Juan Bautista Antequera y Bobadilla.

Vicealmirante de la Armada.

La Laguna 1824- Alhama (Murcia) 1890.

Sentó plaza de Guardiamarina de 1838. Se distinguió tan extraordinariamente en los sitios de Alicante y Cartagena, sublevadas, que le fue concebida la Cruz de San Fernando. A partir de 1850 estuvo destinado el La Habana donde ocupo distintos cargos, destacando los mandos del mercante armado “Habanero” y del bergantín "Galiano", en el primero de ellos hizo los primeros 50 prisioneros de la expedición de filibusteros de Narciso López, por lo que se le concedió la Cruz de Carlos III.

Durante la campaña del Pacífico de 1865, tomó el mando de la fragata blindada "Numancia" asistiendo al bombardeo de Valparaíso y al ataque al Callao. Efectuó con su buque el viaje de circunnavegación a la tierra.

Siendo Contralmirante, fue nombrado Comandante General del Apostadero de Filipinas, y, en 1877, Ministro de Marina.

A él se debe la creación de la Revista General de Marina, la Colección Legislativa, códigos y reglamentos, creación de semáforos, etc.

Fue inhumado en el Panteón de Marinos Ilustres el 4 de Septiembre de 1922.


Bibliografía: “El Panteón de Marinos Ilustres” Escuela de Suboficiales de la Armada, edición del año 2002

“Ningún pez del Mediterráneo se atreve a salir a superficie sin llevar sobre su lomo la bandera de Aragón”
Ramón Muntaner (1265-1336), “Crónica”

En su Expediente Personal figuran los siguientes datos:

Nació el once de junio de mil ochocientos veinte y tres [+ Alhama, Murcia, 16-V-1890].

Historial:

Empezó su carrera en la Armada en clase de Guardia Marina en el Departamento de Cádiz: examinado de los estudios elementales, sentó plaza y pasó destinado al Arsenal de La Carraca por falta de buques el 1 de noviembre.

El 1 de mayo de 1839 embarcó en la fragata Isabel II y de ésta trasbordó en 2 de junio al bergantín Héroe, con el que navegó sobre el Mediterráneo.

El 1 de enero de 1841 trasbordó al bergantín Plutón y de este volvió el 15 de enero al Héroe, con el que desempeñó cruceros y comisiones.

El 27 de enero de 1842 desembarcó y quedó asignado a su habilitación. En 14 de Marzo volvió a embarcar.

El 1 de julio de 1843 trasbordó al vapor de ruedas Isabel II (Ysabel 2ª), en octubre al bergantín Manzanares: con dichos buques navegó en las costas de Tánger y Mediterráneo.

Por Real Orden de 4 de enero de 1844 se le concedió la rebaja de un año de los seis que marcaba el reglamento para optar a Alférez de Navío y el distintivo de tal: el 18 de marzo recibió el ascenso. El 7 de setiembre desembarcó en Cádiz y pasó de interino Ayudante de la Mayoría General: el 28 de octubre cesó y se le destinó a Cartagena con el fin de embarcar en el bergantín Héroe: el 29 recibió pasaporte, el 6 de noviembre llegó y embarcó en dicho buque.

Con él salió para las costas de Galicia, llegando a Ferrol el 22 de mayo de 1845. El 11 de julio dio la vela para Montevideo adonde llegó en octubre después de haber tocado en Río de Janeiro.

El 25 de abril de 1846 salió de Montevideo para Cádiz, llegando el 30 de junio: desembarcó el 24 de julio, quedando asignado al mismo bergantín.

El 22 de octubre recibió orden para encargarse interinamente de la Dirección de obras de la Corbeta Venus, lo que efectuó, cesando el 1 de diciembre, quedando asignado a ella.

El 15 de febrero de 1847 cesó y recibió pasaporte para Málaga, a fin de tomar el mando interino del falucho Lince, su primer mando. Tomándolo el 1 de marzo del mismo año, efectuando la labor de guardacostas y de represión del contrabando, sobre Cádiz, Almería, Málaga y otros puntos.

El 27 de octubre de 1849 cesó en el mando, siéndole concedidos cuatro meses de licencia por Real Orden del 31 de octubre. El 1 de diciembre recibió pasaporte para la Corte, donde se presentó el 12 del mismo mes.

En 1850 fue nombrado (orden del Director General de la Armada del 16 de abril y R.O. 19 de abril) oficial auxiliar de la Secretaría de la Dirección general, ocupando su destino el mismo día 19. Fue ascendido el 30 de marzo a Teniente de Navío.

