GEORGES PAINVIN Y LA CIFRA ADFGXEste breve trabajo sobre Georges Painvin y el cifrado ADFGX nació por mi interés por los hechos trascendentes, y de forma especial por aquellos que siendo casi desconocidos han cambiado a su manera el rumbo de la historia. Hace sólo un mes, las letras ADFGX no eran para mí más que una corta cita en un mediocre artículo de criptografía clásica, y sin embargo, para mi sorpresa, al acudir a fuentes de información y tirar de la hebra comenzaron a aparecer muchos lugares y personajes conocidos, que durante el fatídico año de 1918, en un Viejo Mundo que llevaba cuatro años incendiado por la guerra, ayudaron a los suyos a sobrevivir.
Esta página, que he dividido en nueve partes para una lectura más amena, intenta ser una recopilación estructurada de otras muchas informaciones dispersas que he podido localizar, y que junto a buenas descripciones en algunos aspectos, explicaban otros de manera parcial. En mis limitados conocimientos en este tema he intentado además que las indicaciones sobre procedimientos fueran lo más claras y sencillas posible, y que cada paso esté situado entre los personajes y el punto histórico que lo engendró.
Las nueve partes son las siguientes:
- El inicio de la historia
- El cifrado ADFGX
- El descifrado ADFGX
- Continuando con la historia
- Abriendo la puerta de los secretos
- Aparece la ADFGVX
- Asignados a la Cámara Negra
- Epílogo para una guerra
- ¿Y qué fue de nuestro hombre?
- El inicio de la historia Cuando hablamos de cifrado y criptografía del siglo XX normalmente pensamos en máquinas como la Enigma alemana o la Púrpura japonesa, así como en técnicas fotográficas de micropunto o en los sofisticados aparatos de las películas de James Bond, pero es evidente que antes de la llegada de los sistemas miniaturizados digitales, tales artefactos nunca fueron fáciles de transportar ni de esconder, lo cual imposibilitaba su uso por operadores que tuviesen que moverse con rapidez o por agentes de campo que deseasen pasar desapercibidos.
Por este motivo, durante todo este tiempo se continuaron utilizando métodos mucho más sencillos que sólo necesitaban de un lápiz y un papel para ocultar el significado de un mensaje y recuperar su contenido. La llamada cifra ADFGX fue un buen ejemplo de ello y apareció en plena Primera Guerra Mundial, en concreto, en las trasmisiones radiotelegráficas entre el alto estado mayor alemán y sus cuerpos de ejército a principios de marzo de 1918.
En esta época, el general Foch que comandaba el ejército francés, sospechaba que el general adjunto de Von Hindenburg y verdadero estratega de esta etapa de la guerra, Enrich Ludendorff, estaba preparando una importante ofensiva, ya que a partir del 3 de marzo, fecha de la firma del tratado de Brest-Litovsk con las nuevas autoridades bolcheviques, el mando alemán dispondría de las experimentadas divisiones que habían derrotado de forma clara a las tropas rusas en el frente oriental. Y era además evidente que dicha ofensiva no podía demorarse demasiado, porque desde la entrada de Estados Unidos en la contienda, apenas un año antes, el pretendido bloqueo submarino a Inglaterra se había saldado con un fracaso, y las aportaciones del ejército norteamericano en hombres y material, que en principio fueron casi insignificantes, comenzaban a dejarse sentir con fuerza en las trincheras del norte de Francia.
Erich Ludendorff, general adjunto al Jefe del estado Mayor alemán Paul
Von Hindenburg, y responsable de las ofensivas de primavera de 1918

La Primera Guerra Mundial fue además la primera ocasión en que se utilizaron de forma masiva nuevos sistemas de transmisión, como la telefonía o la radiotelegrafía. La primera de ellas era interceptable en los intrincados frentes de trincheras, porque las líneas de cable de ambos contendientes podían ser pinchadas al cruzar a menudo por tierra de nadie, y los sistemas de TSH (telegrafía sin hilos), por la propia naturaleza de las ondas electromagnéticas, estaban abiertos a los puestos de escucha del enemigo, los cuales ya disponían de primitivos goniómetros capaces de centrar en un mapa el origen de las señales.
Estos novedosos sistemas, unidos a la clásica telegrafía por línea terrestre, precisaron de nuevos procedimientos de cifrado que minimizaran los errores de transmisión, tanto de manipulación de los operadores como de confusión entre señales Morse muy semejantes entre sí.
Estación militar de campaña de TSH (Telegrafía Sin Hilos) de 1910

- El cifrado ADFGXLa cifra ADFGX consiste en dos pasos de transformación. El primero de ellos es una sustitución monoalfabética en que cada uno de los signos del mensaje original es cambiado por un “dígrafo” o grupo de dos letras, y cuya relación vamos a explicar con la ayuda del siguiente cuadro:

En él observamos un alfabeto de 25 letras que han sido colocadas de forma desordenada en una matriz de 5 filas por 5 columnas, en una disposición que algunos llaman tomográfica. A la vez, como cabeceras de fila y columna aparecen las letras A, D, F, G y X, de tal modo que por ejemplo la letra original “y” será sustituida por el dígrafo AD (fila A, columna D), y la letra “k” por FX. Observemos también que falta la letra "j", que en el cuadro compartía puesto con la "i".
Por otra parte, la elección de las letras A, D, F, G, X como cabeceras fue motivada porque sus equivalentes en código Morse son fácilmente distinguibles entre sí, y por tanto al elegirlas se buscaba evitar en lo posible los errores de transmisión.
Quien conozca un poco la historia de la criptografía clásica ya se habrá dado cuenta que esta sustitución es nada más ni nada menos que el viejo sistema del griego Polybios, utilizando letras en vez de números, y que por tanto, la propia disposicion desordenada del alfabeto en la matriz de 5 x 5 ya es un tipo de clave, porque al cambiar dicha secuencia cambiará el resultado. Pero también sabemos que es un cifrado débil cuyo resultado no resistiría un simple análisis de frecuencias realizado por un aficionado, por este motivo se añadió un segundo paso de transposición de columnas, con inclusión de una palabra clave, escritura previa horizontal y lectura posterior vertical que alterara los propios dígrafos e imposibilitara dicho análisis.
El griego Polybios, autor de la cifra que lleva su nombre

Pero como las cosas se entienden mejor utilizando ejemplos, tomemos nuestro ADFGX y dispongámonos a cifrar la frase:
SE ESPERA ATAQUE INMINENTEEn primer lugar eliminaremos los espacios, quedando:
SEESPERAATAQUEINMINENTEAhora acudiremos a la matriz de equivalencias anterior y sustituiremos cada una de las letras del mensaje en claro por la pareja de letras de cabecera Linea/Columna correspondientes.

