Cañoneros de hélice para servicio en Cuba.

Clase Ericsson.

Fueron construidos en los Estados Unidos entre 1869 y 1870, siendo su coste satisfecho con el producto de una suscripción que se abrió en las Antillas con dicho objeto.

Treinta fueron los buques de este tipo que el gobierno español adquirió en los Estados Unidos para atender las necesidades de la guerra en Cuba. Primero salieron cuatro desde el puerto de Nueva York, después trece acompañadas del vapor Pizarro, y finalmente otros trece acompañados del vapor Isabel la Católica.

Toda la serie se construyó entre el 19 de mayo y el 27 de diciembre de 1869.

Caracteristicas Generales:

Casco de madera, fondo plano y construidos en los Estados Unidos.

• Eslora.- 32,3 metros.
• Manga.- 6,70 metros.
• Puntal.- 2,42 metros.
• Calado.- 1,40 metros.
• Desplazamiento.- 179 toneladas.

• Equipo propulsor.- Dos hélices de bronce movidas cada una por una máquina (de 40 caballos nominales y 137 indicados) de dos cilindros calados a 190 grados. Los cuatro cilindros evacuaban a un condensador de superficie que servía de soporte a máquinas. Su única caldera trabajaba a 1,89 Kg/cm?. Las máquinas se podían manejar desde cubierta por el Oficial de guardia.
• Velocidad.- 9 nudos.
• Carbón.- 32 toneladas.

• Armamento.- 1 cañón Parrot de 13 centímetros a proa sobre una plataforma giratoria.

• Dotación.- Un teniente de navío de 1ª clase (posteriormente se señala en casi todas las fuentes un teniente de navío), un alférez de navío, un contramaestre, un condestable, tres maquinistas, un practicante, un carpintero, seis fogoneros y veintiocho marineros, para una dotación total de 43 hombres (dotación del cañonero Cauto. La Época 26 de abril de 1891). D. José Lledó Calabuig señala en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, que la dotación de estos cañoneros era de 34 hombres.


Buques: Ericsson; Activo; Rápido; Argos; Lince; Centinela; Guardián; Vigía; Astuto; Almendares; Eco; Destello; Contramaestre; Marinero; Soldado; Celaje (ex ¿Quién Vive?); Lebrel; Cazador; Cauto; Gacela; Telegrama; Criollo; Ardid; Indio; Caribe; Alarma; Descubridor; Yumurí; Flecha y Dardo (numerados del 1 al 30 siguiendo el orden citado).

Los quince primeros fueron construidos en astilleros de Nueva York, los restantes en los astilleros Mystic Bridge, Conn. (¿Connecticut?) USA.

De fondo plano, los cañoneros eran muy poco marineros, opinando a este respecto, D. Victor María Concas, lo siguiente:

“Pero nada como el huracán que se desencadenó contra Fery, cuando en 1869 dijo la insigne verdad de que los cañoneros Ericsson adquiridos para la vigilancia de la isla de Cuba, que resultaron con un andar de seis millas, o poco más, no servían para perseguir a los filibusteros, que andaban el doble. ¡Calcúlese la situación de un hombre en tales condiciones al que después del mando de la Covadonga, le dan el de un cañonero de fondo plano, inútil para la mar y de velocidad de tortuga! Aquellos cañoneros fueron producto de una generosa dádiva del comercio; pero aceptado con más entusiasmo que buen juicio militar el programa que impusieron los donantes de que con aquel dinero se construyera un crecido número, resultaron deficientes como no podía menos de ser”.

Las trece cañoneras españolas alistándose para su salida del puerto de Nueva York. La Ilustración Española y Americana. Madrid, 10 de febrero de 1870.

Cañón Parrot montado a bordo de un cañonero confederado capturado en el transcurso de la Guerra Civil USA. Una pieza igual, o muy parecida, era la que montaban en su proa los cañoneros de la clase Ericsson.

De acuerdo con nuestro Intendente General, y tras el preámbulo y las características generales de los buques, voy a dedicar una página del trabajo (lo de “post” cada vez me suena peor) como mínimo a cada uno de los treinta cañoneros.

En algunos casos, una página parecerá un exceso por la poca información encontrada, apenas unas líneas; en otros casos serán necesarias más de una página para un mismo buque. La intención es tener diferenciados claramente cada uno de los treinta cañoneros. Con tiempo y con paciencia, saldrán más datos, encontraremos alguna fotografía y podremos adjuntarlos sin ningún tipo de problema.

