¡Muy buenas noches!

Os mando una pequeña biografía y una narración de los hechos acaecidos en lo que se llamó la batalla de Chérchel, el 7 de septiembre de 1937, al divisar los serviolas del "Baleares" un convoy republicano cerca de las costas de Argel. Durante este combate, destacó un gallego, D. Manuel Lois García, un jornalero, que no sabía ni leer ni escribir, pero su gran valentía, arrojo y coraje, salvó all crucero "Baleares" y la vida de todos sus tripulantes, al arrojar envuelto en llamas un proyectil que amenazaba con estallar. Dicha acción le costó la vida a este Infante de Marina. A cambio, recibió la Medalla Naval y la Cruz Laureada de san Fernando así como la gratitud y admiración de todos.

A bordo del crucero “Baleares”, D. Manuel Lois García, Infante de Marina Laureado (*1912 +1937).

Datos biográficos. (5).

Natural de Órdenes, (La Coruña), hijo de Dolores y jornalero de profesión, (4) había nacido en la aldea de Villa Verde, parroquia de Ordenes, el 22 de mayo de 1912. Su madre, doña Dolores Lois Vilaverde, pasó muchísimas dificultades para sacar a su pequeño adelante dado que el padre biológico de Manuel, se desentendió totalmente de su hijo. Los apellidos, los heredó de su abuelo materno don José Lois García. Manuel, era un niño vital, trabajador el cual y por las penurias económicas que pasaba su familia, le llevaría a dejar la escuela a los 12 años, iniciándose en el mundo laboral por obligación a los 13 años en el momento que pierde a su madre doña Dolores. Empezó a trabajar como jornalero en el campo para diferentes casas de labradores.

Tuvo que soportar de joven burlas y rechazo de las chicas de su edad sobretodo en las romerías ya que dada su extrema pobreza y su corta estatura, se negaban a bailar con él.

En una de estas casas, la de Manecho en Cestanhos (Parada), conoció a la que sería su novia, doña Consuelo Moure Zarzal, con la que tendrá una hija Josefina que finará a los pocos meses de nacer.

Ingresó en Infantería de Marina el 13 de agosto de 1936 en El Ferrol, siendo embarcado en el crucero “Baleares” el 2 de octubre de ese mismo año, ocupando el puesto de telefonista en el cañón núm. 4 (5) y en la que protagonizará los hechos heroicos en el que se denominó “combate de Chérchel” el 7 de septiembre de 1937 al divisarse desde el crucero “Baleares” en las proximidades de Argel un convoy formado por catorce barcos republicanos de los cuales, cuatro eran mercantes, y con los que se entabló la lucha. (1), y que le valdrán la concesión de la Medalla Naval y la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, al salvar a cambio de su vida, a la dotación del crucero y a este., que le valdrán la concesión de la Medalla Naval y la Cruz Laureada de San Fernando

El “Baleares”, recibió dos impactos de proyectil de 152,4 mm uno de los cuales, pegó en la chimenea causando bajas en la dotación del cañón núm. 4. A consecuencia de la misma, un cascote penetró en la caja de urgencia, la cual contenía proyectiles iluminantes, incendiándose uno de los cartuchos, produciéndose la consecuente explosión. (1). Cayó herido el comandante de la batería, el Alférez de navío D. Miguel Pardo de Donlebun, el cual, observó como a consecuencia de los gases, se hinchaba la caja de urgencia, cosa que hacía pensar que los iluminantes ardían y que era un peligro tanto para el barco como para su dotación. Solicitó un voluntario para abrir esa caja. (2).

El Infante de Marina D. Manuel Lois García que desempeñaba las funciones de telefonista en el cañón núm. 4, al oir la voz de su oficial, sin dudarlo un momento, concienciado del peligro que eso suponía tanto para sus compañeros como para el buque, corrió hacia la caja de iluminantes y liberó la tuerca única tuerca de sujeción que había. La puerta que había quedado sin cierre alguno, se abrió violentamente a causa de la presión interior y una llamarada dio de llenó al Infante de Marina Lois el cual, quedo envuelto en llamas. Aún así, con absoluto desprecio de su propia vida, cogió el proyectil (1) sobreponiéndose su férrea voluntad al dolor físico, cogiendo con sus manos el proyectil. Sus músculos no le obdecen por hallarse ya carbonizados, cayendo al suelo y aún así, con su pecho, empujó el proyectil, el cual, rodó por cubierta y cayó al agua, pasando el peligro. (2).

