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 Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897. 
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Nuevo mensaje Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Estimados compañeros:

Curioseando para buscar información e imágenes en la Revista Naval, descubrí hace algún tiempo, un artículo de mi alter ego, el Teniente de Navío de 1ª Clase Juan de Carranza y Reguera. He estado tentado muchas veces de publicarlo yo mismo variando el lenguaje, haciéndolo más actual, pero he decidido transcribirlo tal cual el Teniente de Navío lo consignó. Trata de su comisión el el río Cauto, a finales de 1897. En este artículo, se detalla la defensa del fuerte de Goamo, y de su jefe, el capitán Murazabal, al que me es imposible localizarle recompensa.
Transcribo con humildad, y sin añadir una coma lo escrito por mi alter ego , y veremos como en algunas cosas erró y en otras no. Para mí, no erró en ninguna, pero eso quede para el que lea el relato.
Sin más, aquí empieza:


Cuando se lean estas líneas, los periódicos de gran circulación, con su bien montado servicio de telégrafo, las correspondencias y y las comunicaciones oficiales habrán dado conocimiento al público de detalles y pormenores en que no entro, ni aún tampoco respecto ala heroica defensa del Destacamento del Goamo, no llamándole fuerte por quedar destruido a los pocos disparos de la artillería enemiga el fortín que a sus bravos defensores albergaba; mi relación será compendiosa, y me fijaré en lances inéditos, adquiridos por mí mismo, o por mí presenciados, más bien que en repetir lo que ya ha corrido de un extremo a otro de la Península.
La defensa del Goamo caminaba a su término, pues todo lo que tiene este mundo, sin el logro alcanzado de la brigada Aldave, que tras sangrienta lucha salvó, en 8 de Diciembre, a aquellos bravos soldados de muerte segura. Hay fechas que deben escribirse en letras de oro; una de ellas es el 8 de Diciembre; se ve visiblemente la mano de la Providencia. Ese día es el de la Patrona de nuestra Infantería; en ese día cayó Maceo muerto por nuestras balas; en ese día salvó el General Aldave al Goamo.; ese mismo día celebraba su fiesta el fuerte del Goamo, ante el plomo enemigo, pues estaba construido bajo advocación de la Purísima Concepción, cuyo título llevaba.

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Comandante de la división de cañoneros surta en el puerto de Cienfuegos, con insignia en el cañonero: Diego Velázquez R. O. del 19 de febrero de 2015.
Educad a vuestros hijos en sentimientos de devoción al deber, fe ciega en la disciplina y amor entusiasta por la Patria.-
Ni se dará cuartel, ni se pedirá


15 Jul 2012 16:37
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Cuando al día siguiente los bravos de Aldave, guiados por él mismo con derroche de valor personal, fueron avistados por sus hermanos del Goamo, el entusiasmo en unos y en los otros no reconoció límites; todos olvidaron las penalidades sin cuento sufridas; los primeros las marchas forzadas, el tenaz combate que nos costó tan sensibles pérdidas, pero con el que se batió y ahuyentó al enemigo; los segundos, los rigores del tremendo asedio: Cuando en la noche del 13 supimos en el convoy la salvación del Goamo y el escarmiento infligido al enemigo, creo que ya nadie descansó, olvidáronse las duras fatigas y momentos de terrible angustia y la impaciencia nos devoró para abrazar a los de Aldave y a los del Goamo.

Comisionado el 15 para pasar al Goamo con dos cañoneros y desempeñar una comisión del Sr General en Jefe, fui el primero del convoy que pudo abrazar al ya hoy capitán Murazabal, comandante del puesto, y felicitarle dándole la más cumplida enhorabuena en nombre del Sr General en Jefe, así como a sus heroicos soldados; me cupo la ara mí igualmente honrosa de hacerlo en nombre de la Marina.

Aquel héroe no sabía qué contestarme; la heroicidad verdadera siempre es modesta, y modesto si los hay, es el esforzado y decidido capitán Murazabal, a cuyos señores padres envío respetuoso y cariñoso saludo, expresivo de mi admiración por su hijo.

De sus labios y de los de su digno compañero teniente Lasheras escuché con religioso silencio la narración escueta de lo ocurrido. Antes del 28 de Noviembre había sufrido otro asedio, pero en ese día numerosas fuerzas enemigas, quizás estimables en 2500 hombres mandados por el cabecilla Carlos García Vélez, levantaron por la noche, en la orilla opuesta, una trinchera, en la que instalaron dos piezas de artillería con las que lanzaron contra el fuerte unos 150 proyectiles en el curso del asedio. Claro es que a las pocas horas estaba desmoronado aquél, pues la corta distancia a que se encontraba hacía que los disparos fueran sumamente certeros. Destruido también un fortín avanzado que tenía el Goamo, y en el que se instaló después el mencionado cabecilla, ya sin agua, sin víveres, sólo con alguna galleta y tocino, aquellos bravos soldados de Baza, diezmados por el enemigo, se refugiaron en el foso lleno de agua corrompida, que bebían y sacaban con sus espaldas; en el foso enterraban sus muertos, en él curaban a sus numerosos heridos, de él no podían asomar más que la cabeza para herir a los que no podían domar su heroica tenacidad. Ni promesas, ni halagos, nada rindió un segundo su esforzado ánimo. Hambrientos, calenturientos, cadavéricos, su fuego no cesaba. Intimada la rendición por el enemigo, con promesa de respetar sus vidas, fue la contestación de Murazabal, tan digna y levantada como sus hechos: Ínterin aliente un defensor del Goamo, seguirá el fuego, y si queréis las armas, venid por ellas.

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15 Jul 2012 16:39
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Y vinieron en formidable columna de asalto, en número de 700 hombres, guiados por un titulado capitán que había sido parlamentario, en la amanecida del 3 de Diciembre, protegidos hasta aquel momento por el fuego de cañón y la neblina; llegaron a la alambrada, distante pocos metros del foso; se abalanzaron para saltarla; algunos lo lograron, otros cayeron allí; siguieron hacia dentro, se pusieron en contacto con los nuestros, pero fueron rechazados por aquellos esqueletos humanos al grito de ¡Viva España!, viéndose forzados a renunciar a su intento, dejando veintiocho cadáveres en las proximidades del foso, cuya corrupción vino a aumentar los horrores de aquella resistencia sin igual, sólo comparable a los defensores de Zaragoza y Gerona.

Es inútil describir con que saña continuó el asedio desde aquella memorable mañana hasta el 8 de Diciembre. No se atrevieron a repetir el asalto, pero el fuego de cañón y fusil fue más vivo si cabe. Por eso he dicho caminaba aquello a un término fatal si no llegan tan oportunamente las fuerzas del General Aldave, atravesando montes, abierto el paso a fuerza de machete.

Los 50 hombres de cazadores de Baza que guarnecían el Goamo bien honraron su bandera, y la patria no debe escatimarles recompensas pecuniarias, que en honores no se las regateó ciertamente.