Vamos a ello

Cañonero Nº-1 Ericsson.

Primero de la serie, nuestro cañonero recibiría su nombre en deferencia al diseñador de la misma, John Ericsson, el inventor de la hélice naval y diseñador del famoso monitor Yanky USS Monitor.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Gibara, que cubre la zona desde Punta Mangli (¿?) hasta Punta Maysí (Maisí).

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Gibara.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Ericsson, se encuentran en tercera situación y “prácticamente inútiles, o poco menos, ya por su poco andar o ya por el deplorable estado de sus máquinas o cascos, una de cuyas composturas está presupuestada en 28.000 pesos oro”.

La Época, 2 de julio de 1888.

<<De Cuba escriben que en un violento incendio, ocurrido en Cárdenas el día 8 de junio, dio pruebas de heroico valor, logrando con su arrojo dominar el terrible elemento y evitar muchas desgracias, la dotación del cañonero Ericsson, que manda el Sr. Pavía>>.

La Correspondencia de España, 11 de noviembre de 1893.

<<El cañonero Ericsson ha sido dado de baja de las listas de la Armada>>.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Ericsson es dado de baja en el año 1897, con lo que no se correspondería con la fecha dada por La Correspondencia de España.

Cañonero Nº-2 Activo.

La Correspondencia de España, 18 de marzo de 1875.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Activo, el teniente de navío de primera clase, D. Antonio León y Armero>>.

Con fecha 23 de octubre de 1876, el periódico La Época, informando a sus lectores de un devastador huracán que ha sacudido la isla de Puerto Rico, señala que “en Aguadillas entro desarbolado el bergantín-goleta Villa de Camariñas, al cual presto auxilio y puede decirse que salvó, el cañonero Activo, que estaba de crucero en cabo Rojo”.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Gibara, que cubre la zona desde Punta Mangli (¿?) hasta Punta Maysí (Maisí).

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Gibara.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Activo, se encuentran en segunda situación y “en completo estado de desarme por inútiles”.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Activo deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-3 Rápido.

Tercero de los cañoneros de la clase Ericsson, y el de más corta vida marinera, apenas tres meses. D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Rápido naufraga en el bajo de los Colorados en febrero de 1870.

Aún después de su pérdida, el cañonero Rápido prestaría un último servicio a la Escuadra del Apostadero de la Habana. Recuperada su planta motriz y su armamento, ambos serian destinados al nuevo cañonero de hélice que se construía en el Astillero de la Casa Blanca (Habana), el Cuba Española.

Cañonero de hélice Cuba Española:

http://foro.todoavante.es/viewtopic.php?f=49&t=2058

Cañonero Nº-4 Argos.

La Época, 6 de noviembre de 1870.

<<El día 18, a media noche, salió del puerto de la Habana, a bordo del Hernán Cortés, el comandante general del apostadero con su estado mayor y fuerzas de la Gerona, Zaragoza, Almansa e Isabel la Católica, formando un total de 320 hombres, en unión de los cañoneros Argos y Almendares, y lancha de vapor de la Almansa, con objeto de desembarcar en Punta Brava para practicar varios reconocimientos.

Los expedicionarios han regresado a este puerto después de haber dado una batida general en Punta Brava, Punta Pilotos, Vicaro, la bahía de Jigüey y otros varios puntos que se suponían inundados de rebeldes.

Se hacen los mayores elogios de la actividad y buen espíritu que animaba a los individuos que formaban la columna, y todos rivalizaron en entusiasmo>>.

El Imparcial, 18 de junio de 1872.

<<Por primera vez desde que estalló la rebelión han hecho fuego los enemigos a un buque de guerra, y esto ha sucedido el 20 del corriente en el cañón del puerto de Banes. Al embocarlo el cañonero Argos, fue recibido por una doble descarga, dirigida la una al punto donde se encontraba el comandante, y la otra al timonel. Continuó avanzando el barco, y el fuego se hizo general y nutridísimo de banda y banda, manteniéndolo los rebeldes desde las alturas que forman el cañón, y contestándolo el Argos con metralla y fusilería, hasta que desembocó en el mar>>.

El Imparcial, 10 de diciembre de 1872.

