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 1898. Hasta el último hombre... 
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A Canalejas no era éste el encuentro que realmente le inquietaba; los presidentes de las diputaciones vascongadas en realidad se consideraban españoles, solo querían ser diferentes al resto -lo de Sabino Arana era una anécdota poco seria-. Sus reivindicaciones se basaban en costumbres ancestrales, en un catolicismo integrista y en conservadurismo trasnochado, no eran estos juegos demasiado peligrosos por el momento. Su regionalismo no era nacionalista profundo, ya que no tenían base histórica para ello; sólo el antiguo Reino de Navarra podría haberles dado alguna legitimidad no inventada en ese sentido, pero los testarudos navarros ya les habían manifestado su profunda españolidad y su hecho diferencial de lo vasco. Además en ningún caso iban a compartir a Sancho III el Mayor con ellos.

Otra cosa eran los catalanes, su manifiesto político estaba bien estructurado en las “bases de Manresa” de Almirall y Prat de la Riba. Negaban a España como su Nación y sí la admitían como Estado. Tergiversaban hábilmente la historia con los Condados Catalanes, obviando que eran tributarios de los francos; volvían a hacer lo mismo con el intento de segregación del 1640, olvidándose que se convirtió en una revolución de los segadores contra los oligarcas mismamente catalanes, quienes movidos de “su gran patriotismo” acudieron a los franceses obteniendo como recompensa la perdida del Rosellón y la Cerdaña para siempre; por último, se repetían machaconamente con los Decretos de Nueva Planta, sin mencionar que en aquella ocasión, lucharon por los derechos de un pretendiente al trono de España contra los derechos de otro, con la mala suerte de escoger el bando perdedor. Se declaraban los herederos del Reino de Aragón a través de unos supuestos Países Catalanes, a los cuales a poco que se descuidaran los griegos terminarían por ser anexionados los ducados de Atenas y Neopatria. Las plataformas políticas catalanes a diferencia de las vascas eran auténticamente nacionalistas, de todas formas Canalejas jugaba con la baraja marcada: los catalanes eran los primeros interesados en conservar las posesiones de ultramar y en verdad muchos de sus dirigentes no eran otra cosa que caprichosos niños burgueses a cuyos padres horrorizaba más que a los políticos de Madrid cualquier conato revolucionario. Teniendo en cuenta que el movimiento obrero radical donde más fuerza tenía era en Cataluña, seguro que se conformarían con cesiones parecidas a las de los vascos; máxime en el entendimiento que su principal mercado era el resto de España, donde vendían sus telas de calidad mediana a un precio superior al que se podían adquirir en Francia o en Italia, y ya en aquél entonces la peseta era la peseta.

Esperando la llegada de los Reyes estaban a la entrada y a modo de recepción los Duques de Bailen y los señores de Cánovas, don Antonio y su esposa, la esplendorosa doña Joaquina. De los últimos en llegar y pasar por el trámite del besamanos de la puerta fueron Alejandro Osborne y su preciosa acompañante. La aparición fue espectacular: sí Alejandro de chaqué portando de paisano la laureada en el pecho, atrapaba las miradas de las damas; Belén Luna, por sí sola era el centro de atracción de todo el mundo allá donde fuera. De larga melena azabache y rasgados ojos color esmeralda; emanaba exotismo, glamur y misterio, sus andares eran exquisitamente felinos y su seguridad exultante.

Galindo que fue obligado por el Presidente a desplazarse a San Sebastián, había convocado a sus agentes al evento. A Osborne para que le contase la aventura parisina y darle instrucciones para la nueva misión en Londres, a Lucas porque le tenía reservado un complicado cometido en Portugal y a Belén casi por el puro placer de contemplarla.

Don Segismundo Moret que departía con unos señores de aspecto extranjero, visualizó de lejos a su ahora amigo Osborne y dado lo espectacular de la compañía que traía, puso el mayor de los intereses en que se acercará a su grupo. Alejandro y Belén sin hacerse de rogar demasiado se acercaron al grupo, porque aunque el encuentro pareciese casual estaba meticulosamente preparado.
Moret. “¡Hombre Alejandro y maravillosa compañía, cuanto bueno por aquí!”

Alejandro. “Sí no fuera porque lo conozco diría que se alegra de verme, pero más bien creo que quiere que le presente a mi primita la señorita Belén Luna Osborne.”

Moret. “Es un placer conocerla”

Hicieron los presentes una leve inclinación a modo de saludo que fue correspondida por Belén con delicada elegancia. Hechas las presentaciones, resultaron ser los señores de foránea apariencia Mr Hannis Taylor -Embajador norteamericano en Madrid- y Mr Willians Sims.

Alejandro. “¿Yo a usted lo conozco de Paris?”

Sims con un fuerte acento americano: “En efecto, nos presentaron en Molins Rouge hace más de un mes.”

Alejandro “Claro ya recuerdo, usted era el agregado naval americano en Francia. ¿Cómo por aquí? No me interprete mal, es un placer, sólo tengo curiosidad.”

Sims. “No preocupe con gusto le responderé a un colega, tengo entendido que es usted marino tambien. Pues bien, como no hay por el momento agregado naval en Madrid, yo me ocupo personalmente de los asuntos de la marina americana en España, además de los que tenga en París y San Petersburgo”

Alejandro. “¡Magnífico! quisiera intercambiar información y experiencias de nuestras marinas de guerra respectivas con usted”

Sims. “Estaré encantado, pero creo que vamos a aburrir a la bella señorita. Y a propósito, ya que es su prima y espero que soltera, no tendrá inconveniente en que baile conmigo después de que lleguen los Reyes.”

Alejandro interpeló a Sims mientras cogía de la bandeja que portaba un camarero una copa de vino blanco. “¿No es usted casado o prometido?”

Sims. “¡Ah, ya entiendo! Lo dice por mi acompañante parisina. Solo era una amiga, y no la única.”
Interrumpió la falsa prima que profesionalmente había empezado a coquetear con el uniformado y apuesto oficial americano de ojos claros.

Belén Luna. “Willians ¿me permites llamarte así?, no tienes porque contestarle; desde niño mi primo requiere toda mi atención, creo que a pesar de ser familia tiene celos. Además, la única que puede dar consentimiento para el baile soy yo; y no sólo digo que sí, sino que ordeno que me saques lo antes posible a la pista, no vaya a ser que el pesado de Alejandro arranque a hablar de barquitos.”

La música de fondo cesó repentinamente, unos alabarderos jalonaron el portalón de entrada.
“Sus Majestades, la Reina Regente y su augusto hijo el Rey”. Anunció un uniformado ujier voz en grito. Los presentes se inclinaron, después sonó el Himno Nacional.

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CAPÍTULO XI
MANIOBRAS NAVALES. San Sebastián. 28 de Agosto 1895.

Lucas Pena salió a toda prisa del Hotel Continental en donde se hospedaba. Eran ya las siete de la mañana y si llegaba un poco tarde no encontraría ningún bote que le llevara hasta al acorazado “Pelayo”, el cual permanecía fondeado fuera de la Bahía de la Concha.

Lucas se había trasladado a San Sebastián para recibir instrucciones de Galindo. Debía acompañar al diputado republicano don José María Labra a Lisboa para un asunto de suma importancia. Mientras llegaba el momento de cumplir su cometido, no perdió la oportunidad ni de divertirse ni la de atender a las labores de su otro oficio.

Aprovechó la ocasión el periodista para enviar alguna crónica a Madrid sobre la feria de la Semana Grande. En el coso de Atocha habían toreado Mazzantini, el Bomba o una figura como Guerrita; aunque para un purista como él, la Fiesta Nacional había perdido mucho interés con la retirada de Frascuelo y el Lagartijo.

En otro sentido y con motivo del veraneo de los Reyes, la Escuadra de Instrucción se había concentrado en las aguas del Cantábrico, siendo esta ocasión ideal para unas maniobras y oportunidad de redacción en la segunda especialidad de nuestro periodista.

Estaban alistados en las aguas del Golfo de Vizcaya, además del acorazado “Pelayo” -buque insignia del contralmirante Bermejo, quien a la sazón era Jefe de la Escuadra de Instrucción-, los cruceros acorazados “Infanta Mª Teresa”, “Vizcaya” y “Oquendo”, el crucero protegido “Alfonso XIII” y el cañonero de 1ª “Marqués de la Ensenada”; también les acompañaban algunos torpederos y el cazatorpedero “Destructor”, en el cual embarcarían los Reyes. El resto de la Escuadra se concentraba todavía en los astilleros terminándose, modernizándose o modificándose. Los buques mencionados eran todo lo que España podía presentar para un combate en aquella fecha y aún así los grandes estaban pendientes de importantes reformas que afrontarían en breve.

Embarcó Lucas desde el muelle del Club Náutico a bordo de una chalana que había de trasladarle hasta su barco de guerra. Acto seguido zarpó hacia el abra de la bahía, una vez hubo dejado atrás la estrecha boca del pequeño puerto pesquero -la cual por cierto con la marejada que había no era el mejor sitio para maniobrar a poca velocidad-, comenzó a ver enseguida detrás de la isla de Santa Clara la negra mole del Pelayo, de cuya cubierta principal sobresalían dos altos mástiles con una gran cofa en el tercio superior. La maciza estructura del buque imponía más respeto a medida que se iban acercando a él, haciéndole sentirse a uno mismo cada vez más minúsculo. Destacaban las blancas torres de la artillería gruesa y sus piezas, el tamaño de las segundas parecía desproporcionado incluso paro barco tan grande. Los seis oscuros tubos de los cañones de la batería media asomaban por las portas de la banda de estribor, eran los Hontorias de 120 mm; los cuales, pronto, serían sustituidos por otros más potentes y modernos. Pasó cercano al blasonado balconcillo de la popa y se abarloó al costado del buque, acto seguido miró hacia arriba impresionado por el largo trecho a recorrer hasta la cubierta por los dos tramos de escala que por allí se descolgaban.

Su vestimenta era cómoda, pero guardando cierta formalidad, ya que no quería desentonar de la nuestros marinos; sin embargo, no estaba totalmente relajado, puesto que aunque especialista en crónicas navales como decía de él Alejandro “Lucas era un marinero de agua dulce, porque embarcar había embarcado bien poco”. Lucas -que era más amigo de arsenales, muelles y planos de barcos que de la alta mar- había obtenido fácil permiso para observar desde la primera línea las maniobras, no por su condición de profesional de la prensa sino en la de agente de Presidencia del Gobierno. Una vez a bordo, actuaría como del primer oficio se tratase delante de todos.

En cubierta le esperaban los alféreces Jesús Uriarte y Gabriel McDowell, ambos embutidos en su inmaculado uniforme azul y coronados por una pequeña gorra de plato con forro blanco. A los dos jóvenes oficiales los había conocido en la fiesta del Aiete, al finalizar ésta y en compañía de Alejandro -una vez desaparecida Belén con el marino yanqui- se habían corrido una tremenda juerga nocturna. Sus nuevos camaradas no formaban parte de la dotación del acorazado, Jesús pertenecía al crucero acorazado “Cardenal Cisneros” y Gabriel al protegido “Lepanto”. El primero de los buques estaba armándose en El Ferrol y el segundo permanecía en el dique flotante de Cartagena donde le iban a instalar una nueva maquinaria que acababa de llegar del Reino Unido. En consecuencia y con la finalidad de adquirir experiencia los habían comisionado para que presenciaran las maniobras.
Jesús y Gabriel venían de dos tradicionales familias de marinos de guerra, una y otra habían obtenido la victoria en Lepanto y sufrido la muerte en Trafalgar. El jerezano Jesús Uriarte y Valdés era hijo de un Contralmirante veterano de la campaña del Pacífico y el padre del ferrolano Gabriel ejercía de Comandante de Marina en una pequeña ciudad portuaria. Sus vidas como guardia marinas habían finalizado en Junio, ahora llenos de felicidad y energía estaban preparados y ansiosos de asumir nuevas responsabilidades.

“Buenos días Lucas. Nos vamos a mover algo con este gallego frescachón, espero que no te marees” Jesús Uriarte.

“Seguro que cuando yo me hallé almorzando con tu Comandante, vosotros grumetes de pacotillas estaréis echando la bilis por la borda” Lucas.

Con estas y otras bromas se dirigieron a la Cámara de Oficiales para desayunar. Allí pudo presenciar un incidente que le dejó perplejo a él y un tanto avergonzados a sus anfitriones. Un Teniente de Navío y un Maquinista Mayor de 1ª clase discutían -más que acaloradamente- acerca si el segundo de ellos tenía derecho a permanecer en la citada cámara de oficiales una vez concluido el almuerzo propiamente dicho; al parecer tenía razón el de máquinas, pero el sólo hecho de esa discusión entre dos camaradas del mismo buque era absurda y denigrante.

Una vez hubo terminado el desayuno, fue acompañado por sus anfitriones al voladizo del puente, atravesando para tal fin parte de la cubierta principal y teniendo entonces ocasión de contemplar la gran actividad desarrollada en la misma. Dirigidos por los contramaestres unos cuantos marineros descalzos y con las perneras de los blancos calzones subidos hasta las pantorrillas, daban los últimos retoques baldeando el forro de madera y bruñendo los brillantes candeleros.
Ya en los alerones del puente, había varios oficiales cambiando impresiones, muchos esgrimían binoculares o catalejos y algún cronómetro marino de procedencia normalmente inglesa. Dedujo Lucas que pocos de aquellos habían de ser de la propia dotación del buque sino invitados, pues los primeros debían andar enzarzados con el zafarrancho que se avecinaba en los diferentes lugares de control, gobierno y combate del acorazado: baterías, máquinas y puestos de mando.
Su privilegiado observatorio tenía el inconveniente de encontrarse entre las dos grandes chimeneas del navío, habiendo según la dirección del viento algo de carbonilla en suspensión que se sumaba al consabido humo, lo cual dificultaba la visión levemente. No obstante, Lucas empezaba a disfrutar sin agobios de la sensación de frescor que proporcionaba brisa marina azotándole la cara, del fuerte olor a salitre bajo el plomizo cielo norteño y del paisaje que representaba la oscura masa verde de agua del Cantábrico con borreguillos blancos de espuma destacando sobre las pequeñas olas que se estrellaban contra la colosal estructura del “Pelayo”.

Mientras esperaban la llegada del Almirante se entretuvo en admirar las distintas uniformidades de los marinos. Para oficiales: pantalones rectos y levita corta cerrada de doble abotonadura dorada. El paño era de un tono azul prusia que contrastaba con el blanco de los puños y cuellos de las camisas, los cuales sobresalían exageradamente de las mangas y de los respectivos cuellos de los uniformes. Se tocaban las cabezas con gorras de plato no muy grandes de forma casi redonda, forradas en lo alto de blanco y rematadas por unas pequeñas viseras negras algo inclinadas hacia abajo. Los que formaban parte de la dotación, normalmente, portaban correajes de cuero negro y ceñían sables de marina, colgando de su cuello elegantes golas doradas.

Condestables y contramaestres vestían parecido a sus superiores, aunque los paños y hechuras solían ser de menor calidad. Los cabos de mar y de cañón se enfundaban en rústicos blusones de marineros del siempre presente color azul, pañuelo anudado a la garganta con caída a la espalda y la gorra al uso -similar al posterior tipo Lepanto, aunque sin su rigidez, levantándose menos de la cabeza y tendiendo a veces a aplastarse sobre ella-.

Los marineros mayormente cubrían sus troncos y piernas con los toscos sacos y pantalones blancos de faena para el verano o los trópicos, la gorra era similar a la de los cabos y tambien de color azul -muchos llevaban gorro redondo cuartelero-. La inmensa mayoría terciaba a la espalda los nuevos Maúser o en su defecto los viejos Remington, con cartucheras de cuero y bayoneta adosada al cuerpo por correajes, siendo estos en los infantes de marina dobles en el pecho y en forma de uve a la espalda.

Lo hasta aquí descrito era tan sólo una generalización sobre la variopinta uniformidad que Lucas estaba viendo; además, la reglamentación que la regulaba era sumamente complicada cambiado con el lugar geográfico, la estación del año y hasta con el comandante del buque.

La dotación cubrió pasamanos por estribor, el gallardete del Capitán de Navío Matta se arrió a media driza y se izó la insignia del Jefe de la Escuadra de Instrucción. Un pequeño marino portando un bastón de mando en su mano izquierda pisó la cubierta del acorazado, saludó a continuación la bandera nacional del asta de popa con una pronunciada reverencia. Por dos veces se grito ¡Viva España!, siendo coreado por la formación a pulmón libre y adornado por la pitada de los contramaestres, por último 13 salvas de cañón. El Contralmirante Bermejo estaba a bordo.

Aquél hombre de pequeña talla y ojos tristes, pasó revista con andar pausado y mirando a los ojos a los componentes del piquete de infantería de marina que con el fusil al hombro le rendía honores. El uniforme de lo infantes -aunque también azul, se parecía más al del Ejército de Tierra, incluso por el ros que como gorro lucían.

El teniente que mandaba la fuerza levantó la empuñadura de su sable hasta la altura de la cabeza, a continuación bajo la toledana inclinándola ligeramente hacia delante, casi hasta tocar con la punta el forro de madera de la cubierta; Bermejo que le daba frente, devolvió el saludo llevándose la mano a la gorra. A partir de ese momento los hechos se sucedieron con rapidez y sin solución de continuidad.

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12 Jul 2010 17:02
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Las enormes anclas se levaron, una vez fueron estibadas, sonaron varias pitadas largas provenientes de la bocina del acorazado a modo de toque de atención, el gigante de 9.900 toneladas de acero dio avante. El “Pelayo” mandado por el Capitán de Navío D. Juan José de La Matta y tripulado por más de 600 hombres era el buque de combate más poderoso de la Armada española en aquellas fechas.

Construido Toulon y entregado a la Armada en el 89. Los 105 metros de eslora del casco eran de acero, su coraza consistía en una faja a lo largo de toda su línea de flotación de planchas tipo Creusot de dos metros y diez centímetros de anchura y hasta 450 mm de espesor, gastaba además una cubierta protectriz de entre 50 y 70 mm. Portaba dos enormes cañones Hontoria de 317 mm, 2 del mismo tipo de 280 mm, 1 de 160 mm, 12 de 120 mm y 20 piezas menores de tiro rápido 1 , amén de 7 tubos lanzatorpedos 2 .

Su velocidad unos 16 nudos, la autonomía no pasaba de las 3.000 millas a consumo económico. Esta última característica, la poca autonomía, era su mayor defecto. Por ello se le cambiarían a partir de Octubre y en Francia las calderas por unas más modernas que permitirían disminuir el consumo y por lo tanto aumentar las millas que podía recorrer sin repostar.

Otra de sus taras era su falta de protección en la batería secundaría 3 . Las 12 piezas de 120mm de los costados y la de 160 de la roda, serían sustituidas por nueve cañones de tiro rápido Schneider-Canet de 140 mm. La nueva batería se protegería con planchas de 70 mm que se compensarían en peso con la pérdida del mismo por la instalación de las nuevas calderas.

A pesar de todo, el orgullo de Marina Española era considerado por muchos un barco desfasado e incapaz de combatir de tú a tú, no sólo ya a los grandes acorazados de las potencias europeas sino que ni tan siquiera a los de tipo medio como los que estaban construyendo la US Navy. Lucas pensaba que ciertamente era algo inferior, pero una vez hechas las modificaciones pertinentes le podía hacer al enemigo un gran daño siendo bien empleado.

El buque era lo suficiente marinero para cortar aquellos borreguillos sin casi inmutarse y pronto alcanzó la velocidad de crucero. Media hora más tarde, empezó a distinguirse al resto de la flota que esperaba unas pocas millas mar adentro.

Los cruceros saludaron a la insignia del “Pelayo”. Una vez cubierto el protocolo, la escuadra en formación regresaría rumbo a costa.
La Reina, a pesar de lo arriesgado de la cuestión, había pedido personalmente al Contralmirante Bermejo que se acercase lo más posible a tierra para que la distinguida ciudadanía de San Sebastián pudiese ver y sentir la potencia del fuego que se iba a desarrollar. No estaba muy convencido de la Real sugerencia el Jefe de la Escuadra; no sólo por el intrínseco peligro de la maniobra que le podía hacer golpear contra algún bajo -habiendo en la zona varios especialmente feos entre San Sebastián y Pasajes-, sino por el hecho que la fuerza no estaba suficientemente instruida y podía hacer el ridículo a la vista del público.

Las cosas ya estaban cambiando, pero hasta hace relativamente poco tiempo, los buques principales sólo se utilizaban como representación en acto solemne fundamentalmente en el extranjero, en lo que se llamaba política de prestigio. Navegar con ocasión diferente o disparar las piezas de artillería eran considerados todo un lujo y un derroche por parte el Almirantazgo español, el cual no se podía permitir. Como se ha dicho las cosas estaban cambiando, los ejercicios de fuego y la navegación con el tiempo llegarían a ser machaconamente habituales. En definitiva, los deseos de la Reina, quien además se creía experta marina, eran órdenes para los demás por lo tanto tocaba cerrarse a tierra.

El ejercicio consistía hacer fuego sobre un blanco móvil a poca velocidad. El objetivo era nada más y nada menos que la fragata acorazada “Sagunto”, de la cual jalaban a bastante distancia un par de grandes remolcadores del puerto de Bilbao contratados para ello al efecto. Los Reyes presenciarían las maniobras desde el famoso cazatorpedero “Destructor“, utilizado en aquellas ocasión a modo de yate real.

La escuadra evolucionó durante toda la mañana y a eso de las doce horas se puso media milla del través de San Sebastián rumbo Oeste. La remolcada “Sagunto” permanecía a unas dos millas a la misma longitud y rumbo; por último, la embarcación Real se encontraba un cuarto de milla a popa del “Pelayo” que cerraba la formación.

Al frente de línea de combate, el crucero acorazado “Infanta María Teresa” que sería el primero en actuar. Desplazaba éste 7.000 toneladas dentro de un bonito casco de acero Siemens pintado de negro que contrastaban con las blancas superestructuras, los ocres de las chimeneas y color metálico de los esbeltos palos militares; los cuales, atravesados por una verga cada uno de ellos justo encima de la alta cofa, les daba forma de cruz. El airoso porte era rematado a proa por unas bonitas filigranas de dorado bronce, las cuales adornaban el blasón de armas que honraba su propio nombre; la popa, tampoco desmerecía con apliques de igual estilo, siendo su motivo central el Escudo Nacional. Los 103 estilizados metros de eslora por casi 20 de manga, contenían dos negros cañones de 280 mm dentro de blancos carapachos sobre la línea de crujía a proa y a popa, otros 10 de 140 mm a los costados y 16 de tiro rápido 4. 2 piezas de desembarco 5 , otras tantas ametralladoras 6 y ocho tubos lanzatorpedos Schwartzkopf de 356 mm con cuatro torpedos por mecanismo completaban el armamento.

Tenía un andar de 20´5 nudos a tiro forzado y 9.700 millas de autonomía a marcha económica. Estaban protegidos por una faja de acero Compound en dos terceras partes de la eslora a la altura de la flotación de 1´67 de ancho y entre 150 a 306 mm de espesor, cubierta protectriz de entre 50 y 76 mm, también cubría las torres y barbetas de la artillería gruesa con blindaje de 250mm. Casi 500 hombres tripulaban estas modernas máquinas.

El “Infanta María Teresa” y sus dos buques gemelos iban a ser sometidos con inmediatez y de manera sucesiva a reformas. Su principal defecto era la artillería secundaria, la cual estaba protegida por unos endebles manteles. La solución prevista era una mejora sobre la actual, pero los sirvientes de esas piezas seguirían corriendo graves peligros frente al fuego enemigo.

Con las modificaciones perderían autonomía y un poco de velocidad a causa del aumento de peso. No ocurriría lo mismo con la potencia de fuego, dado que se cambiarían sus cierres transformando todas las piezas medias a tiro rápido, una vez se solucionaran los problemas que se estaban presentando con el nuevo diseño de las mencionadas partes de los cañones.




