Alrededor del Mundo. Julio 1923. Número 1.257

Para salvar los buques torpedeados.

Un inventor canadiense, M.C.S. Henslee, ha registrado la marca de un sistema que cree ser de naturaleza susceptible de salvar un navío en peligro de naufragio, sea como consecuencia de la explosión de un torpedo, sea a causa de una colisión con otro navío o con un escollo.

Describiremos someramente la ingeniosa invención.


(Lamentablemente la imagen no es muy clara)

Unas capas de aluminio de forma cónica se hallan engarzadas en un cable en cuyo extremo se halla sujeta una calota de acero guarnecida de caucho en su superficie cóncava.

En cuanto la explosión del torpedo o la colisión se produce, un marino deja que se arrastre esa especie de rosario a lo largo de la borda averiada en el plano vertical de la cavidad resultante del accidente.

Al introducirse por este agujero, el agua produce una succión suficientemente enérgica para arrastrar con ella los conos, que penetrando en el casco horadado, arrastran consigo, a su vez, al disco forrado de caucho.

Este disco viene, por consiguiente, a aplicarse herméticamente sobre la superficie herida. El agua no penetra más en el navío bombardeado, que puede mantenerse a flote hasta la llegada de los oportunos socorros, y hasta, si las circunstancias son favorables, tocar en puerto por sus propios medios.

Nuestra fotografía representa al inventor al lado del modelo reducido que ha servido para llevar a cabo sus experiencias, que parecen haber satisfecho plenamente.

Queda por ver cómo se conducirá el procedimiento en la práctica en un buque verdadero que se halle en peligro de naufragio.

Un saludo.

Que cosas más curiosas encuentra vuecencia.

un saludo

Antonio