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 1898. Hasta el último hombre... 
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Arsenal de La Carraca, Cádiz. 17 de Octubre de 1896.

Un marino de gesto grave con uniforme de Capitán de Navío salió de la formación. Su talla era mediana, el rostro más bien enjuto, poco pelo y barba corta. Don Joaquín se dirigió a donde le esperaba una altiva joven de 16 años vestida con negra mantilla española y llamada doña María de las Mercedes de Borbón y Haugsburgo-Lorena, quien por título tenía el de Princesa de Asturias. Se cuadró marcialmente delante de ella y saludándola dijo:
“A las órdenes de su Alteza, se presenta el Capitán de Navío Joaquín Bustamante y Quevedo.
>> Señora la dotación del crucero acorazado de primera clase “Princesa de Asturias” se honra recibiendo de vuestras manos esta gloriosa enseña.”

Doña María de las Mercedes “Señor Comandante del crucero “Princesa de Asturias”. Con la natural emoción que este solemne acto me produce y ante los deseos de mis amados madre y hermano, con verdadero orgullo entrego esta bandera de combate.”

Seguidamente la Princesa y el Capitán de Navío Bustamante, acompañado de su ayudante, quien portaba la bandera en una bandeja de plata, embarcaron en una lancha que les esperaba.
La pequeña embarcación se dirigió al nuevo crucero, siendo recibidos por los ¡hurras! de ordenanza y sonando a continuación la Marcha de infantes. Se arrió la bandera española que ondeaba en la popa y se izó la de combate en el palo mayor. Quedando el buque en situación de combate.

Sonó el himno nacional, la Reina adoptó solemne postura, el Rey con la oficialidad de tierra y mar saludó militarmente.

A continuación desfilaron unas compañías de honor del “Pelayo” “Vizcaya”, “Oquendo” “Alfonso XIII” y “Vitoria”, presentes los buques en los caños para la ocasión.

En un lugar de la Trocha Júcaro-Morón, Cuba. 25 de Octubre de 1896.

El pasado 5 de Julio había muerto en combate en la Loma del Gato de la provincia de Oriente el otro Maceo -José-. La situación parecía propicia para las armas españolas; sin embargo, el General Castellanos tomaba muchas precauciones para la ofensiva de otoño. Tenía informaciones indicando que el General Máximo Gómez trataría de cruzar la trocha de Júcaro-Morón de nuevo hacia occidente, con la finalidad de lograr disminuir la presión a la que se estaban empezando a ver sometidas las provincias orientales.

El guerrillero cubano había pretendido sin éxito que Weyler lanzará sus fuerzas precipitadamente sobre él en la provincia de Camagüey, a fin de distraerlo en su momento del objetivo principal, el cual no había sido otro que Antonio Maceo; pero hasta que éste ultimo cayó, el Capitán General sólo se limitó a defender las poblaciones y principales vías de comunicación en esa zona. Una vez liquidado Antonio Maceo, el General Jiménez Castellanos estaba esperando a tener perfectamente impermeabilizada la trocha de Júcaro, terminada la de Bagá-Zanja y que diera tiempo a cumplir el decreto de reconcentración en Puerto Príncipe.

El Coronel Ulpiano conocía al General Jiménez desde hace mucho tiempo. Sabía que era metódico y que preparaba todo al milímetro, pero que si resultaba necesario era sumamente aguerrido y tenía el suficiente arrojo para arrastrar a sus hombres; sin embargo, ahora estaba dilatando continuamente la ofensiva.

Jiménez Castellanos “Coronel, mañana empezaremos la campaña de saneamiento de Camagüey, se abre la veda para el acoso y derribo del General Gómez. Me temo que será largo y pasaremos por momentos muy malos, en la perseverancia estará la clave del éxito. Máximo Gómez es un zorro viejo, no le daremos cuartel hasta agotarle. Cuando nuestras tropas estén exhaustas nos relevarán las del General Aldave y así sucesivamente.”

Coronel Ulpiano “Mi General francamente me estaba impacientando y las tropas también. Están bien comidos, las bajas por enfermedad han disminuido en un 90% y lo único que hacemos es instrucción a todas horas. Sin nada que hacer, está empezando a ser difícil controlar las relaciones con la población civil.”

Jiménez Castellanos “Recuerde Coronel las instrucciones que ha dado Weyler sobre el tema: no quiere ni un solo abuso sobre la población no beligerante. Ya sabe que no se anda con chiquitas, no se olvide a esos oficiales que ha ordenado fusilar en juicio sumario por traficar con los víveres.”

Biac-na-bató, San Miguel, 200 km al Noreste de Manila. 31 de Octubre de 1896.

Parecía imposible que aquél sujeto de apariencia adolescente fuera uno de los líderes de la revolución Filipina -quizás el infantil aspecto se debiera a la falta de vello en la cara y su menudo cuerpo-. Este descendiente de chinos procedentes de Hong-kong era el encarnizado rival de Bonifacio para la presidencia de una hipotética República de Filipinas. Sería injusto no reconocer que a pesar de su enconada lucha contra los españoles, no era tan sanguinario como el fundador de la “Suprema y venerable asociación de los hijos del pueblo”. Emilio Aguinaldo creía que el tiempo de Katipunan había pasado y que la organización debía acuñar parámetros más aceptables internacionalmente.

Aguinaldo “Recordar lo que os digo, el día de hoy pasará a la historia como aquél en que se proclamó la República de Filipina en un modesto lugar al lado de un río”

General Luna “Mi General no es un poco precipitado, la cosas van sólo regular.
>> La División del General Lachambre marcha como una apisonadora hacia nosotros. Cuando la Brigada independiente del General Galbis y los nuevos refuerzos llegados de la Península se unan a la primera División, nos pueden encerrar sin escapatoria posible.
>>Además el General Zappino defiende holgadamente Manila con su División, ayudado de la Marina y los Guardias Civiles. A modo de refuerzo, cada día llegan más colonos españoles con un fusil debajo del brazo y son utilizados por Polavieja como una milicia cívica.”

Baldomero Aguinaldo “Querido primo la situación es muy mala, la mitad de los que se habían comprometido en la lucha se entregaron antes de empezarla.
>>La condena de Rizal ha sido determinante y para colmo de males los españoles estaban desplegados perfectamente esperándonos.”
Aguinaldo “Necesitamos un acto con gran carga de contenido político, aunque sea simbólico.
>>La lucha va ser larga y cruel ¿qué os esperabais un desfile militar? Alguno de nosotros seguro que no verá su final, pero tener fe en la victoria, las Filipinas se merece la independencia. Hay que aguantar hasta que los americanos empiecen la guerra contra España.
>> Lo que menos me gusta de todo esto, son las continuas insubordinaciones de los Bonifacio, nos dividen y debilitan un poco más si cabe.”

Fin Capítulo XXV

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14 Jul 2010 21:27
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CAPÍTULO XXVI
ENTREVISTA CON EL ALMIRANTE MONTOJO.
De Manila a Cavite. 15 Noviembre de 1896
Lucas estaba alojado en una residencia de oficiales próxima al Castillo de Fuerza Santiago. La situación la podía considerar como un privilegio, ya que en Manila en la práctica no había hospedaje digno de la consideración de un buen hotel. En realidad, apenas casi dormía por las noches; una vez acostumbrado a convivir con las enormes cucarachas, debía luchar con el sofocante calor de la húmeda capital del archipiélago.

Después de desayunar, sobre las diez de la mañana, tomó un caballo prestado del Ejército y en compañía de un agente local de la Oficina se encaminó a través de las señoriales calles de intramuros -Jardines del General Morriones, Calles del Arzobispo y Santa Lucia- hacia la puerta de Santa lucía; la última, daba acceso al paseo de María Cristina, situado éste en la orilla del nuevo puerto en construcción y desde allí a Cavite.

No había duda que en Manila existían dos ciudades bien diferenciadas al mismo tiempo: el distinguido y aristocrático barrio de la vieja ciudad amurallada y el resto. Ese resto podía haber sido Venecia; pero no, sus arrabales eran un sórdido conjunto de sucios canales con barrios rebosantes de endebles chabolas, muchos de ellos poblados por emigrantes chinos que en pocos años le habían conferido a Manila los atributos de hacinada y sucia.

Desde su habitación y con unos prismáticos se entretenía en observar la desbordante actividad del río Pasig, con los nativos a bordo de sus cascos navegando llenos de productos, yendo y viniendo de los mercados a los buques fondeados y viceversa. En las riberas de esta arteria fluvial destacaban los atestados tranvías y más allá -al cruzar el hermoso puente de España-, el distrito comercial de Binondo, el cual a pesar de no estar en intramuros tenía gran número de edificios principales de calidad.

Para un occidental la exótica vida de Manila resultaba excitante. Los filipinos eran gente bastante curiosa y alegre; resultaba muy chocante que además de sus tradicionales vestimentas, muchos de ellos se empeñaran en ponerse la prenda superior de los chaqués y chistera en la cabeza, aunque por lo demás a modo de ropa llevaran tan solo taparrabos.

A eso de las once se detuvo para dar agua a los caballos y estirar las piernas en el pueblo de Bacoor que da nombre a la Ensenada del mismo lugar. El camino estaba lleno de nuevos colonos que prestaban servicios de seguridad como auxiliares de los guardias civiles veteranos o de los soldados de los batallones expedicionarios peninsulares. Se había armado a los voluntarios con fusiles o mosquetones Remington de 11 mm dotados con su correspondiente bayoneta, muchos de ellos además portaban al cinto una cartuchera con antiguos revólveres Lefancheux. Los europeos recién llegados no se podían desplazar a sus nuevas haciendas por culpa de la insurrección generalizada, así que ayudaban al Ejército a cambio de comida y asistencia básica para ellos y sus familias. Dado que la mayoría eran asalariados de algún latifundista o potentado español, a estos últimos sería a quien se les pediría que asumieran la mayor parte de los gastos, los cuales se compensarían a su vez con las propiedades adquiridas a bajo precio. Para los inmigrantes se establecieron varios campamentos provisionales lo más cercanos posible a Intramuros por el Sur y a Cavite.

Durante el viaje de unos 12 kilómetros hasta Cavite, tuvo tiempo de estudiar la inmensidad de la Bahía de Manila y la realidad de la supuesta creencia de su difícil defensa.

A las once y media, Lucas atravesó el istmo de San Roque que daba paso al Arsenal.

Residencia del Contralmirante Montojo, Arsenal de Cavite.

Una vez Lucas hubo llegado al Arsenal fue acompañado por un ordenanza español a las dependencias privadas del Comandante General del Apostadero. Ya en las mismas le recibió un criado filipino, quien lo condujo por el interior de la vivienda estilo colonial hasta una balconada cubierta, lugar donde le esperaban cinco marinos uniformados al uso tropical.

El techo de la estancia lo ocupaba un gran abanico que manejaban con parsimonia dos nativos desde otra habitación; gracias a él, la agobiante temperatura se hacía algo más soportable a esa hora.

Se hicieron las presentaciones pertinentes. Los oficiales de mayor graduación eran los Capitanes de Navío don Luís Cadarso y don Alonso Morgado Pita da Veiga; los más jóvenes, los hijos del Almirante, tenientes Eugenio y Patricio -Montojo y Lucas ya se conocieran al poco de la llegada del segundo-.

El anfitrión le invitó a sentarse a una mesa adornada con sencillos motivos florales; como contraste el mantel era de sofisticada seda china, la vajilla de Macao, las copas de la Granja y la cubertería de plata española.

Contralmirante Montojo “Le advierto señor Pena que la comida le podrá resultar algo extraña. El cocinero es chino y aunque tratamos de españolizar sus recetas, siempre tienen éstas un toque característico con las especias. Eso sí, el vino es un estupendo Rioja de las bodegas de los herederos del Marqués de Riscal que no sé el porque demonios siempre sabe peor aquí en el trópico que en España.”

Lucas “No se preocupe, seguro que el almuerzo será magnifico. Yo ya me siento suficientemente halagado con que me haya recibido con tanta rapidez.”

Montojo “Antes de empezar quiero que me aclare una duda. Usted ha traído los planes del Protocolo Santiago para la Marina y el Ejército de Filipinas, pero discúlpeme si le resulto impertinente ¿por qué he de comentarle mi parecer sobre ellos? Yo tengo mi conducto reglamentario que son el Almirantazgo y la Capitanía General.”

Lucas “No se preocupe me parece lógica la cuestión, sé que vuecencia ha de cumplir con el conducto que corresponda y yo no formo parte de él.
>>Le explicaré, hasta el momento sólo he hecho de correo, pero es que además en mi cabeza puedo tener alguna respuesta a las múltiples preguntas que seguro se le han presentado al leer los documentos. Por otra parte, entre mis obligaciones figura el entrevistarme con los mandos operativos directamente, para más tarde informar en primera persona acerca de la situación sobre el terreno a los Comisarios del Protocolo y por tanto al Presidente del Gobierno.
>>No me gustaría parecerle prepotente, pero debo recordarle ,como pudo leer en las credenciales mostradas en nuestra primera entrevista, que vuecencia tiene obligación de facilitarme la labor.”
Montojo “Hasta cierto punto, aunque no tenga miedo, lo mío no es nada personal y colaboraremos en los que podamos.”

Cadarso “Disculpe joven ¡usted nos puede ayudar en algo a nosotros!”

Lucas “Creo que sí mi comandante, porque tengo capacidad para exponer sus necesidades directamente al mando político.”

Pita da Veiga. “Usted no es marino ¿qué es lo que sabe de la guerra en general y de barcos en particular?”

Lucas se sonrió “Mucho menos que cualquiera de ustedes, para compensar le pongo mucho interés y afición.
>> Por ejemplo: le puedo anticipar que su barco, el crucero “Castilla”, pasará a situación de baja en las listas de la Armada durante este mes y usía deberá regresar a España”.

Cadarso “Eso era más o menos sabido, aunque no con fecha exacta. No sé porque me lo tiene que haber dicho usted en vez del Contralmirante.”

Lucas “Tiene razón, pero quería exhibir una carta marcada para convencerles que sé un poco de lo que va todo esto. ¿A lo mejor quiere conocer cual será su futuro destino?”

Pita da Veiga puso cara de sorpresa “¿Qué es usted adivino o me mandan por fin a galeras?”

Lucas “No Comandante, me apuesto 20 pesos a que su próximo buque será un moderno crucero protegido aún en construcción.”

Entraron varios camareros portando bandejas en sus manos. A pesar de que la mayor parte de ellos apenas entendían el español, los comensales dejaron de hablar en su presencia, uno no se podía fiar de casi nadie en las Filipinas.

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14 Jul 2010 22:41
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Montojo. “Bueno la baja del “Castilla” la conocía por la documentación que me entregó, pero como bien ha dicho Alonso no sabíamos la fecha con exactitud.
>>Ya puestos y de paso les diré referido a ese buque que sus cañones de 150 mm serán empleados en la defensa de la bahía. Los de 120 mm fueron enviados a España en su momento con 4 Hontorias del mismo calibre. Aquí nos quedamos otros 4 de los segundos -modelo 1879-; con esos y con los que nos manden de España -de tiro rápido- para el mismo fin, armaremos un crucero auxiliar cuando sea necesario. Los sirvientes de los cañones del “Castilla” emplazados en tierra seguirán siendo los mismos artilleros que lo hacían en la mar, apoyados por un grupo de marineros de maniobra.”

Lucas “Almirante, el asunto concreto que me ha traído al Arsenal es conocer su opinión sobre lo que se está haciendo como respuesta a sus peticiones por carta del pasado mes de Diciembre.”

Montojo “Estoy parcialmente satisfecho, vamos por partes:
>>En lo referente a las embarcaciones principales, se ha accedido a alistar al “Alfonso XII” y al “Reina Mercedes” en este apostadero como yo había reclamado. Con eso sólo se hace realidad su propósito original de construcción que era destinarlos a Extremo Oriente.
>>Creo que ya se está trabajando sobre ellos en España. Otra cosa será como se realicen sus reformas, más las del “Reina Cristina” claro está.
>>Admito que su artillería mejorará ligeramente al sustituirle dos de los Hontoria de 160mm por cuatro cañones de 140 a150 mm 1 -todos de tiro rápido o transformados-, es una pena que en dos de los buques estemos obligados a mezclar modelos e incluso hasta los calibres. No me preocupa que para compensar el peso -entre otras cosas- se hayan suprimido tres tubos lanzatorpedos.
>> Está muy bien el hecho que se protejan las piezas de 160, 150 y 140 en reductos blindados de 30 a 40 mm de acero Krupp, así como que se les aumente el tamaño y espesor de los escudos protectores. Siguiendo con la artillería, a la ligera se le suma un cañon de 42 mm a los que tenía 2 ; poco es, pero menos da una piedra. El peso de los reductos blindados se compensará en gran medida con la supresión de la arboladura tipo corbeta -sustituida por un par de mástiles militares practicables para aparejos auxiliares menores- y por las nuevas calderas 3 donde haya que cambiarlas.
>>A los barcos se les hará un completo mantenimiento, con lo que llegarán en buen estado; y como se traslada definitivamente a Olongapo el astillero del arsenal 4 , estoy seguro que podremos mantener todos los buques en espléndida forma. Además para los que no poseamos capacidad suficiente, como tenemos algunos dineros los mandaremos a Hong-Kong.
>>El problema es la renuncia a instalarle más blindaje, bien sea cubierta protectriz parcial o en la cintura. Aparte de la artillería, sólo se instalaran protección en la torre de mando del comandante del buque.”

Lucas “Los ingenieros no han encontrado solución a los problemas estructurales y de peso que representaba el acoplarle protección a un coste razonable.”

Patricio Montojo hijo “Vamos a ver caballero ¿no le van a adosar un forro de madera y cobre al casco que pesará por lo menos 200 toneladas para su mejor conservación en mares tropicales? Debemos deducir entonces que los buques admiten como poco ese tonelaje adherido al casco, el cual además cuesta unos 400.000 reales por buque. Que le quede claro que los que vamos a luchar preferimos el blindaje al forro de cobre.”

Eugenio Montojo “Además al sustituirles las 10 calderas de cada uno por otras más modernas, ganaremos al menos otras 150 toneladas y algo de autonomía”

Lucas “Como ustedes bien conocen, yo no soy ni marino ni ingeniero; aunque como dije pongo mucho interés, por lo que además de ser periodista especializado en temas navales he hecho unas cuantas consultas al respecto. No obstante, lo que les diré a continuación -sobre todo en lo referente a las cifras- deben tomarlo con algunas reservas, son tan solo aproximaciones groseras:
>>Las estructuras de estos barcos no están preparadas para aguantar muchos pesos adicionales, los baos y cuadernas no son lo suficientemente robustas. A diferencia del forro de cobre, los pesos de las cubiertas protectrices -como el de los blindajes en los costados en su caso- no estaría distribuidos a lo largo de toda la obra viva del buque, sino en puntos más concretos que serían los que soportarían el sobreesfuerzo y podrían terminar por ceder.”
>> Independientemente y sin tener en cuenta todo lo anterior, con un blindaje de menos de100 toneladas -dado que parte del peso sobrante de las nuevas calderas ya lo habrán absorbido los reductos de la artillería y la torre de mando- sólo podrían instalarle una cubierta protectriz parcial en unos 50 metros de eslora y de unos 15 mm de espesor todo lo más. Para eso habría que levantarle las cubierta del sollado, con lo cual todas las obras de reforma saldrían casi más caras que un buque nuevo”.

P. Montojo “También se puede jugar con las carboneras reduciendo su capacidad, la cual para combatir en la Bahía de Manila es sobrada.”

Lucas. “Se puede jugar con ese peso, pero no abusar de el. El carbón no es parte integrante de la estructura del buque, sólo una carga. Las carboneras están acondicionadas para el peso que soportan, pero eso no es trasladable -al menos en su totalidad- a todas las partes de la nave. Además, la distribución de las carboneras es tal que rodea a máquinas y calderas dándoles protección, también se han instalado unos cofferdams -a consta de la capacidad de las mismas- a la altura de línea de flotación que una vez rellenos de celulosa ayudaran a impedir la entrada de agua por las vías que se produzcan.
>>En definitiva, creo que una vez hechas las reformas, los podemos considerar por lo menos -excepto por la velocidad- buques de la misma capacidad militar que los cruceros yanquis clase Detroit 5.”

Cadarso que estaba muy pensativo, algunas veces pasaba la palma de la mano por la calva y otras se daba tironcillos de la barba, por fin intervino:
“Vamos a ver, yo tampoco soy ingeniero pero en mi buque, el crucero “Reina Cristina” y en sus hermanos me imagino que es idéntico, existe una carbonera entre el sollado y un falso sollado. La cubierta de la misma esta preparada para aguantar tonelajes importantes, eliminemos esa carbonera y adaptémosle ahí una cubierta protectriz parcial que abarque calderas, maquinas y quizás la Santa Bárbara o algún pañol de munición .
>>Unidos los nuevos 15 mm de planchas -teniendo en cuenta los datos aportados por le señor Pena- a los 10 mm de acero de la cubierta sobre la línea de flotación ya existentes y sumando además los previstos reductos blindados de la artillería media, la torre de mando, las carboneras protegiendo los costados, los cofferdams rellenos de celulosa, las divisiones celulares y compartimentos estancos, tendremos algo más que un mero transporte armado.”

Lucas “Insisto en que resultará un coste muy elevado”

Montojo “No tanto, además no he renunciado yo al gran dique flotante que costaba cerca de 150.000 libras a cambio que se invierta en la flota de mi apostadero.”

Lucas “Si señor, pero el blindaje de las baterías y de la torre de mando se lleva mucho dinero, súmele todos los trabajos de mantenimiento que se van a realizar más los costes de la nueva artillería.
>>El Almirantazgo cree que será mucho más rentable entregarles munición de calidad y carbón para que hagan alguna práctica, teniendo mayormente sobrante almacenado.”

Cadarso “La artillería nueva ya estaba fabricada o contratada, con lo que no supone un gasto extraordinario”

Pita da Veiga “Y si quiere le dice al Almirantazgo que para gastar munición y carbón, necesitamos primero buques que puedan navegar y disparar al mismo tiempo.”

Lucas “Así lo haré de su parte, Comandante”

Montojo “Hágalo de la mía; si quieren cesarme el cargo está a disposición de quien lo deseé, no creo que encuentren ningún otro ingenuo.”