1 En la fecha portaba 5 Hotchkiss de 57 mm, 2 Nordenfelt de 42 mm y 13 revólveres Hotchkiss de 37 mm. También llevaba un Hontoria de 9 cm y dos de 7 cm para desembarco. Para la guerra se sustituyeron por 12 Nordenfelt de 57 mm, 5 revólveres Hotchkiss de 37 mm y 5 automáticas maxim del mismo calibre. Los cañones de desembarco pasaron a ser maxim-nordenfelt de 75 mm. El material sobrante pasaría a buques auxiliares.
2 Se reducirían a 3.
3 La principal iba cubierta con acero de hasta 400mm

4 8 Nordenfelt 57 mm y 8 revólveres Hotchkiss 37 mm
5 Hontoria 7 cm carga simultánea
6 Maxim 11 mm

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12 Jul 2010 17:33
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Volviendo a las maniobras, abrió fuego el “Infanta” con sus baterías secundarias de la banda de estribor, sucediendo que al cuarto disparo el cierre experimental de la tercera pieza contando desde proa reventó. El Cabo de cañón recibió de lleno el impacto de los trozos de metal, provocándole espeluznantes mutilaciones, otros dos sirvientes resultaron heridos de diversa consideración; mientras tanto, el Condestable don José Alcázar juraba en hebreo acerca de la tardanza de la Armada en cambiar los obsoletos mecanismos.
Hubo de retirarse de la maniobra el crucero ante el desconcierto de los espectadores, los cuales no sabían lo ocurrido. Los heridos fueron atendidos en el botiquín por el segundo médico don Julio Díaz.

El turno fue para el “Vizcaya” que brioso se puso al través de la “Sagunto” y para el gusto de Lucas demasiado cerca de la costa con la intención de lucirse. Gozaba del privilegio esta nave de tener a prueba un pequeño telémetro tipo Barr que había inventado el CF Bustamante. El TN Ristory calculó la distancia al blanco señalizándola a la batería media y a las grandes piezas de proa y popa, los cabos de cañón graduaron entonces las alzas. El Comandante dio orden de fuego a su segundo, éste la transmitió a través de los tubos acústicos a sus subordinados. Disparó primero una pieza central de 140 mm; al mismo tiempo por las portas desprovistas de cuarteles en la cubierta inferior, los Nordenfelt de seis libras y los revólveres de cinco tubos Hotchkiss 37 mm empezaban a replicar seguido con su característico sonido.

Ese primer disparo de la pieza media no iba muy desencaminado, ya que alcanzó la chimenea de la indefensa fragata, hecho que confirmado fue recibido con cierto júbilo por los sirvientes del cañón -no así por el Segundo, que al no separar la boca del tubo acústico cuando se produjo el disparo, partió los labios y algún que otro diente-.

Aquí se acabo la alegría, porque a continuación y al unísono dispararon con atronador estampido las piezas de 280 mm. Debió ser que el ancla de ese costado estaba mal estibada y por efecto de la vibración producida su cadena se soltó unos metros del freno quedando a la pendura. Como consecuencia de la marejada existente golpeó el casco provocándole un feo desconchón a éste y terminó por soltarse completando su camino lentamente hasta el no muy profundo lecho marino. Al estar entaliganda al arganeo, quedó en principio firme a la cubierta por la cadena, garreado por fondo hasta que debió tropezar en roca y entonces provocó el borneo del buque a estribor. Así de esta manera, como el crucero no había interrumpido la orden de fuego, algunos proyectiles se desviaron hacia el Este y esta vez hicieron blanco. Lo malo fue que el acierto lo practicaron en el crucero “Alfonso XIII”, el cual estando el último de la formación -sin contar el Pelayo- venía ganando la costa al Este del “Vizcaya” y con rumbo Sur para virar al Oeste.

Un proyectil de 36 kilogramos, sin explosionar, cayó en la cubierta de forro de madera del hermoso crucero; produciendo además de un respetable agujero, una lluvia de astillazos que saliendo como pequeñas balas impactaron en las carnes de algunos de los marineros, perdiendo uno de ellos hasta un ojo. Al final la cadena del ancla del “Vizcaya” quebró, quedando la nave liberada. El cúmulo de despropósitos no terminó allí, aunque el resto fueron más discretos.

No se quisieron suspender las maniobras, en las que una hora después del comienzo, la desarmada y sin tripulación fragata “Sagunto” había obtenido la mayor victoria de su corta vida marinera. Causando al menos un muerto y media docena de heridos -alguno grave- a la flota enemiga, sin mencionar los daños materiales.

El “Oquendo” poco pudo disparar y no con mucho acierto, abandonando rápido la formación. Quemaba a modo de prueba carbón nacional del coto del Musel y como este era menos consistente que el de Cardiff, las calderas tenían graves problemas. La transformación practicada en las mismas para que pudieran quemar carbón español, al menos en caso de apuro, estaba resultando un fiasco. Como punto positivo, la experiencia del ejercicio de tiro que sirvió para confirmar lo engorroso que resultaba el municionamiento de las piezas con los sacos de pólvora separados del proyectil. La carga de proyección en los cañones fabricados hasta la fecha se disponía dentro de unos sacos de algodón con pólvora en su interior. En el “Oquendo”, uno de ellos incluso llegó arder antes del disparo por la elevada temperatura del ánima, saliendo el proyectil de manera espontánea -menos mal que con poca fuerza-.

EL “Alfonso XIII” tras la desgracia acontecida del fuego amigo, no puso mucha diligencia en la puntería, cubriendo el expediente como y cuanto antes pudo. No obstante, se concluyó que seguía padeciendo de una acusada inestabilidad en la navegación; sin duda, producto de la extraña distribución de la artillería que acentuaba el balance de la nave -pronto se cambiaría-.

El “Pelayo” sería el último en utilizar sus colosales cañones, cuyo retumbar produjo la ruptura de los cristales de las lumbreras de la sala de maquinas y de las ventanas del balconcillo. Acertó algún disparo con las piezas ligeras, cosa diferente es que como se había levantado bruma, los impactos los recibiera uno de los remolcadores; el cual, rápido soltó el cable y huyó de lugar tan peligroso, seguido de su compañero.

La última oportunidad de hundir al ahora inmóvil enemigo, la constituían los torpederos de primera “Ariete” y “Azor”. El primero de ellos lanzó los torpedos automóviles a más de 1000 metros, con lo cual simplemente se pararon antes de llegar a su objetivo; por su parte, el “Azor” erró con uno ellos y el otro, aunque dio en el blanco, no explotó. Dijeron más tarde que por haberse olvidado de colocarle la espoleta.

Curiosamente a los Reyes y a los ciudadanos el espectáculo les resultó grandioso, eso sí reclamaron: “¡Que costase lo que costase, la próxima vez no utilizaran salvas, sino fuego real!”.
Durante la comida en la cámara de oficiales, el silencio fue sepulcral, un sentimiento de desánimo y abatimiento se respiraba en aquella dependencia.

Lucas Pena -que ante la sorpresa de sus amigos los Alféreces, sí almorzó como había anticipado en la lujosa Cámara del Almirante con Bermejo, Matta y un guardia marina- expuso la parte positiva del ejercicio a los decaídos marinos: “de acuerdo en que el resultado objetivo de la maniobra ha sido malísimo ¿pero que se esperaban? si hace tiempo que no se gasta munición ni carbón en ejercicios. Según el Protocolo, las maniobras a partir de este mes serán habituales para todos los barcos -instrucción individual aparte-; a mayores, habrá dos grandes ejercicios anuales. Preocúpense de sus compañeros heridos, de la necesaria camaradería y del compañerismo, pero estoy seguro que en un par de años la “Sagunto” acabara en el fondo tras breves minutos de certero fuego.”
Fin Capítulo XI

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CAPÍTULO XII
EL SUD EXPRESS. Línea de ferrocarril Madrid-Lisboa por Cáceres.18 de Septiembre de 1895.

Lucas Pena miraba por la ventanilla intentando adivinar el paisaje de las dehesas del campo Charro; por allí, debían pastar negras reses de lidia y corretear los bondadosos cuartos traseros de los tocinos de Guijuelo. Ciertamente solo especulaba, ya que nada se veía a través de los entreabiertos cristales de su coche cama. Eran alrededor de las dos horas de aquella calurosa e insomne madrugada de finales del verano.

A las ocho de la tarde, había salido de la madrileña estación de Delicias acompañando al diputado don José María de Labra con una misión negociadora para con el gobierno portugués.

Hubieron de esperar un largo rato la salida del ferrocarril, pero eso a Lucas no le importó y anduvo entretenido fisgando por el lugar. Era la de Delicias la primera estación de ferrocarril tipo monumental en Madrid, poseía una imponente superestructura de hierro y vidrios. Cuando se inauguró a principios de los ochenta, Atocha y la del Norte eran simples apeaderos. De acuerdo que para 1895, una ya se había convertido en la mejor y más espectacular estación de la Capital y que la de Príncipe Pío paso a paso iba progresando, pero la de Delicias fue pionera en modernidad.

Sus andenes cubiertos de vapor rebosaban actividad. Abundaban uniformados trabajadores de la Compañía MCL (Madrid, Cáceres, Lisboa), mozos de equipaje que iban y venían con carretillos, mulas gobernadas por graves arrieros, algunas campesinas de regreso a casa con cestas de mimbre sobre la cabeza, etc… de igual modo y como casi siempre también estaban allí los limpiabotas, la churrera o los desvirgadotes de paletos bolsillos provincianos recién llegados. Enmarcaba todo ello un cuadro de referencia en lo que era el pulso y frenesí de la vida en la gran ciudad.

Una vez el Jefe de estación silbato en boca, rojo banderín inhiesto en la mano y característico gesto de importancia; concedió permiso al maquinista para la salida, la silbante locomotora partió y don José María Labra y Lucas se retiraron al compartimiento del primero para ultimar detalles.

Dada la naturaleza de misión, Galindo había hecho acompañar a modo de escolta a los comisionados por dos hombres del equipo de Alejandro. Estos eran Vargas y Castaño, ambos habían sido Cabos en La Armada , no se sabe muy bien si licenciados o expulsados.

José María Labra era un republicano de verdad y nunca abjuraría de ello a pesar de múltiples presiones recibidas. No obstante, asumió sin complejos el fracaso de la Primera República Española y como era más español que republicano, dedicó sus servicios al país -que nunca a la Corona- como mejor supo y le dejaron.

Allá a principios de la década e iba ya para más de un lustro, aconteció que nuestros hermanos portugueses soñaron con unir sus posesiones del Sur de África, es decir Angola con Mozambique. No sólo lo pensaron, sino que pusieron tesón, empeño y mucho valor; porque si bien, nuestros vecinos eran más pobres que nosotros, de lo último andaban también sobrados. Igualmente debían estar bastante espléndidos en raciones de ingenuidad; porque con el objetivo casi cumplido, recibieron fulminante ultimátum de sus protectores y amigos ingleses, que desbarató en horas la empresa de siglos. Humillados públicamente, dolidos en su honor y bastante deprimidos en su desgracia, buscaron aliados más acordes a su historia y raza. Alguno de ellos, como el político iberista Oliveira Martins, advirtió que no había otra alianza posible que la española, recogiendo el guante nuestro diputado Labra.

Los portugueses que son de natural precavidos ante las tendencias expansionistas de sus vecinos los españoles, reaccionaron a la defensiva con un fuerte nacionalismo. Algunos pensaron que una unión con España sería una absorción del estado grande al pequeño y que Portugal como mucho, no dejaría de ser algo así como Cataluña Atlántica. A estas ideas sin duda comprensibles, pero que se podían haber consensuado con las iberistas pactado fáciles mecanismo equilibrio, se unió interesado el Rey don Carlos quien vio en la apuesta española un desafío directo a su derrochador y déspota reinado. Por lo anterior, el monarca puso no sólo todas las trabas que pudo a la fundación de un zollverein peninsular, si no que además estaba patrocinando la firma de un tratado con los ingleses, en los que éstos avalaban la propiedad de sus colonias a los lusos y convertían a Portugal en un protectorado británico de facto.

Para España una alianza militar con Portugal, ante los aires belicistas que se aproximaban del otro lado del océano, era del mayor interés. Los principales cables submarinos transoceánicos entraban y salían de la península en gran proporción por suelo portugués, con lo que estos podían ser intervenidos o -en su caso lo que era peor- cortados si ellos lo consentían. Los buques de guerra o mercantes españoles debían navegar toda la fachada atlántica portuguesa para comunicar Cantábrico con Mediterráneo y en otro sentido las múltiples posesiones lusas -especialmente los archipiélagos atlánticos- podían representar un soporte logístico y estratégico de gran importancia.
Tampoco se podía despreciar su Ejército y Armada; si bien pequeños, el primero sería decisivo en el caso de que los yanquis atacaran la península intentando un desembarco; la segunda aunque muy discreta, estaba inmersa en proceso de modernización y en dos o tres años podía jugar un papel fundamental apoyándonos en aguas peninsulares ante posibles incursiones de alguna flotilla Norteamericana secundaria, al tener nosotros y nuestros enemigos empleados la mayor parte de las fuerzas navales en luchas directas entre ambos.

¿Qué se les ofrecía a los portugueses a cambio de su alianza en los secretos documentos que portaban D. José María y Lucas?
Muchos y variados aspectos contenía aquél llamado “Pacto del Bloque Ibérico” incluido dentro de la estrategia de conjunto del Protocolo Santiago. Se prestaba España a cooperar en la financiación de la enorme deuda externa portuguesa, cuya garantía eran sus propias colonias. Resultaba un tanto sospechosa la oferta a la buena fe, dado que la deuda española era aún mayor, aunque también las posibilidades de pago. Ayudarían de igual forma a sufragar y en su caso terminar la coqueta escuadra portuguesa en proyecto; pero claro, para ello ésta debía ponerse bajo mando hispano en supuesto de guerra con países extranjeros.

Los dos cebos más importantes del Pacto eran territoriales, prometiendo por una parte conversaciones sobre una posible cosoberanía hispano-lusa sobre la plaza de Olivenza y reconociendo por otra la propiedad y derechos de pesca de Portugal en las Islas Salvajes. Poco significaban en realidad las supuestas concesiones, pero tocaban en lo más profundo el corazón de nuestros vecinos peninsulares.

Las fronteras entre España y Portugal se suavizarían de manera extrema, haciéndose flexibles para el comercio de mercancías y de gran permeabilidad a las personas. Desaparecería por una parte la mayoría de aranceles entre ambos países y por otra se necesitaría tan sólo una cédula de identidad para el paso de fronteras, así como acordarse la extradición mutua de los súbditos de ambas coronas por auto judicial directo.

La bimetalista España abandonaría si fuera preciso la Unión Monetaria Latina, para que las monedas portuguesa y española pudieran usarse en curso legal en ambos países. ¿A quién beneficiarían más las medidas económicas?, eso era cuanto menos discutible.

España acudiría en defensa de Portugal en caso de ser atacada en cualquiera de sus territorios, pero se incluía una cláusula que hacía excepción si la potencia agresora fuese Gran Bretaña, en cuyo caso el apoyo sería diplomático. Es decir que para bien poco servía la alianza militar, porque sin intervención y/o consentimiento del Reino Unido ¿quién iba atacar las colonias portuguesas? España pedía a cambio el apoyo por tierra y por mar tan sólo en caso de ataque a la península. Portugal que estaba tratando de firmar con Inglaterra un acuerdo de protección, podía sin duda ofender a los británicos si al mismo tiempo perseguía un segundo acuerdo con una tercera potencia.

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13 Jul 2010 13:28
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Un ilusionado José María de Labra acudía a la nación vecina a pecho descubierto y adolescente optimismo. El Pacto que en todo caso debía ser secreto, difícilmente sería aceptado por los lusos si no se les persuadía antes que los británicos les iban a dejar de nuevo en la estacada o peor aún traicionar; pero en esos términos y a estas alturas, sólo se podían especular no habiendo concreto.

El diputado español presentaría los papeles a su amigo el ministro Joao Franco, para que éste a su vez los elevase al primer ministro Hintze -el primero era el hombre de confianza del segundo-. Pero a diferencia de lo que había ocurrido en 1890, cuando el iberismo era dirigido por el amigo común de Labra y Franco, Oliveira Martins, el desplante inglés del ultimátum no estaba tan cercano.

Existía un plan B contenido en el “Protocolo Santiago”. Cuando se declararan abiertas las hostilidades entre España y los EEUU, nuestro Ejército desplegaría cerca de 100.000 hombres en la frontera para forzar a los portugueses a colaborar; de esto último claro está nada sabía Labra, aunque sí su acompañante.

De lo que debían convencer a los portugueses -y esto no estaba escrito, pero sí era cierto- es que ingleses y alemanes se aprestaban a repartirse Angola y Mozambique en base al cobro de la enorme deuda que los lusos tenían con esos países.
Definitivamente el pequeño país vecino se iba quedar muy solo.

Al día siguiente los planes de Madrid parecieron irse al traste. Pasado el mediodía y en territorio portugués -el viaje Madrid-Lisboa duraba unas 20 horas-, don José María y Lucas almorzaron en el vagón comedor, mientras tanto uno de los escoltas montaba guardia a las puertas de los compartimientos de ambos.

Cuando regresaron dispuestos a tomar restablecedora siesta, no hallaron a nadie vigilando en el pasillo. La puerta del reservado del diputado español estaba entreabierta y claramente violentada. Lucas apartó algo bruscamente al señor Labra y empuñando su pequeño revólver entró primero, allí estaba en el suelo una cartera de cuero negro totalmente rajada y de la que se echó a faltar el dossier del Pacto Ibérico. ¡Alguien lo había robado!

Reclamó Lucas el apoyo de sus escoltas del vagón de segunda clase, pero solo apareció Castaño; Vargas que era el que montaba guardia parecía haberse perdido. Al poco hizo presencia el revisor, quien puesto sobre aviso de la calidad de diplomáticos de nuestros compatriotas y del grave incidente sufrido, se lo participó a los componentes de la Guarda Fiscal que viajaban a modo de policía aduanera en el tren desde la frontera.

Pocos minutos después se detenía el convoy en el apeadero de Ponte de Sor. Bajaron muy pocos viajeros, así que eran fácilmente identificables; pero ante la sorpresa de los españoles, tres de ellos fueron dejados pasar por el control establecido a la sazón por los guardiñas reforzados por los guardas municipales de la estación. El suboficial que mandaba la pequeña fuerza se limitó a cuadrarse militarmente y saludar. Dos hombres de mediana estatura y puntiagudos bigotes negros, vestidos con gabán gris y sombrero de bombín, ni se dignaron a detenerse y con gran autoridad mostraron una pequeña carterita de cuero a modo de identificación.

Seguro que aquellos eran agentes del Gobierno portugués, lo más extraño era el personaje que les acompañaba: un hombre alto, de más de metro ochenta, ojos claros, pelo rubio con bigote de igual color y una con una extraña barba que no parecía suya. Desde luego, ese no era portugués y a Lucas le sonaba su aspecto, aunque había algo que no terminaba de cuadrar.

Cuando Lucas inquirió a los guardas, el por qué de su falta de diligencia en la identificación de los tres personajes antes descritos, se limitaron a decir “Gardas do Rei”.

Buscaron a Vargas y lo encontraron amordazado en un departamento cercano, tenía al parecer un golpe en la cabeza aunque no permitió que le viera ningún doctor; por otra parte, dijo no recordar nada de lo acontecido. El revisor insistió en el hecho que ese departamento no iba ocupado por nadie e interrogado acerca de las circunstancias del viaje de los supuestos agentes del gobierno portugués, con una cara de gran susto se negó a dar dato alguno.

Del resto de la expedición poco hay que contar. Una vez en Lisboa y presentada la correspondiente queja diplomática, fueron al día siguiente a entrevistarse con ministro Leo Franco; quien les recibió con gran boato y protocolo, de ese que sólo los portugueses son capaces de practicar con naturalidad, deshaciéndose en disculpas por todo lo ocurrido.

Sobre la materia a tratar, puso el político portugués el mayor de los intereses y formuló algunas preguntas.

“¿Cuándo se concretarían los pasos a dar sobre Olivenza y las Salvajes, y que cesiones estaba dispuesta a hacer España sobre ellas?
>> ¿Tenían alguna prueba objetiva de que Inglaterra iba a invadir sus colonias?
>> Si lo anterior fuera cierto ¿cómo pensaba actuar España para impedirlo?
>> ¿Conocía España que sus colonias estaban vías de ser protegidas por un convenio con Inglaterra?
>> ¿Era cierto que España estaba apunto de entrar en guerra con EEUU y ese caso que papel tendría Portugal en ese conflicto, según los puntos del tratado?
>>Y por último, ¿cómo pretendían que el Pacto para constituir un Bloque Ibérico fuera secreto, si les había robado los papeles en el tren?”

Con todo, su excelencia el ministro Franco manifestó que la propuesta le resultaba agradable, aunque debía ser estudiada despacio, porque de otra manera podían sufrir un gran tropiezo.
En definitiva, las conclusiones de la reunión no serían tan malas, si el acuerdo no necesitara de un refrendo inmediato que permitiera a España ayudar a la financiación de la nueva escuadra lusa con unos 12 millones pesetas y así adelantar el inicio de su construcción, estando finalizada ésta para el 98 -por el momento se sufragaba con aportaciones voluntarias-. Si no había compromiso previo formal de poner la flota 1 vecina a disposición española, tampoco se podría justificar su financiación.
Las demás demandas que se pretendían de Portugal podían esperar.

Final Capítulo XII

1 La nueva escuadra consistiría en un crucero protegido de 4.000 toneladas, cuatro de 1.800 y en las modernizaciones de un pequeño acorazado de 2.500 toneladas y un aviso de 1.100. Tambien disponían de 4 torpederos, algún aviso de composite y unas pocas cañoneras grandes. A pesar de la pequeñez, en su momento podría resultar una aliada de gran valor.


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13 Jul 2010 13:41
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CAPÍTULO XIII.
LA CONSPIRACIÓN MASÓNICA. Golfo de Vizcaya. Octubre de 1895.

Embarcaron don Segismundo Moret y Alejandro Osborne en un pequeño vapor correo en el puerto de Santander. A la bella y señorial ciudad norteña se le notaban todavía recientes las cicatrices de la explosión del “Machichaco”.

El destino era “Plymouth” y desde allí por tren a Londres, donde se situaba el centro de poder político y financiero del Imperio Británico que en época Victoriana era tanto como decir Mundial. El objetivo de la legación de Segismundo Moret era claro y mediano: lograr el trato más graciable posible o lo que es lo mismo menos perjudicial por parte del Gobierno de Lord Salisbury, hasta y para cuando se declarara abierta la crisis entre los Estados Unidos y España.

La travesía, si el tiempo no lo impedía, era de corta duración, todo lo más un par de días. Así de esta manera, a las 11 horas de la primera mañana de navegación, el engañoso Sol otoñal sedujo a nuestros pasajeros para que se trasladaran hasta la cubierta principal del buque a cielo abierto. Sentados en sendas hamacas y tapados por unas mantas livianas, entablaron conversación mientras saboreaban una infusión el político y un café el agente, coincidiendo en el deleite de fumarse un buen cigarro puro Romeo y Julieta cada uno de ellos.

Alejandro “¿Me permite dos preguntas don Segismundo?”

Moret “Me asusta en usted que tenga tan gentil comienzo. Pero venga la primera, dispare de una vez”

Alejandro “¿Porqué admira usted tanto a los británicos?”

Moret “Sería absurdo no reconocer que la sangre y la educación materna tira mucho, pero eso no es todo. Yo he podido ver desde una posición privilegiada como actúan.
>>Durante mi juventud compartí en muchas ocasiones su estilo de vida, siendo considerado casi como su igual por parte de ellos, pero pudiendo yo distanciarme sentimentalmente a la hora de valorarlos. Más tarde como Embajador en Londres, observé su manera de conducirse en política internacional y pude conocer de donde sacan su verdadera fuerza interior.
>>Los británicos en general y los ingleses en particular se creen superiores al resto de los mortales. Esta característica muchas veces puede ser considerada un defecto de soberbia, pero a ellos les legitima ante sí mismos para matar, robar, mentir, traicionar o cometer cualquier tipo de tropelía con seres ajenos a su raza y país, permitiéndoles tener la conciencia tranquila. En sentido inverso ante sus iguales compatriotas, esa misma superioridad les exige de la máxima integridad moral que implica entre otras cosas: la ejemplaridad en el uso de la ley, que el pagar impuestos sea un deber patriótico, que el que los funcionarios cumplan honradamente con sus tareas sea una obligación casi religiosa etc…; en definitiva que la pax británica y su Reina están por encima de cualquier discusión entre partidos políticos.
>> Como conclusión diré son francamente buenos para ellos mismos y si es necesario todo lo malvados que se pueda con los extraños, como resultado son la primera potencia mundial a pesar de vivir en una pequeña y no muy rica isla. Son tan listos que hasta se han inventado una religión hecha a medida de sus necesidades. Por lo tanto y admitiendo de partida que todo lo bueno y lo malo dicho sobre ellos esta expresado en términos relativos, no me diga usted que no son dignos de admiración, máxime cuando todo lo hacen sin perder la compostura, aún en la situación más indecorosa”.

