LA ISLA DE ALBORÁN

Navegando por el Mediterráneo, situándonos en la bocana del puerto de Motril y tomando rumbo verdadero 154º, en las coordenadas 35° 56? 30? N y 3° 02? 15? W, después de navegar durante 97 millas encontraremos el Faro de la Isla de Alborán.

La isla se encuentra a 90 millas al sur de las costas de Almería, bañada por las cristalinas aguas del Mediterráneo. En el horizonte divisaremos un enorme “portaaviones”, porque eso es lo que parece la isla vista desde el norte. Es un viejo y solitario trozo de enorme roca situado a mitad de camino entre la Península Ibérica y la españolísima ciudad de Melilla. Es una isla que desde su descubrimiento, hace cientos de años, ha sido testigo de batallas, abordajes, asentamientos piratas, nido de bucaneros y de saqueadores de navíos… Situada en el mar de Alborán, a 56 millas del Cabo Tres Forcas (de Marruecos).

Bien podríamos recorrerla entera, de norte a sur y de este a oeste en un corto paseo, pues su reducido tamaño lo permite. Su longitud es de 605 m por 265 de ancho. En total, una superficie de poco más de 71.000 m2 de roca horadada por el mar. Y lo más sorprendente es que además podríamos recorrer sus entrañas atravesando en barca la isla de punta a punta en un día de mar en calma por uno de sus canales subterráneos llamado "Cueva de las Morenas", denominada así por estar habitada en gran medida por este tipo de peces. También cuenta con otras cuevas que la atraviesan, e incluso con un pequeño lago subterráneo. Junto a la isla encontramos un pequeño islote formado también por rocas volcánicas y denominado "Isla de las Nubes".

Quien conozca las playas de Almería podría imaginar que hablamos de una isla rodeada de playas de arena fina y aguas tranquilas a las que estamos acostumbrados en esta zona, sin embargo, tan solo encontramos en ella dos pequeñas playas. Por lo demás, la isla está rodeada de encrespados acantilados sacudidos por las olas, y que sirven de morada a miles de ruidosas gaviotas.

La vida es difícil en la isla para la vida vegetal de la superficie que tiene que sobrevivir en medio de un clima marino de aguas saladas y tierras arenosas. Es por ello que no encontramos gran variedad de especies vegetales, tan solo unos cuantos matorrales y algunas especies de pequeñas flores amarillas y rosadas que quizá hayan ido a para allí a lo largo de los años traídas por las aves desde las cercanas tierras africanas o tal vez desde las costas españolas.

En cuanto a los animales terrestres que habitan en la isla, tampoco encontramos gran variedad de especies. Veremos aves marinas como la gaviota que ha encontrado en la isla y en los islotes cercanos un hogar ideal para hacer su vida en alta mar. Los insectos son los otros "dueños" de la isla, capitaneados por las "inmortales" cucarachas y una especie endémica de caracol alborense que se encuentra en peligro de extinción, quizá por servir de alimento a las aves domésticas, como pollos y gallinas, propiedad del destacamento del ejército español en la isla…

La verdadera riqueza de la isla no se haya en su superficie, sino en sus aguas. Estas han sido durante años el caladero pesquero más importante de las costas almerienses por su variedad de especies tan valiosas para la gastronomía como son el pulpo, el mero, el calamar, la sepia, el jurel, el cazón… y la joya de la corona: la exquisita gamba roja de Almería. Existen otras especies como rayas, marrajos y tintoreras. Hace ya muchos años que se han extinguido en esta zona una especie peculiar de focas monjes que tenían una población muy numerosa en el Mediterráneo, pero de las que hoy solo quedan unas 600 en todo el mundo y ninguna de ellas vive en nuestras aguas.

Navegando en sus aguas encontraremos fácilmente delfines comunes, delfines mulares, calderones, cachalotes, tortugas marinas…

El fondo marino se haya cubierto de praderas de algas laminarias, fanerógamas denominadas poseidonias. En estas aguas, sobre las rocas volcánicas de su fondo submarino proliferaban los bellísimos corales rojos y amarillos, habitad natural de pequeñas especies marinas, pero la devastadora mano humana ha permitido que a día de hoy, esta especie esté prácticamente aniquilada en la zona, siendo casi imposible encontrar bancos de coral rojo como los de antaño, no solo a consecuencia del uso de artes de pesca dañinas para el fondo marino, sino también por el abuso de algunos hombres que extrajeron sin medida el preciado coral para mercadear con él.