Pues bien, este bravo soldado, este heroico Murazabal, la tarde en que yo llegué creyó que también venía en los cañoneros el Sr General Pando, y una vez que me contó la relación y detalles de lo acaecido, lo veía yo inquieto y desazonado, deseando acabar de hablar conmigo para ocuparse de la limpieza de frente al fuerte; no pude por menos preguntarle que temía y por qué estaba inquieto.

-Pues se lo diré a usted francamente, mi comandante- me contestó. Pero como ahí vendrá el General y saltará a tierra para ver los heridos, no quisiera me echara un trepe ¿¡!? no viendo esto arreglado.

No necesita comentarse tanta modestia; habla por sí misma: aquel hombre no daba importancia a lo por él hecho; más aún, temía le riñeran por un detalle insignificante. Le manifesté que no venía el General; que aún cuando viniera, sólo sería para abrazarle, así como a sus soldados y que se preparase a recibir el mayor de los honores que se le podían tributar: el honor de desfilar ante él y su tropa el Ejército y la Marina expedicionarios del Cauto batiendo marcha, en columna de honor las tropas y en orden de fila los cañoneros. No lo quería creer.

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15 Jul 2012 16:41
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Si Murazabal leyera lo que estoy escribiendo a cien metros de él, me rogaría lo rompiese. Un día me vió tomar datos de los soldados y que los apuntaba.

- Hágame el favor de no ocuparse de mí.

Ya verá él, si esto llega a sus manos, que no cumplo lo que le prometí.

Se me vienen a la imaginación detalles que quisiera cortar para no hacer tan largo este escrito: los defensores del fuerte tenían tras el asedio tantas municiones como en su comienzo; fue debido a que las recogieron de los cadáveres enemigos y de las abandonadas en su precipitada huída. El consumo de municiones lo hacían tan económicamente como podían, de agotárseles, su forzosa rendición era segura.

El parlamentario que llevó a intimación de rendirse era un titulado capitán insurrecto, que entregó la carta de García Vélez a pocos metros de una entrada que daba acceso de la alambrada al fuerte, y le sirvió la comisión para fijarse y guiar la columna de asalto, muriendo casi en el mismo sitio que parlamentó.

Murazabal no pensó nunca salir del foso por no abandonar su puesto; más aún, no quería recibirla; su cocinero fue el intermediario, y según me contó, estuvo muy diplomático en el recibo y en la entrega de la contestación negativa.

Tenía Murazabal un revólver que no había probado, y comprendió que tras la amenaza vendría el asalto; en su firme resolución de morir defendiendo el puesto, disparó dos tiros para ver si el arma funcionaba bien.

Con cuatro tiros que me quedaban tenía la seguridad de que vivo no me cogían, pues alguno de los tiros me debía dejar cadáver, por mucho que me temblase el pulso al cometer tal barbaridad.

Un día estaba yo paseando por los alrededores del derruido fuerte y me explicaba Murazabal detalles que yo preguntaba. En un extremo estaba un centinela sentado en una silla y medio desfallecido -tal era su estado de debilidad- y al pasar quiso ponerse en pie y terciar el arma; comprendí su movimiento y se lo impedí sin el menor trabajo, porque solo veía brillar sus ojos febriles destacándose de una tez amarillenta sobre un cuerpo cubierto de andrajos. Me dió satisfaciones Murazabal, porque realmente parecía extraño estuviese de guardia un hombre así.

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15 Jul 2012 16:43
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Le pregunté al soldado:

- Muchacho, ¿cuantos mambises mataste?

- Cinco mi comandante, y aún tenía más fiebre eque ahora el día del asalto, pues tal como hoy me encuentro, hubiera tumbado diez.


Parece imposible acumule nuestro soldado tal grado de resistencia, tal energía física, y si fuera por citar ejemplos de ella, así como de ese incomparable desprecio a la vida que atesora, no acabaría, y el insistir mucho sobre el mismo tema pudiera hasta parecer pesado. Citaré dos casos entre muchos que podría referir.

En la chalana Eulalia, donde residía el Cuartel General y donde me encontraba con frecuencia, disputaban un día dos individuos de los que dotaban los cayusos, uno en la proa y otro en un cayuso en el costado. Al lado del primero, y sentado sobre un saco, se encontraba un soldadito con su fusil entre las piernas, medio febril y medio somnoliento. Siguió la disputa entre los cayuqueros, y el de a bordo, después de increpar al del bote, no sabiendo cómo desahogar su rabia, levantó el puño y dió con él en la cabeza del soldado, que en nada había intervenido. Levantó este la cabeza, lo miró, nada dijo, y volvió a su primitiva actitud. Un sargento censuró al que tan estúpidamente había pegado al soldado, y éste intervino diciendo: Déjele sargento, no hay que incomodarse, eso queda para hacerlo con los mambises.

Al día siguiente lo ví trabajando como un negro en descargar una embarcación. Su mirada al recibir el golpe, parecía decir: ¿Aún hay quién pegue? Su paciencia fue para no consumir fuerzas que conocía le faltaban: su trabajo al otro día, para ayudar en lo posible a la obra común. ¿Cuánto valen estos soldados? No tienen precio.

Me traje al río, del Diego Velázquez, un marinero chiquito, nervioso, con una salud de hierro, que había resistido sin tener una fiebre la epidemia palúdica que castigó a mi gente desde Octubre pasado; yo conocía lo que era el Cauto y por eso me lo traje. Este muchacho se llama Vicente Ballester; infestado de paludismo el Lince, no tan sólo me acompañaba a todas partes, sino que sirve al comandante del buque, dota los botes, entra de centinela, no para un segundo. Un día le dije: Mira, Ballester, vas a enfermar, no trabajes tanto. No, señor, me contestó; aún he de hacer de fogonero yo también, que es lo que me falta ser a bordo. Aquí hay que hacer de todo y lo mismo halo de los mulos, que sirvo una pieza, que me voy a las guerrillas. Y así lo hizo y así lo hace y así lo hará, hasta que enferme y no pueda más. ¿Qué fortaleza de espíritu no hay en este muchacho en apariencia de constitución débil?

La mañana del 26 de diciembre tuvo lugar en Goamo un espectáculo que dificilmente se borrará de la memoria de todos los que lo presenciamos: el tributar a los defensores del Goamo los honores que la Patria agradecida les concedió por el ejemplo que nos dieron y por la lección digna de imitar; me refiero al desfile por delante de aquellos héroes de todas las fuerzas expedicionarias en columna de honor, por tierra las tropas, por el río los cañoneros.