Alejandro: “Muchas gracias, su exposición sería digno prólogo de un libro de enseñanza sobre política internacional práctica para españoles. Ahora le haré una segunda pregunta ¿Qué es la masonería?”

Moret “Le voy a responder aunque no se donde quiere llegar, porque no suele usted dar puntadas sin hilo, en fin… De mis conocimientos creo que la masonería internacional es una organización filantrópica que pretende el bien universal a través de la liberación del hombre de sus cadenas tradicionales. La masonería persigue la justicia, la caridad, el cumplimiento del deber y la perfección por el trabajo; todo ello, dentro de una recta moral y una Ley Natural definida por la razón y dictada por la ciencia; por supuesto, respetando el poder legítimamente establecido. Como se cree en la gran fraternidad humana, debe todo gestionarse a nivel internacional y de ahí sus conexiones.”

Alejandro “Si sus fines son tan bondadosos ¿por qué es secreta?”

Moret “¿Quiénes se oponen a la libertad y la democracia? Las curias de las diferentes religiones mal entendidas, los oligarcas y los caciques; por lo tanto, los enemigos son demasiados poderosos para obrar abiertamente.”

Alejandro “Bueno admitiendo eso como cierto, ¿cómo justifica que la masonería este ayudando descaradamente a los independentistas cubanos manipulados por logias masónicas norteamericanas, relacionadas éstas a su vez con otras logias de nuestras colonias e incluso con alguna española por medio?
>>Parece que los masones imponen sus particulares criterios de lo bueno y lo malo de carácter universal a sus hermanos españoles y que estos en base a aquello deban traicionar a su Patria.”

Moret “Bueno sigo sin saber donde usted quiere llegar, me habla como si yo fuera masón y tuviera obligación de defenderlos.”

Alejandro “Le prometo que pronto le diré a donde quiero llegar. En cuanto a si su excelencia es masón, pues no tengo ninguna duda, es más: don Segismundo Moret y Prendergast es grado 30 del rito escocés y amigo personal del Maestre del Gran Oriente Español señor Morayta. No tenga cuidado, estamos seguros que los masones no son en sí traidores a España, sino estaríamos aviados ¿Qué hacer con el ex-Presidente Sagasta o el Vicealmirante Beranger? sólo a título de ejemplo.
>> Por eso, por no considerar al masón genéricamente malo, quiero saber como entiende la actuación de la Logia Armonía 52 de Madrid infestada de independentistas cubanos en contacto directo con las logias de La Habana, Cabo Hueso y Nueva York. Y no me diga que estas tienen finalidades filantrópicas distintas del móvil económico y obsesión por el poder de los jingoístas yanquis.”

Moret. “Que el objetivo común sea bueno, no quiere decir que algunos no se aprovechen maliciosamente de la buena fe de los hermanos para fines espurios. Además la Logia de Armonía 52 pertenece al Gran Oriente Lusitano Único, no al español -Moret, implícitamente acababa de reconocer su pertenencia a la masonería-.”
Alejandro “Aquí era donde quería llegar y como se lo prometí así se lo digo. ¿No creen ustedes que los masones españoles leales a la Patria debían hacer algo para erradicar esa conspiración de parte de su fraternidad universal en contra de España o en su caso compensarla con acciones propias en contra de los rebeldes cubanos o de la misma Norteamérica?”

Moret “En el hipotético caso que yo fuera masón, cosa que no reconozco, ¿Cómo le podría ayudar?”
Alejandro “Ayudándome a infiltrarme en Los hijos de la Viuda”
Moret “¿Qué cree usted que hacerse masón es como inscribirse socio del Ateneo?”
Alejandro “No ni mucho menos, pero estoy seguro que personas tan poderosas como vuecencia, algo podrán hacer por el bien de España”

Moret “Mire, supongo que usted sabe tanto por ser un agente de la Oficina y en consecuencia como poco tambien los señores Galindo, Canalejas, Maura y hasta el mismo Presidente Cánovas tendrá noción de lo que aquí estamos hablado; como algo de esto salga a la luz pública, estando yo en vida, le haré a usted personalmente responsable y créame aunque me empezaba a caer bien acabaré con su persona.”

Alejandro “Yo por mi parte le seré leal en ese sentido, pero no me puedo hacerme cargo de lo que hagan otros. Ahora póngase en mi pellejo ¿no cree que debo disponer todos los recursos a favor de España como sus admirados ingleses lo hacen con su país?

Moret “Quizás tenga razón. Ya dije que siendo tan cortés el inicio de la tertulia era para tenerle miedo. ¿Quiere algo más?”

Alejandro “Aclarar que aunque vuecencia sea su presidente, ni por un momento se me había pasado por la imaginación hacerme socio del Ateneo, no me parece lugar demasiado divertido.”

Moret “¡Válgame Dios, no hago vida de usted!”

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CAPÍTULO XIV
LA CASA BLANCA. Washington. Noviembre de 1895.
No había duda, aquel palacete le gustaba, era sumamente acogedor; quizás más modesto que los grandes palacios europeos es cierto, pero mucho más cómodo, por eso él mismo había decidido casarse allí en su primer mandato. Estos posiblemente eran los pensamientos de Grover Cleveland, 24 Presidente de los EEUU en su segunda legislatura, mientras miraba a través de los amplios ventanales de su despacho en la Casa Blanca hacia la estupenda Avenida de Pensilvania. Washington en esta época tenía un paisaje francamente bello con aquellas arboledas rojizas, por contrapartida el frío y la humedad del Potomac empezaban a apretar de firme. Aclarar que la ciudad era hermosa si se permanecía en el centro de la misma, ya que los arrabales eran tan miserables como los de cualquier otra población sino más.

Cercano a los sesenta, el Presidente estaba algo sobrado de peso, por lo demás nada destacaba en el físico de aquél veterano político presbiteriano. Se dio la vuelta y caminó hacia donde le esperaba su Secretario de Estado, acomodado éste en un gran sillón orejero de cuero color burdeos disfrutando de un buen whisky escocés.

Cleveland tomo asiento cerca de las llamas de la chimenea y puso lo talones de los zapatos encima de la mesita, encendiendo un gran cigarro puro habano.

“Richard no sé como me has convencido para recibir a esa pandilla de fanáticos descerebrados, me molesta sólo el pensarlo” dijo Cleveland a modo de reproche.

Richard Onley con ironía contenida. “Señor Presidente ¿será porque dos de ellos son los Senadores Logde y Beveridge? a quienes sabemos que respaldan personalmente RocKefeler por un lado y los Morgan por otro. En cuanto al tercero de ellos, a pesar de ser sólo el comisionado de policía de New York y un aventurero peligroso ¿puede haber influido el hecho que tiene comiendo en su mano al Journal, al World y al Sun?”

Cleveland. “Te agradecería que fueras menos franco conmigo en un futuro, el Presidente de los EEUU necesita tener su autoestima en el más alto grado.”

Onley “Señor reconozco que en el asunto de Cuba me tiene usted un tanto despistado, no sé si esta a favor de la guerra con España o en contra”

Cleveland “Dime primero cual es tú postura al respeto”. El Presidente se sirvió un burbon y empezó a menear el vaso con aquella manaza de la que destacaba un grueso anillo de oro rematado con un sello.

Onley “Yo creo que es mejor dejar el status tal y como está, los revolucionarios cubanos no están preparados para gobernar la isla por sí solos y si nosotros la anexionamos podemos meternos en un avispero.
>>Es mucho más fácil que lo españoles sigan manteniendo el orden allí, siendo el desgaste para ellos. Tengo unos cuantos amigos norteamericanos con propiedades en la isla y eso es lo que piensan, lo mejor sería convertir a Cuba en una especie de Canadá a la española.”

Cleveland “Bien yo en principio estoy de acuerdo contigo, pero eso tiene un inconveniente.
>>Cuba puede ser mucho mejor explotada estando en paz que en permanente estado de guerra. Siguiendo con el razonamiento, a nuestros intereses económicos les sería más conveniente que los independentistas fuesen derrotados; el problema es que si el gobierno español sale victorioso, también saldrá sumamente fortalecido. Esto último, perjudicaría a nuestra política de futura hegemonía en el Caribe en general y de supremacía sobre Cuba en particular.
>>En resumen, a nosotros nos conviene una España débil mandado en Cuba, pero si es débil habrá guerra permanentemente y por lo tanto no podremos disfrutar de las enormes posibilidades económicas y estratégicas de la isla. En definitiva, nos toca recoger la doctrina Monroe y la aplicación práctica del Capitán Mahan.”

Onley “Señor Presidente, si es así por qué se opone al grupo de jingoístas que vamos a recibir”

Cleveland “Porque son unos estúpidos peligrosos que no saben medir los tiempos. Es cuestión de formas y prudencia no de fondo, en esto último estamos de acuerdo. Aunque no lo pueda manifestar en público, en Cuba de una u otra manera deben gobernar los Estados Unidos, es su destino manifiesto.
>>Pero ahora no es el momento oportuno. En primer lugar, ni nuestra Marina ni mucho menos nuestro Ejército esta preparados y podríamos pegarnos un batacazo de funestas consecuencias. Debemos terminar nuestros planes militares, especialmente los navales, al tiempo que España se desgastas en guerras coloniales.”

Onley. “¿Me dice usted que nuestra administración debe apoyar a los independentistas cubanos?”

Cleveland. “No abiertamente. Por una parte exigiré a España que ponga orden en Cuba en defensa de las vidas y propiedades americanas, ofreciéndome como mediador desinteresado; en realidad, espero que no acepten nuestra intermediación por su propio orgullo. Por otra parte, amenazaré aquellos que desde el continente presten apoyo a las expediciones armadas de filibusteros o proporcionan soporte logístico a los rebeldes, incluso podemos interceptar alguna incursión. En verdad, dejaremos disfrutar a los sublevados de una de zona de impunidad controlada en nuestro país, es decir les apretaremos un poco pero no les vamos a ahogar”
Onley: “Haremos lo contrario de lo que decimos, ¿No?”

Cleveland. “Por favor amigo mío, yo soy el Presidente de los EEUU y por tanto un hombre de bien y honesto. El trabajo sucio lo harán otros sin que yo me deba enterar: los servicios secretos, los jingoístas, la prensa etc…”

Onley. “Ya le entiendo, no dejes que tu mano derecha sepa lo que hace la izquierda o algo así”

Cleveland “Ya te he dicho que no seas tan puntilloso. Además de no estar preparados tenemos otro problema, que es la posición que tomen en todo esto las potencias europeas, fundamentalmente los británicos.
>> En este momento, no se si estarán más cerca de aliarse con España y atacarnos que de cooperar con nosotros.”

Onley “Pues parece que están haciendo caso de las peticiones hechas por nuestro Embajador Mr. Bayard hace meses en lo referente a las necesidades de buques por parte de España”

Cleveland “Sí, pero eso es solamente porque están esperando a que descubramos nuestras cartas en Canadá y la Guyana, saben que les podemos poner en serios aprietos. Cuando conozcan lo que pretendemos actuarán en una dirección o en otra”

Onley “Presidente, cada vez me hago más un lío. ¿No me ha ordenado Usted, presionar a Gran Bretaña para que acepte nuestro arbitraje en el tema de la Guyana Esequiba? ¿En que nos acerca eso a los ingleses?”

Cleveland “Cuando el inocente Presidente de Venezuela, señor Crespo, crea que a los EEUU le preocupa más el panamericanismo de las tierras del continente que los lazos con Inglaterra y sea él mismo el que pida el arbitraje, Mr Bayard se presentará ante Lord Salisbury y le dirá: Señoría ¿donde quiere que dibujemos la línea de la frontera de la Guyana?, a Venezuela no le quedará más remedio que tragar lo que decidamos. Esto último, ya se lo debió insinuar siguiendo tus instrucciones el Embajador a Lord Barflour en la pasada primavera durante la entrevista sobre los pedidos navales españoles.
>> Y en cuanto a Canadá es sólo una forma de meter presión a Gran Bretaña y que consideren que tiene más a perder que ganar poniéndose del lado de España en vez del de los EEUU. En su momento, nos comprometeremos firmemente a no interferir en la política de ese Dominio Británico. Sólo a lunáticos como Lodge o Roosevelt se les puede ocurrir el platearse atacar a los ingleses en Canadá.”

Onley “Lunáticos pero de gran utilidad. Entonces más tarde o más temprano intervendremos en Cuba”

Cleveland. “Exacto más tarde que temprano, cuando la fruta este madura. Cuando nuestra fuerza militar sea aplastantemente superior en comparación con la española, cuando España lleve años de guerras coloniales debilitándose, cuando Gran Bretaña nos considere no sólo un leal sino necesario aliado internacional. En definitiva cuando España este tan agobiada que se vaya por sí sola o con un ligero empujón del Caribe y cuando su derrota pueda ser tan total que nos llevemos Cuba, Puerto Rico y Filipinas de una solo golpe.
>> Debemos tener en cuenta que todos los indicios apuntan a que el Gobierno español ha reaccionado por primera vez seriamente desde hace años. Están haciendo un esfuerzo ímprobo, dejemos que prolonguen la agonía, a larga no pueden competir con nosotros.”

Onley “Señor Presidente, yo al planteamiento y discúlpeme el atrevimiento, le veo un fallo. Que siendo como somos una democracia real, las próximas elecciones las pueden ganar los republicanos y lanzarse a la guerra sin todos los datos en la mano.”

Cleveland “En ese caso como soy norteamericano antes que demócrata, apoyaré sin fisuras a quien sea mi Presidente”.

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CAPÍTULO XV
EL SUCESOR DE LEGAZPI. Palacio de Malacañag, barrio de San Miguel, Manila. 13 de Diciembre de 1895.

Desde que el guipuzcoano don Miguel López de Legazpi estableciera el gobierno de las tierras españolas del Lejano Oriente en la ciudad de Manila un 24 de Junio de 1571 había pasado mucho tiempo.

Hoy formaban en el Patio de Armas de Malacañag, en honor a un nuevo sucesor del fundador, una compañía del primer Batallón Expedicionario recién llegado de la península y otra del Regimiento de infantería indígena Legazpi numero 68. Estaban además representadas en el acto las otras Armas y Cuerpos por secciones, así como una compañía mixta de la Armada compuesta a base de infantes y marineros, más una sección de la Guardia Civil y otra de Carabineros.

Después de ser leída por el ayudante del General Blanco la Orden del Consejo de Ministros rubricada por Real firma, el Marqués de Peña Plata en uniforme de rayadillo y portando todos los atributos del generalato, dio frente saludando al nuevo Capitán General; éste le devolvió el gesto, a continuación don Camilo García de Polavieja de viva voz ordenó a las tropas descansar el arma, por último se acercó a su antecesor y se fundió con él en un protocolario abrazo. El traspaso de mando estaba materializado.

El General Blanco y Erenas sería nombrado Delegado del Gobierno en Filipinas. Su residencia la fijaría en el Palacio de Gobierno en intramuros y su indumentaria a partir de la fecha sería la de un paisano en tierras tropicales.

La llegada de Polavieja había sido precipitada por el Gobierno ante la posibilidad de una sublevación independentista. Así, antes del verano estaba planeado que desembarcaran unos 30.000 soldados procedentes de la península a modo de refuerzo. El objetivo ahogar el levantamiento antes que se produjera y en su caso aplastarlo.

Resultaba paradójico que de cumplir su misión, don Camilo sería el último Capitán General que gozaría de aquel exótico palacio a las orillas del Pasig ganado con tanto trabajo al pantano. De tener éxito Rizal sería nombrado primer Presidente de la autonomía Filipina y esa sería su residencia.

De hecho, el líder filipino había asistido a la ceremonia militar y ahora departía en los jardines de Palacio con los otros invitados al vino español dado en honor del nuevo Capitán General. Don José Rizal había sido promovido a Alto Comisionado del Gobierno Español para la constitución de una autonomía en Filipinas.

José Rizal. “Eminencia me he enterado que regresa a la Península, supongo que será feliz, verdaderamente a usted nunca le gustaron los isleños ni se adaptó a esto”

Las palabras de Rizal habían sido su pequeña venganza particular contra el Arzobispo Nozaleda -quién había intentado encarcelarle-; éste encolerizado, abandonó el recinto sin despedirse, considerándose abandonado de las autoridades españolas.

La escena fue contemplada desde lejos por Polavieja y sus acompañantes.
Polavieja “Me fastidia ver así de humillado al Arzobispo por ese engreído de Rizal”

Blanco “Miré que debe ser usted prudente, don José Rizal a partir de ahora será nuestro principal aliado y en parte el Arzobispo de Manila ha provocado su cese por querer mandar más que las autoridades nombradas por el Gobierno”

Polavieja “Es vuecencia demasiado complaciente con los independentista y así nos ha ido durante su mandato”

Blanco “Y usted es un impertinente pretencioso que cree poder acabar con todas las revoluciones a golpe de espada. No le voy a dar el gusto de marcharme de la recepción y le sugiero que no olvide que parte de los poderes que tenía yo como Capitán General, ya no los tiene vuecencia todos como tal, al haber sido traspasados a mi persona en el cargo de Gobernador Civil del archipiélago”. El tono del General Blanco era de no disimulado enfado y dicho esto se alejó del General Polavieja, quién estaba en compañía de otro militar en uniforme de gala de Marina Española.

Polavieja “Ahí va ese pomposo aficionado a la política sin personalidad, que ha obligado al Gobierno a enviarnos aquí para enmendar su ineptitud, ¿No cree Almirante?”

“Mi General no quiero opinar de política ni tampoco de un superior, pero a decir verdad algo tibio si que ha sido durante su mandato”.
El Contralmirante Patricio Montojo había sido nombrado Comandante General del Apostadero de Filipinas en el mes de Noviembre. Verdaderamente no tocaba el relevo del anterior hasta dentro de un año, pero el Almirantazgo había hecho una serie de nombramientos en puesto claves para que cuando llegase lo que tenía que venir, estuviesen los cargos ya asentados.

Polavieja “Almirante tengo gran interés en mantener una conversación con usted y convencerle de una decisión que ya he tomado.
>> Voy a vetar el traslado del Arsenal de Cavite a Subic”

Montojo “Mi General si la decisión ya esta tomada, aunque yo no este de acuerdo con ella, la acataré con lealtad como he hecho durante toda mi carrera militar”

Polavieja “Sí, pero es que además quiero convencerle de que es necesaria.
>> ¿Conoce usted el Protocolo Santiago?-Montojo asintió con la cabeza-. Entonces sabrá que en el mismo se refleja la necesidad del sacrificio de la Marina en aras de la victoria”

Montojo “La Armada y este humilde marino estarán siempre dispuestos a cualquier sacrificio por el bien de la Patria, pero esto que nos impone se me antoja una inmolación inútil. La pequeña flotilla del apostadero será arrasada por cualquier enemigo medio sin que seamos capaces de causarle daño alguno al mismo, siempre que la primera no esté protegida en un Arsenal más fácil de defender que Cavite desde tierra”

Polavieja “Si eso lo sé, pero no se le escapará que si nos atacara una potencia extranjera la lucha se centrará en Manila y yo necesito sumar todas las fuerzas para conseguir dar alguna respuesta militar mientras no lleguen los refuerzos de la Península.
>>El Ejército de Tierra llevará el peso de las operaciones contra la más que posible rebelión independentista. Una vez llegado el momento cumbre, la carga debe ser compartida. Ya en el Protocolo Santiago habla de la necesidad de la urgente fortificación de la Bahía Manila y que a ella debe colaborar tanto la Marina como el Ejército. Si ustedes se llevasen el arsenal a Subic, no sólo nos restarían del apoyo naval, sino el de los cañones y minas que imprescindiblemente debieran instalarse allí para su defensa; sin entrar a valorar el esfuerzo extra que representaría la protección de la nueva base naval contra la posible sublevación interior que provocará el enemigo y la obligación de mantener un enlace físico permanente entre Manila y Subic.
>>Debemos esforzarnos por tanto el Ejército de Tierra como la Armada en lograr el mayor número de cañones posibles, concentrándolos todos en Manila. Por su parte, solicite con mi apoyo explícito más barcos de guerra y preocúpese de que de los pocos o muchos que tenga a sus órdenes estén en el mejor estado posible.”

Montojo “Como le he dicho yo estaré lealmente a sus órdenes, por eso le digo ahora que yo siempre informaré al Almirantazgo que la mejor estación para la Armada es en Subic.”

Polavieja “Si la Armada se fuera con sus barcos a Subic, posiblemente los conservaría, pero no se para que querríamos barcos en Filipinas cuando no sean españolas.”

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CAPÍTULO XVI
CARTA DEL CONTRALMIRANTE MONTOJO AL ALMIRANTE BERÁNGER.
Arsenal de Cavite, Filipinas, 15 de Diciembre de 1895.

La descarga de la tormenta tropical había terminado. En el ambiente quedaba ese característico olor a ozono y la febril atmósfera producto de la fuerte evaporización del agua de la lluvia por los más 30 grados centígrados de temperatura.

El Contralmirante Montojo se encontraba en la terraza de su despacho contemplando abstraído las vistas al Arsenal de Cavite y de la Bahía de Manila. Debía leer por última vez la carta para España, era un poco precipitada pero hoy salía el vapor “León XIII” hacia la Península y no podía dejar pasar la oportunidad de hacer llegar el correo al Almirantazgo y al mismísimo Cánovas.

D. Patricio Montojo y Pasarón era un veterano de mil batallas; más bien menudo y de porte distinguido, bastante canoso en el pelo que le quedaba, gastaba espléndido mostacho sin otra cosa particular que resaltar sobre su físico. Vestía uniforme de pantalón blanco y chaqueta ligera azul, la cual ahora reposaba en el respaldo de una silla. De los almidonados puños de su blanca camisa sobresalían dos gemelos de oro con la forma del escudo de la Armada y de uno de los dedos de sus acicaladas manos se prendía un hermoso solitario de procedencia familiar.

Se aflojó un poco la negra pajarita del cuello y sacó un precioso reloj de oro grabado de uno de los bolsillos del chaleco. Las cinco de la tarde, pronto empezaría a obscurecer y debía darse prisa, el vapor zarparía sobre las ocho de la noche. Comenzó a leer de nuevo:

“Excmo. Señor don José María Beranger Ministro de Marina
Mí respetado y querido Almirante:

Como continuación a las conversaciones que mantuvimos con el señor Presidente del Gobierno con ocasión de mi nombramiento en Madrid como Comandante General de este Apostadero, me atrevo a escribirle estas letras para poner en su conocimiento que las consideraciones allí vertidas, a mi modesto entender, han sido superadas por los acontecimientos.

Hace un par de días mantuve una entrevista con el Capitán General y éste me comunicó abiertamente su irrevocable propósito de vetar cualquier intento de traslado del Arsenal de Cavite a la Bahía de Subic. Se basa para ello en primera instancia, en la autoridad que sobre todas las fuerzas armadas del archipiélago le fue conferida. Razona el General Polavieja que cuando el enemigo ataque quiere tener todos sus recursos concentrados, para así causarles el mayor daño posible a aquél. Recuerda recurrentemente que en la doctrina del Protocolo Santiago queda reflejada la necesidad del sacrificio de la Armada en aras de la victoria final. No sólo esto, sino que incluso precisó que en el mismo documento se marcaba claramente que la Marina de guerra debía colaborar con cañones y hombres a las defensas costeras. Siendo esto último de difícil cumplimiento si trasladamos nuestras fuerzas a Subic, ya que allí habría que instalar igualmente piezas de artillería y torpedos fijos, distrayéndolas de la Bahía de Manila.

Puedo entender los argumentos del General, pero no los comparto. Aunque todo marino, incluyendo a mis hijos 1 y por supuesto uno mismo, consideramos un honor morir por España; el sacrificio en este caso se me antoja inútil, si para cuando llegue el momento de la batalla cuento sólo con las ridículas fuerzas actuales más los exiguos refuerzos prometidos.

A pesar de lo dicho, entiendo que no puedo forzar la situación y tirar demasiado la cuerda; ya que el General Polavieja estaría dispuesto a dimitir si se le restase un ápice de autoridad en el terreno militar, dando de esa manera ventaja a nuestros enemigos. Aparte de pensar sinceramente que don Camilo es la persona más adecuada para el puesto que desempeña.

