Fecha actual 28 Mar 2024 22:10




Responder al tema  [ 10 mensajes ] 
 Fuga de franceses de Pontones de Cádiz 
Autor Mensaje
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
Hubo en Cádiz un huracán que duro del día 6 hasta el 9 fue terrible. Los buques estaban en la bahía exterior, anclados allí para que no llegase a ellos el fuego de la artillería francesa que los hubiera destruido de permanecer en el puerto o en el surgidero interior, sufrieron principalmente los efectos del temporal. Y como las naves españolas , entre las que se contaron perdidos tres navíos, entre ellos La Concepción de tres puentes y el de mayor porte de nuestra escuadra por entonces, una fragata , otra corbeta y varios mercantes, sufrieron también las inglesas y portuguesas del almirante Purvis , perdiéndose completamente el navío María que formaba parte de las ultimas. Todas esas, empujadas por las olas y rotos los cables que las sujetaban, se fueron a la costa, haciéndose imposible el socorrerlas, tal y tan incontrastable era la fuerza que desarrolló el viento. (Dice un testigo presencial:hasta a los acostumbrados a escena tan aterradora como lo es la que presenta la casi aislada Cádiz cuando, movidas por las olas por un viento parecido, aunque no igual, al huracán, amenazan tragarse aquella tierra baja, expuesta a los efectos de su furia , horrorizaban el ruido del mar y el viento , la atmosfera cargada de nubes , la espuma de mar cayendo junto a la par que la lluvia, los edificios estremeciéndose a los recios embates a que oponían resistencia, al parecer, si bien no en realidad, por demás flaca y precaria. A los venidos de tierra adentro hubo de ser objeto de pasmo y terror espectáculo tan horrible y grandioso). Y no paro en eso la desdicha de los infelices tripulantes de los barcos en su naufragio, porque 103 franceses des de las baterías de la costa cañonearon sin cesar un momento en su fuego hasta con bala roja, añadiendo a los efectos del temporal los mas destructores aun de un incendio imposible de sofocar en circunstancias tan criticas y lamentables.

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


21 Ago 2009 20:57
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
Aquel tristísimo suceso tuvo mas consecuencias todavía pues enseño a los franceses que yacían prisioneros en los pontones españoles el camino de evasión en otras ocasiones que se les pudiera ofrecer parecidas a aquellas.
Entre los 4000 próximamente que eran esos prisioneros , había mas de 1000 oficiales y muchos de estos marinos de los que se rindieron con la escuadra de Rosilly , expertos , por consiguiente , en la manera de aprovechar , cuando no impedir los accidentes del mar . Así es que aleccionados, repetimos, con lo sucedido en el temporal del 6 de marzo, acometieron en otro que acaeció el 16 de mayo la arriscada empresa de, arrostrando la furia de las olas, aprovecharla en busca, siquiera temeraria, de su libertad. Veían enfrente y como dispuestos a ayudarlos a sus camaradas y compatriotas; y puesta su confianza en el esfuerzo propio y en la esperanza del auxilio que nunca habría de negárseles, se arrojaron a una aventura que, si no nueva, pues la habían visto ejecutar a los españoles, en el temporal que siguió a la jornada de Trafalgar, ha pasado siempre por extraordinaria tales son los peligros con que amenaza. En lo mas recio del temporal los prisioneros encerrados en el navío Castilla sorprendieron a sus guardas y cortando después las amarras que lo sujetaban , dejaronse llevar del viento que los condujo a la costa próxima al Puerto de Santa María , donde, como esperaban , fueron acogidos por los sitiadores de Cádiz con el mayor jubilo. Esto era en la noche del 15 al 16 de mayo; y diez días después corriendo el doble de riesgo del mar y del fuego que los demás barcos españoles e ingleses les hicieron al verlos metidos en igual empresa que los del Castilla, la imitaban los prisioneros del Argonauta que, si no con la misma buena fortuna, la llevaron también a cabo. Estos dirigieron el navío en el Trocadero, perseguidos por las lanchas cañoneras de los aliados que los iban hostilizando. Defendíase los franceses como podían desde las obras altas del navío, con tanto mas animo cuanto que veían a sus camaradas de tierra acudir en su auxilio con lanchas que llevaban montadas en carretas. La marcha era lenta como la de todo buque desprovisto de aparejo, de modo que mucho antes de poder varar en la costa comenzó a incendiarse, con lo que la situación de los tripulantes se hizo sumamente precaria.

