Para Ensenada.

Entonces ahora entiendo todo lo ocurrido en Filipinas, Cuba y Puerto Rico. Entiendo tambien por que se quedaron unos barcos en la peninsula y otros fueron mandados en unas condiciones especiales, entiendase "con una gran reserva de espacio...." frase muy actual.

Para Ensenada y Seper.

Retomando el hilo del post, los servicios de inteligencia americanos contaron con un agente un poco especial, he leido que cuando salio la escuadra de Cervera, en las Canarias hubo un teniente de navio destinado en la comandancia que paso informacion a los americanos. ¿ Que podeis aportar sobre este dato?

Hay información de este asunto en el magnífico artículo de Augusto Conte publicado en la
Revista General de Marina de mayo de 2010, y amablemente aportado al foro.

viewtopic.php?f=220&t=1388&start=1150

Después de comenzada la guerra el servicio de inteligencia naval español, por llamarlo así, comenzó a operar activamente desde Montreal, donde el agregado naval español en Usa, teniente de navío Ramón Carranza, había tenido que huir adoptando la identidad de Frederick w. Dicson. Una de las primeras medidas adoptadas fue situar a un agente en Halifax que remitía desde allí los informes a Madrid.

Contrato a varios individuos, que algunas fuentes citan como británicos y otras como canadienses, bajo un precio elevado. Realizando una labor que seria la causa de quedar descubiertas las operaciones de inteligencia españolas por los servicicos secretos canadienses y americanos.

En Washington contrato los servicios de George Downing, antiguo marino que al parecer trabajaba para la marina americana. Gracias a él se obtuvo la información de que el día 7 de mayo de 1898, se ordeno el alistamiento del crucero Charleston para incorporarse a la flota del pacifico. Pero también se le debe a él, las pistas para quedar descubierto el servicio de inteligencia español. Pues su información la mandaba por carta y sin cifrar, gracias a esto y al control de la correspondencia que se hacia desde los USA, se pudo seguir la pista hasta dar con Carranza. Tras su detención, al verse delante de un pelotón de ejecución decidió quitarse la vida ahorcándose en la celda.

Este seguimiento que se hizo a Carranza hasta su expulsión de Canadá, permitió dejar al descubierto el famoso tema de los barcos corsarios y tirar por lo suelos el trabajo de los agentes contratados para operar en la costa de Estados Unidos. York, Elmhurst y Frank Mellor, agentes contratados para realizar labores de inteligencia para la escuadra española que se estaba alistando para atacar el trafico mercante entre Charleston y Halifax .

Frank Mellor, canadiense y detective privado, fue detenido y encarcelado en Tampa. Muriendo más tarde en la prisión a consecuencia de la sífilis.

Fuente Diccionario histórico sobre la guerra Hispano Americana

Sobre el servicio de inteligencia naval español y la preparacion de los marinos españoles, creo que este articulo lo dice todo.Si los hubiesen escuchado quien tenia que haberlos escuchado, posiblemente estariamos hoy de otra manera.

Este articulo fue publicado 15 de mayo en la revista nº 26 del "El Mundo Naval Ilustrado" de 1898. Fue firmado en marzo de 1898 en la Habana, por "uno de los jefes de la armada". Su titulo dice así:

BREVES APUNTES PARA IRNOS PREPARANDO POR SI SURGIERA LA GUERRA

El mayor peligro que podíamos correr en Cuba serla la falta de recursos en carbón, víveres y material de guerra, de que se carece en dicha isla, que, condenando a nuestros buques a la inacción, diera la victoria a los yankees; mas ella será nuestra a la larga si, no careciendo de recursos y listos para emprenderla, buscamos la oportunidad (la entrada del verano), porque la tenacidad y el valor indomable de nuestra raza son factores importantísimos para la victoria de nuestras armas.

LA GRAN ANTILLA

Ocupa la isla de Cuba una posición muy estratégica, porque situada a la entrada del golfo de México, le separa de él el canal de Yucatán, con una anchura de 130 millas; al Norte la costa Sur de la Florida, que dista 130, y sus cayos, y sobre todo el de Cayo Hueso, a 75 de la Habana; al Este el llamado por los americanos canal del Viento, que nos separa de la república haitiana unas 50 millas.

