Clase: Fletcher

Nombres y Numerales: Alcalá Galiano D-24, ex Jarvis DD-799, 44

Construido por: Todd Pacific Shipyards, Washington,

Quilla: 7 de mayo de 1943

Botadura: 14 de febrero de 1944

Entrega US Navy: 3 de junio de 1944

Transferido a la Armada Española: 3 de noviembre de 1960

Baja Oficial: 15 de diciembre de 1988.

Compra: 1 de Octubre de 1972.

Desplazamiento rosca: 2.215 Tm

Desplazamiento en lastre: 2.275 Tm

Desplazamiento máximo: 3.100 Tm

Eslora máx:114,173 m.

Eslora entre PP: 112,47 m.

Manga: 12,11 m.

Puntal: 7,20 m.

Calado medio: 5,56 m.

Propulsión: 2 turbinas General Electric // 4 calderas B&W // 1 hélices tripalas.

Potencia: 60.000 Cv

Velocidad: 35 nudos máxima.

Autonomía: 4.112 millas a 14 nudos. // 3.480 millas a 20 nudos.

Combustible: fuelóleo

Capacidad: 650 Tm.

Planta eléctrica: 2 grupos turbogeneradores General Elec¬tric de 250 kW cada uno, un grupo de emergencia diésel-eléctrico de 100 kW (motor diésel General Motors 3-26 y generador General Electric).

Armamento original: 5 cañones de 127 mm/38 // 10 cañones AA de 40 mm // 7 cañones AA de 20 mm // 10 tubos lanzatorpedos de 533 mm // 6 lanzacargas de profundidad // 2 racks de cargas de profundidad //5 TLT de 533 mm.

Modernizado, 4 cañones de 127/38 mm Mk 30 DP // 3 montajes dobles 76,2/50 mm Mk 33 DP // 3 TLT de 533 mm para torpedos Mk 15 antibuque // 2 canastas Mk 4 para torpedos ASW Mk 32 325 mm // 2 erizos Mk 11 ASW // 4 morteros Mk 6 //1 varadero Mk 9 para carga.

Electrónica: Rádar de búsqueda SPS 6C // Dirección de Tiro MK-37 para los montajes de 5”/38 c. // Dirección de Tiro MK-56 para los montajes de 5”/38c. y para los de 3”/50c. // 2 directores ópticos MK-63 para los montajes de 3”/50c. // Radar de tiro MK-25 para la dirección de Tiro MK-37, el Almirante Valdés trajo de USA el MK-22 cambiándoselo posteriormente por el MK-25. // Radar de tiro MK-35 para la dirección de Tiro MK-56 // 2 radares de tiro AN/SPG-34 para los directores ópticos MK-63.

Contramedidas: ESM: AN/WLR 1; Señuelos: Mk6 Fanfare.

Dotación: 273 // 329

La asignación del nombre «Jarvis» al que luego sería nuestro cuarto destructor de la clase «Fletcher» merece algún comentario, ya que honra la memoria del pequeño guardiamarina James C. Jarvis, muerto heroicamente, con tan sólo 13 años de edad, en el combate entre las fragatas «Constellation» y «La Vengeance» francesa, disputado el 2 de febrero de 1800.

El destructor «Jarvis», DD-799, fue la tercera unidad naval de este nombre, precedido por otros dos buques también del tipo destructor.

Tras su entrada en servicio en junio de 1944, pasó destinado al Pacifico, actuando únicamente en aguas de Alaska y de las Kuriles en diversas acciones ofensivas contra las fuerzas navales japonesas y sus instalaciones en tierra, motivo por el que su historial durante la Segunda Guerra Mundial no es tan destacado como el de los buques anteriores.

Tras participar en la ocupación militar de Japón y la repatriación de tropas al continente americano, el «Jarvis» pasó a la Flota de Reserva fondeada en Charleston luego de su retirada del servicio activo el 29 de junio de 1946.

Su destino hubiera sido el de permanecer inactivo durante muchos años junto con infinidad de otros buques estadounidenses, pero el estallido de la guerra de Corea y la necesidad de disponer de más unidades navales le permitió ser reactivado el 8 de febrero de 1951.

En 1952 operó en aguas coreanas en misiones de bloqueo y vigilancia, aunque ninguna de especial relevancia para su historial.

Durante los años siguientes desplegó una intensa actividad tanto en aguas mediterráneas como componente de la 6.a Flota como en el Pacífico con la 7.a Flota.

