Acabo de terminar la lectura del libro

"Naves Mancas. La Armada Española de Cabo Celidonia a Trafalgar"

Carlos Canales y Miguel Rey

Editorial EDAF, Colección "CLÍO, CRÓNICAS DE LA HISTORIA"

Precio, pues casi las cinco mil pelas.

Bien editado

Y muy interesante. Yo lo he leído a ratos perdidos y he procurado que esos ratos fuesen largo. Ahora lo está leyendo mi esposa, y eso que no es una novela.

Vaya serie de películas que se podía sacar. Pero me imagino que para entonces las ranas habrán criado pelo. Y nos meteran un montón de veces en la tele esa de "Masters and Comanders" o algo así, ¿porqué no han traducido el título?, y las de piratas ingleses.

Le agradezco su comentario sobre el libro "Naves Mancas" pues es uno de los que tengo "pendiente" de inicio de lectura junto con otro de la mima editorial
y del que también es coautor Carlos Canales," Banderas Lejanas" y me ha motivado a empezarlo cuanto antes.

He seguido durante años a Carlos Canales en las tertulias del programa "La Rosa de los Vientos" ( Onda Cero) y me encantaba escucharle. Hace mucho tiempo que no participa en el programa que, en mi particular opinión, ha ido decayendo desde la desaparición de su fundador Juan Antonio Cebrian( q.e.d) y bajo la dirección de Bruno Cardeñosa.

Cordiales saludos

Se agradece el comentario

Me lo van a regalar mañana pero "yo no se nada" Je Je

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El combate de Celidonia, no es el que mantuvo don Francisco de Ribera, toledano, estando a las órdenes de don Pedro Téllez y Téllez cuando era virrey de Nápoles?


Si es así, lo que hizo ese marino de tierra a dentro es simplemente para quitarse el sombrero y no volvérselo a poner.


Me parece que su biografía está en el foro. Es uno de mis preferidos.


Un abrazo.
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El mismo....

Estoy de acuerdo Ensenada, no solo valiente y hábil marino encima un táctico excepcional, como la singladura en la noche del segundo día del combate de Celidonia,para dando un rodeo colocarse a retaguardia de los turcos.

En el foro, está en: viewtopic.php?f=42&t=304&start=0

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Pues a pesar del apoyo de Osuna, no se le otorgó la la Orden de Santiago, por la que estuvo luchando casi toda su vida, al final le reconocieron el título de almirante, pero solo para que dejara de molestar a S. M. a pesar de ello, al caer Osuna su escuadra de Nápoles se incorporó a la del Estrecho y Rivera siempre tuvo a algún otro por encima, ya que nadie se fiaba de él.


En fin, ese es el pago a los Grandes, por parte de otros Grandes de la poltrona, que no tenían ni idea que era o significaba pisar una cubierta de un bajel.


Ese en realidad fue el comienzo del fin de la Armada de los Austrias, aunque algunos lo achacan a las Dunas, pero allí ya se fue en inferioridad de ahí el fracaso, que además tampoco fue tan grande, solo que como siempre, eran antes las fiestas corte-sanas que la Armada y así es imposible ser nadie en ningún sitio ni época.


Cuando el Norte (España) se pierde de vista, el fracaso a la corta o larga, es ya un hecho.


Un abrazo.
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Totalmente de acuerdo.

Una de las conclusiones implícitas del libro es que cuando se utilizaron con contundencia los mismos métodos que nuestros enemigos, habiendo posibilidad de hacerlo:Guerra de corso del propio Osuna contra turcos, venecianos y todo lo que se moviese o el empleo de los corsarios de Dunkerke contra las Provincias Unidas, estos temblaron

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¡Las Reinas de la Mar!


Así fueron conocidas las famosas fragatas de Dunquerke y que en menos de dos años, apresaron solo a más de cuatrocientos buques del comercio de mi isla preferida y cuando quisieron "cazarlas" se las tuvieron que ver un tal Zubiarrue (sino me falla la memoria), que los persiguió hasta el interior de su puerto, dejando en su rumbo a muchos hundidos.


Un abrazo.
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Me acabo de terminar de leer el libro, y lo del Cabo Celidonia, no es de quitarse el sombrero, es para otorgarle el Hábito de Santiago y todo lo que pidiera.
Con respecto a las cosas de España de la época, tampoco es que difieran mucho de las de ahora. Para fraseando aquellos viejos dibujos animados:
"Historias de ayer y hoy"

Extremadamente recomendable.

Juan de Carranza