Lucas “Bien Almirante estoy de su lado, en ese sentido irán mis informes a la Comisaría del Protocolo.
>>Lo que no sé es como vamos hacer para mantener ocultas las mejoras de los “Cristinas” a los americanos. Debemos aparentar que son meros transportes o que van a causar baja en la Armada.”

Eugenio Montojo “Difícil que cuele eso, no serán tan ingenuos.”

Lucas “Ingenuos no, arrogantes sí. Sabemos que no los engañaremos en su totalidad; sólo esperamos crear confusión y incertidumbre, provocando algunos errores”




1 Debía repartirse los 6 Hontoria 140 mm sobrantes de los Vizcaya, 3 Skoda 150 mm y 3 Canet 150 mm de los acorazados guarda costas, entre tres buques a cuatro para cada uno. Se sumarían a cuatro de los Hontorias de 160 mm que ya tenían los cruceros.
2 Originalmente 3-57 mm, 2-42 mm y 6-37 mm.
3 Se cambiarían en “Alfonso XII” y “Reina Mercedes”
4 Bajo la administración de la nueva SECN que asumiría los 1200 trabajadores de Cavite
5 3 Cruceros de poco más de 2000 toneladas armados con 9 cañones de 127 mm, 8 piezas ligeras, 2 ametralladoras y 3 tubos lanzatorpedos. Su cubierta protectriz apenas llegaba a media pulgada, tenía blindados los reductos de artillería y la torre de mando, así como cofferdams con celulosa. Su velocidad era de 18 nudos.


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14 Jul 2010 22:58
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El primer plato fue un estupendo arroz frito con camarones y el segundo un cochinillo asado de sabor agridulce. Terminada la tarta de chocolate se levantaron y pasaron a una galería contigua a donde estaban; una vez allí, procedieron a acomodarse en unos sillones de mimbre pintados de blanco flanqueados por unas pequeñas mesitas de igual material y color. El conjunto estaba rodeado de grandes plantas, fundamentalmente kentias y ficus. Encendieron unos cigarros puros filipinos y disfrutaron de un café de la tierra -tan bueno como el de Moca-, el brandy fue español. Una gratificadora brisilla comenzó a correr por Cavite, la tarde amenazaba tormenta.

Almirante Montojo “Volviendo al balance personal que hago sobre lo que se ha tenido a bien concederme relacionado con mis peticiones iniciales, considero totalmente acertado que a los cañoneros tipo “Don Juan de Austria” y a los “Isla de Cuba” se les haya aprobado la modificación de la artillería a como la tenían en su diseño original 6 , aunque sea a costa de la supresión del armamento torpedero. Es estupendo igualmente que todos sus Hontoria de 120 se reconviertan a tiro rápido. Los cañones de nueva fabricación nos los mandarán desde España y los montaremos aquí; nosotros ya enviamos en su momento los que teníamos para futura instalación en cruceros auxiliares -en nuestra Maestranza de Artillería no seríamos capaces de tal obra-.
>> Por cierto, de paso diré que me parece sumamente correcto que se clasifique a esa clase de buques de simples cañoneros de primera y no cruceros como hasta ahora se venía haciendo. Se ajusta más a la realidad de su modesto tamaño
>>En los detalles del informe me dicen que de una manera u otra me enviarán algunos torpederos, aunque todavía no saben cuales.
>>Para finalizar y en otro sentido me confirman la construcción del nuevo varadero de Olongapo. Con el podremos hacer el mantenimiento de los buques de menos de 2000 toneladas con facilidad.”

Lucas “¿Qué me dice de la artillería de costa?”

Montojo “Me han confirmado el envío de 22 piezas 7 aceptablemente buenas. En Manila tenemos reservados para esos usos los 4 Krupp 150 mm del “Castilla”, los tres “Armstrong” 1881 del “Velasco” 8 y dos Hontoria 160 mm transformados del nº2.
>>Con parte del dinero que han obtenido con la venta del “General Valdés” enviarán dos baterías Nordenfelt de 57 mm.”

Lucas “Sabe mi Almirante que deben empezar con las obras de los emplazamientos y fortificaciones”

Montojo “Claro que lo sabemos, pero no como distribuirlos. Estamos pendientes de confirmar los envíos de Trubia.
>>Estoy en conversaciones con el Capitán General para coordinar la distribución de las baterías, ya que las tenemos de la Marina y del Ejército.Ellos tienen montados aquí tres docenas de piezas, aunque sólo 13 son de algún valor militar.
>>Están seguros además de recibir 6 Ordóñez de 150 mm y mantienen fundadas esperanzas de hacerse con al menos una docena más de piezas modernas cuando salgan del Trubia. Por otra parte, Polavieja ha exigido que le refuercen la artillería de campaña y de sitio , a base de piezas de las que hay en España y con algunos de los Krupp de tiro rápido. El Capitán General también ha solicitado se le dote de ametralladoras.
>>Para terminar, en cuanto a los torpedos fijos se han comprometido con 150 tipo Bustamante. Nosotros tenemos 17 de origen inglés tipo Mathieson y otros 14 artefactos improvisando boyas con cabezas de combate de los torpedos retirados de los buques, no sé sin son peores las primeras o los segundos. Llegando las prometidas, aunque insuficientes a todas luces, nos arreglaremos con ellas."

Lucas “Debe saber que el tema del nuevo horno de Trubia se ha torcido, difícilmente tendrán piezas nuevas de artillería de costa. En cuanto a los Krupps de tiro acelerado y ametralladoras se comprarán 48 y 12 respectivamente, en principio todas para Cuba. Si quieren alguna, ya le pueden decir al Capitán General que se mueva rápido.”

Montojo “Gracias por la información, así se lo haré llegar. Lo que no sé es como quieren ganar una guerra de esa manera, porque además tenemos que enviar algo a Guam ¿Para qué sirve el Protocolo y los planes?”

Lucas “Almirante es lo que hay. Tenemos muchas trabas para adquirir material en el extranjero, nos piden unos precios astronómicos; a lo que hay que añadir el gasto desmesurado que supone mantener 175.000 soldados en Ultramar, a parte de los cuales hay que relevar con cierta frecuencia.
>>Además con Protocolo o sin él, sigue habiendo luchas políticas a costa de los contratos y para colmo muchos consideran que si nos armamos demasiado estaríamos provocando a los yanquis.
>>Es todo muy difícil, créame.”

CN Cadarso “Sí pero a nosotros se nos exige que nos juguemos la vida”.

Lucas “Sólo les puedo prometer que si me lo permiten mis jefes estaré con ustedes hasta el final”.

El Contralmirante levantándose, empezó a despedirse de sus invitados, pero antes de separarse el CN Pita da Veiga intervino.

“Pero hombre de Dios ¿ no me va a decir, cuál es el nombre de mi flamante crucero nuevo?”
“Je, je, pensé que no me lo iba a preguntar nunca” Lucas




1 Los del tipo “Don Juan de Austria” montaban cuatro Hontorias de 120 mm, en el diseño original tenían 5. Por su parte los del tipo “Isla de Cuba” artillaban cuatro Hontorias de 120 mm en su diseño original eran 6.
2 2 Hontoria de 200 mm, 8 Hontoria de 160 modelo 1879, 2 transformados Hontoria de 160 mm del nº2, 6 Armstrong de 150 mm y dos Krupp 150 del mismo calibre
3 Sustituidos por 5 Hontoria del 120 tr.

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14 Jul 2010 23:13
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CAPÍTULO XXVII
ACONTECIMIENTOS DICIEMBRE de 1896.

La Casablanca, Washington. 3 de diciembre de 1896.

Grover Cleveland miró pensativo los nevados jardines de la Casa Blanca. Asumía en primera persona que su política dubitativa en Cuba era uno de los motivos que habían llevado a una casi segura derrota del aspirante demócrata William Jennings en las elecciones presidenciales de aquél día.

El 25 presidente de los EEUU sería el republicano Willians Mckinley, mucho hueso para tampoco perro, pensó Grover para sus adentros.

Mckinley sería manejado por los jóvenes halcones de su partido, quienes dirigirían al Gobierno desde la segunda fila. Los exponentes más representativos de la nueva generación de agresivos políticos eran William Day y sobre todo ese arrogante bocazas llamado T.Roosevelt.

Él estaba preocupado por su imprudencia y petulancia. Los EEUU todavía no estaban preparados; era preferible negociar con España, si se manejaba bien la crisis podían aceptar un especie de Dominio para Cuba como el de los ingleses en Canadá, más adelante ya se vería.

Biac-na-bato. Filipinas. 13 de Diciembre de 1896.

Una gran cueva en la selva era el cuartel general del depauperado líder de la revolución filipina.

Más de un mes de sitio habían reducido las fuerzas de Aguinaldo a una banda de andantes esqueletos desaliñados.

Los cañones de las cuatro baterías del sexto regimiento de montaña 1 , más las dos de campaña de 80 mm y una de Nordenfelt de 57 mm; unidos a las ametralladoras Maxim y Nordenfelt 2 , los Mauser y los 15.000 hombres del General Lachambre habían terminado por quebrantar la moral de los rebeldes.

El General de los tagalos Antonio Luna con una columna había burlado el cerco y abandonado a los de Aguinaldo a su suerte, en verdad el militar filipino tenía más miedo que su jefe le matase por celos a su reconocida popularidad que a los españoles.

El General Jaramillo acompañado de un civil y un Teniente portador de la bandera blanca -todos a lomos de monturas- se adentraron en el campamento. No habían querido que fuera el rebelde filipino el que se moviera para aumentar así la sensación de agobiante condición de sitiado. Una vez en la boca de la cueva, el General y el paisano se desmontaron. El Brigadier aprovechó el momento para introducir en la caña de una de sus relucientes botas negras la fusta, ajustándose a continuación los brillantes correajes; cuando termino de componerse, el Teniente le entregó un pulido bastón de mando con la empuñadura de oro.

Un hombre demacrado de baja estatura y con pelos en la cara, más propios de un mozalbete mal afeitado que de un arrogante General, se acercó a ellos.
“Buenas tardes, soy el General Emilio Aguinaldo”

“General de Brigada Jaramillo y enviado especial del Gobierno Lucas Pena” contesto el Brigadier español

La compostura de Jaramillo contrastaba con Aguinaldo. A pesar de las ojeras y la delgadez -producto del cansancio de más dos meses de campaña en la jungla-, nuestro General lucía aseado en su uniforme de rayadillo, portando orgulloso la Gran Cruz de María Cristina en el pecho y haciendo clara ostentación de un inmaculado fajín encarnado. Parecía querer decirle a Aguinaldo que lo que veían sus ojos era un verdadero militar de alto rango.

Aguinaldo “Quiero saber las condiciones del armisticio que he solicitado”

General Jaramillo “Todas sus tropas deberán deponer sus armas en 24 horas desde el momento que se firme.
>>Los que así lo deseen podrán quedarse en el país con libertad restringida de movimientos. En todo caso, el gobierno autónomo de Filipinas les garantizará el sustento, aunque para ello deberán jurar lealtad a la bandera de España.
>>Los que no quieran hacer lo anterior, podrán abandonar Las Filipinas hacia China con el firme compromiso de no volver jamás. Pare ello, comprometemos el pago de un millón setecientos mil pesos en varios tramos. El primero se les entregará al llegar a Hong-Kong.
>>Si no aceptan estas condiciones en el plazo de una hora desencadenaremos un ataque total, no habrá prisioneros.”

Aguinaldo: “Acepto todas las condiciones, sólo pido una prórroga para entregar las armas y que ésta sea hasta cuando tenga la confirmación por medio del cónsul americano o el británico de Manila, de que mi primo Baldomero se ha embarcado en una nave de uno esos países bajo la protección de su pabellón con destino Hong-Kong. Más tarde yo me reuniré con él.”

Jaramillo “Creo que se puede arreglar.”

EL General Jaramillo dejó la jungla para encaminarse a San Miguel. Allí le esperaban su jefe inmediato y el General Polavieja. El ayuntamiento y en concreto el despacho del alcalde -el cual estaba alumbrado por quinqués de gas- hacían las veces de Cuartel General. Una vez expuestos los términos de Aguinaldo, fueron aceptados por el Capitán General.

Lucas Pena estuvo presente en la reunión y le pareció que se iba a desperdiciar una valiosa ocasión para dejar zanjado un gran problema de una vez por todas. Cuando Lachambre y Jaramillo se retiraban, el agente sacó una pitillera de cuero y plata de su sahariana color crema, encendió un pitillo y suspiró profundamente.

Lucas “Mi General puedo hablar un momento con vuecencia a solas”.

Polavieja asintió invitándole a sentarse y sirviéndole una copa de Brandy, al tiempo que se dispuso a disfrutar de un cigarro habano Romeo y Julieta.
Polavieja “Usted dirá Lucas”

Lucas “¿Estaría su excelencia dispuesto a un sacrificio por el bien de España?”

Polavieja “¿Lo duda usted acaso? A estas alturas de mi vida creo que lo tengo demostrado de sobra.”

Lucas “No se ofenda, es que esta vez no es muy honorable o al menos no aumentará su fama y puede hipotecar su futuro.”
Polavieja pidió que se explicase.

Lucas “Creo que es mejor que Aguinaldo no llegué nunca a Hong-Kong. Sus intenciones de cumplir el armisticio estoy seguro de que son falsas, una vez allí esperará el momento propicio para volver.”

Polavieja “¿Qué le hace a usted pensar eso?”

Lucas “A cambio de facilitar la escapatoria del cerco al General Luna, unos infiltrados me han puesto en contacto con él. Le ofrecí los 400.000 pesos del primer pago para Aguinaldo y entonces me ha confirmado que su jefe utilizará armisticio como plan de fugas.
>>Siendo así es mejor que no salga vivo de Luzón.”

Polavieja “Debiera usted haberme consultado para esa acción, podría mandarle fusilar. Aparte de eso, ¿ha caído en la cuenta que el dinero es de la autoridad autónoma filipina?
>>En cuanto a su propuesta, la comunidad internacional y Rizal pondrían el grito en el cielo.”

Lucas “La comunidad internacional no quiere oír hablar de sublevaciones indígenas contra europeos.
>>Además, aunque tengamos críticas serán matizadas, ya que no seremos nosotros mismos quienes actuaremos. Emplearemos a Procopio Bonifacio contra Aguinaldo, recuerde que tenemos prisionero a su hermano Andrés. Los Bonifacio han jurado vengarse de Aguinaldo por lo de Agosto en Manila.
>>Cuando Aguinaldo se dirija a embarcarse hacia Hong- Kong, los katipuneros le atacaran matándolo. Más tarde, nosotros acabaremos con ellos en defensa de nuestros prisioneros.
>>Después nunca admitiremos haber realizado semejante acción tan maquiavélica.
>>En cuanto al fusilamiento no quiero pecar de vanidoso, pero tengo autoridad para hacer lo que hice, lea en mis credenciales. Las condiciones del armisticio debían contar con el visto bueno del Gobierno y yo soy el representante de su Presidente para este asunto en concreto. ¡Ah! y por supuesto no le he dado ni un duro a Luna.”

Polavieja “Todo eso es discutible, pero ahora no es el momento de hacerlo. Lo que importa es que siguiendo sus teorías, Rizal pedirá mi cabeza y no la suya por no dar la protección adecuada a Aguinaldo”

Lucas “Ahí esta el sacrificio, después de un pulso artificial se la daremos; vuecencia dimitirá supuestamente forzado por el Gobierno de Madrid. De esa manera, nosotros habremos matado a dos pájaros de un tiro, Aguinaldo y Bonifacio. Además al dimitir vuecencia, Rizal estará orgulloso y convencido del poder que le ha dado la metrópoli.
>> Es más si me apura de los primeros 400.000 pesos que teníamos que haber pagado en el armisticio, una vez muerto Aguinaldo los emplearemos para las defensas de la Bahía de Manila. Yo personalmente convenceré a Rizal de lo conveniente que sería tal actuación, al dejar clara ante la opinión pública su españolidad con la cesión de parte esos dineros, después de que hubiere provocado la destitución de todo un Capitán General. Podría ser el momento oportuno para que la Regente le diera un título.”

Polavieja “Vaya dislate. Me refiero a lo del título, lo demás lo entiendo. Reconozco que me estoy cansando del clima -mi salud se está empezando a resentir- y de la ramplonería del Gobierno con los medios.”




1 12 Plasencia 80 mm mod. 1874, y 6 antiguos Whitworth. A la isla ya habían llegado desde la península otros 8 Plasencia de refuerzo. Además de los 36 cañones de este tipo destinados en Cuba , 4 de Puerto Rico y los 8 de Filipinas; había 72 piezas de este tipo activadas en los regimientos peninsulares y bastantes más en parque, con estos se reforzaron al doble los de Filipinas y Puerto Rico. Se estaba a la espera de algún Krupp de tiro rápido.
2 De las de 7 mm se habían enviado dos a las Filipinas. La Armada -sólo en las cañoneras- tenía 27 de 11 mm Nordenfelt (Maxim-Nordenfelt) de 5 tubos; de esas había dejado dos al Ejército para la ofensiva. Iban motadas sobre cureñas con ruedas y tiradas en limonera. Las 11 mm pesaban 45 libras, casi el doble de una 7 mm. Había dos Gatling o similar en Manila y alguna mas de la Armada desembarcadas. Pronto llegarían 4 viejas ametralladoras de origen francés.

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Puerto de Cork, Irlanda. 17 de diciembre de 1896.

La travesía entre La Coruña y el gran puerto natural de Cork había sido sencillamente terrorífica, incluso para un avezado miembro de la Armada como era él. El pesquero que le sirvió de transporte y tapadera, a pesar de su respetable tamaño, fue zarandeado como si de una barca de remos se tratase por el Mar Céltico durante los últimos dos días de viaje.

Era la cuarta noche que pasaban al resguardo del puerto pesquero. Las anteriores se había acercado a una típica y cercana taberna con idéntico resultado: tomarse tres pintas y de vuelta al barco. El romanticismo indicaba que uno se bajaba de los barcos pesqueros lleno de frescura marina; él olía únicamente a pescado que tiraba para atrás, estaba incómodo dentro del cascaron de la mugrienta embarcación y sus compañeros de embarque -bien fuera por desconfianza o por el cansancio de su extenuante trabajo- no le prestaban la menor atención. Alejandro se aburría terriblemente en su estancia en Irlanda.

Cuando tomaba su segunda cerveza, un chiquillo pelirrojo con abundantes pecas tiró de su chaquetón azul marino haciéndole señas para que le siguiese. Alejandro apuro la jarra, encendió un cigarrillo con un fósforo y abandonó la tabernucha; a continuación, se interno en la desapacible noche subiéndose el cuello de su chaquetón marinero y calándose el gorro de lana para protegerse de la incesante lluvia. Vio al chaval entrar en unos callejones y fue tras él, no sabía donde se encontraba, empezándose a desorientar después de diez minutos de caminar persiguiendo fantasmas por aquél estrecho laberinto de callejuelas empedradas llenas de charcos.

Ahora estaba seguro, alguien le seguía. Se aferró con fuerza a la empuñadura de su navaja albaceteña y se dispuso a enfrentarse directamente con las tres amenazantes figuras cuyas sombras adivinaba a sus espaldas. Una esperada frase sonó en el más puro inglés de Irlanda.

“Buenas noches ¿se ha perdido?”

“No, estoy buscando la catedral”

“A estas horas sólo encontrara abierta la taberna de O’ Relly”

“Soy Alejandro Osborne me envía un amigo del Obispo de Dublín”

“Todo está correcto, soy Adams O´Relly, acompáñeme por favor”

Le pusieron una venda en los ojos y lo introdujeron en un carromato lleno de paja tirado por un rústico caballo. Poco más tarde su medio de transporte se detenía, le ayudaron a bajarse y ya dentro de una casa semi-derruida le descubrieron la vista.

“Disculpe las molestias pero toda precaución es poca, me llamo O’Donovan, Coronel del Regimiento del IRA de Cork, ¿en qué puedo ayudarlo?” El mismo hombre de mediana edad, rubios cabellos rizados y generosos bigotes, le ofreció una petaca con whisky.

Osborne “Entiendo su recelo no se preocupe. En cuanto su pregunta, creo que nos podemos ayudar los unos a los otros. Nuestros dos países y otros muchos tienen en común que son victimas de la perfidia Inglesa. Mi Gobierno se ha propuesto de firme echar a los ingleses de Gibraltar, así como anular o renegociar muchos de los contratos comerciales que en régimen seudo colonial tenemos con ellos.”

O´Donovan “Muy loable y nos alegra, pero nosotros que pintamos en todo esto”

Osborne “Mucho, mi organización está tratado de crear algo así como una liga secreta de países ofendidos y damnificados por Gran Bretaña: están ustedes, los boers, portugueses, argentinos y nosotros por supuesto.”

O´Donovan “Y no me diga que todos juntos le vamos a declarar la guerra al imperio británico y conseguir que la vieja arpía de la Reina Emperatriz pida perdón por todos los pecados cometidos por ella y sus antepasados a lo largo de los siglos”

Osborne “De algo así se trata, pero claro la guerra no será abierta. Lo que queremos es tener sometido al Reino Unido a continúas y simultaneas crisis en muchos lugares del mundo, distantes y distintos. No les dejaremos nunca tranquilos y si alguna gran potencia le declarara la guerra, nosotros les apoyaríamos incordiándoles. Sería mejor que todos los que odiamos a los ingleses por las múltiples afrentas recibidas, nos coordinásemos y actuásemos fríamente.”

O´Donovan “¿En concreto que quiere de nosotros y que nos ofrece a cambio?”

Osborne “Sólo queremos que activen su campaña contra el gobierno británico, en definitiva que les molesten. En algún momento determinado podemos solicitarle que realicen alguna acción especial, la cual en todo caso será de mutua conveniencia.
>>A cambio les daremos armas, dinero y nuestros territorios serán un seguro refugio para ustedes.”

O´Donovan “Nosotros tenemos ya nuestros refugios seguros.”

Osborne “Si señores, es cierto y subvención económica proveniente de América también, pero eso se ha terminado. Estados Unidos ha pedido apoyos a Gran Bretaña para un eventual conflicto con España; en repuesta, Lord Salisbury condiciona la ayuda, entre otras cosas, a que los yanquis dejen de tratarles a ustedes como amigos.”

Alejandro y Sir James Moore habían trazado un plan conjunto, ahora sólo había que seguir los pasos.

Se terminó la reunión, no sin antes recordar que la misma para España no había existido. Se establecieron como debían ser los futuros contactos y quienes eran los enlaces en Dublín, Londres y Madrid de una y otra parte. Los fenianos quedaron entusiasmados y poco después darían respuesta afirmativa.