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15 Jul 2012 16:46
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
No me es posible relatar lo que allí ví y mi pluma o acierta a expresar los sentimientos que el espectáculo me inspiró, ni describir la emoción profunda que embargaba a nuestro ser y se reflejaba en todos los semblantes, desde el General en Jefe, hasta el último soldado; allí no se hablaba, se sentía, se lloraba, y aquellos hermanos queridos nuestros, que tanto habían enaltecido sus banderas, se hallaban también sin fuerzas; era general la emoción; un detalle la expresará: en nuestra raza vehemente y entusiasta era natural que al romper filas ensordecieran el aire los vítores, como lo habían ensordecido los agudos toques de las cornetas y los majestuosos acordes de la música, que llevaron al no lejano enemigo los ecos de cómo España honraba en aquel instante a hijos predilectos; no ocurrió eso: cuando se rompieron filas, sólo hubo abrazos mudos, silenciosos. Al abrazar el General Pando, tras breve y sentida arenga, al capitán Murazabal, en nombre de la Patria, las lágrimas corrían por las mejillas de hombres que no había podido domar nada y que solo esperaban morir bien, pensando en su España bendita y adorada.

No, es posible que se nos olvide aquella mañana: la bandera gloriosa de combate del Centinela, bandera ennoblecida en este mismo río por su bravo comandante Alférez de Navío Puerta y denodado equipaje, sirvió al Cuerpo que representaba el Arma; formado a su lado se hallaba el heroico destacamento y al frente el Sr General en Jefe con su Cuartel General. Como ya dije, desfilaron por la otra orilla en columna de honor las tropas del Sr General Aldave, ascendido a General de División por su decisivo combate, y por el centro del río los cañoneros en orden de fila, engalanados todos, así como los buques mercantes. Una vez pasada la natural emoción, el himno popular La marcha de Cádiz devolvió el humor característico a nuestros soldados; sus sentidos aires nos recordaban a la Patria; con el salieron nuestras tropas para esta guerra; con él serán recibidas al regreso, coronadas Dios mediante, con los laureles de la victoria.

Pocas y breves palabras dedicaré a los cañoneros que formaron parte de este ejército expedicionario; serán breves y pocas, porque no me sería posible expresar lo que siento ante las pruebas continuas de cariño, apoyo incondicional, de celo y amor al servicio que han puesto de manifiesto sus comandantes y equipajes. Además, habiendo tenido la honra de mandarlos dentro del río Cauto, pudieran parecer en mí parcialidad manifiesta y hasta quizás inmodestia, lo cual estoy bien lejos de sentir.
Me referiré tan sólo a la opinión de nuestro General Jefe de las operaciones en cablegrama dirigido al Excmo Sr Capitán General de la isla: El éxito de las operaciones en el río Cauto ha sido debido principalmente y en primer término a la Marina.

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15 Jul 2012 16:49
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
No puedo aceptarlo como rigurosamente exacto, dicho sea con el respeto debido, que bien sabe el que fue nuestro General en Jefe cúal es mi sentir en cuestión de obediencia y disciplina. Los que, como yo, hemos hecho a sus órdenes toda aquella notable campaña llamada vulgarmente la Guerra chiquita, sirviendo en la brigada de Guantánamo y formando parte de las incomparables compañías de desembarco de la fragata Almansa, mandadas en aquellas operaciones por el hoy Capitán de Navío D. Joaquín Micón, que tan alto supo dejar allí el botón de ancla, y que desde entonces alcanzamos la protección decidida de nuestro organizador el siempre entusiasta y para mí tan querido Almirante Beránguer; los que como yo, repito, conocemos tan íntimamente, permítaseme la palabra, al digno Sr General Pando, bien sabemos cuánto nos estima, cuánto aprecia a la Marina de a bordo y en tierra, siempre que a su lado trabaja inspirada en sus gloriosas tradiciones.

Enumerar, pues, los servicios de la Marina en el río Cauto no me incumbe; el Sr General Pando diceque hemos pasado los límites del deber, que hemos sido su poderosa ayuda, que nuestro celo y amor al servicio era a veces excesivo. Reciba por mi humilde conducto la expresión de un respetuoso reconocimiento, que nuestro digno Almirante sabrá hacerle conocer con otros títulos y otro carácter más elevado, pero no mas sincero.

Nuestros tres cañoneros, siempre en combinación con este sufrido ejército, se han encontrado en todas las operaciones verificadas, bien batiendo al enemigo, recogiendo torpedos y su material, racionando las fuerzas situadas en diversos puntos, pasando continuamente material, tropa y ganado de una a otra orilla, manteniendo los contactos entre columnas, desembarcando artillería, conduciendo convoyes de enfermos y heridos, trayendo otros desde Manzanillo con tropas, raciones y material, verificando reconocimientos y rastreos de día y de noche, en una palabra, auxiliando cuanto han podido al logro de la expedición.
De los comandantes de los cañoneros, Tenientes de Navío Gómez Ayuso y Moreno Elisa, del Alférez de Navío Aldereguía, me acompañará siempre grato recuerdo, así como el de los equipajes que montaban sus buques y tan acreedores se hicieron a la consideración de la Marina; faltaría a un deber si no dedicase también un cariñoso saludo al Teniente de Navío de 1ª Gómez de Barreda, jefe accidental de las fuerzas navales que operaron dentro y fuera del río, que en él se encontró algunos días, pero que urgentes atenciones del servicio llamaron a Manzanillo, y a los Tenientes de Navío Carrillo, Camino y Bruquetas y Alférez de Navío Gómez, que desde fuera del río facilitaron todos nuestra gestión dentro.

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15 Jul 2012 16:50
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Ubicación: En el fondeadero de la ciudad de la Torre del Oro, con la Giralda al fondo.
Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Y vosotras, madres, esposas, hijas, prometidas de los bravos soldados y marinos, que abrazados a la bandera de la Patria saben vivir y morir, no lloréis, no lamentéis su suerte; desechad tristes pensamientos sugeridos quizás por los que no aprecian bien la guerra; tened la orgullosa satisfacción de que los seres queridos que adoran vuestros corazones constituyen un Ejército y una Marina admiración del mundo, no sólo por su valor, no por su instrucción, no por sus penalidades, sino por su resistencia, por su estoicismo, por su disciplina, que circunstancias son aquellas inherentes a todos los hombres de armas y a todas las guerras, mientras que las últimas las concede Dios a razas indomables como la nuestra, que tiene fe ciega en sus futuros destinos.

Enjugad vuestras lágrimas, mujeres, poneos al nivel de los que aquí luchan con indomable energía por nuestra adorada España, por la tierra querida de nuestros mayores y de nuestros hijos. Aquí estamos cumpliendo un sagrado deber; que a los que caigan los releven otros. Poned en Dios vuestra confianza, y si Aquél en sus inescrutables destinos no permite vuelvan a los hogares los seres que tanto amais, siempre podreis decir con notable orgullo, pertenecieron al Ejército o a la Escuadra de Cuba, en estos años de memorable lucha, de esfuerzo sin igual; las historia patria les concederá timbres de honor y gloria: dejan a la Nación como precioso legado los que su nombre llevan, pues morir por España no es morir; es vivir eternamente, cual corresponde a quien perece en la defensa de la integridad nacional, pura y sin mancha, santo principio por el que dará cien mil vidas que tuviera todo buen español.

