Algún planeta debió rondar la playa aquella tarde.
Dos vidas se entrecruzan y el destino juega su pasada
vitalidad, sueños, esperanzas y juventud se abrazan
y en la arena, cómplice perfecta, surge el amor sensitivo.

La noche comienza su andadura acompañada del rocío
el fuego en la arena, un regalo de la magia a ese momento.
La ilusión llega del océano, entre bromas y cálidas miradas.
El ancla del amor no quiere garrear penetrando en las dos almas
...y el fondeo se consuma. Ya está hecho.

Ganas de vivir y conquistar un mundo a nuestro alcance
zozobra al comprobar la blanca bruma que se acerca
ganas de luchar al presentir las tempestades venideras.
Una enorme confianza desafía los elementos
el ancla irresistible y preparada, el barco impecable. Orgullosa arboladura.

Zarpamos repletas de ilusión nuestras bodegas
tomando marcaciones a los cabos, sondando las arenas
¡Malditas corrientes traicioneras!
Éramos los dueños de un océano, de ilusiones compartidas

Los arrecifes, las cartas confundidas, el empañado catalejo
Confusión sobre cubierta, las olas de través. El griterío.
¿Dónde está la fortaleza? Firme y delicada ¿dónde está la comprensión?
Donde están protesto a gritos, mas la estrella polar, titila y enmudece

Un viento con ráfagas de errores se aproxima a barlovento
Mas rumbo y jarcia parecen intocables. Decisiones no compartidas. Inapelables.
Error más que infinito, en buque no castrense
Desamor, debilidad, confusión y pena quedan embarcados
Como lastre. Traicionero.

Una goleta aparejada de amargura se avista por la popa.
Sigue nuestra estela. El tiempo pasa amargo apenas endulzado.
Muchas noches de silencios, preludios borrascosos.
Encalmadas repentinas, levantes racheados

Saltan cual chasquido latigazo los obenques y las burdas
Sueltas las escotas, gavias y mayores son rifadas
La caña no obedece. El buque atravesado.
Los bandazos se suceden. Es la desconfianza.

La goleta nos dio caza, maldita y negra bien aparejada.
Abarloada en el través pude conocer su nombre:
Se llamaba Intransigencia.
Velero imperturbable y poderoso. Pirata desalmado e incansable.

Fue una caza larga y pesarosa, con todas las velas desplegadas
pues a pesar de embarcar agua, navegábamos en rápido velero
Por mucho tiempo.
Más en un buque no castrense que en peligro se sitúa
no puede esperarse salvación no colegiada.

Confundir firmeza con violencia. Mala escuela de allá por tierra adentro.
Confundir debilidades con ternura. Falsa percepción nunca asimilada.
No ver al otro en la cubierta, maldita y envolvente neblina cegadora.
Cansancio infinito acumulado, tedio y hastío.
El único tesoro que la goleta Intransigencia se llevó hacia sus bodegas.

Mas no hubo nada más salvo el dinero, bastardo rezón, ancla de fortuna.
Pobre velero que zarparas lleno de ilusiones
Más de veinte años navegando y en dinero mides tu esperanza.
¿Donde dejaste la ternura y el amor que nació en aquella playa?

Herramientas calafates que dañaron tu belleza.
Miedos pavorosos que pudrieron tu armadura.
Vientos ajenos, impertérritos, imposibles al capeo.
y recuerdos... bodegas atestadas de millones de recuerdos
velas rotas, cabos sueltos, tracas levantadas
tempestades dañinas mal resueltas en ambas bandas



Castrense y valerosa capitana
confusa en errados amoríos
observa bien que en esa playa
arrumbar podrás con tu navío
Nuestro navío.

No maldigas la mala travesía
embarcamos llenos de esperanza
Hoy tu estiba es de realidades
Tangibles, que no son de mi añoranza.

Quiero capturar olas y espumas.
dar ternuras bajo el sol o las estrellas
recibir sensitivas miradas en silencio
complicidad y calor mutuo, es solo eso

[u][i][i]Quizá un día en otro espacio, de tantos como hay (son infinitos) la realidad y la etérea espuma converjan en otra playa, en otra arena de personas nuevas cargadas de ternura. Solo quizá un quizá etéreo difuso e impreciso. Como el viento.