En algún lugar entre San Miguel y el puerto de Asual (norte de Manila) Filipinas. 30 de Diciembre de 1896.

Hacia para cuatro días que partieran de Biac-na-bato. Una vez que el Cónsul Americano de Manila -Mr. Williams- confirmó el precipitado embarque en un buque británico de Baldomero Aguinaldo y la salida de éste hacia Hong-Kong, su jefe y primo se puso en marcha al frente de las derrotadas tropas tagalas.

Emilio Aguinaldo y más de 4000 leales se dirigían hacia un pequeño puerto situado al Norte de Manila, lugar en el cual embarcarían gradualmente hacia Hong-Kong, ciudad esta última donde recibirían un primer pago de 400.000 pesos por el supuesto abandono de las armas. Cuando los americanos entraran en guerra contra España, él y los suyos regresarían a las Filipinas para combatir.

No le quedaban muchos hombres, parte de ellos habían preferido quedarse en Filipinas bajo la primera cláusula del armisticio y a estas horas no sabía si su lugarteniente el General Luna se había escapado del cerco o simplemente era un traidor.

A Emilio Aguinaldo, quien era un soldado ya veterano a pesar de la juventud, había algo que no le justaba nada de aquel embarrado camino que discurría entre algunos campos de arroz y la selva. Su estado febril no le dejaba pensar con claridad y eso que tenía el privilegio de viajar a lomos de un pollino -a diferencia de sus hombres-. Demasiada quietud y silencio, aparte de sus propias tropas no se veía ni oía a nada ni nadie. El acuerdo firmado con los españoles contemplaba que estos los vigilarían a distancia; pero allí no había nadie, parecían estar totalmente solos. Fue entonces, cuando en un tramo que discurría por un agosto barranco rodeado por la selva, unos diablos cayeron sobre ellos a los gritos de viva el Katipunan y Bonifacio.

Aguinaldo y sus hombres apenas pudieron poner resistencia, sólo unos pocos a modo de cuerpo de seguridad llevaban sus viejos fusiles. Procopio Bonifacio vengó la muerte de los suyos en Manila con una auténtica masacre.

Después de dos horas de sangrienta orgía parecía estar satisfecho, con sus propias manos había dado muerte al mismísimo Emilio Aguinaldo. La satisfacción de la victoria distrajo sus defensas y horas después, cuando estaban ya agotados de asesinar y relajados por su venganza, varios batallones expedicionarios del General Marina Vega daban buena cuenta de Procopio Bonifacio en persona y de sus hombres.

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CAPÍTULO XXVIII

LA CASA DEL ZAR. Palacio de Invierno, San Petersburgo. Rusia.12 de Enero de 1897.

Si los diez grados bajo cero le dejasen hablar, diría que la vista que observaba desde el trineo tirado por caballos era la de una gran y esplendorosa ciudad de más de un millón de habitantes. En Madrid le habían contado que Rusia era la otra nación del extrarradio de Europa y que como la misma España estaba algo atrasada con respecto a las grandes potencias de Europa occidental.

Bien pudiera ser cierto, al parecer obreros y mujik vivían peor todavía que sus homólogos en España, aún cuando nuestra Patria estuviese padeciendo una larga guerra.

Pero en realidad, estábamos hablando un imperio de dimensiones colosales y aunque atrasado, también era opulento en su miseria. Sus 120 millones de habitantes hacían de Rusia la más poblada de las grandes potencias con gran diferencia y los 17 millones de km² de su territorio le conferían un potencial en lo referente a la explotación de recursos casi ilimitado. El Ejército tenía un tamaño enorme y la Marina -aunque con muchos defectos- por tamaño bien se podía catalogar como la tercera del concierto de naciones. Por lo tanto, la Madre Rusia debía ser tratada con el máximo de los respetos.

Quizás podría definirse como un gigante con los pies de barro, pero esto siempre era mejor que ser un enano y tener las bases del mismo material. En el tablero europeo de la estrategia geopolítica, a pesar de los pesares jugaba un papel trascendental y todos preferían tenerla por aliada antes que de enemiga.

Una vez que el Embajador don Miguel Maldonado hubo enseñado su acreditación al Capitán de la Guardia Imperial, traspasaron la verja del Palacio de Invierno. Enseguida vislumbraron el contraste de la blanca nieve con la verde fachada del gigantesco edificio barroco.

Alejandro observó a don Segismundo impecable en su magnifico chaqué y no pudo dejar de recordar su cara: mitad sorpresa, mitad complicidad y al final de enfado, cuando en Londres antes de embarcarse en el vapor que había de traerles a San Petersburgo, le estrechó la mano apretándole con el dedo pulgar el dorso de la mano.

“Como ve ya somos camaradas de fraternidad” le había dicho burlonamente Alejandro.

“Esperaba arrepentirme de haberle iniciado con la escuadra, el compás y el ojo que todo lo ve, pero no tan pronto. Algún día pagaré cara mi traición a los hijos de la luz.” respondiera Moret en aquella ocasión.

Se bajaron del carruaje, acto seguido subieron al primer piso por las escaleras de San Jorge hasta llegar al gran salón de bailes o del trono. Alejandro estaba anonado por la riqueza y brillantez de los más de 24 kilómetros de galerías y salas que tenía el Palacio de Invierno en unión al Hermitage. Al entrar en el gran salón un mayordomo anuncio a la legación española.

El resplandeciente y recién nombrado Embajador 1 ejerció su oficio introduciendo a Moret y Alejandro en un grupo de notables donde se encontraban el primer ministro Durnovo y su Canciller el Conde Murauyev.

La comisión española había llegado a San Petersburgo el día anterior y todavía no tuvieran tiempo de entrevistarse con esos políticos, pero ya sabían que en Rusia nada era lo que parecía. Durnovo no era más que un sexagenario funcionario a las órdenes del Zar con muy poca iniciativa, el verdadero poder lo ostentaba el Gran Duque Sergei -tío de Nicolás II-. La mística nueva Zarina estaba tratando que su buen e inútil marido apartarse de los centros de poder todos los Romanov, pero no había conseguido todavía con el Gobernador de Moscú.

Todo quedó en suspenso con la apoteósica entrada de los Zares, quienes venían desde su residencia en el Palacio de Tsarkoisedo a 20 km. No había duda, los rusos y el mismo monarca daban por cierto el origen divino de su poder; de otra manera, no se podría entender la pompa y la sublime atmósfera de sala cuando hizo acto de presencia el César de todas las Rusias.

Pasado un tiempo se acercó hasta donde estaba Alejandro un hombre de unos 50 años con uniforme de Almirante de la Armada Imperial, los que estaban en compañía Osborne se inclinaron levemente. El Gran Duque Sergei Romanov se dirigió en perfecto francés a Alejandro.

“¿Qué clase de uniforme es ese joven?”

“De Comandante de la Infantería de Marina española en su modalidad de etiqueta, Alteza”

Alejandro le explicó como pudo en su pobre francés cuales eran genéricamente las misiones de su Cuerpo.

“No lo conocía, pero nosotros tenemos un Cuerpo igual”

“Disculpe Alteza será parecido, porque la nuestra es la más antigua del mundo y ese título no lo puede llevar cualquiera.”

El Duque aparentemente tomó curiosidad a los españoles y estuvo dialogando con ellos durante largo rato. Cuando al final descubrió su verdadero propósito para con Moret, Alejandro ya se había perdido bailando con una hermosa joven rusa.

Gran Duque Sergei “Me explicaría su excelencia el motivo de la visita de un Ministro Plenipotenciario habiendo sido nombrado todo un Embajador de manera reciente”

Moret “Como su Alteza sabrá, un embajador trata asuntos diplomáticos bajo las instrucciones del Ministro de Estado. Yo soy Ministro Plenipotenciario y Comisario Regio; por lo tanto, sólo rindo cuentas ante su Majestad la Reina de España y en su caso con el Primer Ministro, pero acerca un asunto concreto.”

Sergei “Si esta aquí, deberá entonces haber un tema a tratar con el Gobierno de su Majestad Imperial.”

Moret “En efecto Alteza, pero la discreción sólo me permite tratarlo con su Primer Ministro o en quién él delegue”

Sergei “No se preocupe ya lo hará, pero quién decidirá será el Zar y él lo tratará conmigo. Yo soy su persona de confianza, es decir el Chambelán de la Corte. Créame, de mi opinión sobre el asunto dependerá en gran parte el éxito de su misión”

Moret “Siendo así, se lo explicaré.”

Nuestro prócer puso en conocimiento de aquél orgulloso Romanov el problema español y lo que se pretendía de Rusia.

Sergei “Si no he entendido mal, lo que ustedes desean es firmar una alianza defensiva con Rusia, de tal modo que nos apoyemos mutuamente si somos atacados en nuestras posesiones en extremo Oriente.
>>El problema es que ustedes tienen por enemigo a una gran potencia como los EEUU y nosotros sólo tenemos enfrente a Japón. Francamente para vencer al Imperio del Sol Naciente nos valemos solos; sin embargo, ganarse un enemigo como los EEUU no me parece una medida muy inteligente.”

Moret “Tenga en cuenta vuestra Alteza que además les ofrecemos nuestras bases en el Mediterráneo para conectar sus flotas del mar Negro y del Báltico o incluso poder carbonear en las Canarias o Fernando Poo, en caso de que sus barcos no pudieran pasar el canal de Suez y tuvieran necesidad de ello. Por otra parte, estoy seguro que nuestros cruceros podrían llegar a Extremo Oriente antes que sus acorazados, aguantado un primer envite de un supuesto ataque enemigo.”

Sergei “Lo trataré con mi sobrino el Emperador, pero le anticipo que excepto buenos oficios no podremos ofrecerle mucho más.”

Moret “Se podría firmar algo con menos pretensiones, nos conformaríamos con que ustedes no les presten ayuda a los americanos y por otra parte impongan a los japoneses que guarden neutralidad. El Japón esta prestando apoyo a los rebeldes filipinos que es tanto como decir a los EEUU. Vale con que ustedes no quieran tener de enemigo a los yanquis, pero que me dice si ellos nos echan de Filipinas y además tienen buenas relaciones con los japoneses. En todo caso será mejor para Rusia que japoneses y americanos no sean amigos íntimos y si además pueden obtener ustedes alguna ventaja mejor.”

El Gran Duque sonrió y prometió pensarlo.

Alejandro mientras tanto se divertía frívolamente con las bellezas eslavas -mucho más atrevidas que las españolas-, siendo el centro de atención de muchas de ellas. Entre baile y baile probaba canapés de caviar o bebía champaña francés, éste último parecía hacerle mejorar el uso de ese idioma. Algunos oficiales del Zar se acercaban para interrogarle acerca de las aventuras de los militares españoles en lugares tan exóticos como Cuba, Filipinas, los desiertos del Sahara o las selvas del continente negro.

Osborne pensó por un momento que el licor se le había subido demasiado a la cabeza, no podía ser cierto lo que estaba viendo: era el Teniente Sims bailando con Belén Luna. Después de un instante de perplejidad, recordó que Willians era el agregado naval también en esa ciudad, en otro caso parecería que le estuviera siguiendo allá donde fueran.

De repente se le vino una idea a la cabeza, el agente secreto americano bien podía valer para sus propósitos. Estos no eran otros que Japón pensase que españoles y rusos estaban llegando a un acuerdo, de este modo tendrían algo que negociar con los orientales. En verdad la alianza con Rusia no le importaba demasiado a España, a no ser que pusiera a su disposición la flota imperial -cosa que difícilmente sucedería-.

Alejandro “Hombre Sims nuestros encuentros empiezan a ser demasiado frecuentes ¿Quizás quieras una revancha cruzando unos sables?”.

Willians Sims “¡No me lo puedo creer! ¿Llevándole el maletín al Ministro otra vez?
>> En cuanto al sable, tuviste mucha suerte, el calzado me hacía resbalar continuamente.”

Belén “Tengamos la fiesta en paz, yo he venido a disfrutar querido primito”

Alejandro “No quiero importunaros, pero por educación creí que debía desearos un Feliz Año Nuevo, aunque sea por el calendario Juliano.
>>Por cierto, os presento a Nadia o algo así.” La bellísima joven que acompañaba a Osborne dibujó una amplia sonrisa.

Belén intuyó que Alejandro quería algo de Sims, por lo que le pidió al americano que como regalo personal pasaran una buena velada todos juntos. A Sims no le apetecía mucho acceder a aquél capricho pero no se pudo negar.

Alejandro bebió largo con la pareja y su nueva amiga, dejando caer distraídamente a Willians que le traía un asunto trascendental por aquellas latitudes y que los papeles del mismo los guardaba el Ministro en el hotel. Una semana más tarde alguien violentaba las dependencias de don Segismundo Moret llevándose unos importantes documentos.




1 Don Miguel Maldonado era primer diplomático español con esa categoría en la corte imperial

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CAPÍTULO XXIX
EL NUEVO PRESIDENTE. La Casa Blanca, Washington.4 Marzo de 1897.
William McKinley había jurado hace un par horas su cargo como 25 presidente de los EEUU de Norteamérica. A continuación desfiló triunfalmente por las calles de la capital, para terminar con una recepción en el Salón Azul de la Casa Blanca.

“Mira atentamente William Rufus, ese engreído pavo real español será el último embajador de ese país que saluda a un Presidente de los Estados Unidos de tu a tú, sin sentirse humillado e inferior”. T. Roosevelt

En esos mismos momentos el embajador español en Washington con uniforme diplomático, don Enrique Dupuy de Lome, procedía a felicitar al Presidente Mckinley por su elección.

“No vendas la piel del oso antes de cazarlo Teddy. Nos queda mucho por hacer y precisamente pienso que el nuevo Presidente es demasiado pusilánime para esta labor. Para muestra un botón, pon atención al grupo de carcamales que ha designado al frente de los diversos departamentos.” W.R. Day.

T.Roosevelt. “No te preocupes está todo hablado y convenientemente planeado. Detrás de cada dinosaurio estará uno de nosotros para manejarlo. Tú guiaras los pasos del viejo Sherman en la Secretaria de Estado y yo los de John D. Long en Marina. Al general Woodford lo acompañara a España ese tipejo con mirada de reptil llamado Sickles, sólo verlo me pone nervioso, pero reconozco que es muy eficaz. En Londres colocaremos como agregado naval a mi cuñado Mr. Cowles, aunque en este caso confío bastante en el nuevo embajador Hay.
>>Sabes que el otro día me dijo que veía el futuro conflicto con España como una esplendida guerrita, ideal para mostrar el poderío real de los Estados Unidos.”

Day “¿Quién será el delfín de McKinley?”

T.Roosevelt. “No te preocupes, el lobby jingoísta ya lo ha designado. Por el momento será un secreto”

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CAPÍTULO XXX
LOS PACTOS CON EL DIABLO I. Enclave chino de Kwolon, Hong- Kong. 15 de Marzo de 1897.

Lucas se marchó de Manila unos días antes que el nuevo Capitán General, Don Fernando Primo de Rivera, tomara posesión del mando militar del archipiélago. Cuando se produjo el relevo, él ya estaba en Hong-Kong acompañado de toda una institución en la colonia británica, el cónsul español don Juan Pastorín. La zona por la que se movían era muy peligrosa, ni tan siquiera pertenecía al Reino Unido; sin embargo, nuestro diplomático licenciado de marino era una persona conocida y respetada.

La ciudad apenas contenía 400.000 habitantes, pero el hacinamiento y la porquería acumulada en algunos barrios, hacían de ella, el nauseabundo lugar donde se podía encontrar los más execrables vicios. Por lo contrario, en las zonas occidentalizadas disfrutaba de la mayor de las sofisticaciones. Hong-Kong era la representación del poder económico y político británico en aquella parte del mundo. En un pequeñísimo espacio de terreno concurrían lo bueno y lo malo, lo sublime y lo mezquino de Asia y Europa.

Su sampan llegó al fin a una gran casa flotante rodeada de juncos y otros cientos de sampanes, los cuales eran utilizados tambien a modo de vivienda.

Rápidamente un par de solícitos chinos les ayudaron a desembarcar pidiéndoles con muchas reverencias que le siguieran. La casa de madera tenía un montón de angostos pasillos por donde correteaban sin recato alguno las ratas, a los lados se situaban multitud de salas y habitaciones; unas pocas de ellas estaban cerradas, alguna entreabierta y otras sin pudor alguno abiertas de par en par, enseñando al mundo sus vergüenzas. Don Juan y Lucas estaban en uno de los fumaderos de opio y antro de prostitución de todo tipo más importantes de Hong-Kong.

Entraron en una oscura habitación, ya dentro de ella un chino de edad indefinida saludo a don Juan con respeto, casi hasta con simpatía.

“Es un honol pala mí tenel a tan ilustle huésped en mi humilde molada”

Pastorín “No seas tan zalamero Wo viejo bribón, sólo me recibes porque te conviene, sabes que vengo a ofrecerte un importante negocio; por supuesto, ilegal.”

Wo “Su excelencia con negocios ilegales, no me lo puedo cleel. Es usted uno de los pocos funcionalios españoles que no he loglado sobolnal en esta palte del mundo”

Lucas “Vamos al grano, queremos que usted trabaje para el gobierno español”

Wo “¿Que tipo de tlabajo?”

Lucas “Por una parte pretendemos que controle y vigile a los rebeldes filipinos establecidos aquí y por otra que nos proporcione información de los movimientos americanos en la Colonia. Lo último incluye cuando llegué el momento, pasar información adulterada a los mismos yanquis.”

Wo “Cleo que se han equivocado de pelsona. Wo sólo es un humilde comelciante de té, aloz, cáñamo y abacá”

Pastorín “Vamos a ver Wo, no me gusta que me dejes por tonto delante de un amigo. Tú eres un comerciante de opio, prostitutas, alcohol y juego. Nosotros te ofrecemos un monopolio protegido de ese comercio entre Hong-kong y Filipinas, en vez de la libre competencia que practicas ahora.”

Wo “Que galantía tengo yo”

Lucas “Tiene la garantía de nuestra palabra; pero una segunda más importante, es que si no acepta nada proveniente de Wo volverá a entrar o salir de Manila.”

Wo “Eso es una amenaza, podría tratar igualmente con los americanos.”

Lucas “Pagaríamos lo que fuera a las triadas contrarias para que le matasen, téngalo siempre presente, y ofreceríamos el negocio a otro. De todas maneras para que quede claro, su comercio me resulta asqueroso, es usted un delincuente que debiera estar pudriéndose en una mazmorra. Claro que si desaparece Wo, habrá un Ho o un Tse haciendo sus mismas funciones; en consecuencia que más nos da, preferimos tener un delincuente a nuestro servicio controlado y sacarle algún provecho para el país.
>>En sentido inverso, ¿cree que podría corromper por el mismo precio a los bien pagados funcionarios americanos que a los españoles que cobran mucho menos cuando se les paga?

Wo “Wo no les tlaicionará, ela sólo bloma estúpida.”

Lucas “Espero que no, porque llevará a su hijo mayor a Manila como garantía de que cumplirá con tu parte.”

Don Juan y Lucas abandonaron el lugar cruzando el puerto para volver a la civilizada Victoria City. Durante el camino de vuelta, Lucas rogó a don Juan Pastorín que se hiciera cargo de atender a los negocios de la Oficina en Singapur y Bangkok. El Gobierno necesitaba un hombre de confianza con experiencia para moverse en esas áreas; en las cuales, los asuntos estaban delegados en potencias extranjeras desde hace mucho tiempo. El Secretario del consulado -señor Navarro- podría hacerse cargo de lo que se necesitase en Hong-Kong. El ex-marino aceptó la proposición de manera temporal, solamente por su vocación de servicio a España.

Lucas por su parte tenía mucho que navegar todavía, primero a Japón y después debía visitar a un exótico y alejado reino.

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CAPÍTULO XXXI

ENTREGA DEL CRUCERO ACORAZADO “CARDENAL CISNEROS”. Arsenal del Ferrol. 19 de Marzo de 1897.

Con similar protocolo y parecidas autoridades que en el solemne acto de su gemelo el “Princesa de Asturias”, se entregó la bandera al nuevo y quinto crucero acorazado de la serie del Plan Arias a la Armada. Destacar el hecho de que por primera vez se pintaba de gris un buque principal de la Marina en España.

A continuación se dio una recepción en la nave durante la cual tuvo lugar un interesante debate sobre la calidad y acierto en los proyectos de los barcos de guerra españoles.

Galindo se había acercado al Ferrol para participar en el acontecimiento y comprobar como estaba el estado de ánimo de los componentes de la Armada.

En la toldilla del reluciente crucero departían -abrigados por sus largas levitas- algunos Capitanes de reconocido prestigio; uno de ellos era el comandante del “Cisneros” -CN don Emilio Fiol-, quien escuchaba con interés la controversia suscitada entre Bustamante y Farragut. A los tres marinos se les unió el Director de la Oficina.

El CN don Joaquín Bustamante reconoció que el nuevo buque había mejorado las características guerreras con respecto a sus antecesores y primos hermanos del Nervión. Su coraza de igual anchura y grosor, con 84 metros de longitud excedía en 15 a la de los Vizcaya y además era de mucha mejor calidad -acero al níquel- 1 ; a mayores, contaba unos mamparos blindados trasversales de 250 mm que le protegerían del fuego enemigo en caza o retirada.

La artillería secundaría estaba bastante bien protegida por casamatas de 40 mm Krupp y sus cañones Canet eran más fiables que los Hontoria. La artillería principal aunque de menor calibre -2 Guillén de 240mm- , poseía mayor cadencia de tiro y sus torretas obedecían a un concepto más moderno. Eso sí, su desplazamiento había aumentado, disminuyendo la autonomía ostensiblemente.

Capitán de Navío D. Joaquín Bustamante “Por mucho que se haya mejorado el diseño no podrán enfrentarse a los grandes buques de guerra americanos directamente; al fin y al cabo, no dejan de ser sólo unos potentes cruceros protegidos con una faja 2 muy estrecha”. Joaquín Bustamante era un marino de gran prestigio, integro, inteligente y de probado valor, además de declarado enemigo de los cruceros de faja y de las teorías de Ecolê.

