un poco antes de estas fechas en 1758 buques británicos arrestaron doce navíos vizcaínos y tres donostiarra que iba a Terranova a cambiar víveres y pertrechos por bacalao (7): en ese mismo año un corsario ingles de 16 cañones apreso a dos pingues de Pasajes (probablemente por llevar carga para Francia) y los llevo a Bristol. En el viaje encontraron a un mercante guipuzcoano y uno de los capitanes apresados les pidió “en español y vascongado” que avisase al armador de ambos buques, don Vicente Zabaleta de su captura (8).

Cuando uno de estos corsarios era apresado, era inmediatamente acusado de piratería. El capitán Guillermo Tate, con su corsario el Duque de Bedfort,se había apoderado de la carga del pateche Nuestra Señora de la Soledad (aunque después este fue represado por un francés), también saqueo algunos géneros y dinero de la fragata San Nicolás otros dos mercantes. En junio de 1757 su suerte le fue abandonada perdiendo su barco y su libertad en el Cabo de Ortegal. Fue condenado a seis años de prisión en un presidió de Afrecha y sus oficiales cuatro, pero con ayuda exterior logro huir del castillo de san Felipe, en la ría del Ferrol, antes de ser enviado a su cárcel definitiva. Uno de los que le ayudaron a huir Juan Stafort, fue condenado a su vez a cuatro años por su colaboración en la fuga (La condena de Stafor fue el 8 de enero de 175. Archivo General de Simancas M legajo 53 s.f. ). Otro caso peculiar y que nos enseña la naturaleza y personajes de los corsarios ingleses tal vez seria el del capitán Ludoviche, patrón de la fragata o laúd ingles Vendete, armado en Gibraltar, fue apresado en la playa de Sitges bajo la acusación de haber atacado a un “canario” en el Grao. Es interesante, por como iba diciendo antes por la naturaleza de su tripulación, la cual estaba compuesta por nueve venecianos (el capitán era uno de ellos), tres genoveses, tres malteses, dos griegos, un ingles y un negro de guinea, esclavo del capitán, Ante la acusación de piratería el armador del buque corsario y el cónsul ingles en Barcelona, le negaron su socorro por delinquir.(9)
Los corsarios franceses también causaban muchos inconvenientes ( y eso que por entonces España era neutral en esta guerra), hay un informe desde Castro Urdiales de que dos vascas francesas extorsionaban a las embarcaciones españolas y neutrales que iban a Bilbao o San Sebastián. Se les acusaba, además, de que en momento de disparar contra el barco que querían registrar no enarbolaban la bandera francesa, sino la española de la Cruz de Borboña, lo que seria ya un caso de piratería.(10)
La paciencia de los armadores españoles estaba agotada y muchos pensaban ya en armar en corso para reponer sus pérdidas comerciales con las capturas de los buques ingleses. Sabemos que en diciembre de 1761, antes de que la guerra fuese declarada(aunque se veía próxima), Ignacio de Ibarra y Juan de Goytia pedían patentes para tener dispuestos sus corsarios en el momento de la ruptura (11).

