Clase: Churruca 1ª Serie

Numeral nacional: 23

Numeral Internacional: GQCP

Distintivo: EBBS

Marcas: AV y 3 zunchos en la chimenea popel // VS y un zuncho en la chimenea proel en 1940 // 13 y un zuncho en la chimenea popel 1952.

Construido por : Sociedad Española de Construcción Naval de Cartagena.

Colocación quilla: 3 de Febrero de 1930

Botadura: 8 de septiembre de 1930

Entrega: 17 de marzo de 1933

Baja: 11 de diciembre de 1957

Características:


Desplazamiento máximo: 1.800 t.

Eslora máx: 101,98 m.

Manga: 9,67 m.

Calado: 3 m.

Puntal: 6,02 m.

Propulsión: 4 calderas Yarrow // 2 turbinas Parsons // 2 hélices.

Potencia: 42.000 Cv.

Velocidad máx: 36 nudos .

Autonomía: 2.924 millas a 13 nudos.

Capacidad combustible: 480 t. de Fuel.

Armamento: 5 cañones de 120/45 mm. Vickers// 1cañón Vickers AA de 76,2 mm. // 6 TLT de 450 mm. // 2 morteros lanzacargas

Dotación: 190 tripulantes.

Historial


El 25 de Diciembre de 1933 el destructor Almirante Valdés forma parte de la 1a Flotilla de Destructores con base en Cartagena.


El 30 de Abril de 1934 junto con el Sánchez Barcáiztegui y el Almirante Valdés, salen de Cartagena con alumnos de La Escuela Naval de Guerra para realizar crucero de instrucción por Argelia y Tunez.


El 16 de julio de 1936, el comandante del destructor y jefe de la 1a Flotilla de Destructores, capitán de navío Miguel Fontela Maristany, fue trasladado al Almirante Ferrándiz para sustituir a su comandante, que había sido destituido.


Dejó el destructor en las manos de su segundo de abordo, el capitán de corbeta Francisco Taviel de Andradre.


A primeras horas del 18 de julio, en cumplimiento de una orden del ministerio, el Almirante Valdés se hizo a la mar desde su base cartagenera rumbo al estrecho, y tras una breve parada en Almería, recaló frente a Melilla a mediodía de ese mismo día, junto con sus gemelos Sánchez Barcáiztegui y Lepanto.

Habían recibido órdenes de bombardear los acuartelamientos de tropas de la ciudad. Ante la duda de comandantes y oficiales de los buques de cumplir dicha orden, y tras una conferencia entre ellos, se acordó que los tres buques entrarían en el puerto de Melilla; lo hicieron el Sánchez Barcáiztegui y el Almirante Valdés, que quedó abarloado al primero.


Allí, el comandante del Almirante Valdés reunió a los oficiales incitándoles a unirse al Alzamiento, mientras el alférez de navío Carbó trataba de convencer al personal subalterno.


Sin embargo, surgieron voces que urgían a disparar sobre Melilla y a obedecer las órdenes del gobierno.


Cuando unidades de La Legión entraron en el puerto, la situación en el destructor se calentó aún más, ordenando el comandante poner guardia armada en la cubierta.

El buque comenzó rápidamente a desatracar, pues las máquinas no habían sido paradas durante la estancia en puerto.

En una maniobra muy precipitada se ordenó dar atrás, con la mala fortuna de que el buque quedó embarrancado en la escollera del muelle.


El Monte Toro de la CIA Transmediterránea ayudó a salir de su varada, dentro del puerto de Melilla, al Almirante Valdés, que al maniobrar para salir del puerto embarrancó en el descargadero de Setolazar, quedando a flote con un tirón del Monte Toro, dirigida la operación por los prácticos José Orts y Pedro Bayona, quedando liberado sobre las 21:00.


En ese momento, el capitán de máquinas, Santiago López Giménez, con ayuda de otros hombres, se hizo con el control del buque, regresando inmediatamente a Cartagena y notificando a Madrid la detención de los oficiales.

El día 19, sobre las 20:00, llegó el destructor a Cartagena entre vítores de la tripulación y del personal de la base; tras entregar a los oficiales y efectuar unas reparaciones en el casco, el destructor zarpó hacia Málaga, para vigilar el estrecho, llevando como comandante al teniente de navío Fernando Oliva Llamusi, quien se hizo cargo del destructor el 28 de julio, y lo mantendría hasta el 8 de febrero de 1938.