Quedando la secuencia limpia de espacios como:
AGAXAXAGGAAXDAGXGXXDGXGFDFAXXGXXDDXGXXAXXXXDAXPara el segundo paso, el de transposición, utilizaremos además una palabra clave, en este caso he elegido el nombre del escritor GEORGE ORWELL, de donde también eliminaremos los espacios y la colocaremos como cabecera de columnas de una nueva matriz, la cual vamos a rellenar, horizontalmente, de izquierda a derecha y en filas sucesivas, con la secuencia de dígrafos procedente de la primera transformación.

En nuestro ejemplo, observamos que en la parte baja de la matriz quedan sitios libres, lo cual está motivado por el hecho que el mensaje original tenía 23 caracteres, que se han multiplicado por dos (46) al sustituirlo por dígrafos. La palabra clave tiene 12 caracteres, por tanto, si distribuimos los 46 caracteres anteriores en filas debajo de la clave, obtendremos tres filas completas, pero la cuarta y última sólo tendrá 10 caracteres, quedando los dos sitios vacíos para llegar los 48 (12 x 4) y completar la matriz.
Ante esta situación se pueden hacer dos cosas, o bien dejar las cosas como están o “rellenar” con caracteres “nulos” los espacios vacíos. Al parecer, los cifradores alemanes eligieron preferentemente la opción de dejar los huecos que hubiera.
Bien, siguiendo con el proceso de cifrado sin “relleno” adicional de la matriz, ahora marcaremos las columnas por el orden alfabético de las letras de cabecera que componen la clave, comenzando siempre por la izquierda en caso de letras iguales. Los números de orden (que aquí representaremos en verde para que se distingan), serán los siguiente:

Si ahora ordenamos las letras de la clave de menor a mayor, la palabra GEORGEORWELL queda convertida en EEEGGLLOORRW y la matriz resultante, que naturalmente ha permutado cada una de las columnas situadas debajo de las letras de la palabra-clave superior, nos quedará así:

Y para finalizar, leeremos verticalmente, columna por columna, con lo que el mensaje "SE ESPERA ATAQUE INMINENTE", ya cifrado, tendrá la forma:
Con espacios que separan las columnas:
GAFX XXGX AXDX ADDX AGXX AGX XFG AGAA AXXX XXXX GDXD GGDASin espacios:
GAFXXXGXAXDXADDXAGXXAGXXFGAGAAAXXXXXXXGDXDGGDAÉsta es la secuencia final, pero era normal que para mejorar la dudosa fiabilidad en los primitivos sistemas de radiotelegrafía, con interferencias inevitables de equipos próximos, tanto de tecnología de chispa como de arco de Poulsen, y la frecuente baja experiencia de sus operadores, las secuencias no solía transmitirse de seguido, sino que se troceaban de nuevo de cuatro en cuatro o de cinco en cinco caracteres (lo cual no tenía nada que ver con la longitud de las columnas iniciales), y en caso de mala comunicación se trasmitía varias veces seguidas cada uno de los grupos para favorecer la adecuada recepción.
- El descifrado ADFGXBien, hasta aquí hemos visto el proceso de cifrado ADFGX. El de descifrado, una vez conocido el alfabeto de sustitución y la palabra clave, es fácil, sólo es necesario coger lápiz y papel, efectuar los mismos pasos en sentido contrario y en un par de minutos se obtendrá el mensaje en claro.
Sin embargo, debemos puntualizar que existe una diferencia de procedimiento según la “matriz” de transposición de columnas estuviera llena o no en el cifrado, lo cual, conociendo la palabra clave podemos saber fácilmente efectuando una división entera de la longitud del mensaje, que llamaremos Lm, por la longitud de la clave, que llamaremos Lc.
Lm / Lc = C y R
Siendo:
Lm = longitud del mensaje cifrado
Lc = longitud de la palabra-clave
C = cociente de la división entera
R = resto de la división entera
1) Si el resto R es igual a cero, significa que durante el cifrado la matriz de transposición estaba llena, y que por tanto todas las columnas van a tener la misma longitud. En este caso, simplemente vamos a ordenar las letras de la palabra-clave de forma alfabética, y debajo de cada una de ellas iremos entrando en forma de columna una cantidad de caracteres, procedentes del mensaje cifrado, igual al cociente C.
2) Si el resto R es distinto de cero, significa que durante el cifrado la matriz no estaba llena antes de transponer las columnas, y que por tanto, una o varias columnas van a tener una longitud superior en un carácter a las demás. Éste es un detalle importante, ya que si equivocamos la longitud correcta de cada una de ellas, los caracteres individuales de los dígrafos quedarán “corridos” y nunca conseguiremos descifrar el mensaje. Veamos cómo proceder en este caso:
Tomamos la palara-clave y siempre comenzando por la izquierda, marcaremos los primeros R caracteres de dicha clave. Estas marcas significarán que las columnas que situemos debajo de ellas tendrán una longitud de C+1. El resto de columas, tendrán longitud C.
En nuestro ejemplo, la secuencia cifrada final era:
GAFXXXGXAXDXADDXAGXXAGXXFGAGAAAXXXXXXXGDXDGGDALa cual tiene 46 caracteres. Si calculamos 46 / 12 = 3 y resto 10, marcaremos las 10 primeras letras de la palabra clave con sendas X en color rojo

Ahora transponemos las letras según su orden alfabético:

Y como hemos dicho, procederemos a rellenar las columas marcadas a partir del mensaje recibido, con un número de caracteres igual al cociente C + 1 = 4, pero las no marcadas (números 6 y 7) sólo deberán tener C = 3 caracteres y por lo tanto carecerán del los correspondientes de la última fila, los cuales simplemente nos saltaremos al rellenarla.