Los armamentos de los corsarios españoles fueron muy importantes llegando, según nuestros datos, a 77 embarcaciones (sin contar una petición de dos barcos en Santander y otra de Alicante que no siguieron adelante, por lo que sabemos; hay que añadir un corsario donostarria al que no se le dejo navegar por mala construcción). En San Sebastián, tradicional puerto corsario, se armaron 15, pero también reaccionaron con energía los bilbaínos ante el perjuicio de su comercio con el armamento de otras nueve. En el estrecho, zona que conocemos bien gracias al estudio de Mario Ocaña (12)-al que hemos añadido algún dato- se armaron 28- En al Andalucía atlántica hemos localizado 9 corsarios ( de ellos 7 en Cádiz, a lo que podría añadir otro armado no sabemos si en Tenerife o Cádiz, pero que actuaba en las Canarias) y en Galicia otras 10 embarcaciones, destacando Vigo con siete. En el Mediterráneo los armamentos fueron escasos, según nuestras cuentas: un corsario de Alicante, otro en Peñiscola, un tercero en Ibiza y un último en Nápoles (aunque éste actuó en el estrecho de Gibraltar.Debe mencionarse un armamento en Brest, siendo posiblemente de algún mercante español que estaba en ese puerto y que deseaba aprovechar el viaje de vuelta para corsear (13)
La atrevimiento de los corsarios españoles en el Estrecho fue tal que uno de ellos intentó sacar (con resultado adverso) una fragata desde el mismo puerto de Gibraltat. Ofendidos, los ingleses amenazaron con invadir Algeciras si la tentativa se repetía (14).
Algún capitán corsario, como el napolitano Gaspar Ruso o Rosso, colaboró con la Armada. Ruso se embarcó en una tartana armada por el Rey con “cierto artilugio de fuego, es decir convertida en un brulote, con la intención de destruir algún barco de guerra ingles. Estuvo a la expectativa desde el 5 de agosto hasta el 11 de noviembre, en que recibió orden de retirarse.No debe extrañarnos el largo tiempo de espera para una situación favorable: el ataque con burlotes era muy peligroso por las posibles represalias del enemigo y se buscaba una situación que permitiese una fácil huida a la tripulación del barco incendiario (15).

Un grave problema para los corsarios (y para los jueces españoles en la vista posterior) era distinguir los barcos neutrales que llevaban productos ingleses o de otra nación a Gibraltar (que se consideraba plaza sitiada), de los navíos comerciales que pasaban por el Estrecho hacia otros puntos del Mediterráneo. El intendente del Departamento de Cádiz, Juan Gerbaut, se quejaba el Bailío Arriaga del hecho que los buques neutrales llevaban papeles dobles en lo que la carga era transportada a Génova o Liorna, cuando en realidad iba a la plaza inglesa, y dada la estratégica posición del Peñón, era difícil saber cuándo los mercantes iban a entrar en él o solamente entraban y salían del Mediterráneo. “ En sustancia (terminaba diciendo), es éste un seguro modo de que Gibraltar se surta de lo que necesite, y para precaverlo parece que no hay otro modo que el de que nuestros corsarios no den entera pronta fe a los documentos de que en las no hay motivos para recelar el supuesto fraude”(16)

Las dificultades de los aliados de España no ayudaba precisamente a distinguir entre las buenas y malas presas. La colonia francesa de Santo Domingo (o Haití) era aprovisionada por embarcaciones inglesas y el embajador galo pidió que no se molestase ese trafico. Se le contesto que sería preciso dar una señal o distintivo a los barcos de este tráfico, “ pues de otro modo podrían evadirse con este pretexto todos los demás mercantes de aquella nación dejando frustrado y, por consecuencia, desvanecido nuestro corso” (17).
Al final el gobierno español, a fin de evitar complicaciones con las potencias neutrales , dio por bueno el principio de que el pabellón protege la mercancía (salvo que fuese contrabando de guerra). En el caso de la urca holandesa Ana María, llevada a Algeciras y condenada en su carga por ser inglesa, se ordenó devolver los géneros. Los armadores corsarios sólo consiguieron a través de un apoderado enviado a Madrid, un tal Juan Taules, que todos los gastos ( de carga, almacenaje y pagos judiciales) fuesen por cuenta de los holandeses, arguyendo que la presa estaba ya juzgada antes de llegar la orden de soltarla.(18)