Los Estados Unidos sostienen un comercio muy activo con las repúblicas enclavadas dentro del mar de las Antillas, desde Venezuela a Honduras, y sus buques se ven obligados a pasar por los citados canales y el de la Mona, entre las islas de Santo Domingo y Puerto Rico.

Estos tres pasos ó canales estarán siempre en nuestro poder y son fáciles de guardar por buques que, aunque de escaso porte, tienen una gran importancia militar, y teniendo sus aprovisionamientos y refugios en nuestras islas de Cuba y Puerto Rico, podrán sostener una vigilancia tal que impidamos, anulemos y destruyamos este gran comercio americano, con inclusión del que sostienen en el seno mejicano.

BUQUES ADECUADOS PARA ESTE SERVICIO.

Los más apropiados son los cazatorpederos y torpederos de alta mar, los primeros del tipo Osado, de 350 a 400 toneladas, 2,40 a 2,70 m. de calado, a 6.000 millas de radio de acción a su velocidad económica de 10 a 12 millas, y 30 millas de marcha en pruebas de recepción.

Estos buques podrían hacerse en seis u ocho meses, al precio de 50.000 libras cada uno, y los 22 que se requieren costarían poco mas ó menos 5 1/2 millones de pesos oro; si no surgiera la guerra, los conservaríamos en nuestros arsenales, en sus varaderos rádiales a cubiertos y nunca se harían anticuados, debido a su andar; allí quedarían hasta la entrada del próximo siglo, que tendremos que emplearlos en la guerra contra el Japón, que pretenderá apoderarse de parte de nuestras islas Filipinas, para dar salida a su numerosa población, que ya no cabrá en sus reducidos dominios.

DIVISIONES y ESCUADRILLA.

Con los 22 cazatorpederos formaríamos las siguientes divisiones: la de Mantua, compuesta de 4; la de Nipe, de 2; la de Cuba, de 6, y la de Puerto Rico de 2; además la Escuadrilla de la Habana, de 8; estas divisiones y Escuadrilla las llamaremos ligeras.

La de Mantua se proveería en San Cayetano, al abrigo de los Colorados, y tendría por misión impedir el paso por el canal de Yucatán, haciendo sus correrías hasta Honduras al Sur y hasta Veracruz al Oeste, por encima de la Sonda de Campeche, navegando siempre dos, en conserva.

Si avistaran buque ó buques “americanos de guerra”, lo atacarían dos ó los cuatro de día, si la ocasión les fuera propicia, ó de noche, cargando todos sobre un mismo buque, a fin de evitar a toda costa que los enemigos fueran dueños de este canal, ámenos de sostener en e1 una Escuadra, en cuyo caso vendrían por dentro de los Colorados otros de la Habana para impedirlo.

En el fondeadero del Cajón (cabo de San Antonio) habría un torpedero de alta mar para comunicar con los “ligeros”, en caso de necesidad.

Si nos conviniese apagaríamos la farola del cabo San Antonio y las demás de la isla, previo aviso a los navegantes.

La segunda división en Nipe, de dos, para vigilar los pasos de las Bahamas, llamados Crooket, Ackins y la Yuagua hasta la isla de la Tortuga, en Santo Domingo, y el canal del Viento.

La de Cuba, de seis, con residencia en Cuba y la Caimanera y
repuesto en Manzanillo, para vigilar hasta las costas de Santo Do
mingo y Jamaica.

Si los enemigos bloquearan a Santiago de Cuba, se conservarían los seis unidos y, reforzados con los dos de Nipe, obligarían a la Escuadra a levantar de noche el bloqueo, y aprovechando la primera oportunidad que se les presentara atacarían en grupos de a cuatro a los dos más poderosos buques de ellos, y seguros estamos que, a costa de las preciosas vidas de los Comandantes y dotaciones de algunos de ellos, echaríamos a pique sus más preciados buques, porque la tenacidad y el heroísmo son prendas seguras de nuestra raza.

La de Puerto Rico, con residencia en Mayagúez y repuesto en Guanica, vigilaría el paso de la Mona: dos cazatorpederos.

La Escuadrilla de la Habana, con ocho, para vigilar la Escuadra del bloqueo, acosarla de noche y batirla en grupos de a cuatro a dos de sus más potentes acorazados.

Dos torpederos en Matanzas y dos en Cienfuegos.