<<Se ha concedido el mando del cañonero Argos al teniente de navío de primera clase, D. Emilio Butrou>>.

La Época, 20 de diciembre de 1874.

<<También ha sido nombrado comandante del cañonero Argos, el teniente de navío de primera clase D. Teobaldo Gibert>>.

La Correspondencia de España, 7 de noviembre de 1877.

<<El representante en esta Corte de los Estados Unidos ha entregado personalmente al señor ministro de Estado, a nombre de su gobierno, un precioso cronometro que el presidente de aquella república ha remitido con destino al teniente de navío D. Fernando Rodríguez Batista, comandante del cañonero Argos, que se encuentra en Cuba, por el salvamento de un buque norteamericano. La joya es de mucho gusto y la dedicatoria primorosamente grabada>>.

D. Fernando Rodríguez Batista, como alférez de navío, perteneció también a la tripulación del cañonero Soldado, con el que participo en alguna acción contra los separatistas cubanos (ver cañonero Soldado).

El 14 de febrero de 1879, el periódico El Imparcial, en un artículo titulado “La Marina de Guerra en las Antillas” señala (entre otros buques) al cañonero Argos “excluido del servicio por inútil”.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Argos deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-5 Lince.

La Época, 6 de septiembre de 1874.

<<Ha salido de la Habana para desempeñar una comisión la fragata Gerona, a la que se le debía unir el vapor Tornado, Créese que ambos buques vayan a Centro América, en cuyo territorio estaban intrigando algunos filibusteros. El cañonero Lince había salido de Cuba para Puerto Rico, a reforzar aquella estación naval, y el vapor Isabel la Católica continuaba cruzando entre Gibara y Nipe>>.

La Correspondencia de España, 9 de noviembre de 1879.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Lince, el teniente de navío, D. Pedro Sánchez Calvo>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España señala que el cañonero se encuentra en la Habana carenando.

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en la Habana.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Lince, se encuentran en segunda situación y “en completo estado de desarme por inútiles”.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Lince deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-6 Centinela.

La Época, 20 de octubre de 1870.

<<Luís Ayestarán de Moliner, joven de 24 años de edad, perteneciente a una de las principales familias de la Habana, en noviembre del 69, en unión de varios otros jóvenes de esta capital, se dirigió al campo rebelde. Desde entonces, permaneció Ayestarán en la insurrección, ejerciendo distintos cargos, y entre ellos el de miembro de la famosa Cámara de representantes de la soñada república, hasta hace cuatro meses que pudo trasladarse a Nassau y de allí a New York, en comisión del titulado presidente Céspedes.

Se embarcó en Nassau para volver a esta isla el 17 del actual a bordo del balandro Guanahané, con otros filibusteros, nombrados Eduardo Torres, R. Abraham, Vicente Pérez, J. Milian, Mariano (¿?) y Williams Jameson, y el 18 al distinguir a uno de nuestros buques de guerra abordaron a Cayo Romano, abandonando la embarcación.

Los celosos marinos del cañonero comprendieron desde luego, ya por los objetos hallados en el balandro, ya por la precipitación con que aquellos huyeron, no solo que eran filibusteros los perseguidos, sino que entre ellos había alguien que tenía una significación importante. La actividad y celo desplegados por tan buenos servidores del Estado, fueron recompensados con la captura del joven Ayestarán, quien después de mil evasiones, concluyo por confesar todo lo que probaban los documentos que le fueron ocupados. Por fín, se dispuso remitirle a esta ciudad a disposición del excelentísimo señor capitán general.

Le condujo a la Habana la cañonera Centinela, en la mañana del 23.

A las doce de la noche de dicho día, fue puesto en capilla>>.

No queda claro tras la lectura de esta información, si fue el cañonero Centinela el que participó en esta operación, o si su participación se limito a trasladar al rebelde a la Habana.

El 8 de noviembre de 1870 el Centinela, junto con su gemelo Gacela y el Hernán Cortes, a bordo del cual viajaban las más altas autoridades españolas en Cuba, es testigo privilegiado del “alucinante” combate naval, frente a la Habana, entre el cañonero prusiano Meteor y el aviso francés Bouvet. Nuestro cañonero presencio el combate a una distancia prudencial, listo y preparado para prestar todo el apoyo necesario una vez hubiera finalizado el combate.

