La Ilustración Española y Americana. Madrid, 30 de julio de 1888.

El Aceite y las Olas.

Sistema propuesto por el almirante Cloué, para calmar las olas del mar en una borrasca.

Varias Memorias y relaciones presentadas, de un año á esta parte, á la Academia de Ciencias de Paris, señalan por modo unánime la eficacia del aceite extendido sobre la superficie del Océano para calmar las olas en las terribles horas de una borrasca; y algunos autores de aquéllas, capitanes de buques de guerra y mercantes, proclaman que la salvación de sus barcos respectivos fue debida al empleo del aceite para combatir el empuje de las olas.

El vapor Stockholm City, capitán Brigth, en su viaje de Boston á Londres, en marzo del año último, fue asaltado por tempestad violentísima del Oeste, que levantaba olas de mayor altura que los topes del buque; esté, que llevaba en el puente doscientos bueyes, no podía ponerse á la capa, y tuvo necesidad de huir delante de la borrasca, aunque la maniobra era por todos conceptos difícil y peligrosa; el capitán resolvió hacer uso del aceite, construyendo sacos de pedazos de vela, en los que metió estopa empapada de aceite de lino, y suspendiéndolos en los ángulos de la popa y en los costados, de manera que el liquido oleoso cayese fácilmente al mar; el efecto fue casi instantáneo, pues se observo que, con maravillosa rapidez (palabras textuales de la relación), las rompientes más peligrosas se transformaron en marejada inofensiva, y el Stockholm City navegó de ese modo 170 millas, siempre delante de la tempestad, sin que una gota de agua del mar cayera sobre la cubierta.

La relación del capitán Bailey, del vapor mercante Nehemiah-Gibson, es muy parecida á la de Mr. Brigth: previendo un fuerte huracán, con mar gruesa, cuya violencia aumentaba por momentos, Mr. Bailey hizo construir dos grandes sacos de tela en los que metió estopas saturadas en aceite de ballena, y los colgó en los costados del buque; el aceite reveló bien pronto su presencia en la superficie del mar, y las encrespadas olas que se estrellaban antes en el casco y barrían la cubierta, amenazando sepultar el vapor en el abismo, sosegáronse y se transformaron en largas corrientes de marea.

El buque Emde Whitney, capitán Rollin, se salvó de igual manera en una borrasca acaecida el 23 de agosto de 1886; el Martha Cobb, capitán Greenbark, navegando de Nueva York á Liverpool, desarbolado ya por el huracán, sin embarcaciones menores, expuesto de un instante á otro al naufragio, debió también su salvación á dos barriles de aceite de pescado que los tripulantes arrojaron al mar, cuyas olas se calmaron como por efecto mágico (dice la relación), navegando el buque desde entonces por una superficie casi plana.

El vicealmirante francés Mr. Cloué ha reunido ochenta y siete relaciones semejantes, y las ha presentado a la Academia de Ciencias, con una descripción del aparato más á propósito para lograr tan salvadores resultados, y al cual se refiere nuestro grabado de la pág. 64, según modelo publicado por La Nature y el Scientific American.



Dicho aparato consiste en un cono metálico, de dos metros de longitud, hueco, flotante, de cuyo centro pende un gran saco de tela que contiene una esponja fina saturada de aceite de oliva, por ser éste el que mejores efectos ha producido en los numerosos experimentos realizados, y el cual se suspende de la popa, de los costados, del bauprés, etc., según convenga, por medio de cables resistentes y muy flexibles; y el movimiento que le imprime el oleaje, balanceándole á flor de agua, basta para que el aceite forme una capa salvadora alrededor del buque, y éste navegue por aguas tranquilas en medio de la más deshecha borrasca.

Sería de desear que los navieros españoles siguieran con atención estos progresos de la ciencia y de la industria marítima; los de Francia están haciendo importantes aplicaciones del salvador sistema propuesto por el vicealmirante Cloué, y la misma Inglaterra le aplica, aunque modificado, en el interior de varios puertos, como Peterhead, Aberdeen, Fokestrone y otros, donde, merced a los aparatos mencionados, oil-lags ó vasos de aceite, pueden entrar los buques en medio del huracán más violento.

Por Eusebio Martínez de Velasco.

Un saludo.

Interesante referencia.