Estas divisiones “ligeras”, dado su rápido andar, su escaso calado y los abrigos y refugios que nos ofrece esta isla, rodeada en su mayor parte de cayos y arrecifes, constituirían en sí más valor que otras de buques grandes, que se verían imposibilitadas para su aprovisionamiento y refugio; además, rodeados nosotros de países hispano-americanos que, identificados con nosotros por su origen y su lengua, nos prestarían sus auxilios y nos facilitarían noticias del paso de los buques enemigos, serían el terror de sus buques el día que ellos vieran ó supieran que uno de ellos había sido echado a pique por nuestros “ligeros”.

DIVISIONES y ESCUADRILLA.

Con los 22 cazatorpederos formaríamos las siguientes divisiones: la de Mantua, compuesta de 4; la de Nipe, de 2; la de Cuba, de 6, y la de Puerto Rico de 2; además la Escuadrilla de la Habana, de 8; estas divisiones y Escuadrilla las llamaremos ligeras.

La de Mantua se proveería en San Cayetano, al abrigo de los Colorados, y tendría por misión impedir el paso por el canal de Yucatán, haciendo sus correrías hasta Honduras al Sur y hasta Veracruz al Oeste, por encima de la Sonda de Campeche, navegando siempre dos, en conserva.

Si avistaran buque ó buques “americanos de guerra”, lo atacarían dos ó los cuatro de día, si la ocasión les fuera propicia, ó de noche, cargando todos sobre un mismo buque, a fin de evitar a toda costa que los enemigos fueran dueños de este canal, ámenos de sostener en e1 una Escuadra, en cuyo caso vendrían por dentro de los Colorados otros de la Habana para impedirlo.

En el fondeadero del Cajón (cabo de San Antonio) habría un torpedero de alta mar para comunicar con los “ligeros”, en caso de necesidad.

Si nos conviniese apagaríamos la farola del cabo San Antonio y las demás de la isla, previo aviso a los navegantes.

La segunda división en Nipe, de dos, para vigilar los pasos de las Bahamas, llamados Crooket, Ackins y la Yuagua hasta la isla de la Tortuga, en Santo Domingo, y el canal del Viento.

La de Cuba, de seis, con residencia en Cuba y la Caimanera y
repuesto en Manzanillo, para vigilar hasta las costas de Santo Do
mingo y Jamaica.

Si los enemigos bloquearan a Santiago de Cuba, se conservarían los seis unidos y, reforzados con los dos de Nipe, obligarían a la Escuadra a levantar de noche el bloqueo, y aprovechando la primera oportunidad que se les presentara atacarían en grupos de a cuatro a los dos más poderosos buques de ellos, y seguros estamos que, a costa de las preciosas vidas de los Comandantes y dotaciones de algunos de ellos, echaríamos a pique sus más preciados buques, porque la tenacidad y el heroísmo son prendas seguras de nuestra raza.

La de Puerto Rico, con residencia en Mayagúez y repuesto en Guanica, vigilaría el paso de la Mona: dos cazatorpederos.

La Escuadrilla de la Habana, con ocho, para vigilar la Escuadra del bloqueo, acosarla de noche y batirla en grupos de a cuatro a dos de sus más potentes acorazados.

Dos torpederos en Matanzas y dos en Cienfuegos.

Estas divisiones “ligeras”, dado su rápido andar, su escaso calado y los abrigos y refugios que nos ofrece esta isla, rodeada en su mayor parte de cayos y arrecifes, constituirían en sí más valor que otras de buques grandes, que se verían imposibilitadas para su aprovisionamiento y refugio; además, rodeados nosotros de países hispano-americanos que, identificados con nosotros por su origen y su lengua, nos prestarían sus auxilios y nos facilitarían noticias del paso de los buques enemigos, serían el terror de sus buques el día que ellos vieran ó supieran que uno de ellos había sido echado a pique por nuestros “ligeros”y un "cazador" de la Escuadrilla “ligera”, saldría nuestra Escuadra de combate a gran velocidad sobre el cayo y situados al Sur en los puntos indicados de antemano a cada buque, que estarán a la vista unos de otros, de las señales de Ardois, romperla el fuego y en dos horas quedarla arrasado el cayo, teniendo cuidado de colocar los más poderosos buques frente a la canal del puerto y al extremo E.