Hubo algun caso de deferencia con embajadores enemigos. Unas barcas de Algeciras habían apresado un buque danés, EL Árbol de Palma, que trasportaba el equipaje del embajador de Garna Bretaña en Venecia, milord Northaton, y Carlos III dio orden inmediata que se liberara el navío y los efectos del embajador sin que faltase nada. Era un gesto honroso, que además, no debió costarle nada, pues en ningún momento se dice que se compensase a los corsarios. (19)
Los desastres españoles en esta contienda ( pérdidas de La Habana y Manila), no compensadas suficientemente por las ventajas frente a los portugueses, llevaron al cese de las hostilidades a finales de 1762 ( se tardaría unos meses en firmar la paz). Como en guerras anteriores, se marcó un plazo a partir del cual “ninguna presa será válida y deberá restituirse. El término es de doce días contados desde el 22 de noviembre, en que fueron canjeadas las ratificaciones, para el Canal de Inglaterra y mares del Norte; de seis semanas para los demás Océanos hasta las islas Canarias inclusive, y para el Mediterráneo; de tres meses para mas allá de dichas islas para la Línea equinoccial; y de seis meses para otros lares del resto del Mundo”(20). Aunque fue hecha publica con bastante retraso (para entonces había terminado el plazo del canal de Inglaterra y mares del norte) y provoco los típicos problemas de determinación exacta del lugar de apresamiento, el perjuicio mayor fue para los últimos armamentos corsarios, de lo que no se pudo sacar el beneficio necesario ahora cubrir una inversión tan grande. Así, El Gran Carlos de España debió de significar un gran gasto para sus armadores, pues tenia 400 toneladas de porte, y estaba armado con 28 cañones y tripulado por 211 hombres. Salió, por lo que sabemos, a su primera hazaña el 2 de diciembre de 1762, poco antes de que a Gaceta de Madrid publicase la suspensión de armas (día 14 del mismo mes) y de él solo conocemos dos presas: el navío ingles L´Elisabeth, apresado el 3 de enero de 1763 y declarado buena presa, aunque los británicos lo reclamaban en junio, y el navío La Carolina, apresado en febrero y dado por libre al haber sido hecha la captura en tiempo inhábil. . En este navío los ingleses no reclamaron, pero sí unos pasajeros alemanes que pedían la ropa y el dinero que les habían robado los corsarios, aunque sospechosamente, habían esperado a que se marchase el capitán ingles que podía testificarlo.(20)

En esta guerra hubo bastantes capturas en un tiempo relativamente corto, se conocen 59 por los documentos, pero podemos suponer que fueron mas. Aunque a la par, no es lógico pensar que se hiciesen tantas presas como en otros enfrentamientos bélicos. Los británicos habían venido que enfrentarse durante años a los corsarios franceses, siempre muy activos, y sus mercantes estarían avezados en la toma de precauciones (convoyes, rutas menos frecuentadas etc...) El recurrir a neutrales con papeles dobles para el tráfico de Gibraltar era muestra más de las medidas adoptadas ara preservar su comercio, aunque también un reflejo de la erosión que en el habían provocado los corsarios galos.
Tampoco hay que olvidar la acción de los corsarios ingleses. Que, en realidad, sus sucesos antes de la guerra con España fueron negativos para Inglaterra pues provocaron, como reacción fuertes armamentos en el corso hispano y después su actuación contra el comercio español, una vez en guerra, no parece tan agresiva como antes de la contienda. Desde el punto de vista económico el corzo de 1762 fue un fracaso y en ningún caso podemos considerar que el número de presas hechas llegase a perjudicar el comercio británico. En todo caso hay que recordar que se mostraron muy activos en aquella guerra contraria alas armas españolas.

1.- OTERO LANA Enrique.-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 79
III PACTO DE FAMILIA

Articulo I. SS.MM Cristianísima y Católica se obliga a mirar en adelante como enemiga a cualquier potencia que lo sea del uno o del otro de los soberanos contrayentes.
Articulo II. Defenderán recíprocamente todos sus Estados en cualquier parte del mundo que se hallen; pero al mismo tiempo sé estipula expresamente que esta defensa y conservación sólo mira a las posiciones respectivas que tuviesen cuando las partes contrayentes estén en paz con todas las potencias. La misma protección conceden los dos Monarcas al rey de las Dos Sicilias y al Serenísimo Duque de Parma, con la condición de que estos dos príncipes concurran mutuamente a la defensa de los Estados de SS.MM. Cristianísima y Católica.
Articulo III. En caso de hostilidad SS.MM. se asistirán por mar y tierra con las fuerzas que juzguen necesarias.
Articulo IV. Sin embargo se exceptúan de este pacto las guerras que el rey de Francia tenga que sostener en Alemania, como garante del tratado de Westfalia, y por otras alianzas suyas con los príncipes y estados del imperio y del norte, ni el rey de España estará obligado a ayudarle a no ser que alguna potencia marítima que no haya tenido parte en esta guerra ataque a la Francia en su propio país.
Articulo V. Exceptuando el caso dicho, jamás se podrá eludir la obligación de suministrar los auxilios mutuos, o mas bien sin discusión alguna, se enviara el auxilio de naves y tropas a la potencia que las pida tres meses después del aviso. (......)
Fuente: Conde Fernán Núñez, Op. Cit, vol. II pp 65-notas (Cuadernos historia 16. La España de Carlos III. Nº 199)