La Correspondencia de España, 5 de junio de 1871.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Centinela, el teniente de navío de primera clase, D. José Delgado>>.

La Correspondencia de España, 13 de julio de 1874.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Centinela, el teniente de navío de primera clase, D. Isidro Posadilla>>.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Centinela deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-7 Guardián.

La Correspondencia de España, 9 de junio de 1875.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Guardián, el teniente de navío de primera clase, D. Manuel Pavía y Savigun>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Cuba, que cubre la zona desde Punta Mayaí hasta Cabo Cruz.

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Santiago de Cuba.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Guardián, se encuentran en segunda situación y “a media vida y con un andar de seis millas, se encuentran en esta situación, porque no alcanza el presupuesto para que estén armados”.

La Correspondencia de España, 2 de enero de 1885.

<<El 9 de diciembre se efectuó la prueba de la máquina de alta y baja presión y las calderas del cañonero Guardián, que han sido construídas en el arsenal del puerto de la Habana, mereciendo los elogios de las personas inteligentes en la materia. Dicha prueba dio el más brillante resultado, por el cual ha manifestado su satisfacción a los jefes del arsenal el comandante general del apostadero>>.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Guardián es desarmado en el año 1885 y dado de baja en 1897.

El Guardián volvería a prestar servicio si hacemos caso de la siguiente noticia:

La Correspondencia de España, 26 de septiembre de 1888.

<<A las once de la mañana de 6 ha llegado a la Comandancia general del apostadero de la Habana el alférez de navío D. Manuel Bausá, segundo comandante del cañonero Guardián, surto en Batabanó, que ha traído la primera noticia oficial y la relación verbal de la pérdida de la lancha Lealtad (por efecto de un gran huracán)……………………., el Guardián no ha experimentado ninguna avería>>.

Ninguna información he podido conseguir que nos indique el destino final de nuestro cañonero. D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, no aporta información alguna en este sentido.

A partir del año 1895, en los periódicos de referencia aparecen muchas noticias acerca del “cañonero Guardián”. Noticias que en todos los casos tendríamos que poner en “cuarentena”, me explico: a partir de 1895 (mediados) comienza a prestar servicio en la Escuadra del Apostadero de la Habana, una lancha cañonera con el nombre Guardián (ex Azteca), de 65 toneladas de desplazamiento y construida en astilleros de los Estados Unidos. El hecho de poner en “cuarentena” las citadas noticias obedece a la poca fiabilidad que merecen los periódicos de referencia, dado que son innumerables las ocasiones que confunden un cañonero con una lancha cañonera y viceversa.

En todo caso, continuaremos investigando.

Cañonero Nº-8 Vigía.

La Correspondencia de España, 14 de noviembre de 1870.

<<El cañonero Español Vigía entré el 7 del mes próximo pasado en Nuevitas, conduciendo el pailebot Euterpe y la balandra Britania, ambas filibusteras, y cuatro prisioneros. Estos barcos se supone sean los que hacían la carrera a Nassau para llevar emigrados>>.

El Imparcial, 11 de febrero de 1876.

<<Se ha conferido el mando del cañonero Vigía, al teniente de navío de primera clase, D. Guillermo Lobo y Lobo>>.

El 16 de marzo de 1878, el periódico La Época cita al cañonero Vigía en un artículo en el que un corresponsal de la prensa en la campaña cubana, narra su experiencia acompañando a fuerzas insurgentes a parlamentar con las fuerzas españolas. Entre otras cosas se puede leer:

<<Hasta un par de leguas más allá del campamento nos acompañó el teniente coronel Cassellas (ejército español), siguiendo nuestra rápida marcha hasta el Júcaro, donde nos embarcamos en el cañonero Vigía, que manda D. Emilio Seris.

Este distinguido oficial de marina, lo mismo que todos los del ejército por donde hemos pasado, se esmeró en obsequiar en su barco a la comisión, sirviéndose una esplendida comida, enseñando el cañonero y todas sus dependencias a los jefes cubanos (insurgentes)>>.

Más adelante añade:

<<Los que van a las Villas son Mola y Pérez Trujillo, y siguen viaje para Santa Cruz en el cañonero Vigía.

Hoy a las seis de la mañana hemos llegado a este puerto.

