El crucero Miguel de Cervantes junto a sus gemelos Príncipe Alfonso y Almirante Cervera, tienen su nacimiento con la “Ley Miranda” del 17 de febrero de 1915, y de un nuevo decreto, del 22 de febrero de 1922, complemento de la ley Miranda, un decreto posterior el del 11 de julio, definía el proyecto <<F>> y otro del 14 de julio daba la orden de construcción del Príncipe Alfonso y Almirante Cervera.


Fue el último de este trío el Miguel de Cervantes, se construiría, en función de los decretos de 31 de marzo y 4 de julio de 1926, siendo Ministro de Marina el Vicealmirante Cornejo, este último crucero costaría 61 millones de pesetas, sin contar con sus T.L.T.


La clase Príncipe Alfonso fueron diseñados por el ingeniero británico Philip Wat, de la empresa Armstrong Whitworth & Co.


Eran un modelo derivado de los cruceros británicos clase E (Emerald, Enterprise...) aunque muy mejorado.


La construcción fue un "record" en los astilleros españoles, ya que permaneció en grada 657 días.


Arbolaba dos chimeneas en vez de tres y su armamento estaba muy potenciado respecto al de los buques británicos, ya que éstos se armaban con siete montajes sencillos y dieciséis tubos lanzatorpedos, mientras que sus derivados españoles armaban tres torres dobles y dos sencillas, todas ellas colocadas axialmente.


El casco tenía un pequeño castillo de proa que se prolongaba en un casetón por casi toda la eslora hasta la torre de popa.


Tenía una superestructura dotada de un puente de mando de reducidas dimensiones.


Iban dotados de un palo trípode a popa donde iba instalada la dirección de tiro.


Las pruebas reglamentarías el Miguel de Cervantes supero los 35 nudos, la más alta conseguida por un Crucero de fabricación Nacional, desarrollando una potencia de 88.000 SHP (potencia de vapor en una turbina), girando sus hélices a 351 rpm.


Fue construido en los astilleros de la "Sociedad Española de Construcción Naval (SECN)" en Ferrol.


La puesta de quilla del Cervantes fue a mediados de 1926, fue botado el 18 de mayo de 1928, fue amadrinado por la Infanta Isabel. Y se entregó a la Armada el 19 de enero de 1930.

CARACTERÍSTICAS


Eslora total: 176,62 m

Manga fuera forros: 16,61 m

Calado máximo: 5,03 m

Puntal: 9,3 m

Desplazamiento: 7.975 en lastre y 9.240 máximo

Dotación:de 566 hombres.

Propulsión: 8 calderas Yarrow de fuel // 4 turbinas Parsons // 4 hélices de tres palas dos de paso a la derecha y dos a la izquierda.

Los grupos de turbinas iban en 2 cámaras, una a proa de la otra.

Cada grupo, formado por dos turbinas iguales, estaba acoplado al mismo eje: a los ejes exteriores se acoplaban las turbinas de la cámara de proa, y a los interiores las de la cámara de popa.

Potencia: 83.000 cv a 4.000 revoluciones por minuto.

Velocidad máxima: 35,6 nudos en pruebas.

Capacidad: 1.916 toneladas de fuel.

Autonomía: 6.900 millas a 15 nudos.

Protección: una cintura de 50 a 75 mm, una cubierta de 25 mm, y en las de 12 mm.

Armamento: 8 cañones "Vickers" /Mark XXI de 152/50 mm en tres torres dobles y dos simples // 4 cañones AA de 101,6/45 mm // 2 cañones de 47 mm // 12 tubos lanzatorpedos de 533 mm en 4 montajes triples // un cañón de desembarco de 76 mm // 1 ametralladora.

Óptica: tenía seis telémetros ópticos de coincidencia, tipo Barr & Stroud: tres, de 4,57 metros de base, iban situados en el alza directora, en el puente alto y en la torre de popa; otro, de 3,66 metros de base, se utilizaba para el lanzamiento de torpedos, y otros dos, de dos metros de base, para la dirección del tiro antiaéreo.