Por todo lo anterior, paso a formular una lista razonada de necesidades. Debiendo tener en cuenta que si estas no fueran atendidas -al menos en un porcentaje elevado-, pronóstico fatídico resultado para cuando el enemigo nos ataque. No siendo en ese caso el abajo firmante responsable del mismo, más que en lo que al obligado cumplimiento del valor personal se refiera.

Debiera empezar por enumerar las fuerzas propias:
-Un crucero no protegido calificado pomposamente de primera: el “Reina Cristina”. De poco andar y menos artillería para su tamaño, supeditada esta última a los tubos lanzatorpedos. Su mayor cualidad es la autonomía y esa para defender la Bahía de Manila no la necesito en absoluto.

-Un mal llamado crucero de 1ª, anticuado y casco de madera semi-podrida: el “Castilla”. No deja de ser una antigua fragata con los reductos blindados. Propongo firmemente su baja inmediata de listas de la Armada. No sólo no sirve para nada y da mala imagen, sino que causa gastos innecesarios. Su artillería (todavía buena) haría mejor labor emplazándola en tierra, siendo una pena desperdiciar los reductos blindados de las piezas de 150 mm. La tripulación podría completar las de otras naves o servir a la artillería terrestre aportada por la Marina.

-Tres pequeños cruceros tipo Velasco. Su clasificación adecuada sería la de cañoneros de 1ª, sirven para servicios coloniales pero no para el combate.

-En breve, parece que se alistaran a este apostadero otros dos pequeños cruceritos de la clase “Isla de Cuba”. Unos muy buenos cañoneros con cubierta protectriz; pero son sólo eso, simples cañoneros.

-Tres cañoneros de poco más 500 toneladas.

-El resto son transportes o simples cañoneras.

Hasta aquí en lo referente a buques, las defensas si cabe son peores:

-15 torpedos entre mecánicos y eléctricos, poco fiables.

-4 cañones de hierro sunchado modelo 1881 de 240 mm y 9 obuses de 210 mm, avancarga y ánima rayada; el resto haría buen papel en un museo. El Ejército está seguro de recibir 6 cañones de hierro entubado Ordóñez de 150 mm.

Por lo todo lo expuesto y teniendo en cuenta las directrices del Protocolo Santiago en la variante correspondiente, en la que entre otras cosas dice: “Se considera necesario tener los buques principales de la Flota en aguas Atlánticas o Mediterráneas, con el objeto de determinar su destino en virtud de los movimientos enemigos y no dispersar las escasas fuerzas hasta que se concluyan todos las construcciones en curso a efectos de poder formar divisiones navales de cierta entidad. En otro sentido, los barcos de los que estamos hablando podrán tener su mejor mantenimiento en la Península. En consecuencia a lo anterior, si bien se recomienda un refuerzo progresivo del poder naval y costero en el Pacífico; éste dentro de lo posible, debería pasar inadvertido al enemigo, para que las fuerzas que allí mande éste, sean cuando más débiles mejor, en la creencia de la indefensión de los archipiélagos asiáticos por parte española.”

Mis propias reflexiones me llevan a considerar que para fechas próximas habrá un número relevante de cruceros acorazados y protegidos de talla adecuada para hacer el papel de buques principales en los territorios patrios del Caribe; llevando a cabo como consecuencia de su autonomía, velocidad y la moderada distancia que les separa con la Península frecuentes relevos entre ellos con facilidad y que permitirán el adecuado estado de conservación de los mismos. Por lo tanto propongo:

-Que los cruceros no protegidos llamados de primera “Alfonso XII” y “Reina Mercedes”, sean transferidos al apostadero de Filipinas. Antes deberán llevarse a cabo en ellos algunas reformas y cuidados en astilleros españoles. Así debiera dotárseles de una artillería superior y más moderna a la actual, en detrimento de los tubos lanzatorpedos, convirtiéndoles en la práctica en grandes cañoneros. Imprescindible sería de igual modo instalarles algún tipo de protección cuanto menos en la artillería, máquinas y calderas, aunque supongo que la frágil estructura del buque no permitirá muchos alardes añadiendo pesos. El aumento de tonelaje se compensaría en parte con la retirada de la arboladura, dejándole dos palos militares capaces quizás de izar acaso algún aparejo de menor volumen que el actual. Si las calderas estuviesen tan mal que hubiese que cambiarlas, mejor ya puestos, instalarle unas modernas que fueran más eficaces, incrementando la autonomía y disminuyeran el peso; en ese caso, también puede prescindirse de cierto número de toneladas de carbón almacenado, aprovechado el espacio para la construcción de coferdans con celulosa en línea de flotación. Para mantener a los americanos en la creencia de nuestra acusada debilidad, diríamos que estos buques se están transformando en transportes de tropas y municiones. Esto sería más difícil de mantener con el “Cristina”, ya que parte de sus transformaciones habría que hacerlas en “Hong-Kong”.

Los otros dos debieran llegar a las Filipinas con los deberes hechos, es decir: practicada una gran carena, realizada la compostura de las calderas -si estas no se llegan cambiar por otras nuevas- y por último efectuado un recorrido en maquinaría, tubos de vapor y artillería. A los cascos de hierro en clima tropical conviene forrarles la obra viva de cobre, aún a costa de aumentar el peso disminuyendo autonomía y velocidad, siempre que esto no vaya en detrimento de un posible blindaje.

-Dado que los destroyers que se están construyendo en Inglaterra parecen estar destinados a ser parte integrante de la escuadra de instrucción, sería deseable destinar algunos torpederos a éste Apostadero; porque aunque estos sean pequeños, resultarían de gran utilidad dentro de una bahía.

-Los cañoneros de primera deberían estar en perfecto estado de mantenimiento, no demorando la llegada de los fondos para el mismo.

Sería conveniente recuperar los proyectos iniciales de aquellos, instalándoles un cañón de 120 mm más al “Ulloa” y “Austria” y dos a los Islas, a cambio de retirarles el armamento torpedero y disminuirle el aparejo.

-Debe contemplarse la posibilidad de tener armamento suficiente en parque para armar un par de cruceros auxiliares.

-Se necesita el mayor número posible de cañones de costa y torpedos fijos, debiendo coordinarse la distribución de los primeros con el Ejército.

Considerando que todo lo anterior lleva consigo gastos extraordinarios y de acuerdo a lo previsto en cuanto al programa de reforma de los Arsenales del Estado, aconsejo que se paralice la construcción del dique flotante con destino para las Filipinas -que en todo caso no estará listo para cuando se necesite- y en su caso revenderlo; ya que al no trasladar Subic el Arsenal, el astillero estará sin defensa y en Cavite no existe suficiente calado.
Recomiendo utilizar el dinero del mismo 2 para las reformas de los cruceros antes nombrados y la de su hermano en estos mares el “Reina Cristina”. También resultaría preferible vender el transporte recién adquirido “General Álava” y suspender la compra del “General Valdés”, destinando el numerario resultante a la compra de artillería costera.
En lo referido a este capítulo, se debería enviar a este apostadero cuanta pieza de calibre grande o mediano este almacenado en los arsenales o a bordo de buques poco útiles para instalarla en las baterías de tierra. Con eso solamente no llegaría para artillar eficazmente la Bahía de Manila pero sería de ayuda. En un cálculo a la baja necesitaríamos como mínimo unos cuatro millones de reales para completar las defensas; sin contar la construcción de fortificaciones y polvorines, grúas, proyectores, comunicaciones y sistemas telemétricos. En base a lo anterior sería recomendable que cuanto antes Marina y Ejército llegaran a un entendimiento en este punto.

Dado los aumentos de los presupuestos de la Marina, entiendo que se podrá realizar el adecuado mantenimiento de los cañoneros de primera, pero para ello es imprescindible la construcción de un varadero de buques hasta 2.000 toneladas en Olongapo. Se debe suspender en consecuencia, la construcción del gran dique seco de Cartagena como habíamos acordado, empleado el montante en el nuevo nombrado . No obstante, parte de los costes del dique seco los podría asumir la nueva sociedad privada destinada a gestionar los astilleros. La mayor desventaja es que cuando ataque un enemigo, las instalaciones fabriles quedarían indefensas a su merced, al desligarlas del Arsenal de Cavite.

Sin nada más que exponer, queda a las gratas órdenes de su excelencia, suyo afectísimo subordinado. Dios guarde V.E muchos años. En Cavite a 15 Diciembre 1895. PATRICIO MONTOJO Y PASARON. Comandante General del Apostadero de Filipinas”

1 Los dos estaban con el Contralmirante Montojo en Manila
2 150.000 libras más 25.000 del transporte. Unos 4.5 millones de pesetas

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CAPÍTULO XVII
LA CAZA DEL ZORRO. Hatfiel House, Herfordshire; 35 millas al norte de Londres. 26 de Diciembre de 1895.

Sería difícil de explicar como Alejandro se encontraba en aquella situación: sobre los lomos de un caballo a primera hora de la mañana en mitad de la fría y húmeda campiña inglesa, vistiendo casaca roja, pantalones blancos de montar y gorro protector de terciopelo negro. Obsborne saboreaba una copa de champaña francés en cristal de Murano antes de empezar la cacería en compañía de todos aquellos excéntricos extranjeros.

Desde que habían llegado a Londres, el señor Moret no había logrado presentar sus credenciales a la Reina -Alejandro estaba seguro que los ingleses lo estaban haciendo a cosa hecha para ponerlos nerviosos-. Se habían hospedaron unos días en el Savoy hasta que se pudieron trasladar a la sede de la cancillería, cuando don Cipriano -el anterior embajador- regresó a España. Desde entonces algún contacto con Lord Balfour, pero con Primier Salisbury nada.

La disculpa era que su nombramiento todavía no era formal al no haber presentado las credenciales y que por lo tanto los únicos tratos oficiales los podían tener a través del encargado de negocios y Secretario de la Embajada española. Vamos un absurdo, porque la que no encontraba hueco en su agenda para recibir al nuevo Embajador supuestamente era la Reina Victoria.

Cuando menos se lo esperaban, había llegado una invitación para acudir a una cacería del zorro organizada en la mansión de Lord Salisbury por su sobrino Arthur Balfour en el Boxin Day, allí podrían hablar informalmente con el Primer Ministro en su condición de anfitrión del acto social.

Alejandro no sabía nada de aquél deporte, solo le habían informado acerca de que debía seguir a los perros y que ganaba quién llegase primero a donde estos dieran muerte al raposo. Averiguó quién era el mejor corredor, que resultó ser un tipo de mediana edad y porte de aristócrata, un tal Sir James Moore. Así que en cuanto los cuernos sonaron y los sabuesos se lanzaron a la carrera, él que era un excepcional jinete se puso a cola del caballo de aquél, a pesar de que el jamelgo que le habían endosado daba para poca cosa.

Lo que le dejó realmente atónito, fue lo que sucedió cuando ya pensaba que después de varias minutos los dos iban en solitario adelantados al resto del grupo. Un caballo negro le sobrepasó como una exhalación por su derecha y en su grupa distinguió a Willians Sims; ese tipo se estaba volviendo un tanto pesado, eso siendo bien pensado. El impertinente yanqui se había percatado de quién era él, porque aprovechando la diferencia de calidad de las monturas, parecía querer jugar - ahora te adelanto, ahora me paro-, es decir se estaba divirtiendo a su costa. Lo que no sabía era lo mal que había escogido su compañero de juegos

En esos mismos momentos en la biblioteca de Hatfield House, Robert Gacon-Cecil tercer Marques de Salisbury, Vizconde de Craborne y Barón de Essenden estrechaba la mano de don Segismundo Moret y Prendergast, Ministro Plenipotenciario de su Majestad la Católica en el Reino Unido.

Salisbury. “Es una alegría ver a su Excelencia después de tantos años. Si no recuerdo mal, usted dejó su legación en Londres allá mediados los 70”

Moret “Mi Lord tiene una gran memoria, aunque luego he vuelto en varias ocasiones a título particular”.

Salisbury “Ya me ha informado Lord Barflour de los problemas que estamos teniendo con la agenda de la Reina para presentar sus credenciales. Comprenderá que mientras esto no se produzca, debamos ser discretos, ya se imaginará que hay bastantes personas pendiente de una reunión entre ambos”

Moret “Me imagino que todo el mundo estará interesado en las actividades del Primer Ministro de Gran Bretaña. Ignoro la atención que pueda despertar este humilde político de una pequeña potencia”

Salisbury “Su modestia es grande, pero sabe que hay algunos intereses en juego de los que España puede pasar a ser protagonista. Supongo que las urgencias de mantener una cita con mi persona vendrán por ahí.”

Moret “Eso será bien a nuestro pesar, precisamente quería exponerle nuestro problema y escuchar sus sabios consejos. Conoce mi Lord que varios países ambicionan sustituir a España en sus posesiones ultramarinas y como consecuencia de ello mi Gobierno me ha encargado que le haga llegar la incertidumbre que despierta en el ánimo de la Reina Regente y de su joven hijo el Rey, la actitud que pueda tomar el Gobierno de su Graciosa Majestad en caso de litigio.”

Salisbury “Nosotros vemos con simpatía la causa de España en la conservación del status quo sus colonias. Trataremos de realizar una mediación pacífica en cualquier conflicto.
>> Una vez dicho esto, me va a permitir ser algo más práctico. Los únicos responsables de su incertidumbre son ustedes mismos y se debe a la falta de confianza que tienen en las propias fuerzas. Su debilidad es el detonante de la inestabilidad que se esta produciendo donde hay posesiones españolas. El Gobierno británico les insta a que tomen las medidas oportunas para que su posición alcance mayor fortaleza y nadie codicie sus posesiones, los únicos que pueden salvarlos son su propio Ejército y Marina; a la hora de la verdad, no contarán con más ayuda directa. Nosotros además de buenos oficios, sólo podemos ofrecerles neutralidad.”

Moret. “Señor Primer Ministro y si lográramos hacer frente a nuestro adversarios con algún acierto ¿intervendrían ustedes para que una supuesta guerra no se prolongase demasiado?”

Salisbury “Es posible, pero depende del enemigo potencial del que estemos hablando”

Moret “Sinceramente nuestros dos adversarios más peligrosos son Alemania en las Filipinas y los EEUU en todos nuestros territorios”

Salisbury “Dos grandes potencias de enorme proyección. Un día le explicaré mi teoría sobre las naciones con vitalidad y las moribundas.
>>No me parece sensato que Gran Bretaña actué para salvaguardar la soberanía de ustedes altruistamente. Las dos naciones de que me habla representan un peligro real como enemigos, España francamente no.
>> Si su país no puede mantenerse con sus fuerzas, intervendremos en defensa de intereses de la Corona británica nada más. La debilidad de la metrópoli en esas tierras es un auténtico problema, si Alemania o Francia se hiciesen cargo de ellas produciría un desequilibrio de poder en la zona. Repito que si ustedes no están en posición de defenderlas, preferimos administrarlas nosotros mismos o cedérselas a una potencia aliada.
>> En cuanto al Caribe nos gustaría que España se volcara en su conservación, el traspaso de la soberanía de esos territorios a los EEUU les daría a ellos una posición dominante en las Antillas y Centroamérica.
>>Pero ya le digo, una ayuda directa nuestra es un riesgo que no estamos dispuestos a asumir. No se puede hacer ni idea del volumen de negocios que se mueven entre los dos lados del Atlántico que son de común interés con los americanos.”

Moret “Si me permite mi Lord, le diré que ayudarnos puede ser también del máximo interés para Gran Bretaña sin tener que exponerse demasiado.
>> Primero no creo que sea conveniente para ustedes que los EEUU se conviertan en una potencia hegemónica en el Caribe, como usted mismo ha insinuado antes. Ya sabe: el futuro canal de Panamá, sus no disimuladas apetencias sobre Canadá, las interferencias en los asuntos de Venezuela, etc…; por no hablar de sus simpatías fenianas, aunque estas poco tienen que ver con las Antillas.
>> Además nosotros nos ofrecemos a ser un leal aliado de Gran Bretaña. Como muestra tienen ustedes la cesión que hemos hecho del norte Borneo a cambio de nada; pero por si eso no tiene validez ya, nos comprometemos para mayor entendimiento a no desarrollar fortificaciones militares cercanas a Gibraltar, así como proporcionarles espacio suficiente para la construcción de un puerto en la Bahía de Algeciras y que la verja de separación se levante en el limite español de la zona de nadie. Por otra parte, tengo autorización para ofrecer en nombre de la Reina Regente el puesto de futura esposa y por lo tanto Reina de España a una princesa británica. Además creo que no será necesario recordar la privilegiada situación de que disfrutan las compañías comerciales e industriales británicas en nuestro país.”

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Salisbury “Todo lo que dice es muy interesante, ¿qué es lo que desean ustedes de Gran Bretaña exactamente?”

Moret “Lo que quieran darnos será bienvenido, pero por lo menos una neutralidad real y sus buenos oficios en el caso que logremos hacer frente a nuestros enemigos con alguna solidez, evitando que el conflicto se prolongue en exceso.
>>Deseamos igualmente que los encargos a los astilleros británicos no se dilaten deliberadamente, preferimos que nos digan sinceramente “no podemos hacerles el trabajo”, a que nos entretengan con falsas disculpas.
>>Y lo más importante que les pedimos es que permitan a Portugal ser nuestro aliado.”

Salisbury era conocedor de los papeles robados a Labra y Lucas en su viaje a Lisboa sobre el Pacto del Bloque ibérico, estaban recién llegados de Portugal con el sello del Rey Carlos y con emisario americano.

Salisbury “Sin embargo me han llegado rumores que ustedes están conspirando con Portugal para deshaga su tradicional alianza con Inglaterra.”

Moret “Sin duda la información no es correcta o en su caso está incompleta. Reconozco que nos han robado unos documentos secretos en los que se proponía una alianza con Portugal, la cual necesitamos. En el memorándum había una cláusula que dejaba a salvo los derechos que pudiera tener Gran Bretaña; a lo mejor quien se los ha hecho llegar, ha sustraído del conjunto deliberadamente esa parte para que su señoría tuviera una visión sesgada del asunto.
>>Voy a explicarle nuestro verdadero propósito:
>>Portugal tiene unas grandes deudas con ustedes y con Alemania, la fecha de los vencimientos espira a finales de 98 y tienen como garantía la soberanía de sus colonias africanas. Si no es verdad lo que digo corríjame.”

Salisbury “Con algún matiz está en lo cierto, prosiga por favor”

Moret “No ofrece ninguna duda que el Kaiser Guillermo querrá ejecutar la garantía, no dando oportunidad con moratorias a Portugal, país que por otra parte lo tiene casi imposible para efectuar los pagos de su deuda.”

Salisbury asintió con la cabeza, mientras se servía un Oporto a él mismo y otro a Moret. Don Segismundo a su vez le ofreció un gran puro Partagás de un estuche de cuero y plata.

Moret “Nos ofrecemos a avalar la parte británica de la deuda, con eso ustedes quedarán a cubierto económicamente. Alemanía no se atreverá sin su consentimiento a invadir las colonías portuguesas y por lo tanto Gran Bretaña seguirá siendo la verdadera dueña en el conjunto de esos territorios y no sólo de la parte que le tocaba en el reparto. Es decir no pierden dinero y además continúan siendo la potencia preponderante en toda la zona.”

Salisbury “Y se cree usted que el Kaiser va a renunciar a su dinero así sin más.”

Moret “No por supuesto, Portugal tendrá que devolvérselo. Cosa diferente es que Alemania deberá prorrogarle los plazos, porque sin la aquiescencia británica y con España aliado de Portugal se pensará mucho más atacar las colonías lusas.”

Salisbury. “¿Por qué necesita el imperio Británico participar en esa pantomima? Aún con ser cierto lo de la deuda de Portugal y la garantía de sus colonias. En su caso llegaríamos a un acuerdo con Alemania ¿para qué necesitamos a los españoles?”

Moret “Se ha preguntado su excelencia, ¿cuál sería la posición de los ciudadanos y empresas británica en el mismo Portugal al arrebatarle sus colonias? y si además los dos países que forman la península ibérica estuvieran unidos en contra suya sin territorios a defender en ultramar, creo que les iba a ir muy mal por nuestras tierras. No hace falta que le recuerde que el Reino Unido tienen muchísimos intereses económicos en España y Portugal, puede que no tantos como con EEUU pero al fin y al cabo muchos.”

Salisbury “¿Es eso una amenaza en mi propia casa?”

Moret “No creo que pueda considerarse tal, su excelencia se dará cuenta que lo digo es un pronostico seguro, el pueblo portugués clamaría venganza y sí el español sabe que ustedes han ayudado a nuestros enemigos tambien. ¿Qué van invadir la Península?, no dudo de su capacidad militar, pero el coste sería desproporcionado y crearía un conflicto internacional de gran dimensión.
>>Nosotros en disposición de garantizarles con nuestro propio ejército la integridad de vidas y haciendas de los súbditos británicos en toda la península, siempre que esto se de en una España y un Portugal unidas por una alianza político-militar y económica. Haga memoria: Almadén, Río Tinto, Arrayanes, Peñarroya, Jerez, Oporto, ferrocarriles, telégrafos y piense en la potencialidad las futuras concesiones eléctricas, venta de petróleo, teléfonos etc…
>>Además si salimos bien librados de nuestro conflicto con los EEUU, creo que podremos garantizar mejor que ellos mismos la soberanía de las posesiones a Portugal; eso es bueno para ustedes, ya que ninguna de ellas caería en manos de una tercera potencia, nosotros ayudaríamos a Gran Bretaña a mantener su status quo de privilegio actual en toda la península ibérica y en las colonias portuguesas sin que ustedes tuvieran que mover ni un dedo ni gastar un chelín.
>>Piénselo bien, les garantizamos su posición actual de forma gratuita y además les devolvemos el dinero que debe Portugal, cuando ellos no puedan hacerlo de por sí.
>>No pretendo engañarlo negando que nuestra situación económica no es precisamente boyante, pero tambien es seguro que cuando termine la crisis militar nos recuperaremos antes que Portugal.”

Salisbury “Necesito meditar fríamente sobre todo lo que hemos hablado, es un tanto enrevesado
>> Le advierto que no va a obtener ninguna respuesta oficial. Una vez que presente sus credenciales, las conversaciones sobre este tema no discurrirán en los mismos términos de confiabilidad y complicidad, todo debe ser más frío y aséptico.
>>Haga llegar los documentos verdaderos sobre lo de Portugal por una vía no oficial que pronto se les abrirá y por donde deberán producirse todos los contactos de este tipo sobre el asunto a partir de ahora.
>>Y en todo caso, si alguna ayuda reciben de nosotros, será tan sutil que deberán esforzarse para advertirla. Oficialmente declararemos nuestra neutralidad, pero recuerden esa ayuda la cobraremos a alto precio.

Salieron a los jardines donde estaban regresando amazonas, jinetes, lacayos y perros. Sir James Moore se acercó triunfante a saludar a Lord Salisbury.

Lord Salisbury. “Querido James, empieza a ser aburrido que gane usted siempre. Por lo menos debía por cortesía permitir imponerse a un extranjero”

Sir James “No se crea mi Lord, hoy he tenido dura competencia, el español es un jinete genial; a pesar de ir a lomos de “mulo”, casi ha llegado al mismo tiempo que yo. También había un americano que me estaba alcanzando pero desapareció de repente.”

“Siento comunicarles que creo el yanqui se cayó de su caballo saltando un muro de piedra, un tropiezo fortuito”. La ronca voz de Alejandro hablando en inglés con acento cartagenero, interrumpió la conversación.

Sir James “Aquí esta mi héroe. Este es el caballero que casi me vence”.

“Sí también es el tramposo que me tiró del caballo, al cruzarse con su penco delante del mío empujándome”. Willians Sims con cierto tono de enfado irrumpió de repente en la tertulia.

Alejandro “¡Uff Menos mal!, me quedo más tranquilo sabiendo que eres tú el que se cayó, pensé que era una amazona por la manera de montar. ¿Qué te crees que tienes derecho de paso por ser yanqui?”

Sims “Te libras por ser primo de Belén, a la que tengo en la más alta estima y sé que no me lo perdonaría si te hago daño, que si no…”
Alejandro “Si no, qué ¿arma blanca, pistola? Lo que gustes...”

Alejandro se acercó decidido y dispuesto a estamparle un guante en la cara a Willians.

Sir James se interpuso “Venga caballeros veo que ya se conocen, solo son calenturas del momento; no olviden que son invitados de Lord Salisbury y les están poniendo en un compromiso, esto es un deporte nada más. Ruego se estrechen la mano.”