A partir de aquí, procederemos a ordenar las columnas de la matriz de acuerdo a la palabra clave GEORGEORWELL

Ahora leeremos en forma de líneas lo que antes de transponer hemos escrito en columnas, quedando:
AGAXAXAGGAAXDAGXGXXDGXGFDFAXXGXXDDXGXXAXXXXDAXSeguidamente, separamos los dígrafos:
AG AX AX AG GA AX DA GX GX XD GX GF DF AX XG XX DD XG XX AX XX XD AXY acudimos de nuevo a la matriz tipo “Polybios” de sustitución monoalfabética para recuperar las letras iniciales del mensaje:
S E E S P E R A A T A Q U E I N M I N E N T ESeparamos las palabras, obteniendo:
SE ESPERA ATAQUE INMINENTE¡... Así que sólo nos queda coger el casco y el fusil y prepararnos lo mejor posible para lo que se avecina...!
- Continuando con la historiaTras esta breve explicación de cifrado y descifrado ADFGX, prosigamos con su importancia en la historia y los personajes que fueron protagonistas:
A principios de la Primera Guerra Mundial, la cifra alemana utilizada por todos los escalones del ejército era la UBCHI, heredada del período de tensa paz y movimientos geopolíticos que precedieron a la contienda. Durante este tiempo, los criptógrafos franceses tuvieron tiempo para estudiarla en profundidad hasta hallar un método de descifrado, aunque necesitaran disponer de tres mensajes codificados con la misma clave y de una longitud parecida.
La información obtenida a partir de los mensajes UBCHI, ayudó a los franceses en diversos episodios de la "guerra de movilidad" que se estableció en agosto y septiembre de 1914, especialmente en la preparación de la primera batalla del Marne. Y esta ventaja se mantuvo hasta diciembre del mismo año, en que la aviación gala, sabiendo por un mensaje interceptado que el Kaiser Guillermo II debía pasar revista a unas tropas en la ciudad belga de Thielt, llevaron a cabo un bombardeo, que fue aireado de forma patriótica pero totalmente inconsciente por el periódico Le Matin, sin que la censura se diera cuenta que el artículo incluso develaba cual había sido la fuente de información.
El daño provocado por tamaña indiscrección hubiera podido ser muy grave, ya que los alemanes cambiaron rápidamente el método de cifrado por otro llamado ABC. Por suerte este nuevo sistema también tenía defectos ocultos y de hecho empeoraba la seguridad respecto al anterior, de tal manera que los franceses idearon en poco tiempo un procedimiento muy eficiente para obtener la clave si se disponía de algunos textos también de similar longitud.
Tal función estaba encomendada al organismo llamado "Bureau du Chiffre" (Oficina de Cifra), conocido también en el argot interno, a igual que los equivalentes de otros países, como "La Cámara Negra", y que en este caso estaba situada en el edificio del Estado Mayor del ejército en París. La dirección estaba encomendada al sagaz coronel François Cartier, y disponía de la ayuda de expertos criptólogos como los coroneles Olivari y Thevenin, los comandantes Givierge y Soudart, y otras personas anónimas que por su capacidad de intuición y cálculo habían sido reclutadas entre profesores de matemáticas y jugadores de ajedrez.
De pronto, el 21 de enero de 1915, una noticia alteró la relativa tranquilidad de las salas de trabajo, ya que al parecer, en el Sexto Ejército situado en Villers-Cotterets, un capitán de artillería de treinta años llamado Painvin había encontrado un nuevo método para romper el cifrado ABC que no precisaba que los mensajes fueran de la misma longitud, lo cual ampliaba enormemente las posibilidades de encontrar la clave del día.
Una semana más tarde, el coronel Cartier se dirigió al frente y solicitó una entrevista con el general Maunoury, superior directo de Painvin, ya que el joven oficial era su ayuda de cámara y hombre de confianza en asuntos de dirección.
Tras solicitar la presencia de Painvin y una vez escuchada la explicación sobre su sistema de descifrado, que denominaba ARC, Cartier le aseguró que los resultados conseguidos eran asombrosos para una persona sin experiencia previa en el campo de la criptografía, y le hizo notar tanto a él como al general Maunoury que sus habilidades serían mucho más provechosas para Francia en el "Bureau du Chiffre" que en trabajos administrativos o de supervision de primera línea en donde la poca distancia con las trincheras enemigas podía hacer que una bala perdida marcara fatalmente su destino.
Maunoury se opuso, para él Painvin era insustituible como ayudante, pero de regreso a París, la poderosa influencia de Cartier hizo intervenir en el asunto al general Buat, de la oficina del Primer Ministro, y al Secretario de Guerra, Millerand, que convencieron a Maunoury para que aceptara una especie de “cesión temporal”. A este respecto, el propio Paivin confesó que general le dijo con toda franqueza: “Ve y pasa quince días en ese sitio de París. A finales de este período, si ves que puedes realizar un trabajo útil, permanece allí, si no, vuelves aquí...”
El capitán Georges Painvin en 1915

