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 Fragmento de mi novela "El Renegado" El moro Joaquin 
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Grumete
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Nuevo mensaje Fragmento de mi novela "El Renegado" El moro Joaquin
Se encontraban a unas quince millas de Alhucemas. Ante la dificultad de navegación, el capitán ordenó reducir la marcha ya que la visibilidad era nula. Cuando éste creía que navegaba a unas cinco millas de la costa por la ensenada de Busikú, la brusca detención del General Concha, dio en el suelo con todo aquel que se encontraba de pié. Un ruido metálico y ensordecedor, producido por el impacto del buque contra las rocas del acantilado, conmocionó a toda la tripulación.
El capitán pudo comprobar enseguida los resultados en una primera inspección ocular. El buque había encallado su proa entre las rocas del acantilado quedando la popa hacia el mar.
¡Lanzad rápido un bote al agua!
En pocos minutos, el bote con un oficial y varios mecánicos realizaron una valoración de la situación.
—Mi capitán, hemos hecho un reconocimiento de los daños; son cuantiosos y al parecer no tienen solución. Hay una enorme brecha en la proa por la que está entrando agua y ya ha inundado todos los compartimentos, la despensa y el cofre de las cadenas.
El capitán es un experimentado marino. Ha surcado siempre con maestría los mares del norte, Canal de la Mancha, Mediterráneo, mares de China y Pacífico. Además está dotado de una gran inteligencia y una enorme capacidad para la toma de decisiones adecuadas a cada momento. Es admirado por sus oficiales y por su tropa.
Lamentablemente, el Concha carece de telegrafía sin hilos lo que se traduce en la imposibilidad para solicitar ayuda. Subió a la cubierta se percató de lo dramático de la situación. Repasó con la vista los daños, miró hacia las rocas, levantó su cabeza y comprobó cómo algunos rife-ños estaban apostados sobre la montaña observando los movimientos de la tripulación. Sus primeros pensamientos fueron salvar a los ochenta y cinco tripulantes del cañonero, y en segundo lugar, tratar de salvar todo lo posible antes de que el barco quedase a merced del pillaje.
Dio órdenes para lanzar un ancla por la popa con ánimo de arrastrar la nave hacia el mar, pero sin éxito. La situación no impedía que la dotación del buque se moviera con la premura e incluso con el orden que requería; sin embargo, los nervios empezaban a aflorar ante la perspectiva de una pérdida total.
Se reunió de inmediato con su segundo, sus oficiales, contador, condestables y contramaestres, y en un acto que le caracterizaba, por la serenidad precisa para infundir ánimo y patriotismo.
—Como pueden comprobar –dijo–, la situación es muy grave, debemos salvar el barco y las vidas de la tripulación, pero ambas labores tienen gran dificultad.
Trataremos de llegar a Alhucemas en el bote armado número 2, para lo cual se va a desplazar el Alférez de Navío don Luis Felipe Lazaga acompañado de ocho hombres y del coronel Basterra; en sus manos, están gran parte de las posibilidades de salir airosos de esta situación. Desde Alhucemas, deberán ponerse en contacto con la comandancia de Melilla y enviar señales a todos los barcos que se encuentren en las in-mediaciones en solicitud de ayuda.
La embarcación logró su objetivo alcanzando Alhucemas y solicitando auxilio. Tras conocerse el accidente en Melilla, partieron diversos buques de esta localidad; y de Algeciras y Gibraltar, varios remolcadores.
—¡Vamos rápido, llevad los fusiles del armero a la sala de oficiales antes de que el agua los inutilice! –ordena el Capitán.
Unos cabileños que se encontraban faenando con su pequeño bote en las inmediaciones de la ensenada, oyen el estrépito del impacto del buque contra el acantilado, la visión es escasa por la pertinaz niebla, pero pueden observar como una gran sombra se halla junto a las rocas.
Los dos rifeños tripulantes de la embarcación, se cruzan con el bote en el que viajan el Alférez Lazaga, el Coronel Basterra y los ocho tripu-lantes. Intercambian unas palabras continuando cada uno navegando en direcciones contrarias. Los dos rifeños reman con todas sus fuerzas en dirección a la playa, embarrancan su bote y avisan a unos pescadores que preparaban sus artes, que un barco se había encallado en los acanti-lados. Estos a su vez, suben con toda la rapidez que le permiten los senderos de acceso a la kábila, y en breves momentos, circula como una piedra lanzada al mar la onda multiplicadora del boca a boca, llegando casi de inmediato a todos los rincones de Beni Urriaguel. Muchos de los más próximos a los acantilados ya han tomado sus fusiles y se han ido aproximando a los cortados. Es escasa la visión, pero lo suficiente para observar los cincuenta metros de eslora del General Concha, debatiéndose entre el zarandeo del oleaje y las rocas convertidas en fauces aprisionando la proa y dispuesto a destrozarlo.
Poco a poco van apareciendo rifeños aislados, que al tener noticias del naufragio, desde los distintos y diseminados aduares de la kábila se van congregando, formando grupos a medida que se van acercando al lugar del siniestro.
Es entonces, cuando Joaquín y Abdel-lah, ven aparecer frente a su casa la muchedumbre enfervorizada, con sus gritos y sus brazos en alto blandiendo los fusiles.
Joaquín, a pesar de los años transcurridos en el Rif, rehecha su vida, y en cierto modo feliz, no puede evitar sentir preocupación por lo que ocurra a unos compatriotas suyos, pues no solo corren un verdadero peligro si se produce el naufragio, sino por las consecuencias que los supervivientes sufrirían al quedar expuestos a avatares de difícil predicción.


Es un frangmento del Capítulo "Naufragio del cañonero General Concha" de mi novela El Renegado.
Saludos cordiales a todos


14 May 2011 17:09
Contralmirante
Contralmirante
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Registrado: 14 Oct 2011 11:30
Mensajes: 1404
Ubicación: Málaga
Nuevo mensaje Re: Fragmento de mi novela "El Renegado" El moro Joaquin
Hola Albouca.
¿Cuando y como conoceremos el resto de la novela?
Un saludo

_________________
Comandante a flote división de California. Insignia en el navío: Serio R. O. del 17 de octubre de 2016.
"Los Oficiales de Igueriben mueren, pero no se rinden." "Aun quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas y al duodécimo disparo fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición"Julio Benítez y Benítez. Comandante de Infantería

http://soldadomalagueno.blogspot.com.es/


19 Nov 2011 18:54
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com