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


21 Ago 2009 20:57
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
las lanchas francesas y otros arrojándose al agua y ganando la orilla a nado; pero muchos fueron muertos y no pocos se ahogaron.
Y he aquí de donde arranco el pensamiento de trasladar los prisioneros de DuPont y Rosilly a otro punto que no ofrecieran los peligros ni la facilidad de fugarse que en Cádiz, no hallando el gobierno español otro que reuniera mejores condiciones para ese doble objeto, que la isla de Cabrera en las Baleares, tan vigiladas entonces.
De esa traslación, de las condiciones en que se hizo y de la lamentable historia de los que la sufrieron, con tan tristes colores pintada y con no poca exageración

Gomez de Arteche. La guerra de la Independencia. Tomo VII

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


21 Ago 2009 20:58
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
Barón Louis-Fran^ois Lejeune
Souvenirs d'un officier de l'empire. Toulouse, 1851
VOLUMEN II, CAPÍTULO II

El ayudante de campo de servicio al fin me hizo pasar
a la habitación del Emperador, donde Napoleón, de uniforme
y a punto de marcharse, me dijo sin preámbulos, «Hace mucho
tiempo que me marché de España, y las noticias llegan despacio
y con dificultad; vaya a ver a mi hermano. Recuérdele que con
las fuerzas que he colocado a su disposición debería cumplir mis
designios enérgicamente. Insisto en ese punto. Infórmese acer¬
ca de la opinión del país y de las necesidades del Ejército. Exa¬
mine el estado de las tropas, vea al Mariscal Soult, con los otros
Mariscales y Generales. Dígale a Dorsenne en Burgos que ten¬
ga cuidado con N. N . Tiene que dar cuenta al Duque de
Istria de lo que oiga sobre él. Irá vd. a Granada y verá el Ejérci¬to de Sebastiani. Le dirá a ese general que tome tanto mercurio como pueda de las minas de Almadén para los almacenes de Málaga. Enviaré un navio enseguida a Málaga para traer el mer¬curio, que está comenzando a escasear en Francia. El asunto debe ser conducido con toda discreción, para que los cruceros ingleses no lo sepan e intercepten al buque a su regreso. Visite el arsenal de Sevilla, insista sobre el Sitio de Cádiz. Examine todo en detalle, hombres y víveres; tome nota de todo, regrese sin pérdida de tiempo, y déme cuenta igual que de forma que parezca que lo hubiera visto todo por mí mismo. Vaya a Luxem-burgo y pregúntele a mi cuñada si tiene algún mensaje para su marido, y después parta sin perder tiempo. Berthier le dará sus

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:28
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
despachos». Al despedirme, el Emperador añadió graciosamen¬te, «¡Vaya y gánese su ascenso!».
(...)
El bello cielo andaluz, tan azul y claro como el de Ñapó¬les, se abría sobre un risueño paisaje tan pacífico que me sentí seguro ante cualquier ataque. Ya sea por el anhelo de regresar a Córdoba lo antes posible, o por el deseo de llegar rápidamente a Sevilla, me pareció que mi escolta iba demasiado lenta para mí, por lo que la despedí, y sin pensar en el peligro que podía correr, partí al galope, llegando a Sevilla antes de que amane¬ciera, no habiendo visto ningún bandido excepto entre Ecija y Carlota, donde fui perseguido por unos pocos bandidos. Me encontré con el Coronel Cháteau en las puertas de Sevilla, que en ese momento salía hacia París, así que le dije que llevara allí noticias mías, señalándole los lugares peligrosos del camino donde tendría que ser cauto, y marché a cumplir mi propia misión.
(...)
El Mariscal Soult me recibió con todos los honores. Después de hablarme durante mucho tiempo sobre la posición en la que se encontraba y ofreciéndome la mayor de las hospi¬talidades, le dijo a algunos de sus ayudantes que fueran conmigo a la ronda de visitas que tenía que hacer a los numerosos depar¬tamentos del Ejército Francés. Estuve tres días en Sevilla, revi¬sando las tropas, y examinando los arsenales, fundiciones, hos¬pitales, y en realidad todos los establecimientos, tanto civiles como militares, relacionados con nuestro servicio. En todas partes encontré una grandísima actividad y prevalecía el más completo orden. Después fui a ver el viejo Alcázar y la célebre Real Fábrica de Tabaco, la cual es verdaderamente un mode¬lo de gran factoría pública. Nunca en mi vida he estornudado tanto, y nunca llegaré a olvidar las grandísimas pilas de polvo de tabaco, que más bien parecían pimienta roja, o los cientos de trabajadores ocupados en la manufactura de cigarros.