Georges-Jean Painvin había nacido en Nantes en 1886, en el seno de una acomodada familia de industriales, militares y matemáticos, y en la vida civil, aparte de estudiar violonchelo obteniendo incluso un premio de interpretación en su ciudad natal, se graduó de forma brillante como universitario en la promoción de 1905 de la Escuela Politécnica de Minas de París, para después dedicarse a dar clases de geología y paleontología en el Instituto de Saint Etienne y en la misma escuela politécnica donde se graduó.
Painvin era una persona inteligente y enormemente intuitiva, con una capacidad innata para relacionar detalles aparentemente inconexos que le permitían resolver de forma rápida los problemas. Sin embargo, la guerra interrumpió su trabajo de profesor, entonces fue movilizado con el rango de capitán y después de realizar un breve curso de Estado Mayor en la Escuela de Guerra entró a las órdenes del general Maunoury, de quien se ganó rapidamente su confianza y reconocimiento. Tanto fue así, que su presencia se hizo habitual en la inspección diaria que el general efectuaba a las tropas a su cargo. Painvin participó además en la coordinación, no siempre fácil, con los británicos en la primera contraofensiva del Marne, y en la preparación de la operación Ourcq dirigida hacia Chateau-Thierry, acciones que a finales de 1914 consiguieron detener el rápido avance de las tropas alemanas y estabilizar el frente en la llamada "guerra de trincheras".
Con todo, la mente inquieta de Paivín disfrutaba de demasiado tiempo libre en el cuartel, especialmente por las tardes, en que solía visitar a su amigo el capitán Paulier, encargado de cifra del Sexto Ejército, y casi como si de un juego de crucigramas se tratara, se propuso el reto de descifrar los mensajes alemanes que su amigo interceptaba con la radio.
Ahora, en París, su nueva ocupación era muy distinta a la rutina anterior. Disponía de acceso a secretos de estado y aprendió de sus compañeros los métodos y trucos de la profesión de criptoanalista. En 1915, el “Bureau du Chiffre” francés era sin duda la mejor Cámara Negra del mundo, ya que pocos países habían dado importancia hasta entonces a la criptografía como ciencia aplicada a la guerra, limitándose a tener algunos expertos autodidactas que de forma más o menos improvisada, trabajaban con pocos medios y sin reconocimiento superior. Francia, desde la guerra que perdió contra Prusia en 1870, vio la necesidad de contar con el máximo de información sobre el estado y intenciones de cualquier enemigo real o potencial, en la seguridad que cualquier estrategia propia puede dar mejor resultado si se conoce la de los demás. Fruto de esta convicción se convirtieron en unos pioneros en este campo, y su ejemplo fue imitado, a veces de forma demasiado tardía para sus propios intereses, por todos los países importantes a partir de la segunda década del siglo XX.
El "Bureau" nació bajo la inspiración del trabajo efectuado en Francia por el holandés Auguste Kerckhoffs, autor de "La Cryptographie Militaire", y tenía varios niveles de actuación, ya que además de realizar el difícil trabajo de averiguar la estructura de métodos de cifra enemigos, y recuperar las claves en el tiempo más breve posible, se dedicaba también a desarrollar cifrados propios que fueran muy difíciles de criptoanalizar, tarea que la experiencia demuestra casi imposible y que forma parte de la eterna lucha entre la puerta blindada que proteje los secretos y la llave capaz de abrirla para hacerse con ellos. Dicha oficina de cifra estaba en contacto con los encargados de la misma disciplina en las diferentes unidades del ejército, coordinados por el general Ferrie, de donde recibía los mensajes interceptados, y una vez hallada la clave, la transmitían al Estado Mayor para que a su vez la distribuyera entre las unidades y para que pudieran leer los mensajes enemigos del día. Esta forma de trabajar se diferenciaba por ejemplo de la Sala 40, la Cámara Negra de la Armada inglesa dirigida por el almirante Hall, cuyo proceder y decisiones eran mucho más secretas y jerarjizadas, tanto en la obtención de la información como en el uso que se hacía de su resultado.
Edificio del Estado Mayor del ejército en París, donde se encontraba el "Bureau du Chiffre"

En París, el primer trabajo de Painvin consistió en estudiar el código de la marina alemana, que se tenía por difícil, y sin embargo, el neófito pudo romperlo en dos meses. El conocimiento que aportó a la inteligencia naval, permitió algunas victorias en el Mar del Norte, y por este motivo le fue concedida la Cruz Militar.
A igual que ya le ocurriera durante sus estudios y al poco de entrar en el ejército, en la Cámara Negra su gran inteligencia le hizo destacar sobre los demás, y en poco tiempo, pese a su corta experiencia, se convirtió en el mayor experto en cifras y codigos de Francia.
El siguiente reto fue el código naval austrohúngaro, que hasta entonces había resistido todos los intentos de los expertos franceses e italianos. Painvin pudo deducir los treinta alfabetos distintos que utilizaba el sistema y el código acabó roto, hecho que fue recompensado por los italianos con la Cruz de Caballero de la Corona.
A tenor de estos reconocimientos, que siempre fueron otorgados en privado para no desvelar la importancia de la tarea, era evidente que su trabajo en París era mucho más importante que el anterior puesto junto al general Maunoury, y aunque no hubiera sido así, el viejo militar tampoco tuvo ocasión de recuperar a su ayudante, puesto que al poco tiempo de perderlo, en una visita de inspección al frente de Nouvron acompañado del general De Villaret, decidió observar las trincheras del enemigo, pero el periscopio que normalmente se utilizaba para esta función se había extraviado, y justo cuando el general asómo ligeramente la cabeza sobre el parapeto fue herido de gravedad por un francotirador. Maunoury tuvo la suerte de salvar la vida, pero naturalmente perdió el mando del Sexto Ejército, que debido a las secuelas de la herida, nunca recuperó.
En el “Bureau du Chiffre”, una nueva cifra, bastante compleja, denominada ABCD, que era una derivación de la ABC pero sin las debilidades de ésta, le duró a Painvin apenas dos semanas. En esta ocasión estuvo auxiliado por el coronel Olivari, y entre ambos superaron el hecho que en esta cifra estaba enmascarada por una alta proporción de mensajes falsos destinados a confundir a los criptólogos, y al final fueron capaces de extraer las claves de manera regular.
En 1917 apareció la cifra KRU, con curiosas similitudes a la utilizada por los propios franceses. Sin embargo, los alemanes utilizaban ahora claves distintas para cada ejército, e incluso entre niveles de mando, lo cual creaba un problema de clasificación de mensajes según su procedencia. Painvin necesitaba para su trabajo disponer de muchos mensajes con la misma clave, y para ello se estableció una comunicación permanente entre su despacho en París y el del capitán Guitard, jefe del departamento de cifra del Estado Mayor de Compiégne. Ambos criptoanalistas disponían de un teléfono directo y de los dos primeros teletipos Belin telefotográficos que se fabricaron tras su invención, y que les permitían un rápido intercambio de información escrita e incluso de imágenes al margen de la lentitud de los sobrecargados canales de mensajería del ejército francés.
Y ahora llegamos a principios de marzo de 1918, en que el sistema de cifrado KRU, ya roto sistemáticamente por la “Cámara Negra”, fue sustituido de repente por el ya citado ADFGX, cuya denominación alemana era en realidad GEDEFU 18 (traducido como “Cifra de Telegrafistas 18”). Este procedimiento fue desarrollado por el coronel Fritz Nebel, perteneciente al Abhorchdienst, el departamento de cifra alemán, y como ya hemos mostrado en su descripción, para implementarla bastaba disponer de lápiz y papel, efectuándose en dos sencillos pasos que cualquier operador o agente podía aprender en menos de una hora.
Fritz Nebel, del departamento de cifra alemán “Abhorchdienst”, creador de la cifra ADFGX