Ala embarcada: 1 Hidroavión He-114 (después de su modernización)


Iba equipado con siete proyectores Siemens-Schukert: cuatro de 90 cm y tres de 60.

VIDA OPERATIVA





Se encuadro el crucero en agosto de 1931, apenas llegado el nuevo régimen republicano, dentro de la Primera División de la Escuadra, junto a sus gemelos y los acorazados.


Con ellos participó en las maniobras navales de agosto de 1932 en aguas gallegas, quedando posteriormente asignado a la base de El Ferrol.


También participaría en las maniobras celebradas entre los meses de junio y julio junto a los otros cruceros.


El Cervantes, al igual que los demás cruceros, quedaría integrado, a partir de septiembre de 1933, en la única División de Cruceros de la Flota.


Participaría este buque, junto con el resto de la División, en las maniobras de primavera de 1934 en aguas del Mediterráneo.


El 6 de octubre de ese año ayudaría a transportar a las tropas (VI Bandera del Tercio y el Batallón de Cazadores de África n° 8) que desde Ceuta sofocaron la revuelta de Asturias, desembarcándolas en Gijón el día 10 de octubre, donde permanecería fondeado el buque.



Al año siguiente, el crucero participó en los concursos semestrales de tiro celebrados en Marín, quedando tercero en el primer semestre y ganador en el segundo, llevándose la Estrella de Bronce.



Como el buque más moderno de toda la Flota hasta la llegada del Canarias, el Cervantes fue nombrado buque insignia de la misma, izando en su mástil, en 1936, la insignia el Almirante Miguel de Mier y del Rio.

LA GUERRA CIVIL.

El Miguel de Cervantes se encontraba en dique seco en El Ferrol el día 14 de julio, cuando el Almirante Jefe de la Flota contestaba a un telegrama de Madrid diciendo que no detectaba señal alguna de alarma referida a una hipotética sublevación.


El 18 de julio, a través de un telegrama recibido a las 08:00, se ordenó al Cervantes zarpar rumbo a Algeciras, donde recibiría instrucciones; en dicho buque, mandado por el Capitán de Navio Antonio Moreno de Guerra, también tenía su puesto de mando el jefe de la División de Cruceros, que en esos momentos era el Capitán de Navio Venanció Pérez Zorrilla.


El Cervantes, como importante centro de mando, el gobierno quiso alejarlo del posible foco de sublevación que era Galicia, especialmente llevando a bordo a personas como Mier, claramente sospechosas.


En el buque, mientras había permanecido en El Ferrol, se habían llevado a cabo una serie de reuniones que despertaron sospechas en el gobierno.


El buque zarpó de la base a las 20:00, tras intentar demorar este hecho al máximo posible.


Durante la travesía se navegó a una velocidad mucho menor de la indicada.


Los oficiales, dirigidos por el segundo de abordo, el Capitán de Corbeta Felipe Pinto Gómez, planeaban unir el buque a los sublevados, para lo cual se armaron, reforzaron las guardias y estableció el silencio de radio.


En la tarde del día 19, toda la tripulación conocía ya las noticias de la sublevación y lo ocurrido en el Libertad.


A la altura de Lisboa, los subalternos lograron hacerse con el control del buque, arrestando a los oficiales sospechosos.


El Auxiliar 2° naval Manuel Rodríguez Esplugues tomó el mando del crucero, y el Cabo de Maniobra Sebastián Juanico trazó la derrota hacia el puerto neutral de Tánger, donde ya había varias unidades de la Flota.







A las 13:30 del día 20, el Miguel de Cervantes entraba en Tánger ante los vítores de las tripulaciones del resto de los buques; a continuación radió el siguiente mensaje:


«Comité Cervantes a Ministro de Marina. Fondeamos en Tánger sin novedad. Necesitamos petrolear. Le saludamos respetuosamente. Viva la República».