Posteriormente envuelto en llamas es auxiliado por un grupo de marineros, que le quitaron sus ropas y lo condujeron rápidamente hacia la enfermería. (1)

En la enfermería, el propio comandante del “Baleares” le decía:

“..Lois, cuando te pongas bien, te daré dos meses de permiso y un beso para tu madre…”

A las 18 horas, fallecía el bravo D. Manuel Lois García, mientras con lágrimas el comandante del “Baleares” imponía sobre el cuerpo carbonizado e inerte del bravo Infante, la Medalla Naval, dándole el beso prometido.(2).

Los hechos.

Un artículo publicado en “ABC” de Madrid, en recuerdo de tan insigne Infante de Marina, le recordaba así en septiembre de 1962, bajo el título “…Veinticinco años después, Manuel Lois García, obrero de Órdenes (La Coruña), soldado de Infantería de Marina en el “Baleares”, Medalla Naval y Cruz Laureada de San Fernando…” (textual) (4):

“…Al filo de la Nochebuena de 1937 llegaba a La Coruña el Excmo. Señor don Manuel de Vierna y Belando. Venía de ceder el mando del “Baleares” para tomar el de la División de Cruceros, con insignia en el mismo barco, y lucía en sus bocamangas sus primeros entorchados de contralmirante.

Lo encontré en el Cantón Grande y nos abrazamos. ¡Que gran tipo de español generoso y leal vasallo era Manolo Vierna!. Allí mismo, en la calle le pregunté por las andanzas mediterráneas de su crucero, de las que tan levemente nos informaban los partes oficiales, y él fue el primero en revelarme la pasmosa heroicidad de aquel soldadito gallego de Infantería de Marina que, a cambio de su propia vida, salvó la de mil doscientos tripulantes del “Baleares” y evitó la explosión y el hundimiento del buque.

Veinticinco años se cumplen ahora del heroico episodio, y un mandato de justicia y ejemplaridad obliga a rememorar –casi a descubrir a la generación de hoy- uno de esos rasgos que son orgullo y honor inmarcesible de la Patria.

A las 10,15 del día 7 de septiembre de 1937, navegando como a unas seis millas de la costa argelina, a la espera de un convoy enemigo, los serviolas del “Baleares” avistan por la amura de babor una formación compuesta por cuatro vapores a los que escoltan los cruceros “Libertad” (ex”Príncipe Alfonso”, hoy “Galicia”) y “Méndez Núñez”, más siete destructores de la clase “Churruca”; convoy que, al parecer, procede de Argel con importante cargamento de material de guerra destinado a Cartagena y Alicante.

Sin importarle la clara superioridad enemiga, maniobra el “Baleares” con miras a batir a los cruceros y a impedir el arribo del convoy a puerto. A las 10,44, la artillería del “Baleares” rompe el fuego; sus piezas de 20 centímetros, apuntando al “Libertad”; las de 12, al “Méndez Núñez”. Responden los barcos enemigos, para los cuales las condiciones de visibilidad son muy superiores a causa de la posición del sol y la dirección del viento. A las 10,56 recibe el “Baleares” el primer impacto de 15,24 cm del “Libertad”, que deja sin corriente, durante unos momentos, las torres de proa y la dirección de tiro, y nueve minutos después se produce el segundo, del mismo calibre, en la cara de proa de la chimenea. La explosión del segundo proyectil deja fuera de combate a toda la dotación del cañón de 12 cm núm. 4, de babor, a excepción del apuntador vertical, y a parte de la dotación del cañón núm. 2.