Dicho cifrado, lejos de la precipitación cometida en otros casos, había sido puesto a prueba durante meses por los mejores expertos alemanes, sin que ninguno de ellos consiguiera romperlo. Por este motivo, la fortaleza que mostraba este sistema representó una desagradable sorpresa para los franceses, precisamente en los momentos en que estaban esperando la ofensiva de Ludendorff, y mucho más porque su aparición coincidió con un gran aumento del tráfico de radio que presagiaba la inminencia del ataque.
En el "Bureau" francés surgió la angustia por el brusco apagado de información que sufrieron precisamente ante una situación militar calificada como crítica. Cartier, que había sido ascendido a general, pidió al general Ferrie que todos los textos interceptados fueran enviados sin demora a Painvin, que sin duda era ya su menor hombre. Y en una conversación personal le dijo de forma amable al profesor: "mi viejo Painvin, creo que esta vez tampoco se irá."
En este caso, el “Abhorchdienst” había previsto que el ADFGX protegiera el secreto de sus comunicaciones durante la Ofensiva de Primavera, denominada Kaiserschlacht por el estado mayor de alemán, la cual se produjo finalmente el 21 de marzo de 1918, sólo dieciséis días después de haber interceptado el primer mensaje cifrado con este sistema y, por desgracia para las fuerzas galas y británicas, antes de que Painvin hubiera podido obtener ningún resultado a partir del criptoanálisis. Ese día, sesenta y dos divisiones alemanas protegidas por el fuego artillero de seis mil cañones arrollaron a los aliados en la región del Somme y penetraron 62 kilómetros en sus líneas antes de ser contenidos de forma precaria cerca de Amiens. Como si ya fuera una tradición en los asaltos frontales a las defensas de alambradas y trincheras protegidas por ametralladoras, las pérdidas fueron terribles en ambos bandos, los aliados sufrieron 255.000 bajas, y los alemanes 239.000, pero en las dos semanas siguientes, estos últimos consiguieron grandes ganancias territoriales, acercándose a Continy y quedándose apenas a 120 km. de París.
Mapa de la ofensiva del Somme de 1918

La capital del Sena, que ya sufría los ataques de los bombarderos Gotha, quedó desde entonces bajo el radio de acción de los impresionantes cañones Krupp de largo alcance “KaiserWilhemGeschtütz”, que primero desde la zona de Crépy-en-Laonnois y después desde Beaumont comenzaron a martillear la ciudad con sus proyectiles de 210 y 240 mm, produciendo hasta el mes de agosto 256 muertos y más de 600 heridos. Tales pérdidas, si bien eran insignificantes comparadas con las del frente, tuvieron un fuerte efecto psicológico sobre los franceses, especialmente cuando un obús cayó sobre la iglesia de Saint-Gervais durante un acto religioso, causando 91 víctimas, y por su aleatoriedad, motivada por la inevitable imprecisión al disparar desde tanta distancia, sembraron el pánico entre una población que ya llevaba soportando cuatro durísimos años de guerra pero cuya propaganda oficial tenía totalmente engañada sobre la capacidad ofensiva que podía desplegar el enemigo.
Cañón de París o KaiserWilhemGeschtütz, de alcance superior a los 125 Km.

- Abriendo la puerta de los secretosEn el Bureau du Chiffre, Georges Painvin seguía trabajando con aínco, durmiendo apenas un par de horas diarias, con la responsabilidad de saber que decenas o incluso centenares de miles de vidas de sus compatriotas dependían de que él encontrara rápidamente una solución.
Con el incremento de la actividad bélica una gran cantidad de mensajes iban amontonándose sobre su mesa, pero los progresos eran lentos. La existencia de sólo 5 letras distintas en los mensajes cifrados, cuando en los anteriores sistemas habían utilizado todo el alfabeto, ya le sugirió desde el principio una sustitución tomográfica carácter-dígrafo de 5 x 5 semejante al Polybios, con lo que el alfabeto inicial tenía que ser de 25 caracteres. Este número, además, apenas podía contener el alfabeto alemán reducido y no quedaba espacio para utilizar ni homófonos ni nulas con que evitar un análisis de frecuencia, pero a la vez, mediante este sistema estadístico tampoco consiguió resultado alguno. Por lógica, pensó que el procedimiento contenía algún otro paso añadido que enmascaraba la presencia estadística de los dígrafos que sustituían a las letras más frecuentes en el idioma alemán, tal vez un paso de tipo polialfabético derivado del Vigenère, pero de igual forma ninguna de sus pruebas arrojó resultados positivos.
En esta tesitura, el 4 de abril observó por casualidad como dos textos recibidos el mismo día mostraban unas curiosas similitudes en forma de bigramas que ocupaban la misma posición. Estos mensajes, una vez marcadas en azul las coincidencias para hacerlas evidentes, tenían la siguiente forma:

Una vez divididos los fragmentos tomando como referencia las similitudes, el experto francés sabía que este resultado era el que cabía esperar al cifrar mediante las transposición de columnas dos textos en claro con partes comunes, como por ejemplo encabezados o fórmulas de cortesía.