En la actualidad, la isla es un espacio natural protegido y cuenta con un operativo de control del Ministerio de Agricultura y Pesca, y de la Junta de Andalucía, dotado de embarcaciones de guardacostas cuya misión es preservar la vida submarina a 12 millas a la redonda de la isla, estando rotundamente prohibida la pesca en la isla de Alborán y su entorno, así como en otras zonas de la costa almeriense.

La historia nos recuerda que esta pequeña isla fue testigo de muchas batallas y acciones de piratería. Además, tiene en su haber el orgullo de ser un Marquesado… y es que en 1950, Franco, no se si en un alarde de generosidad o en un gesto de burla… concedió el título de Marqués de Alborán al Almirante D. Francisco Moreno Fernández, a la muerte del cual, en 1982, el título nobiliario fue heredado por su hijo, aun en vida, que no tiene reclamada la propiedad de esta pequeña isla de 71.000 m2 frente a las costas de Adra en Almería.

Si tuviéramos la suerte de que las autoridades militares nos autorizaran visitar la Isla de Alborán nos encontraríamos con un pequeño trozo de tierra del que sobresale ante todo un antiquísimo faro construido con piedra. En su origen, el faro estaba controlado por fareros, pero en la actualidad, el faro tiene un mecanismo de funcionamiento automático alimentado con energía solar y se encuentra en un estado lamentable debido a que su viejo cuerpo ha sido castigado durante años con el azote de los vientos marinos.

Junto al faro encontraríamos un destacamento español de Infantería de Marina dotado de un helipuerto y dos embarcaderos. Junto al faro se encuentra un pequeño observatorio sismológico. El Estado Español se vio en la obligación de instalar este destacamento porque en la década de los sesenta la isla fue el "objeto de deseo" de pescadores de la antigua Unión Soviética que pretendían establecer en ella asentamientos ilegales. Por otra parte, una gran número de pateras de origen marroquí son interceptadas en el mar de Alborán e incluso en el mejor de los casos llegan a la isla, encontrando a su encuentro al ejército español como comité de bienvenida.

Y en el otro extremo de la isla una sorprendente revelación, se trata de un minúsculo cementerio, que solo acoge a tres tumbas en su interior; pero junto a él, en su exterior, encontramos una antiquísima tumba anónima. Al parecer, las tumbas del interior del cementerio pertenecen una a la suegra de un farero y otra a la mujer de otro farero. La tercera, según cuentan, puede que sea la de un piloto del ejército Alemán que en la II Guerra Mundial perdió el control de su avión impactando contra el mar y su cadáver llegó flotando hasta la isla.

Pero es la tumba anónima del exterior del cementerio la que suscita más polémicas, ya que algunos afirman que se trata del corsario tunecino Mustafá ben Yusuf el Magmuz ed Din, Al Borani, del que recibe su nombre la Isla de Alborán. Al parecer, este pirata del mediterráneo, cuyo nombre traducido del turco significa "tempestad", tuvo su asentamiento en la isla en la época del imperio turco-otomano que se servía de este enclave para refugiar sus naves y como punto de partida para sus saqueos a navíos cristianos.

Otros navegantes utilizaron la isla como base de operaciones durante siglos, y fue el 1 de octubre de 1540 cuando nuestra vieja amiga fue testigo de una cruenta batalla que ha pasado a la historia con el nombre de "La batalla de Alborán". En la isla se refugiaron y escondieron una flota de 10 galeras españolas tripuladas por 2500 hombres al mando del Almirante Don Bernardino de Mendoza, que esperaban el paso de unos piratas berberiscos, antiguos aliados del mítico Pirata Barba Roja, que regresaban de saquear Gibraltar. A su paso por el mar de Alborán, las galeras españolas atacaron a la flota de barcos berberiscos y se enfrentaron en una sangrienta batalla que dio como resultado el apresamiento de gran parte de las naves enemigas y un gran numero de muertos y heridos. Es una de las primeras batallas de la Armada Española.