Williams dudó un momento y ofreció la suya; a Alejandro le costó más, pero una vez hecho la apretó con fuerza.

Almorzaron todos juntos. Durante la comida Willians Sims se interesó por el motivo de la presencia de Alejandro en Inglaterra, Osborne le participó su condición de secretario y asistente del Ministro Moret. A su vez Willians dijo que había estado recientemente en Portugal y que ahora debía resolver unos asuntos en Londres. Preguntó el americano tambien por Belén y al respecto Alejandro le dejó claro que aunque le tenía un gran cariño apenas la veía, ya que sus círculos sociales en Madrid eran distintos y distantes, que lo de San Sebastián del pasado verano fuera un encuentro fruto de la casualidad.

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13 Jul 2010 17:00
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CAPÍTULO XVIII
LA FORJA DE UNA ESCUADRA. Secretaría de Marina, Madrid. 11 de Enero de 1896.

Aquél lunes por la mañana el personal que entraba en la sala de reuniones del Almirantazgo se acercaba raudo a la encendida chimenea.

El frío en la calle era de esos que hace temer que las orejas se puedan quebrar si se les golpea con un dedo. Cuando uno se paraba a charlar con alguien a descubierto, terminaba dando palmadas con los guantes y zapateando contra el suelo.

El gélido viento serrano era el clásico de Madrid, aquél que no apaga una vela pero que tumba a un hombre. Daba angustia ver las colas de tullidos y harapientos menesterosos con los pies semidescalzos a las puertas de las cocinas benéficas horas antes de que estas abrieran.

“Con tu permiso mi Almirante, señores tomen asiento”. El Vicealmirante Beranger pidió con respeto a su amigo el Vicealmirante Valcárcel y ordenó al resto de los presentes.
>>Si quieren pueden servirse una taza de café o chocolate para terminar de entrar en calor.
>>Ya que hace más de un mes que no les veo a la mayoría, espero que hayan pasado todos unas felices navidades en compañía de los suyos. Como fiestas no hay muchas ya, supongo que vendrán descansados y con fuerza, porque les advierto que el contenido de la reunión a la vez que importante es muy denso y promete ser larga en extremo.

En estas últimas navidades pocos madrileños se habían acercado a escuchar las campanadas del reloj de la Puerta del Sol en la noche de San Silvestre. Las autoridades apenas habían acudido a los bailes de casinos y sociedades recreativas, mucho menos los militares vistiendo uniforme. En cuanto los grandes convites, otros tiempos tradicionales en estas señaladas fechas, eran ahora prohibitivos excepto para una minoría quienes hoy por hoy preferían hacerlos con discreción.

>>Para empezar aunque la mayoría ya se conocen, les voy a poner en sobre aviso de en calidad de lo que cada uno esta aquí, ya que no se corresponde casi ninguna de sus personas con la reunión sobre el nuevo Plan Naval del pasado Abril.
>>El Vicealmirante Valcárcel, quien sí que estuvo en aquella, como todos ustedes sabrán es El Vicepresidente de la Junta Consultiva de la Armada, además de Senador Vitalicio.
>>El Contralmirante Bermejo cesará pronto en su puesto como Jefe de la Escuadra de Instrucción por expreso deseo del Partido Liberal y será algo así como un Viceministro. En su caso, si su Partido nos sustituyera en el Gobierno, él sucedería a mi persona como Ministro.

Extraña sustitución podía ser esa, la de una vedette por la de un hombre sencillo. De triste presencia se podía catalogar la figura de aquel veterano marino: cabeza de líneas rectas, enjuto en su pequeña estatura, hombros estrechos, gruesos bigote y cejas, peinaba su abundante cabellera con raya algo ladeada; por fín, sus permanentes ojeras le hacían parecer un tanto melancólico. Era don Segismundo Bermejo persona de cultura y probada honradez, pero como marino estaba algo anticuado. Valoraba más el número de barcos que la calidad de los mismos y creía que la practica del corso unido al abordaje espada en mano a naves enemigas, haría a los españoles vencedores en alta mar contra potencia extranjera.
Prosiguió Beránger:

>>He considerado de mutuo acuerdo con don Segismundo que con independencia de los vaivenes o los precios políticos a pagar por los titulares del Departamento, debe haber alguien que conozca la situación en su conjunto y le de continuidad. Por eso se ha nombrado al Contralmirante don Eduardo Butler como Jefe del Estado Mayor del Almirantazgo.
>>Los señores Novo y Colsón y Fernando Villaamil, además de prestigiosos marinos, serán sin duda diputados en las elecciones de este año; con lo cual, nos interesa que defiendan de una manera profesional los intereses de la Armada en la Cámara Baja.

Posiblemente las elecciones de Abril del 96 serían las últimas que amañase Romero Robledo y pudiera pronosticarse el resultado.

>>Por último, el señor Lucas Pena es un periodista especialista en temas navales, además de representante de la Presidencia del Gobierno en esta reunión.

Después de los roces habidos entre el Vicealmirante Beranger y Alejandro, el marino había vetado la presencia del infante en las reuniones.

>>A continuación, el Contralmirante Butler nos leerá los nombramientos -unos realizados recientemente y otros próximos a producirse- en los destinos que consideramos claves en el caso de conflagración bélica.”

Butler “Les rogamos que si después de conocer los nombres tienen alguna objeción la participen para debatirla. En realidad los elegidos son la flor y nata de la Marina española.
>>Contralmirante don Vicente Manterola, Comandante General del Apostadero de la Habana
>>Contralmirante don Patricio Montojo, Comandante General del Apostadero de Filipinas.
>>Capitán de Navío de 1ª don Pascual Cervera, Comandante de la Escuadra de Instrucción.
>>Capitán de Navío de 1ª don Manuel de la Cámara, Comandante de la Escuadra de Reserva

Todos asintieron con la cabeza, dando muestras de satisfacción con las elecciones practicadas.

Butler “Siendo así, una vez publicados serán ellos mismos quienes participen en la selección de sus comandantes.”

Beranger “Cambiando de tercio, tema especialmente grave es el de la financiación de la escuadra. Hemos conseguido con un gran esfuerzo unos logros considerables. Así el presupuesto de la Marina ha pasado en el ejercicio del presente año a 46 millones de pesetas por 23 del anterior y como la recaudación de los impuestos -especialmente sobre las rentas- ha mejorado mucho pensamos que llegaremos a los 50 millones en el 98.”

Bermejo “Sea vuecencia prudente mi Almirante. Porque siendo verdad que se ha duplicado el crédito, no es menos cierto que el presupuesto es similar al de 1886 y que su porcentaje sobre el total es menor que el del resto de las potencias. Además como la mayoría de ustedes han preferido confiar en barcos muy caros, en vez de hacerlo en la legendaria pericia y valor de los marinos españoles, el montante se me hace escaso.”

Lucas “Yo por mi parte reconozco el avance del numerario, pero no debemos olvidar que de la parte aumentada, un gran porcentaje se lo llevarán la Infantería de Marina -una vez tomada la decisión de no disolverlos, si no antes bien todo lo contrario de potenciarlos-, otro se gastará en el correcto mantenimiento de los nuevos buques de la flota , además deberemos compensar la pérdida de ingresos por la redención de los mozos en metálico y la transferencia de los fondos de Ultramar a las autonomías -ahora dedicados en su mayoría en mejorar las condiciones de vida de la poblaciones nativas de los territorios-”.

Butler “Tengan en cuenta que además del aumento hemos tomando importantes medidas de ahorro. Así del gasto que efectúe la Infantería de Marina cuando actúe como parte de un contingente del Ejército se hará cargo el Ministerio de Guerra. Las construcciones y mantenimiento de los buques menores de 500 toneladas -excepto de los torpederos- serán sufragados por los departamentos de Hacienda, Gobernación y Fomento; constituyéndose una Guarda Costera con dotaciones de la Armada bajo la autoridad de una junta rectora mixta -salvo claro está en caso la guerra, durante la cual la autoridad será exclusiva de la Marina de Guerra-. Se darán de baja algunos buques inútiles como los cruceros de la clase Castilla y lo más importante, procederemos a la enajenación mediante venta o arriendo de todos lo astilleros de los Arsenales. Lo último sólo supone en personal y mantenimiento un ahorro de más de tres millones de pesetas al año, además deberán hacerse cargo la empresas adjudicataría del coste de las nuevas instalaciones, aunque serán subvencionadas por Fomento.”

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13 Jul 2010 17:39
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En otra situación cualquiera, la totalidad de los presentes se hubieran quedado atónitos por la noticia. En esta ocasión habían sido consultados previamente y todos -con matices- estaban de acuerdo con la medida. Su preocupación era el más que posible estallido social por la pérdida de puestos de trabajo que se presumía iban a producirse, muy especialmente en Cartagena.

Novo y Colsón “La medida aunque económica y operativamente parece acertada, socialmente es durísima y se puede volver en nuestra contra.”

Beranger “Mire ese es un problema político a resolver por el Ministerio de Hacienda y en último caso por la Guardia Civil. De todas formas, no hemos dicho que se vayan a cerrar los astilleros, sino a ser administrados por empresas civiles. La situación actual es insostenible, tenemos factorías con 1800 trabajadores de los cuales sólo 300 son necesarios”

Lucas “Independientemente de lo hasta aquí dicho, otro factor a tener en cuenta relativo a los apuros monetarios es la continua devaluación de la peseta.”

Beranger “Creo que nos hemos expresado mal, parece que ustedes han entendido que vamos a disminuir el presupuesto ¡Hemos dicho que va a duplicarse! entiéndanlo correctamente por favor. Que sería ideal pasar de los 100 millones como los EEUU, con porcentajes del 8% sobre el presupuesto del Estado; estamos de acuerdo, pero no puede ser. Simplemente digo que la situación es mejor que antes.
>>De todas maneras no se adelanten y escuchen la segunda parte sobre presupuestos extraordinarios.”

Butler “Son conocedores que nuestros créditos extraordinarios provienen en su mayor parte de la imposición de nuevos de impuestos especiales, al contrario de lo que ocurre en Ejército de Tierra que derivan de la deuda pública. Pues bien, el subsiguiente crédito extraordinario procede de la creación de un impuesto sobre la navegación de cabotaje en la Península, archipiélagos, plazas de soberanía y de unos a otros. Esperamos obtener unos 48 millones de reales al año durante doce anualidades, quizás por adelantado antes que finalice el primer trimestre del 98 unos 90 millones de pesetas.
>>El problema surge del crédito del Plan Arias, el cual ya esta consumido con creces, siendo que para terminar sus programas necesitamos otros 50 millones. El sobre gasto se debe principalmente a la inversión en buques de programas anteriores. La amortización de ese dinero con el nuevo crédito extraordinario, nos impediría conseguir los objetivos pretendidos en el Plan de Urgencia del 95, pero creo que el señor Lucas Pena tiene una solución.”

Lucas “En todo caso la solución es del señor Canalejas y mi autorización para hablar sobre el asunto es muy limitado. Puedo adelantarles que en tres años -a 18 por año más 6 millones del pasado ejercicio- se entregará a la Armada un montante extra de 60 millones de pesetas. No puedo decirles otra cosa que el origen del dinero es más divino que humano.”

Beranger “En otro sentido, debo admitir que del programa del 95 no hemos podido conseguir dos de sus principales objetivos que eran un Acorazado por 23 millones y crucero acorazado por 15.
>>Por ello los gastos comprometidos que calculamos hasta la fecha serían:
>>23 millones en un crucero acorazado comprado en Italia y que se llamará “Cristóbal Colón”.
>>12 millones en el nuevo crucero protegido “Reina Regente”, al cual se le puesto la quilla a principios del pasado Diciembre y que ha de estar finalizado para Junio del 98. Su precio se eleva por el aumento de tamaño y la necesidad de terminarlo a tiempo.
>>El encargo de dos pequeños cruceros protegidos por 5 y 4 millones respectivamente, el cual lleva algún retraso sobre lo previsto. Tenemos dinero en reserva para adelantarlo, lo que ocurre es que no conseguimos confirmar la subscrición para la construcción. Una de ellas se hará en Méjico y la otra la subvencionaran los centros patrióticos de Buenos Aires y Montevideo.
>> Ambos cruceritos protegidos han de estar acabados en dos años. Se que pueden parecerles innecesarios, pero piensen que en los últimos meses hemos perdido dos grandes cañoneros por accidente, el “Colón” y el “Barcaeztegui”, habría que sustituirlos de todas formas; si además es por buques superiores a los perdidos cuyo dinero nos lo aportaran desde el extranjero, mejor tenerlos antes de que tengamos un conflicto. Por eso es preferible adelantar el dinero, ya lo recuperaremos, partimos de la base que en esos países ya se han empezado a moverse para su financiación.

Interrumpió Bermejo “Dense cuenta de la ventaja que representa aumentar nuestro número de buques a un precio razonable”

Beranger miró a Bermejo con cierto desdén y continuo hablando. “La compra de una serie de 6 modernísimos destructores por un importe global de unos 13.5 millones pesetas y cuyos cuatro últimos encargaremos la semana que viene a cargo de los presupuestos de Ultramar. El retraso en su entrega después del uno de Enero 1898 tendrá una elevada multa.
>>Otros 4.5 millones serán empleados en una escuadrilla de 25 cañoneras de distinto tipo para Cuba, que se completaran con otros dos cañoneros de 300 toneladas y uno de 200 para Filipinas, fabricados los últimos en Hong Kong. En conjunto unos 6 millones que se iban a imputar al Ultramar; sin embargo, como los dineros de ese Ministerio se están dedicando a labor social en las colonias, se traspasará el pago los Ministerios de Hacienda, Gobernación y Fomento 1 en su mayor porción -excepción hecha del armamento-.
>>Por cierto el General Weyler ha solicitado que se le moten ametralladoras de 11 mm con cureña de desembarco en vez de los revólveres de 37 mm que aconsejamos en la Junta Consultiva. Espero que no se nos ordene tal cosa por autoridad superior.”
>>Esto hace un total de unos 60 millones. En realidad había otras inversiones previstas dedicadas a infraestructuras e incluso tres remolcadores. Diré que en principio se han suspendido todas, excepción hecha de un taller de calderería, unos depósitos de agua y lo más importante un dique flotante para La Habana. En total cuatro millones más
>>Por otro lado, hemos llegado a un acuerdo con el señor Rivas para rebajar la deuda 2 que tiene con la Armada a 10 millones de pesetas si la paga antes de un año. Parece que bastantes financieros vascos le ayudaran por motivos que no vienen al caso ahora, pero que sin duda nos conviene a todos.
>>El Capitán Villaamil expondrá que se quiere hacer con el sobrante y el por qué” concluyó Beranger.

Lucas Pena miró atentamente al marino asturiano. D. Fernando Villaamil y Fernández-Cueto no había colgado todavía su impecable uniforme azul en el armario para dedicarse a la política, pero que pronto lo haría. Su prestigio precedía a la inteligente mirada de sus ojos. Aunque hombre de pequeña estatura era acompañado de un cuerpo fornido; ligeramente canoso el cabello, estaba cortado con pulcritud y en perfecto orden, bien afeitado en conjunto excepto su largo bigote cuyas puntas tendían a apuntar hacia abajo.

Don Fernando era una persona extremadamente conocida y popular. Diseñador del cazatorpedero “Destructor”, famoso en todas las exposiciones náuticas desde que se construyó allá por 1887 y padre de los más modernos que se acaban de encargar. Había circunnavegado el globo con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento al mando de la corbeta escuela “Nautilus”; y últimamente en ocasión más luctuosa, instruyó un preciso y completo informe acerca de las causas posibles que podían haber confluido en el hundimiento del crucero estrella de la Armada “Reina Regente”.



1 Hasta hace poco los gastos de cañoneros en las colonias los cubría el Ministerio de Ultramar.
2 La deuda de Rivas con la Marina venía de la construcción de los cruceros Vizcaya en los astilleros del Nervión, en total 11´3 millones que el Estado le había adelantado. Como la factoría fue intervenida por la paralización de la misma, la Marina y el señor Rivas andaban en litigios desde entonces.

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13 Jul 2010 17:47
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Villaamil “Muchas gracias mi Almirante, permítame añadir que de los diques secos de gran tamaño que se estaban construyendo, sólo se terminará el de la Carraca 3 , suspendiéndose el de Cartagena. Se harán dos nuevos para buques de hasta 2.000 toneladas, uno en Cuba y otro en Filipinas, con una subvención de 400.000 pesos. La financiación será a medias con una nueva empresa de la que hablaremos más tarde, las obras ya han empezado y deberán estar finalizados para diciembre del 97.
>>Como consecuencia de lo anterior y considerando que los trabajos que faltan del Plan Arias se financiarán al completo con esos 60 millones que ha nombrado el señor Pena de origen sobrenatural, tenemos unos 40 millones de pesetas para invertir; los cuales, pueden convertirse en 49 a medida que se vaya devolviendo el dinero de los cruceros subvencionados que se llamarán “Extremadura” y “Río de la Plata”.
>>El Capitán de Fragata Bustamante -además haber desarrollado gran cantidad de inventos- ha elaborado unos estudios denominados por él mismo modestamente “ideas sobre el material de la Marina”, en ellos apunta lo que cree que debiéramos hacer con dicho material para mejorarlo. Tanto el Capitán de Navío Cervera como yo mismo, coincidimos casi al 100% con él.
>>En primer lugar critica Bustamante la falta de protección de nuestros buques, especialmente en los puestos de la artillería media. Dice don Joaquín que los españoles pretendemos quemar los cañones y las corazas en las calderas en vez de carbón, siendo lo primero estrictamente necesario para luchar y no habiendo parte del buque más importante para proteger que sus propios hombres. Es decir, en vez de cañones y blindajes, en España escogemos autonomía y velocidad.
>>El CF Bustamante ofrece una solución que lejos de de disminuir autonomía la aumenta, al tiempo que elimina peso y volumen ocupado. Ésta consiste en cambiar todas las la calderas cilíndricas por otras Benville o Niclausse-multitubulares y inexplosivas-, como se está haciendo en el “Pelayo”. Aunque el mantenimiento es más complejo, las ventajas son obvias y además las Benville se desmontan con suma facilidad pasando sus piezas a través de las portas de los costados. No se haría ya con los nuevos cruceros -los “Princesas de Asturias”-, cuya protección es bastante buena, pero sí en los tres Vizcaya. El de éste nombre precisamente esta en Francia con las obras pendientes, como recodarán entre otras la supresión de dos cañones de 140 mm para aumentar el espesor y el tamaño de los escudos de esas piezas; pues bien, también se les podría cambiar las calderas por unas Belleville y la pérdida de peso se emplearía en acasamatar de manera similar a sus primos la batería media e instalar unos mamparos transversales que conviertan el centro del buque en un cajón blindado.
>>Con el “Alfonso XIII” y el “Lepanto” se procedería de igual manera, al cambiarles las calderas con la disminución de peso se blindarían mejor todas las piezas artilleras.”
Valcarcel “¿Qué piensa usted romper las cubiertas protectrices de esos buques para retirar las calderas?”
Vilaamil “Ni mucho menos mi Almirante, las que habrá que destrozar en diminutos trozos y sacarlos por las portas son las calderas viejas. Con las nuevas la ventaja es que se pueden desmontar en pequeñas piezas fácilmente.
>>A la “Numancia” y “Vitoria”, además de las obras ya practicadas y la prevista de instalarles dos máquinas de triple expansión a cada una con dos hélices, les cambiaremos las calderas por otras más modernas, aprovechando el peso disminuido para colocarles unas cubiertas protectrices parciales de unos 50 mm sobre calderas, máquinas y Santa Bárbara.”

Lucas “A consecuencia de eso el barco será casi un acorazado de 2 clase, ¿pero a que precio?”.

Butler “Unos cinco millones por nave con el total de todas las reformas. En realidad son menos, ya que según el nuevo diseño hemos encargado cañones de más.

Bermejo “¿Cuántos cañones sobran?”

Butler “4 Hontoria de 160 mm, 3 Skoda de 150 mm, 3 Canet del mismo calibre y un Hontoria de 140 mm. Pero no se preocupe todos tienen destino, no sobrará ninguno ni de esos ni de los que se montan en buques inútiles o se almacenan en los parques de artillería de los Arsenales. Tenemos la obligación y necesidad de colaborar con las defensas de la costa y guardar alguno para reponer en las embarcaciones”

Bermejo “Me parece todo lo que hablamos un despilfarro. Las calderas de los tres Vizcaya y las de los cruceros protegidos son prácticamente nuevas. Considero lo propuesto tirar el dinero por la borda, tienen ustedes un empeño desmesurado de supeditar todo al acero y la pólvora.”

Beranger “La verdad es que algo de razón no le falta a don Segismundo esta vez. Podríamos optar por una opción intermedia, consistente en dejar las calderas tal como están, excepción hecha de la “Numancia”, la “Vitoria” y en la aquellos que sean imprescindible el cambiarlas por ser inútiles las viejas. En realidad, las piezas de artillería ya están mucho mejor protegidas que antes en los “Vizcaya” y los “Lepanto”, podremos utilizar el dinero en maniobras, munición y carbón.”

Bermejo “Aceptaría esa propuesta como mal menor, aunque vaya manía les ha entrado a ustedes con añadirles más hierro y cañones a los barcos, no sé para que queda el honor de las armas blancas.
>>Ahora me gustaría entrar en detalle de lo que pensamos hacer en los Arsenales. Mentiría al decir que lo he entendido”

Butler “Mire usted Almirante es muy sencillo. En principio enajenaríamos todos los astilleros de esos Arsenales, arrendando sus instalaciones a una nueva empresa. La sociedad estaría formada por el Marqués de Comillas, el señor Rivas, La Maquinaria Marítima y Terrestre, los astilleros Munguía y Noriega de Cádiz, los de la Graña de El Ferrol y otros grupos o personas de menor calado.
>>La Armada se comprometería a hacer todos sus encargos de construcciones a la misma siempre que cumpliera plazos y calidades. Los nuevos buques se construirán fundamentalmente en El Ferrol y Bilbao, aunque alguno también en Cádiz. El mantenimiento recaería principalmente en está última ciudad, aprovechando los diques secos e instalaciones de la Trasatlántica en Matagorda, las del astillero Vea y Murguía -en el cual se habrá de terminar su gran dique seco- y las del actual Arsenal -finalizando igualmente las obras de su nuevo dique seco-.
>> El Astillero de Cartagena se cerrará, trasladando su dique flotante a las Filipinas, a La Habana se llevará el que se esta construyendo en Inglaterra. Tanto en Subic como en La Habana se practicarán dos diques secos de hasta 2000 toneladas. De las instalaciones de estos astilleros se encargará también la nueva sociedad. Dicha empresa podrá construir y mantener buques civiles para hacer rentables las instalaciones, pero deberá dar prioridad a la Armada. Por supuesto, los barcos mercantes bajo bandera española y los extranjeros en territorio nacional recibirán mejor trato fiscal e impositivo por parte de las diferentes instituciones públicas -incluidos los puertos y aduanas- si han sido fabricados por esta nueva compañía . En definitiva, reuniremos bajo una sola firma la construcción de cascos, calderas y maquinaria, así como su futuro mantenimiento”.

Novo y Colson “Conocen que no comparto totalmente la decisión de cerrar Cartagena, podría ser cualquier otro astillero”

Villamil “Sí es cierto, pero es el astillero que peores resultados esta dando, posiblemente por la falta de una industria auxiliar privada fuerte. Además Ferrol y la Carraca son imprescindibles como Arsenales y bases de primer orden.”

Bermejo “No se porque mezcla el concepto de astilleros y arsenales, nadie ha puesto en duda la permanencia de Cartagena como Arsenal.”

Butler “Mi Almirante eso no es cierto de todo, la importancia de Cartagena como puerto base para la escuadra disminuirá, al igual que Mahón. El Ejército está pensando retirar parte de las defensas artilleras para destinarlas a Filipinas y Santiago. Primero hay que decir para ser justos que nos han preguntado nuestras prioridades”

Novo “Debemos buscar soluciones para los trabajadores de Cartagena”

Beranger “Otra vez con lo mismo, insisto eso es un problema político. Nosotros debemos resolver cuestiones militares, el Arsenal de Cartagena en general y sus astilleros en particular son los menos rentables económicamente. Desde el punto de vista estratégico para lo que se avecina son más importantes El Ferrol y Cádiz, después ya veremos que pasa sí necesitamos a Cartagena de nuevo.”