Cuando se verifique este bombardeo se reforzará la Escuadrilla con los dos torpederos de Matanzas y los cazatorpederos de Man tua, porque conviene alejar sus buques en esa noche para impedir que vengan en socorro de la plaza ó traten de interceptar el paso de entrada de la Habana, para lo cual se vigilarán las Tortuguillas y el paso de Rebeca por el O, y la costa de la Florida al E.

Destruido el cayo y sus recursos, tendrían que ir a hacer carbón Penzacola y Movila en el seno mejicano, o a Savanah y Wil mington, en la Florida, que, distando de 500 a 600 millas de la Habana, les haríamos perder de 1.000 a 1.200 millas de radio de acción, alejando a su Escuadra ó parte de ella de las inmediaciones de la misma.

Si en justa represalia trataran ellos de bombardear a la Habana, lo impediríamos con nuestra Escuadra, situada bajo el fuego de la plaza, y sacrificaríamos la Escuadrilla ligera, que en grupo de tres ó cuatro se dirigieran á echar a pique a sus grandes buques de combate, que no podrían resistir el ataque de tres ó cuatro “cazadores” a un tiempo, decididos a echarlos a pique o a perecer en la demanda; perecerían, pero veríamos hundirse a sus mejores buques a la vista de la Habana.

La misión de la Escuadrilla ligera es molestar a la Escuadra enemiga, sosteniendo la alarma continua en ella durante las noches, para no dejar en reposo a sus tripulaciones y sostener a los buques con vapor para moverse en breves instantes, haciéndoles consumir pronto el carbón e infundir pavor en sus noveles y abigarradas dotaciones, y muy especialmente si van a buscar fondeadero a las Tortuguillas.

Este fondeadero (de las Tortuguillas) habría que quitárselo también, y es fácil, destruyendo todas las farolas desde el canal de Rebeca a las citadas islas, pues sin ellas son inabordables; es mis, son temibles para navegar de noche por sus proximidades. El curso de las operaciones nos iría indicando las demás medidas.

COMPLEMENTO
El bombardeo de las poblaciones enclavadas en el litoral del Atlántico, y por último, un intento de ataque ó ataques a New York, penetrando por entre Long Island y la costa del estado de Connecticut, que es su parte más débil, complementarían nuestra obra.

Los Estados Unidos, dado su gran comercio y su numerosa población, es así como un monstruo de forma de gran serpiente que, dada la distancia de su cola a su cabeza, no puede atender a la defensa de la primera y se le puede herir impunemente en uno de sus anillos ó vértebras, y aunque no quede muerta, quedará inútil.
Paralizado su gran comercio marítimo, fuente de su riqueza, se verían obligadas centenares de fábricas a cerrar sus puertas, dejando sin trabajo tal vez muchos millares de seres (su población excede de 70 millones de almas).

Estos en su mayoría forman un conjunto abigarrado de extranjeros e hijos de ellos, que no tienen otra base de unión que los intereses materiales, y fallos de ellos, sin pan y sin trabajo, se revolverían contra su nueva patria, que les llevó a la miseria.
Pueblo de ayer, sin historia, sin prosapia, sin otro móvil que la tranquilidad y la vida material, irían esas masas sin trabajo al socialismo y al anarquismo más espantoso.

Rotas las hostilidades, nada deberá detenemos; lucharemos como hemos luchado siempre, y tal vez podamos añadir nuevos timbres a nuestra preclara historia: "Los de haber sido España la que abatió y humilló a esos modernos cartagineses del Nuevo Mundo".

HIJUELA

Adquirir planos, portulanos y demás de los Estados Unidos en gran cantidad y traducir sus derroteros para el reparto en todos nuestros buques, por pequeños que sean éstos.

Habana, Marzo 1898.

UN JEFE DE LA ARMADA.

Desde luego tema muy interesante.

En cuanto a su conexiones con los yankees, o con la ONI, la cosa se me antoja complicada. Lo más probable es que los norteamericanos destruyeron la documentación que comprometía a sus informadores.

Hola Seper, lo del tema del articulo, es simplemente eso, un articulo publicado en una revista de tirada quincenal. El articulo no va firmado, pero da la impresion que es una aportacion personal de un marino.

Lo que he querido presentar, es la idea de un marino sobre un plan, viable o no por las circunstancias, pero que demuestra un interes que otros no vieron.