Uno de los cascotes penetra en la parte alta de la caja de urgencia, situada a babor, que contiene proyectiles iluminantes, y provoca el incendio de uno de ellos, que hace explosión en el interior de la caja. Manuel Lois García, soldado de Infantería de Marina, telefonista del cañón núm. 4, con puesto inmediato a la caja, advierte que esta despide humo y se abomba por la parte posterior; intuye el tremendo peligro que amenaza al barco y a toda su dotación ante una probable explosión de los proyectiles iluminantes y de los de alto explosivo, estibados en el mismo pañol; presume que se va a jugar la vida, que la muerte le hará allí su presa, y que será una más entre tantas muertes anónimas en una guerra fraticida; no se le ocurre pensar en que la suya, allí, en aquel trance angustioso, puede reportarle los más rutilantes lauros y ascenderlo súbitamente del anonimato a la gloria nacional que abre las puertas de la Historia…

Sin pensarlo más, Manuel Lois, soldado de Infantería de Marina, uno de esos muchos hombres ignotos que Galicia tiene ocultos y guardados para las ocasiones culminantes de España, se va derecho a la caja y zafa la única tuerca ajustada en la puerta. Se desprende la pieza; la presión interior ansiosa de expansión, abre la puerta con violencia, y una enorme llamarada azota de lleno el cuerpo del soldado y prende su uniforme. Manuel Lois ni retrocede ni vacila; envuelto en llamas, agarra un proyectil a punto de incandescencia que, de estallar, hubiera ocasionado la explosión del pañol; lo aprieta contra su pecho, cruza la cubierta y lo arroja al agua. No puede más Manuel Lois, convertido en crepitante hoguera humana. Compañeros suyos acuden en su socorro, lo despojan de las ropas y lo llevan a la enfermería.

El “Baleares”, sin apoyo logístico alguno, con sus solas fuerzas, desbarata la operación del enemigo. Cruceros y destructores se retiran a Cartagena, y los barcos del convoy se refugian en puertos argelinos. Pero antes, un “pequeño” soldado de Infantería de Marina ha salvado al “Baleares” y a sus mil doscientos veinte hombres…

Pasan las horas. El “Baleares” con cuatro muertos y varios heridos a bordo, navega rumbo a Cádiz. En la enfermería, se hace todo lo posible por salvar la vida del héroe que se agrava de minuto en minuto.

El 8 de septiembre, día siguiente al de la acción llamada “combate de Chérchel” , a las siete y diez de la tarde, la dotación forma en cubierta para escuchar la lectura de un radiograma de felicitación del Generalísmo, “orgulloso del valor y brillante comportamiento comandante y dotación, acometiendo y deteniendo fuerzas navales enemigas muy superiores”. Luego, todos van a la capilla ardiente a rezar un rosario a los caídos. Dos horas después, a las nueve, Manuel Lois García muere cristiana y ejemplarmente a consecuencia de las quemaduras sufridas el día anterior.

El cuerpo dos veces ardido del soldado Lois, quedó –y permanece…- en el nicho número 132 de la línea Sur, del patio núm. 7 del cementerio de Cádiz.

El 11 de septiembre, don Manuel de Vierna escribía una conmovedora carta al teniente coronel Olivera, jefe del Batallón de Infantería de Marina de Cádiz. Después de aludir al combate de Chérchel y de resaltar el hecho, de que “las máximas pérdidas a la muy heroica y leal Infantería de Marina”, el comandante del “Baleares” añade. “Es necesario que públicamente ponga V.S. en conocimiento del personal a sus órdenes, el heroico comportamiento de los caídos, entre los cuales se distinguió el bravo Manuel Lois García, que fue el primero en acudir al pañol de urgencia incendiado, abriendo su puerta y sacando proyectiles, hasta que, abrasado cayó en cubierta. A tal héroe se le ha concedido por el Almirante la Medalla Naval, y tengo la inmensa pena de que no se le pudo salvar la vida”.

La inmediata –y nunca más merecida-concesión de la Medalla naval por el Almirante, a propuesta de don Manuel de Vierna, fue oficialmente confirmada por Orden de 27 de noviembre del mismo año. Y como la hazaña y el ejemplar sacrificio eran dignos de la suprema recompensa, el 30 de mayo de 1939, resuelto el expediente de juicio contradictorio instruído al efecto, S.E. el Generalísimo de los Ejércitos nacionales concedía la Cruz Laureada de San Fernando al soldado de Infantería de Marina, Manuel Lois García, por su heroica actuación a bordo del “Baleares”.

