Me limito a constatar hechos históricos, naturalmente, como yo los veo. Y me reafirmo a que, sobre las relaciones internacionales, a lo largo de la Historia, el único freno de autoridad supranacional sobre los estados han sido principios morales (normalmente, ligado a creencias religiosas). Y, en la actualidad, siguen siendo principios morales ligados a la "religión" laica que se nos impone a través de la ONU (que muchos consideramos un bluf necesario, pero útil sólo para que se impongan los estados dominantes, siguiendo una tendencia histórica), y los organismos que han crecido como excrecencias, como el Tribunal Internacional de La Haya (que, naturalmente, procesa sólo a los que no pertenecen al grupo dominante).

Pero ¿licitud (o sea, legalidad moral)? ¿dónde?.

Y para el caso de que la pregunta de Eusebio vaya para mí, respondo. Desde mi moral, estoy en contra de todos los racismos. Porque, además, desde mis primeros viajes para conocer otras culturas, se me quitaron los prejuicios raciales (si es que alguna vez los tuve). Lo que sí tengo claro es que he conocido distitnas sociedades con distintas culturas, y unas me gustan más que otras (quizás sería más preciso decir que unas me disgustan menos que otras).

Caballeros, a todos esos comentarios es a donde quería ir a parar. Gracias por las concatenaciones.

Eusebio, la cuestión no es que compense o no, es que son cosas diferentes, separadas. Y están separadas por ser hechos con diferente intención y por diferente clase de personas.

La Historia es el batiburrillo de lo que han hecho personas buenas y malvadas. O a veces más difícil aún, las maldades que han hecho algunos buenos y las bondades que han hecho algunos malvados.

Pero un error frecuente es caer en lo mismo que se critica. El conjunto de la Historia que ha vivido la humanidad hasta ahora, tiene mucho de despreciable. No doy el dedo meñique por defenderla o desear que se repita.

En casa tengo dos extintores. Espero que sea un dinero perdido por no haber sido nunca usado.
De la misma manera, creo que ahora tenemos el mejor ejército del mundo, porque desde hace muchos años no ha habido necesidad de emplearlo en casa.

Pero cuando repasamos la historia española del siglo XIX, y primer tercio del XX dan ganas de llorar. ¿Cómo vamos a defender o añorar tal cantidad de despropósitos y calamidades?

Y encima no vamos a hacer como eso que criticamos de los ingleses (también lo hacen los franceses, también) y ponernos a decir que somos lo más grande.

En ese sentido, siempre he visto un discernimiento español que llegaba más alto que el de nuestros vecinos europeos. Una cierta profundidad filosófica algo mayor que consistía en no darse tanto autobombo y platillo.

Un saludo y muchas gracias por esas reflexiones arrastradas tan ilustrativas.

Pues gracias a Dios que la cosa iba por la cena de Nochebuena de un grupo de soldados españoles, cuando entre a saco con las calderas del Pelayo, no me quiero imaginar a donde llegara el asunto.

Un saludo.

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Bien, parece que se ha llegado a un acuerdo.


Como refrendo a lo dicho por todos y en lo que estoy de acuerdo, me ha recordado una frase:


Hay una moral social, una moral cristiana; hasta quizás una moral de banquero, una moral de prostituta. Pero por encima de todo hay una moral esencial, que consiste en no hacer daño a nadie.

Prevost, Marcel (1862-1941) escritor francés.


Pero a esto, añado: No es la misma moral la que tenemos y entendemos hoy, con todas sus variantes como arriba se dice, que la que había en los habitantes de Atapuerca (por ejemplo).


A mi corto entender, la civilización es precisamente este tipo de conversaciones, pero salvando las distancias del conocimiento en general que en cada época se tenían por buenas. Además la moral, o la justicia, es algo reciente que sobre todo influyó en ella las distintas religiones, que la utilizaron para su mejor estar y no se si ha convenido mucho al mundo y a su civilización.