Juan de Carranza y Reguera, TN de 1ª

En el campamento del Goamo (río Cauto) y a bordo del cañonero Lince, 3 de Enero de 1898

Ahí queda eso. Cuando seleccioné ni nick, no sabía todavía de esta faceta, así que me alegro aún más de haber elegido este alter ego. Ya me decís que os parece. Y si alguien sabe si el capitán Murazabal recibió la Laureada, a mis ojos la merecía, que por favor me lo confirme.

Un saludo a todos,

Juan de Carranza
ban-es9

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15 Jul 2012 16:55
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Ahora que sabemos que tanto Vd como su alter Ego dominan la expresión con maestría equivalente, permita que le aplauda por mantener la versión original. Al traducir los textos de estilo antiguo a moderno es fácil que se pierda algo valioso por el camino, igual como ocurre al traducir de un idioma a otro.

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Jefe 5ª Sección del Estado Mayor. Logística.
Comandante General de la escuadra de Instrucción. Insignia en el acorazado: Jaime I R. O. del 29 de septiembre de 2014.

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16 Jul 2012 18:03
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Este oficial se llamaba Francisco (1) Muruzábal Ruano, y era navarro. De momento, no puedo aportar más datos sobre qué tipo de recompensa recibió (si la hubo).

Ver "El Correo militar", de 20/12/1897, página 2.

(1) NOTA. verificado que se trata de un error de algunas fuentes. Su nombre auténtico era Arcadio.

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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

17 Jul 2012 18:18
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Al compañero gcoenders:

Muchas gracias por sus palabras, a las que espero hacer justicia. Mantener la versión original me pareció lo más acertada, por el motivo que comenta tan acertadamente. Eso de Ínterim aliente un defensor del Goamo... es imposible traducirlo al castellano de nuestros días con la debida enfatización. Razón por la que decidí dejar la versión del Teniente de Navío Carranza.

Amigo Amenofis:

Muchas gracias también a Vd. por ampliar el conocimiento de este oficial. Me supongo que recompensa sí la hubo, pues así lo deja entrever el relato del Teniente de Navío Carranza. De hecho les reclama recompensas pecuniarias. Hecho que por cierto, me ha resultado harto curiosa.

A ambos, muchas gracias de nuevo,

Juan de Carranza

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18 Jul 2012 10:02
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Más datos sobre esta hazaña (sacados, la mayoría, de hemerotecas: la noticia fue muy conocida en toda España, a finales de 1897).

Ante todo, decir que existen muchos errores sobre el nombre de este héroe: Una fuente le llama Francisco; la mayoría, Arcadio. Podría tener ambos nombres o -lo más probable- es un error de la fuente "solitaria". Sobre el primer apellido, no hay duda: es Muruzábal (aunque la transcripción Murazábal se extendió y copió de unas fuentes a otras). Y sobre su segundo apellido, en las crónicas recibidas por télex o telégrafo, dice "Ruano", pero parece ser, en realidad, "Résano" (aunque aún un periódico, en 1939, le llama "Bezan"). Conluyo, por tanto, que su nombre completo es Arcadio Muruzábal Résano.

A continuación narraremos los hechos del fuerte de Guamo, sus resultados (recompensas para todos sus defensores) y unos apuntes biográficos sobre su jefe, el ya citado Arcadio Muruzábal Résano.

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Insignia en el Navío Rayo R. O. del 9 de enero de 2009

A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

21 Jul 2012 17:48
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
La defensa del fuerte Guamo

Se trataba de un pequeño fortín que defendía, al mismo tiempo, la aldea de El Guamo, y el río Cauto, a cuya desembocadura estaba próximo. Este lugar está en la provincia de Granma (símbolo de la revolución castrista). Guamo es un árbol muy típico de Cuba; por ello, existen otros lugares, distantes, con el mismo nombre (como "Loma de El Guamo", en la lejana provincia de Cienfuegos).

Este fortín, con una guarnición de, aproximadamente, una sección de Infantería reforzada, sufrió dos ataques por parte de las tropas insurgentes: uno a mediados de Noviembre de 1897, y el otro en Diciembre del mismo año. Se defendieron de ambos con éxito, a pesar de que los atacantes, en ambos casos, sumaban más de 1.000 hombres, pero fue el segundo sitio el que dio lugar a su acto heroico.

Veamos primero la narración que hace Santiago Perinat en su libro "Guerras mambises":

"Simultáneamente, el hijo de Calixto, Carlos García, atacó el fuerte El Guamo. Era una operación combinada, destinada a ofuscar al generalísimo más que a los españoles. El chico lo hizo calamitosamente. El ataque comenzó el 29 Nov, 24 horas después del de Guisa. Tomaron parte 2.000 insurrectos, llevados penosamente desde Las Tunas. Dieron un gran rodeo por el curso bajo del Cauto para evitar las guerrillas. Los caballos, y los mulos que transportaban el Hotchiss, se hundían en el lodo. Artilleros americanos y cubanos chapotearon trabajosamente por el barro. Llevaban 80 granadas, todas en mal estado: solo estallaron una docena. Como jefe de la pieza iba Walter Jones; y como segundo, el cronista Charles Muecke. Tuvieron que afrontar, además, una auténtica plaga de mosquitos, jejenes, lanceros, coracis, roedores y otros bichos que infectan aquellos lugares (Muecke).

En el Guamo había dos fuertes: el principal y otro más reducido, ambos en la orilla derecha. Jornet había asistido el mes anterior al relevo de la guarnición. Eran de madera y tierras, emplazados en un calvero del bosque. Estaban rodeados siempre de mambises. En cuatro meses habían fallecido 23 soldados, encontrándose los restantes, enfermos. Cuando los convoyes de aprovisionamiento se hacían por el río, la posición tenía importancia; pero ahora sólo producía quebraderos de cabeza y víctimas. Sus defensores no podían asomar las narices. Los insurrectos les hacían fuego, contándose ya tres los centinelas muertos.

La guarnición eran 52 hombres del Baza, bajo mando del Tte. Francisco Muruzábal, un navarro muy decidido. Los rebeldes atacaron desde la orilla opuesta. La tropa estaba prevenida; se les hostigaba desde días antes. Tenían enfrente dos generales y media docena de coroneles; como de costumbre, el mando mambí estaba hipertrofiado. Nadie sabía con certeza quién era el máximo responsable. Los textos cubanos señalaban al general Menocal, al que asistía el general Estrada. Pero todas las decisiones las tomó el coronel García. Los confidentes españoles no se gastaron tantos melindres: el Po.(1) (20 Dic.), identificaba al jefe como un hijo de Calixto García. Menocal y Estrada no eran siquiera citados.

Jones apostó el Hotchkiss a 2,50 metros de los fuertes. La noche anterior, un grupo de mambises levantó la consabida empalizada. Resultó tan torpe como en Cascorro: las balas penetraban por todas partes. Morirían dos artilleros cubanos; uno de ellos, un preso de Las Tunas a quién Cirera había puesto en libertad horas antes de la rendición.