Dedujo además que al haber 20 columnas en cada mensaje, la longitud de la palabra-clave era de 20 caracteres. Otro detalle importante para la generalidad del ADFGX es que los alemanes parecían haber olvidado la multiplicidad de claves del KRU, que sin duda les complicaba la distribución y control de las mismas, y vuelto al viejo sistema de una sola clave diaria para todo el ejército.
Una vez sospechado el método y al ver que en ambos mensajes había columnas de dos longitudes distintas, Painvin advirtió que no se habían utilizado caracteres “nulos” de relleno, estando compuesto el primer mensaje por 10 columnas de 6 caracteres y 10 de 5, y el segundo por 4 columnas de 6 caracteres y 16 columnas de 5.

Ahora quedaba por averiguar el orden de transposición de dichas columnas para conseguir dar con la clave. Era evidente que en el orden antes de transponer, las columnas de longitud larga (6 caracteres) estaban situadas antes de las de 5. Una posible pre-ordenación del primer mensaje podía ser:

Entonces, las cuatro primeras columnas (con el índice marcado en verde) han de ser la 3, 6, 14 y 18, aunque no necesariamente por este orden, porque son las “largas” comunes a ambos mensajes, que no lo olvidemos, están transpuestos con la misma palabra-clave. Después vendrán el resto de “largas” del primer mensaje pero “cortas” en el segundo (marcada en violeta), es decir la 4, 7, 9,11,16 y 19, quedando después las “cortas” comunes 1, 2, 5, 8, 10, 12, 13, 15, 17 y 20 (marcadas en azul).
A estas alturas también está claro, tanto para nosotros como lo fue para Painvin, que no se trata de encontrar una palabra-clave en sí, puesto que existirán muchas palabras distintas cuya ordenación alfabética sea la misma, como por ejemplo HABITO y DACIUS, las cuales tienen una ordenación de 3-1-2-4-6-5 y por tanto ambas darán como resultado la misma transposición. De hecho, hubiera sido lo mismo que el mando alemán, en vez de palabras, hubiera utilizado sucesiones de números, y lo que interesa al criptoanalista es precisamente encontrar esta secuencia de cifras que le permita invertir el proceso.
En un paréntesis adicional hemos de decir que las frecuencias de aparición de las distintas letras son como huellas dactilares de cada idioma. La letra E, por ejemplo, es la más habitual tanto en alemán, como en francés, español o inglés, pero sus porcentajes de aparición difieren bastante de un idioma a otro. En alemán es del 16,693%, en francés del 17,564%, en español del 13,676% y en inglés del 13,105. En alemán, la segunda letra es la N con 9,905, en cambio en francés y español es la A, con un 8,147 y un 12,529 repectivamente. Por tanto, si disponemos de suficiente texto cifrado con carácteres procedentes de una sustitución monoalfabética, no será difícil adivinar no sólo el idioma en que está escrito, sino también las equivalencias de cada uno de los símbolos de sustitución.
En textos cortos la cosa cambia, porque los datos estadísticos pueden mostrar una alta tasa de variación con respecto a la media, en cambio si en vez de analizar los caracteres individuales analizamos los bigramas o trigramas habituales en el idioma, como en español lo serían "es", "en", "del", "la", "os", "ent", "que", "ion", "ade" o similares, dicha variación no es tanta y en ciertas circunstancias es más fácil la identificación.
Sin precisar tanto para no aburrir más de lo necesario, continuaremos diciendo que otros mensajes interceptados el mismo día parecían coincidentes al final del texto, y eso le permitió situar las columnas 5 y 8 en los lugares 11 ó 12, y las columnas 12 y 20 en los lugares 19 ó 20.
Entonces comprobó las columnas 5 y 8 del resto de mensajes del mismo día, hizo una lista de todos los bigramas obtenidos y realizó un análisis de frecuencia que le indicó que uno de ellos, el GD, coincidía en frecuencia con los valores estadísticos de letra "E" del idioma alemán, la más frecuente con diferencia sobre la "N", que como hemos dicho un poco más arriba es la segunda.
En las posiciones 19-20, en cambio, el par más frecuente y coincidente con la "E" era el DG, lo cual le indicaba que ambos pares de columnas tenían forzosamente una ordenación contraria, dando dos posibilidades:
posibilidad 1 ("E"=GD): c5-p11, c8-p12, c20-p19 y c12-p20 *
posibilidad 2 ("E"=DG): c5-p12, c8-p11, c12-p19 y c20-p20 *
* Nota: siendo "c" igual a columna y "p" igual a posición
Ambas posibilidades, naturalmente, daban la misma frecuencia, pero la correcta la encontró Painvin con el siguiente razonamiento: cada dígrafo está formado por una primera letra de cabecera de fila, seguida de una letra de cabecera de columna, y por tanto, una vez colocados todos los dígrafos en una línea seguida, y siempre que la palabra clave sea par, una vez escrito el texto debajo de dicha la clave, las letras impares irán a parar a columnas igualmente impares y las pares a sus homónimas.
Para ayudar a explicarlo utilizaremos el mensaje de prueba que hemos usado al explicar el cifrado ADFGX:

Que tras eliminar los espacios entre los dígrafos queda:
AGAXAXAGGAAXDAGXGXXDGXGFDFAXXGXXDDXGXXAXXXXDAXMarcamos en rojo las letras impares y en violeta las pares, para reconocerlas mejor:
A G A X A X A G G A A X D A G X G X X D G X G F D F A X X G X X D D X G X X A X X X X D A XPodremos observar que una vez escritas en forma de líneas debajo de la palabra clave, todas las letras rojas impares irán a parar a columnas impares y todas las azules pares a sus homónimas:

Por otra parte, cada una de las letras de cabecera en la matriz tomográfica de sustitución aparecerá con la frecuencia de las cinco letras del alfabeto que representa. Si por ejemplo tomamos el caso de las dos F:

La frecuencia de aparición de la F lateral e impar será la suma de las frecuencias de "z, x, b, v, k", mientras que la F superior y par será de "c, u, b, q, o" y por tanto distinta a la anterior.
A partir de aquí, Painvin tomó este razonamiento "al revés". Calculando las frecuencias de cada una de las letras de cabecera, tanto las laterales como las superiores, y pudo comprobar que coincidían con el bigrama GD, y no con el DG, por tanto, la posibilidad de ordenación de las columnas 5, 8, 12 y 20 era la primera:
posibilidad 1 ("E"=GD): c5-p11, c8-p12, c20-p19 y c12-p20
Y ello permitió fijar las primeras cuatro cifras de una clave de 20:

Painvin siguió los mismos razonamientos para otras partes del mensaje. Ahora sabía qué letras eran pares y cuáles impares (y por tanto arrastraban a esta posición a toda su columna), y tuvo además en cuenta la preordenación debida a la longitud de las columnas. Por ejemplo, con las primeras cuatro columnas "largas" de la preordenación, es decir, la 3, 6, 14 y 18, este sistema determinó el emparejado correcto dos a dos, y el análisis de frecuencia posterior de los bigramas respecto a los caracteres en alemán acabó de determinasr las posiciones 1, 2, 3 y 4. Algo similar ocurrió con las seis "largas" siguientes, de las cuales ya se conocían las posiciones 5 y 8, y de igual manera se continuó con las diez restantes, hasta que, por fin, el 26 de abril, Painvin consiguió recomponer todo el alfabeto de sustitución tomográfica ADFGX, así como averiguar la palabra clave utilizada por 22 días antes, que a su vez permitió leer sin problemas los mensajes interceptados este día.
Por desgracia, el desciframiento tan tardío de tales mensajes ya no fue de ninguna ayuda para los aliados. Los alemanes habían lanzado una segunda ofensiva en Flandes destinada a apoderarse de los puertos cercanos al paso de Calais por donde los británicos recibían los pertechos de guerra, y el 27 de mayo, una tercera e importante acometida en la región de Aisne que penetró profundamente entre Siossons y Reims, siguiendo el Marne, antes de ser detenida en Chateau-Thierry, a 60 escasos kilómetros de París, que siguió martirizada por la artillería de largo alcance, ahora más cercana y situada en Bruyères.
Pocos días antes, en una reunión presidida por el general Desfemmes, Painvin había expuesto ante Cartier, Guitard y los demás compañeros del Bureau du Chiffre el procedimiento utilizado para llegar al resultado, añadiendo que a partir de aquel instante, con el conocimiento obtenido sobre esta cifra, de contar con ayuda adicional sería capaz de realizar lo mismo en pocos días. Tal fue así que los mensajes del 27 de mayo se descifraron en tres días, y los del 31 en sólo dos.
Ofensiva de Aisne en 1918

En la compleja situación del frente occidental creada desde el inicio de la serie de ofensivas de primavera, la zona más peligrosa estaba formada precisamente por las dos grandes cuñas dirigidas a Continy y a Chateau-Thierry, que podían alargarse en forma de tenaza hacia la capital francesa. En estas zonas, los aliados no disponían de más tropas de reserva para apuntalar sus líneas frente a un nuevo ataque que si duda se produciría. Reforzar un punto significaba desproteger casi por completo los demás, de manera que si erraban en la elección, las tropas alemanas no encontrarían más que una leve resistencia para recorrer los pocos kilómetros que faltaban para llegar los Campos Elíseos y acampar bajo la sombra de la Torre Eyffel.
París era por entonces un símbolo de resistencia que no podía caer. Si las tropas de Kaiser llegaran a tomarla, la moral de los aliados podría resentirse hasta el punto que tal vez se vieran obligados a pedir un armisticio o dar a Alemania la oportunidad de negociar el fin de las hostilidades desde una posición de cierta ventaja.
- Aparece la ADFGVXEntonces, el 1 de junio los alemanes introdujeron la letra "V" en los bigramas, de forma que la ADFGX quedó convertida en ADFGVX. Los motivos podían ser varios; el peor de ellos que se hubiera cambiado por completo el sistema de cifrado, lo cual sería una catástrofe para Paivin porque podría invalidar todo el trabajo realizado hasta entonces. También era posible que la ampliación a una matriz de 6 x 6 se realizara para incluir caracteres homófonos y así confundir el análisis de frecuencias, y la última y más favorable para los criptoanalistas que sólo fuera para incorporar al alfabeto los números del 0 al 9, como finalmente se comprobó. A la vez, como consecuencia de la reunión con Desfemmes, el Bureau du Chiffre dedicaba ahora a una buena parte de su personal a ayudar a Painvin, con lo cual, el trabajo de análisis y comparación que antes realizara en solitario en varias semanas, disponiendo de suficientes mensajes, podría llegar a resolverse en pocas horas.
Ese mismo día fueron interceptados otros dos textos con la nueva cifra que tenían muchos frangmentos coincidentes, aunque no ocupaban la misma posición:

Una vez separados dichos frangmentos coincidentes (que he marcado en rojo y numerado para una más fácil asociación), ambos mensajes parecían tener 21 columnas