Por Real Orden del 1 de junio del mismo año se dispone que pase a Cádiz a fin de embarcar a las órdenes del Jefe de la División Naval de Instrucción, cesando de su anterior cargo el día 4 y llegando a Cádiz el 16 de junio, embarcando el 18 en la corbeta Mazarredo, con la que hizo varios cruceros por el Mediterráneo. El 12 de octubre pasó al pailebote Gaditano.

Así de ajetreada era la vida de un marino a mediados de siglo, por entonces empezaba a renacer tímidamente nuestra Marina, y se pasaba el mayor tiempo posible embarcado, que es como se hacen los marinos.

Se le concedió a Antequera el pase al Apostadero de La Habana, cosa que hizo a bordo del vapor Caledonia. Llegó a su destino el 1 de febrero de 1851 y pasó al pontón Villavicencio, del que trasbordó rápidamente el día 5 a la fragata Esperanza como oficial de órdenes del Comandante: el 27 de marzo cesó en ese destino y quedó como oficial de detalle. Sin perder su plaza pasó asignado a la Mayoría General. Desempeñó una breve comisión al mando del vapor mercante Habanero, volviendo seguidamente a su puesto en la citada fragata. El 2 de marzo de 1852 se le confiere el mando de la goleta Isabel II de cuyo mando no llegó a encargarse, siguiendo a bordo de la Esperanza.

El 26 de enero de 1854 se le concede el mando del bergantín Galiano, zarpando al mando de él hacia la Península el 8 de febrero. Llegando el 1 de marzo, siguió al mando de dicho buque hasta 1857.

En agosto de 1857 dejó el mando del bergantín Galiano, que marcharía a las Antillas. Mientras Antequera fue nombrado 2º secretario de la Junta Consultiva de la Armada, cargo que desempeñó hasta 1859.

El 23 de marzo de 1859 fue ascendido a capitán de fragata, siendo nombrado tres meses después comandante de la corbeta Villa de Bilbao.
Con ella navegó de Cádiz a Cartagena y de allí a Génova, de donde regresó para formar parte con su buque de la Escuadra Auxiliar del Ejército de África.

Eran los tiempos de las campañas isabelinas, por motivos más populistas que útiles, aunque esta Guerra de África fue una aventura que gozaría de gran popularidad en su época, pero que a la larga daría grandes disgustos a nuestra patria.

En recompensa por los servicios prestados en dicha guerra se le concede el empleo de Coronel de Infantería (5 de abril de 1860), participando en los bombardeos de Río Martín, Larache y Arcilla. Le fue concedida la condecoración de Comendador de la Orden de Francisco I, concedida por el Rey de las Dos Sicilias en octubre de 1860.

Aquejado de enfermedad, una Real Orden cursada el 19 de marzo de 1861 le relevaba de sus funciones de comandante de la Villa de Bilbao y se le concedían seis meses de licencia para restablecer su salud en España o en el extranjero.
El 5 de julio de 1861 se le concede la cruz sencilla de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En octubre del mismo año se le prorroga la anterior licencia por dos meses. Pasa a residir en Cartagena.

En enero de 1862 se le nombra capitán del puerto de Matanzas, ocupandp dicho cargo en mayo.
El 25 de mayo de 1864 deja el cargo por cumplido y regresó a la Península, donde se le conceden dos meses de licencia para restablecer su salud, nuevamente mermada.

Recibió el mando del vapor de ruedas Blasco de Garay el 29 de octubre de 1864.

Una serie de acontecimientos desafortunados dieron pie a la Guerra del Pacífico. Recién adquirida estaba la fragata blindada Numancia; en vista de la comisión que iba a desempeñar, Antequera solicitó y obtuvo la permuta de su puesto por la 2ª Comandancia del buque acorazado, anotándosele dicha petición en su hoja de servicios como mérito. Embarcado en la Numancia, desempeñó su cargo con tal celo y entusiasmo, que el 20 de junio de 1865 fue ascendido a Capitán de Navío.

Sería inútil por repetitivo citar lo ocurrido en esta campaña, por está ya comentado extensamente, entre otros lugares, en la biografía de Casto Méndez Núñez.

En el Combate del 2 de mayo de 1866, estando al igual que su amigo y brigadier Méndez Núñez sobre cubierta, fuera de la torre blindada de combate para dirigir mejor la batalla. Siendo herido y sangrando por ocho heridas el Brigadier, le instó Antequera a acudir al hospital de sangre, a lo que se negó tercamente Don Casto, cayendo éxanime a los pocos instantes, siendo sujetado por Antequera, y llevado inmediatamente abajo. Prosiguió sin dar parte a los otros buques, dirigiendo el fuego contra la plaza, hasta que se consideró suficiente el castigo.