Estoy preparando otro con el mismo fin, donde el agregado naval, presento al gobierno DOS años antes del desastre, sus impresiones sobre la armada americana y la politica americana. Que al parecer, por los acontecimientos, no fueron tenidos en cuenta.

Otra aportación de un oficial de marina sobre inteligencia. Esta vez viene del agregado naval de la embajada en la capital americana, José Gutiérrez Sobral. Es una parte de lo enviado al gobierno Español en octubre de 1896.

Parte de este documento fue publicado el 1 de junio de 1898, en vísperas del desastre de la armada en Cuba, por la revista El Mundo Naval Ilustrado. La cabecera del articulo tiene una nota de la editorial que dice “Juzguemos oportuno en las actuales circunstancias dar a conocer lo mas sustancial de este interesante documento, que hace dos años remitió a nuestro gobierno el Sr. José Gutiérrez Sobral, ejerciendo el cargo de Agregado Naval de la Legación Española en Washington”

La cabecera del artículo dice: Océano Pacifico. Lo que estaba previsto.

No sólo bajo el punto de vista militar, sino también bajo el de las relaciones comerciales con los países del Extremo Oriente, he creído conveniente para los intereses de nuestra nación el conocimiento de las costas de los Estados Unidos que bañan el Océano Pacífico.

Las miras del pueblo de la republica americana sobre las aguas de este Océano son bien conocidas; quiere ser el dueño o arbitro del comercio que circule por tan extenso mar, y sobre todo, del que salga de los puertos de China y Japón. De ahí el gran interés de los Estados Unidos en la apertura del canal de Nicaragua con su única y exclusiva intervención y en la adquisición de las islas Hawai. El canal de Nicaragua aproxima las dos costas de este inmenso Estado, y la posesión de las mencionadas islas les permite establecer en medio del Pacifico una estación naval para su Marina de guerra. A estos dos factores materiales, necesarios para realizar su deseo de dominar el Pacífico, hay que añadir un tercero, que es de una gran importancia. Ese tercero es la influencia moral que por todos los medios trata de ejercer en las tierras que bañan los mares de Asia. Esa influencia pudiera ser sin importancia para nuestra nación si ésta no tuviese intereses grandes en tan apartadas tierras orientales. Nuestro Archipiélago filipino puede verse herido de esa influencia, y la herida puede tomar la forma de la que desgraciadamente tiene la isla de Cuba.
Americanos de esta república han inspirado los artículos que la prensa de Tokio ha publicado criticando el sistema colonial que España ha seguido en las islas Filipinas y censurando nuestra política en las mencionadas islas.

No dudo que los japoneses, levantados de espíritu, más que por su naturaleza, por los juicios tan erróneos que con respecto a ese pueblo ha emitido casi toda la prensa de Europa, con motivo de la guerra que últimamente sostuvo contra China, hayan tratado de manifestar su poderío, lanzando en su prensa algunas ideas de expansión de su imperio, fijando su atención para realizar tal política en las posesiones de la nación que han creído más débil.
Error grandísimo ha sido el de la prensa de Europa, y error con consecuencias para España el de nuestros periódicos cuando, tratando del Japón, lo pintaban como un pueblo de peligrosa vecindad para nuestras posesiones oceánicas. Esa declaración de temor es una declaración de debilidad que otra nación aprovechará para explotarla con el brazo japonés.
Conocido es, é inútil sería negarlo, el deseo de los Estados Unidos y la posesión de nuestra isla de Cuba, deseo no basado en un sentimiento de mejorar la situación de dicha isla, arrancándola del dominio de España, sino basada en un Interés que reviste el carácter de comercial y militar.