El bombardeo duró cinco días. El primero, solo explosionaron tres de los 35 proyectiles. Después las cosas no fueron a mejor. La munición no había sido protegida y los embalajes rezumaban agua. Y para colmo, algún espabilado había pedido que les colocaran las espoletas del Driggs Schroeder: no llegaban a armarse por las grandes diferencias de velocidad inicial. Los españoles se refugiaron en los trincherones, disparando contra todo lo que se moviera. Hacía un calor abrumador, aunque de vez en cuando calaba a todos una fina lluvia.

El 2 Dic llegó munición en mejor estado: Jones cañoneó los fuertes buscando minar la moral de los defensores. Éstos abandonaron el pequeño, que García, que había repasado el río, ocupó de inmediato. En un momento dado sonó un clarín mambí y se adelantó un oficial cubano con bandera blanca. Llevaba una propuesta de rendición del coronel. La iniciativa tendría que ser de Menocal, pero la tomó aquél. Del fuerte salió Muruzábal. Estuvieron más de una hora de charla, a la vista de todos: parecían los mejores amigos. La propuesta fue rechazada: No puedo entregar una posición cuya defensa me ha sido encomendada por mis superiores, recalcó el navarro. O así lo aseguraría el P.o.

El 3 Dic Carlos García ordenó el asalto a plena luz del día. Una torpeza que se saldó con la muerte de un centenar de negros y de cuatro de los cinco comandantes que iban en cabeza. Los supervivientes se retiraron en desbandada. Menocal y los demás se limitaron a contemplar el desastre desde el otro lado del río: las oleadas mambisas se detenían ante la alambrada y eran barridas por el fuego de los defensores. El ataque frontal duró pocos minutos; pero a los espectadores de este sangriento episodio nos parecieron eternos."


Lo que ocurrió a partir del 3 de Diciembre está mejor descrito en las siguientes fuentes.

--
(1) Po. = parte de operaciones

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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Relato de El Correo Militar

"La defensa del Guamo

Ha sido este indudablemente uno de los hechos más grandiosos que se han registrado desde que comenzó la guerra.

En un pequeño fuerte de tablas, completamente destruido, ha estado defendiéndose durante once días, un destacamento compuesto de dos segundos tenientes, dos sargentos, cuatro cabos y 52 soldados, contra numerosas fuerzas rebeldes. Estas colocaron en dos trincheras otros tantos cañones a 200 metros del fuerte, y con ellos hicieron 150 disparos. Aunque no todas las granadas explotaron, es de calcular el efecto que estos disparos causarían cuando el fuerte era de tabla vieja y podrida.

El primer día de sitio, una granada destruyó el depósito de víveres. Los soldados, metiéndose entre las tablas rotas y los escombros, sólo pudieron salvar un poco de tocino, y este ha sido su alimento único durante los once días de asedio.

Otra bomba rompió la pipa de agua. Sólo quedó una escasa cantidad de líquido, y los oficiales y soldados se vieron obligados a racionarse, no bebiendo sino medio cuartillo diario por persona.

A pesar de esta prudente economía, al cuarto día se agotó completamente el agua potable. Los soldados, padeciendo los horrores de la sed, tuvieron que salir varias veces, entre el fuego enemigo, a tomar agua de una charca inmediata. Este líquido se hallaba mezclado con inmundicias y en la charca se corrompían varios cadáveres.

El día 2 acercóse al fuerte, enarbolando bandera blanca, un titulado capitán rebelde, quien hizo entrega al centinela que se presentó de una carta del jefe de las fuerzas insurgentes al del destacamento.

La carta decía entre otras cosas:

“Toda resistencia es inútil. Contamos con medios de vencer. No esperéis refuerzos: tenemos miles de hombres para cortarles el paso. Además, tres columnas nuestras atacan simultáneamente otros tantos pueblos.

Como hombres de honor ofrecemos respetar vuestras vidas. Si no aceptáis, esperad el exterminio. Vuestra defensa heroica justifica ahora una capitulación honrosa.”

La firma de esta carta decía: «Brigadier, Carlos García Vélez».

Este titulado brigadier es el hijo de Calixto García, protegido del Gobierno español, y que ejerció mucho tiempo en Madrid la profesión de dentista.

El comandante del fuerte, D. Francisco Muruzábal Ruano, contestó en el acto:

“No nos entregamos mientras quede uno en pie.

Retírese pronto el parlamentario, porque va a seguir el fuego.”

Desde aquel momento se reanudó el ataque con superior violencia.

Los rebeldes gritaban a los soldados:

—¡No seáis tontos! ¡Amarrad a ese teniente, que está loco! ¡Os pagaremos con centenes! ¡No como España, que sólo os paga con abonarés!

Los soldados contestaban, gritando desesperadamente:

—-¡Viva nuestro teniente Muruzábal! ¡Viva España! ¡Mueran los perros filibusteros!

Al amanecer del día 3, el enemigo reanudó los cañonazos, que protegían un avance desesperado para estrechar más al fuerte.
Destruido éste, los soldados se refugiaron en el foso, y allí esperaban sin disparar á que se acercasen los asaltantes, y entonces hacían fuego.

Los insurrectos se aproximaban con gran valor y caían rodando heridos ó muertos. Algunos de ellos llegaron hasta la alambrada que rodeaba al fuerte. En este ataque, en que los insurrectos demostraron un valor temerario, dejaron en los alrededores del fuerte 29 cadáveres, entre ellos el del titulado capitan que había llevado la carta de parlamento.

Los defensores del fuerte sólo en este ataque tuvieron cinco muertos y once heridos.

Al anochecer salió el teniente don Valentín Lasheras y Aliaga con ocho soldados para hacer un reconocimiento, y encontró 26 fusiles del enemigo, multitud de efectos y una caja de cartuchos Mauser, que los sitiados utilizaron después para defenderse.
Cuando los valientes defensores de Guamo llevaban ya once días de sitio, llegó en su auxilio la columna del general Aldave, la cual atacó briosamente al enemigo poniéndole en fuga.

Un escuadrón de dicha columna con el coronel Andino se adelantó en dirección al lugar donde se encontraban los sitiados, desarrollándose entre aquellos y sus salvadores una conmovedora escena.

La columna Aldave, después de enterrar 29 cadáveres de los rebeldes y uno de un soldado, socorrió á los sitiados, proveyéndoles de cuanto necesitaban.

Inmediatamente se envió á buscar á dos cañoneros y otras embarcaciones para recoger á los heridos.

El Sr. Losada se dirigió al sitio donde éstos se encontraban, para rectificar sus curas, como lo hizo.

Se ha abierto expediente para conceder la cruz laureada de San Fernando al teniente Muruzábal, y se ha pedido la mayor recompensa posible para todos los defensores del fuerte.

Estos pertenecen al batallón de Baza.

El heroico teniente Muruzábal es navarro, y marchó á Cuba voluntario, siendo sargento."