Al día siguiente tomó el mando del crucero el Capitán de Corbeta Federico Monreal Pilón, llegado en el destructor Sánchez Barcáiztegui.


Los oficiales retenidos a bordo corrieron una suerte similar a los de otros buques, siendo fusilados el 8 de agosto trece de ellos en cumplimiento de unas sentencias de muerte.

El 21 de septiembre partió junto al Libertad y al Jaime I desde Málaga rumbo al Cantábrico.


Tras cruzar el Estrecho de noche, alcanzó el Cantábrico en la mañana del 25, atracando a las 19:00 en El Musel.


El 27 se trasladó a Deva, junto a los otros grandes buques, para bombardearla, fondeando al día siguiente en Santander para reponer combustible y trasladarse al día siguiente a Bilbao, desde donde apenas operaría hasta su regreso al Mediterráneo con el resto de los buques el 13 de octubre.


El Cervantes fue, al igual que la mayoría de los buques republicanos, de escaso valor, debido a su nulo empleo en acciones ofensivas, en gran parte motivado por la postura de las dotaciones.


Tras cruzar el Estrecho sin novedad arribó a Cartagena el 19 de octubre.


Tras repostar y reparar en la base, partió de nuevo, el día 25 de octubre, junto con el Libertad, el Méndez Núñez y la flotilla de destructores hacia la costa de Argelia, regresando al día siguiente por la tarde a Cartagena.


El 22 de noviembre el crucero se encontraba fondeado junto con el Jaime I en la entrada del puerto de Cartagena, cuando fue torpedeado a las 08:50 por el submarino italiano Torricelli, al mando del Capitán de Corbeta Giussepe Zarpellón, desde una distancia de 1.000 metros.


El crucero sufrió un boquete de 21 por 14 metros en el costado de estribor, inundándose una sala de calderas y una cámara de máquinas, escorándose considerablemente a estribor.


Su comandante, Capitán de Corbeta Luis González de Urbieta, ordenó su remolque, que fue llevado a cabo por los Cíclope y R-11 hasta el puerto comercial, donde se le taponó provisionalmente el casco.


Posteriormente lo trasladaron al dique seco, pero al ser éste de menor longitud que el crucero, hubo que esperar a que fuera alargado, aumentando de este modo el periodo de reparación del buque, que se extendería hasta marzo de 1938.


En el informe del Estado Mayor de 2 de enero de 1937 se afirmaba que quedaría en perfecto estado una vez reparadas las averías tan pronto como lo permitiera el dique de la base.


Se informaba de que la avería había resultado más grave de lo supuesto y la reparación sería más larga.


El crucero no quedó dispuesto hasta el 4 de marzo de 1938, empezando a actuar el 20 al mando del Teniente de Navio Manuel Núñez Rodríguez.


El 22 salió de Cartagena para hacer pruebas de artillería y ejercicios de ataque, siendo precedido como escolta por los destructores.


El 7 de noviembre fue atacado por la aviación en Cartagena, no siendo alcanzado pero cayéndole varias bombas muy cerca, lo que al parecer le causó fallos en una de las turbinas.


El 11 de diciembre se unió a la salida de varios destructores, regresando a primeras horas del día siguiente. El 25 de enero efectuó otra breve salida, sin mayores consecuencias.


Sin apenas actividad digna de mención hasta el fin de la contienda, permaneció anclado en la rada de Cartagena esperando el desenlace final.


Al igual que el resto de la Flota, partiría el 5 de marzo de 1939, a las 12:08, rumbo al norte de África, primero a Argel y, posteriormente, a Bizerta, en Túnez, donde quedaría internado.

LA POSTGUERRA

El Miguel de Cervantes fue sometido a la misma remodelación que el Galicia, con la única diferencia de que el Cervantes sí llego a transportar un hidroavión, un Heinkel He-114, entre 1947 y 1954, perteneciente al Grupo 52 de hidros del Ejército del Aire, aunque nunca llegó a tener instalada la proyectada y nunca terminada catapulta.