Butler “Si les sirve de consuelo les diré que los astilleros se cerrarán solo a efectos militares, será decisión de la nueva Sociedad Española de Construcciones Navales (SECN) el seguir trabajando con buques civiles.
>>Negar la evidencia que la ciudad de Cartagena sufrirá un recesión sería de gran cinismo. Ahora bien, estoy seguro que se mantendrán unos pocos puestos de trabajo, los obreros recibirán alguna clase de indemnización y se les darán facilidades para colonizar territorios en Oriente y África; a mayores, el puerto comercial se beneficiará de la ampliación con dársenas militares. Para terminar como dice el Almirante, los intereses militares objetivos no se pueden subordinar a cuestiones políticas o de orden social. En el fondo, a larga las decisiones demagógicas repercuten en el buen funcionamiento de la Armada y los marinos pagan los errores con sus vidas”

Novo y Colson. “Bueno no queda más remedio que aceptar lo ya decidido. Pero señores no debemos olvidar que la estrategia es más un arte que una ciencia, por lo tanto también es poco precisa y muy amplia, siendo sólo correcta sí el resultado obtenido es positivo. No creo que poner al pueblo en contra de la Marina sea muy acertado, máxime teniendo en cuenta el exquisito trato dado históricamente por la ciudad cantonal a nuestra Armada.”

3 El dique de la Carraca se estaba pagando con dinero del Plan Arias

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13 Jul 2010 18:17
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Beranger “Esperemos que la sangre no llegue al río. En fin, ya es muy tarde y no quiero terminar sin informarle de otros tres puntos.
>>En breve, haremos público el contrato con la nueva sociedad naval que llamaremos SECN, de cuatro nuevos buques: un acorazado proyectado por la Armstrong de 11.000 toneladas, se llamará “Felipe II”; un crucero acorazado de 6.500 toneladas, proyectado por el ingeniero Fuster de la Vea-Murguía de nombre “Pedro Aragón” o “La Habana”; y dos nuevos cruceros protegidos de 3.600 toneladas. Existe la posibilidad de una quinta embarcación, gemela al Río de la Plata y sufragada por la colonia española de Puerto Rico.”

Lucas “¿Cómo se financiarán esos buques?”

Butler “El Almirante sólo ha dicho que se anunciará el contrato, pero no que comenzará su construcción. Ésta se vinculará a la terminación de los trabajos en curso a modo de incentivo, para que los obreros de los astilleros no piensen que se quedarán en paro si concluyen las obras en tiempo.”

Novo y Colson “O sea que son una trampa”

Beranger “No ni mucho menos, comprometo mi palabra. Lo único es que no sabemos todavía nada acerca de cómo se pagarán. Posiblemente se harán con el segundo tramo de los impuestos especiales de navegación y se aprovechará el ofrecimiento de la ciudad de Barcelona para financiar el crucero acorazado. Cada cosa a su tiempo.
>>Se me olvidaba decirles que he recibido un telegrama del Contralmirante Montojo en el que me anuncia la próxima llegada de una carta con una serie de peticiones. Creo saber por donde van los tiros.

El Almirante Beranger les explicó las conversaciones mantenidas con Montojo en Madrid hace meses y las posibles peticiones del Comandante General del Apostadero de Filipinas.

Lucas Pena “Almirante disculpe, se le olvida el tercer punto”

Beranger “Gracias joven, pero no se me olvida nada, mi memoria funciona perfectamente todavía.
>> Quería hablarles de plazos, las medidas tomadas han dado resultado y los trabajos marchan según las nuevas previsiones: El crucero “Princesa de Asturias” se entregará en el próximo Octubre, el “Cardenal Cisneros” dentro de un año aproximadamente; en cuanto al “Cataluña” que se botará en Septiembre, trataremos de transferirlo a los Astilleros del Nervión, porque en otro caso dudo que lo terminen a tiempo en Cartagena.
>>Sobre “Alfonso XIII” y el “Lepanto”, el primero se entregará tras las reformas en la próxima primavera y el segundo será trasladado a La Carraca una vez concluido el “Princesa de Asturias”, me imagino que a primeros del 97.
>>El “Carlos V” estará listo para verano del 97 y las “Numancia” y “Vitoria” antes de que comience 1898.”

Butler “Advertir una cosa más. Ya que debemos aportar cañones de nuestros arsenales a la defensa costera y siendo los más apropiados los de 150 y 160 mm -los cuales estaban destinados en principio a cubrir las necesidades de los cruceros auxiliares que se armen en su momento-, nos veremos obligados a redistribuir los de 120mm, así como a comprar más Nordenfel de 57 mm y ametralladoras Maxim de 11 mm.
>>Algunos pensaran que ya había bastantes de 120 mm con los 12 fabricados específicamente para los auxiliares, añadidos a los 12 sobrantes del “Pelayo”; lo que ocurre, es que además de querer armar en condiciones óptimas a los auxiliares, deseamos aumentar las piezas de ese calibre a todos los cañoneros de 1ª, así como armar alguna otra embarcación.
>>La redistribución 4 pasará por traer a las maestranzas de artillería todas las piezas de esos calibres embarcadas en buques menores, transformado las de modelo 1883 a tiro rápido, eso incluye a las que están en colonías. Antes, habrá que enviar en sustitución otras menores de 70 y 90 mm sistema Hontoria o aquellas Krupp y Armstrong de similares calibres.
>>Tambien hemos decidido destinar el dinero que se estaba recaudando en una subscrición pública para un buque en Cuba, a la compra de Artillería de costa para Santiago. Manterola me ha dicho que pensaba que el montante llegarían al millón de pesetas; con esto último, la venta de “General Valdés” y la cesión de piezas almacenadas, la Armada habrá cumplido con creces en lo que a cañones se refiere en su aporte para con la defensas costeras. Para Filipinas esperemos que la financiación la busque el Ejército.

Bermejo “¿Por qué tanto interés por nuestra parte en artillar plazas fuertes, eso es cosa del Ministerio de Guerra”?

Beránger “Hay varios motivos Contralmirante. Para empezar, en El Protocolo Santiago se nos corresponsabiliza de ello; pero si ese argumento no le vale, le diré que para la Armada es prioritario, el tener bien defendidos todos los puertos que se puedan. Los necesitamos como refugio y para obligar a la marina enemiga a dividir su escuadra entre nuestros barcos y las baterías de costa o lo que es más importante todavía: que cuando nuestra flota luche cercana a territorio español lo haga apoyado por artillería amiga , aunque algunos piesen que es al menos tan peligrosa como la del enemigo.”

Butler “Con permiso del Almirante quiero puntualizar el tema de la artillería costera.
>>Para ser justos, el Ejército se está ocupando de la defensa de todas las plazas que puede; sin embargo, llevaba un retraso enorme por culpa de dos años de inactividad consecuencia de los presupuestos de paz hechos por el anterior gobierno y un tercer año -el 95- en el que hubo de funcionar con los mismos, costándole mucho encontrar recursos económicos.
>>Como sabemos aunque existen más plazas fuertes secundarías, las de mayor importancia en las que no se han definido sus defensas todavía son Manila y Santiago. Con ellas tenemos dos problemas: el económico y el de la capacidad de producción de la fabrica de Trubia.
>>Lo del dinero como han podido escuchar, parece estar en vías de solución con respeto a Santiago. En Manila se está intentando que la misma autonomía lo sufrague.
>>En lo referente a la fabricación, tengo noticias que se puede haber arreglado tambien. Unos empresarios subvencionados por el Estado, están en tratos de comprar un segundo horno Siemens de 12 toneladas para Trubia por cerca de 4 millones de pesetas.
>>El siguiente problema será que el citado horno no estará en funcionamiento hasta primeros del 97 y las defensas deben estar instaladas en el primer trimestre del 98. Dando por sentado que se conseguirá un dinero similar para las baterías de Manila que para las de Santiago, la producción de un año de ese horno tendrán que compartirla las dos plazas -montajes, juegos accesorios y munición incluida-.
>>El resto de elementos necesarios para las defensas costeras: asentamientos, fortificaciones, proyectores, comunicaciones, sistemas de tiro, grúas, locomóviles etc… deberán financiarse con los presupuestos ordinarios de Guerra, Marina y alguna ayuda de Ultramar.

Almirante Valcarcel “Quedaría pendiente el tema de los torpedos fijos y de las armas ligueras de tiro rápido para protegerlos y evitar el desembarco de fuerzas sutiles.”

Butler “Los torpedos fijos ya están presupuestados o previstos en este ejercicio y los siguientes. Para las armas ligeras emplearemos el dinero de la venta del “General Valdés”; aparte cuando llegué el momento, se desmontará aquellas que ahora arman embarcaciones del Servicio de Guarda Costas, la cuales son poco aptas para el combate directo con auténticos buques de guerra.”

Beránger dio la reunión por concluida, aunque los participantes se entretuvieron charlando un buen rato de manera más informal.

4 Hontorias de 120mm necesarios: 5 para el Velasco, 1 para cada uno de los otros 5 cañoneros clase “Juan de Austria, 2 para cada unos de los cañoneros “Isla de Cuba”, 3 para la batería flotante “Duque de Tetúan”, 2 para el monitor “Puigcerda”, 2 a añadir a los cruceros “Alfonso XIII” y “Lepanto”. TOTAL 25
Existencias: 6 destinados a los cañoneros “Barcaeztegui” y “Jorge Juan” (que no se iban a montar), 2 destinados al cañonero tipo “María de Molina”, 12 fabricados para los cruceros auxiliares, 12 desmontados del acorazado “Pelayo”, 6 de tres de los cañoneros tipo “Temerario”, 11 mod. 1879 de los cañoneros tipo “Lezo”, 3 en parque de Manila ex “San Quintín”, 3 de los cañoneros tipo “Cocodrilo”, 3 de los cañoneros tipo “Alsedo”, existían otros 10 tipo 1879 en parque. Además 4 kupp de 120 mm, 4 Armstrong de 120 mm, más tarde se adquirieron 4 Skoda de 120 mm. TOTAL 80. Restaban 55 para los auxiliares, se motarían 40 ellos y otros pocos en transportes armados y 4 irían a tierra .
Material empleado para sustituirlos: Al “María de Molina”, 2 García Lomas de 100 mm. A los del tipo “Temerario” 2 Nordenfelt del 57 mm. Para el resto se utilizo material Armstrong y Krupp de 87 y 77 mm de los cruceros tipo “Aragón y cañones hontoria de 7 y 9 cm instalados en buques en segunda actividad o en parque.

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CAPÍTULO XIX
EL HANDICAP DE ALENJANDRO OBSBORNE. The Royal Blackheath Golf Club, a las afueras de Londres. Enero de 1896.

Salieron los dos caballeros de la señorial casa del Club seguidos a cierta distancia de sus cadies.

Alejandro reflexionaba acerca del carácter excéntrico de sus anfitriones, no podía entender como sus antepasados se habían criado allí. Le parecía inconcebible salir a dar golpes con un palo a una pelotita en día tan desapacible. Lo que era aún peor, un español que se preciará no debía ir ataviado de manera tan ridícula con aquellos pantalones bombachos más propios de un adolescente, los calcetines serían buenos para un tirolés y la gorrilla para un chulapo madrileño, del calzado mejor ni hablar. Por lo menos allí nadie le conocía, se consoló Alejandro Osborne.

Reconocía sin embargo, que resulta admirable la compostura altiva que mantenía Sir James Moore con aquellas trazas. Una voz en inglés le sacó de su ensimismamiento.

James “Mi querido amigo, alegra la cara y disfruta del día. Este es un deporte de reyes jugado en el Club más antiguo de Londres.”

Alejandro “Para ti será muy fácil decirlo, pero yo no se que rayos hago con este pintoresco aspecto”

James “Esta es una reunión entre amigos para cambiar impresiones sobre temas importantes y prefiero un ambiente distendido. Por otra parte, siendo yo el que está en su casa, no pretenderías que cometiera la estupidez de retarte a cruzar unos sables después de haber visto tu exhibición con Mr Sims en mi gimnasio y tampoco me pareció adecuado pegar unos tiros con la puntería que demostraste tener con los faisanes en la mi finca de mi padre en Leicester la pasada Navidad.
>>A mí aunque como buen británico me gusta el juego limpio, prefiero ganar. No obstante, ten en cuenta que este deporte es tan caballeroso que le da una ventaja al peor de los contendientes que llama handicap y tu tendrás el mayor posible, así que era la única manera que compitiésemos en igualdad de oportunidades.”

Alejandro “Decir que los ingleses juegan limpio, es tanto como decir que los franceses son aseados, pero más inverosímil es pretender que aquí venimos a jugar a esto que llamas golf. Tú me has traído buscando una situación de ventaja para tratar un asunto de servicio, yo estaré más preocupado de no hacer demasiado el idiota jugando que de concentrarme lo suficiente para decir solamente lo preciso.”

James “Eres simplemente brillante Alex, permíteme la confianza del diminutivo; por supuesto que los ingleses jugamos limpio con nuestros iguales, tu eres casi inglés por parte de padre.
>>Hablando de trabajo ¿Sabes que Gran Bretaña no tiene servicio secreto?”

Alejandro “Claro y yo soy sólo el asistente del Embajador” dijo guiñando un ojo.

James “Por cierto, Willians Sims esta persuadido de ese extremo, buen chico pero iluso.
>>A lo que iba. Si existiera servicio secreto británico yo sería el encargado del mismo para asuntos españoles. De esta manera, si tuvieras que entregarme un documento sobre Portugal o cualquier otra cosa, ésta sería la vía adecuada. Aunque como no existe el Servicio Secreto, tu nunca me habrías entregado nada”

Se pararon en una zona de césped cuidadosamente cortada, James reclamó de su cadie un hierro, así como que pusiera una pequeña bola blanca en el suelo. Entonces el aristócrata quiso empezar explicarle a Alejandro las normas del juego y como emplear los diferentes palos.

Alejandro “Un momento Jaimito, confianza por confianza, no prestaré ninguna atención al juego hasta que solucionemos lo que hemos venido a tratar.”

James “En fin yo lo he intentado, era mi obligación.
>>Soy la vía de comunicación alternativa a la oficial, todos los asuntos que no se puedan saber públicamente, deberán ser tratados por esta vía o por el sistema que acordemos en cada momento. Todo lo demás seguirá el estricto procedimiento diplomático, en el cual Gran Bretaña se declarará neutral, aunque aparentemente prestará ayuda descarada a los americanos y tu Gobierno deberá protestar abiertamente por ello. Queremos que los mismos yanquis se consideren apoyados por Inglaterra”

Alejandro “Me parece correcto, yo te daré los papeles de Portugal, ¿cuál será la sutil ayuda prometida a mi Ministro por Lord Salisbury en conversación privada?”

James “Una información y un consejo. Los americanos se enteraron del repentino interés en comprar buques a Inglaterra por parte de España antes que la comisión naval española lo expusiera al Almirantazgo y por lo tanto lo boicotearon”

Alejandro “No es gran cosa, es sabido que siempre hay traidores”

James “Por el momento has de conformarte con eso, no es mucho más lo que tu me das a mí y de ahí viene el consejo: debes encontrar algo que nos sea de utilidad como información acerca de nuestros enemigos.”

Osborne “¿Qué enemigos son esos?”

James “Nos sobran: los fenianos, los boers etc…. Es seguro que a los españoles no os cuesta mucho haceros los encontradizos con ellos; les podéis ofrecer dinero, armas, refugio o lo que sea… a base de eso obtendréis información que después nos trasladáis a nosotros.”

Osborne “¿Queréis que hagamos de Judas?”

James “Querido amigo, la honorabilidad en las actuaciones es algo a lo cual ninguna potencia ni mucho menos un espía pueden aspirar.
>>Ahora continuemos jugando, que es a lo que hemos venido”

Osborne “Por cierto, he quedado con tú hermana Martha para tomar el té esta tarde.”

En el fondo la propuesta de James no era más indecente de lo que él mismo había urdido. Antes ya de la cita y una vez dedujo que James podía ser el enlace con el Servicio Secreto británico, Alejandro se esforzó en ganarse los favores su joven hermana pequeña -a quien había conocido cazando los faisanes en la finca de su padre-,el objetivo era seducirla y poner el honor de la familia en un compromiso. Sir James Moore le había confesado que Martha era el ojito derecho de su Padre y el suyo propio, esperaba lograr de esa manera un trato de privilegio. Lo que proponía el inglés era más profundo, pero eso él nunca lo podía haber intentado sin el consentimiento británico, no fueran a interpretarlo de mala manera. Osborne tenía en sus manos unir las dos situaciones

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13 Jul 2010 20:37
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CAPÍTULO XX
EL GENERAL VVV. Paseo del Prado, La Habana .11 de Febrero de 1896.
El Vine, Vidi, Vinci de Julio Cesar era el lema del Capitán General de Cuba, quien desde el altísimo podium contemplaba el desfile de las tropas recién llegadas al marcial y alegre son de los Voluntarios. Aquellos bisoños reclutas que en pocos meses serían aguerridos soldados, eran observados por la multitud mientras marchaban entre los aplausos de muchos, el silencio de algunos y el odio contenido de unos cuantos.

Hacía más de un mes que habían llegado las nuevas tropas a la isla, pasando por una etapa de cuarenta en las que se le inoculó un suero experimental de un tal doctor Finlay contra la fiebre amarilla. Un pequeño porcentaje había desarrollado la enfermedad, el resto quedara inmune para siempre; ahora, se esperaba que las víctimas de vómito negro desaparecieran en su mayor parte. Las culpas de cualquier tipo de muerte que se produjera en las filas españolas a partir de este momento -salvo las que fueran en combate-se seguirían atribuyendo a la fiebre amarilla, para así no tener que revelar el secreto médico a futuros potenciales enemigos extranjeros o cubanos. Nunca se podría admitir ante el resto de los países que teníamos una vacuna efectiva y nos la habíamos guardado sólo para nosotros durante un tiempo.

Weyler y su Estado Mayor vestían uniforme azul metropolitano, luciendo casco rematado en pico estilo prusiano y adornado con un plumero color blanco. El General descendió de su improvisado púlpito apoyándose en su elegante bastón y felicitó al Teniente Coronel que mandaba el batallón por el buen grado de instrucción del mismo. A continuación se despidió de las autoridades, entre las cuales destacaban el Gobernador Civil Martínez Campos, el Presidente de la recién estrenada autonomía José María Gálvez -ambos con chaqué- y su eminencia el Obispo de la Habana.

Tras los formalismos de rigor se subió al carruaje en compañía del Contralmirante don Vicente Manterola. El marino acababa de llegar a la Habana tras la trágica muerte de su predecesor, el Contralmirante Delgado Parejo, a bordo del pequeño aviso de guerra “Barcaeztegui” en un abordaje fortuito.

Weyler. “Voy a ser directo Almirante ¿Qué sabe usted acerca de como van las operaciones en Cuba?”.

Weyler que en época de paz se permitía alguna broma, en campaña era duro, reservado y seco.

Manterola “Poca cosa mi General, únicamente que nuestra posición actual es mejor que las que había antes de su llegada”

Weyler “Ya sabe bastante, le voy a narrar como se han sucedido los acontecimientos desde el principio.
>>En los primeros días de Septiembre ya se había completado el despliegue de nuestro ejército, incluyendo los refuerzos que vinieron conmigo para hacer un total de 100.000 soldados; esto sin contar unos 50.000 voluntarios cubanos, casi 5.000 Guardias Civiles y la Infantería de Marina.
>>Los comienzos fueron durísimos para la tropa nueva, al no adaptarse fácilmente al insalubre clima; pero gracias a la buena alimentación, la mejorada higiene y la excepcional organización de la sanidad militar, se ha logrado disminuir en un 75% el número de muertes por enfermedad en general y hasta el 90% por de fiebre amarilla .
>>Continuando desde Septiembre y mientras continuaban llegando más soldados, nos enteramos de un intento de invasión de occidente por parte de Maceo; pero al habernos dado tiempo a desplegar nuestras tropas, la evitamos casi por completo. Cuando el llamado Titán de bronce se dio cuenta que estaba copado en Pinar del Río dio la vuelta sobre sus pasos y regreso a las Villas. Entonces decreté la reconcentración en las dos provincias de Occidente y a estas horas prácticamente he exterminado literalmente a todos los rebeldes en ellas.
>>Mi Estado Mayor me aconsejó en Octubre construir un trocha de Mariel a Majana; yo sin embargo, la ordené levantar entre Cárdenas y Cochinos. La nueva trocha está prácticamente concluida y será la frontera occidental para los rebeldes. La frontera oriental estará situada en trocha Júcaro-Morón, en ella dejaré unos espacios de salida en forma de embudo y que sirvan de desagües, permitirán escaparse pero no volver a entrar en la zona de las Villas, la cual es la que vamos a sanear.
>> En breve, aunque la época del año no sea la mejor, desencadenaré una ofensiva en toda regla con 14 batallones de infantería, 8 escuadrones de caballería y 5 baterías; a parte, utilizaré como punta de lanza a al Batallón San Quintín y a la guerrilla de Peral. Su objetivo: capturar vivo o muerto a Antonio Maceo y matar cuantos más rebeldes mejor. Cuento con sus batallones de infantería de marina y los buques del apostadero para apoyo en los flancos marítimos.
>>Ordenaré además la reconcentración en la provincia de las Villas, declarando como zonas de seguridad las ciudades con guarnición.”

Manterola no quitaba ojo a las alegres calles de La Habana. Abandonaron la bulliciosa alameda del Prado en dirección al Parque Central, entrando acto seguido en la calle del Empedrado camino de la Plaza de Armas. El Paseo del Prado era como su homónimo de Madrid, el centro de la vida social, sólo que las mujeres eran menos recatadas. A pesar de sus escasos 250.000 habitantes, al ser una ciudad portuaria el ambiente de la calurosa Habana era mucho más cosmopolita que el de la villa española que ejercía de capital del reino.

Manterola “Por su puesto, cuente con mi entera disposición mi General. Como curiosidad ¿Hay algo preparado para atender las necesidades básicas de los reconcentrados?”

Weyler “En efecto el Presidente Gálvez dedica más del 50% de los recursos de la autonomía a ello. Por otra parte, se ha invitado a la Cruz Roja a hacerse cargo parcialmente de los campos de reconcentrados, sumando a los recursos propios las donaciones internacionales voluntarias.
>>Para el Comité Internacional de esa organización es un estupendo escaparate para mostrar al mundo la necesidad de la misma y para nosotros es una ayuda. Por ahí anda el señor Gustave Moyner pidiendo dineros y voluntarios a toda Europa
>>Contralmirante me gustaría saber que instrucciones tiene para sus buques.”

Manterola “Destinar las pequeñas embarcaciones a evitar las expediciones de los filibusteros rebeldes. Las de algún valor militar -pequeños cruceros y cañoneros torpederos -, si bien participarán en la impermeabilización de la isla, transporte de tropas y apoyo tierra, no deben ser exprimidas de tal manera que se incumpla su mantenimiento de forma reiterada y que cuando llegué el momento oportuno no sirvan para el combate naval.”

Llegaron al magnifico edificio de los Capitanes Generales, el coche se detuvo debajo de los soportales a la altura de la puerta principal. La guardia salió a la carrera para formar.

Weyler “Disculpe Almirante no quisiera ser grosero, pero ya sabe usted que las instrucciones del Protocolo indican que en todo momento se debe dar una imagen de debilidad ante los yanquis para que estos se acomoden y no preparen puntillosamente la guerra que nos tocará vivir. Así es mejor que no se quede a almorzar conmigo a solas o parecería que hacemos buenas migas y no hay mejor imagen de debilidad que las rencillas entre mandos. El coche le acercará a la Comandancia General ¿Esta de acuerdo?

Manterola “Siempre a la orden de Vuecencia.”
Weyler se apeó del carruaje y pasó deprisa delante de la guardia en formación.

“Teniente venga aquí de inmediato” llamó Weyler al Oficial de Guardia

Un joven oficial en uniforme de rayadillo corrió hacia su General. Después de proceder a dar novedades reglamentariamente escuchó la siguiente reprimenda de Weyler.

“El tiempo militar es el doble de rápido que el civil y usted ha tardado muchísimo en darme novedades. Repórtese al Capitán de cuartel, cuando termine el servicio de guardia pasará a banderas. Arrésteme igualmente al cabo, tenía el segundo botón de la guerrera desabrochado; por cierto, también es culpa suya presentar a uno de sus hombres en situación de no ser revistado a un superior. Téngalo en cuenta y mejore su actitud o nunca será un buen oficial”

“A la orden de vuecencia mi General ¿Ordena vuecencia alguna cosa más?”.