“No estoy de acuerdo contigo Joaquín. Intervino Jaume Ferragut, Capitán de Navío y Jefe de Estado Mayor de Cervera en la Escuadra de Instrucción. El Capitán Ferragut era una persona menos exigente consigo mismo que Bustamante; de todas formas, un marino de los pies a la cabeza y el enlace de la Oficina en la Escuadra-.
>>Primero vamos al concepto de su clasificación.
>> ¿Es el “Pelayo” un Acorazado? Su faja blindada aunque de mayor grosor es sólo superior en 42 centímetros de anchura a los Vizcaya -bien es cierto que en éstos nada más ocupan 2/3 de la eslora en los tres primeros y algo más en la segunda serie-, la cubierta protectriz incluso es un poco superior la de los cruceros. Al “Pelayo” se le ha añadido una plancha de 70 mm protegiendo la artillería secundaria, pero en principio no la tenía y ya le llamaban acorazado con propiedad. Además a los tres “Princesa de Asturias” se les ha instalado unas bien diseñadas casamatas y las protecciones artilleras de los “Vizcaya” son sólo un poco inferiores a aquellas después de las reformas.
>>Quiero decir que si el “Vizcaya” o el “Cardenal Cisneros” no son cruceros acorazados, el Pelayo no es un acorazado; ni tampoco, en consecuencia, ninguno de los que están clasificados como tales en la Marina francesa. Que hoy en día la calidad y peso de los blindajes permitan dar más extensión a las zonas protegidas, era algo que no se podía prever cuando se diseñaron esos buques.”

Bustamante “Haber construido acorazados como el “Pelayo.””

Ferragut “Sabes el enorme respeto que me mereces Joaquín. Yo te admiro sinceramente como marino, científico y militar, pero vuelvo a discrepar contigo.
>>Vayamos por partes. ¿Qué querías hacer? enormes acorazados cuyo calado no permitiera pasar el canal de Suez, no teniendo la posibilidad por consiguiente de emplearlos en Filipinas en caso de necesidad y cuyo precio sólo nos permitiera construir 3 ó 4 unidades en vez de los siete actuales; o por el contrario, pequeños acorazados como el “Pelayo”, cuya autonomía casi no les permite llegar a las Antillas sin repostar. Los acorazados serían óptimos para un conflicto europeo, no para defender Cuba y las Filipinas.”

Bustamante “Con todo lo gastado en planes navales -no hablo tan sólo del coste de los cruceros del Plan Arias-, podríamos haber construido hasta seis o siete buenos acorazados, para repostar que lleven buques carboneros. Lo que no se deben quemar son los cañones y las corazas en vez de carbón.”

Ferragut “Mira, creo que hicimos lo mejor que se podía planificar en el 87. En esa fecha el diseño de nuestros cruceros acorazados era muy superior a los buques japoneses y chinos. En relación a los barcos americanos, creo que no existe duda en cuanto a que los tipo Vizcaya son mejores a todos los cruceros protegidos que tienen ellos.”

Bustamante “Si están en perfecto estado de mantenimiento de acuerdo, aunque tendrían problemas muy serios con el nuevo “Olympia”. Pero vamos a hablar de sus acorazados y cruceros acorazados”

Ferragut “Los acorazados de segunda “Maine” y “Texas” están mejor protegidos es cierto, pero su artillería no es superior y además tiene una distribución absurda; por otra parte, el diseño es tan desfasado que les proporciona una acusada debilidad estructural. Añadamos que son lentos, con poca autonomía y no muy marineros. Yo personalmente me quedo con nuestros cruceros, la única ventaja que presentan esos mal llamados acorazados es que resultaron bastante más baratos.

>>Si hablamos de sus cruceros acorazados, “New YorK” y el “Brooklyn”, alguien debiera explicarme un par de cosas: ¿Por qué son cruceros acorazados y los Vizcaya protegidos? ¿Por qué son superiores a los nuestros?

>>Son cruceros de faja de anchura similar a los cruceros del Nervión. El grosor del blindaje en su cintura no llegan a los 100mm y abarca poco más de la mitad de su eslora; la cubierta protectriz es parecida, aunque en su parte inclinada es más gruesa.

>>Comparémoslos con los cruceros acorazados nacionales. La faja de los nuestros ocupa las 2/3 partes de la eslora en los tres primeros y más de 3/4 en los nuevos. El grosor es de entre 150 y 306 mm, de acuerdo que en los Vizcaya el acero es Compound y en los buques yanquis es de ese magnifico Harvey, con todo sólo es un 30% más resistente y en los tres de los arsenales la diferencia de calidad en el blindaje es todavía mucho menor. Las cubiertas protectrices son algo más gruesas las suyas, pero no con gran diferencia; en todo caso, su parte inclinada compensa el mayor espesor de nuestras cinturas blindadas. En cuanto a las torres y barbetas de las piezas principales de artillería, tienen planchas con más milímetros los cruceros españoles, he de reconocer que sus baterías secundarias están mejor protegidas.”

Bustamante “Sólo te falta decir que la artillería española es superior.”

Ferragut “No sé que decirte. Los cañones principales son de mayor calibre los nuestros con diferencia, teniendo un poder superior de penetración a la misma distancia; en consecuencia, los proyectiles debido a la diferencia de peso y tamaño, causan unos efectos el doble o el triple de devastadores. Sí es cierto que sus ocho pulgadas son muchos en número y disparan más rápido que los Hontoria de 240 ó 280 mm, aunque mucho menos que los de 140 mm; los cuales a su vez, son la mitad de lentos que un 4” ó 5” americano, pero mucho más letales.

>>Sólo quiero decir que si el “New York” y el “Brooklyn” son cruceros acorazados, los Vizcaya y los Princesa de Asturias también. Puestos a combatir uno contra otro directamente el resultado sería incierto. Para terminar, te diré que con los 8 metros que calan los suyos y sus poco más de 5000 millas de autonomía, no se si nos servirían de mucho en nuestra Marina a cambio de un similar precio.

>>Se me olvidaba otra cosa. Estoy convencido que el nuevo “Cristóbal Colón” es el mejor de todos los cruceros acorazados de los que estamos hablando y resulta que lo hemos comprado nosotros. Toda una pena que no nos hallamos podido hacer con los servicios del “Pedro de Aragón” que sería el segundo de nuestros Garibaldis.”




1 Acero al níquel un 15% más resistente que el acero Compound y un 10% menos que Harvey. El Krupp superaba en un 5% al Harvey. (Porcentajes aproximados).
2 La faja era la zona blindada del costado, la cual coincidía con la línea de flotación. Si hablamos de anchuras de 210 cm para el “Pelayo” ó 167cm para los Vizcaya, debemos tener en cuenta que el primero tenía un puntal de 15 metros (calado máximo 7.50 m) y los segundos casi de 12(calado máximo 6.5 m), con lo cual la mayor parte del casco del buque quedaba protegido sólo por su forro.

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Bustamante “Bueno y una vez que hemos vencido a sus cruceros protegidos, a los cruceros acorazados y a los acorazados de 2ª ¿Qué hacemos con los tres Indianas y el Iowa? Ya sé que me dirás que el “Pelayo” y las dos fragatas blindadas los echarán a pique.”

Ferragut “No te burles de este pobre marino menorquín, lo que has dicho por desgracia no ocurrirá. Los acorazados de primera son harina de otro costal; sin embargo, el “Pelayo” les puede hacer gran daño uno a uno, aunque se pierda en el intento. Nuestros cruceros acorazados no deben enfrentarse en combate directo a ellos, tienen que evitarlos; para eso son más rápidos y marineros, disfrutando de mayor autonomía. Eso sí pueden acosarlos, no te habrás creído que son inmunes a nuestros Hontoria de 280 o 240 mm, ni tan siquiera a la distancia adecuada en algunas de sus partes se librarían de los calibres medios. Para terminar, por sorpresa y de noche esos buques serán vulnerables a nuestros futuros destroyer.”

Bustamante. “¿Defiendes también a los cruceros protegidos de la escuadra?”

Ferragut “El “Carlos V” está por encima de cualquier crucero protegido americano, su cubierta protectriz es de un gran grosor y dado el blindaje vertical 1 que posee se podría enfrentar con posibilidades de éxito hasta con cruceros acorazados. Su mayor defecto es la artillería, que con ser poderosa lo podría haber sido mucho más en relación con su gran tamaño. Sé que se ha solucionado el problema del escaso ángulo de tiro de las piezas de la batería media baja, al instalarle casamatas en vez de las portas.

>>El “Alfonso XIII” y el “Lepanto” no son sombra de lo que se pretendió con su proyecto, ni mucho menos del mal logrado primer “Reina Regente”. Si se hubieran cumplido las expectativas pretendidas en correspondencia con el dinero gastado, tendríamos ahora mismo dos cruceros protegidos superiores a todos los de la flota americana excepción hecha del “Olympia”, aún así son mejores que la mayoría de los suyos.

Fiol intervino tímidamente por primera vez, hasta el momento se había limitado a asentir con la cabeza cuando estaba de acuerdo “Su mayor inconveniente actual es el poco ángulo de tiro de sus piezas de 200 mm.
>>¿Qué opináis del nuevo “Reina Regente”?”

El comandante del “Cisneros” señaló con el dedo índice al casco del buque fondeado en el “muerto de las agujas”, después de haber sido botado hace tan solo unos días.

Bustamante “Magnifico en su género no cabe duda. Es un concepto revolucionario, buena cubierta protectriz 2 , artillería monocalibre 3 blindada en semi-torres y casamatas, abundantes piezas ligeras, aceptable autonomía y velocidad 4 etc…El precio se nos ha ido un poco de madre, aunque también el desplazamiento de 5.870 toneladas. En resumen: muy buen buque, lástima que sea solamente otro crucero protegido.”

Farragut. “Este “Reina Regente” 2º en mi opinión se puede enfrentar a todos los cruceros protegidos con bandera de barras y estrellas, incluido el “Olympia”, sólo espero que esté terminado a tiempo.”

Galindo “Por lo que dice el Capitán Ferragut en un hipotético enfrentamiento naval podríamos ganar a los americanos.”

Bustamante “Ni el optimista de don Jaume se creé eso. El sólo piensa que los pondríamos en serios apuros y en eso estoy de acuerdo con él, máxime si los que nos atacan son ellos y nosotros contamos con el apoyo de artillería de costa y barreras de torpedos fijos. Cosa diferente es que yo esté seguro de que podríamos haber hecho las cosas mucho mejor por el mismo dinero y excepcionalmente con no mucho más.”




1 El “Carlos V” tenía una distribución atípica del blindaje para ser un crucero protegido, ya que llevaba protección vertical sobre las baterías medias. Además de una importante protección horizontal por su cubierta protectriz de espesor considerable
2 Blindaje: Cubierta protectriz de 65 a 110 mm. Hasta 100 mm en artillería y torre del Comandante
3 Un poco mejor armado que sus modelos de la clase inglesa “Vindictive” montaba: 10 cañones Armstrong tr de 152 mm del modelo que entró en servicio en 1892, en montajes sencillos uno a cada extremo y 4 en los costados. Hacia 1910 la artillería se sustituiría por cañones González Rueda con el montaje de los extremos en torretas dobles. Además llevaba 2 Vickers de 75 mm, 12 Nordenfelt de 57 mm, 8 ametralladoras y 3 tubos lanzatorpedos.
4 19.5 nudos, 6.000 millas autonomía.

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CAPÍTULO XXXII

LOS PACTOS CON EL DIABLO II. Little Italy, New York. 18 de Abril de 1897.
Ya era el segundo pacto con el mal que iba a sellar personalmente. El primero fue con los fenianos, claro que aquél no podía ser tan malo ya que estaba hasta cierto punto bendecido por la Iglesia. No tenía remordimientos, había que hacer lo necesario para ganar, pero no podía evitar que no le gustasen algunas compañías.

Osborne estaba en los Estados Unidos, acababa de llegar hace poco procedente de La Habana, donde había dejado al Diputado y Comisario del Protocolo don José Canalejas. El político se había desplazado a la isla con el propósito de estudiar el estado de las cosas sobre el propio terreno del escenario del principal del conflicto. Lo que desconocía la mayoría, es que pensaba alistarse como voluntario y vestir el humilde rayadillo de soldado con la mayor de las dignidades.

Alejandro fue acompañado por el Teniente de Navío don Luís de Sobral 1 a través de una larga avenida llamada Broadway, la susodicha calle tenía gran tráfico de carruajes y algún teatro. Al llegar a Grand torcieron por Mulberry Street, advirtiendo Osborne rápidamente que los vecinos de aquél ajetreado barrio hablaban en italiano y que los letreros de las pequeñas tiendas estaban puestos en el mismo idioma. De los más de tres millones de habitantes de Nueva York, unos 100.000 eran italianos y la mayoría de ellos vivían en aquella zona.

Sonó una campana que podía proceder de la antigua catedral de San Patricio, indicaba que eran la una de la tarde.
Luís de Sobral le señaló la puerta de un pequeño restaurante, la abrieron y pasaron a su interior.

Sobral “Está es la dirección que me ha dado el detective de los Pikerton.”

El local era mayor de lo que desde la calle se intuía, aunque guardaba un acogedor ambiente familiar. Sus mesas, forradas con manteles a cuadros rojos y blancos, estaban de bote en bote. La mayoría de los presentes devoraban con fruición una especie de fideos mezclados con tomate y carne; otros muchos, una extraña clase de empanada sin cerrar cubierta de varios condimentos.

Una señora al estilo de las matronas italianas de opereta, se dirigió a ellos en su idioma nativo para preguntarles si deseaban un vaso de vino mientras guardaban turno para comer. Alejandro le intentó explicar que no era eso lo que pretendía y le interrogó por el señor Antonio Morello. Ella puso cara de sorpresa, realizando un gesto que indicaba que debían esperar.

Poco tiempo después fueron conducidos hasta un reservado. Allí dentro, dos personajes de grasiento pelo negro repeinado hacia atrás y traje oscuro con gruesas rayas blancas verticales les cachearon, descubriendo los revólveres que portaban los españoles. El hombre de fino bigotillo que estaba sentado a la mesa comiendo -al tiempo que tomaba un largo trago de vino tinto-, hizo una seña para que se las devolvieran las armas. Así lo cumplieron los esbirros, aunque de malos modos y retirándole primero las balas del tambor.

El que parecía el jefe se limpió la boca con una servilleta que colgaba de su cuello y empezó a hablar en un pésimo inglés mezclado con italiano, acompañándose de exagerados gestos con las manos.

A.Morello “Señores siéntense a mi mesa por favor. Disculpen a mi hermano Giusepe y a mi amigo Ignacio Saetta, son demasiado jóvenes e impulsivos. Esperaba su visita ¿en que puedo servirles?
Una señora entró en la habitación sirviéndoles dos platos a rebosar de eso que llamaban espaguetis.
>> ¿Espero que les guste la comida italiana?”

A.Osborne “Quiero contratar sus servicios. Mi empresa tiene bastantes problemas en este país con algunos cubanos y norteamericanos que quieren arruinar nuestros negocios en el Caribe.”

A.Morello. “Bueno todos sabemos que empresa es la suya y que garantías tiene. Me puede decir ¿cómo paga?”

A.Osborne. “Bastante bien a los que la sirven lealmente. El pago podía ser en efectivo, pero se nos ha ocurrido que a lo mejor preferirían unas autorizaciones para montar casinos y hoteles en La Habana o San Juan. Les ofrezco además el servicio de un nuevo tipo de bancos que va autorizar el gobierno autónomo de Cuba, en los que su dinero no podrá ser fiscalizado por los agentes del tesoro de su país y en los que además pagarán poco dinero en impuestos al mío. Por otra parte, como saben Cuba es un lugar maravilloso para comerciar alcohol y tabaco con los EEUU sin meter por medio a la aduana yanqui. Tampoco me negarán que si uno se siente perseguido, La Habana no es un mal sitio para pasar unas vacaciones.
>>Por último, a sus familiares de Sicilia les podía interesar la distribución del aceite de oliva español en el mundo.”

A.Morello. “Me encanta hablar de negocios con usted, va directo al grano y su oferta es tremendamente tentadora. Una cosa debe quedar clara, La Mano Negra no traicionará al gobierno de los EEUU con una potencia extranjera. Quiero decir que lo nuestro es sólo un negocio, no tomaremos partido por el gobierno español al menos que perdamos mucho dinero.”

A.Osborne “Ya me dirá usted que negocios privilegiados pueden hacer ustedes en Cuba o Puerto Rico con nosotros, si antes perdemos la soberanía sobre esos territorios. Y si ustedes pensasen que realizarían las mismas actividades lucrativas con la administración yanqui gestionando esas islas, caerían en un lamentable error. Como los EEUU ganen una guerra a España, controlarían a su organización en el continente y en las Antillas. Nosotros les estamos ofreciendo escapar a la acción del Gobierno norteamericano en el patio trasero de su misma casa.
>>Les garantizo que sólo deben preocúpense lo justo, salvo alguna circunstancia excepcional procuraremos que sus acciones no sean dirigidas directamente contra las instituciones americanas oficiales.”




1 Agregado naval y enlace de la Oficina en Washington.

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CAPÍTULO XXXIII

LA CASA DE TÉ. Tokio. 15 de Mayo de 1897.

Aquél atardecer Lucas caminaba con el agregado naval español a través de las calles de Tokio en dirección a su cita. Su estado de ánimo era bueno; aquella misma mañana había llegado desde Manila un telegrama cifrado, confirmando que el pasado día diez, Andrés Bonifacio 1 había sido fusilado en Buntis por orden de Baldomero Aguinaldo emitida desde Hong-Kong a sus hombres en Filipinas. Se daba así por finiquitada la efímera presidencia del katipunero, al frente de la imaginaria república proclamada poco antes por él mismo en Tejeros. Sí esto seguía así, no haría falta Ejército español, los mismos revolucionarios se matarían entre ellos.

El Teniente Coronel Kosube los había invitado a la casa de té de madame Sadayko. El militar japonés pertenecía a la primera sección de asuntos militares -inteligencia militar japonesa- y era el encargado del seguimiento de la rebelión tagala contra España, habiendo estado varias veces en Manila.

A nadie se le escapaba que en muchas instancias oficiales niponas, especialmente las militares, se simpatizaba con la causa rebelde y le estaban prestado apoyo sin mucho recato.

Lucas había conseguido poca cosa en el más de mes y medio que llevaba en Tokio. En ese período sí tuvo tiempo a percatarse en directo de la modernización que estaba experimentando el país con el primer Emperador de la era Meiji, Mutsu-Hito. Estaba seguro que más temprano que tarde, el Japón sería una amenaza para cualquier Estado occidental de la zona, máxime si se daban cuenta que verdaderamente un país concreto era tan sólo una potencia de segundo orden.

Kosube les estaba esperando a la puerta de una construcción de madera y bambú, a la que se accedía atravesando un jardín cuidado al detalle. Cuando se hubieron acercado, el fornido -aunque no muy alto- oriental hizo un saludo a la japonesa y después estrechó la mano de sus invitados. Si el T.Col Kosube tuviera coleta además de la barba, sería el vivo retrato de un samurai, era fácil imaginárselo con el atuendo tradicional; en realidad, Kosube iba vestido con un caro traje de corte occidental muy a la moda.

Antes de entrar propiamente en el salón de té hubieron de descalzarse, entregándole a continuación sus abrigos, sobreros y paraguas a una vieja criada. El Teniente de Navío Rubio parecía tener más práctica en todo aquél extraño proceder que Lucas.

Una vez en el salón -estancia para unos veinte invitados de forma rectangular con pequeñas mesitas en la cabecera y los márgenes-, fueron acomodados a los lados de la presidencia. Antes de sentarse en el suelo de madera extremamente pulida, Kosube les presentó a la persona que parecía de mayor rango.

“Contralmirante Hechachiro Togo”

“Es un honor para nosotros” Respondieron al unísono los españoles, saludando a la japonesa.

El almirante los invitó a tomar asiento. Poco después hicieron acto de presencia unas delicadas Geishas que penetraron en la sala atravesando el pasillo central de la misma. Una vez cada una frente al puesto que le correspondía, se arrodillaron con suma suavidad y procedieron a servir el té con todo el complicado ritual que conlleva la ceremonia.

Las damas se retiraron dando cortos pasitos; acto seguido y detrás de un transparente tabique de papel, una de ellas comenzó a tocar una suave pieza musical con un instrumento de cuerda parecido a una cítara.

Fue entonces cuando Kosube en correcto inglés se dirigió a Lucas.
“Bien, sé que quiere hablar con urgencia de un tema trascendente con algún agente del Gobierno imperial de manera oficiosa.”
Lucas “Así es, los dos países tenemos un problema y hay que arreglarlo de inmediato.”

Kosube “¿A qué problema se refiere? Sé que el embajador Kurino ha firmado a primeros de Enero en Madrid un tratado de amistad, comercio y navegación. Por otra parte, la línea que separa nuestras fronteras comunes entre Formosa y las Batanes se acordaron en el tratado de límites del 95.”

Lucas “El problema es que el tratado de amistad ha de ratificarse en Tokio, aunque eso lo deban realizar su Primer Ministro Matsukata y en especial el conde Okuma con nuestro Embajador don Luis de la Barrera; yo como agente de la Presidencia del Gobierno de mi país, me veré obligado a informar a éste para que vete el acuerdo.”

Kosube “¿En base a qué señor? si no es mucha molestia.”

Lucas “Teniente Coronel usted lo sabe mejor que nadie en todo el Imperio. Los japoneses están ayudando descaradamente a los independentistas filipinos con armas y municiones, fundamentalmente desde Hong-Kong. Al mismo tiempo, tiene una importante colonia de tagalos sediciosos como Marcelo del Pilar campando a sus anchas en suelo japonés.”

Kosube “Eso no es cierto tal y como usted lo plantea. No negaré que hay personajes públicos que ven con simpatía -de forma aislada- la causa de los independentistas filipinos, pero eso no atañe al Emperador ni a su Gobierno. ¿Qué quiere usted que hagamos?”

Lucas “Sencillo, terminar con el apoyo a los independentistas y entregarnos según el tratado del 68 a los españoles que delincan contra España y residan en suelo japonés; ya que están bajo jurisdicción de las autoridades españolas, según ese mismo tratado”
Kosube “Miré ese es un tratado desigual que el Conde Okuma se niega a cumplir por principios, ni con ustedes ni con una potencia principal”

Kosube ya había dejado a las claras que Japón no consideraba a España una potencia de primer orden.