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:29
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
Los generales Sénarmont y Ruty, de la Artillería, el Ge¬neral Lhéry, de los Ingenieros, con una veintena de mis com-

pañeros oficiales, celebraron mucho mi visita, y se quejaron enormemente de haber sido abandonados en aquel remoto lu¬gar aislado, lejos de cualquier oportunidad de recompensa o ascenso. Todos me rogaron que regresara a París lo más rápida¬mente posible, para así darle al Emperador verdadera cuenta del estado de la situación, que ellos creían que le había sido tergiversado.
El Mariscal Soult estaba especialmente enfadado por estar al mando de hombres de igual rango que él, y dijo que le preocupaba mucho tener que mostrar tanta consideración hacia ellos. «Por supuesto», dijo, «me siento halagado por tener a los mariscales de Treviso y de Belluno* bajo mis órdenes, pero hu¬biera preferido generales en cuya obediencia pasiva pudiera confiar». (...)
Dejé Sevilla para ir a Cádiz, entonces sitiada por nues¬tras tropas. No siendo muy segura la carretera desde Sevilla a Sanlúcar, tuve que embarcar en el Guadalquivir, y fui río abajo sin encuentros desagradables.
En Sanlúcar me previnieron contra el gran peligro de cruzar las amplias llanuras entre ésta y [el Puerto de] Santa María, me dijeron que tres hombres de una escolta habían sido asesinados ayer. Esto, sin embargo, me llevó a suponer que al haber entrado los bandidos en combate justamente el día ante¬rior, existía menos riesgo de encontrarlos hoy en la carretera, así que cuando pude conseguir unos buenos caballos salí de nuevo sin escolta. Después de llevar como medio camino, Williams gritó de repente, «¡Oh, señor! ¡Señor, pare! ¡le suplico que pare!», pero continué. Él galopó tras de mí, llorando, «¡Señor, mi cinturón se ha roto y todo el dinero se ha perdido». «Vamos, vamos» fue mi única respuesta. «Pero, señor, perderemos todo.» «No importa, no importa, salvemos nuestras vidas; ya conse¬guiremos más dinero después.»

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:29
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
El Mariscal Víctor me dio una bienvenida muy cordial en Santa María, me habló sobre las operaciones del asedio de Cádiz, y me ofreció un relato detallado de la batalla que había tenido lugar frente a Chiclana y Barrosa. El General Garbé, de Ingenieros, el General Nourri, de Artillería, y los Generales Leval, Barrois y Beaumont, de Infantería y Caballería, me mos¬traron todas sus tropas y las obras más importantes que habían construido, de las cuales también me entregaron planos. A pe¬tición suya visité la totalidad de la línea de fuertes, incluyendo los de Santa Catalina, Puerto Real y Sancti Petri, etcétera, fren¬te a Cádiz, ocupados por nuestras fuerzas. El enemigo nos ca¬ñoneó intensamente desde la Isla de León mientras visitábamos los fuertes de MatagordayTrocadero, donde los franceses habían colocado los cañones y morteros Villantrois, con los que estu¬vieron bombardeando Cádiz, y que eran capaces de lanzar pro¬yectiles huecos hasta el extremo del puerto, es decir, entre 5.900 y 6.800 metros.
Cuando íbamos por la playa, mis guías me señalaban los cascos, quemados casi por completo, de tres navios de va¬rios puentes hundidos a unos doscientos pasos de la orilla. Mu¬chos de nuestros soldados aún se ocupaban en bucear dentro de lo que quedaba aún sumergido de estos buques, y a menudo sacaban objetos de considerable valor. M. d'Hérize, uno de los oficiales que estaba conmigo, me dijo, «le debo mi liberación del cautiverio a esos buques que han sido destruidos». Esto despertó mi curiosidad, y le supliqué me contara qué tenía él que ver con los barcos ingleses. Mientras caminábamos me mos¬tró los destrozos de otros dos buques varados a corta distancia uno del otro, alrededor de unos cien pasos de la costa, y me dio la siguiente cuenta de lo que había ocurrido.
«Aquellos viejos cascos», dijo, «son todo lo que queda del Argonauta y del Castilla, de los cuales dos mil prisioneros