Tras dar la vuelta al mundo en la Numancia, al igual que el resto de quienes componían la Escuadra del Pacífico, mereció bien de la Patria por acuerdo del Congreso y Senado el 12 de Junio de 1866. El 20 de Junio del mismo ascendió a Brigadier por méritos del combate del 2 de mayo. El 14 de agosto le fue concedida la cruz de 2ª clase del Mérito Naval por la 2ª expedición a Chiloé.

Entró en Cádiz con la Numancia el 20 de setiembre de 1867, recibiendo licencia seguidamente para restablecer su salud, por prescripción facultativa, para lo que marchó a Vichy, para restablecerse en sus aguas, en mayo de 1868.

Nombrado interinamente Vice Presidente de la Junta de Gobierno de la Armada en octubre de 1868, cesando en diciembre.

Fue entonces nombrado Comandante general de las Fuerzas Navales del Mediterráneo, el 8 de diciembre de 1868.

Habiéndose manifestado el descontento de la marinería, cuyas condiciones de servicio eran realmente duras, se abortó un conato de sedición en la fragata Villa de Madrid el 26 de enero de 1869, mandando instruir causa y adoptando diversas medidas para impedir que los sediciosos se pudieran hacer con el control de cualquiera de los buques a su mando. Gracias a estas disposiciones, se pudo sofocar el motín sin efusión de sangre, esto es, ni muertos ni heridos, quedando el Almirantazgo gratamente complacido con los servicios del Brigadier Antequera, dándole plena libertad de adoptar cuantas disposiciones consideradas necesarias. Dicha confianza era absoluta, ya que el Presidente del Almirantazgo no era otro que Méndez Núñez. Las revistas de instrucción de marzo del mismo año probaron lo acertado de dichas medidas.

En junio de 1869 se le concede licencia, de nuevo para pasar a Vichy, entregando el mando el 25 del mismo.
Ascendido a Contraalmirante (14 de setiembre), recibe la Vice Presidencia del Almirantazgo el 15 de setiembre y luego el cargo interino por ausencia del Ministro de Marina Topete del 21 al 30 de diciembre de 1869.

En noviembre de 1870 volvió a desempeñar interinamente el Ministerio de Marina. El 29 de marzo de 1871 deja la Vice Presidencia del Almirantazgo y es nombrado Comandante General del Departamento de Cartagena.

Nombrado Senador del Reino el 8 de mayo de 1871, debe dimitir en su cargo por incompatibilidad.

Se le concede la Gran Cruz de Isabel la Católica el 3 de marzo de 1872, pero en junio del mismo año debe dejar su silla de senador y se le concede licencia de cuatro meses para restablecer de nuevo su maltrecha salud, en Alicante y en el extranjero.

Ya recuperado -más o menos- en diciembre de 1872 es nombrado Comandante del Apostadero de Filipinas. Tomó posesión de su cargo el 27 de abril de 1873.

En febrero de 1874 salió en la goleta Santa Filomena a hacer una revista de inspección por las Divisiones y Estaciones Navales del Archipiélago, regresando a Cavite el 29 de Marzo.

Siguió en dicho cargo hasta febrero de 1875, fecha en que se dispuso su cese, que hizo efectivo el 26 de abril. Llegó a Marsella el 7 de junio, concediéndosele licencia de cuatro meses por enfermo en Vichy.

En julio se le concede la Gran Cruz del Mérito Naval blanco.

Por R.D. del 1 de abril de 1876 es nombrado Ministro de Marina, concediéndosele seguidamente la Gran Cruz de San Hermenegildo.

En su mandato acometió algunas reformas, obsesionándole proseguir la obra de restauración de la marina. Cuestión que por el estado de guerra en Cuba y en el Norte (carlistas) era imposible de atender.

Por ejemplo, convirtió en cruceros las corbetas tipo Aragón, que habrían sido, por la tardanza en su construcción, unos mediocres buques blindados, y al menos sirvieron como buques de estación en las colonias, pues debido a su casco de madera, no eran aprovechabales como buques para el combate moderno.

Además acometió las disposiciones para instalar electricidad a borod de las fragatas Numancia y Vitoria.

El 23 de setiembre de 1877 se le aceptó la dimisión.

Durante el año de 1878 estuvo en Madrid sin destino, hasta octubre, que fue nombrado Comandante General de la Escuadra de Instrucción.
Esta se componía de:
La fragata acorazada Numancia., la fragata de hélice Blanca, la corbeta de hélice África y al vapor de ruedas Gaditano. Al año siguiente se incorpró a ella la fragata Villa de Madrid, la corbeta de hélice Tornado relevó a la África y el vapor transporte Isabel la Católica al Gaditano.
En mayo de 1879 debió de dejar precipitadamente el mando por enfermedad.

Casó ese mismo año con Atanasia Angosto y Sapizburú, hija del Brigadier de la Armada don Félix Angosto y Miquerelena.