Recordemos por ejemplo, que un tal Nelson en 1797 atacó a Santa Cruz de Tenerife, el Gobernador de las isla les otorgó todo tipo de medios para curara a los heridos enemigos y el mismo Nelson le dio las gracias por humanidad.


Pero en 1804, cuatro fragatas españolas fueron atacadas sin declaración de guerra, lo que inevitablemente llevó a una nueva guerra que terminó con Trafalgar, para tres años después volverse a aliar con España para arrojar a los franceses imperialistas de Napoleón, al mismo tiempo que nos hacían el favor, fueron destruyendo sistemáticamente todo aquello que les hacía la competencia en territorio de España.


Esto me lleva a la conclusión (porque hay casos mucho más modernos, como el hundimiento del crucero argentino General Belgrano en la guerra de las Malvinas en 1982) que no dejan muy claro (al menos a mi) que las cosas hayan cambiado demasiado y la Ley del más fuerte es la que impera, y por desgracia no solo entre países, sino inclusive en nuestro trabajos.


Lo que deja muy claro, que uno puede tener una gran moral y forma de ver la justicia, pero al final se impone siempre el mas fuerte.


Muchas veces las leyes son como las telarañas; los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes las rompen.

Anacarsis.

Un abrazo.
.

Un buen resumen

Dando un significado a "insecto grande" lo mas amplio que podamos imaginar constituyendo entonces el meollo de la cuestión.

un navideño saludo

Antonio

Leyendo todas las elucubraciones vertidas por tan insignes miembros del foro, estimo, que como suele suceder, la verdad no se encuentra absoluta en posesión de ninguno, aunque partes de la misma si están expresadas en cada uno.
Pero integrar las medias verdades para componer una en donde todas estén armonizadas, es bastante difícil, puesto que están impregnadas de conceptos personalistas donde la semántica juega un importante papel.
¿Qué es España? Se han preguntado.
Decía José Antonio Primo de Rivera que una “unidad de destino en lo universal”.
Pero esta unidad de destino no es más que el pensamiento predominante de una idealización justa y motivadora que mueve a los pueblos en cada periodo de su devenir histórico, haciendo de él su bandera y conformando la idea de Patria.
Por esas ideas transformadas en sentimiento han luchado y muerto las generaciones de españoles de las que nos sentimos orgullosos.
La escoria, los intereses espúreos que siempre se esconden, medran y prosperan bajo aquellas nobles banderas, es lícito que sean juzgados por la historia, pues aunque fueran españoles, no pertenecían a la gloriosa Patria de los que se entregaron al sentido ideal con el que sembraron medio mundo y cuyos frutos aún perduran en la memoria colectiva de las gentes. Y esto es así, porque estos y no aquellos, más que dominar o exterminar, y a diferencia de otros países, colonizaron, civilizaron, culturizaron y cosanguinizaron.
Hay que levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete.
No es chauvinismo, es algo profundo que sale del alma. Y más puro que el alma…

Buenas.

"separadas...con diferente intencion y clase de personas..."

Relamente son tan diferentes alquellos que enviaron a la muerte en campos de eliminacion a seres humanos por tal o cual pertenencia a un grupo social o racial y aquellos que mantuvieron un bloque alimentario contra los civiles alemanes en la primera guerra mundial y incluso despues de acabada, o que enviaron a las familias de los guerrilleros boers a morir de hambre en los campos de la muerte para doblegar la resistencia, o que ordenaron los bombardeos de ciudades alemanas en la II GM sabiendo que causaban muertes inutiles de civiles, o que en sus dominios no trataban mejor a los nativos que los nazis trataban a los subhombres, o que causaron sin pestañear la muerte de un million de irlandeses de hambre, no de salvajes como en la India, sino de blancos, vecinos de toda la vida, catolicos cierto, pero blancos, solo un escalon por debajo de los superiores brtishsssssss.

De que sirve descubrir una vacuna si no eres capaz de difundirla?

Recordemos que sin descubrirla, España difundio una con Balmis en una obra sin precedentes.

Repito tanto monta.

Gran fase, que a algunos (o a muchos) nos da aliento y fuerzas en los momentos difíciles.