Lucas “Con el nuevo tratado de amistad, España ya renuncia a la extraterritorialidad; pero ese, como ya hemos dicho no esta ratificado y aquí se firma todo o nada. Tienen dos opciones: cumplirlo o comprometerse como caballeros a entregar a los delincuentes españoles una vez presentadas las pruebas, aunque estas no sean muy consistentes.”

Kosube “Acostúmbrense a no tratar a Japón como si fuera un protectorado. Si no cedemos a sus peticiones que harán ¿invadirnos?”

Lucas “Por supuesto que no, pero tampoco firmaremos el acuerdo de amistad y ustedes tienen muchos intereses comerciales tanto en las Filipinas como en los archipiélagos de Oceanía. Tambien expulsaríamos a los emigrantes japoneses en nuestras posesiones embargando sus propiedades”

Kosube “Miré sabemos que están en camino de firmar un tratado con Rusia, pero nosotros ya hemos firmado el nuestro. No se debieran sentir tan respaldados.”

Lucas “Su convenio con Rusia es tan sólo un retroceso a sus aspiraciones en Corea. No sé lo que conoce de nuestro tratado con el Zar, ni tan siquiera porque sabe de su existencia -Lucas actúo como si lo que trataban lo cogiera de sorpresa-, pero en todo caso el avanzado tratado con los rusos abarca una alianza política y militar en toda su extensión. Ya puestos, le manifiesto por si no lo sabe que le hacemos unos importantes ofrecimientos a San Petersburgo para que lo acepten. Además una cosa es que nosotros reconozcamos no tener capacidad para invadir Japón, otra diferente es que ustedes la tengan para atacarnos en nuestras posesiones.
>> De todas maneras tengamos calma, yo no quiero ser arrogante, les traigo un ofrecimiento ventajoso para ambas partes.”

Kosube “Usted dirá.”

Lucas “Romperemos las conversaciones con Rusia y mejoraremos las cláusulas comerciales del tratado de amistad con el Japón, especialmente en las islas del Pacífico. Ustedes deberán impedir la ayuda los rebeldes Filipinos.
>>Reconozca que siempre será más conveniente para el Imperio japonés tener como vecinos a un potencia media como nosotros, que a una gran potencia como los americanos, ingleses o alemanes. Porque al final se trata de eso, si ustedes ayudan a los filipinos, están allanando el camino para que otras potencias como Alemania, pero principalmente los EEUU nos echen de allí y eso no les conviene. Comprenderá además que pactando con Rusia a nivel del Pacífico, pondríamos a Japón en un gran compromiso al estar rodeado por dos aliados europeos a las puertas de su misma casa.”




1 Antes se le había dejado libre para provocar el enfrentamiento.

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De nuevo entraron las Geishas; mientras dos de ellas bailaban al fondo de la sala manejando hábilmente unos abanicos con las manos, otras servían licor de arroz a los invitados, dándoles al parecer interesante conversación.

“¿Qué piensa usted Teniente del estado de la Rengo Katai?" El Contralmirante Togo preguntó al TN Rubio

Rubio “Almirante tienen ustedes unos proyectos en marcha que asustan al más pintado”

Togo “En un caso hipotético -ya que somos países amigos y no se dará tal extremo- ¿Cree usted que nuestra marina podría hacer frente a la española?”

Rubio lo meditó un momento y contestó.

Rubio “No quiero ser presuntuoso, pero si cumplimos nuestros planes navales de aquí en un año, pienso que no por el momento.”

Togo “Por favor, concrete su análisis comparativo sobre las marinas española y japonesa, estoy muy interesado”

Rubio “Admito que mi teoría es discutible y que posiblemente si los últimos planes navales españoles no se aceleran y amplían, la marina imperial nos puede sobrepasar antes de que finalice el siglo.
>> Su flota hasta que nos metamos de lleno en el año 99, tendrá de alta como buques de combate -considerando como a tales a acorazados, cruceros acorazados y cruceros protegidos- dos buenos acorazados de primera clase, un acorazado de segunda clase bastante desfasado 1 y un pequeño acorazado costero; en cuanto a los cruceros, no creo que hayan terminado ninguno de los acorazados antes de que finalice 1898, por lo tanto contarán sólo con unos trece cruceros protegidos, la mayoría de segunda y alguno de tercera clase.
>>La Armada española inscribirá en sus lista -como plenamente operativos- en plazo de un año, por lo menos un acorazado de primera, dos guarda costas acorazados oceánicos de primera categoría -bastante antiguos en principio, pero se ha hecho una inversión importantísima en su modernización- , siete cruceros acorazado de primera clase y seis cruceros protegidos -uno de 10.000 toneladas y primera clase, tres de segunda y dos de tercera-. Súmele a eso que a alguno de nuestros cruceros coloniales se les está reforzando con generosidad.

Lucas que estaba escuchando la conversación empezaba a preocupar seriamente. Trato de hacer entender a Rubio, sin que se diera cuenta Togo, que se estaba saltando la obligada discreción del Protocolo Santiago, moviendo la lengua quizás demasiado alegremente por los influjos del licor de arroz. Como no lo consiguió, tuvo la esperanza que los japoneses consideran lo dicho por el oficial español como una exageración dirigida a conseguir respeto de sus anfitriones y así un futuro acuerdo.

Prosiguió Rubio:
>>Almirante nuestro acorazado puede causar mucho daño a los suyos uno contra uno; los guarda costas acorazados, los cruceros acorazados y al menos dos de los cruceros protegidos, son superiores todos a sus cruceros y al acorazado de tercera. Los otros dos cruceros protegidos de segunda clase pertenecientes a la Armada española son tan buenos como cualquiera de los japoneses. Es decir, ustedes sólo cuentan superiores en cuanto a buques respeto a los nuestros con dos acorazados de primera y potencialidad para dañarnos con otro de segunda. Francamente creo que no nos podrían ganar. Tenga en cuenta además que la mayoría de nuestras naves tienen una amplia autonomía y su calado les permite pasar el canal de Suez.”

Togo “Me ha dejado usted impresionado ¿Cumplirán todos sus planes navales a tiempo?”

Rubio “Me temo que no, mi optimista análisis era sólo para impresionarlo”

Togo “Ja, jajá… Lo ha conseguido, no sé si creerle. ”

Al salir de la casa de té caminando bajo la incesante lluvia, fue cuando Lucas recriminó al Teniente el mal trago que le había hecho pasar. Aunque pensándolo bien, parecía un farol exagerado que pudiendo ser en parte verdad, retraería por un tiempo a los japoneses de sus pretensiones expansivas a costa de la vieja y cansada España.

Fin Capítulo XXXIII




1 Intervenido a los chinos en la guerra del 95.

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CAPÍTULO XXXIV
EL ÚLTIMO DESPACHO REAL DE CÁNOVAS. Palacio de Miramar, San Sebastián. Cinco de Agosto de 1897
.
Don Antonio franqueó la puerta del Palacio, edificio más parecido a un castillo inglés que a caserío de la tierra, no se detuvo en el vestíbulo forrado de paredes de madera y jovialmente subió las escaleras para entrevistarse con la Reina Regente.

El General Echagüe, ayudante de la Reina, anuncio al Primer Ministro ante su Majestad. Don Antonio entró con pasó decidido en el despacho de doña María Cristina, quién estaba sentada detrás de un pequeño y elegante escritorio estilo victoriano simulando repasar unas notas.

El Presidente Cánovas dio los buenos días, al tiempo que se cuadraba e inclinaba la cabeza a modo de reverencia. Cuando empezó a bordear la mesa para besar la mano de la soberana, ésta con gesto autoritario le ordenó desistir, indicándole que se sentara en uno de los incómodos sillones de confidente que había del otro lado.

La Reina respetaba al veterano político conservador. Sabía que era el principal protagonista de la Restauración Borbónica y que en la práctica fuera él su verdadero valedor para casarse con don Alfonso XII. Doña María Cristina simplemente no le podía perdonar que permitiera morir sólo a su marido en el Pardo, sin consentir que ni ella ni la Reina Madre doña Isabel II abandonaran el palco del Real para velarlo en su agonía. Más tarde ahondando en la herida, don Antonio siempre trató de contener las asignaciones de la Corona que iban a costa de los presupuestos del Estado; colmó el vaso de la paciencia regia, las restricciones impuestas a la Casa Real en forma de voluntarias aportaciones para financiar la guerra.

Cánovas “Deseo que vuestra Majestad y el resto de la Familia Real este pasando una buena temporada en San Sebastián”
MªCristina “Francamente buena don Antonio, desde que el Gobierno publicó el bando de austeridad, la actividad social ha menguado mucho. Usted sabe que para la Corona todos esos actos son un deber no un placer; de todas maneras, con el poco dinero que nos queda que vamos hacer.
>> ¿Cuándo se marcha para el balneario de Santa Águeda a recuperarse de los achaques de la edad?
Resultaba un contraste el gracejo del malagueño y la sequedad germánica del acento de la soberana.
Cánovas “Con permiso de vuestra Majestad, en cuanto acabemos de despachar.”

MªCristina. “¡Ay Cánovas, que suerte tiene!, no sé como una señora tan bella y joven como la suya consiente en que la lleve a lugar con tan poca distracción.”

Don Antonio se dio cuenta que ya había recibido el acostumbrado puyazo de la soberana, recordándole los 30 años menos de doña Joaquina de Osma. Ahora tocaba ponerse a trabajar.

>>Bueno vamos a lo que nos importa ¿Cómo va España señor Presidente?.

Cánovas “España va bien Señora, o por lo menos mucho mejor que cuando su Majestad me hizo el alto honor de encomendarme la tarea de presidir el Consejo de Ministros.”

MªCristina “Empiece por Ultramar, por favor.”

Cánovas “La rebelión en Filipinas esta prácticamente dominada y en Cuba sólo nos falta una bala para acabar con ella, la que debe alojarse en la cabeza de Máximo Gómez.
>>Discúlpeme la rudeza, pero eso es así. Ese generalillo de opereta que se nos ha escapado a Occidente por la Trocha de Júcaro-Morón con un pequeño grupo, lleva a cabo ahora una supuesta ofensiva llamada de la Reforma , la cual en realidad no sirve más que para distraernos de nuestro objetivo principal, es decir aplastar la sublevación en Camagüey. También ataca las obras del ferrocarril; el cual, curiosamente una empresa norteamericana esta construyendo a muy buen ritmo y pasado Jatibónico se encaminan a Ciego de Ávila.
>>A pesar de ello, los independentistas están arrinconados tanto en el Caribe como en Extremo Oriente. La política autonomista ha minado a los rebeldes y muchos han abandonado la causa, hay que reconocer que algunos ayudados por incentivos económicos.”
MªCristina “La política autonomista la consideramos un mal menor, Nos como austriaca de origen tenemos experiencia en ello.
>> De lo que hay múltiples quejas es sobre una más que supuesta excesiva crueldad del general Weyler, en especial en las reconcentraciones.”

Cánovas “Los que la critican ahora mismo son los enemigos de España: la prensa amarilla yanqui pagada por los jingoístas, los separatistas, los nacionalistas, los marxistas o los anarquistas que sueñan con la desaparición del Estado, y también algunos republicanos que ven en la pérdida de las colonias una más que posible caída de la caída de la Monarquía. Por lo tanto, estamos acertando de pleno.
>>Verá Majestad, hemos tomado medidas muy importantes para la mejora de las condiciones de vida de los reconcentrados. De los 400.000 que lo han estado desde que empezó la guerra, no creo que hayan fallecido más de 5.000, teniendo realmente como causa última de su defunción la reconcentración; aunque se parta de principio, en que son ya personas débiles o enfermas de antemano. Las cifras son duras y pueden parecer elevadas, pero en realidad en un tipo de guerra como el que se esta llevando a cabo son todo un éxito. Los mismos rebeldes arruinan el país quemándolo todo y no dejando nada para comer.
>>Estoy seguro que como la técnica de Weyler se está mostrando sumamente eficaz, será copiada en el futuro por muchos; claro que como éstos serán ingleses, franceses o americanos, nadie dirá nada en contra. La hipocresía en el asunto es enorme.”

MªCristina “El sufrimiento de la población civil Nos parece innecesario. No Nos gustaría que la Regencia y el reinado de mi Augusto hijo, pasase a la historia por su brutalidad en Cuba”

Cánovas “Tomo nota de sus deseos Majestad.”

MªCristina “Háblenos ahora de la Armada y del Ejército.”

Cánovas “Conociendo su preocupación por los temas navales, me enorgullezco en comunicarle que en poco tiempo contaremos con una escuadra que defienda dignamente los intereses de España, acorde con nuestras posibilidades reales -si mi apura, un poco por encima de ellas-. Este mes se recibirán los cruceros “Colón” y “Carlos V”.
>>Con lo dicho no quiero llevar a nadie a equívocos, no seremos una gran potencia naval, pero tampoco quedaremos a la merced de aventureros que quieran aumentar su prestigio y poder gratuitamente. Me permito recordarle que en los planes del Estado Mayor se contempla ser cautos a la hora de difundir los avances de nuestra flota, para no incentivar de esa manera a enemigos potenciales a esmerarse mucho en la potenciación de la suya.
>>En lo referente al Ejército, la adquisición de fusiles va estupendamente; por el contrario, la de cañones de tiro rápido y ametralladoras marcha sólo regular. Para ser sincero, le diré a su Majestad que estamos teniendo serios contratiempos con la reubicación de la artillería de costa y la fabricación de nuevas piezas. Estoy seguro que con el tiempo lo resolveremos.
>>Lo más importante, es que con la supresión de la redención en metálico del servicio militar, la institución militar ha ganado respeto y prestigio. Curiosamente las necesidades de reclutamiento forzoso han disminuido, debido al gran número de voluntarios. Se come y se viste mejor en el Ejército o en la Armada mientras dure la guerra que siendo pastor en Extremadura, minero en Asturias u obrero en una fabrica de tejidos de Barcelona.”

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MªCristina “Repasemos la política interior, económica y socialmente.”

Cánovas “La estrella es el nuevo Ministerio de Asuntos Sociales, Cultura e Instrucción Pública. La Dirección General de Reformas Sociales y en concreto el Instituto Nacional de Previsión ha logrado frenar la caída en la calidad de vida de los españoles. Hoy por hoy se puede decir que todos comen; un gran parte mal, pero come. En la otra vertiente, la asistencia sanitaria básica llega al 90% de los súbditos de su Majestad.
>>La UGT está bastante satisfecha al atribuirse los logros conseguidos en la legislación laboral. El PSOE presume de la nueva forma de recaudar impuestos, sin duda más eficaz y justa; además, la opción de una enseñanza laica colma sus aspiraciones en esa materia por el momento.
>>Quiero decir con esto que esas organizaciones izquierdistas moderadas mantienen tranquilas a las más radicales.
>>Una ayuda importante es la labor de propaganda que esta desarrollando el Ministro Joaquín Costa con su grupo de artistas, intelectuales, científicos y otras personas de relieve; quienes se han dado en llamar “Generación para el 1900” y que exaltan en todo el territorio nacional el patriotismo, convenciendo de la necesidad de sacrificio y unión entre los españoles.”

MªCristina “Me lo pinta su Excelencia como un paraíso; sin embargo, en Cartagena y en otros astilleros no hay más que protestas. Y que me dice del segundo horno de Trubia del cual soy “voluntaria” benefactora sin ver los resultados.”

Cánovas “Señora, las reformas que se están llevando a cabo eran y son imprescindibles; no obstante, tendremos que paralizar por el momento el cierre de los astilleros de Cartagena para evitar más conflictos. Esto último, nos ocasionará trastornos en los planes militares, pero lo político esta trascendiendo a lo laboral y en estos momentos no nos podemos permitir luchas internas.
>>En cuanto a lo de Trubia, le diré que tenemos más problemas de los esperados con licencias y autorizaciones para la firma del contrato; pero siendo así y si no ordena lo contrario vuestra Majestad, el montante lo dedicaremos por el momento al cuidado de los soldados heridos o enfermos y al de sus atribuladas familias, quienes seguro una vez conozcan tal extremo se lo agradecerán de por vida.”

MªCristina “Tiene respuesta para todo, ¿verdad? ¿Algo que debamos saber antes que lo cuenten los periódicos sobre el proceso de descentralización en España?”

Cánovas “Los nacionalistas catalanes y vascos se han dado por satisfechos por el momento con la creación de la Generalidad de Cataluña y las Juntas Generales del País Vasco, instituciones que gobiernan sus respectivas mancomunidades”.

MªCristina “Nos podría explicar vuecencia que extraño suceso ha acaecido con ese nacionalista vascuence ¿Sabino Arana o algo así se llama?”

Cánovas “En realidad no le puedo explicar a fondo, porque ni yo mismo lo entiendo muy bien.
>>Al parecer se le ha intervenido un telegrama felicitando al nuevo Presidente de los EEUU y animándole a terminar con el problema de Cuba. El tal Sabino dice que es un anzuelo que le han puesto unos agentes del Gobierno. El caso es que se le va a desterrar a una soleada isla del Golfo de Guinea; para nuestra sorpresa, no se crea que haya habido muchas protestas en su defensa, debe ser por lo desprestigiado que estaba públicamente. Es más sus paisanos le han quemado la vivienda en Bilbao.”

MªCristina “Don Antonio, yo tengo entendido que se le ha venido desprestigiando a cosa hecha en todo lugar y ocasión con mentiras y patrañas. Nos no aprobamos el juego sucio, me imagino que vuecencia no sabrá nada de eso.”

Cánovas “Lo mismo que su Majestad, sólo rumores. Yo personalmente Señora le quiero matizar que además no dispongo de tiempo para jugar a nada, soy el Presidente del Consejo y tengo múltiples responsabilidades. Y si me apura, sinceramente no voy a ser yo quien investigue las supuestas injurias contra ese traidor.”

MªCristina “Dejémoslo estar ahí. Deseamos ser informados sobre política internacional ¿Nos apoyarán las potencias en una eventual guerra con los EEUU?”

Cánovas “Me temo que no abiertamente, Majestad. Estaremos bastante solos en esto.
>> Yo soy en parte el culpable, al no haberme querido alinear descaradamente con ninguna alianza europea. Ahora ninguna de ellas nos apoya al 100%, tienen un gran miedo a la potencialidad de los EEUU.
>> Podemos decir a pesar de esto, que estamos mejor que hace dos años y además sabemos tres cosas que no sabíamos: la primera, que debemos enfrentarnos a la amenaza por nuestros propios medios; la segunda, que si presentamos firme oposición al enemigo, posiblemente las potencias no dejaran que se prolongue demasiado; y la tercera, que en todo caso, a base de ofrecer algunas compensaciones podremos recibir pequeñas ayudas disimuladas.”

MªCristina “¿Debe intervenir la Corona?”

Cánovas “Con Francia e Inglaterra, no Señora; es suficiente con que se haya humillado su Gobierno, Vuestra Majestad no debe hacerlo.
>> Podría echarnos una mano con Austria, exponiendo a su tío el Emperador, la problemática de España, para que de alguna manera nos defienda diplomáticamente como cosa particular suya en el extranjero.
>> Otro tema que podría averiguar el Imperio Austro-Húngaro es como respira el II Reich. Nosotros tenemos que andarnos con pies de plomo al tratar con ellos, a nadie se le escapan las ambiciones alemanas sobre las Filipinas y los otros archipiélagos del Pacífico.”

No imaginaba La Reina Regente cuando partió don Antonio Cánovas del Castillo que esa era la última vez que lo veía con vida. El siguiente domingo pasadas las doce del mediodía en el balneario de Santa Águeda provincia de Guipúzcoa, un anarquista italiano de nombre Angiolillo le pegaba tres tiros a boca de jarro. El ocho de Agosto de 1897, sobre las dos de la tarde moría el Presidente del Gobierno y el principal protagonista de la vida política española de las dos últimas décadas.

“A partir de la muerte de don Antonio, todos los políticos españoles podrán tratarse de tú entre ellos” dijo Sagasta cuando se enteró.

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CAPÍTULO XXXV
ANARQUISTAS, MASONES E INDEPENDENTISTAS. Madrid 20 de Agosto de 1897.
A pesar de su juventud y fortaleza física, Alejandro empezaba a estar cansado de tanto viaje. Tras soportar los vientos siberianos de San Petersburgo en invierno y las humedades neoyorquinas del Hudson en primavera, para Junio había regresado a Europa: Londres, después Dublín, otra vez Londres y antes de volver a España, La Haya -en esta última ciudad había tenido un importante encuentro con un tal Botha de los boers holandeses, llegando a algunos acuerdos que podían ser interesantes en un futuro cercano-. En breve, debería emprender el viaje de vuelta con destino al nuevo continente.

Cuando estaba llegando a la Plaza del Dos de Mayo, pudo leer adosado en la pared de un portal el letrero que andaba buscando “Semanario Político, El Motín”. Subió las escaleras de dos en dos y llamó a la puerta, quitándose al tiempo de la cabeza el sombrero de ala que le cubría.

“Buenos días ¿qué desea?”. Le inquirió el hombre de mediana edad que le había abierto.

Alejandro antes de contestar miró la hora de su reloj de bolsillo.

“Soy Alejandro Osborne. Tengo una cita con don José Nakens; llego algo temprano, pero es imprescindible que hable cuanto antes con él”

Aquilino, que así se llamaba el empleado de Nakens, le rogó que esperará un momento. Alejandro desde el marco observó la sede del semanario; la cual, no era otra cosa que una vivienda adaptada a una redacción, donde el mismo director tenía un modesto cuarto y utilizaba la cocina como propia. El lugar era bastante conocido entre los círculos político-liberales e intelectuales de la capital, dado que allí se celebraban unas famosas tertulias patrocinadas por José Nakens, quien era un republicano radical con ideas un tanto libertarias.

Poco después, Aquilino pidió que le acompañara hasta un despacho. En el mismo, esperaba levantado Nakens con la mirada desafiante como en él era habitual. Hombre ágil para la edad que tenía, estirado porte, buena talla y de enérgicos ademanes, combinación que contrastaban con los blancos pelos de barba y cabello.

Nakens “Pronto llegas querido hermano” Se estrecharon la mano, ejerciendo mutua presión con los dedos pulgares respectivos, uno sobre el dorso de la mano del otro.

Osborne “Ya lo siento, pero mi propio sosiego me exige comunicarte algo que he sabido hoy y que te debo como lealtad, por ser tú uno de los que me ha presentado en nuestra logia.”

Nakens con cierta ironía “Dime querido aprendiz ¿Qué es lo que te aflige?”