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21 Jul 2012 18:13
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
En este otro tenemos el texto del telegrama que envía el Teniente general don Ramón Blanco y Erenas, capitán general de Cuba en aquél momento, al ministro de la Guerra. Lo recoge la publicación "El año político. 1897":

"Mes de Diciembre
….
DÍA 19. Heroísmo sin ejemplo.—Los defensores del fuerte de Guamo.—

Los telegramas oficiales, tan fríos y secos de ordinario, relataban de este modo el heroico hecho de Guamo, lo cual indica su extremada importancia:

«Habana, 19.—Capitán general á ministro Guerra:

Destacamento de Guamo, compuesto de 60 hombres de Baza, á orillas del río Cauto, estuvo sitiado del 8 al 12 del mes pasado, rechazando valientemente al enemigo. Este volvió á atacarle rudamente el 27 con fuerzas numerosas y dos piezas de artillería que, situadas á cubierto, á 200 metros hicieron 150 disparos, acribillando el fuerte y destruyendo factoría. Los rebeldes llegaron á penetrar en la alambrada, intimando inútilmente se rindiera guarnición, que desoyó la intimación con heroica altivez propia sólo de nuestra raza y nuestro ejército, continuando bizarra defensa desde el foso hasta el 10 del actual, que llegaron columnas Aldave y Tejeda en auxilio. El enemigo dejó dentro alambrada del fuerte 20 muertos con armamentos y municiones que utilizaron nuestros soldados para prolongar defensa desesperada.

En reconocimientos practicados por Aldave en alrededores de Guamo, encontró tres muertos más con armamento y municiones, muchas sepulturas y otros indicios, que acusan que el enemigo fué duramente escarmentado, con más de 200 bajas, por aquel puñado de héroes que, después de tener seis muertos, 31 heridos, y contusos todos los restantes, incluso oficiales, destruido fuerte, inutilizadas raciones, interceptada aguada, aislados, incomunicados, prolongaron resistencia épica durante 18 días, rodeados de cadáveres, respirando atmósfera pestilente, comiendo sólo algún tocino sacado de escombros factoría, y bebiendo escasa agua de un charco del mismo foso, único abrigo conservado para defensa, del que aún hicieron salidas ofensivas, con gran destrozo de un enemigo provisto de artillería, con gran superioridad numérica; página gloriosa que recordará á todo el mundo que nuestro ejército es siempre el mismo, nunca más grande y más sublime que en situaciones para cualquier otro desesperadas.

Pálidamente lo transcribo á V. E., porque esas hazañas no pueden describirse, sólo sentirse con emoción vivísima, con noble orgullo, que siente y sentirá todo el que vista uniforme y el que haya nacido en nuestra amada España, que nunca deja de dar tales hijos.

General Pando me pide juicio contradictorio para cruz San Fernando, cuya apertura ordeno, para comandante del fuerte, segundo teniente Arcadio Murazabal Ruano, al que concedo por telégrafo, en nombre de S. M., el empleo de primer teniente, por ataque del 8 al 15 de Noviembre, y empleo de capitán por su comportamiento heroico, en última defensa, que considero trascendental por quebranto moral y material del enemigo.

Autorizo también juicio contradictorio para los demás individuos de la guarnición de Guamo, y concedo empleo superior inmediato al segundo teniente Valentín Lasheras y sargentos Faustino Sánchez y Marcelino Herrero y á los cabos, y cruz vitalicia con la mayor pensión á todos los soldados, sintiendo no exista en mis atribuciones mayores y más altas recompensas, para otorgárselas desde luego.—Blanco.»

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21 Jul 2012 18:18
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
A continuación, el contenido de la crónica de las operaciones, que relata el diario español "El Día", edición del lunes, 20 de diciembre de 1897. Nos permite posicionar el hecho de El Guamo dentro de las operaciones realizadas con ñexito por el ejército español en la provincia de Cienfuegos:

"De Cuba

Operaciones en el río Cauto.—

Un combate. — Heroísmo de nuestros soldados.


Se reciben noticias de las importantes operaciones realizadas por el general Pando para restablecer la comunicación del río Cauto. Las operaciones las ha dirigido el general Pando en persona.

Dos columnas de 1.000 hombres avanzaban por las dos orillas. Por el río marchaban al mando del coronel Bruna, las lanchas cañoneras Lince, Centinela, Dependiente y Guardián; los remolcadores Eulalio, Peralejo y Pedro Pablo y varias goletas cargadas de víveres y de agua potable. El fin de la operación era reconquistar el río Cauto que estaba ocupado por los rebeldes.

Se encontraron por los botes que hacían el reconocimiento de avanzadas, tres torpedos sujetos con alambres de orilla á orilla. Examinados, se vió que contenían dos arrobas de dinamita.

La operación se ha realizado felizmente y el río Cauto es ya navegable.

—La columna Aldave, que salió por orden de Pando el día 8 de Cauto para Guamo y que la componían 1.500 hombres, sostuvo un reñido combate en Laguna Itabos.

Después de este combate la columna se dirigió á socorrer á Guamo, que según versión, se encontraba sitiado por las fuerzas insurrectas.

En Guamo.- Once días sitiado.— Actos de heroísmo.—Llegada de la columna Aldave.

Se reciben nuevas é importantes noticias sobre el cerco de Guamo por las fuerzas rebeldes.

Guamo, pequeño poblado, estaba defendido por un destacamento compuesto de dos segundos tenientes, dos sargentos, cuatro cabos, 52 soldados, cuando fué sitiada por los insurrectos el día 28 del pasado mes.

El fuerte estaba formado de tablas y desde él se defendieron durante once días nuestros heróicos soldados.

Los enemigos hicieron trincheras alrededor del poblado y emplazaron cañones, á doscientos metros de él, rompiendo un certero fuego.

En los primeros días fueron destruidos por las granadas el depósito de víveres, del que no pudieron salvar más que un poco tocino, y el de agua.

El día 2 se presentó un parlamentario frente al fuerte pidiendo entregar una carta al jefe de la fuerza española.

La carta decía:

«Toda resistencia es inútil. Contamos con medios para vencer. No esperéis refuerzos: tenemos miles de hombres para cortarles el paso. Además, tres columnas nuestras atacan simultáneamente otros tantos pueblos.

Como hombre de honor ofrecemos respetar vuestras vidas. Si no aceptáis, esperad el exterminio. Vuestra defensa heroica justifica ahora una capitulación honrosa.»

La firma de esta carta decía: “Brigadier Carlos García Vélez.”

El comandante del fuerte, segundo teniente Murázabal contestó:

«No nos entregamos mientras quede uno en pie.
Retírese pronto el parlamentario, porque va á seguir el fuego.»

Los insurrectos prosiguieron el ataque en mayor encarnizamiento, hasta que el día 9 llegó la columna Aldave y los pusieron en precipitada fuga.

Hecho el reconocimiento por las fuerzas españolas se encontraron 20 muertos pertenecientes á los rebeldes y gran cantidad de municiones.

En el fuerte se hallaban 31 soldados heridos y seis muertos.

Los soldados, al llegar la columna Aldave, pasearon en triunfo al heroico jefe de guarnición de Guamo.

Este ha sido propuesto para la cruz laureada de San Fernando.

Los demás defensores han sido propuestos para las más grandes recompensas que se les puedan otorgar.