En este último escenario colaboró en la evacuación de refugiados desde Vietnam del Norte al del Sur en 1955, así como en diversas misiones de apoyo a la China Nacionalista (Taiwán), en una década de constantes choques y amenazas de invasión por parte de los comunistas chinos de Mao Zedong, que si no lograron su objetivo de tomar la isla de Formosa se debió principalmente a la ayuda y presencia militar norteamericana en favor del general Chiang Chek.

De vuelta a los EE UU, fue retirado del servicio activo el 24 de octubre de 1960 y asignado nuevamente a la reserva, con base en Filadelfia, aunque esta vez su inactividad fue puramente nominal, ya que el 3 de noviembre siguiente se procedió a su transferencia a España en dicha ciudad, la misma donde se había cedido el «Almirante Valdés» 16 meses antes.

El «Jarvis» pasaba así a prestar servicio en la Armada Española con el nuevo nombre de «Alcalá Galiano»,

El 3 de noviembre de 1960 el buque fue entregado a España en un préstamo de 5 años renovables según los términos del Programa de Asistencia Militar. Sirvió en la Armada Española como Alcalá Galiano (44) hasta 1960 y posteriormente cambió su numeral por D-24.

Fue asignado a la 21 Escuadrilla de Escoltas. En 1983 destinado a la Zona Marítima del Estrecho.

El 15 de diciembre de 1988 fue dado de baja y desguazado para chatarra.

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Fuentes:
-Buques de la Armada Española, los años de la postguerra, de Juan Luís Coello.
-Buques de la Armada Española del siglo XX, de Alejandro Anca.
-Murcia digital, colección Casaús.
-Nav Source
-Fotostodobarco

Una anécdota, referida por el Almirante Salvador Moreno en sus memorias, acaeció a bordo del destructor Alcalá Galiano.

Al concluir su primera visita oficial como jefe de la 21 Escuadrilla de Destructores Antisubmarinos al destructor Alcalá Galiano, recién llegado de los Estados Unidos y a la sazón amarrado al muelle de la Dársena del Arsenal de Cartagena, por la proa del crucero Miguel de Cervantes, próximo al dique de la Empresa Nacional Bazan, el Capitán de Navio D. Enrique Polanco Martinez dio con sus huesos en el agua.

Parece ser que cuando el Jefe de la Escuadrilla había dado por concluida su visita, enfiló la plancha, deteniéndose unos instantes para despedirse del comandante y contestar al saludo de la Guardia Militar. Al iniciar el descenso y mientras se encontraba a mitad del recorrido, una racha de viento tensó las estachas y alejó momentáneamente al buque del muelle. La plancha era demasiado corta de forma que dejó de apoyarse en tierra. En este momento se produjo el espectáculo trágico-cómico pues el Capitán de Navío Polanco, vestido de impecable uniforme blanco, con los pasadores de sus condecoraciones y el distintivo de la Escuela de Guerra adornando su guerrera, perdió el equilibrio y se deslizó plancha abajo hacia el estrecho espacio de agua entre el costado del buque y el muelle hasta llegar a sumergirse momentáneamente. Le alargaron un bichero que resbaló entre sus manos. Tampoco sirvieron de nada un salvavidas y las manos que le tendieron, hasta que un repostero de oficiales se arrojó al agua y saco al Jefe a superficie agarrándolo por los hombros.

Ya en el Miguel de Cervantes, crucero donde radicaba el mando de la Escuadrilla, se presentó el comandante del Alcalá Galiano, capitán de fragata Jacinto Ayuso, para explicar como causa del accidente la escasa longitud de la plancha e insistir en sus excusas. El Capitán de Navío Polanco le interrumpió con estas palabras: “No insista Ayuso. Si no fuera por haber sido yo el que me caí al agua, a ese Oficial de Guardia se le caía el pelo…”

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Lo importante de esta anécdota, a mi entender consiste en que, el jefe de la escuadrilla "perdona" al Oficial de Guardia por ser él quien ha sido "hombre al agua" si llega a ser otra autoridad se hubiera visto forzado a mandarlo a la quilla de Elcano.


Esa es la gran diferencia que marca los límites de un error. Y digo error, porque el buque debía (por lo descrito) tener algo flojas las guías a los norays y eso no es una cuestión baladí. La culpa no era de la escala ni del viento, si no de quien debió saber y cumplir con su "oficio".


Un abrazo.
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