El Teniente se cuadró dando un sonoro taconazo con sus relucientes botas de montar armadas de brillantes espuelas, llevándose al mismo tiempo la mano -a modo de saludo- a la altura de la escarapela nacional de su sombrero chambergo.

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13 Jul 2010 20:59
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CAPÍTULO XXI
DIPLOMACIA VATICANA. Palacio Apostólico, Ciudad del Vaticano. Marzo de 1896.
Aún siendo un tanto descreído, Lucas Pena pensó que si existía un sitio tan grandioso como aquél, seguro que habría un Dios. Sinceramente se reconocía sobrecogido por la monumentalidad del lugar.

A la puerta del Palacio les esperaba un jovencísimo Delegado Pontificio. El acompañante de Lucas era el veterano diplomático don Rafael Merry del Val, éste tenía un porte aristocrático y distinguido, curiosamente muy similar al de eclesiástico que aguardaba por ellos. El Embajador besó el anillo prendido en el dedo de la mano del sacerdote, para después abrazarle afectuosamente al tiempo que le decía:

Rafael Merry “De parte de tu madre que te abrigues, el tiempo en Roma es muy traicionero.
>>Señor Pena le presento a monseñor Rafael Merry del Val, Delegado Pontificio y mi hijo.”

El joven sacerdote tendió la mano, Lucas se limitó a estrechársela virilmente.

Mons. Merry “El reverendísimo Cardenal Rampolla nos espera en la Cancillería. Démonos prisa por favor, esta muy ocupado y le advierto padre que algo enfadado con los españoles por el asunto del retraso en el pago al culto.”

Tuvieron que andar un buen rato por los suntuosos pasillos y subir algunas escaleras, de vez en cuando se cruzaban con religiosos/as de diferentes órdenes y jerarquías. Pasado un tiempo llegaron a la altura de una gran puerta. Rafael Merry -hijo- pidió cortésmente que esperaran un segundo, abrió una de las hojas y entró en lo que parecía un enorme vestíbulo. Unos momentos después salió de nuevo y desde el quicio les hizo señas para que le siguieran.

Ciertamente no era un vestíbulo, sino una estancia de dimensiones descomunales. Al fondo de la misma había una mesa de tamaño proporcional al lugar y tras de ella se adivinaba un pequeño ser humano vestido de sotana color púrpura y capelo cardenalicio.

Se fueron acercando y a unos pocos metros de llegar a su objetivo, el príncipe de la Iglesia se levantó de su asiento esgrimiendo una agradable sonrisa; de cerca, no era tan menudo como parecía visto desde la entrada del despacho. El religioso siciliano era un personaje de finas maneras al tiempo que de firmes propósitos.

Cardenal Rampolla. “Don Rafael viejo amigo, cada vez que veo a su excelencia recuerdo con añoranza mi estancia en Madrid como Nuncio.”

Don Alfonso tomó la mano del delgado y seco Cardenal besándosela. A continuación su Eminencia se la ofreció a Lucas, quien aunque no la beso hizo algo así como una disimulada reverencia. Rampolla les señaló unos sillones para que tomaran asiento, tocando seguidamente una campanilla de oro; en respuesta y con una prontitud que ya le gustaría al mismísimo General Weyler, aparecieron unas angelicales monjitas. El Cardenal les ofreció a sus huéspedes café, té, oporto o lo que gustasen. Una vez efectuados los pedidos tomó la palabra.

Rampolla “Excelencia he rezado para que las palabras que salgan de sus labios están referidas al fin de los problemas con la dotación económica al culto y al clero. También deseo que tengan alguna buena disculpa para no haber cumplido su Gobierno los compromisos adquiridos con la Madre Iglesia”.

Rafael Merry “Reverendísimo señor, la verdad es que las noticias que traigo no son muy buenas. El encargado de dárselas será este joven enviado especial del señor Cánovas.”

Rampolla se dirigió a Lucas “Debe ser usted una persona brillante, no es normal que a su edad le confíen un mensaje personal del Presidente del Gobierno español, por cierto al que tengo por amigo personal, para Secretario de Estado del Vaticano y que además el contenido mismo sea malo.”

Lucas “Francamente mis capacidades son limitadas, en el fondo pienso que actúo de correo en el deseo de quien me lo dio que no entienda el contenido del mismo por falta de conocimientos. Realmente soy periodista y creo que lo que pretendía el señor Cánovas al nombrarme para esta misión, es que alguien no involucrado en luchas políticas transmitiera directamente el espíritu del mensaje a su eminencia, sin poner nada de cosecha propia que pudiera distorsionar su verdadero propósito.”

Rampolla “Además de inteligente es humilde, una buena concurrencia de virtudes”

Lucas “Eminencia si alguna virtud tengo, es que conozco bien mis muchos defectos”

Rampolla “Eso es mejor todavía. Antes de empezar con su misión, contésteme una pregunta por favor ¿Es usted un buen Católico?”

Lucas “Si fuera Católico, seguro que sería un pecador. En realidad soy un humilde agnóstico”

Mons. Merry “Niega usted la existencia de Dios y a semejante muestra de soberbia le llama humildad.”

Lucas “Soy una persona de poca importancia que traigo una labor de gran trascendencia en mis manos. No creo que teológicamente pueda aportarles nada, ya que ustedes son doctores en esa materia, así que si no quieren perder el tiempo prefería pasar al asunto que nos ocupa directamente.”

Rampolla “No hay nada más importante que la salvación de las almas para un sacerdote, así que me gustaría saber porque no cree usted en Dios.”

Lucas “Discúlpeme si soy un poco brusco, yo no soy diplomático de carrera. Lo que su eminencia quiere descubrir es si yo antepondría siempre los intereses de Estado a los del Iglesia y si además dañaría a esta gratuitamente.
>> Bien, estoy dispuesto a explicarme. Yo soy agnóstico que no ateo, por lo tanto no niego la existencia de Dios, sólo no la entiendo. Mi mente no tiene capacidad para discernir sobre ese tema, se me escapa a la razón y si le doy muchas vueltas termino por marearme.
>> Una vez dicho esto, le diré que hay dos clases de agnósticos. El primero es aquél que no sabe si Dios existe, pero que si existiera estaría enfado con él por no haberle concedido el privilegio de la fe y por no comprender el motivo de las injusticias del Mundo.
>>El segundo es el humilde, entre los que me gustaría incluirme. Nosotros tampoco sabemos si Dios existe, pero desearíamos fervientemente que existiera. No intentamos convencer a nadie de nuestras ideas, porque pensamos que las personas son más felices si creen en Dios y además consideramos que la Iglesia es necesaria para que haya cierto orden social. Por último, el agnóstico humilde piensa que si Dios existiera, mejor que fuera el nuestro: católico, apóstolico y romano. En otro sentido, mi familia es profundamente creyente y yo fui educado en el seno de la Iglesia, por lo cual soy muy respetuoso con sus creencias.
>>En resumen, siempre antepondré los intereses de España a los de la Iglesia, pero trabajaré para que estos choquen lo mínimo posible; por lo tanto, tampoco haría daño a la Iglesia sin verme obligado a ello. ”

Rampolla “Me acaba de confirmar que es usted una persona muy hábil y si bien debiéramos deducir de todo los que nos ha dicho que no entraña peligro en sí mismo para la Iglesia, ahora me ha empezado a preocuparme de veras. Estoy seguro que lo que nos va contar es algo tan malo para nosotros que nos lo va a vender como si nos hiciesen un favor. Empiece, ya estoy para escucharle.”

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14 Jul 2010 19:25
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Lucas “Gracias su Reverendísima. Pues bien, como saben ustedes España está sumida en una crisis bélica de enormes dimensiones.”

Mons. Merry “¡Hombre! lo de los rebeldes cubanos es preocupantes, pero de eso a darle tamaño bíblico…”

Lucas “Lo de los rebeldes cubanos es un añadido, el problema principal no es ese. Los EEUU pretenden echarnos de la Gran Antilla y de otras posesiones.
>>Como sabrán ese país es una gran potencia económica e industrial, con lo cual España debe hacer un desproporcionado esfuerzo para sus verdaderas posibilidades.”

Rampolla “Y por lo tanto llegamos a lo mismo de siempre, cuando los gobiernos españoles necesitan dinero hacen una desamortización eclesiástica. ¿No van a respetar ni el Concordato ni su propia Constitución del 76 que les obliga?”

Lucas “lo contrario, nuestra intención es cumplir ambas. Pero para ello tendrán que renunciar ustedes voluntariamente entre otras cosas a la dotación anual para el culto y el clero de los presupuestos generales durante cuatro o cinco años”

Mons. Merry “¿Por qué hemos de renunciar voluntariamente?”

Cardenal Rampolla “Yo mismo te lo explicaré hijo. Porque la decisión ya esta tomada, de hecho no pagan al clero español desde Junio del año pasado. Lo que nos piden es que renunciemos durante un tiempo limitado y después nos volverán pagar. Si no aceptamos, para cumplir la legalidad se verán forzados a denunciar el Concordato y cambiar la Constitución, nunca más lo volveríamos a ver un duro”.

Lucas “Lo ha explicado mejor que yo mismo Eminencia. Sus reverendísimas personas conocen que el Presidente Cánovas ha sido el principal valedor de la dotación del culto, pero su posición política ahora mismo es muy delicada y tiene muchos condicionantes.
>> Para enfrentarnos a EEUU necesitamos el apoyo todas las fuerzas políticas y sociales de España unidas; católicas y no católicas, clericales y anticlericales. El dinero para financiar la guerra lo estamos obteniendo a base de unos esfuerzos ímprobos y una parte muy importante de los políticos les ha señalado a ustedes, preguntándose como era posible que en 1894 la Armada tuviera un presupuesto de 23 millones de pesetas y la dotación al culto y al clero sobrepasará los 48.
>>Les pedimos que renuncien a la mitad de la cantidad del año 95, la cual ya les adeudamos, y a al integro durante los siguientes cuatro ejercicios sin queja, todo ello en forma de donación.”

Mons. Merry “¿De qué pretenden que vivan los sacerdotes y las monjitas españolas?”

Lucas “La Iglesia Católica española, especialmente los Jesuitas, son una de las principales fortunas de nuestro país. Sus actividades comerciales y industriales apenas están grabadas, además no pagan impuestos sucesorios de ningunas de las la donaciones de las que disfrutan, por último el Banco Vaticano tiene importantes sumas de dinero efectivo.
>> No soy yo quién para dar consejos, pero no estaría de más que aquellas congregaciones o instituciones religiosas con dinero, practicarán la caridad con otros menos afortunadas.”

El Cardenal asumió rápidamente el nuevo escenario y se dispuso a intentar que el mismo fuera lo menos gravoso posible.

Rampolla “¿Todo el dinero irá para fines bélicos?.”

Lucas “Aproximadamente un 40 % y en exclusiva para la Armada. El resto lo absorberá el nuevo Ministerio de Instrucción Pública y Asuntos Sociales creado al efecto de tener contentos a los más progresistas del Gobierno de concentración y a los socialistas. De está manera, se espera que las organizaciones de trabajadores se atemperen a la hora de movilizar las masas por la creciente carestía de la vida.”

Rampolla “A nosotros por cuestión de apariencias nos vendría mejor donarlo a ese nuevo Ministerio que ha nombrado y que ustedes como cosa propia desviaran dinero de sus presupuestos al de Marina. En el fondo es lo mismo pero no lo parece.
>> ¿Se terminan ahí sus peticiones?”

Lucas “A su primer requerimiento, aunque tengo que consultarlo me imagino que no habrá inconveniente.
>>En cuanto al segundo, le diré que no. En las Filipinas deben confirmar la salida del Arzobispo Nozaleda; en el mismo archipiélago, las tierras de las compañías religiosas que no estén en explotación a fecha de uno de Enero del 96 se expropiaran; también Dominicos y Jesuitas han de marcharse en su totalidad del Asia española; y por último, en España la jerarquía eclesiástica debe mantener disciplinado al clero nacionalista.”

Mons. Merry “La culpa de todo este lo tiene ese hereje de Canalejas.
>>Quiero añadir que con el Arzobispo Nozaleda son tremendamente injustos, él ha ayudado en más de una ocasión a preservar la soberanía española.”

Lucas “Cuando termine la guerra, Cánovas no tendrá tantos compromisos y si la ganamos saldrá fortalecido , volviendo a una situación similar a la actual con el agradecimiento del Gobierno hacia la Iglesia Católica.
>>Lo de Nozaleda es petición personal de Rizal, no olviden que quería fusilarlo y ahora es el Presidente de la Autonomía filipina. Me imagino que es humano que le guarde algún rencor.”

Rampolla “Bien debo reflexionar sobre todo lo que hemos tratado. Rezaré para que encuentre la fe y por los españoles para que sean felices en la Gracia de Dios.”

Al salir del despacho los tres españoles mantuvieron una breve conversación.

Lucas “Monseñor espero que no me guarde rencor, sólo soy el mensajero. Quiero pedirle un favor personal para la causa de España.”

Monseñor Merry “¿Su descaro no tiene limite?, acaba de coaccionar a la Iglesia en nombre de su Gobierno y ahora me pide un favor para el.”

Lucas “Digamos que los intereses de la Iglesia Católica en España están muy ligados a que nuestra Nación salga bien parada de la guerra en Cuba.
>> ¿Se imagina si cae la Monarquía y se instaura la República? o lo que es peor, que se genera una inestabilidad con constantes brotes revolucionarios. ¿En qué situación se encontrarían ustedes? Debe caer en la cuenta que aunque mentiría si digo que cuando acabe el conflicto va a ser todo igual que antes, es seguro que conservaran gran parte de sus muchos privilegios si el Estado de la Restauración sobrevive a la crisis, en caso contrario ya saben lo que les espera...”

Monseñor Merry “Dígame lo que quiere. A pesar de todo mi señor padre me ha educado en el amor a la Patria; si no va en contra de la Iglesia, ayudaré en lo que pueda”

Lucas “Sé que monseñor es Delegado Pontificio para la iglesia anglicana y viaja frecuentemente por las islas británicas, supongo que debe conocer a toda la jerarquía católica de allí. Sin más rodeos, necesito un feniano de importancia para que un agente nuestro pueda contactar con él.

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CAPÍTULO XXII
LA REUNIÓN EN EL CUBIL. Aledaños de la carretera de La Coruña. Madrid. Abril de 1896.

El triciclo Daimler que conducía Osborne no era precisamente el medio de transporte más adecuado para pasar desapercibido en el Madrid de fin de siglo.

Alejandro había llegado de Londres hacía apenas una semana y desde entonces permanecía inmerso en una continua fiesta a la española. Ayer por la tarde, Galindo le había mostrado la nueva adquisición en tecnología de la Oficina, durante más de tres horas estuvieron jugando ambos con el automóvil por los embarrados caminos del Pardo. Como don Francisco no le prohibió expresamente la utilización de aquél trasto, más bien ni se le había pasado por la imaginación la posibilidad que a nadie se le ocurriera escaparse con el mismo, Alejandro lo tomó prestado y recorrió medio Madrid alardeando de obtener velocidades cercanas a los 30 kilómetros, al mismo tiempo que se pasaba por la mayor parte de los garitos, antros y casas de lenocinio de la Capital.

Nuestro amigo disfrutó como un crío en la seguridad de que Galindo se subiría por las paredes en cuanto regresase. Él se había propuesto como obligación conseguir que su jefe no se pudiera relajar, porque de otra forma terminaría por atrofiársele el instinto y como había pasado una larga temporada en el extranjero, pensó que era hora de darle un sobresalto.

Llegó a la herrumbrosa puerta de barrotes metálicos -puede que en otro tiempo de color verde- de donde salía un camino de tierra, el cual a través de un descuidado jardín daba acceso a una en apariencia destartalada casona. Desde fuera no se advertía nada, ya que había una alta tapia cubierta de hiedra y jalonada por puntiagudos hierros, la cual rodeaba la propiedad impidiendo las vistas al interior.

La mencionada casona era el edificio principal de una serie de construcciones que había en la finca y que en su día desempeñaran las más diversas funciones: residencia principal, casa los guardeses, cuadras, almacenes, invernadero etc… En la época que tratamos, todo ese disperso conjunto formaba la sede de la Oficina Adjunta a la Presidencia del Gobierno; llamado por los pocos que la conocían el Cubil, ya que según Galindo aquello era el seguro refugio de sus agentes.

Dejó el vehículo a motor estacionado en una de las antiguas caballerizas y se dirigió andando hacia el edificio donde se encontraba algo así como el despacho de Galindo. En el corto recorrido se cruzó con Vargas y Castaño, quienes armados con escopetas y acompañados de un amenazante perro negro se aprestaban a hacer el relevo de la seguridad en la finca aquella mañana temprano.

Vargas. “Vaya con cuidado jefe que tiene al Director contento”. Le dijo con ironía al pasar a su altura.

Golpeó Alejandro el picaporte sobre la sólida puerta de roble. Desde el interior abrieron una gran mirilla metálica.

“Dígame el santo y seña, don Alejandro”

Alejandro “Estas tonto ¡coño! Ambrosio como lo voy a saber si acabo de llegar y además me has reconocido, abre la puerta de una pu… vez”

Ambrosio Egea era un sujeto no muy listo, aunque de lealtad absoluta. Su aspecto se correspondía más al de un enterrador o verdugo -oficio que había desempeñado en el pasado- que a la de un guarda.

Pasó Alejandro por un recibidor, a su derecha quedaba lo que en su día fuera una gran sala de estar y ahora era la estancia que representaba el centro de actividad de la Oficina. El constante sonido de las máquinas de escribir procedente de aquél local llegaba a resultar molesto y además había por lo menos tres teléfonos que sonaban con bastante frecuencia. Osborne entreabrió la puerta saludando a la docena de hombres y mujeres que trabajaban allí de forma continua en turnos de 12 horas entre montones de archivadores y papeles. Por aquella habitación se accedía a la contigua estación de comunicaciones, la cual era el corazón de la Oficina. Cuando llegaban las noticias, ellos hacían una primera valoración y las clasificaban para entregarlas a la persona oportuna; otras veces, debían localizar a los agentes para encomendarles misiones; las más de las ocasiones, eran los encargados de transmitir los mensajes por el medio más oportuno: teléfono, telégrafo, mensajeros, correo, palomas etc… Era algo similar a un centro de mando y control, siendo mucho mejor llevarse bien con los que lo manejaban, pues de su buena voluntad dependía que se agilizaran las gestiones reclamadas habitualmente desde lugares muy lejanos.

No pudo retrasar el fatídico momento de encontrarse con Galindo por más tiempo y se encaminó al despacho situado en el ala derecha del segundo piso.

Llamó a la puerta y la abrió pidiendo permiso para entrar. Si las instalaciones de la Oficina no eran las de una institución pública al uso, el despacho de Galindo era lo menos parecido a uno convencional. Grande, muy grande, con un alto techo en parte abuhardillado y lleno de tragaluces que permitían entrar la claridad del exterior.

Tenía una segunda planta en forma torreón, donde se acedía por unas escaleras metálicas de caracol situadas en el interior de la habitación. En aquélla altura tenía Galindo un buen telescopio con el que observa el cielo; había allí también otros objetos muy interesantes como un cronómetro de Losada, un sextante de Torres y un gigantesco globo terráqueo.

El despacho en sí disimulaba su gran tamaño por elevado número de cachivaches que contenía en metódico desorden y que incluían entre otros un piano de estudio, una mesa de billar y un ajedrez clásico situado en una mesita redonda cercana a un ventanal. En aquél preciso momento, Galindo jugaba a ese juego con Belén Luna, por cierto aventajada alumna con respeto a Alejandro y Lucas; el mencionado periodista que también estaba presente, desayunaba un chocolate con churros y leía el Heraldo, situándose en una mesa camilla cercana a los ajedrecistas.

“Pase y siéntese” le dijo Galindo fríamente, de una manera que incomodaba más a Alejandro que una ruda reprimenda

El Director interrogó a los tres agentes sobre los pormenores de sus últimos cometidos.

Al terminar su precisa exposición, Lucas Pena formuló una curiosa pregunta:
“Jefe yo pensé que las misiones de un agente del Gobierno eran de otra índole. Me puede explicar que papel desempeñamos en todo esto Alejandro y servidor, porque el de Belén parece estar claro que es ser una engatusadora profesional, sea dicho con el mayor de los cariños.”

Galindo “Son varios los personajes que debéis interpretar; entre otros los de un agente del Gobierno al uso, los oídos y los ojos de la Comisaría del Protocolo en relación con las gestiones que desempeñan los diferentes actores del drama que nos ha tocado vivir y la más importante: seréis la llave que deben emplear las autoridades sobre el terreno para descifrar los deseos del Gobierno, cuando aquellas actúen aisladas durante el vértice de la futura crisis y no se quieran emplear medios de comunicación poco fiables.
>>Me explico, el Protocolo Santiago entre otras cosas aporta una serie de posibles soluciones a diferentes problemas que se platearan en un instante determinado y en un lugar concreto, obedeciendo a unas circunstancias específicas. Es decir es una especie de pauta a seguir, en el sentido de que si ocurre una cosa podemos actuar de una manera u otra distinta o incluso de una tercera que no se parezca a la ninguna de las dos primeras. Todo en atención de los condicionantes de cada momento.
>>Alejandro y tú entre otros, debéis tener una visión estratégica de conjunto para decidir o asesorar a quién le corresponda lejos de los centros de poder de Madrid.
>>Visto lo visto, tengo serias dudas acerca de que Alejandro pueda asumir tal responsabilidad” Galindo fulminó con la mirada a Osborne.

La sensual voz de Belén Luna interrumpió la conversación, cambiándole el contenido. La bella dama sólo acudía a la Oficina en ocasiones puntuales y de incógnito, en la práctica no se podía adivinar su hermosa cara detrás del espeso velo cuando estaba fuera del despacho de Galindo. El Director, Lucas, Alejandro y Ambrosio eran los únicos que conocían su condición de espía. Ella tenía su propio equipo de confianza entre sus sirvientes y si le hacia falta alguien más contrataba los servicios de un detective privado o de matones a sueldo.

“Por cierto Alejandro, tengo que comunicarte tres cosas de tu amigo Willians Sims -en el tono había cierto rin-tin-tin, no exento de picardía femenina-. Sabes que le he tomado cierta confianza y que cuando viene a Madrid me visita en mi coqueto pisito de Recoletos que él tan generosamente me ayuda a pagar”

Alejandro “Eres una descarada”

Belén “No te quepa la menor duda que por lo menos tanto como tú.
>>A lo que íbamos. Para empezar, te diré que él piensa que mi primito y yo mantenemos relaciones familiares distantes y esporádicas, por lo que por el momento no has de preocuparte de que descubra que no eres mi primo y que todo es un montaje. Lo segundo es que tiene una amante en Madrid, quien le visita regularmente en París.
>>Os preguntaréis cómo puedo saber eso. Es muy sencillo para una mujer con talento medio e imposible que lo averigüe un hombre de los que se tienen por inteligentes.
>>Las últimas Navidades las pasé en su compañía en Francia. En un par de ocasiones se separó de mi persona para unas gestiones relacionadas con su trabajo. Cuando regresó a mi lado estaba igual de agotado, con el mismo olor a perfume y exactos pelos de mujer en la ropa que más tarde cuando me ha visitado en Madrid.
>>He ordenado seguirlo a los míos y aunque es muy precavido a la vez que bastante astuto, para ser hombre, dimos con su amante. Esta es una fotografía de la misma tomada al descuido cerca de su casa mientras iba al mercado.”

Alejandro tomó la foto, “Yo la conozco de París, justo la vi en compañía de Sims en un cabaret. ¿Quién rayos es?”

Galindo “La infiel esposa de un Capitán de Ingenieros del Almirantazgo. Lo cual sin duda está relacionado con la información que te ha dado tu contacto en Londres acerca de las filtraciones habidas con los pedidos de los barcos.”

Alejandro “¿Habrá que detenerlos?”

Galindo “De ninguna manera, prefiero unos traidores conocidos que otros por conocer. Debemos aprovecharlos en nuestro favor, el problema será que habrá que poner en sobre aviso al Vicealmirante Beranger y éste querrá fusilarlos”

Lucas “No necesariamente, podemos decirle que sospechamos que hay un traidor en el Almirantazgo, pero que necesitemos tiempo para descubrirlo. En consecuencia, los mensajes importantes deben tramitarse a través de hombres de probada fidelidad. Nosotros le daremos dos o tres nombres entre todos los que trabajan en esa casa, a los que les pueden dar los mensajes más delicados.
>>También le diremos que si removiera ahora de los puestos que ocupan a unos cuantos de sus hombres, nunca daríamos con el agente yanqui infiltrado ni podríamos descubrir la red mayor que lo oculta.”