La isla de Cuba por su situación, es la llave del golfo de Méjico, porque las dos entradas a este mar, que son los estrechos de Florida y de Yukatán, pueden ser dominadas desde la Habana y Cabo de San Antonio. Fomentando las insurrecciones en Cuba, material y moralmente, para ver de que se haga independiente, y poder intervenir más directamente sobre ella, con el pretexto de evitar que se convierta en una Republica negra, como Santo Domingo ó Haití, según ha dicho el subsecretario del Misterio de la Guerra, de la administración de Cleveland, realizan su deseo, y el fomento de las insurrecciones en nuestra isla de Cuba puede ser ayudado distrayendo nuestras fuerzas y nuestros recursos allá en nuestras posesiones de Oriente; y si de los puertos del Océano Atlántico de esta república han salido las expediciones de armas para Cuba, de los del Océano Pacífico saldrán para Filipinas, y debo manifestar que no serían las primeras que se enviasen, pues según noticias y versiones que he recogido en esta ciudad de San , Francisco, ya han sido enviadas algunas. Las Islas Hawai es residencia de japoneses y manilos, gente casi toda que por su falta de recursos y su baja clase social está dispuesta a entrar en toda clase de empresa aventurera.
No hace mucho tiempo un cubano trató de formar en Honolulu una sucursal de la Junta de New York, afortunadamente sin éxito, tal vez por lo lejano a Cuba; pero ¿sucedería lo mismo si tratase de hacer un centro de conspiración contra las Filipinas?

Creo que pueden prevenirse algunos males para nuestras Filipinas, empleando en las aguas del Océano Pacífico una conducta muy distinta de la hasta aquí seguida, y esa conducta es la de hacer visibles nuestros buques de guerra en el litoral americano e islas de la Oceanía. Este proceder nos traería las ventajas de que verían por estos sitios que tenemos elementos para defender nuestras posesiones y que no están abandonadas, y la de estimular a nuestra Marina mercante, al amparo de la bandera de guerra, a venir por estas aguas para buscar mas amplío campo a sus operaciones mercantiles.
He oído a muchos españoles residentes en estas costas lamentarse de que nuestro país jamás manda por estas aguas un buque de guerra, llegando a creer algunos que la causa es que carecemos en absoluto de ellos.
Si queremos conservar con garantías nuestros intereses del Pacifico, como son las Filipinas, es necesario que nuestros cruceros, en vea de prestar el monótono é improductivo servicio de estacionarse meses y meses en un archipiélago como las Carolinas, dividiesen el tiempo y se fueran relevando desde Carolinas a Honolulu, San Francisco, costa de Méjico, Panamá, Otaíti, Samoa, Caledonia y Filipinas, para mostrar nuestra bandera de guerra en todos esos puertos, donde van buques de todas las naciones.

No dejo de comprender que esto grava algo al presupuesto, aunque no tanto como se cree: primero, porque entiendo que los buques se conservan mejor navegando que fondeados, y segundo, porque ese servicio activo puede evitar mayores gastos en el porvenir.
Si los puertos de los Estados Unidos en el Atlántico hubiesen sido siempre frecuentados por nuestros buques, no hubiese llamado la atención ni podría interpretarse como amenaza que en este período de la guerra de Cuba hubiéramos enviado a las aguas de New York y Carolinas, Norte y Sur, algunos buques, cuya presencia habría evitado la salida de muchas expediciones.
En la comisión que por encargo del Excmo. Sr. Ministro de España en los Estados Unidos tuve la honra de desempeñar por el Centro y Sur de América a principios de este año, tuve ocasión de oír de labios de las autoridades de esas repúblicas que producía más efecto para evitar complots y expediciones destinadas a los insurrectos de Cuba la visita de un buque de guerra español que cualquier sistema de vigilancia que se emplease, y desgraciadamente hemos visto comprobada tal verdad.

Entiendo que si es necesario el conocimiento de los elementos materiales de guerra que tiene esta nación para prevenirse contra ella, no menos interesante es el estar preparado moralmente para evitar, si es posible, contingencias futuras. La fuerza moral de un pueblo es una salvaguardia de tener que usar su fuerza material. Y aunque repetiré que los acontecimientos que pesan hoy sobre España prueban la verdad de este aserto, y que si continuamos sin reforzar nuestra Escuadra en Filipinas, para poder disponer de buques que surquen las aguas del Japón y las de las costas occidentales de este continente, seguirán creyendo que la falta de esas fuerzas navales les garantiza todo intento de molestar nuestro Archipiélago malayo.
Ésta república de los Estados Unidos tiene hoy buques de guerra en Hawai, Samoa, Japón, China y Korea, y los tiene para favorecer sus intereses, y si éstos pugnan con los nuestros de Filipinas, contra estos irán, como han ido contra Cuba.
No sólo por sus extensas costas, sino por lo separadas que están las del Atlántico de éstas del Pacífico, formarán en este mar una Escuadra que sea tan respetable como la que esperan tener en las costas del E.