Obedeciendo las consignas de Barbarroja, en 1540 se forma en Argel una armadilla de tres galeras, cinco galeotas, seis fustas y dos bergantines, con 900 remeros cautivos, y 2.000 soldados turcos y moriscos valencianos. La manda Alí Hamet, renegado sardo, y el general de las tropas de desembarco es Caramaní, que había sido esclavo en las galeras españolas.

Zarpan en Agosto, dirigiéndose al Oeste, al saber que las galeras de España estaban en Baleares. Entran en la playa de Gibraltar llevando banderas imperiales, y desembarcan más de 1.000 hombres. Toman las puertas pero al ver que en el castillo

estaban vigilantes, reembarcan llevándose 73 prisioneros. En el puerto desvalijan 40 barcos y queman una galera en construcción propiedad de D. Álvaro de Bazán. Quedan unos días en el puerto, regateando hasta conseguir 7.000 ducados por cada prisionero.

Bernardino de Mendoza recibe noticias en Denia de la expedición turca, por lo que, estimando que volverían a Argel por la costa africana, después de asegurarse de que no habían pasado por Orán se dirige hacia el Oeste en busca de la flotilla turca.

El 1 de octubre se avistan las escuadras en las proximidades de la Isla de Alborán.

La Escuadra Española está formada por 10 galeras, y la turca por 16 naves. Los turcos se lanzan al ataque, contando con su superioridad numérica, pero una descarga de artillería de los españoles les produce grandes daños antes de llegar al abordaje.

Las galeras turcas de Hamet y Caramaní aferren a la capitana española, intentando el abordaje sin conseguirlo. Consciente Mendoza de que la batalla dependía en gran parte de este combate parcial, ordenó a todos sus remeros y soldados ponerse en una de las bandas de su galera. De esta forma, la borda contraria se levantó, haciendo de parapeto a los tiros de la galera de Hamet. Así dispuestos, los españoles concentraron sus ataques sobre la otra banda, consiguiendo derribar a Caramaní y a muchos turcos. Una vez dominada esta galera, corrieron rápidamente a la otra banda, atacando a la segunda. Ali Hamet se arrojó al agua y su galera se rindió.

Otra de las galeras españolas, la de Pedro de Guerra hundió de un cañonazo a una galera, se abarloó a otra y la tomó. La galera Santa Ana también fue aferrada por dos argelinas. Se libró de una y rindió a la otra.

Alí Hamet, que había sido recogido por una galeota, fue capturado por la galera de Enrique Enríquez cuando huía, y con esto terminó la batalla, con la excepción del desafortunado incidente de Enrique Enríquez, que, al volver hacia la galera Santa Bárbara, cuyos soldados estaban saqueando la enemiga, ya rendida, mandó disparar la artillería al creer que estaba todavía en manos turcas, matando a siete españoles e hiriendo a doce.

De las 16 naves argelinas, diez fueron apresadas, una hundida y escaparon cuatro de vela y una de remo.

Se liberó a 837 cautivos (remeros de las embarcaciones turcas) y se hicieron 427 prisioneros.

Casi todos los capitanes turcos murieron, teniendo más de 700 bajas.

Por parte española, hubo 137 muertos y unos 500 heridos, entre ellos Bernardino de Mendoza, que recibió un arcabuzazo en la cabeza.

Semanas después se celebró en Málaga una procesión con todos los cristianos liberados.

Es una lástima no poder visitar la isla puesto que en ella solo habitan los ya mencionados soldados de infantería de marina que son reemplazados cada dos semanas, de modo que no podríamos estar en ella a menos que navegando en su inmediaciones (también prohibido) nos sorprendiese un temporal y tuviésemos que buscar refugio en alguno de sus embarcaderos…

Gracias por tus letras...

Mi cabo primero LAPENU,

Tengo unas fotos de la Isla de Alborán que completan la información, pero aún no dispongo de los conocimientos prácticos suficientes para incluirlos, comome habría gustado.
Cualquier día de estos aprenderé, que nunca es tarde.

Mi mejor saludo marinero.

Ese ruso enamorao de Alborán...

Otro extraordinario relato de nuestro compañero Dobleazur que me ha gustado mucho. Casi no me atrevo a añadir nada más.