Osborne “Como conoces trabajo en la Secretaría de Presidencia del Gobierno en asuntos relacionados normalmente con la Marina. Además de la labor diaria, los funcionarios de mi nivel hacemos guardias cuando nos toca, con la misión de atender aquellos asuntos urgentes que lleguen a deshora y prestar el apoyo debido al Presidente del Consejo en esos momentos.
>>Esta madrugada entró un telegrama cifrado procedente de San Sebastián -ya sabes que hoy le dan garrote a Angiolillo en Vergara-, lo despaché inmediatamente con don Marcelo Azcárraga, quien esta ejerciendo de Presidente provisionalmente. En el citado cable venía incluida una lista de nombres relacionados con el magnicidio, estando el tuyo entre ellos.”

Nakens hizo un gesto de contrariedad pero no de sorpresa “Me lo veía venir, ese pobre desgraciado no aguantó el interrogatorio de la Guardia Civil. Te lo voy a explicar:
>> A mediados de Julio se presentó en la redacción de este semanario un supuesto periodista italiano que dijo llamarse Emilio Rinaldi. En teoría, pretendía entrevistarme en relación con la guerra de Cuba. A modo de recomendación traía una carta de Ramón Betances, personaje que colabora en París con la Junta Cubana de Nueva York y a quién yo conocí hace tiempo por tener algunas ideas libertarias como las mías, además de ser otro Hijo de la Luz.
>>Pasando los días Michele Angiolillo, ese era su verdadero nombre, me fue tomando confianza y por último me desveló su propósito real. Éste no era otro que el de asesinar a Cánovas del Castillo como supuesto responsable de las torturas y posterior ejecución de unos camaradas anarquistas en Montjuic. Me confesó que el personalmente había pensado en atentar contra la Reina o el mismo Rey, fue Betances quien le convenció que el gran objetivo era Cánovas y que sólo así le ayudaría financiándolo.
>>Yo en verdad no le creí capaz de tal cosa. Como no tenía ni para comer, le presté un poco de dinero y le proporcioné una acreditación de periodista. Tanto una cosa como la otra parece que le sirvieron para desplazarse a San Sebastián y hospedarse en el Balneario de Santa Águeda.
>> El problema es que no sé que debo hacer ahora para no aparecer como su cómplice y con las ganas que me tiene el Gobierno me veo como mal menor entre rejas”

Por primera vez Nakens pareció angustiado, debió ser que al oírse así mismo entendió que no tenía disculpa ni coartada.

Osborne “La situación es compleja, pero tengo una idea. Creo que lo mejor es presentarse voluntariamente en el departamento de Seguridad de Presidencia y contar lo ocurrido con naturalidad. Yo mismo te acompañaré y responderé por ti.”

Nakens “Desesperado intento, aunque puede ser que útil. Te agradezco de corazón la información, el consejo y tú apoyo”
Alejandro “Quizás sea uno de los pocos consejos que este aprendiz pueda dar a un vigilante”

Nakens “Favor por favor, te hecho la gestión que me solicitaste. Tienes una cita esta tarde a las cuatro con Basilio Montalvo y Terry en la Horchatería de Candelas. No es mal sitio con el calor que hace.
>>Basilio es un joven hermano orador de una logia que se relaciona directamente con el Gran Oriente de Colón y por lo tanto con Estrada Palma, Gonzalo Quesada y Benjamín Guerra.
>>Llegó de la Habana hace un par de años para estudiar medicina en la Universidad Central de Madrid. Es descendiente de una de más antiguas familias cubanas; la cuales siendo ya ricas ahora, la mayoría lo serán más si logran la independencia.”

Osborne “Por lo que me dices es demasiado joven para ser orador”

Nakens “Tan joven y brillante como cuando el Apóstol Martí perteneció a la misma logia Armonía 52 y lo fue también. Pero no te quepa que es la persona indicada para ponerte en contacto con los junteros durante tu próximo viaje a América.
>>Quiero aclararte una cosa; yo como demócrata y republicano algo más que liberal, comparto los propósitos de libertad de los cubanos, creo que todo pueblo merece tomar sus propias decisiones. Pienso que ligada a la libertad de Cuba esta la de la propia España, atada por cadenas de la religión y el caciquismo. Si perdemos Cuba, el régimen de la Restauración caerá con ella y por lo tanto también la monarquía que protege a obispos prepotentes, políticos corruptos, Generales usurpadores y banqueros usureros.
>>Cosa diferente es mi opinión sobre los yanquis, a quienes mueven oscuros propósitos, al igual que a muchos cubanos; los norteamericanos son como cuervos o buitres esperando por la carroña. Yo quiero a España libre y republicana; no me gustaría que me consideres un traidor, pero los caminos hacia la libertad nos traen extraños compañeros de viaje.”

Osborne “Algo así me pasa a mí, estate tranquilo por eso.”

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15 Jul 2010 23:24
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CAPÍTULO XXXVI
UN GOLPE SOBRE LA MESA. Los Campos Elíseos, París. 10:30 horas, 18 de Septiembre de 1897.

El Embajador le había pasado aviso urgente para que fuera a la sede de la cancillería inmediatamente. Galindo llamó por teléfono desde el Hotel con la intención de que se le adelantará algo sobre un asunto que corría tanta prisa. Un engreído primer Secretario le comunicó que eran órdenes de don Fernando León, quien ahora mismo estaba reunido con el Ministro francés de Asuntos Exteriores en el ministerio.

El diplomático le recomendó autoritariamente que no hicieran nada de lo que se pudieran arrepentir más tarde, ni él ni los amigos que estaban hospedados en el hostal a las orillas del Sena, ya que las autoridades francesas estaban alertados por los americanos de su presencia y pensaban que tenían aviesas intenciones.

“En ese caso acudiré más tarde, yo no estoy a las órdenes del Embajador y tengo otras cosas más importantes para hacer que escuchar tonterías. Le participo que dentro de hora y media estaré desayunando en los Campos Elíseos para quién le interese”.

Le había dicho Galindo al Secretario de la embajada, suponiendo el primero que alguien más podía estar escuchando la conversación.

Una hora y tres cuartos más tarde llegaba don Fernando León y Castillo hecho un basilisco a la cafetería que le habían indicado.

Fernando León “Le advierto que me quejaré de usted ante el Ministro.
>>No sólo no ha tenido la poca gentileza de comunicarme su estancia en París, sino que desatiende mis requerimientos para que acuda a la embajada.”

Galindo “Señor vaya al grano y déjese de zarandajas.”

Fernando León “Me han llamado al ministerio a primera hora y el mismo Honataux en persona me ha echado una terrible reprimenda.
>>Los servicios de seguridad franceses tienen conocimiento que una célula de los servicios de espionaje españoles va actuar esta tarde contra un refugiado cubano del cual no saben la identidad. Me han exigido que desistan de esa acción o detendrán a todo su grupo empezado por usted y continuando por los hombres que tiene en una pensión a las orillas del Sena”

Castaños y Vargas se hospedaban en un hostal en la rivera del río.

Galindo “No se preocupe, ni yo ni estos hombres -Galindo señalo a una cercana mesa donde estaban dos tipos con cara de pocos amigos- pensamos atentar contra nadie.”

Fernando León “Debe darse cuenta de las consecuencias. Los franceses nos han avisado porque no quieren tener un incidente diplomático. No pueden permitir que haya un atentado en su territorio, máxime habiéndoles avisado con antelación los americanos.”

Galindo “Yo me doy cuenta de todo lo que usted quiera, si por su parte le echa en cara a los franchutes que más de uno esta utilizando su suelo para conspirar y atentar contra España con la mayor de las impunidades. Dígales de paso que es un insulto y una afrenta la acusación que han practicado en contra de mi persona. A usted le corresponde justificar mi estancia aquí, si quiere seguir siendo Embajador en París o cualquier otro sitio; por si le queda alguna duda, efectivamente le estoy amenazando.”


10:35 horas. Rue Chateaudun.

Casi a la misma hora que Galindo discutía con el Embajador, en otra parte de París no muy lejana, un individuo menudo de largas barbas blancas y casi anciano, se dirigía a su domicilio después de haber comprado unos croissants en una vecina panadería como todos los sábados.

Un hombre joven de más de un metro ochenta, aspecto de inglés y de claros ojos verdes lo detuvo un momento antes de entrar en el portal de su domicilio, sacando a continuación el anciano un reloj del chaleco.

“Son las once menos cuarto, joven” Dijo la persona mayor en un castellano con marcado acento puertorriqueño.

“Buena hora para rezar si uno cree en Dios caballero”. Contestó el más joven con el típico tono grave del español europeo y siguió caminando.

Ambrosio Egea observó la escena desde la acera de enfrente. Ya lo tenía claro, ese varón era el objetivo. Según le habían dicho aquél hombre era uno de los responsables del asesinato de Cánovas del Castillo. Ambrosio no necesitaba saber nada más, él siempre había ejecutado las sentencias con eficacia y con el menor dolor posible para el ajusticiado, la culpabilidad la determinaban otros.

Sacó un delgado y fuerte cordón -con un nudo hecho en el centro- del bolsillo, penetrando acto seguido en las lúgubres escaleras del edificio detrás de Ramón Emeterio Betances. El viejo poco después se desplomaba suspirando como un pajarillo; a continuación, Ambrosio introdujo un sobre abierto -sellado en los Estados Unidos- dentro de su chaqueta y para finalizar remató el flácido cuerpo con dos tiros de su revólver, esperando que el ruido hiciera acudir rápido a alguien. Curiosamente al verdugo no le gustaba disparar contra las personas, aunque la víctima estuviese agonizando de antemano.

14:00 horas. Ministerio de Asuntos Exteriores.

Honataux “Señor Embajador de los Estados Unidos, le repito que Ramón Betances ha sido asesinado, pero no por los españoles. A ellos les hemos tenido controlados todo el día, hay muchos testigos inmediatos. El hecho ocurrió sobre las once menos cuarto de hoy; a esa hora, el grupo español estaba desayunando en una conocida cafetería donde los han visto centenares de personas, incluidos la policía francesa y su mismo Embajador.
>> Además de no saber quién era el objetivo y que ni tan siquiera era cubano, su agente estaba equivocado de autores y hora. El cadáver portaba documentos en los que la Junta Cubana de Nueva York le acusa de traidor, de lo que pudimos leer en ellos, ya que estaban atravesados por dos disparos. El sobre que los contenía estaba abierto y por lo tanto él finado tuvo que leerlo antes de ser tiroteado.
>>Lo más extraño del caso es lo trataron de asfixiar primero y después le metieron dos balas, no sé que lo que se desprenderá de la autopsia”.
Horace Porter “Yo no conozco a la fuente informadora, pero creo que es un español.”
Honataux “Vaya a otro con esas, las pruebas son claras. No pueden haber sido los españoles, estaban vigilados. Yo personalmente por su culpa, he ofendido gravemente a su Embajador acusando al Gobierno español de conspiración para el asesinato”

El sexagenario diplomático norteamericano frunció el ceño disculpándose. Le iba a apretar las tuercas a ese engreído de Sims, quien le había hecho hacer el ridículo al poco de incorporarse a su nuevo destino. No sabía cual eran sus fuentes, pero más que ayudar a la policía francesa parecían haberles despistado siguiendo una pista falsa.

15:00 horas.

Galindo reflexionaba tumbado en la cama de la habitación de su hotel sobre todo lo que había acontecido en las últimas horas y que casi le había costado un sincope. Sentía una gran preocupación.

La operación en la práctica había sido todo un éxito, pero no estaba planeada exactamente tal como salió. Él se había desplazado hasta París con dos propósitos: el primero, asumir la responsabilidad de una actuación tan comprometida directamente; el segundo, servir de distracción por sí alguien detectaba la presencia de los espías españoles, en la seguridad que la importancia de su cargo y el menor disimulo al moverse en París, les llevarían a él y a su grupo antes que al verdadera comisión ejecutora.

Cuando recibió la llamada de la embajada el mismo día que estaba previsto el atentado se olió algo raro, rápidamente se disfrazó como pudo y sin demora contactó con Alejandro Osborne en un cercano piso franco arrendado por la Oficina. Llegaron a la conclusión entre ambos que pudiera ser que alguien supiera algo acerca de la acción, pero que no podían tener datos concretos ya que estos sólo los conocían los dos.

Además en caso contrario, si los franceses conocieran el objetivo se limitarían a esconderlo y los esperarían para cogerlos con las manos en la masa, quedando así a la merced y favor de las autoridades galas los agentes españoles.

No obstante, Galindo quiso suspender el operativo; Alejandro se opuso a ello diciéndole que no creía que nadie tuviera conocimiento de que él precisamente estuviese en París, debido a que no habían tenido nada que ver los dos grupos entre sí. De todos modos, estaba dispuesto a realizar la acción asumiendo los riesgos personalmente -seguro que con la voluntaria aportación de Ambrosio Egea-. Prefería que Galindo le ayudase, pero de no ser así lo entendería. El Director puso a funcionar su privilegiado cerebro a toda prisa, acoplando un nuevo plan sobre la marcha que fue finalmente el que se llevó a cabo.

A Galindo le convenció para actuar el muy cierto comentario que había efectuado Osborne en el último momento, respecto de la importancia que tenía el desbaratar la organización antillana en Europa. Puesto que además del atentado de Cánovas, los independentistas movían delgados hilos para dificultar el embarque de tropas y material, hacían una campaña demagógica en la misma España contra la cruel represión de las despiadadas autoridades españolas en la isla y buscaban apoyos en el continente a su causa. Era obligado dar un golpe sobre la mesa para demostrar que no se podían mover con total impunidad y porque no decirlo: vengar el asesinato de un Presidente de Gobierno de España a manos extranjeras.

Lo malo es que con los datos que tenía ahora y sabiendo que la información provenía de los americanos, era segura la presencia de un doble agente en la Oficina, eso era sumamente peligroso.

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Este plano vale es del capítulo VIII, aunque vale para el XX
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16 Jul 2010 13:36
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CAPÍTULO XXXVII
REUNIÓN FAMILIAR. Palacio de la Almudaina, Mallorca. 10 de Octubre de 1897.
La bella ciudad de Palma estaba sobresaltada. En el día de ayer había hecho aparición en su hermosa bahía haciendo funciones de yate real, el buque recién incorporado a la Armada “Urania”. La lujosa embarcación se hacía acompañar por el crucero acorazado “Cardenal Cisneros” y el cañonero-torpedero “María de Molina”. Del yate desembarcó la Familia Real, la cual se trasladó inmediatamente sin ningún acto oficial de recibimiento al Palacio de la Almudaina.

A la mañana siguiente entraba en la gran ensenada el yate de la Marina imperial austrohúngara “Miramar” escoltado por el acorazado de segunda clase “Kaiserin Und Konigin Maria Theresia”. En el muelle esperaba un coche con el banderín de la casa real y un pelotón de coraceros a caballo. Una mujer más bien alta y de esbelto talle se introdujo en el carruaje, nadie pudo verle la cara ya que iba cubierta permanentemente por un velo.

Ya por la tarde, doña Maria Cristina se asomaba mirando al mar por los arcos del balcón porticado perteneciente al antiguo castillo árabe. La Reina parecía estar muy preocupada, sólo hace unos días que su amigo Sagasta había tomado posesión de la Presidencia del Consejo y ya había sufrido el primer revés. El mismo día de su nombramiento -4 de Octubre- de mutuo acuerdo habían decidido cesar a Weyler en Cuba. Tanto a ella como a don Práxedes le parecían demasiados crueles sus métodos, así como una provocación constante e innecesaria hacia los yanquis y los independentistas cubanos. Sin embargo, los conservadores en compañía de algunos liberales como Maura, habían vetado tal posibilidad. Varios de los opositores a tal decisión se presentaron el día nueve en el despacho del Presidente amenazándole con romper el pacto establecido en el 95, según le había comunicado el mismo Sagasta a la Reina a través de un telegrama recibido aquella mañana. La Regente pensaba que se le estaba poniendo muy difícil entregar a Alfonso XIII el legado territorial integro de su padre.

Una voz en alemán sacó a la Reina de su ensimismamiento.
“Querida Crista estoy muy contenta de estar otra vez aquí. En Viena empezaba a hacer bastante frío y además me encanta este Palacio con sus antiguas piedras, los artesonados de madera y sobre todo las vistas al mar.”

La mujer que tenía delante de ella, sin duda alguna vez había sido bella, pero los sesenta años empezaban a pasar factura. La piel de la cara estaba muy ajada y además apenas sonreía para evitar enseñar su poco agraciada dentadura, con lo cual el gesto era demasiado seco para una mujer.
“Me encanta tenerte aquí tía Sissi. Antes no te he podido preguntar como está el tío Francisco José”

“De salud como un roble, pero aburrido como siempre; sólo piensa en sus obligaciones como jefe de Estado.”

María Cristina hizo un gesto a Sisí para entrar en el salón; así lo hicieron, dejando las puertas entreabiertas para poder sentir la brisa marina y oír el sonido de las pequeñas olas de fondo. La decoración del alcázar balear aunque escogida con sumo gusto era sobria, no sobrecargaba el conjunto y daba aspecto de gran amplitud a sus estancias.

Se sentaron aquellas dos egregias señoras en el sofá de un tresillo bajo un estupendo tapiz flamenco. María Cristina sirvió el té por su propia mano, la Emperatriz siempre preocupada por la dieta rechazó cualquier otra cosa.

Sissi “El Emperador esta dispuesto a ayudarte en lo que pueda, pero no debe comprometer al Imperio. Por eso me ha enviado a mí en respuesta a tu carta. Los vanidosos hombres de Estado considerarán esto como un encuentro familiar entre una pobre viuda y una excéntrica mujer mayor que recorre normalmente media Europa sin nada importante que hacer, no nos darán la menor importancia.”

María Cristina “¿En que nos podéis ayudar?”

Sissi. “Voy a ser sincera. Si otras potencias antes no os apoyan directamente, no habrá ni ejércitos, ni barcos, ni armas y los préstamos en dinero deberán ser avalados por algo tangible. Pero os daremos información, nos moveremos para que las grandes potencias frenen el apetito yanqui apoyándoos diplomáticamente y en todo caso meteremos presión para que la guerra no se alargue.”

Maria Cristina “Bueno, menos es nada”

Sissi “Poco podemos hacer, estamos muy condicionados por el primo Willy.”

María Cristina “El Kaiser que me demuestra un gran afecto personal en sus cartas, ha jurado sobre la cruz de una espada que los yanquis no pisarán Cuba mientras el sea el Emperador de Alemania, aunque también me dice que se siente dolorido porque los gobiernos españoles no le demuestran demasiado aprecio”

Sissi “Una cosa es que Willy sea agradable al trato, es más estoy segura que te tiene en gran estima personal; otra diferente, es que además sea una persona muy ambiciosa y utilice las relaciones personales en provecho del Reich. Creo que a larga pasará a la historia como un monarca muy peligroso para toda Europa.
>>Lo que te voy a contar es alto secreto. Sabes al igual que yo como Guillermo desea ampliar el imperio ultramarino alemán. Entre sus objetivos entraban las Filipinas, en todo o en parte y otras pequeñas posesiones españolas del Pacífico. Pues bien, ante la guerra que se avecina entre España y los Estados Unidos, ha decidido tomar posiciones de salida en la carrera del reparto del botín y de las compensaciones posteriores entre potencias.
>>Prefieren los alemanes que España salga derrotada para que se rompa el status quo vigente, pero al mismo tiempo que los americanos terminen muy dañados. De esta manera, podrían negociar con Inglaterra sobre la soberanía de las Filipinas, al menos la de las islas del sur y otras de vuestras posesiones en el Pacifico. Si los Estados Unidos os avasallara y no hubiera nada que negociar sobre las Filipinas, pediría compensaciones a Inglaterra; posiblemente un reparto de las posesiones africanas portuguesas, con la disculpa de la deuda de ese país. Y lo que es más grave para vosotros, están tratando de firmar un convenio secreto con el Zar para el reparto de las Baleares, las Canarias y los territorios del Golfo de Guinea.
>>En el juego se barajan combinaciones de todas las alternativas posibles e incluso todas a la vez, con lo cual estáis metidos en un gran problema.
>>Vuestra única solución es ganar la guerra o por lo menos quedar igualados. Claro que todo es dicho a priori, después en las relaciones internacionales hay muchos factores que concurren y puede pasar cualquier cosa”

María Cristina escuchaba asombrada con cara de susto “¿Estás segura de lo que me estas diciendo?”

Sissi. “Mira Crista, Alemania es el aliado casi obligado del Imperio Austro-Húngaro y Rusia nuestro más enconado rival; en consecuencia, gastamos grandes sumas de dinero y un buen número de hombres en obtener información sobre ambos países.
>>Nosotros queremos formar un imperio Danubiano que una Viena con el Mar Negro echando a los otomanos de Europa. Rusia pretende expandir sus fronteras hasta el Mediterráneo, creando una especie de federación panaeslava tributaria de Moscú, coincidiendo con nosotros en la expulsión de los turcos.
>>Como comprenderás los intereses del Zar y los de Austria, más que tropezar chocan en los Balcanes. Hasta la fecha Alemania como nación germánica hermana nos había apoyado siempre, incluso incitado a empujar hacia oriente a rusos y turcos. Pero ocurre que casualmente, desde hace dos o tres meses ha cambiado descaradamente de actitud. Para muestra, su veto contra que convirtamos la administración fiduciaria de Bosnia-Herzegovina en un protectorado de hecho, disminuyendo de esta manera la presión que pensábamos ejercer sobre los serbios y por lo tanto subordinando la cuestión de Oriente a otros intereses, aunque nosotros esperamos que sea sólo temporalmente.
>> ¿Qué busca con esto Alemania? pues esta claro: dejar a Francia aislada. Rusia se aliará con ellos en el reparto de las Baleares, Canarias y Fernando Poo. Pondrán como pretexto que es mejor que esos territorios se queden en manos de europeos que las invadan los americanos; al mismo tiempo, provocará la ruptura de la alianza del Zar con Francia, la cual se opondrá a esas ocupaciones, pero que no puede combatir contra Alemania en solitario.
>>Gran Bretaña tampoco dirá nada, ya que se quedaría con una porción importante de las posesiones portuguesas y además aprovecharía la ocasión para presionar a Francia en Sudán, evitando que ésta una sus posesiones en África de Oeste a Este, como de hecho pretenden.
>>Por cierto, los rusos están indignados con vosotros; porque después de haberles ofrecido un tratado, sin esperar la respuesta habéis firmado un acuerdo de amistad con Japón.”
María Cristina “Sissi, si estaba preocupada antes de tu llegada, ahora mismo lo estoy mucho más y deseando que Alfonsito cumpla su mayoría de edad para poder retirarme de mis obligaciones de gobierno.”