2.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 79
3.- FERNANDEZ DURO, Cesáreo. Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo VII pagina 13.
4.-Ibidem pagina 14- En dos hojas folio se publico en Madrid el Real decreto de 12 de junio razonando motivos que obligaban a hacer la guerra a Portugal
5.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 79
.- FERNANDEZ DURO, Cesáreo. Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo VII pagina 44.

Dispuesta, por este tiempo en Inglaterra una expedición contra las Antillas francesas, se presento principios del año 1762 en las Barbadas el almirante Rodney, y allí juntó a las tropas que conducía, contingentes de las islas y de Carolina y Georgia, en sula de 12000 soldados de desembarco. Atacó a la Martinica, que no pudo resistir a tan creída fuerza, y obligando a capitular a las ciudades fortificadas de Fort-Royal y Saint Pierre en febrero, toda la isla quedo en su poder, sí como las de Granada, Santa Lucia y San Vicente, rendidas después por corolario, con lo que dominaron los británicos la cadena que forman las islas de barlovento desde el Continente hasta las de Puerto Rico y Santo Domingo; apresaron o destruyeron a los corsarios abrigados en los puertos y tuvieron a mano los puntos de recalada de la navegación Europea, interceptándola con

6.- Cuaderno de Historia 16 N-199. La España de Carlos III. Política internacional. GÓMEZ CENTURIÓN, Carlos.

Lo que llevaría a Catalina II de Rusia proponer la Liga de la neutralidad armada, en la siguiente guerra de 1780.Las relaciones diplomáticas con la corte moscovita preocuparon al gobierno español durante los primeros años ochenta, no tanto por su incipiente expansión rusa en la costa americana del Pacifico, sino ante todo, por el peligro que representaba el que Inglaterra insistiese vehementemente tratando de conseguir su participación en el conflicto independentista de las Trece Colonias. Pese al ofrecimiento ingles de entregar Menorca a la zarina –proyecto que tanto acariciaba Potemkin con el designio de instalar una base avanzada de penetración en el Mediterráneo-Pero Catalina opto por la neutralidad como unía vía para mantener las vías de comunicación del comercio ruso. Y de poder erigirse en la protectora de los demás países neutrales. Esta liga fue propuesta y promovida por los embajadores españoles, haciendo la idea suya Catalina, pues España no debía ser involucrada en este proyecto. España gano una baza muy importante, en la política exterior ya que los ingleses tampoco respetaron este pacto, obligando a Austria y Rusia ponerse dura con ellos e incluso amenazarla. Este pacto de neutralidad armada fue entre Dinamarca, Holanda, Suecia y Prusia, constituyéndose la liga de los neutrales.En la alianza de Berlín, indudablemente, tuvo un papel importante el peso adquirido por la maquinaria militar prusiana, cuyo prestigio –personalizado por la atrayente figura de Federico II- ayudo a España a conseguir la declaración de neutralidad de Catalina II. El intercambio de embajadores entre Madrid y Berlín en 1781, respondía a un propósito diplomático concreto: apoyar el poder prusiano como el más idóneo para balancear la influencia.