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21 Jul 2012 18:22
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
En este artículo, de "La Correspondencia Militar", edición del Martes, 20 de Diciembre de 1897, descubrimos que el Arcadio Muruzábal era, hasta sus ascensos de diciembre de 1897, segundo teniente de la Escala de reserva:

El teniente Murazábal - La Escala de reserva

Un hecho reciente, que ha llenado de júbilo á toda España, ha venido á darnos la razón en lo que se refiere á la entusiasta defensa que venimos haciendo de los derechos indiscutibles de la Escala de reserva á que se estudie la forma de beneficiarla en lo que posible sea.

A esa olvidada Escala pertenece el heroico teniente Murazábal que tan notabilísima defensa ha hecho del fuerte establecido en Guamo.

Todos los jefes y oficiales de la Escala de reserva, lo mismo que los de la activa, son capaces de realizar tan gloriosa hazaña; esto nadie lo ignora, y nosotros lo confesamos con legitimo orgullo; pero siendo así, ¿por qué no se hace algo práctico y beneficioso para los dignos individuos, compañeros del heroico Murazábal?.

¡Quiera Dios que el acto de patriotismo realizado por éste haga comprender á los poderes públicos, y especialmente al ministro de la Guerra, el deber en que se halla de estudiar la mejor forma de recompensar los servicios que los jefes y oficiales de la Escala de reserva han prestado á la Patria y los que pueden prestar tan pronto como las circunstancias lo exijan, que bastaría la más pequeña indicación para que aquéllos ofrecieran su espada al Gobierno para la defensa de la integridad del territorio y de las instituciones que rigen!.

Y soldados valerosos que así han procedido siempre, proceden y están dispuestos á proceder, tienen derecho indiscutible á que no se les mire con indiferencia y á que se les postergue con criminal indiferentismo por los poderes públicos.

Nuevamente, desde esta sección, nos dirigimos al general Correa para que estudie sin pérdida de momento alguna reformas que favorezcan algo los intereses de la Escala de reserva, porque como se trata de una cuestión de estricta justicia, estamos decididos á luchar hasta el fio, echando mano de todos los medios para conseguir ese ideal nuestro, por serlo también de la
razón y de la lógica.

Recompensa merecida

Dicen los corresponsales que el general Blanco, para premiar el brillantísimo hecho de armas de Guamo, ha concedido en nombre del Rey al comandante del fuerte, segundo teniente D. Arcadio Murazábal Ruano, el ascenso á primer teniente por el ataque primero al fuerte, y el empleo de capitán por la última defensa.

Se ha ordenado además que se abra juicio contradictorio para la concesión de la cruz laureada de San Fernando al mismo oficial.

Por último, se ha concedido el empleo superior al segundo teniente D. Valentín las Heras (1), á los sargentos D. Faustino Sánchez y D. Marcelino Herrero, y la cruz vitalicia de mayor pensión á todos los soldados.

Ahora que se habla tanto de la concesión de recompensas, conviene dedicar un aplauso al general Blanco por la estricta justicia con que ha procedido al recompensar con generosidad á esos valientes que tan alto han puesto el nombre de España con su heroísmo.


(1) NOTA: SU nombre completo: Valentín Lasheras Aliaga, zaragozano.

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21 Jul 2012 18:28
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
De nuevo en "La Correspondencia militar", pero de 23 de diciembre de 1897

"La defensa de Guamo

Ha surgido por ahí la idea de solicitar que se conceda la cruz laureada de San Fernando á todos los valientes que, á las órdenes del heroico teniente Murazábal, tomaron parte en la defensa de Guamo. A nosotros, defensores del Ejército y entusiastas de sus glorias, no hay para qué decir que ese propósito nos parece excelente y patriótico, por lo mismo que es justo, y nos adherimos á él de corazón.

Soldados que han llevado á feliz término esa gloriosa empresa, que han luchado en la proporción de uno contra veinte, resguardados por débiles tablas primero, y á pecho descubierto después, haciendo desprecio de la vida por salvar la honra de España; soldados que así proceden son bien acreedores á la laureada y á la admiración, respeto y entusiasmo del país.

Concédase, pues, la laureada a todos los defensores del fuerte de Guamo, que son bien acreedores á esa distinción, que es la más grande para los que visten el honroso uniforme militar.

Nuestros soldados no necesitan estímulos para luchar y vencer; pero conveniente es que se les haga justicia dándoles lo que han ganado defendiendo la honra de la Patria.

El Ejército en masa aplaudiría la concesión de la laureada á los héroes de Guamo, y la concesión de esa bien merecida recompensa no debe dilatarse."

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21 Jul 2012 18:30
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Datos biográficos de don Arcadio Muruzábal Résano.

Aparecen en la "La Correspondencia de España, de Sábado, 25 de diciembre de 1897, que luego completo yo con otras fuentes.

Muruzábal

Los periódicos de Pamplona traen algunos pormenores referentes al heroico defensor de! fuerte de Guamo, D. Arcadio Muruzábal y Résano.

Los padres del valiente oficial navarro residen en Villafranca, de donde son naturales, siendo el padre D. Teodoro Muruzábal, teniente retirado de la guardia civil, y por rara casualidad, administrador de los bienes del coronel de caballería Sr. Andino, que fué con el general Aldava á levantar el sitio del fuerte.

El joven Muruzábal sentó plaza en el regimiento de la Constitución, y en clase de sargento fué voluntario á Cuba, donde ascendió á segundo teniente el verano último.

Formando parte del primer batallón del expresado regimiento, fué á Melilla, de donde regresó en setiembre del 94, y al regresar de la campaña de África y estallar la insurrección separatista en Cuba, fue voluntariamente á la gran Antilla, según dejamos dicho, en unión de sus compañeros de armas señores Ciordia y Lasheras, este último también ascendido por el glorioso hecho do armas del fuerte de Guamo.

En Villafranca, al saberse la noticia del bizarrísimo comportamiento de Muruzábal, se echaron las campanas á vuelo, se dio asueto á los niños de las escuelas públicas, se organizó una manifestación patriótica y numerosas comisiones fueron a felicitar al anciano padre del esforzado defensor de Guamo.

D. Arcadio Murazabal cuenta actualmente 26 años de edad.


Esto querría decir que nació, muy probablemente, en 1871.

Podemos completar estos datos con lo siguiente:

1) Que fue condecorado, por fin, con la Cruz Laureada de San Fernando, según cita Emilio P. de Neguri en una conferencia impartida en París, en Agosto de 1948, con el nombre "Los vascos fuera de Euzkadi" (como se ve, arrima el ascua a su sardina, considerando vasco a este navarro que, además, es natural de un pueblo externo al área geográfica vasco-navarra; ni en la grafía, ni en el contenido, puede disimular su nacionalismo vasco exagerado):

"Otro caso interesante es el de Arcadio Muruzábal, nabarro, fallecido en Iruña en Abril último. También era general, y por cierto decano de los titulares de la Cruz Laureada de San Fernando que le fue adjudicada cuando tenía 26 años y que ha ostentado durante medio siglo justo."