Sissi “Alguien debe decirte la verdad, el Emperador cree que vuestra política exterior es errática. Los diplomáticos españoles van suplicando ayudas por toda Europa y consiguen bien poco a un enorme precio. Eso os pasa por no tener alianzas estables, por lo cual no tenéis ningún fiel aliado y habéis conseguido enfadar a rusos y también a italianos.”

María Cristina “¡A los italianos! ¿Por qué?”

Sissi. “Por no haber renovado el tratado del 87 en contra de Francia. Pero por esto último no te preocupes en exceso, están demasiados avergonzados por su derrota en Adoba el año pasado frente a los abisinios.”

María Cristina “La neutralidad absoluta algunas veces lleva a quedarse aislados. A nosotros no se nos había perdido nada en las grandes cuestiones europeas. Por eso en nuestro caso, el no pertenecer a ninguna alianza era casi obligado mientras Inglaterra y Francia no estuviesen de acuerdo. Los golpes entre poderosos los termina recibiendo un tercero más débil. Queramos o no, tenemos una amplia frontera terrestre con Francia y nuestro imperio ultramarino depende en gran medida de la benevolencia de la Royal Navy.
>>Vosotros sin embargo, que sois un imperio de casi 45 millones de habitantes situados en un territorio continuo, habéis sido derrotados en el campo de batalla por franceses y alemanes en los últimos 40 años, reconocido a Hungría como país diferente -aunque sea bajo la misma corona- y perdido la mayoría de vuestros territorios en Italia; podéis dar consejos, pero no hacer demasiadas críticas a España.
>>En otro sentido, sí que es cierto que busquemos desesperadamente amigos y en el camino dejemos algún enemigo. Eso se debe a que no nos queda más remedio que movernos, aunque a veces erremos la dirección adecuada a tomar.”

Sissi “Has hablado como si fueras más española que austriaca. No se como te voy a decir ahora que el Emperador y yo misma íbamos a ofrecerte volver a Austria con todos los honores y dejar a este país de locos para que lo arreglen ellos.”

MªCristina “Adoro a mi país natal, pero no te quepa duda que soy española hasta la médula y estos locos españoles son mis locos españoles. Estáis en una nube, si habíais pensado por un momento que iba a abjurar de mis obligaciones y renunciar al trono de mi hijo.”

Sissi “No había caído en la cuenta de que estaba hablando con la Reina de España hasta ahora mismo, yo siempre te he visto como mi sobrina. Respeto y admiro tu decisión y trataremos de ayudarte, pero no puedo dejar de presentir que esto acabará en un desastre”

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CAPÍTULO XXXVIII

LEGACIÓN WOODFORD EN MADRID. Sede embajada EEUU, Madrid. 20 octubre 1897.

Apenas hacía un mes que había presentado sus credenciales a la Reina en San Sebastián; pero ya desde el primer momento, la intuición del viejo general Stewart Woodford le decía que su relación con la Regente iba a ser fluida, debía confesar que la soberana española le había causado una grata impresión. También el nuevo Ministro de Estado Pío Gullón parecía un hombre cabal y con ganas de rebajar tensiones. Planteada en estos términos su legación en Madrid podía ser todo un éxito.

Él era un hombre del Secretario Sherman y por lo tanto del Presidente McKimley. Las instrucciones de sus jefes eran precisas, lograr concesiones de España para los independentistas cubanos y conseguir garantías sobre la protección de los intereses financieros y comerciales de los ciudadanos norteamericanos, aumentándolos si era posible. Podía presionar con insinuaciones de intervención militar, pero una guerra abierta no era muy recomendable al menos por el momento. Ni La Navy ni mucho menos el Ejército estaban preparados para arrollar a España en una guerra corta.

“¿Da su permiso, Señor?”

La voz era inconfundible, provenía de la lengua viperina de su joven Secretario. Más que no gustarle le resultaba repulsivo, su blanquísima piel parecía la escamosa de un reptil. No se fiaba nada de él y George Sickles lo sabía. Desconocía el motivo por que le habían impuesto aquél sujeto, pero sí que su nombramiento procedía del Primer Ayudante del Secretario Estado William Day.

“Pase Sickles y vaya al grano, he quedado dentro de una hora con la Reina y no quiero llegar tarde bajo ningún motivo a Palacio”

Sickles “Mi General, sé que desconfía de mi y debo confesarle que tiene motivos para ello. Me voy a sincerar, ya que mi estricta formación familiar me impide ser desleal con usted.
>>Es cierto que he sido nombrado Secretario de la Embajada, pero además desempeño otras funciones para el Gobierno.”

Woodford que era un viejo zorro no se dejó impresionar por el arranque de sinceridad, correctamente lo interpretó como una huida hacia delante de quien se sabe descubierto.

Woodford “¿Quiere aclararse por favor?”

Sickles “El Subsecretario Day me ha encomendado que me hiciese cargo de cuantos trabajos me encargarse la Oficina de Inteligencia Naval.”

Woodford “Yo pensaba que esa misión la desarrollaba a plena satisfacción el Teniente Sims.”

Sickles “Y está en lo cierto, lo que ocurre es que Sims abarca demasiado terreno; debido a esto último, el Capitán de Fragata Richarson Grover -jefe de la ONI- ha pensado que tal y como están las cosas con España, más valía dedicar a alguien permanentemente sobre el terreno a esas misiones.
>>Por otra parte, los nuevos agregados Bliss y Dyer se ocuparán de labores puramente militares, bien en sus vertientes terrestre o marítima.”

Woodford “Pero eso implicará peder la experiencia de Sims en un momento crítico.”

Sickles “No necesariamente Señor, Sims seguirá viniendo a España; bien es cierto, que más espaciosamente y en cierta manera de incógnito. Yo seré su enlace y él podrá dedicarse a operaciones más comprometidas, para las que tiene un especial talento.”

Woodford “Le agradezco su información. Pero me puede decir porque no se me ha dicho todo esto antes y de quién depende usted realmente”.

Sickles “Yo debía informarle cuando se produjera el relevo con Sims, cosa que no ha sucedido todavía, pero la situación se me antojaba insostenible. En cuanto a lo segundo, cumpliré sus instrucciones como Secretario, pero también debo atender las de ONI”
.
Woodford “No me gusta como se ha desarrollado esta cuestión, aunque me imagino que usted sólo cumple órdenes y que no es el momento para que yo planteé un problema a la Secretaría de Estado. Ya hablaré con el Presidente cuando regrese a Washington, dejémoslo estar así.
>> Ahora si me disculpa me marcho o llegaré tarde”

Sickles regresó a su despacho con la esperanza de haberse ganado -al menos en parte- la confianza del molesto Embajador. Lo único verdaderamente importante era su misión, ayudar a provocar una guerra con España. La de Woodford no lo era menos, aunque el mismo jefe de la legación la desconociera: hacer confiarse al Gobierno español con sus buenos propósitos y relajar la atención en los preparativos bélicos.

El Secretario empezó a acicalarse con esmero delante de un espejo, tenía una cita personal de lo más excitante. Su ego estaba por las nubes, ¿una mujer tan bella haberse fijado en él? Sims se la había presentado en la recepción que el Embajador había dado con motivo de su incorporación a Madrid. Belén parecía estar más cautivada por la inteligencia y perspectiva de brillante futuro de Sickles que por el indudable atractivo físico de Willians Sims.

Desde luego era un problema la constante presencia del apuesto marino en Madrid. Belén le había confesado que él era su protector y que le tenía bastante miedo, sino ya le habría dejado hace tiempo. Bueno, como ahora tenía la sartén por el mango, una vez que le hubiese exprimido la información que poseía se libraría del agente.

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CAPÍTULO XXXIX

LA PENÚLTIMA OFENSIVA. Comandancia Militar de Jatibónico, Cuba.
1 de Noviembre de 1897.
Don Valeriano Weyler se sentía rebosante de poderío. Una vez desmontado en Madrid el complot para cesarlo, había parado los pies al nuevo Gobernador Civil -General Blanco- nada más llegar éste a la isla.

El Marqués de Peña Plata le comunicó al General Weyler su intención de entablar conversaciones con Máximo Gómez para ofrecerle una paz justa y duradera. El Capitán General le respondió que la única paz que podía esperar ese “sargentucho” era la de los muertos y que si fuera necesario declararía de nuevo el estado de guerra en la provincia de las Villas, anulando las competencias de las autoridades civiles; aunque tal cosa significara en sí, el reconocimiento explícito de que esa zona no estaba bajo control y que por lo tanto él mismo había fracasado en su campaña. Dicho esto, Weyler se había desplazado por ferrocarril hasta las cercanías de Jatibonico.

De todas formas, a nuestro General le daba casi igual lo que hiciera el General Blanco. Gómez estaba aislado en Arroyo Blanco con no más de 150 leales a sus órdenes, como reconocía en un artículo de prensa el corresponsal americano del Herald -George Bronco- después de una visita girada al campamento del dominicano.

El Marqués de Tenerife ordenó concentrar sus fuerzas en la zona al General Jiménez Castellanos, a las que sumó la Brigada de Reserva del Cuartel General al mando del Brigadier Tejada.

Alejandro observó la escena que se desarrollaba en aquél cuartucho lleno de humedad y mal amueblado que hacía las veces de despacho del Comandante Militar de Jatibonico y ahora de sala de operaciones.

Weyler paseaba impaciente de un lado para otro con las manos entrelazadas a la espalda y gesto severo. Debido a su corta estatura, el sable que le colgaba de la cintura tropezaba en ocasiones con el suelo; quedándole el fajín de igual manera, desproporcionadamente largo. Dos Generales -Jiménez y Tejada- y dos Coroneles -Ulpiano y Cirujeda- discutían la estrategia a seguir bajo la débil luz de un candil de petróleo y encima de varios planos desplegados sobre una carcomida mesa de madera. El ambiente era en extremo denso, a la humedad reinante se unía la atmósfera sobrecargada por el humo de los cigarros puros que fumaban los presentes, además entre los restos de comida y las pegajosas copas de ron medio vacías revoloteaban un puñado de cansinas moscas.

Un sudoroso General Jiménez Castellano levantó la cabeza de los mapas y se dirigió a Weyler.

Gral. Jiménez. “Mi General ¿Qué haremos con el General Gómez si lo cogemos vivo?”

Weyler “Llamarle General a un traidor que abandonó a su Patria y al Ejército porque en él no podía pasar por méritos propios de poco más que de Comandante, ¿es un eufemismo, verdad?
>>En respuesta a su pregunta, le diré que el que le apresemos será algo seguro por la cuenta que le trae a vuecencia. Además, espero que ese sujeto tenga la mínima decencia de morir en combate; aunque a mí particularmente, me encantaría mandarlo a España cargado de cadenas y con traje de rayas horizontales para que lo juzguen.”

Osborne “Como lo cortés no quita lo valiente, les diré que si lo detienen vivo, habrá que darle un trato adecuado a su rango. Independientemente de la opinión que le merezca a vuecencia, en verdad les ha vuelto medio locos, logrando con ello una gran resonancia internacional.
>>En sentido contrario, también considero que es mejor que no salga con vida de su campamento. Si tienen escrúpulos yo mismo me encargaré de lo que haya que hacer.”

Weyler “Comandante Osborne, absténgase de hacer comentarios gratuitos ¿A caso usted le conoce por luchar en su mismo bando en la campaña de Santo Domingo o en el contrario La Guerra Larga?

Alejandro intentó responder, pero Weyler no le dejó.

>>Le he dicho que se calle, me importan un carajo sus credenciales, aquí el único que ordeno y mando soy yo. Si me contraría, le pongo con unos grilletes en el puerto de La Habana y lo facturo para la Península. Estoy harto de un país que levanta estatuas a traidores a España como Bolivar, San Martín o tantos otros; y se olvida de los que lucharon por ella como Abascal, Morillo o Boves.
>>En cuanto a la segunda de sus propuestas, la acepto. Se unirá a la guerrilla del Capitán Sanjurjo, ellos serán los primeros en entrar en el campamento de Gómez y usted hará lo que tenga que hacer. Si es posible que antes de abandonar este mundo me devuelva los 5 pesos que me debe desde Santo Domingo en el 65.”

Tres días más tarde el campamento de Gómez y sus hombres eran arrasados. El cadáver del caudillo militar fue encontrado con dos disparos de revólver en la cabeza, presentando en la zona de impacto tatuaje de pólvora, es decir estaban efectuados a muy corta distancia.

Dos semanas después Quintín Banderas abandonaba la provincia de Camagüey camino de Oriente por la trocha Bagá.

El General Weyler decretó pacificada la provincia, dando por finalizada en la misma las reconcentraciones. En esta zona, como en las restantes de Occidente, quedaban pequeñas partidas de separatistas en lugares recónditos y grupos de conspiradores en las ciudades.

Las mayores preocupaciones que tenía ahora el Capitán General derivaban de la incompetencia del Gobierno de Madrid, la cual rayaba lo ridículo desde que los liberales asumieran el Gobierno por la muerte de Cánovas.

Las piezas de artillería de costa para Santiago no terminaban de llegar y los 48 cañones de montaña Krupp de tiro acelerado se había visto obligado a compartirlos con Filipinas y Puerto Rico. Por lo menos, había recibido 13 Nordenfelt de 57 mm de campaña y dos baterías Sotomayor de 80 mm para formar un Regimiento montado.

De ametralladoras mejor ni hablar, nada más habían llegado 10 Maxims de 7 mm. De las de 11 mm 1 de la Armada, sólo estaban catalogadas media docena en toda la isla que se pudieran desmontar de buques del servicio de guarda costas en caso de necesidad. Además, el Ministerio tuviera el descaro de adjudicarle una docena de trastos 2 muy pesados, de más 25 años de antigüedad; los cuales, con mucha paciencia, habían compuesto los maestros armeros en España a costa de caníbalizar piezas provenientes de un número mayor de máquinas inútiles, existentes en fortines y parques de artillería. No obstante, Weyler hubo de tragar con esas viejas ametralladoras, no estaba en condiciones de rechazarlas. Un destacamento lo emplazó en las fortificaciones de La Habana y otro en la trocha Bagá; dado que su peso rondaba los 400 kilos, no se les podía mover más que tirado de la cureña un animal. Gracias a eso pudo liberalizar las Maxins para las unidades de maniobra en campaña. Otras tres viejas Gatling 3 que andaban perdidas por la isla desde hace años, decidió enviarlas a Puerto Rico.

En definitiva, a principios del 98 si el clima lo permitía -a pesar de lo que parecía un boicot de Madrid en contra de su estrategia-, empezaría la última ofensiva sobre la provincia de Oriente; la cual prometía ser de gran dificultad, ya que la misma Reina le había recomendado en carta personal que se fuera en extremo comedido con las reconcentraciones. El resto de la Isla pasaba a estar bajo el control del Presidente de la Autonomía Gálvez y del Gobernador Civil Blanco.




1 De las cañoneras “Lealtad” y “Intrépida”, otras dos del “Legazpi”. Como había a mayores dos ametralladoras de 25 mm sobrantes, se montarían en buques de guerra del apostadero sustituyendo a otras tantas de 11 mm que se adjudicarían a tierra.

2 A partir de 1872 con ocasión de las guerras carlistas se habían adquirido unas tres docenas (14 fabricadas en Oviedo) de ametralladoras Montigny de 11 mm y 37 cañones montadas en cureña de campaña. En 1875 se compraron dos máquinas suecas Helge Palmerate. En 1897 la mayoría estaba almacenada en parque o emplazadas en fortificaciones. Además de las de Cuba se enviaron 4 Filipinas y otras tantas a Puerto Rico; quedando el resto, medianamente útiles para el Ejército de Operaciones de la península cuando se constituyera con ocasión de la guerra.

3 Compradas en 1873.

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CAPÍTULO XL

EL FIN DE UN REINO. Honolulu. 2 de Diciembre de 1897.

Don Cesar Montero de Gascayana era en la teoría un joven y rico filántropo colombiano que había llegado hace tan sólo unos días procedente de Tokio en el vapor de la Canadian Pacific “Empress of China”.

El motivo del viaje: el estudio de las costumbres y modo de vida de los habitantes nativos del archipiélago; lo que formaba parte de otro trabajo etnográfico más amplio, el cual trataba de compendiar el conocimiento de todas las culturas de las tribus aborígenes del Pacífico y que era llevado a cabo para la Universidad de Bogotá por el excéntrico personaje en cuestión.

El pasaporte era auténtico y el caballero resultaba de lo menos sospechoso. De esta manera y tras recibir el pertinente salvoconducto del Comité de Salud Pública del autoproclamado presidente Dole, no tuvo dificultad para moverse con cierta libertad por Honolulu y entrevistarse con personas de relevancia local.

Tampoco pareció sospechoso que acudiera a ver y se hiciese acompañar por Mr. Andrés Avelino, un aventurero de la misma nacionalidad, quien por extraños avatares del destino había llegado a ser el jefe de la Guardia Real del Palacio de Iolani. Como por esas fechas, la semi depuesta Reina se encontraba de viaje por los EEUU, el verdadero colombiano podía permitirse el lujo dedicarse a otras ocupaciones.

Fue así como entró en el patriótico periódico bilingüe “Ke Aloha Aina”

Andrés Avelino “Aloha missis Emma, demasiado tiempo sin vernos”

A la viuda del difunto artista y ex-canciller Joseph Nawahi, no le caía bien aquél mercenario ascendido a noble por sus nupcias con una aristócrata local. Reconocía el valor del fornido sudamericano y su lealtad a la Reina, pero no era de los suyos.

Emma “Aloha Andrés, se me hace raro verte por aquí con el señor Montero.”

Don César se quitó el sombrero panamá a efectos de saludo, no pudiendo evitar un gesto de asombro en su rostro por las palabras de la señora de mediana edad y rasgos nativos.

Emma “No se sorprenda mister Montero, en el archipiélago no llegamos a los 100.000 habitantes y una periodista conoce enseguida todos los chismes.”

Andrés Avelino “Emma sé que no te gusto, pero antes de nada te ruego que leas este escrito”

El colombiano extrajo con dificultad de su elegante chaqueta un sobre. La tara física le venía sobrevenida por la pérdida de una mano a consecuencias de las heridas recibidas por arma de fuego al defender a la familia Real en una sublevación militar hace unos años.

Emma tomó la carta y la leyó:

“Hotel Albemarle, New YorK.
Mi muy respetado Mr Andrés Avelino
En nombre de su Majestad me dirijo a su Excelencia para que en honor a la vieja amistad que nos une y por amor a la Patria, atienda a la persona portadora del documento con la máxima lealtad.

A continuación y para darle autenticidad al escrito, recordaba algunas vivencias pasadas en el Palacio Real de Iolani. Le daba también una serie de instrucciones para él y otras personas.

Firma: Joseph Helelohe, Secretario Personal de Su Majestad La Reina Lilia-o-Kalani.
Dado en Nueva York 24 de Julio de 1897 “

Emma “Esto es otra cosa, acompáñenme por favor.”

Entraron en un pequeño despacho, ofreciendo la anfitriona asiento al joven de aspecto latino y impecablemente vestido, sentándose igualmente Avelino sin invitación alguna.

“Mi nombre es Lucas Pena y soy agente del gobierno español. Compañeros de mi Servicio han contactado con su Reina en los Estados Unidos y llegado a importantes acuerdos.
>> Su país y el mío tienen un enemigo común, los Estados Unidos de Norteamérica. En los próximos meses los yanquis planean dos importantes operaciones simultáneas: el desalojo de España de sus posesiones ultramarinas y la anexión de Hawai.
>> Se ha decidido con el beneplácito de la Reina, que cuando los Estados Unidos ataquen a España, los hawaianos se revelarán ante la infame República de Sanford Dole 1 e impidan la anexión que el Presidente McKimley se propone. Intentado de esta manera que tengan que hacer frente a dos problemas a la vez.”


Emma “Mr Lucas, por qué nos hemos de fiar de la imperialista España y que nos darán ustedes a nosotros.”

Lucas “Porque me estoy poniendo en sus manos; no obstante, su confianza se debe basar en los comunes intereses y en la falta de voluntad de un país como el mío, consciente de sus limitaciones, para llevar a cabo la anexión de este archipiélago. Cosa que tampoco por otra parte nos permitirían las potencias europeas.
>> Le ofrecemos armas gratis -provenientes la mayoría de las incautadas a los rebeldes filipinos-, dinero para la sublevación y apoyo diplomático, reconociendo una embajada hawaina en Madrid. No tienen elección, si no se sublevan se consumará su absorción por parte de un Estado cuyos ciudadanos consideran inferiores a todos los que son de diferente color de piel como ustedes.”

Emma “¿Qué quieren que haga yo?”

Lucas “Según las instrucciones provenientes de los Estados Unidos que me ponga en contacto con General Robert Wilcox, y que éste en coordinación con el señor Andrés Avelino preparen el levantamiento.”

Emma “Les aviso que ustedes están en libertad estrechamente vigilada y que será difícil el contacto, deberemos asumir importantes riesgos.
>>Otra cosa, ¿sabe usted que Robert Wilcox es republicano?”

Lucas “A lo primero le diré que los riesgos forman parte de mi oficio.”

Andrés Avelino “En cuanto al segundo de los aspectos, la Reina tiene un preacuerdo con Mr Wilcox que data de la rebelión del 95, en la que el General subordinaba sus aspiraciones republicanas a la lucha contra la anexión norteamericana.”

Emma “¿Cuál quiere que sea el siguiente paso que demos?”

Lucas “Que me lleve a una ceremonia tradicional de lo que sea, debemos dar contenido a mi cuartada de rico investigador despreocupado.”




1 Líder de los colonos de raza blanca, fundamentalmente norteamericanos

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CAPÍTULO XLI

GESTIONES EN LOS EEUU. Del 6 diciembre 1897 al 16 de febrero 1898.

Entrevista Mckinley-Canalejas. La Casa Blanca, Washington. 6 de diciembre de 1897.

“Le agradezco Señor Presidente que me haya recibido tan rápidamente”

Dicho esto, estornudó. Don José Canalejas tenía la piel del rostro quemada por el sol de Cuba; los días de campaña habían hecho mella en él, también había perdido bastante peso.