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:30
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
franceses lograron escapar hace unas cinco semanas, después de soportar el más terrible de los peligros.
»Durante dos años hemos languidecido en esas prisio¬nes flotantes, privados de dinero, de ropas, y casi de provisiones. Nada podía haber sido más miserable que nuestra condición. Los oficiales y los hombres estábamos todos mezclados, y ni siquiera teníamos el triste consuelo, lo que a menudo ha ani¬mado a los que están presos, de relacionarnos con otros de nuestra misma educación. Numerosas mujeres y niños, que fueron arrestados durante la Revolución, fueron encerrados con nosotros, y su debilidad les hizo menos capaces de soportar sus sufrimientos, mientras que la visión de esos sufrimientos se añadía a los nuestros. Cada día la muerte se cobraba numerosas víctimas; madres perdían a sus hijos, niños a sus padres, amigos eran separados unos de otros. La oportunidad de cualquier me¬jora para nuestro grupo era tan remota que no teníamos ningún motivo para mantener el coraje.
»Estábamos en esta terrible situación, cuando un día uno de los tres buques se soltó de su ancla por la fuerza del viento y fue arrastrado por la corriente hasta la playa, donde varó, como ve, a pesar de todo el esfuerzo de parte de la tripulación de lle¬varlo en otra dirección. Este incidente fue un rayo de luz para nosotros, y lo que para unos fue temor de destrucción, para otros se volvió el mayor deseo de nuestros corazones. Cuando vimos que la marea subía empezamos a sentir una esperanza de salva¬ción; lanzamos trozos de paja o cualquier cosa que pudiera flotar en el mar, y vimos ansiosamente cómo llegaban a la orilla. Sin embargo, cuando examinamos los cables y cadenas con los que nuestros buques estaban atados a sus amarres, nuestros corazones se hundieron de nuevo, porque parecía sencillamente imposible soltarlos. Aún más, una guardia española mantenía la vigilancia como una policía fronteriza, y no teníamos armas.
»Sin embargo, a bordo del Castilla, donde estaba yo, el deseo de libertad era tan fuerte, que cada día se nos ocurría alguna idea, y conseguimos por las buenas o por las malas reu¬nir un montón de hachas, que robamos de los carpinteros que vinieron a revisar los viejos cascos.
»La posesión de esas hachas no parecía muy útil para silenciar los doscientos cañones que abrirían fuego contra no¬sotros de una vez, pero era suficiente para poner nuestras men¬tes a trabajar y darnos valor para mayores esfuerzos. Seis oficiales y yo por tanto, ideamos un plan para escapar juntos. Le dimos al Capitán Derolles, de la Armada, un hombre de gran coraje, nuestra confianza, y se mostró de acuerdo con nuestra idea, sugiriendo un plan todavía más audaz que el nuestro, el cual llevamos a cabo.
»Mantuvimos nuestro secreto religiosamente, pues sa¬bíamos que muchos no iban a esperar con calma hasta el de¬senlace, y los miedos de los prisioneros más tímidos pudieran no habernos dejado trabajar. Decidimos que la hora de salir serían las cuatro en punto de la mañana, seis días más tarde, en cuanto comenzara la marea más alta del mes. Enviamos noticias de nuestra intención al oficial más valiente del Argo¬nauta, envolviendo nuestro mensaje en un trozo de pan, que lanzamos sobre la cubierta de su buque. Aceptó nuestra pro¬puesta gustosamente en nombre suyo y de los que estaban con él, y ocupamos los días siguientes en intentar cumplir nuestros deseos y en creer en el éxito de nuestra aventura, incluso ame¬nazando con la muerte a cualquiera que comunicase nuestras intenciones en el último momento tanto si se oponían como si nos traicionaban.
