1915. Hundimiento del Dresden

(Los siguientes datos están sacados de libros y artículos del archipiélago de Juan Fernández y documentos recopilados por D. Victorio Bertullo Mancilla, profesor e historiador y director de la Casa de la Cultura de Juan Fernández (años 2004), así como del Diario "El Mercurio" de Valparaíso de fecha Domingo 6 de Julio de 1997; id https://www.comunajuanfernandez.cl/dresden.htm).

A las ocho de la mañana del Domingo 14 de Marzo de 1915, y cuando llevaba 6 días recalado en una isla del Archipiélago Juan Fernández; mar territorial de Chile, con intención de reabastecer sus bodegas con víveres y carbón, y reparar sus deterioradas máquinas, fue sorprendido por tres unidades navales británicas. La isla, en cuestión, era la de “Más a Tierra”, nombre que tenía en aquella época la actual isla “Robinson Crusoe”.

Sorprendido e indefenso ante las unidades británicas, el crucero Alemán fue cañoneado y hundido frente a las costas de Juan Fernández. Los hechos sucedieron de la siguiente manera:
Una silueta negra nacida en el este se posó sobre las quietas y azules aguas de la bahía de Cumberland de la isla. Su aparición causó estupor entre los tripulantes del Dresden.
El comandante del crucero alemán, Capitán de Navío Carl V. Lüdecke, frunció el ceño y no pronunció palabras. Al fin le habían descubierto los británicos, tras ocho fatigosos meses de persecución. Al irse levantando la niebla, la amenazante sombra negra se convirtió en tres.

Al verlas, Lüdecke comprendió que era inútil presentar combate en esas condiciones. No había tiempo para dar presión a las calderas de su buque. Estaba atrapado, inmóvil y a merced del enemigo.
Dándose cuenta del peligro que corrían los hombres, el comandante ordenó izar la bandera de parlamento en el palo de mesana, bajo la enseña del Kaiser Guillermo II. Si podía evitar la inútil pérdida de vidas, lo haría.
Viendo que las unidades inglesas no estaban dispuestas a sostener diálogo por encontrarse en mar neutral, Lüdecke le pidió a su gente que se formara en cubierta para efectuar un ordenado abandono del Dresden, y que se dirigiera en botes hacia la Isla de Más a Tierra.

Lûdecke despachó un falucho en dirección al “Glasgow”. Su ayudante Wilhem Canaris, iba a bordo de éste con la misión de conseguir una tregua.
Acto seguido requirió a algunos oficiales y marineros para que se apostaran en los cañones alineados a babor y dispararan con ellos al enemigo, con el fin de cubrir la retirada de sus compañeros. Luego, si todo salía bien, debían hacer explotar los polvorines del buque, para que este se fuera a pique y evitar, así, que sus adversarios se apropiaran de él.
Cuando el falucho estaba a 30 metros del acorazado inglés, un oficial de su dotación le conminó a detener la embarcación.
Canaris habló: "Tengo órdenes de mi comandante de decirles que el "Dresden" tiene averías y se encuentra en aguas territoriales chilenas". La respuesta inglesa fue lapidaria, y con su cinismo habitual: "Lo de las aguas territoriales no nos incumbe; ya lo arreglará la diplomacia. Digan a su comandante que, si el crucero no se rinde, lo hundiremos a cañonazos".
La pequeña lancha regresó sin contratiempos. Los marineros alemanes formaron en la cubierta del Dresden, lanzaron un “¡Hurra!” para saludar al Kaiser y despedir la nave, y la abandonaron.

La primera andanada vino del este, desde donde apareció la primera silueta. A 3.500 metros el acorazado “Kent” escupió fuego, dañando seriamente la cubierta del Dresden. Del oeste, a similar distancia, le contestaron el acorazado “Glasgow” y el transporte “Orama”. Sus descargas perforaron sin piedad el casco del buque alemán, matando a ocho tripulantes y a un guardiamarina. El crucero alemán sólo pudo responder con tres disparos.

