
Re: Relatos anecdóticos y/o autobiográficos
Estando yo de gira por Nueva Zelanda y visitando los "marae" lugares de reunión, discusión y celebración de los maoríes (el mundo industrializado llamaría a estos recintos: "salas polivalentes")
aprendí el verdadero significado de la "whakapapa".
La cultura tradicional maorí como la del África negra o de otras sociedades tribales tiene una parte muy importante de su razón de ser en "la sangre", como recuerda el compañero "Amenofis". Esta inclinación a la solidaridad y el amor por lo consanguíneo es tanto mayor cuando menos estable es el grupo en un lugar determinado (me refiere al grado de nomadismo).
Pero hoy quería hablar de mi experiencia con las diferentes tribus, clanes, familias e individuos maoríes que conocí y traté en persona, y con quienes mantengo contacto mediante Internet y correo postal.
Los maoríes, incluso los que viven en tierras interiores viven unidos por el recuerdo de un antepasado navegante. Muchas tribus maoríes se autodenominan con el nombre de la canoa capitana de aquella flota que llegó a la actual Nueva Zelanda entre mil y seiscientos años atrás.
La whakapapa es la tradición oral -que ahora se empieza a poner por escrito con lamento de muchos- y que narra las peripecias del viaje, de los primeros tiempos de colonización, y por supuesto las genealogías e incidencias relevantes de los antepasados en todo ese tiempo.
Algo de mi experiencia con ellos está relatado en este Foro, bajo el epígrafe: Bahía de Plenty y Estuario, en el apartado de Exploraciones:
viewtopic.php?f=149&t=2308Cuando un forastero es invitado y logra intimar con otro maorí, estos además de ciertos ritos de bienvenida comunes en todas las culturas, incluida la nuestra (como invitarle a sentarse, ofrecerle algo de beber y/o de comer, presentarle al resto de miembros de la familia, etc.) también le ofrecen el relato de la whakapapa, generalmente hasta encontrar un episodio común de la respectiva historia. Y a ser posible una conexión genealógica por la detección de un antepasado común a ambos. Claro, no siempre sucede pues no todo el mundo sabe de memoria toda la cadena de la whakapapa.
Si el forastero es un pakeha, "un no-maorí", y se le recibe con igual afecto, una forma de manifestárselo es invitarle a escuchar la whakapapa; aunque esto superara el acto de confianza y roza o incluso supera el orgullo en lo consanguíneo. El maorí sabe de sobra que aunque tuviera un antepasado pakeha este no va a aparecer en la whakapapa, por lo tanto de lo que se trata es de presumir de hazañas de guerra, fiestas grandiosas, gestas de navegación, etcéra, que alguien irá traduciendo al pakeha (a menos que este conozca la lengua maorí).
La whakapapa siempre se recita en verso y éstos en lengua maorí. El verso, además de un recurso mnemotécnico es una garantía de veracidad. Si con el paso de los años se inserta un añadido o se quita un episodio indeseable, se descubre de la misma manera que si faltasen páginas de un diario. La métrica, el ritmo y la rima se alteran.
La pureza literaria de la whakapapa es una garantía de historicidad de los hechos narrados. Lástima que no se establezcan criterios cronológicos claros en el relato, pero aún y así los documentos de época colonial y las evidencias arqueológicas han llegado a demostrar la más que aceptable precisión de esta "literatura" oral y la fidelidad de sus contenidos.
Yo ya había conocido otros casos de "anales históricos en verso" en cultura ágrafas, pero éstos se referían casi siempre a elementos vitales. No eran tan poéticos -en el sentido que la poesía tiene para el mundo civilizado- pero en los maoríes la belleza de la whakapapa no está reñida con su veracidad y su utilidad. En cambio en otras culturas, como los inuit (mal llamados por nosotros esquimales) sus relatos históricos orales se refieren básicamente a elementos prácticos como la caza y la pesca, las rutas de navegación en kayak o de tracción en trineo, y rara vez hablan de bodas, combates, fiestas o similares. Son poemas tan fríos como su entorno. Y aunque valoren la familia y la tribu, la determinación cronológica es dificil de fijar porque no le dan tanta importancia al paso de generaciones.
Este es un secreto para el foro. Pero desde hace tiempo estoy haciendo una comparativa entre los relatos que me pasan por Internet, amigos maoríes e inuit. Hago por mi cuenta una comparativa -que por respesto a ellos, no publicaré- pero que me sirve "off the record" para establecer qué mecanismos básico sigue el ser humano para orientarse en el tiempo y en el espacio.
Los maoíes por ejemplo, llegaron en sucesivas oleadas desde el siglo X al XIV desde un lejano archipiélago en el centro el Pacífico Sur hasta la actual Nueva Zelanda. Los que se iban a NZ no regresaban, sólo hubo uno, el mítico Kupe (sobre quien ya escribí algo en nuestro Foro)
viewtopic.php?f=149&t=2565 -quizá hubo más- que fue y regresó y compuso un poema náutico. Con este y otros poemas los maoríes navegaban cubriendo travesías muy largas. Se puede decir que sus cartas náuticas eran orales. Todavía hoy las usan y modernos arqueólogos han comprado la alta operatividad de estos poemas.
Algo parecido hicieron también los inuit para atravesar todo el norte del continente americano hasta Groenlandia. Si bien no hay un relato unitario de las travesías. Pero un día de estos publicaré en este foro, lo que me contaron mis amigos inuit sobre la carta náutica de Nunavut (Este de Canadá).
Bien, resumiendo: si todo esto se pierde será sencillamente porque ya ni los inuit ni los maoríes necesitan navegar de oídas. Sólo usan canoas para las celebraciones folclóricas. El que más y el que menos dispone de al menos un fuera borda o modernos barcos pesqueros, con radar, radio, GPS y cartas náuticas de última edición. En sus domicilios disponen no sólo de album de fotos, sino de archivo de memoria en el ordenador y pueden ver a sus antepasados desde que se fotografió el primero, pueden recomponer el árbol genealógico en el registro civil del ayuntamiento más cercano -que tiene conexión online desde su portátil- y sus problemas hoy son otros, más cercanos y comunes con los del resto del planeta.
Pero ciertamente hablar con los ancianos de tribus maoríes o inuits fue una de las experiencias más increíbles de mi vida. Y probablemente irrepetible. Me parece buena la idea de ir contando estas anécdotas autobiográficas y felicito al compañero "Amenofis" por su iniciativa.
Saludos cordiales