»É1 fue el primero en alcanzar la cubierta, y el centine¬la de guardia trató de empujarle hacia abajo, pero le derribó de un hachazo, y se lanzó a por el gran amarre, que cortó de dos golpes con su arma. Los guardias gritaron, "¡A las armas!" pero fueron estrangulados o lanzados al mar, y a la vez varios dispa¬ros dieron la alarma a la ciudad y a sus baterías, todos los amarres fueron cortados, y nuestros dos buques, sin mástiles ni aparejos, se movieron lentamente a la deriva con la marea. Se dispararon varios cañonazos desde las murallas, y una de nuestras mujeres fue abatida por un proyectil. Otras dos o tres, aterradas por lo que veían, nos gritaban que las lleváramos al puerto, y lo hu¬biéramos hecho con gusto, pero era absolutamente imposible. Todos nuestros hombres gritaban al límite de sus voces, con la esperanza de atraer la atención de los franceses de la orilla, y nuestro coraje y resolución parecía incrementarse con nuestro peligro.
»Los dos pontones estaban a poca distancia uno de otro, y la fuerte corriente ya nos había llevado aproximadamente a la mitad de la distancia que queríamos recorrer. La ausencia de viento nos ayudó, y retardó la llegada de las cañoneras, que nos disparaban, y que produjeron un gran número de muertos. Al fin, el día empezó a amanecer y pudimos ver a nuestros com¬patriotas corriendo hacia la playa para ayudarnos.
»En cuanto escucharon nuestros gritos, y reconocieron que éramos franceses, corrieron a nuestro auxilio, algunos tra¬yendo tablas y cuerdas, y metiéndose en el agua, como para distinguir mejor nuestras señales, agitaron sus sombreros hacia nosotros, y nosotros hacia ellos. Otros arrastraron cañones has¬ta el agua para hacer de puente entre nosotros y la salvación, y pronto nos vimos avanzando lentamente entre dos fuegos, uno apuntando hacia nuestra defensa, y el otro a nuestra destrucción. Cuando llegamos cerca de la costa, todos los que sabían nadar, y muchos que no, se lanzaron al agua. Al fin, después de hora y media de terrible suspense, vimos al Argonauta parar lo sufi¬cientemente cerca de la tierra para que todos los que estaban en él saltaran y llegaran a tierra a salvo.
»Los que íbamos en el Castilla, estábamos un poco más atrás, y entonces el enemigo concentró todo su fuego sobre nosotros. A pesar de todo sentimos que nuestro buque tocaba tierra unos pocos minutos después, y la conmoción nos hizo gritar de júbilo, aunque todavía estábamos a ocho pies de pro-funidad, y más de doscientos pasos de tierra. A pesar de ello, todos los que no estaban heridos saltaron al mar, no dudando ni por un momento entre el riesgo de ahogarse y la certeza de ser capturados o muertos. Muchos llevaron a sus niños en sus espaldas, otros llevaron a sus esposas en brazos, determinados a salvarles o a perecer con ellos, mientras muchos nadadores intrépidos llegaron tranquilamente a la costa a pesar de la me¬tralla que nos lanzaba el enemigo. Algunos valientes salvaron a otros veinte además de a sí mismos.