Una “relación sucinta de méritos”, malparada en sintaxis, escasa de puntos y prodiga en gerundios, reseñaba con mecánica frialdad un glorioso capítulo de la historia naval de España, merecedor, aún intercalado en la prosa burocrática del Boletín Oficial del Estado, de un canto entonado en la más pura prosa de Castilla.

Español que me lees: cuando en viaje de Santiago a La Coruña, o de La Coruña a Compostela, cruces la villa de Órdenes, detente unos minutos ante la Casa Consistorial en la carretera misma y lee la lápida de bronce clavada en el muro lateral que mira a la “Alameda del soldado Lois”. Dice, sencillamente, así: “Honor al soldado de Infantería de Marina, Manuel Lois García, condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando y Medalla Militar, por su heroico comportamiento y gloriosa muerte en el combate que sostuvo el crucero “Baleares” en aguas de Argel, el dia 7-9-1937”.

Allí, en Órdenes, a las cuatro horas del día 22 de mayo de 1912, nació Manuel Lois García. El acuerdo municipal, en su expediente de quintas, como alistado para el reemplazo de 1933, es una tremenda revelación negativa de su filiación, de su ilustración y de su aptitud para la milicia. Manuel Lois figura como hijo de Dolores Lois Villaverde y es “soltero jornalero, no sabe leer ni escribir, y, tallado y reconocido que fue, resultó tener la talla de un metro quinientos cuarenta y un milímetros, y un perímetro torácico de setenta y nueve centímetros”. Por lo que el Ayuntamiento acordó declararlo “soldado apto exclusivamente para servicios auxiliares por corto de talla, como comprendido en el grupo 3º, letra A, núm. 1 del cuadro.

Más sobrevenida la guerra y llamados a filas los mozos declarados útiles solamente para servicos auxiliares, el 13 de agosto de 1936, Manuel Lois es alta en el Grupo de Fuerzas de Infantería de Marina, de guarnición en El Ferrol. No transcurridos dos meses, el 2 de octubre pasa a servir en el crcero “Baleares”, asignándole como puesto de combate el de telefonista del cañón 4 de 120 mm. El puesto que había de ser pedestal de su gloria.

Pero Manuel Lois García no es un héroe desconocido ni olvidado. “podrán ser escasos los españoles que hayan oído su nombre -me escribió don José Luís Pereira, teniente coronel segundo jefe del Tercio Sur de Infantería de Marina-, más entre nosotros , sus compañeros de armas, no sólo se conserva vivo su recuerdo, sino que ni un solo ha día ha dejado de ser, para cuantos pasan por nuestras filas, un símbolo de la lealtad y el servicio a la Patria y un constante ejemplo de las mejores virtudes militares.

Quien estas líneas escribe sabe muy bien la satisfacción y el orgullo con que la villa de Ordenes se sumaría a un acuerdo municipal interesando el traslado de los restos de Manuel Lois a su rincón nativo para tener definitivo descanso en la misma iglesia parroquial en que fue acristianado.

Un Caudillo y un Ministro de Marina, hijos del mismo país gallego y coruñés, estoy seguro de que habrían de acoger la solicitud consistorial con el favor más entusiasta de coterráneos y patriotas.

José Luís Bugallal…”

Juicio Contradictorio.

Apertura. (9).

“…Don Manuel Valdemoro y López de baró, Teniente de Navío de la dotación del Crucero Almirante Cervera”, Juez Instructor del Juicio Contradictorio para la concesión de la Cruz de San Fernando al soldado de Infantería de Marina Manuel Lois García, fallecido, a V.E., con el mayor respeto y subordinación tiene el honor de exponer:

Que a las diez de la mañana del dia siete de septiembre de 1937, encontrándose el Crucero “Baleares” en las proximidades de Argel, avistó a fuerzas navales rojas formadas por los Cruceros “Libertad” y “Méndez Núñez”, y ocho destructores convoyando cuatro barcos mercantes; el citado buque abrió fuego sobre el enemigo, entablándose combate seguidamente durante el cual el Crucero “Baleares” recibió dos impactos del 15,24 centímetros, procedentes de disparos del Crucero “Libertad”, uno de ellos en el costado de babor a proa y otro en la chimenea. Por efecto de la explosión del proyectil que dio en la chimenea, quedó fuera de combate, toda la dotación del cañón 4, de doce centímetros de babor, -a excepción del apuntador vertical- , parte del 2º, el Auxiliar de Artillería del Grupo de 12 cm de proa, que falleció al poco tiempo, e igualmente resultaron heridos el Guardia Marina del Grupo de proa y el Alférez de Navío que lo mandaba, asi como el Teniente de Navío que mandaba el Grupo de popa. Uno de los cascotes penetró por la parte alta de una caja de urgencia, situada a babor a la altura del cañón 2, que contenía tres o cutro hileras de chilleras con iluminantes, incendiándo un cartucho de estos, cuyo proyectil hizo explosión en el interior de la caja, en cuyo momento el soldado de Infantería de Marina, Manuel Lois García, telefonista del cañón 4, con puesto inmediato a la caja, ve como sale humo de ella y se abombaba por su parte posterior, y dándose cuenta del peligro que una explosión probable de los proyectiles iluminantes y de los de alto explosivo situados en las chilleras de debajo de aquellas puede acarrear, se dirige a la caja y zafa la única tuerca que tiene echada la puerta, al zafarse la tuerca, la presión interior abre la puerta con violencia y una llamarada grande da de lleno sobre el cuerpo del soldado manuel Lois, que recibe en el pecho el paracaídas del iluminante que hizo explosión, y no obstante empezarle a arder las ropas, se apodera de un proyectil, que tira al agua después corre hacia popa envuelto en llamas, alcanzándole, a la altura del cuarto del Oficial de Guardia dos marineros del trozo de auxilio de proa, que le despojaron de las ropas y le entregaron al trozo de auxilio de popa. Conducido a la enfermería y después de curado, fue evacuado en una camareta, en la que falleció por la noche del siguiente día.

Lo que como resumen de lo actuado, y creyendo se han practicado cuantas diligencias son necesarias para el mejor esclarecimiento de los hechos, tengo el honor de elevar a V.E., a los efectos del artículo 79 del Reglamento de la Orden Militar de San Fernando de 26 de noviembre de 1925 (D.O. núm. 2 de 1936).
Dios guarde a V.E. muchos años.

A bordo del Crucero “Almirante Cervera”, en Palma de Mallorca a diez de agosto de 1938. III Año Triunfal.

Excmo. Sr. El Teniente de Navío Juez Instructor, Manuel Valdemoro (Rubricado)

Lo que de Oorden de S.E. se publica para general conocimiento, exhortando a los señores Almirantes, Jefes, Oficiales, Auxiliares, clases y asimilados e individuos de tropa y marinería que sepan algo en contrario o capaz de modificar la apreciación de los hechos publicados a que se presenten a declarar ante el Juez Instructor, o remitan relación jurada en el plazo de diez días los que estuvieren ausentes, con arreglo al párrafo tercero del artículo 79 del Reglamento de la Orden Ministerial de San Fernando de 26 de noviembre de 1935. (D.O. núm. 2, pág. 17). Burgos , 20 de agosto de 1938, III Año triunfal…”

Fallo (10).

“…Orden de 30 de mayo de 1939 concediendo la Cruz Laureada de San Fernando al soldado de Infantería de Marina don Manuel Lois García.

Como resultado del expediente de juicio contradictorio instruido al efecto, y de conformidad con el Consejo Superior de la Armada, S.E, el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, se ha dignado conceder la Cruz Laureada de san Fernando al soldado de Infantería de Marina don Manuel Lois García, por su heroica actuación a bordo del glorioso Crucero “Baleares”. Burgos, 30 de mayo de 1939. Año de la Victoria. Dávila.

Relación sucinta de méritos contraídos por el soldado de Infantería de Marina Manuel Lois García.