De tos tres nuevos acorazados de 11.000 toneladas sacados nuevamente a concurso, uno será construido por la casa Union Iron Work de San Francisco, y quedará cuando esté terminado para prestar servicios en esta costa, en unión del Oregon que está completamente terminado.
La proximidad de esta costa al Japón, pues cualquier otro Estado de Europa dista más, hace que los japoneses vengan con preferencia a esta nación para estudiar y conocer los adelantos industriales, y esos japoneses, al volver a su país, van influenciados por lo que en la prensa de este pueblo se escribe y por lo que oyen decir referente a nuestra nación, concluyendo por asimilarse las ideas que tiene este Estado con respecto a nuestro poder colonial en Cuba y traducirlo en nuestras islas Filipinas.

Las alturas desvanecen, y el pueblo japonés se elevó tanto después, de las victorias que consiguieron sobre los chinos, que los llevo al extremo de creerse dueños del Asia, y plagiar a los americanos lanzando la frase de «Asía para los asiáticos», y la prensa de Europa, repito, tuvo la debilidad de tomarlo en serio. Sostener tal principio es desconocer la historia del mundo y las leyes por que se rige, leyes que, sean providenciales ó fatales, están por encima de la voluntad humana para su cumplimiento. Sí los gérmenes de la civilización nacidos en Asia no han fructificado en este continente, y han venido desarrollarse en la vieja Europa, para ser difundidos luego sobre el resto del planeta, ha sido porque la fuerza intelectual se encontraba al Oeste del Caspio. Si las naciones de Europa han llevado a cabo grandes conquistas y han derribado civilizaciones, ha sido porque las han sustituido con otra mas superior; por eso han conquistado al continente americano y van conquistando al asiático. Pero ¿qué nuevas ideas nos trae el Japón? ¿Ha entrado en la civilización moderna por temperamento? Ha entrado porque se le obligó a abrir sus puertos al comercio a cañonazos. Acepta la civilización europea por necesidad; su oposición sería la muerte. Porque haya aceptado esa civilización ¿le vamos a conceder el más mínimo derecho a inmiscuirse en los asuntos de naciones envejecidas en el ímprobo trabajo, cien veces secular, cuyo resultado es el progreso moderno.
Yo no creo se debe temer a los hijos del Mikado; es mas, creo que se hace muy mal por parte de nuestra prensa en manifestar sospechas de ese temor, porque, como más arriba he dicho, se traduce por debilidad. Lo que hace falta es estar alerta contra sus manejos, que podrán ser hijos de sus intereses políticos ó de consejos recibidos de otra nación, y para estar prevenidos es de necesidad que tengamos más fuerzas navales en nuestro Archipiélago. Nos lo exigen el Japón y los Estados Unidos ……………….....................................

Se activan los trabajos para tener listos a fin de este año los buques Adams, Albairos, Alert, Bennington, Boston, Detroit, Machias, Marion, Modnadnock, Monocaci, Monterey, Olimpia, Oregón, Phi ladelphia, Pinta, Yorkteron, algunos de estos buques están en el arsenal de Mare-Island,
Todo este material naval que tienen los Estados Unidos en las aguas del Pacífico lo dedicarán en caso de guerra contra España para defender sus costas de cualquier agresión por parte de nuestra Escuadra de Filipinas, salvo el caso que traten de utilizarlo para molestarnos en nuestro oriental archipiélago.
Debe tenerse presente que, aunque las islas Hawai son independientes, están dominadas moralmente por los Estados Unidos, y en caso de guerra las utilizarán como punto de apoyo de los buques que envíen a Manila, si quieren atacarnos por ese lado...................



J. G. SOBRAL
Agregado naval en Washington. San Francisco California 29 Octubre 1896.

No porá decirse que no tuviera el gobierno español buena información. Sobral advierte de lo que iba pasar con gran acierto. En mi opinión sólo se equivoca en lo de no tener miedo al Japón.Los intereses de los Estados Unidos se dividían entre el control del Caribe y el del Pacífico, y España estaba en el mejor sitio en el peor momento.

Información sobre el oficial de la Armada española que suministro información a los yankees de las defensas de Canarias.

https://imageshack.us/photo/my-images/199/art2zl.jpg/