Al año siguiente se le concede licencia "por el tiempo que lo necesite" para restablecer su salud. En setiembre de 1880 es nombrado Consejero de Estado con destino a la Seccion de Marina y Guerra.

El 27 de setiembre de 1881 es nombrado Consejero del Supremo de Marina y Guerra, donde continúa hasta 1884.

El 18 de enero de 1884 es nombrado Ministro de Marina durante el gobierno de Cánovas del Castillo.

Parecía restablecido el país en sus ingresos, y algo aliviada la deuda externa, como para acometer la construcción de la escuadra, que en palabras de Joaquín Costa, no existía en realidad, por ser buques viejos y de poca utilidad militar.

Presentó su proyecto de Ley el 25 de Junio de 1884, su fuerza de combate comprendía 6 acorazados de mar, 6 guardacostas y 2 cruceros acorazados, además de 32 torpederos. Costaría la friolera de 300 millones de pesetas, lo que aterrorizó a las Cámaras. La sección que elaboró dicho proyecto estaba presidida por el viejo Vicealmirante Topete, cuyo secretario era el joven Teniente de Navío Victor Concas.

Consiguió Antequera los fondos para el primer acorazado, el futuro Pelayo, gracias a que sobraban 12 millones de pesetas del año fiscal 1883-1884, y Cánovas dijo "¡á hacer un barco! ¡cuanto más grande mejor!" y as´í se contrató el acorazado, siendo el responsable de las gestiones Concas. A la pregunta de cómo pagarían el resto del coste del buque, Cánovas lo dejaba en manos del siguiente gobierno... Todo muy previsor y correcto.

Rechazado el proyecto de Antequera, una Comisión de Cortes, presidida por Segismundo Moret, con un joven Antonio Maura formando parte de ella, modificó el proyecto, centrándolo en 8 acorazados de mar, proyecto que fue finalmente aceptado por Antequera. Costaba 234 millones de pesetas, una rebaja considerable.

Concas defendió acendradamente el proyecto original, considerando el nuevo un grave error, tanto por los tipos de buque como por el modo de financiación, no por un crédito extraordinario sino por el presupuesto ordinario de Marina.

Sin embargo, Beránger, acérrimo defensor de la Jeune Ecole con sus cruceros y torpederos, y Senador, se opuso desde su asiento al proyecto y presentó un proyecto alternativo, con lo que desató una agria polémica: al coste se unía ahora la discusión técnica.

A ello se unieron críticas contra Antequera, tanto por la compra del Pelayo como por su intención de arrendar el Arsenal de La Carraca, totalmente improductivo, a una empresa privada, presumiblemente extranjera.

Por todo ello y por su estado de salud, Antequera presentó su dimisión el 13 de Julio de 1885.

Nombrado Presidente de la Junta Superior consultiva de la Armada, fue cesado del mismo con motivo de la Cuestión de las Carolinas.

La ocupación de las islas por parte de Alemania en el mes de agosto, la airada reacción española, motivó el nombramiento de Antequera como Comandante General de la Escuadra de Instrucción el 5 de septiembre de 1885.

Estaba constituida por las fragatas acorazadas Numancia y Vitoria, las fragatas de hélice Almansa, Gerona y Carmen, el crucero de madera Navarra, el cañonero "Paz", el torpedero Rigel y la lancha portaminas Cástor.

Frente a ello, la Marina Imperial Alemana movilizaba 8 fragatas acorazadas y 4 corbetas acorazadas, además de otras unidades menores y 43 torpederos, fuerzas más que suficientes no sólo para resistir, sino para destruir la pobre escuadra española, que afortunadamente, no se convirtió en Escuadra de Operaciones, resolviéndose el litigio por obra de la diplomacia.

El estado de los buques era lamentable, las maniobras efectuadas en las islas Baleares no revistieron problemas gracias a los mandos y dotaciones, pero no había municiones ni pertrechos suficientes para la campaña. Presntó su dimisión el 31 de diciembre del mismo año, cesando finalmente el 13 de enero de 1886.

Nombrado Vice Presidente del centro Técnico Facultativo en el mismo mes, presenta su dimisión el 28 de diciembre de 1887.

En los meses que le restan de vida, permanece en Madrid sin destino hata fines de 1889. Se traslada a Alhama (Murcia), donde fallece el 16 de Mayo de 1890.

Su muerte es hondamente sentida dentro y fuera de la Armada, pues no en vano habían sido sus colaboradores Concas, Villaamil y Bustamante y era el último de los héroes del Pacífico. El mismo año se cursó la petición del traslado de sus restos mortales al Panteón de Marinos Ilustres.

Un saludo.

Retrato de D. Juan Bautista Antequera.