El hidro era depositado en el mar por una grúa y recogido del mismo modo.






El Cervantes realizó las pruebas de mar, una vez terminadas las reformas, en julio de 1945, siendo entregado a la Armada el 15 de abril de 1946.


De su servicio en la postguerra cabe destacar su desplazamiento, en junio de 1953, a la revista naval en aguas británicas de Spithead, con motivo de la coronación de la reina Isabel II.


En el año 1959, el Miguel de Cervantes quedó inmovilizado en Cartagena como buque insignia de la Agrupación Naval de Instrucción.


Fue dado de baja el 1 de julio de 1964.





Fuentes; 50 Barcos Españoles del C.N. Don Marcelino González, edita Fundación Alvargonzález // Buques de la Guerra Civil Española, Acorazados y Cruceros, por Dionisio García, editorial Almena // Empresa Nacional Bazán. // Archivo Guerra Civil // Archivo General de la Administración // Biblioteca Nacional // Revista General de Marina // Archivos personales

Dices que le abrieron un boquete de 21 por 14 m. Eso representa como 100 toneladas del blindaje. Perdona mi ignorancia en estos temas, pero ¿no es mucho?.

A parte de ser mucho, su calado era de tan solo 5 m. Yo creo que faltan unas comas (2.1 x 1.4).

saludos

Apreciado Jaito, en toneladas de blindaje no puedo decírtelo ya que no lo sé calcular, porque fue parte de la cintura blindada que oscilaba de 50 a 75 mm., más parte no blindada, y sin conocer el porcentaje afectado los cálculos son muy difíciles de calcular.


Amigo Pepero, las medidas son exactas, no falta una coma, (según mis fuentes), pero tenga en cuenta que se le disparo a una distancia de 1.000 metros y en aguas tranquilas,y el poder destructivo de una explosión subacuatica es mucho mayor que fuera del liquido elemento, que tenga un calado de 5 metros (parte sumergida contada desde la quilla a la línea de flotación en ese momento), no significa nada, ya que ha de contar con el puntal del buque en este caso de 9,30 metros (puntal distancia desde la quilla hasta la cubierta de cierre), lo cual no significa que en el momento de la explosión, obviamente, no afectara a parte de la obra muerta (lo que está por encima de la línea de flotación y por tanto entre en el puntal)

Saludos Sotacómitre

El señor Don Jordi Martos de Barcelona, se puso en contacto con nuestro Administrador Ensenada, para enviarle estas fotografías de su propiedad , en las que aparece su padre Don Francisco Martos, ya fallecido, Don Francisco siempre le dijo a su hijo que estuvo muy orgulloso de servir en el Crucero Miguel de Cervantes.


Para que estas fotografías familiares no se pierdan en el olvido, las ha cedido para su publicación, lo cual agradecemos enormemente, por un lado por ser un recuerdo de la familia Martos, y por otro lado por ser historia naval, sirva esto como un pequeño homenaje al padre de Jordi y a todos los marineros de quinta que orgullosos sirvieron a España en su servicio militar en el Crucero Miguel de Cervantes.


Estas fotografías son parte de nuestra historia naval, no solo el Crucero si no, lo más importante, las tripulaciones que lo hicieron navegar.


Don Jordi Martos, muchas gracias por estas fotografías que tan amablemente nos ha cedido para su publicación.

Un abrazo

Sotacómitre








Fuentes. Fotografías propiedad de Don Jordi Martos

Un excelente trabajo, como siempre, y unas preciosas fotografías. Enhorabuena Sr. Sotacomitre.

Un saludo muy cordial paisano.

Fotos extraordinarias. Me ha gustado especialmente aquella en la que se aprecian los tapabocas de la artillería principal.