Los comisionados, que han continuado a bordo, según su deseo, salen mañana al amanecer para San Luís, para desde allí dirigirse en busca de las fuerzas de Maceo. En este viaje los acompaño>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero en Batabanó.

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en la isla de Pinos.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Vigía, se encuentran en tercera situación y “prácticamente inútiles, o poco menos, ya por su poco andar o ya por el deplorable estado de sus máquinas o cascos, una de cuyas composturas está presupuestada en 28.000 pesos oro”.

Cañonero Nº-9 Astuto.

El Imparcial, 19 de febrero de 1872.

<<Habana, enero 30.- El cañonero Astuto apresó una goleta inglesa con su tripulación, por haber desembarcado contrabando de guerra en la isla, y la llevó a Manzanillo>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Manzanillo, que cubre la zona desde Cabo Cruz hasta Cayo Piedra.

La Época, 27 de diciembre de 1881.

<<En Cayo Blanco, por lo que afirma un periódico de Trinidad, varó un bergantín inglés. El cañonero Astuto se esforzó cuanto pudo por sacarlo de la varada, sin poderlo conseguir. Se empezaba, a la fecha de estas noticias, a desalojar el cargamento>>.

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Manzanillo.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Astuto, se encuentran en segunda situación y “a media vida y con un andar de seis millas, se encuentran en esta situación, porque no alcanza el presupuesto para que estén armados”.

La Correspondencia de España, 14 de abril de 1885.

<<Ha sido aprobada la enajenación del vapor Blasco de Garay y del cañonero Astuto>>.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Astuto deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-10 Almendares.

La Época, 6 de noviembre de 1870.

<<El día 18, a media noche, salió del puerto de la Habana, a bordo del Hernán Cortés, el comandante general del apostadero con su estado mayor y fuerzas de la Gerona, Zaragoza, Almansa e Isabel la Católica, formando un total de 320 hombres, en unión de los cañoneros Argos y Almendares, y lancha de vapor de la Almansa, con objeto de desembarcar en Punta Brava para practicar varios reconocimientos.

Los expedicionarios han regresado a este puerto después de haber dado una batida general en Punta Brava, Punta Pilotos, Vicaro, la bahía de Jigüey y otros varios puntos que se suponían inundados de rebeldes.

Se hacen los mayores elogios de la actividad y buen espíritu que animaba a los individuos que formaban la columna, y todos rivalizaron en entusiasmo>>.

El Imparcial, 11 de diciembre de 1872.

<<Se ha conferido el mando del cañonero Almendares al teniente de navío de primera clase D. Eduardo Reinoso>>.

El Imparcial, 13 de diciembre de 1874.

<<Ha sido nombrado comandante del cañonero Almendares el teniente de navío de primera clase D. Salvador Paggia>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Gibara, que cubre la zona desde Punta Mangli (¿?) hasta Punta Maysí (Maisí).

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Gibara.

El Imparcial, 15 de agosto de 1882.

<<Real orden de 9 de agosto, disponiendo la publicación de la sentencia absolutoria de que fue objeto al teniente de navío D. Matías Hita y Soto Sánchez, comandante que fue del cañonero Almendares, acusado de abandono de servicio por el Consejo de Guerra que se celebró en la Habana en diciembre del año último>>.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Almendares, se encuentran en tercera situación y “prácticamente inútiles, o poco menos, ya por su poco andar o ya por el deplorable estado de sus máquinas o cascos, una de cuyas composturas está presupuestada en 28.000 pesos oro”.

La Correspondencia de España, 2 de agosto de 1884.

<<Hoy se han recibido en Madrid noticias detalladas del cañonero Almendares, tan traído y llevado sin fundamento por las agencias telegráficas.

Parece que en Kingston (Jamaica) organizaba una expedición separatista Bonaechea, que para llegar más pronto a su fín publicaba en dicho punto el periódico el Deber.

En aquella población existía una junta revolucionaria que secundaba los propósitos de Bonaechea.

Noticioso el cónsul de España de lo que acontecía, pidió al gobernador general de Cuba un buque de guerra, siendo enviado con tal comisión el Almendares, por no estar listo para hacerse a la mar el Blasco de Garay.