La base es un efecto físico. La rotura de la ola depende de la tensión superficial. El aceite flota y aumenta la tensión superficial, de modo que la ola no rompe, evitándose los efectos funestos de esto sobre los navíos.

Un saludo

De hecho , los pescadores cebaban el mar( en rompientes de olas ) con carnaza de pescados menos grasos que el azul, para la pesca del sargo. La mayoría de pescadores no profesionales, aún hoy, para la pesca " a l'espuma"( a la espuma )siguen utilizando la sardina, mientras que los experimentados utilizan boga ( de fuerte olor, pero mucho menos graso). Según la propia explicación, la grasa (aceite ) del pescado triturado hace un efecto de "alisamiento" de las olas , que permite al sargo ver lo que ocurre en la superficie.(el sargo es un pez extremadamente desconfiado).

La utilización de aceite contra las olas , lo había oido decir por algunos pescadores que decían utilizar "caps" (restos de las fábricas de hilaturas,utilizados para la limpieza de maquinária o de las manos)empapados en de aceite de motor ,atados a cabos y colgados en las amuras, dentro del agua,en momentode temporal y viento.

Muy interesante lo de los pescadores.

la primera referencia que leí en mi vida fue en un tebeo (comic) de pequeño. Los protagonistas tenían que pasar por un bajo con olas rotas por el temporal. Vertieron aceite y pudieron pasar.

Cuando se ve la causa de la rotura de las olas, dependiendo de su amplitud, la tensión superficial y el fondo marino, se explica que aumentando la tensión superficial la ola aguante sin romper.

Un barco flota sobre las olas. Los pescadores japoneses ni se enteraban de los tsunamis que pasaban bajo ellos hasta llegar a puerto y ver que ya no había puerto. Pero una ola rota puede romper un barco.

A mí me ocurrió lo mismo, era un cómic basado en una de las novelas de Julio Verne... siempre creí que era una licencia narrativa, pero de alguna manera maravilla ver que era/es real.

Alén

En el relato de la pérdida del Guadalete que nos brindan en otro hilo, (relato de don Luis Molla) se refiere como luchaban contra el temporal también arrojando aceite por la borda.

https://www.abretelibro.com/autores/Luis ... dalete.php

El mismo procedimiento aparece en varias novelas de Emilio Salgari, principalmente en la serie Sandokán.

Es impresionante este artículo.
¿Por qué no está volcado en la sección de ciencia?
Acaso, ¿los actuales buques cuentan con algún dispositivo de vertido de aceite? ¿o es que ya no les hace falta por la solidez de los modernos cascos?

Lo que no acabo de entender es por qué de todas las grasas, la mejor parece ser el aceite de oliva. No me parece que sea más viscoso que otros aceites, por ejemplo los sintéticos; y desde luego, no es más barato. Y como subproducto (una vez usado en cocina) ni siquiera genera tantas cantidades como por ejemplo, el aceite de motor.

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Estimados amigos


Dado lo curioso del artículo de nuestro compañero Cervera y el resto de aportaciones, me lo he llevado como sugiere el compañero Cch al foro de Ciencias, ya que en realidad, y a pesar de ser un motivo empírico en principio, deja muy claro que la experiencia de la permanencia en la mar, algunas cosas ó actos, aún sin saber sus razones queda demostrado que eran muy válidas.


Espero amigo Cervera, que no te moleste el haberlo traído a este foro, ya que en sí es una aplicación científica, a pesar de los pobres conocimientos de los que la usaron en un principio.


Un abrazo.
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Ningún problema Intendente General. Al contrario, me satisface el ver que el artículo ha tenido tan buena acogida.

Un saludo.

Este fenómeno es conocido desde la antigüedad ya que es mencionado por Plinio y Plutarco. Plinio también menciona que era usado por los buceadores para ver con claridad el fondo marino ya que la película aceitosa elimina los efectos de la refracción.

En cuanto a su uso hoy día puedo decirte que ningún buque actual tiene dispositivos específicos para bombear aceite a la mar aunque podría llegar a hacerse “bypaseando” el separador de sentinas. Sin embargo, vista la actual sensibilidad al respecto, un capitán debe estar en una situación muy desesperada para tirar voluntariamente algo oleoso por la borda, especialmente cuando el único aceite disponible a bordo en cantidades apreciables es aceite lubricante para motores.