Por lo mismo no se supo nada de sus operaciones y conquistas en la Habana, con no estar muy lejos, ni pudo recibirse en el tiempo oportuno noticia de la declaración de guerra de España. El paquebot San Lorenzo, que la conducía juntamente con las prevenciones del gobierno, fue alanzado sobre el Cabo tiburón por un buque enemigo de su misma fuerza aproximadamente, el Milford, de 16 cañones y combatió esforzadamente un día entero, quedando ambos casi desechos, muerto el comandante y segundo, y herido el tercero en el inglés; pero fue mayor la pérdida del nuestro y tuvo que rendirse.
Lo mismo acaeció a la fragata Ventura, de la Habana , en pelea con la inglesa Fowey, en la misma costa de Santo Domingo, y en los propios principios de Febrero. A la hora y media de fuego se separaron con el aparejo destrozado; renovaron el combate el siguiente día una y otra vez, sosteniéndolo con gran vigor, hasta que, yéndose a pique la Ventura, arrió la bandera, contando 50 muertos. Los dos encuentros consignados como excepcionales en la duraron y su bravura.
El comandante del San Lorenzo, cumpliendo la obligación de arrojar al fondo de la mar los pliegos de la correspondencia oficial, se ingenió para conservar un ejemplar de la Gaceta de Madrid en que se proclamaba el estado de guerra, impreso que condujo a Santiago de Cuba desde Jamaica y que llegó a manos del gobernador de la Habana en 26 de febrero, con la nueva.

7.- OTERO LANA Enrique.-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 80
8.-Ibidem
9. -Ibidem
Cuaderno de Historia 16 N-199. La España de Carlos III. Política internacional. GÓMEZ CENTURIÓN, Carlos.

La actitud inglesa, inspirada por William Pitt, fue en todo momento y desdeñosa y desafiante. España solo había planteado a Inglaterra tres cuestiones por la que se sentía perjudicada:
-Las perturbaciones sufridas por el comercio marítimo español con motivo de los ataques de los corsarios ingleses, que no respetaban los pabellones neutrales e, incluso, se atrevieron a penetrar en aguas peninsulares para atacar los navíos franceses.
-El apresamiento de los pesqueros que desde el Cantábrico (como ya hemos comentado mas arriba en el articulo), hasta Terranova para capturar Bacalao-Violando con ello las estipulaciones de Ultrech, así como el acuerdo hispano-británico de 1721-,y que originaba el desabastecimiento de pescado salado en la península.
-Y por ultimo las infiltraciones inglesas en Honduras, donde los cortadores de palo de Campeche se había instalado-contando con la colaboración indígena-y construido fortalezas para defenderse de los españoles.
Y por estos agravios, como ya sea comentado antes, no recibieron los embajadores españoles en Londres satisfacción alguna de las autoridades inglesas.
10.-Ibidem pagina 81
11- Ibidem pagina 82-Archivo General de Segovia M. Legajo 539 s.f. Bilbao, 21 de diciembre de 1761
12.-OCAÑA TORRES, Mario L. : El corso marítimo en el Estrecho de Gibraltar (1700-1802). Algeciras, 1993 pp. 63-85 para ese contienda
- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 83
13.-A.G.S. . M legajo 540 s,f, 13 de marzo de 1762 . No fue el único; varios mercantes españoles que estaban en Francia al principio de la guerra hicieron sus peticiones para volver corseando.
- OTERO LANA Enrique.-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 83

14.-A.G.S, M le s.f. 15 de junio de 1762, informe del intendente de marina Gerbaut desde Cádiz.
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 86
15.-A.G.S:, leg. 540, s.f. 23 de marzo de 1763, instancia de Gaspar Ruso, Giuseppe Poggi y Domenio María, napolitanos, pidiendo algún empleo en el servicio real. Se les concedió.
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 86
16.-A.G.S.M,Leg 540 s.f., 23 de julio de 1762
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 88
17.- Ags, M, leg 540 s.f. 30 de agosto de 1762
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 88
18.AGS, M, Leg 540,s.f. 4 de septiembre de 1762 y Madrid , 11 de septiembre de 1762.
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 88-89
19.- AGS, M, Leg 540,s.f. 13 de septiembre de 1762.
.- OTERO LANA Enrique .-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 89
20.-Gaceta de Madrid, número 50, 14 de diciembre de 1762, pagina 424
.- OTERO LANA Enrique.-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 90
20.- OTERO LANA Enrique.-La intervención de Carlos III en la guerra de los siete años. La acción de los corsarios españoles.. Revista de historia naval numero 65. Pagina 90-91