Caballos salvajes españoles de North Carolina.
A raíz de los comentarios expresados anteriormente:
viewtopic.php?f=228&t=12410Hablábamos de que, en tiempos del Imperio Español, se transportaban gran cantidad de caballos en barco hacia las colonias americanas. Cuando estos barcos movidos a vela pasaban por las llamadas Latitudes del caballo, situadas aproximadamente de 30º a 38º Norte y Sur del ecuador, zona que recibe pocas lluvias y tiene vientos variables mezclados con calmas, esos barcos a menudo quedaban encalmados en esas zonas de altas presiones.
En consecuencia, ese hecho prolongaba el viaje en más días de los previstos. En esas circunstancias los tripulantes de los barcos se veían obligados a economizar el agua y, teniendo en cuenta que los caballos la bebían en gran cantidad, era imposible mantenerlos vivos a bordo. A consecuencia de esto los tripulantes tenían que matarlos y lanzarlos por la borda para poder sobrevivir.
Esos son los caballos que no llegaron. Pero hay otros, que anecdóticamente sobrevivieron en otros viajes y naufrágios de la época, y hoy siguen vivitos y coleando libremente en las estrechas mangas que constituyen el cabo Hatteras en Carolina del Norte.
Los barcos que circulaban por la corriente del golfo rozando las costas de América del norte solían naufragar, pero el instinto de algunos de los equinos que transportaban les conducía a su salvación hacia la arena dunosa de las playas cercanas, donde como cualquier náufrago, sobrevivieron y se reprodujeron en libertad y aislamiento.
Los caballos salvajes de Corolla, Ocracoke, y en el parque federal de Shackleford Banks, que hoy constituyen incluso una atracción turística, estudios genéticos revelan que pueden provenir de una raza Ibérica extinta en el resto del mundo. Una reliquia viviente.
Los equinos se extinguieron en Norteamérica hace más de 11.000 años, durante el Pleistoceno, junto a criaturas como los mastodontes, antes de ser reintroducidos por los españoles en el siglo XVI. Los caballos salvajes de Corolla provienen de estos animales que perdieron su domesticidad. Sus características físicas con espaldas cortas y patas de poca alzada les diferencian de otras razas del continente.
Nuestro querido
Orfebre, gran experto en la materia, siempre podrá ampliarnos conocimientos al respecto.