El Cónsul y el comandante del buque don Francisco Javier Cavestany han llevado sus gestiones cerca de aquel gobierno con tal acierto, que el cabecilla separatista tuvo que abandonar la población, dirigiéndose a Colom (América Central); la junta revolucionaria quedo disuelta y suprimido el periódico el Deber. Esto es todo lo ocurrido, y por lo tanto teníamos razón al afirmar que los telegramas de Nueva York debían ser acogidos con reservas>>.

Curiosa noticia la que publica el periódico La Época con fecha 8 de agosto de 1884, y que titula “La Novela de Jamaica”:

<<El telégrafo ha desmentido la invención ridícula que la Agencia Fabra extendió por Europa, referente a la prisión de un capitán de nuestra marina. He aquí el origen de esta noticia:

Los periódicos norte americanos El Telegrama y el Herald dijeron que había ocurrido un incidente en aguas de Jamaica entre el cañonero español Almendares y la goleta inglesa Sand; añadían que después del cañonazo disparado por el cañonero español, que se llevó la chimenea de la cocina de la goleta inglesa, el capitán de ésta desembarcó y se lo contó al cónsul británico en Kingston, quien mandó a bordo del Almendares a dos soldados y un teniente del buque de guerra inglés Flamingo, con orden del comodoro de traer preso al comandante del buque español. No hallándole a bordo los “flamingos”, dicen los referidos periódicos que se posesionaron del consulado de España en Kingston, prendieron al comandante del Almendares y se lo llevaron a la cárcel, hasta que el cónsul hubo dado la fianza que le pareció pedir al señor comodoro y al señor cónsul inglés.

De esta historia dice Las Novedades de Nueva York lo siguiente:

Pero todavía hay en todo esto algo más sorprendente que la “hazaña” del Flamingo, y es la necedad de los que acogen esas noticias, y la increíble muestra de ignorancia dada por los periódicos americanos que publican una colección de disparates como es esa prisión del comandante del Almendares por el comodoro “flamingo” en el consulado de España en Kingston, por no haberlo hallado a bordo de su buque.

No creíamos que pudieran ignorar estos periodistas que sobre todo buque de guerra como sobre todo consulado de nuestra patria, ondea el pabellón español, y que la sombra de éste constituye el más inviolable de los asilos.

A pesar de esta rotunda negativa, ya verán nuestros lectores cómo no pasa mucho tiempo sin que se hable de otro conflicto.

Los enemigos de la patria no duermen>>.

La Correspondencia de España, 7 de octubre de 1884.

<<S.M. ha dispuesto se den las gracias en su nombre al comandante de marina de Santiago de Cuba, D. Pedro Díaz de Herrera y al del cañonero Almendares, Sr. Cavestany, a cuyo celo y acertadas disposiciones se debe principalmente que haya fracasado la expedición filibustera que se preparaba en Jamaica>>.

La Época, 8 de octubre de 1884.

<<De real orden se han dado las gracias a los comandantes de marina de Santiago de Cuba y del cañonero Almendares.

Ambos jefes adoptaron acertadas medidas que hicieron fracasar la expedición insurrecta preparada hace dos meses próximamente en Jamaica.

El comandante del cañonero es el oficial de nuestra armada que un telegrama de origen filibustero suponía haber sido detenido por las autoridades inglesas de la mencionada isla, y cuyo hecho fue en el acto desmentido>>.

La Correspondencia de España, 12 de diciembre de 1884.

<<De lo ocurrido entre el cañonero Almendares y el cúter inglés Sand, se ha dado traslado al ministro de Estado para que llegue a noticia del ministro de Inglaterra en Madrid>>.

La Época, 13 de diciembre de 1884.

<<El Incidente del Almendares.

Instruida sumaria sobre el pretendido atropello del cutter inglés Sand, por el cañonero Almendares, resulta:

1º.- Que Jamaica está convertida en un centro de conspiración filibustera, lo que obligó a enviar un buque de guerra que lo vigilase.

2º.- Que el Almendares noticioso de que iban a embarcarse algunos filibusteros con destino a Cuba, cruzaba y observaba los buques que salían de Jamaica.

3º.- Que en este crucero notó un buque cuyas maniobras le parecieron sospechosas y al amanecer le pidió el pabellón.

El Sand, que era el buque, izó pabellón inglés; el Almendares pidió al buque pairease para investigar si era en efecto lo que anunciaba, estando autorizado por convenios internacionales a esta exigencia. El Sand entonces arrió la bandera, maniobra desusada y sospechosa.