“Parece usted agotado señor Canalejas. Me han dicho que viene de Cuba y que ha combatido a los rebeldes personalmente como soldado.”. Comentó Mckinley con admiración

Canalejas modestamente se disculpó “No tiene importancia, creo que es obligado para cualquier español, máxime si después ha de tomar decisiones sobre asuntos vinculados con el conflicto.”

Mckinley “¿Y que novedades me puede dar sobre la marcha de la guerra?”

Canalejas “Señor Presidente, he de informar antes a las autoridades españolas, pero le puedo anticipar que al levantamiento no le queda mucha vida. Militarmente están destrozados y políticamente muy mermados.”

Mckinley “Los informes del Cónsul Lee 1 no son coincidentes con lo que me está diciendo. El considera que el estado general de Cuba es de máxima agitación y que los intereses norteamericanos están en peligro.”

Canalejas. “Señor Presidente voy a empezar por el principio. El motivo de mi visita a la Casa Blanca, es que siguiendo la instrucciones de mi Presidente -el señor Sagasta- debo plantearle la necesidad de darle una última oportunidad a la paz entre nuestros países.”

Mckinley “Yo siempre he querido la paz con España, no se me ha pasado por la cabeza una declaración de guerra. En ese sentido, he dado instrucciones a nuestro Embajador en Madrid, General Woodford.
>> Cosa diferente es que no me agraden todas las actuaciones españolas en el Caribe, como son la crueldad de Weyler o la incapacidad de sus autoridades para mantener la estabilidad en la isla; cosa esta última, que pone en riesgo no sólo los enormes intereses económicos que muchos ciudadanos americanos tienen allí, sino incluso hasta su propia integridad física”

Canalejas “Señor Presidente, yo personalmente era contrario a esta entrevista, ya que de ella se puede deducir una muestra de debilidad del Gobierno español en el momento que más fuertes nos encontramos militar y políticamente. Fue el señor Sagasta quien insistió en ella, basándose en la aparentemente buena predisposición del embajador Woodford, actitud que se interpreta en Madrid como un gesto de buena voluntad hacia nosotros por parte de su Administración.
>>Por lo contrario, hay muchos norteamericanos que desean apropiarse de nuestras posesiones en el Caribe y también de otras en Asia, me temo que algunos son miembros de su Gobierno.
>>Todos ellos le dan a usted información adulterada, la situación en Cuba es infinitamente mejor que en el 95. Los rebeldes militarmente están arrinconados y políticamente se han hecho enormes concesiones.
>>Los intereses de sus ciudadanos están garantizados, aunque algunos políticos y la prensa amarilla se empeñe en decir lo contrario.”

Mckinley “Sus palabras resultan ofensivas, ¿me considera usted tan estúpido, como para nombrar miembros de la administración que me quieran llevar por el camino equivocado?”

Canalejas “Yo no he dicho eso. Pero es incuestionable que los EEUU se entrometen constantemente en asuntos internos de España y que muchos en mi país consideran eso intolerable, presionando al Gobierno para que tome medidas más drásticas en contra del suyo.
>> Mi Presidente sabe que eso nos puede llevar a una guerra, pero también conoce que muchos de los provocadores nos quieren llevar a esa confrontación armada a cosa hecha. Debiera pensar que en su país también existen personas con intereses espurios diferentes a los legítimos de su Gobierno que desean una guerra abierta con España.”

Mckinley “Váyase usted tranquilo, yo tengo la situación perfectamente controlada.”

Canalejas “Estaríamos mucho más tranquilos si firmaros un nuevo convenio de paz y amistad formal entre ambos países que estuviera por encima de las apetencias particulares de los individuos.”

Mckinley “No le digo yo que eso no sería aconsejable, pero no se puede hacer de la noche a la mañana, necesitaría de la aprobación del Senado y para ello primero deben arreglar definitivamente lo de Cuba.”

La Junta Cubana de Nueva York. 10 de Diciembre.

Una persona de aspecto sajón no llamaba la atención en Nueva York, ni tan siquiera en un lugar tan latino como la sede de la Junta cubana.
Actitud más desconfiada adoptaron los presentes cuando sonó una voz portadora de un grave acento español.

“Buenos días, ¿Don Horatio Rubens, por favor?”

“¿Con quién tenemos el gusto?”

“Alejandro Osborne, traigo una carta para él desde Madrid.”

“Don Horatio esta en Washington. Si le sirvo yo, me llamo Gonzalo de Quesada.”

Habló un hombre propietario de una gran frente despejada y que esgrimía un enorme bigote puntiagudo.

Osborne “Más que valerme es un alto honor conocer a un amigo personal de Martí y a un héroe de la revolución al mismo tiempo.”

Quesada “En cuanto a lo primero, fue un privilegio para mí. En lo referente a héroe revolucionario siento decepcionarle, nunca he cabalgado en la manigua ni esgrimido un machete.”

Osborne no respondió, pero le entregó la carta de presentación que portaba.

Quesada “Bien sus referencias son inmejorables ¿en que puedo ayudarle?”

Osborne “Más bien en que puedo ayudarles yo a ustedes. Pero antes de ello deben convencerme de que sirvo a una causa justa.
>>Me explicaré: soy militar y trabajo en Presidencia del Gobierno español, por lo tanto tengo acceso a algunos datos que son de su máximo interés.

Brevemente Alejandro relató a Quesada los pormenores de sus actividades en España y el motivo de su viaje oficial a los Estados Unidos, que no era otro que acompañar al señor Canalejas como secretario y visitar unos astilleros.
>>Ahora bien, no me consideré ningún traidor, únicamente quiero la libertad y democracia para España. La pérdida de Cuba sin duda desembocaría en la caída de la monarquía y por efecto dominó de todo el sistema corrupto de poder establecido en mi país.
>>Una vez dicho lo anterior, no quiero ningún contacto con los norteamericanos, ya que pienso que son cuanto menos tan malvados como las autoridades españolas.”

Quesada. “Seguro que nos podría ayudar, quedaremos más tarde, ahora debo acompañar a estos dos señores a una importante entrevista.”

Osborne “Es de vital importancia que usted me escuche ahora.”

Uno de los que salía -quien había escuchado parte de la conservación- se dirigió a Quesada “Atiende a este joven y te reúnes con nosotros en el periódico después.”
Dicho esto las dos personas abandonaron el local.

Quesada “Aparte de sus referencias, es usted un hermano francmason; sin embargo, no puedo ponerme en sus manos sin más.”

Osborne “Le daré una información muy valiosa a modo de fianza.
>> En Presidencia conocemos que en la sede del Almirantazgo hay al menos un traidor, pero como no sabemos quién es exactamente, en breve removeremos la mayoría de los destinos, quedándose ustedes o los yanquis en consecuencia sin la información que antes conseguían por ese medio.”

Quesada “Puede ser que nuestra organización en España sepa algo de eso, pero debe ser cosa de los norteamericanos y me ha dicho que no quiere tratos con ellos.”

Osborne “Tratos directos no; ahora bien, entiendo que para la independencia de Cuba deban aprovecharse de su poder. En este caso les pueden vender el favor en cuanto se queden sin agentes en el Almirantazgo, diciéndoles que ustedes tienen a alguien allí a su servicio para sustituirlo. Yo mismo les seguiré proporcionando información a los yanquis, siempre a través de ustedes.”

Quesada “De todas maneras parece que esa hipótesis no es inmediata.”

Osborne “No, pero tampoco a largo plazo. Le voy a dar otro adelanto y después deberá usted convencerme que su causa es la mía y que además es justa o sino me voy por donde he venido. Al fin y al cabo me estoy jugando el pescuezo por nada.
>>Tengo conocimiento que los líderes del Partido Revolucionario cubano están en peligro, deben ustedes tomar precauciones. Por ejemplo: abstenerse de ir sin escolta a sitios públicos, como esas dos personas que abandonaron el local hace poco y se me antoja que eran importantes. Pueden sufrir algún atentado por parte de agentes que trabajen para el Gobierno español.”

Quesada “¿No saben quienes eran? Pues nada más y nada menos que nuestro futuro Presidente don Tomás Estrada Palma y el tesorero del Partido Bejamín Guerra.
>>Ahora le adoctrinaré brevemente sobre nuestra revolución, mi olfato me dice que nos será de gran ayuda.”

Entrada del diario World. Diez minutos más tarde.

El coche de alquiler se detuvo delante del vestíbulo principal del “World”. Benjamín Guerra se apeó apresuradamente, llegaban algo tarde a la entrevista con Pulitzer.

Los testigos que pasaban por allí, dijeron más tarde que a don Tomás Estrada tuvo que darle tiempo a ver como dos hombres de aspecto latino, pelo grasiento y traje oscuro listado se acercaban a su carruaje arrojando una bomba tipo Orsini por la ventanilla. Después nada más que un sonido ensordecedor y mucha sangre.

Tomás Estrada no sería el primer Presidente cubano y Bejamín Guerra era dudoso que saliera con vida de aquello.




1 Cónsul en La Habana

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(continua capítulo XLI)

La Casa Blanca. Washington 15 de Diciembre de 1898.

Mckinley “Espero que tengan ustedes razones suficientes para querer darme estos informes en mano. Es totalmente irregular que los ayudantes de dos Secretarios de Estado se entrevisten conmigo sin haberme avisado ellos primero.”

Mckinley hablaba sentado detrás de la mesa de su despacho y los dos jóvenes permanecían de pie.

T.Roosevelt “Disculpe Señor Presidente, pero es que nuestros jefes no están muy bien de salud, por lo cual sabemos que hace días que no despachan con usted personalmente. Una cosa es leer nuestros informes, otra diferente conocer el espíritu de los mismos.”

Mckinley “En fin, entren en materia.”

T.Roosevelt “Tanto Mr. Day como yo mismo, le podemos asegurar que la situación política en Cuba es de la máxima inestabilidad y que los métodos empleados por el Carnicero Weyler son cada vez más despiadados. Aquí está el último informe del Cónsul Lee que lo atestigua.
>>Por eso nuestro principal representante diplomático en la isla, solicita en el mismo que algún barco de la flota esté preparado para visitar La Habana y otras ciudades cubanas, con la finalidad de proteger la vida y las haciendas de los ciudadanos norteamericanos.
>> Nosotros creemos que se debe acceder a ello, imagínese que ocurra algo y que después se sepa por la prensa que la petición formal del Cónsul no fue atendida.
>>Tambien sabemos que ese enviado especial del Presidente español, Mr Canalejas, anda por ahí buscando apoyos para firmar un tratado de amistad; por cierto, coincidiendo su estancia con el atentado contra Estrada.
>> Señor eso es una trampa, España lo único que busca es tiempo. Sickles y Dyers informan desde Madrid que sus programas navales han sido un fracaso. Todo lo más tienen operativos tres o cuatro cruceros mediocres, un acorazado antiguo y un crucero protegido con la artillería principal a medio montar, lo demás es chatarra. En tierra, las defensas costeras -especialmente en Filipinas- permanecen sin instalar y su Ejército esta enfermo, cansado y desmoralizado.
>>Eso sí, la situación puede mejorar en uno o dos años y entonces perder la ventaja que actualmente tenemos.”

Mckinley “¿Usted que dice Day?”

Day “Yo suscribo al cien por cien las palabras de Teddy.”

Brooklyn. 20 de Diciembre de 1897.

Alejandro Osborne y Ramón de Carranza leían sendos diarios en inglés sentados en los sillones del vestíbulo de aquél discreto hotelito situado en las cercanías del gran puente.

En el “Journal”, Quesada afirmaba que el atentado contra don Tomás Estrada era obra de los servicios secretos españoles, que él mismo se había librado casualmente gracias a un amigo del que no podía dar el nombre y quien le había puesto sobre aviso de las aviesas intenciones de aquellos.

Un estornudo les hizo levantar la vista de los tabloides.

Osborne “¡Jesús!… don José, ¿esta usted resfriado?”

Canalejas “Gracias, el cambio de temperatura ha sido muy brusco de Cuba a aquí.
El Comisario político del Protocolo acababa de llegar a donde estaban los agentes españoles acompañado por una tercera persona.
>>Por si no se conocen, les presentó al señor Dubosc. El es el Secretario de la Embajada en Washington y me ha traído una carta del Embajador con no muy buenas noticias.”

Don José Canalejas estaba alojado en otro hotel de superior categoría; pero habían quedado en el de Osborne, en donde sin duda pasarían más desapercibidos.

Osborne “Disculpen, yo igualmente les presento al Teniente don Ramón de Carranza, en teoría me auxilia en las visita a los Arsenales americanos; la verdad, es que sustituirá a Sobral como enlace de la Oficina en los EEUU. Don José a pesar de su reconocida eficiencia está ya muy quemado, le vamos a enviar a Canadá y Méjico para que vaya preparando estaciones alternativas en caso de necesidad.
>>Disculpe de nuevo ¿que me decía de la carta del Embajador?

Canalejas “En la carta el señor Dupuy dice entre otra cosas y leo textualmente: “Mckinley es débil y populachero, un politicastro que quiere mantenerse abierto a todas las alternativas y quedar bien con los patrioteros de su partido…..””

Dubosc. “La Embajada sabe que después de la entrevista con usted y la exposición de buenas intenciones por parte del Presidente, éste ha recibido a los halcones de su administración. Ellos quieren convencerle para que los EEUU intervengan en Cuba lo más en breve posible, para ello arguyen la debilidad de España y sus malas intenciones”

Canalejas “Hasta cierto punto que piensen que España esta más débil de lo que realmente es, entra en lo lógico y se debe al éxito del Protocolo Santiago. Llevamos tres años falseando datos para que los yanquis no conocieran con exactitud que nos estábamos rearmando y claro han terminado por creérselo. Que ahora esto no sirva para los que quieren dar marcha atrás a lo primeramente pactado, es otra cosa diferente.”

Dubosc. “Bueno, en verdad se han juntado el hambre con las ganas de comer. A nuestros falsos informes se unen los adulterados por Roosevelt y sus secuaces que quieren llevar a los EEUU a una guerra inmediata y para ello señalan la debilidad de España.”

R de Carranza “Yo como soy nuevo aquí, no me acabo de enterar de que es lo que quieren los americanos.”

Dubosc “Es que es muy complicado de comprender mi nuevo amigo, no debe avergonzarse por no saberlo interpretar. En definitiva, todos los yanquis quieren lo mismo: dominar el Caribe como un lago interior y tener una plataforma desde donde puedan proyectarse sobre Asia.
>>El debate interno es el camino a seguir. Los políticos asentados, quieren hacerlo prudentemente, pretenden que España se desgaste y Cuba caiga como una fruta madura. Tienen miedo a fracasar en un intento cruento y pegarse un batacazo, al considerar que ni su Marina ni mucho menos su Ejército están todavía preparados. Tampoco confían en los revolucionarios separatistas -bien sean mambises o tagalos- y quieren que el Ejército español los debilite al tiempo que se desgasta a sí mismo.
>>En el otro bando, la generación de jóvenes políticos apoyados por la prensa amarilla y los grandes financieros, pretenden obtener los frutos de sus inversiones a la mayor brevedad posible. Los primeros por ambición, el éxito será el suyo; Hearst y Pulitzer quieren vender cuantos más periódicos mejor, aunque para ello tengan que poner la guerra ellos mismos; los banqueros, azucareros, accionistas de telefonía o ferrocarriles etc…, desean que cuanto antes se les devuelva con creces los réditos de sus inversiones, fundamentalmente en especias mediante concesiones. Hay que tener en cuenta que quienes les deben el dinero son los revolucionarios actuales y como los consideran más corruptibles que a un presunto gobernador yanqui, prefieren que sean ellos quien gobierne para poder manejarlos; por lo tanto, ha de ser ahora, antes que el Ejército español los aplaste totalmente. Para resumir los intereses son múltiples y están todos conectados.”

Canalejas “O McKinley, Sherman y Long son excesivamente tontos y están en Babia, o son demasiados listos y quieren que la gresca parezca que la lían otros.
>> ¿Es que no se enteran que les están manejando? Y además, cuando se lo decimos nosotros, pues claro, piensan que es un sibilino intento de indisponerlos en contra de sus leales y eficientes subordinados.”

Osborne. “Se me ocurre que podríamos proporcionarles esa información de manera que aparentemente resulte negativa para España y entonces la den por buena.”

Dubocs “No le entiendo.”

Osborne “Imagínese que hacemos llegar a manos americanas un documento que en principio perjudica a España, pero que pone en evidencia las oscuras intenciones de los colaboradores del Presidente y de otras personas, a lo mejor se lo creen.”

Canalejas “¿Qué documento puede ser ese?”

Osborne “La misma carta del Embajador que nos ha leído don José. Nadie podría creerse que el señor Dupuy quisiera que la llegase a conocer el mismo Presidente Mckinley, estaría obligado a dimitir por haberla escrito.”

Dubosc “Sólo estaré de acuerdo si don Enrique Dupuy consintiera. Yo le debo mi lealtad y todo caso tengo que informarle; aunque conociendo de su patriotismo, si considera que es bueno para España lo aceptará. Lo que dudo es si Mckinley lo entenderá o lo querrá entender.”

Canalejas “En todo caso que más da. Sagasta ha querido dar una oportunidad a la Paz en contra de lo pactado en el Protocolo Santiago y nosotros la estamos llevando a cabo con la mayor lealtad, a pesar de que personalmente soy contrario a ella. Sólo pueden pasar dos cosas: que Mckinley se la crea y cese a sus colaboradores, con lo que habremos logrado nuestro objetivo; o que no se lo crea, y entonces se la tomará como un insulto personal, subiendo así la tensión para un futuro conflicto.
>>La crisis si ha de desembocar en una guerra, nos conviene que sea ahora y no dentro de dos o tres años, tal y como estaba previsto en el Protocolo desde un principio.
>> En eso nos viene bien la precipitación proporcionada por la ambición de los jingoístas y la angustiada sensación de supervivencia por parte de los revolucionarios cubanos.”

R.Carranza “¿Cómo piensan hacer llegar esos documentos al enemigo?”

Osborne “No se preocupen, yo tengo la solución. Después del atentado a Estrada, Quesada cree que me debe en parte su vida y confía en mí. Yo le ofreceré infiltrar a alguien a nuestro servicio.
¿No necesitará usted por casualidad don José a un secretario cuando vuelva a La Habana?”

Alejandro pidió disculpas diciendo tener que atender un asunto importante en Mahantan y se despidió. El asunto se llamaba Martha Moore, hermana del colega británico de Osborne -James Moore-, quien casualmente estaba en visita de ocio por Nueva York -incitada secretamente por Osborne-. Lo peor sería como librarse de la carabina de su madre, bueno utilizaría del poder de todos sus encantos para cautivarla a ella tambien.

Redacción de Patria, órgano de prensa de la Junta Cubana, Nueva York. 16 de Enero de 1898.

“Capitán Barlett es un honor recibirle en nuestra humilde sede.”

Era sumamente extrañó que el segundo jefe de la ONI 1 apareciese por allí.

“Mr Quesada el placer es mío, pero me temo que esta visita no es de pura cortesía.”

“Usted dirá Capitán”

“El día 14 del presente, el Cónsul Lee ha solicitado oficialmente al Gobierno la presencia a finales de este mes de un par de buques de guerra norteamericanos en puertos cubanos.
>>A los españoles no se les dirá nada oficialmente para que así no tengan tiempo a reaccionar preparando el recibimiento o le nieguen la entrada. El Presidente demorará la orden hasta última hora y sólo una vez nuestros buques salgan para los puertos cubanos se anunciarán las visitas como de cortesía. Poniendo como disculpa una serie incidentes habidos en su Isla y que ponen en peligro los intereses norteamericanos.
>>Si las cosas salen como pensamos, el día 25 de Febrero, el acorazado de segunda clase “USS Maine” hará acto de presencia en el puerto de la Habana.
>>El Presidente Mckinley ha insinuado que no tenía pretexto para empezar una guerra contra España y que si alguien la quería, debía proporcionarle una excusa.
>>Aunque el argumento que pretendemos no será el definitivo, sí será una nueva vuelta de rosca para aumentar la presión.
>>Así de esta manera, nos proponemos llevar a cabo un pequeño sabotaje contra nuestra nave una vez esté dentro del puerto de La Habana y echar la culpa a la falta de control por parte de las autoridades españolas de las Antillas.
>>El atentado tendría dos partes. La primera consistiría en una explosión controlada desde el interior del buque preparada por agentes de la tripulación a nuestro servicio. Posiblemente haya alguna baja, aunque será de personal que denominamos prescindible y se puede considerar como un daño colateral aceptable.
>>En la segunda parte entran ustedes. El ataque debe parecer exterior y para eso necesitamos que gente suya de La Habana adosen o lancen una segunda carga contra el casco. Los daños principales se producirá desde el interior, pero la comisión designada determinará lo contrario.”

Gonzalo de Quesada no salía de su asombro con la escandalosa propuesta, pero bien pensado podía resultar útil. “Si usted me pinchara con una aguja ahora mismo no sangraría, además tengo algunas dudas. ¿Por qué nos necesitan a nosotros para el ataque exterior? ¿A que llama usted personal prescindible?.”

Barlett “Personal prescindible son aquellos desechos humanos que prestan servicio en la Navy. Actualmente la mayoría está en la cárcel y serán indultados para el cumplimiento de esta misión: asesinos, violadores, maricones etc…. No voy a negar que muchos de ellos serán negros.
>>Les necesitamos a ustedes para que la acción parezca venir desde fuera. Para que eso fuera realidad y que en una acción incontrolada hubiera alguna victima, la explosión tendría que ser de mayor envergadura; en ese caso, quizás el buque resultará dañado de manera irreparable y posiblemente habría demasiadas bajas no prescindibles.
>>Tenga también en cuenta que a nosotros no nos pueden detener los españoles. Si las cosas salieran mal y se demostrase que los mismos norteamericanos atacamos nuestro propio barco, la ayuda a la independencia de Cuba se habría terminado. Para finalizar, necesitaremos siempre su apoyo humano y material.”

Quesada “Esta bien, yo por mi parte daré el visto bueno. Pero debo confirmar que el presidente de la República Cubana en armas, Bartolomé Masó, apoyará la acción en la isla”

Barlett “Haga lo que quiera, pero debe darse prisa, vamos bastante justos de tiempo. Si necesitan dinero o algún apoyó material, pónganse en contacto con el propietario del Journal, Mr Hearst”.

Fin del Capítulo.

1 Oficina de Inteligencia Naval

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18 Jul 2010 19:47
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com