Un saludo,

Juan de Carranza

Se ha hecho referencia a la visita del Miguel de Cervantes a Inglaterra con motivo de la coronación de Isabel II, pero no del viaje que llevó a Francisco Franco de visita a Lisboa el 25 de octubre de 1949, por lo que con permiso complemento.

He aquí un extracto de la visita a Lisboa, ABC como fuente:

Después de haber embarcado al Generalísimo en Vigo, a bordo del buque insignia, crucero Miguel de Cervantes, se dirigen hacia Lisboa. A su encuentro y para servirles de escolta van varias unidades navales portuguesas.

Hacia las dos de la tarde hace su entrada en el Tajo el crucero Miguel de Cervantes, acompañado de los cruceros Galicia y el Almirante Cervera y seguidos por los destructores Almirante Valdés, Císcar, Almirante Antequera, Sánchez Barcáiztegui, Jorge Juan y José Luís Díez.

Les daban escolta los contratorpederos portugueses Vouga (nave insignia), Dao, Douro, y Lima. El aviso Alburu hizo las salvas de ordenanza a la insignia del Jefe del Estado Español al pasar el Miguel de Cervantes frente a Santos.

Una gasolinera portuguesa de la Armada, empavesada, la Vedette Azul, recogió al Generalísimo Franco, al ministro de asuntos exteriores Martín Artajo, al ministro de marina almirante Regalado y al embajador de España en Portugal Nicolás Franco, mientras se disparaban los saludos de ordenanza y sobrevolaba una escuadrilla de aviones portugueses.

Le esperaba el presidente de la República Portuguesa general Carmona y el jefe de su gobierno Oliveira Salazar.

Y sin permiso amigo Bemaro, esto es libre, y cuanto más datos se dispongan de nuestras unidades mejor que mejor, lo importante es aumentar los conocimientos del historial de los buques, asi que muchas gracias y a buscar más

Un abrazo

Algunas fotos más del crucero Miguel de Cervantes.

El 17 de noviembre, el submarino italiano Torricelli, perteneciente al 3º Grupo de Mesina, salía de su base en La Magdalena, al mando del capitán de corbeta Giuseppe Zarpellón, llevando a bordo al capitán de corbeta español Arturo Génova. Se dirigió hacia su zona de patrulla en aguas entre Alicante y Cartagena, llegando en la noche del 21 al 22 de noviembre.

Durante el amanecer del día 22 de noviembre de 1936, algunas unidades de la flota de la república regresaban a Cartagena de una misión de patrulla.

Parte de campaña del submarino Torricelil sobre el torpedeamiento del Cervantes.