El Almendares envió un bote con el segundo de a bordo a reconocer los papeles. El patrón del Sand pretende se registro el cargamento y equipaje; pero esto es materialmente imposible, pues aún los buques estaban a 500 yardas de distancia y el bote del Almendares sólo tardo en ir, visitar y volver, diez minutos, según consta de certificado del práctico inglés, que estaba a bordo del Almendares.

Estas perentorias explicaciones han sido transmitidas al ministro inglés en Madrid en contestación a su queja>>.

La Correspondencia de España, 14 de diciembre de 1884.

<<Se quejó el gobierno inglés de que el cúter Sand hubiese sido detenido en aguas de Jamaica por el cañonero Almendares, y revistado su cargamento y equipaje.

Instruida la correspondiente sumaria, resulta que el barco inglés fue visitado con arreglo a derecho internacional, por sospechas de trabajos filibusteros, y los que visitaron al buque, se limitaron a pedir los papeles, con los cuales quedó probada la identidad de su abanderamiento y la regularidad de su tráfico, sin faltarse en nada>>.

El 7 de abril de 1886 el periódico La Correspondencia de España informa sobre un importante decreto, llevado a la firma de S.M. por el general Beránger. Entre otras cosas se informa: “Desaparecerán de las listas de la Armada debiendo clasificarse para su enagenación…………………, cañoneros Almendares, Criollo y Flecha".

Sin embargo, si hacemos caso de la noticia que a continuación podemos leer, el cañonero continuo prestando servicio:

La Correspondencia de España, 30 de mayo de 1899.

<<Ha fondeado en Matanzas el cañonero de la marina nacional Almendares, al mando del teniente de navío D. Victoriano López, llevando a su bordo comisión nombrada por el gobierno general para el estudio del plan general de la defensa de las costas de esta isla, compuesta del coronel de Estado Mayor, Sr………..(¿?), del comandante de ingenieros, Sr. Artola, y del comandante de artillería, D. Vicente ………….(¿?)>>.

D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, nada señala acerca de la suerte que corrió el Almendares, y al igual que nos ocurre con el Guardián, a partir de 1895, una lancha cañonera con el mismo nombre comienza a prestar servicio en Cuba (40 toneladas de desplazamiento y construida en los astilleros españoles Vea-Murguía, Cádiz).

Cañonero Nº-11 Eco.

La Época, 5 de julio de 1870.

<<El comandante general del Apostadero de la Habana, al dar cuenta de las últimas operaciones de los cañoneros en las costas de la isla de Cuba, remite el siguiente parte que por acuerdo del almirantazgo se inserta en la GACETA oficial.

Madrid 4 de julio de 1870.- El secretario, Rafael Rodríguez de Arias.

Comandancia general de marina del apostadero de la Habana.- Número 5.- Cañonero Eco.

El Yumurí, que sostiene el crucero entre los puertos de Nuevas Grandes y de Sama, sospechando se hubiese efectuado un desembarco en Punta Brava en la noche del 24, hizo en aquellas playas un reconocimiento al día siguiente, que dio por resultado hallar dos maletas con correspondencia y la certeza de lo que suponía: al retirarse los 14 hombres, que lo hicieron a las embarcaciones, abrió un fuego el enemigo en número como de 100, a que contestaron desde los botes con la fusilería y el Yumurí con su cañón.

Con este motivo se dirigió a toda fuerza de máquina al puerto de Nuevitas, y dio aviso de todo lo ocurrido al jefe de la estación de los cruceros del Norte.

Aunque este buque (se refiere al Eco) se hallaba con la maestranza del Neptuno y de otros buques remediando averías, en cumplimiento de las superiores órdenes de V.E., era el servicio de tal importancia, que apresuradamente y suspendiendo aquellas empecé a reponerme de cuatro días de carbón, víveres y aguada; y listo y con vapor a las tres de la tarde del 26, recibidas las últimas instrucciones del jefe, salí a la mar y me dirigí hacia el Puerto del Padre, donde fondeé a las seis del siguiente día. No hallando fuerza en aquel destacamento de que disponer, me dirigí en oficio urgente al señor coronel Marín, que cubre el destacamento de Vázquez, situado a cuatro leguas al interior. A las cinco recibí contestación de aquel jefe, anunciándome la llegada de 110 hombres al mando del capitán Navarro, únicos de que podía disponer, quedándose solo con los enfermos y asistentes para sostener aquel punto.