Así, sabemos que recibió la Laureada con 28 años, es decir, dos años después de los hechos heroicos (a diferencia del regimiento de Caballería Alcántara, para el que se han tomado 91 años para concedérsela).

2) En el diario "La Vanguardia" de 16 de abril de 1939, se cita a un general de brigada de nombre Arcadio Muruzábal Bezán (nueva deformación de su segundo apellido). Luego, por tanto, llegó a general. No sabemos si a su fallecimiento, seguía siendo general de brigada o había ascendido más.

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21 Jul 2012 18:43
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Fuentes:

Lo primero que debo decir, es que esta es la primera vez que tengo noticias de este hecho.

-Guerras mambises (Santiago Perinat)

-El Correo militar

-Historia de la Regencia de María Cristina Habsbourg-Lorena (Juan Ortega Rubio)
https://www23.us.archive.org/stream/hist ... g_djvu.txt

-Précis de quelques campagnes contemporaines
https://www20.us.archive.org/stream/adh2 ... u_djvu.txt

-El año político. 1897

-El Día, lunes, 20 de diciembre de 1897

-La Correspondencia Militar (varias fechas)

-La Ilustración Ibérica, Barcelona, 1 de enero de 1898

-La Renaixensa — Diari de Catalunya

-Los vascos fuera de Euzkadi (Neguri, Emilio P. de). París, Agosto 1948

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21 Jul 2012 18:51
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Amigo y compañero Amenofis:

Me he quedado con la mandíbula desencajada Sor-pre- , a cuenta del excelente trabajo de documentación e investigación que has realizado. Alucinante.
En lo personal te agradezco el esfuerzo que has realizado, pues a mí tampoco me sonaba esto de la defensa del fuerte del Guamo, o Goamo, según aparece escrito. Es por eso que publiqué lo escrito por el Teniente de Navío Carranza.

Muchísimas gracias, de verdad.

Un cordial saludo,

Juan de Carranza

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Jefe 3ª Sección del Estado Mayor. Material.
Comandante de la división de cañoneros surta en el puerto de Cienfuegos, con insignia en el cañonero: Diego Velázquez R. O. del 19 de febrero de 2015.
Educad a vuestros hijos en sentimientos de devoción al deber, fe ciega en la disciplina y amor entusiasta por la Patria.-
Ni se dará cuartel, ni se pedirá


23 Jul 2012 10:07
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Una pregunta:

¿Cuando se habla de Goamo sobre el río Cauto, no se referirá al actual Guamo Embarcadero?

Adjunto:
800px-Rio-cauto-cuba.JPG


No tiene los permisos requeridos para ver los archivos adjuntos a este mensaje.

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Insignia en el acorazado: ARA-Moreno R. O. del 19 de Abril de 2010.

Yo soy el navío; el cielo mi referencia; el viento mi circunstancia; el timón mi voluntad.


23 Jul 2012 13:14
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Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
A Juan Carranza: Pues "de nada", como respuesta a su agradecimiento.

A Bemaro: Yo diría que sí, puesto que se trataba de un fortín junto a una aldea, que controlaba el tráfico del río, relativamente cerca de la desembocadura.

Al foro, en su conjunto:

He encontrado un dato más, referente a sus padres (Teodoro y Silvestra):

"17. Teodoro Muruzabal Peralta, bautizado en Villafranca el 9 de noviembre de 1839. Contrajo matrimonio en Villafranca con Silvestra Resano Peralta, hija de Mariano Resano Arrondo y Maria Peralta Navarro, el 16 de agosto de 1865. Tuvieron, al menos, a:

I. Bernardina Muruzabal Resano, bautizada en Villafranca el 20 de mayo de 1866.

II. Filomena Muruzabal Resano, bautizada en Estella el 30 de noviembre de 1867.

III. Tomasa Muruzabal Resano, bautizada en Villafranca el 22 de diciembre de 1869.

IV. Maria Muruzabal Resano, bautizada en Villafranca el 23 de septiembre de 1874.

V. Teodora Muruzabal Resano, bautizada en Viana el 19 de marzo de 1877."


https://www.antzinako.org/RepLinajes/muruzabal.html

Como se ve, a ese "tuvieron, al menos" hay que añadir a Arcadio, nacido hacia 1871, y que ocuparía el IV lugar, desplazando a María al V.

También he encontrado otro documento, del DIARIO OFICIAL DEL MINISTERIO DE LA GUERRA, del Martes 31 de diciembre de 1912 Tomo IV.-Pág. 858:

"Excmo. Sr.: Vista la instancia que V. E. cursó á este Ministerio con su escrito de 9 de mayo último, promovida por el comandante de Infantería (E. R.) don Arcadio Muruzabal Resano, en suplica de que se rectifique el segundo apellido de Resanot con que venía figurando en vez del expresado de Resano; teniendo en cuenta que ha acreditado debidamente, por los documentos aportados a su expediente, que, es hijo de legítimo matrimonio de D. Teodoro Muruzabal y de doña Silvestre Resano, considerando al recurrente comprendido en la real orden circular de 25 de septiembre de 1878 (C. L. núm. 288), el Rey (q. D g.), de conformidad con lo expuesto por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, en 13 de noviembre último, se ha
servido acceder a lo sohcltado y dIsponer se lleve a cabo la correspondiente rectificación en todos los documentos militares del interesado,consignandose en ellos los apellidos Muruzábal Resano que le corresponden, cancelándosele en su consecuencia el real despacho de segundo teniente, y entendiéndose también rectificada de tal suerte la real orden de 15 de mayo de 1897
(D. O. núm. 60).

De real orden lo digo á V. E. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde á V. E. muchos años.

Madrid 28 de diciembre de 1912.

LUQUE

Señor Capitán general de la sexta Región.
Señor Presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina."

+++

_________________
Insignia en el Navío Rayo R. O. del 9 de enero de 2009

A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

23 Jul 2012 15:21
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Registrado: 18 Feb 2012 11:36
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Ubicación: En el fondeadero de la ciudad de la Torre del Oro, con la Giralda al fondo.
Nuevo mensaje Re: Las operaciones en el río Cauto, finales de 1897.
Mi almirante:
De bien nacidos es ser agradecidos.

Bajo ese principio me educaron. Reconozco que en este país no se hace mucho, pero precisamente por eso, le agradezco, de verdad y de corazón, el esfuerzo.

Nos iría mucho mejor a todos, no ya ser agradecidos, ser desinteresados, como su investigación.

Por eso, Muchas Gracias, Almirante Amenofis.

A sus órdenes,

Juan de Carranza

_________________
Jefe 3ª Sección del Estado Mayor. Material.
Comandante de la división de cañoneros surta en el puerto de Cienfuegos, con insignia en el cañonero: Diego Velázquez R. O. del 19 de febrero de 2015.
Educad a vuestros hijos en sentimientos de devoción al deber, fe ciega en la disciplina y amor entusiasta por la Patria.-
Ni se dará cuartel, ni se pedirá


23 Jul 2012 18:51
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com