En Málaga, volvió a recoger a su antiguo comandante y oficiales para, el 14 de agosto, ser asesinados por la tripulación frente a Algeciras.


A primeros de agosto, el Almirante Valdés vigilaba la entrada del estrecho, tratando de impedir la llegada de refuerzos enemigos, pero sin éxito; se izó en él la insignia como cabeza de la flotilla de destructores y submarinos basada en Málaga, bajo el mando del teniente de navío Vicente Ramírez Togores.


La eficacia de esta vigilancia del estrecho fue nula, dando muestras de una desidia tanto de los mandos como de los comités que impedía cualquier eficacia militar.


Prueba de ello fue lo ocurrido el día 2 con el mercante alemán Sevilla.


Ese día el buque fue visto descargando en Larache, siendo cañoneado por el destructor sin recibir ni un solo impacto.

Cuando el mercante zarpó, el Almirante Valdés lo detuvo hasta que recibió autorización para entrar en Tánger.


Un día antes, el destructor había acudido a Huelva para tratar de ayudar allí a impedir la caída de la ciudad, pero llegando demasiado tarde.


El día 8 de agosto, el barco bombardea la ciudad de Cádiz, repitiendo la operación al día siguiente frente a la ciudad marroquí de Arcila, sobre las 08:00, y dos horas más tarde sobre Larache.


El 18, el Almirante Valdés participó en un incidente parecido al del Sevilla, cuando acosó al mercante alemán Kamerun debiendo abandonar la persecución por interponerse el acorazado Admiral Sheer.

El 25 de agosto, el destructor brindó protección para el cruce del estrecho al mercante Montecíllo.


Durante el mismo, el Almirante Valdés disparó sobre dos hidroaviones nacionales que atacaron al mercante.


Siendo atacado a su vez por éstos, el destructor abandonó a su escoltado, ordenándole dirigirse a Málaga y arrumbando él mismo hacia Tánger.


Posteriormente, tras esta espantada, el destructor regresó a Málaga y posteriormente a Cartagena.


El 19 de septiembre zarpó con el grueso de la flota republicana para dirigirse al Cantábrico tras hacer escala en Málaga.

Navegó el Almirante Valdés en la primera sección de destructores junto al José Luis Diez y al Escaño.


Tras llegar a Gijón el 26, el Almirante Valdés se destacó junto al Lepanto, para bombardear varias posiciones en torno a Luarca, Navia y la desembocadura del Nalón.


Desde el 28 de septiembre hasta el 1 de octubre, permanecerá el destructor fondeado en Gijón, junto al Lepanto y Escaño. Regresó el 13 de octubre al Mediterráneo sin mayores novedades.


Permaneció en Cartagena realizando rutinarias salidas de escolta de mercantes, como la realizada el 9 de diciembre para escoltar, junto al Antequera, al petrolero Campilo.


En una de esas salidas, al parecer realizada el 22 de diciembre, el Valdés fue atacado por el submarino italiano Tazzolí, que le lanzó cuatro torpedos, pero el destructor pudo esquivarlos, atacando posteriormente, junto a otras unidades de Cartagena, al submarino con cargas de profundidad. Sin resultado.


Salió de nuevo el 28 de diciembre junto al Ciscar y Almirante Antequera.


El 20 de enero de 1937, el Almirante Valdés, al mando del guardiamarina Juan Oyarzábal Oruete, zarpaba de Cartagena a las 13:30 rumbo a la costa andaluza para hostigar al enemigo, siendo protegidos por otra flotilla que salió un poco más tarde.


En compañía del Gravina, atacó a primera hora del día 21 la zona de Estepona, regresando posteriormente a Cartagena.


El 5 de febrero zarpaba de nuevo junto a los cruceros y otros destructores para una búsqueda del enemigo por el Mediterráneo; navegaron rumbo a Almería, pero regresaron al día siguiente sin lograr nada.


El 12 de febrero zarpó con la flotilla para la protección del vapor Aldecoa, regresando el día 14.


El 5 de marzo el Almirante Valdés se encontraba en Barcelona para escoltar al mercante Legazpi, partiendo ese mismo día con él hacia Valencia.

Otra salida importante fue la efectuada junto al Alcalá Galiano como escolta de los mercantes Rio Segre y Cabo San Agustín, el 31 de marzo, a los que acompañaron desde Oran a Cartagena, regresando el 1 de abril.


Ese mismo día zarpó el Almirante Valdés en una acción ofensiva contra Ceuta, destacándose como parte de una flotilla de destructores y bombardeando el puerto norteafricano en la noche del 4 de abril, siendo contestados por las baterías de la plaza sin resultar alcanzados.