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:31
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
»Los proyectiles prendieron entonces fuego a nuestro casco, y Derolles con unos pocos oficiales, hachas en mano, corrían a apagar las llamas allí donde empezaban, y su noble valentía salvó las vidas de muchos de los heridos, los cuales fueron puestos a salvo. Cuando al final alcanzamos la costa tuvimos el pesar de comprobar que menos de la mitad de nuestros efectivos habían escapado, pero el placer de encontrarnos a salvo, y la generosa y cálida recepción de las fuerzas francesas pronto nos hizo olvidar nuestros lamentos. Fuimos literalmente abrumados con ropas, dinero y las entusiastas atenciones que nos prodigaron nuestros compatriotas».
Cuando M. d'Hérize concluyó su relato sus ojos estaban húmedos con lágrimas, y presionó la mano de un oficial cercano cuya participación en este noble hecho estaba a punto de relatar; pero su amigo, quien era tan modesto como generoso, no le permitió continuar.
Mientras paseábamos a lo largo de las líneas de nuestro Ejército y mientras M. d'Hérize hablaba, todas las baterías españolas continuaban disparándonos, esperando destrozar nuestro pequeño grupo, y el sonido bélico sonó gratamente en mis oídos, pues hacía más de un año que no lo oía. Con intranqui¬lidad reconocí la dificultad de que nuestras fuerzas atravesaran el profundo barro de la playa en nuestro lado del canal de Sanc-ti Petri; excepto por este obstáculo el canal podía haber sido cruzado con tanta facilidad como un río, puesto que teníamos botes y todo lo necesario para ello. Miles de aves zancudas, como grullas, espátulas y flamencos con plumaje escarlata, circulaban seguros en estos parajes pantanosos, una prueba segura de que eran inaccesibles para el hombre. Además de todos los artilugios comunes para cruzar un río difícil, se prepararon balsas hechas de piezas cuadradas de piel unidas e infladas con aire, que se conectaron mediante carpintería ligera y eran lo suficientemen¬te amplias, aun con poca agua, para transportar tropas a través del barro. Se hicieron también cinturones de corcho para ayudar a los nadadores que iban a formar una avanzadilla. Los ponto¬nes de cobre de la artillería servirían como puentes sobre el canal de Sancti Petri, y una flota francesa vendría desde Tolón
o Brest para entablar batalla con los cruceros ingleses durante nuestro paso y ataque, el cual no tenía esperanza de triunfar sin tal distracción. Nuestras baterías estaban preparadas para la acción desde hacía algún tiempo. La llegada de la flota francesa se esperaba ansiosamente, cuando, el 5 de marzo, un ataque ines¬perado volvió la atención del Mariscal Víctor a la retaguardia de su Ejército.
Los ingleses, en número de unos cinco o seis mil, mandados por el General Graham, se aproximaron desde el campamento de San Roque cerca de Gibraltar con 15.000 españoles bajo el General Lapina (sic) desde Algeciras, quien, dejando Cabo Trafalgar a su izquierda, atacó al Ejército francés, que se hallaba diseminado en las alturas de Sancti Petri, Chiclana, y Puerto Real, esperando que cayendo sobre nuestro centro nos obligara a abandonar nuestros reductos, y destruyendo las baterías que bombardeaban Cádiz, hacernos levantar el asedio de esa ciudad.
(...)
Otros oficiales me contaron cómo una cantinera del Regimiento 95.°, de nombre Catherine Baland, corría a través de las líneas francesas durante la batalla dando a los soldados coñac para elevar su ánimo, y con alegría y aliento les decía, «Bebed, bebed, mis valientes compañeros; ya me pagaréis mañana». Ella debía saber muy bien, de algún modo, cuando veía tantos hombres cayendo a su alrededor, que la mayoría de sus deudores no responderían en la lista del día siguiente. La bella Catherine, que se convirtió en un personaje muy célebre en el Ejército, y cuyas alabanzas fueron cantadas por Béranger, nunca cayó herida. Recibió la Cruz [de la legión de honor] en 1813 por tantos actos desinteresados y su valor.
Desde los altos de Barrosa y Chiclana pude ver las torres de Tánger elevándose desde la costa de África, más allá del Estrecho de Gibraltar, toda la Isla de León, los monumentos, fuertes y arrecifes de Cádiz, con las alargadas marismas saladas, donde miles de montones de sal a intervalos regulares parecían largas líneas de tropas. La pintoresca belleza del lugar, y el extraordinario carácter de la contienda en la que había perdido a mi querido amigo el valiente y apuesto General Ruffin, con quien compartí mis primeras campañas en Alemania, me decidió a intentar pintar un cuadro de la batalla algún día , e hice algunos bocetos del lugar para darle a mi trabajo la sensación de realidad.
Me confiaron las quejas de todos los diferentes Cuerpos, para que se las expusiera al Emperador, y tuve cuidado de in¬formarme muy bien de cada caso para así asegurarme de las recompensas merecidas. Antes de partir, insté a acelerar las ope¬raciones de asedio, que no debían retrasarse por el brillante acontecimiento relatado anteriormente, aunque por supuesto las tropas estaban harto fatigadas. Regresé el 27 de marzo a Santa María, donde el Mariscal Víctor me dio una extensa cuen¬ta de las necesidades de su Ejército, y me dijo lo importante que era que el Emperador viniera en persona para arreglar los asun¬tos de España. Dejé con pesar la maravillosa residencia que me asignó el Duque de Belluno en Santa María, cuyas ventanas, siempre abiertas con el silvestre clima, tenían vistas al arrecife y a Cádiz, a la que podía ver en la distancia a través de los na¬ranjos cargados de flores y frutas. Las ramas de estos árboles entraban en mi habitación, así que podía disfrutar la fragancia y comer la fruta allí mismo. Esta fascinante estancia despertaba todos los sentidos, y nunca olvidaré que, además de las bellezas de la naturaleza, los afortunados habitantes de Santa María disfrutan de la presencia de algunas de las mujeres más encantadoras del mundo. Por supuesto mi visita fue demasiado corta para que pudiera establecer ninguna relación, pero lo que vi de ellas confirmó totalmente lo que había oído de los encantos de las damas de Andalucía.
Tras nuestra entrevista el Mariscal Víctor me dio sus despachos para Francia, y salí para Sevilla con un escolta, llegando la misma tarde a Sanlúcar. Allí alquilé un barco con el que subir el Guadalquivir, (...) hicimos que nuestro barquero