Sabiendo el número de columnas y por tanto la longitud de la clave, Painvin introdujo los mensajes en la matriz corresponiente y comenzó a deducir:
1) En el primer mensaje sólo había una columna de 6 letras (VXVDXF), que ocupaba la posición 6, y por tanto esta columna, al ser la más larga, debía corresponder al primer puesto antes de la transposición. Es decir, que el primer número de la clave era el 6.
2) El primer mensaje tenía 106 caracteres y el segundo 108, y la diferencia de estos dos caracteres adicionales parecían estar en el encabezamiento, por lo tanto, las letras de ambos mensajes, una vez la transposición deshecha, habían de estar desplazadas dos columnas a la derecha en el segundo.
3) El mismo fragmento VXVDXF anterior, que ocupaba la 6ª posición en el primer mensaje transpuesto, aparecía en la posición 7ª del segundo mensaje. Ahora bien, como los caracteres en los mensajes no transpuestos estaban desplazados 2 puestos a la derecha, esta 7ª posición debía corresponder a 1ª + 2 = 3ª posición final, con lo que Painvin dedujo que el tercer puesto de la clave era el 7
4) Siguiendo con el hilo de esta primera pista, tomó el nuevo fragmento ADFDF, que ocupaba la 7ª posición en el primer mensaje transpuesto, y lo buscó en el segundo. No lo encontró entero, pero sí de forma parcial en la 17ª posición, con la forma VDFDF, con lo cual supuso que o bien había otras pequeñas diferencias en el texto o bien se debía a un error de los operadores de radio. En todo caso, asoció el valor 17 al 3 + 2 = 5º puesto de la clave.
5) Painvin estaba de suerte. La especial relación entre los dos mensajes estaba revelando de forma sucesiva los valores impares de la clave. La posición 17 del primer mensaje era GAXVA, que buscado en el segundo mensaje ocupaba la posición 14, valor que tendría el 5 + 2 = 7º puesto de la clave.
De esta forma fueron saliendo todos los valores impares de la clave:
6, ..., 7, ..., 17, ..., 14, ..., 15, ..., 13, ..., 21, ..., 4, ..., 19, ..., 11, ..., 18 6) En el segundo mensaje hay tres columnas "largas" de 6 caracteres, que ocupan las posiciones 6, 7 y 16. Las 6 y 7 ya sabemos que pertenecen a las posiciones de clave 1ª y 3ª, por tanto, como estas tres columnas al ser "largas" han de ocupar las tres primeras posiciones, sólo queda la 2ª para alojar el valor 16.
7) A partir de la composición de la columna revelada por el 16, Painvin repitió las mismas deducciones para todos los valores pares, hasta que pudo recuperar la clave entera:
6, 16, 7, 5, 17, 2, 14, 10, 15, 9, 13, 1, 21, 12, 4, 8, 19, 3, 11, 20, 18Una vez en posesión de la clave y de deshacer con ella la trasposición de muchos de los mensajes que tenían del mismo día, el abundante material permitió efectuar un extensivo análisis de frecuencias de los bigramas, el cual reveló ya de forma bastante clara la asociación de los mismos con las letras y números del alfabeto alemán, y por tanto permitió reconstruir la nueva matriz tomográfica de 6 x 6:
Matriz tomográfica de sustitución ADFGVX del 1 de junio de 1918

A diferencia de las tres semanas que tardó Painvin en romper la cifra en su primera ocasión, esta vez, todo el proceso había llevado menos de un día y medio. Los dos mensajes semejantes que habían permitido llegar a este punto, una vez descifrados, decían lo siguiente:
14 ID XX Gen Kdo ersucht voldere linie sofort drahten XX Gen Kdo 7 (Mensaje 1)
216 ID XX Gen Kdo ersucht voldere linie sofort drahten XX Gen Kdo 7 (Mensaje 2)Ya que sólo se diferenciaban en los destinatarios, la 14 y la 216 Divisiones de Infantería, que figuraban en el encabezado. En cuanto al texto, sólo se refería a la escueta petición de un informe sobre el estado del frente, que no arrojaba ningún dato interesante. Sin embargo, gracias a estos mensajes se había hallado la nueva tabla tomográfica y el equipo de criptólogos había adquirido mayor experiencia en el proceso de descifrado. Painvin se encontraba en un estado de gran gotamiento físico y mental. A causa del esfuerzo realizado durante el último mes, había perdido 10 kg de peso, y las últimas veintiseis horas sin dormir fueron la gota que colmó el vaso. El 2 de junio, una vez hallada la clave del día anterior, la transmitió por fototeletipo a Guitard y cayó rendido en su camastro. Painvín tuvo que ser ingresado en un hospital y no se reincorporó a su puesto hasta pasados dos meses.
Guitard no perdió el tiempo, convocó a su equipo de criptólogos y les mostró la clave obtenida para que descifraran cuantos mensajes del día 1 tuvieran a su disposición. Entonces fue cuando sobre la mesa apareció un corto texto de 126 caracteres, interceptado por el puesto de escucha del Mont-Valérien, cuya triangulación situaba el origen en el 18º Ejército Alemán situado Remaugies. Dicho mensaje tenía la siguiente forma:
FGAXA XAXFF FAFFA AVDFA GAXFX FAAAG DXGGX AGXFD XGAGX GAXGX AGXVF VXXAG XFDAX GDAAF DGGAF FXGGX XDFAX GXAXV AGXGG DFAGD GXVAX VFXGV FFGGA XDGAX ADVGG APero no nos aceleremos... si os parece, podríamos efectuar nosotros mismos el trabajo de los criptólogos franceses el 2 y 3 de junio de 1918. Entonces, solicitaremos que nos asignen a la Cámara Negra, y con la información que nos ha entregado Guitard por gentileza de Painvin, intentaremos descifrar este misterioso mensaje. Saltemos al siguiente apartado de esta página y comencemos:
NOTA: Continua en el siguiente mensaje