A las nueve de la noche llegaron aquellas; y a las doce, racionados a bordo y listos, tomé de remolque el lanchón Flor de Mayo, que podría serme útil para mi expedición por su poco calado y mucha cabida, y poniéndome en movimiento conseguí, a pesar de la oscuridad de la noche, salir de aquel puerto, fondeando en el de Manatí a las siete y media del 28.

Pocos momentos después lo hizo el Yumurí, que cruzaba, y le transmití las órdenes que había recibido en Nuevitas.

Relación de las piezas que de la máquina de la lancha embarrancada por los insurrectos en Punta Brava se hallan a bordo del expresado.

Maquinista

• Una bomba de aire, de broce.
• Una bomba de cobre, de una pulgada y 7,8 grueso, para condensar el vapor por el contacto del agua del mar por la parte exterior de la amurada.
• Un chupador de hierro para la sentina.
• Siete válvulas de bronce fundidas para los varios usos de la bombas.
• Tubería de hierro para los mismos usos.

Es copia.- José Malcampo>>.

El 14 de febrero de 1879, el periódico El Imparcial, en un artículo titulado “La Marina de Guerra en las Antillas” señala (entre otros buques) al cañonero Eco “excluido del servicio por inútil”.

Sin embargo, D. José Lledó Calabuig, en su libro Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885, señala que el cañonero Eco deja de figurar en la lista de buques de la Armada el año 1885.

Cañonero Nº-12 Destello.

La Correspondencia de España, 2 de septiembre de 1877.

<<Ha sido dado de baja en las listas de la Armada el cañonero Destello>>.

El 14 de febrero de 1879, el periódico El Imparcial, en un artículo titulado “La Marina de Guerra en las Antillas” señala (entre otros buques) al cañonero Destello “excluido del servicio por inútil”.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Destello, se encuentran en segunda situación y “en completo estado de desarme por inútiles”.

En el libro Buques de vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada 1834-1885 (D. José Lledó Calabuig), se afirma que este cañonero dejo de figurar en la lista de buques de la Armada en el año 1885.

Cañonero Nº-13 Contramaestre.

La Correspondencia de España, 3 de septiembre de 1875.

<<Por real orden de 30 de agosto último, se ha concedido la cruz roja de segunda clase del Mérito Naval al coronel graduado teniente coronel (¿?) del primer batallón del regimiento de la Corona del ejército de Cuba, D. Juan Llimós y Manso por el mérito que contrajo en el desembarco que en el año 1870 hizo en la costa Sur de aquella isla con las fuerzas a su mando, en unión de las del cañonero Contramaestre número 13, y operaciones contra los enemigos de la integridad nacional>>.

Con fecha 14 de septiembre de 1880, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero asignado a la división de Gibara, que cubre la zona desde Punta Mangli (¿?) hasta Punta Maysí (Maisí).

Con fecha 9 de agosto de 1882, en un artículo que informa de los buques que componen la Marina de Guerra española, el periódico La Correspondencia de España sitúa al cañonero destacado en Baracoa.

El 5 de noviembre de 1882 el periódico La Época, en un artículo titulado “Nuestra Marina en Cuba”, informa a sus lectores que una serie de cañoneros, entre ellos el Contramaestre, se encuentran en tercera situación y “prácticamente inútiles, o poco menos, ya por su poco andar o ya por el deplorable estado de sus máquinas o cascos, una de cuyas composturas está presupuestada en 28.000 pesos oro”.

La Correspondencia de España, 15 de agosto de 1884.

<<Nuevos detalles de la explosión de la caldera de la lancha Ligera ocurrida en Nuevitas:

El cabo de mar del Gacela, Alejandro Lago, arrojado al agua por la explosión y herido de alguna gravedad, consiguió salvar de la muerte al de su misma clase Francisco Jiménez, que se encontraba casi ciego, efecto de las quemaduras que sufrió, y con una pierna fracturada.

El marinero del cañonero Contramaestre, Francisco Deiza Gómez, contuso en una pierna, ayudó a salvarse a otro del Gacela llamado Antonio Barrena y logró además sostener sobre el agua al maquinista de la Ligera herido de mucha gravedad, salvándole también de la muerte>>.