Pero me cuesta resistirme a referirme aquí a la leyenda reciente que escuché en Adra y en otros pueblos costeros almerienses acerca de un caprichoso marino soviético, que comandaba un sumergible (supongo que un "Papa" de los años 60)

Me decían que este oficial de la Armada de la URSS tiene la estrafalaria costumbre de detenerse a observar la belleza de Alborán, por donde pasaba un par de veces al año y aprovechando que durante unos años, la isla estuvo desmilitarizada, tuvo la ocurrencia de atracar con su submarino cerca de la que supongo era la Cueva de las Morrenas y bajar a pasear por ella en solitario.

El hecho se repitió coincidiendo con los momentos más tensos de la guerra fría, creando el consiguiente conflicto diplomático. Y al parecer causando también la destitución fulminante de ese caprichoso oficial.

Cierto o no, los pescadores de la zona llaman también a la parte que queda emergida en los subterráneos de Alborán "el paseo del ruso".

NO sé que habrá de cierto en esta historia o si todo se referirá a los intentos de los pescadores soviéticos por asentar bases en el Mar Alborán, pero así lo escuché y así lo cuento. En fin, anécdotas, que se suman a la magnífica descripción de nuestro compañero Dobleazur

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Bien, decir al respecto, que efectivamente hubo un intento de estacionamiento en la isla a mediados de los 60, ya que los bajos que existen en la cercanía de la isla, permitía a los rusos el dejar sus buques prácticamente en seco con la bajamar, aprovechando esto para realizar trabajos de mantenimiento y ahorrándose el tener que ir a un puerto y pagar el canon de la puesta en seco del astillero de turno, cosa que no les resultaba fácil, dado el estado de ánimo de la época en casi toda Europa y no cuento en el caso concreto de España.


Por eso a medidos del 66 se dieron las órdenes oportunas, para que una sección de nuestra Infantería de Marina se estacionará en la isla permanentemente, con el clima de la zona y todos durmiendo en el faro, ya que al principio no había ninguna edificación, (bueno ahora tampoco, al menos externa), pro con los helicópteros se hace más llevadera la estancia, ya que casi todos los días alguno hace escala y recoge correo, o deja alimentos frescos, o evacuan a alguno de los hombre que por alguna circunstancia a enfermado. Además de ya tener comunicaciones telefónicas y TV.


El faro se automatizó y la familia que estaba allí se marchó con gran dolor, ya que en el pequeño cementerio que hay, estaban sus ascendientes y algún cuerpo que la marea arrastró hasta la isla. Igual está allí el comandante del submarino ruso.


Un cordial saludo.
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Desde 1892, la isla es soporte del cable submarino a Melilla, que tiene dos tramos, Almeria-Alborán y Alborán-Melilla

un saludo

Antonio

V.E. Ensenada ha escrito que "los bajos que existen en la cercanía de la isla, permitía a los rusos el dejar sus buques prácticamente en seco con la bajamar", y yo pregunto con todo respeto... desde cuando en esta zona del mediterraneo hay ese tipo de pleamar que permitía limpiar cascos. En el mediterraneo español no he visto mas de medio metro de pleamar si la ha habido.
Un saludo.

Kamaraden lapenu:

Quizá no conocer barcos rusos de mínimo calado, dos pies de Burgos de obra viva, ultimo grito revolucionario....

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Estimado lapenu


Eso mismo me pregunté, ya que para suerte o desgracia vivo a 1.000 metros de ese mar.


Pero no solo me lo pregunté si no que pregunté y al parecer el sistema consistía, en que se lanzaban contra el bajo consiguiendo el efecto de ya embarrancar y a la bajamar, se producía con toda celeridad la limpieza, mientras un compañero ya tenía un cable tirado y al producirse la pleamar, pues lo arrastraba hasta sacarlo de su embarrancamiento.


Al parecer era posible, dado el poco calado de los pesqueros (no me dijeron nunca el tonelaje, ni siquiera aproximado), y que la forma del casco, era un poco en V lo que les facilitaba el embarrancar e incluso en la bajamar permanecer como en un dique de bien plantados. (Al parecer hay fotos de la Navy, pero que no se han hecho públicas)


Así que algo de cierto hay en ello. Y no vivo en el mar de Alborán, pero por lo contado, parece que allí al medio, las mareas son algo más profundas que en las costas de éste mar, quizás por estar en la corriente entrante en superficie del Atlántico al Mediterráneo lo que provoca una mayor influencia que en el resto del Mare Nostrum.


Un cordial saludo.
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