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:34
Perfil Email
Brigadier
Brigadier
Avatar de Usuario

Registrado: 09 Ago 2006 19:46
Mensajes: 1245
Ubicación: En la ciudad del Turia
Nuevo mensaje Re: Fuga de franceses de Pontones de Cádiz
nos dejara en tierra en un pueblo a unas dos leguas de Sevilla, donde M. Blagnac, un oficial al servicio del Rey José, me proveyó de caballos. Llegué a Sevilla esa misma tarde, pero el barco no llegó hasta el día siguiente.
Terminé este tormentoso y agotador día cenando con el Mariscal Soult, y yendo al teatro con él. Tuvimos una buena oportunidad de charlar, y se quejaba de que le ponían trabas a todo lo que emprendía. Me dijo estar cercado de enemigos, teniendo que luchar no sólo con los ingleses, los portugueses y los españoles, que estaban en frente, a la derecha y a la izquierda, sino con las bandas de la guerrilla, que le acosaron por retaguardia, y le rodeaban en cada movimiento. Añadió que se requerían recursos para la guerra, que los recursos del país habían sido devastados, las provisiones muy escasas y solicitadas. «Los refuerzos que me prometieron nunca llegan», dijo el Mariscal, «Se detienen en Madrid por orden de Belliard . Las operaciones de sitio agotan mis débiles recursos. No hay medicinas en los hospitales. El Ejército de la Junta se ha apropiado de todos los caballos disponibles para la Caballería, y no puedo conseguir ninguno para mis hombres». Aumentando su agitación, Soult añadió con una voz llena de emoción, «¿Puede usted creerlo? Estoy rodeado de hombres celosos, ansiosos de que me releven. Estoy mal secundado por oficiales de rango demasiado alto para obedecerme sin críticas, y no tengo ni un solo amigo en quien pueda confiar, por llevar separado mucho tiempo de mi familia, que está toda en París».
El Mariscal no expresó, como muchos otros habían hecho, su deseo de ver venir al Emperador en persona para tomar el mando de su Ejército, pero por todo lo que vi y oí estaba seguro de que era absolutamente necesario que se debería llevar a cabo algún gran paso decisivo para reconciliar todos estos elementos adversos. Hasta que no se hiciera algo no habría esperanza de que la campaña resultara un éxito. Me empeñé,por tanto, en darme prisa para regresar a Francia y contarle al Emperador cómo estaban las cosas, y conseguí una fuerte escolta. Cinco o seis correos con despachos y varios viajeros se aprovecharon de esta oportunidad de viajar seguros, y partieron conmigo

_________________
Comandante de la 31 Escuadrilla de Escoltas
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto... Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo.
Julián Marías (nacido en 1914), filósofo.


23 Abr 2010 20:35
Perfil Email
Mostrar mensajes previos:  Ordenar por  
Responder al tema   [ 10 mensajes ] 

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 3 invitados


No puede abrir nuevos temas en este Foro
No puede responder a temas en este Foro
No puede editar sus mensajes en este Foro
No puede borrar sus mensajes en este Foro
No puede enviar adjuntos en este Foro

Saltar a:  
cron
Powered by phpBB © 2000, 2002, 2005, 2007 phpBB Group.
Designed by STSoftware for PTF.
Licencia de Creative Commons
foro.todoavante.es by Todoavante is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 Unported License.
Based on a work at foro.todoavante.es.
Permissions beyond the scope of this license may be available at creativecommons.org.

Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com