“Día 22.Convenientemente aproximados de nuevo a Cartagena en las últimas horas de voltejeo noctumo, a las 6 horas 45 minutos se hizo inmersión a unas 6 millas al sur de La Terrosa, continuando hacia la rada para nueva exploración. Al clarear el día se observaron humos indicadores de actividad. A las 8 horas los trípodes del Jaime I y los palos de dos o tres buques que de momento no se pudieron identificar; todos al parecer fondeados a la gira; por fuera de la rada las mismas barcas pesqueras del día anterior. A medida que nos aproximamos hacemos más breves y menos frecuentes las exploraciones periscópicas. A las 8 horas 30 minutos se había identificado un crucero tipo Cervantes, además del Jaime I y visto un buque más que no fue posible identificar. Visibilidad mediana por la calima: Ia mar había aumentado algo y estaba en aquel momento en las condiciones óptimas para hacer invisibles el periscopio y atenuar considerablemente la estela de aire del torpedo. Como tanto el Jaime I como el crucero que tres días después supimos se trataba del Cervantes se presentaba casi de través se decidió, de acuerdo con el comandante, torpedear ambos y para asegurar el blanco acercarnos hasta unos 1.000 metros. A las 9 horas se pone la proa al Jaime I (distancia en aquel momento 4.000 metros). Durante la aproximación al Jaime I empieza a bornear hasta ponerse casi de popa, por lo que se consideró muy problemático el blanco. En vista de ello se acordó torpedear primero al crucero en la esperanza de que el Jaime I continuase su giro y se ofreciese mejor pasada media hora, que era lo que faltaba para el lanzamiento. Una rápida exploración del horizonte permitió ver un gran petrolero que entraba arromado a la bajería de las Losas, poco después se vio un destructor por babor bastante pegado a tierra, por dentro de la línea Tiñoso-Podadera: navegaba lentamente e iba a pasar entre nosotros y el crucero elegido como blanco, como en efecto hizo poco después en el preciso momento en que nos hallábamos a la distancia de unos 1.000 metros con que habíamos acordado lanzar. Entonces se comprobó que llevaba bandera inglesa; era forzoso esperar aún unos minutos y por fin a las 9 horas 50 minutos, considerándose suficientemente alejado al inglés, lanzamos un torpedo de 53 contra el crucero. Durante la interposición de este testigo inoportuno y en vista, además, de que el Jaime I seguía de punta, se resolvió lanzar al otro un segundo torpedo a fin de procurar su destrucción total. Hubo de tomar esta resolución que representaba la pérdida definitiva para la nación de un excelente crucero, con gran dolor, pero queriendo asegurar el secreto de nuestra actuación que la presencia del buque inglés, que había de ser testimonio fehaciente en la esfera internacional, podía comprometer cuanto mayor fuera el destrozo, y si el crucero se iba a pique, más difícil sería averiguar el origen de la explosión. Consecuentemente, 15 segundos después del primer torpedo se lanzó el segundo. La distancia al blanco era de unos 750 metros. Inmediatamente y sin esperar a observar por el periscopio la llegada de los torpedos se caló definitivamente y se hizo ganar profundidad al submarino a tiempo que se invertía el rumbo sobre Br. para quedar a 200º. Antes de llegar a él sentimos la inquietud de la escasez de fondo del que pasamos a dos metros solamente, según el sondador acústico, durante el reviro, estando el Torricelli a unos 40 metros. Después se trató de continuar a 70 metros de profundidad, aunque consiguiéndose difícilmente con caídas hasta de 90, debido a que el blanco estaba pasado, y no convenía rectificar el trimado ni con aire ni con la bomba para no denunciarnos por la presencia del primero en la superficie ni por el ruido de la segunda. No queríamos, naturalmente, facilitar la reacción que en mayor o menor grado esperábamos del enemigo. Continuamos, pues, a marcha mínima, que es la más silenciosa, y parando todos los mecanismos de a bordo que pudieran producir ruido.

A los 40 ó 50 segundos del lanzamiento se oyeron distintamente a bordo las dos explosiones con el intervalo con que salieron los torpedos: teníamos, pues, la seguridad de haber dado en el blanco con ambos.

La reacción del enemigo, pasado su primer estupor a los 20 ó 25 minutos, fue muy floja; nuestros hidrófonos acusaron una exploración bastante desordenada de los pesqueros a motor; se oyeron también dos motores diesel parando a intervalos que atribuimos a otros tantos submarinos, provistos de aparatos acústicos, salidos de Cartagena. También se oyó a intervalos una turbina que como las anteriores pasaba y repasaba por nuestras cercanías. No parece que nos arrojaran ninguna carga de profundidad o por lo menos el que suscribe no oyó ninguna explosión. A las 3 horas del lanzamiento la persecución había cesado y poco después ganamos la cota de 40 metros, se rectificó el trimado y continuamos navegando bajo el agua con toda la tranquilidad hasta las 22 horas 5 minutos en que regresamos a la superficie en el paralelo de Garrucha, después de 15 horas y 20 minutos de inmersión, procediéndose inmediatamente a la carga de los acumuladores. Encendida la luz de Mesa de Roldán; se esquivó el encuentro durante la noche con tres o cuatro vapores; un potente proyector de Cartagena exploraba con intermitencias.”

Fuentes: La guerra naval española (1936-39); La Historia del
Arma Submarina Española.