El 11 de junio partió junto con otros destructores hasta Creus para escoltar un mercante a Barcelona, quedando el Almirante Valdés destacado en la ciudad condal; el 9 de julio se trasladó junto al Churruca a Valencia para constituir, junto con algunas lanchas torpederas y aviones, un grupo especial para responder al enemigo en la zona del golfo de Valencia.


El 19 de julio de unió en Valencia a un grupo de destructores que ascendieron hasta Creus para escoltar un mercante, regresando a la ciudad del Turia dos días más tarde.


Al día siguiente, su misión fue escoltar al Ciudad de Cádiz junto al Almirante Miranda, uniéndoseles en Alicante el petrolero Campeador, a los que protegieron hasta la costa argelina. De regreso a Cartagena, dos días más tarde, en compañía del Escaño, harían otra salida de escolta hasta Cabo Ténez de los mercantes Armuru y Cabo San Antonio, regresando de nuevo a Valencia.

El 4 de agosto saldría con los cruceros y la flotilla de destructores de Cartagena, escoltando al Cabo Santo Tomé, llevándolo hasta Cabo Cagines y recogiendo allí al Cabo San Agustín y al Darro hasta Cartagena.


El 21 escoltó con otros dos destructores a un mercante desde Cabo Cervera hasta Barcelona, regresando posteriormente a Cartagena.


El 6 de septiembre zarpaba con el grueso de la flota a recoger unos mercantes en la costa argelina; en dicha salida, cuando tuvo lugar el combate de Chechel, el Almirante Valdés se dedicó, al igual que el resto de los destructores, a la escolta de los mercantes, no interviniendo directamente en el combate.


El 16 de septiembre abandonó Cartagena en compañía del Lepanto para escoltar a la motonave Cabo San Agustín en su viaje hasta la costa africana, regresando sin novedad al día siguiente.


El 6 de marzo el Almirante Valdés tuvo como misión acompañar a las lanchas torpederas que se suponía iban a atacar Palma, junto con el Escaño, Ulloa y Jorge Juan. Tras fallar el encuentro con las lanchas, se dirigieron a Ibiza, reagrupándose posteriormente para entrar al día siguiente en Cartagena, no participando, por lo tanto, en el hundimiento del Baleares.


El 3 de mayo el Almirante Valdés salió con otros destructores en un breve crucero por las cercanías de la base.


A finales de mes, entre los días 26 al 29 de mayo, zarpó de nuevo el destructor como insignia del jefe de la 2a Flotilla sin apenas alejarse de la base.

A primeros de agosto, al mando del alférez de navio Juan Oyarzábal, reali-zaría un viaje de ida y vuelta a Barcelona, regresando el día 4.


El mismo viaje se repetiría el 21 de septiembre, de nuevo acompañado por la 2a Flotilla, que regresó a Cartagena tres días más tarde.


Un mes después, entre el 21 y el 22 de octubre, lo realizaría de nuevo junto a otros buques.


En noviembre volvería a efectuar el mismo trayecto, aunque esta vez, en el viaje de vuelta se desplazó hasta Mahón.


A principios del año 1939, el Almirante Valdés estaba en espera de entrar en dique a reparar sus ejes que le limitaban la velocidad a 25 nudos.


El 27 de septiembre zarpó con la 2a Flotilla de destructores y dos cruceros para tratar de ayudar al José Luis Diez a salir de Gibraltar pero debiendo de regresar sin resultado alguno.


El 25 de enero salió de nuevo con el grueso de la flota de Cartagena, regresando al día siguiente sin novedad.

El 5 de marzo de 1939 tras la sublevación en la ciudad, partió de Cartagena junto con el grueso de la escuadra republicana con rumbo a Bizerta (Túnez), a donde llegó el 11 de marzo.


Al día siguiente se solicitó el asilo político por parte de los tripulantes, y quedaron internados los buques bajo la custodia de unos pocos tripulantes españoles por buque.


El resto de la dotación fue conducida a un campo de concentración en la localidad de Meheri Zabbens.


El 29 de marzo de 1939 llegó a Bizerta, a bordo de los transportes Mallorca y Marqués de Comillas, el personal que debería hacerse cargo de los buques internados.


Haciéndose cargo del mando el capitán de corbeta Pedro Fernández, devolviéndolo a España e integrándolo en la 2a Flotilla de Destructores.


Causo baja en las listas de la Armada el 11 de diciembre de 1957.