El día siete de septiembre avistó el “Baleares”, en las proximidades de Argel, un convoy formado por diez unidades de la flota roja y cuatro barcos mercantes. Acto seguido, entabló combate con ellos, recibiendo en el transcurso del mismo dos impactos de 15,24 cm, el segundo de los cuales les dio en la chimenea del buque, produciendo bajas en la dotación del cañón núm. 4 de babor. Un cascote penetró en la parte alta de la caja de urgencia que contenía proyectiles iluminantes, incendiando un cartucho y produciendo la explosión correspondiente del proyectil, lo que, apercibido por el soldado de Infantería de Marina Manuel Lois García, telefonista del cañón núm. 4, que se da cuenta del peligro que otras explosiones podían acarrear al buque, hace que se dirija hacia la caja de iluminantes y zafe la única tuerca de sujeción que tiene al quedar la puerta sin cierre alguno, se abre violentamente a causa de la presión interior y una llamarada da de lleno sobre el cuerpo de Lois y prende sus ropas, no obstante lo cual con absoluto desprecio de su vida, se lanzó sobre un proyectil que arroja al agua, corriendo después hacia la popa, envuelto en llamas, en donde es alcanzado por unos marineros que le auxilian y despojan de las ropas incendiadas. Conducido a la enfermería muere en la noche del siguiente día a consecuencia de las heridas sufridas…”

Descanso definitivo en Órdenes.

Inicialmente, sus restos mortales recibieron cristiana sepultura en Cádiz , como ya se mentó en el artículo de ABC del 7 de septiembre de 1962 pero, no sería hasta julio de 1965 en que serían inhumados y trasladados a su pueblo natal Órdenes, en medio de una solemne ceremonia. Sobre su féretro, fue colocada la Cruz Laureada de San Fernando. (3).

Sobre los actos ya citados, que tuvieron lugar el 28 y 29 de junio de 1965, el rotativo sevillano “ABC” de los días 29 y 30 del citado mes, publicaba lo siguiente (textual) con respecto a la partida de Cádiz (7) y llegada a Ordenes (6):

La partida de Cádiz (7).

“…Réquiem por un héroe del “Baleares.

Cádiz 28. Esta mañana, el cadáver del heroico soldado de Infantería de Marina don Manuel Lois García, fallecido a bordo del “Baleares” en 1937, fue trasladado al patio de Armas del Cuartel del Tercio Sur de Infantería de Marina, en el que se había levantado un altar. Al frente del musmo se colocó un túmulo para depositar el féretro, rodeado de cirios y escoltado por soldados del expresado Cuerpo. El ataúd fue envuelto con la bandera nacional. Formaron, sin armas, las fuerzas del Grupo Especial de Infantería de Marina, alumnos de dicho Cuerpo y Escuela Naval, que hacen prácticas en el Tercio, y la banda de cornetas y tambores, habiéndose concentrado también todos los comandantes de buques y jefes de dependencias, con sus respectivas comisiones de jefes y oficiales así como todo el Grupo Especial de Infantería de marina.

Presidía el acto el capitán general del Departamento Marítimo de Cádiz, almirante marqués de Casa Cervera, al que acompañaba el segundo jefe comandante general del Arsenal, almirante don Eduardo Gener Cuadrado; gobernador civil de la provincia, don Santiago Guillén Moreno; jefe de la base naval de Rota, almirante don Carlos Pardo Delgado, ; alcalde de San Fernado y varias personalidades.

Fue oficiada la santa misa por el jefe de asistencia religiosa del Departamento, padre don Ricardo Araujo, asistido del parróco, padre Seija y del capellán del Tercio, padre Marrade, siendo al final entonado un responso. Seguidamente se puso en marcha la comitiva fúnebre hacia la carretera general, llevando a hombros el féretro Infantes de Marina hasta el indicado lugar, en donde de nuevos se constituyó la presidencia por las citadas autoridades ante las que desfilaron todos los acompañantes. Seguidamente continuó viaje en una ambulancia hacia la villa de Ordenes (La Coruña) de donde era natural el cadáver del infortunado soldado. Corresponsal…”

La llegada a Ordenes. (6).