Unos 55 tripulantes ganaron la playa, muchos de ellos heridos de gravedad. El último en abandonarla fue el Comandante Lûdecke que, junto con algunos de sus más cercanos oficiales, permaneció el tiempo necesario para preparar el estallido de los polvorines. Después, una gigantesca explosión estremeció al Dresden, seguida de incendios en medio de fuertes convulsiones.
El "Kent", el "Glasgow" y el "Orama", presagiando el desenlace volvieron a escupir fuego sobre él. Cinco minutos más tarde, el último de los navíos de la escuadra del almirante Von Spee desapareció bajo el mar del archipiélago.
En un gesto hidalgo, los oficiales del transporte "Orama" ofrecieron llevar hasta Valparaíso a los marineros del Dresden que resultaron heridos. Dos días después, 15 de ellos fueron atendidos en el hospital alemán de ese puerto. Mientras tanto, los supervivientes ilesos quedaron confinados en la isla Quiriquina (= “muchos tordos”), donde permanecieron recluidos hasta 1921.
Las dependencias de la isla, reformadas, fueron utilizadas por la Escuela de Grumetes de Chile, objetivo que cumple hasta el día de hoy.

Testimonio de una testigo imparcial
En Junio de 1994 en la ciudad de Valparaíso, se contactó con la única persona aún viva que había asistido en directo al drama del "Dresden". Su nombre: Ana Julia Torrejón Cáceres, nacida en la isla el 27 de Septiembre de 1898, de padres colonos. Tenía entonces 17 años.
"En el año 1914, al empezar la guerra, fondeaban buques ingleses o alemanes en la isla. A mi padre le compraban carne, pero se abastecían de agua, principalmente. Un día llegó el Dresden (9 de marzo de 1915) y entró en bahía Cumberland. Mientras el capitán mantenía conversaciones con la autoridad marítima, D. Natalio Sánchez, todos temían que llegaran los ingleses. El Sábado siguiente invitaron a la juventud y resto de la colonia a escuchar a la Banda de música del buque, que iba a dar un concierto. Tocaron piezas muy hermosas..."
Me parece que fue justamente al otro día, que yo me levanté muy temprano, que vi en la bahía lanchas que iban y venían. Me había subido a un saco de papas para poder ver mejor al Dresden, cuando divisé los buques ingleses que por un lado y otro lo bloqueaban. De repente vi salir de ellos unas luces y luego sentí los cañonazos. El primer disparo le dio al Dresden en lo alto. Saltaron unos hombres. Luego el agua se vio blanca con los disparos. Continué mirando porque nuestra casa se encontraba en lo alto y la rodeaba un higueral inmenso en el cual se incrustó un proyectil, como también sucedió en otros lugares de la Isla.
De repente, del Dresden pareció salir humo negro y azul y empezó a hundirse lentamente. Antes, los marinos habían ganado tierra como pudieron, en botes, a nado o como fuera. Cuando el agua cubrió totalmente el buque, sus hombres desde la playa gritaron "¡Hurra!" varias veces... Estos marinos estaban casi desnudos, mi papá les dio albergue y cuidó de algunos alemanes. Al resto, los colonos les arreglaron carpas y les alimentaron".
En este breve combate perecieron nueve marinos alemanes, siete de los cuales descansan en el cementerio de la isla, en una tumba que mantiene y cuida la armada de Chile y es muy visitada por los turistas. El Dresden se encuentra actualmente a una profundidad de 78 metros y a 500 metros de la playa de bahía Cumberland.

Como complemento a la información anterior, he encontrado más datos en Internet sobre el Dresden (no sólo su hundimiento) ien:

https://grafelbergnoticias.blogspot.com/ ... nexin.html

https://www.educarchile.cl/Portal.Base/W ... ?ID=137703 (video sobre el rescate de la campana del barco)

https://es.wikipedia.org/wiki/SMS_Dresden

https://www.revistamarina.cl/revistas/1999/6/johnson.pdf