“…Militares.
Los restos del marino laureado del “Baleares” llegan a su pueblo natal…”

Ordenes (La Coruña) 29. Los restos mortales del laureado soldado don Manuel Lois García llegaron a esta localidad, su pueblo natal, procedentes de Cádiz, en cuyo cementerio fueron inhumados durante la Cruzada. Desde la entrada de la villa hasta la alameda que lleva su nombre, el féretro fue transportado a hombros. Seguidamente, hubo una misa de campaña y terminado el acto religioso le fue impuesta al féretro la Cruz Laureada de San Fernando. Más tarde, las fuerzas desfilaron ante el féretro y autoridades desplegándose seguidamente para cubrir carrera hasta el cementerio, donde le fueron rendidos los honores correspondientes el cadáver de don Manuel Lois García, que dio su vida por Dios y por España, en un acto de heroísmo en el crucero “Baleares”, en septiembre de 1937. Cifra…”

Notas:

La placa colocada en el ayuntamiento de Ordenes, recordando al Infante de Marina D. Manuel Lois García, fue inaugurada con motivo de la construcción de la nueva Casa Consistorial de dicha localidad el 14 de septiembre de 1954, siendo presidido por el entonces Ministro de Marina Almirante Moreno, el Doctor Quiroga Palacios, Cardenal Arzobispo de Santiago de Compostela y varias autoridades más. (8).

En el siguiente enlance, se puede visualizar uno de los actos de homenaje rendidos por nuestra Infantería de Marina al Infante D. Manuel Lois García en Ordenes (La Coruña).
https://www.youtube.com/watch?v=9YOotAbkPD4




Fuentes:

(1). “Made in Huelva”, en Internet.
(2). “Infantería de marina” (España), miembros famosos, el soldado Lois”, en Vikipedia, enciclopedia libre en Internet.
(3). “ABC” de Sevilla, pág. 5, de 1 de julio de 1965.
(4). “ABC”, págs.. 5 y 7, Madrid 7 de septiembre de 1962.
(5). “Foucelhas, Associaçom Cultural Comarca Ordes”
(6). “ABC” pág. 64, Sevilla, 30 de junio de 1965.
(7). “ABC”,pág. 78, Sevilla 29 de junio de 1965.
(8). “ABC”, pág. 23, Madrid 15 de septiembre de 1954.
(9). “Boletín Oficial del Estado” “Subsecretaria de Marina”, núm 53, pág. 842, de 22 de agosto de 1938.
(10). “Boletín Oficial del Estado”,núm. 153, pág.3.017, de 2 de junio de 1939.

(Hans Nicolás i Hungerbühler, 19 de junio de 2010).

¡Un cordial saludo!

Hannes Hunger.

Emocionante recuerdo, Hannes Hunger, para este héroe que, me temo, no tendrá un lugar en la llamada "memoria històrica", aunque tengo entendido que en Ordenes se le recuerda con cariño y no se ha tocado ninguno de los lugares que lo recuerdan. Es mas todos los años, en el aniversariop de su muerte, el ayuntamiento celebra un funeral en su honor. A dicho funeral se invita al Tercio Norte que, con una representación, rinde honores al héroe. Encabeza esa delegación el Coronel-Jefe de la Unidad. Los últimos años el promedio de asistencia al acto es de mas de quinientas personas. Siempre se interpreta elñ Himno Nacional por la Banda del Tercio y se canta la Salve Marinera
El alcalde de Ordenes ha manifestado que: "este homenaje parte de un acto de heroísmo, altruismo y entrega del soldado Lois. Unos valores que merecen nuestro respeto".
Por otra parte el Coronel del Tercio Norte ha dicho que:"el soldado Lois es nuestro héroe del Tercio Norte y lo seguiremos homenajeando mientras exista la Infantería de Marina".
Francamente, no creo ni que el alcalde haga carrera política en su partido ni que el coronel ascienda a general. Ello les honra.

'

Pues como es uno de mis preferidos de entre los Laureados, ya que su acción solo evitó adelantar la pérdida del crucero Baleares, lo cual no es poco, aunque para conseguirlo se dejó la vida.


Pero su acto es de los que de verdad son dignos de todo elogio y recuerdo, ya que estoy convencido, que este tipo de personas, si hubieran estado en el otro bando, si la acción se hubiera dado, hubiera hecho lo mismo, por lo tanto lo reduzco (que ya es) a un acto más de los muchos que han hecho los españoles a lo largo de la Historia, por España sin pedir nada a cambio.




Se le concedió en el B.O. E. del día dos de junio de 1939 número 153; la Cruz Laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando de segunda clase. La que corresponde a las clases de tropa, suboficiales, oficiales y jefes.


Un abrazo.
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