Alejandro “¿Cuál es la tercera cosa que querías contarnos de Willians?”

Belén “Que es más fácil y menos peligroso que lo derrote yo con armas de mujer que tú jugando al macho ibérico como en Londres, a ver si te vas a hacer daño. Exijo el campo libre, Sims es sólo mío.”

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14 Jul 2010 19:50
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CAPÍTULO XXIII
ACERO Y CAÑONES. Gran Vía Diego López de Haro, Bilbao. Junio de 1896.
La Reina Regente tiró de la varita, corriendo con ello la cortinilla que con los colores de la bandera nacional cubría la placa conmemorativa de la inauguración de la sede de la nueva empresa. Los presentes prorrumpieron en aplausos.

A continuación su nuevo presidente, don Matías Fernández Bayo de la empresa metalúrgica Duro de la Felguera, tomó la palabra haciendo una memoria de la gestación y objetivos del nuevo trust industrial. El Consorcio Metalúrgico de Armamento (CMA) era el segundo pilar industrial de la modernización de España.

El primero lo constituía la SECN (Sociedad Española de Construcciones Navales de comercio y guerra) con cabecera en Barcelona y que agrupaba astilleros, fábricas de maquinaria y navieras. Fue escogida su sede social en Cataluña porque era la residencia del Marqués de Comillas don Claudio López, accionista mayoritario y propietario de los bancos que financiaban la operación -el Hispano Colonial y el Crédito Mercantil-, amén de amo absoluto de la todopoderosa Compañía Trasatlántica. Por otra parte, la Maquinista Marítima y Terrestre -una de las principales sociedades del grupo- también tenía sus talleres en la ciudad Condal. Los nacionalistas habían presionado hasta lo indecible para conseguir la ubicación del domicilio fiscal de la industria en su territorio frente a la otra candidata, Cádiz.

La nueva CMA se dedicaría fundamentalmente a fabricar acero, armas y munición. Contaba para ello con los Altos Hornos de Bilbao, las minas de hierro Somorrostro, la metalurgia de La Felguera, las minas de carbón de la cuenca asturiana y las fabricas de armas de Trubia, La Portilla, Placencia y Oviedo. El apoyo financiero correspondía a la oligarquía vasca en general y al Banco de Vizcaya en particular.

Sus principales objetivos eran aumentar la fundición de acero hasta superar la producción de un millón de toneladas en un plazo cuatro años, ser capaz de producir los blindajes para los buques de guerra a principios de 1898 y fabricar -a buen ritmo- íntegramente los cañones en territorio español. Una de las primeras decisiones del Consejo de administración -relacionada directamente con el último de los objetivos- fue la compra subvencionada de un segundo horno Siemens de doce toneladas para la fábrica de Trubia.

El mayor desafío tecnológico era adecuar los cañones del tipo Hontoria y Ordóñez a los nuevos requerimientos de las piezas artilleras. Para eso, el Estado pondría a disposición de la CMA prestigiosos artilleros como el mismo Coronel Ordóñez, los oficiales del mismo Arma, Munaiz, Argüelles y Sarmiento, o los marinos del Cuerpo de Artillería de la Armada González Rueda y García Lomas.

Tras el discurso, el flamante nuevo presidente de la sociedad invitó a un lunch a los asistentes. Allí coincidieron el Presidente de la Junta Consultiva de Guerra, Capitán General don José López Domínguez, y el Vicepresidente del de la Marina , Vicealmirante D. Carlos Valcárcel, quienes aprovecharon la favorable ocasión para resolver asuntos de interés relacionados con la actividad de la fábrica de Trubia. Con ellos almorzó don Francisco Galindo que siguió con la máxima atención la conversación desarrolladas entre los militares.

General Domínguez “Carlos debiéramos dejar zanjado el asunto de la artillería para Santiago y Manila. A la próxima reunión de la Junta quiero llevar una propuesta concreta.”

Vicealmirante Valcárcel “Querido General y amigo mío, estoy de acuerdo contigo, pero primero habrá que disponer del dinero.”

Domínguez. “Mira, lo de Cuba ya está resuelto por vosotros y de una manera u otra estoy persuadido que tambien será así con lo de Manila. El vil metal aunque sea lo pintaremos. Un millón tampoco es cosa del otro mundo.”

Valcarcel “¿Por qué fijas esa cantidad?”

Domínguez “El primer horno esta saturado con los pedidos anteriores y el segundo como muy pronto empezará a producir en el 97. Así que debemos adaptarnos a la capacidad de producción de un año y dividirla entre dos.
>>El Director de la fábrica me ha dicho que el módulo de fabricación en un año para un horno como ese -igual al existente- es de 16 cañones ,6 grandes y 10 medios, y 18 obuses, incluyendo todos accesorios, montajes y una primera dotación de munición. Eso significa unos dos millones de pesetas
>>Podemos hacer combinaciones diferentes con las proporciones del número de piezas y calibres, mientras mantengamos fijo el tonelaje de fundición.
>>Te anticipo que a Santiago vamos a enviar dos Ordoñez de 305 que ya teníamos. El primero es un modelo experimental de 1887 que se estaba utilizando en el polígono de Trubia; el otro, es del modelo 1891 y se dedica a pruebas de tiro en Cádiz.”

Valcarcel “Bien, yo para los nuevos preferiría algún cañón más a cambio de menos obuses”

Domínguez “No tiene porque haber problemas, estoy de acuerdo contigo -Domínguez era experto artillero-.
>>Una cosa que me gustaría saber ¿es cuantas y cómo pensáis distribuir vuestras piezas de artillería almacenadas o sobrantes?”

Valcarcel “La distribución dependerá del grado de cumplimiento de los nuevos pedidos de los que estamos tratando. En lo referente al número, dispondremos de unos cuarenta cañones de calibres comprendidos entre 150 y 200 mm... 1.”

Domínguez “¿Qué piensa nuestro Director de los servicios secretos de lo que estamos hablando? Sabemos que se lo contará a los Comisarios y la voluntad de estos es muy importante a la hora de conseguir cualquier objetivo”.

Galindo “Francamente me parece muy interesante y esperanzador todo de lo que han tratado, pero me temo que con lo del horno Siemens va a haber problemas para que este instalado a tiempo.
>> Lo que preocupa más ahora es la actitud del Señor Alvaro Lezo -Galindo hizo un gesto a los militares señalando con la mirada su dirección-, está hinchado y orgulloso como si fuera Presidente de una pequeña República independiente.
>> ¿Y saben que es lo que más le gusta?: que le saluden los militares como si tuviesen obligación de ello, cortesías aparte.”

Presente en el acto estaba el alavés Álvaro Lezo, nuevo Primer Secretario de las Juntas Generales de los Territorios y Señoríos vascongados, quien no podía disimular la euforia de lo hasta aquí conseguido: concierto económico; unificación y dirección de miñones, mikeletes y policía foral de Vizcaya; cooficialidad del euskera, reclutamiento y posibilidad de sustituir el cupo del servicio militar obligatorio por soldados por voluntarios, a los cuales a su vez se les podía dotar en mejora de víveres e equipamientos por el gobierno autónomo. Para rematar los éxitos se había traído la dirección del nuevo gran grupo industrial español a Bilbao.

1 2 Hontoria de 200 mm mod. 1879 antes de la “Numancia” y “Vitoria”/ 4 Cañones nº 2 transformados de 160 mm, en los 80 retirados del “Aragón”/ 8 de Hontoria 160 mm mod. 1879, 6 del “Aragón”, 2 del parque de artillería. / 11 Hontoria 160 mm mod. 1883: 4 fabricados para la “Numancia” y “Victoria”, 6 de los que sobrarían de los 3 cruceros “Reina Cristina“ por instalación de nueva artillería, 1 de caza del “Pelayo” / 6-Armstrong 150 mm mod.1883 , 4 del Navarra, 2 del parque de artillería./ 3 Armstrong 150 mm mod. 1881 del Velasco/ 6 krupp 150 mm, 4 del “Castilla”, 2 en parque. (4 Krupp, 3 Armstrong y 2 del nº2 ya estaban ya en Manila).

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CAPÍTULO XXIV
LOGROS Y NUEVOS PROYECTOS. Casa de los Heros, Madrid. 9 de Julio de 1896.
La reunión de Presidencia de Gobierno hubiera sido una más de las que se celebraba en el continuo y permanente seguimiento del Protocolo Santiago sino fuera por las noticias que llegaban de Cuba: el Teniente Coronel Cirujeda había dado caza y muerte a Antonio Maceo el pasado día siete.

Sin duda había sido un gran acierto haber enviado a Weyler a la isla con medio año de adelanto sobre lo que se podía esperar. Seguro que con ello se había evitado la invasión de Occidente y precipitado la caída de Maceo, quien aislado fuera de Las Villas fue derrotado y dado muerte en Punta Brava provincia de La Habana. En poco se pacificaría la provincia misma de Las Villas y para otoño -después de construir la trocha Bagá- Weyler comenzaría la ofensiva sobre la provincia de Camagüey y la consecuente persecución de Máximo Gómez. Además, el ferrocarril iba a empezar a prolongarse desde Santa Clara hacia Oriente.

Cánovas que hizo un repaso a los logros conseguidos -admitiendo errores y tropiezos-, quiso destacar que gracias al continuo trabajo desarrollado se estaba en una situación mucho mejor a cuando él se hiciera cargo del Gobierno.

Hubo disidencias y preguntas. Así por ejemplo don Pío Gullón, Ministro de Estado en la sombra por el Partido Liberal, criticó ácidamente los avances en política exterior.

Pío Gullón dirigiéndose a Cánovas “Excelencia convendrá conmigo que no tenemos apoyo explícito de ninguna potencia en este conflicto y eso por mucho que hayamos ido mendigando por las cancillerías de medio mundo, ofreciendo el oro y el moro, no hemos recibido más que alguna palmadita en la espalda.
>>La culpa es suya personal por tener a España aislada fuera de las alianzas continentales. ¿Que se creía usted? que con no tener grandes enemigos estaba todo arreglado, no señor eso lleva parejo el no disfrutar tampoco de amigos. No se puede improvisar la política exterior de un día para otro.”

Cánovas “Vamos a ver, yo soy el Presidente y a su impertinencia tendrá la enorme generosidad de contestarle el Duque Tetúan, a la sazón Ministro de Estado. De todas maneras, le recuerdo que no estamos aquí para entablar discusiones partidistas de políticas pasadas.”

Carlos O´Donell Duque de Tetúan “Miré usted por donde que sí hemos conseguido algunos avances, entre ellos el saber con antelación que a la hora de la verdad sólo podemos contar con nuestras propias fuerzas, otro es el estar logrando un marco de pequeñas ayudas o como poco la neutralidad. Todo ello a pesar de los escarceos de su partido con la Triple Alianza que podían haber comprometido el apoyo Británico y mucho más el Francés.”

Pío Gullón “¿Y ya están ustedes satisfechos?”

Canalejas intervino para que la discusión no pareciera una cuestión de partidos “No amigo Pío, nuestros movimientos no han terminado todavía; aunque menos importantes que los efectuados hasta hora, debemos jugar nuestras bazas con Alemania, Austria, Rusia y Japón”

Don Segismundo Moret que había vuelto de Londres en exclusiva para asistir a la reunión, quiso conocer de primera mano la situación de conjunto en lo referente a Ultramar.

Maura que era el que más entendía de política colonial le contesto “En los territorios de ultramar los avances son espectaculares y a la par que nuestras fuerzas se despliegan, obtienen triunfos y logran posiciones de ventaja; los rebeldes retroceden y ven reducidos sus efectivos. No son tan sólo las armas las causantes del fracaso enemigo, sino que los rebeldes presionados por éstas se dejan seducir por las concesiones autonómicas y sobre todo por indemnizaciones monetarias a cambio de abandonar la lucha e integrarse a la sociedad.
>>Reconozco que en lo que sí llevamos retraso es en la ocupación de territorios en África. Vamos a tomar medidas urgentes para que llegado el momento tengamos algo real con lo que negociar con Francia; aunque sea el retirarnos, porque ahora mismo no podemos hacer ni eso.
>>Con relación a esto último, al Teniente Coronel. don Emilio Bonelli se le nombrará Comisario Regio para asuntos africanos, poniendo a su disposición una importante suma de dinero con la finalidad de que haga un rápido estudio y proceda a ocupar militarmente a la mayor brevedad de manera efectiva y con sigilo cuanto territorio quede libre en Río Muni, Río de Oro y Sidi Ifni. Si es posible intentaremos tambien que don Manuel de Iradier se involucre en la tarea. La Sociedad de Africanistas y Colonialistas subvencionaran parte de los gastos a cambio de la concesión de explotaciones comerciales de minas, café, cacao, maderas, pieles, pesca, marfil etc…
>>Tanto en África como en Filipinas se patrocinará la emigración de españoles. La formula será venderle grandes extensiones de tierra a bajo precio a los latifundistas de aquí, a cambio de que estos paguen los gastos de traslado y equipamiento de colonos, quienes serán a su vez sus capataces y arrendatarios. En Filipinas concretamente , además de las tierras, para atraer a europeos contamos con la creación en Olongapo de unos astilleros y la tala organizada de maderas preciosas, así como los servicios y comercios que se deriven para cubrir las demandas de los occidentales. Intentaremos explorar la posibilidad de explotar cultivos no tradicionales como el caucho o el té por su gran rentabilidad.
>> Sí para 1898 hemos logrado trasladar unos 100.000 europeos, con una disposición para empuñar armas de al menos 40.000 de ellos, nos pegaremos con un canto en los dientes. El Estado les regalará fusiles Remington usados, revólveres Lafacheaux de segunda mano y munición.”
El segundo objetivo de don Segismundo era conocer que medidas se iban a tomar para que no se produjera un estallido social, dado la hambruna que empezaba a azotar a amplios sectores de la población española.

Canalejas “Este año crearemos un nuevo ministerio, el cual bajo la dirección de don Joaquín Costa albergará dos departamentos bien diferenciados.
>> Uno de ellos dedicado a la instrucción pública y la cultura, lo dirigirá el señor Giner de los Ríos.
>>El otro será el Instituto Nacional de Previsión, ejercerá de Director el señor Azcárate.
>>La financiación será diversa. Parte vendrá de la dotación al culto y al clero, otra del ministerio de Fomento. Obtendremos así mismo empréstitos en base al adelanto en la renovación de la concesión de Almadén -al menos dos de los tres millones de libras previstos- o se cargarán impuestos especiales a los beneficios de Río Tinto y Correos, también habrá un recargo sobre los telegramas y el teléfono. Por último, se centralizará las donaciones de beneficencia y se estimularán las fundaciones. Debemos tener en cuenta que estas normas son temporales y se enmarcan dentro de las necesidades de la guerra, porque si no tomamos medidas correctoras urgentemente la carestía de vida hará levantarse al pueblo en contra del Gobierno.
>>Con esto y la educación laica mantendremos bastante contentos a los socialistas, y éstos podrán contener a los revueltas más radicales.
>>El mismo don Joaquín llevará a cabo una labor de propaganda implicando a personas de gran talla intelectual o simplemente populares en un intento de enervar el espíritu patriótico. Trabajan ya para nosotros en un grupo llamado “Generación para el 900”: don Miguel de Unamuno, Menéndez Pelayo, Echegaray, Jacinto Benavente, Galdós, Ramón y Cajal, Baroja, Albéniz, Sorolla, Gaudí, Luca de Tena, El Lagartijo o La Bella Otero; por poner unos ejemplos significativos.

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14 Jul 2010 20:38
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El General Correa -“contraministro” liberal de Guerra- quiso saber con algún detalle como se reforzaría al Ejército Peninsular, el cual teóricamente debía evitar una posible invasión del sagrado suelo español y presionar al mismo tiempo a los portugueses en caso de necesidad. Puso igualmente en duda los planes de ministerio para el despliegue de la artillería de costa en las colonias.

Las relaciones entre don Macelo Azcárraga y el General Correa no eran muy fluidas, o por lo menos éste último quería dar a entender eso. Don Miguel Correa tenía unas opiniones muy su generis sobre una posible guerra contra EEUU. Decía abiertamente que era mejor no tener barcos, ya que así no nos podrían apresar ninguno de ellos y que mientras hubiera un General español con mando en Manila, ésta nunca caería en manos extranjeras independientemente de las capacidades militares.

General Azcárraga. “Mi querido General, vuecencia conoce los planes y dificultades al igual que yo, no sé porque no los expone directamente. Pero en fin, si es su deseo….
>>Conocido es que no andamos sobrados de liquidez y que la mayor parte de los reales se va en gastos de personal. Con todo, la política en Cuba de apostar por mejorar la sanidad y alimentación de nuestros soldados está dando resultados positivos. Así posiblemente se traslade sólo entre un 60% y un 70% de la tropa que un principio se tenía pensado movilizar, con el consiguiente ahorro. Bien es cierto, que se ha desplegado prontamente un importante contingente en Filipinas, pensando en mantenerlo hasta el final de la crisis y que el gasto por soldado es mucho mayor que el del año 95.

>>Reconozco que difícilmente podremos dotar con material moderno al Ejército peninsular, cuando apenas cumpliremos las expectativas de los Capitanes Generales en Ultramar. Weyler ha propuesto comprar menos Maúser y adquirir más cañones de tiro rápido y ametralladoras; pero no puede ser, los contratos de los Maúser hechos en Alemania están firmados con anterioridad y si no fabricamos los de Oviedo tendremos que cerrar la factoría. Además, en cuanto a las ametralladoras no se ponen de acuerdo en la Junta Facultativa de Artillería sobre la utilidad de las mismas.
>>Para que no se enfade demasiado Weyler, hemos planeado recuperar algunas viejas máquinas de las guerras carlistas que actualmente se encuentran en fortificaciones y parques de artillería para mandarlas a Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Aunque son bastante pesadas, servirán para las trochas y posiciones defensivas permanentes, pudiendo liberarse las 12 Maxim de 7 mm -que de manera experimental se van a enviar- para otros cometidos.

>>La Junta Consultiva de Armada ha rechazado igualmente una segunda propuesta de Weyler consistente en montar ametralladoras de 11 mm en las nuevas cañoneras del servicio de guarda costa en vez de revólveres de 37. En compensación, la Marina de guerra apoyará al Ejército con las existencias que de ese calibre tenga ya embarcadas, además de con la artillería de costa y de campaña -aportando cañones de buques para la primera y de desembarco para la segunda-.

>>En cuanto a la Artillería de costa prevista para Santiago y Manila, las gestiones para comprar un segundo horno Siemens se están dilatando en exceso, yo a veces pienso que hay gato encerrado. En consecuencia, difícilmente cumpliremos nuestros objetivos.

>>No podemos perder la perspectiva que lo primordial en estos momentos es acabar con las sublevaciones de las colonías y para eso tenemos que mantener un gran número de tropas lejos de España con las enormes partidas de numerario que eso implica. Si gastásemos esos dineros en los presupuestos ordinarios, tendríamos uno de los ejércitos mejor armados del mundo y sobraría montante para construir una segunda escuadra.
>>Para finalizar aclararle al General Correa que para defender nuestro suelo y presionar a Portugal, el Ejército dispone de más de 125.000 soldados, 18.000 guardias civiles y 9.000 carabineros; unas 300 piezas de artillería de campaña, 72 de montaña y más de 100 de sitio. Con lo anterior nos sobramos y bastamos.”

Galindo que aunque permanecía callado normalmente prestaba atención a todo lo que se hablaba, por un instante perdió el hilo de la conversación. Reflexionaba para sus adentros lo complicado que se podía poner la crisis, si el Partido Liberal pasaba al Gobierno. El nuevo gabinete tendría varios de sus componentes masones, un ministro de Guerra que creía que era mejor que no hubiese barcos para que no se hundieran y otro de Marina que aspiraba a abordar con el sable a los acorazados enemigos. Al menos estaban Maura y Canalejas que podrían enderezar la situación.

Durante el lapsus de tiempo que Galindo permaneció absorto en sus divagaciones, el Vicealmirante Beranger expuso básicamente lo que se había tratado en la última reunión del Almirantazgo. Se felicitó por la definitiva entrega el pasado Mayo a la Armada del crucero protegido -clasificado racionalmente como de 2ª clase- “Alfonso XIII” de 4.670 toneladas. El buque quedaría armado según lo previsto en el Plan Beránger del 95, además de con 11 piezas ligeras de tiro rápido 1 y dos ametralladoras de 11 mm. Fue dotado tambien de dos cañones de desembarco Hontoria de 70mm de carga simultánea.

Las piezas de 200 mm y 120 mm de tr. estaban ahora protegidas por semi-torretas o manteles grandes -las de 200 con mayor grosor que las de 120 (100 y 54 mm máximo respectivamente)-. El defecto más acusado de la nueva artillería era el poco ángulo de tiro de las piezas mayores, al haberlas bajado casi a la altura de la cubierta principal y tener a sus espaldas la superestructura del buque. Por otra parte, la velocidad de los cruceros sólo llegaba en pruebas a 18 nudos sobre los 20.5 previstos y la autonomía no sobrepasaba las 9000 millas por las 12.000 del diseño original. La estabilidad de aquella cara copia del “Reina Regente” -9 millones- era aceptable después de nada menos que nueve años de trabajos.

Explicó el Vicealmirante en alusión a la referencia del General Azcárraga, que las ametralladoras de 11 mm 2 de los buques de la Armada -bien en aquellos en situación de segunda actividad o montadas en cañoneras guarda costas- apoyarían a las fuerzas de tierra e incluso llegado momento se las cederían directamente al Ejército, al igual que los cañones de desembarco 3 . En base a eso se estaban catalogando las piezas; una vez con el resultado en la mano se construirán cureñas de ruedas 4 adaptadas para las ametralladoras y se reforzarían las de las piezas de artillería para ser arrastradas en limonera o en armón por bestias de tiro en trayectos cortos.

De repente, don Francisco escuchó una voz lejana con acento malagueño, era la del Presidente recriminándole la falta de atención después de haberle pasado la palabra hasta en tres ocasiones.

Galindo. “Ruego me disculpe señor Presidente. Yo poco más tengo que añadir, ya comprenderán que la mayoría de nuestras actuaciones son secretas.

>>Ahora bien, quiero dejar claro que vamos a empezar con acciones más contundentes, si alguien de los presentes nos va retirar su apoyo incondicional es mejor que lo diga ahora”

Sagasta “Yo para dar un apoyo sin fisuras necesito saber con más detalle lo que van hacer”

Galindo “¿En verdad vuecencia desea saber en concreto cada una de las acciones? en ese caso no habrá ningún problema por mi parte en contárselas, si asume personalmente la responsabilidad. Yo lo único que les pido es que precisamente ustedes no nos ataquen, cosa diferente es que nos defiendan.”

>>De todas formas, para su tranquilidad contaremos con el control de la Comisaría del Protocolo para cada operación trascendente.”




1 6 Nordenfelt de 57, 1 de 42, 2de 37 mm y dos revólveres Hotchkiss de 37.
2 Nordenfelt-Maxim de tres a cinco tubos situados en paralelo.
3 Unas cuarenta piezas, generalmente Hontoria de 7 cm; todos de carga simultánea o transformándose con cierre Sarmiento.
4 El estudio ya se había hecho en el 93 durante la guerra de Melilla.

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14 Jul 2010 20:49
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CAPÍTULO XXV
INCIDENCIAS DE AGOSTO A NOVIEMBRE1896.
Fuerte de Fuerza Santiago, Manila. 19 de Agosto de 1896.

El ambiente en las Filipinas, particularmente en Luzón, se había enrarecido desde el mes de Junio. Algo iba a ocurrir, las autoridades españolas estaban sobre aviso y las tropas desplegadas con máximo nivel de alerta.

30.000 hombres habían llegado desde España como refuerzo a los 13.000 que ya estaban allí, la mayoría de los últimos nativos; a esto le debíamos sumar 4.000 Guardias Civiles y Carabineros, más los marineros del Apostadero General de las Filipinas.

El joven vestido de elegante traje tropical de lino y blanco sombrero panamá con una cinta negra alrededor, había salido del viejo continente a finales de Mayo y llegado a Manila hacía poco más de un mes en el vapor “Montevideo” con las últimas tropas de refuerzo. Tenía credenciales de Presidencia del Gobierno, esto era lo que posiblemente le proporcionaban el aplomo con que se dirigía al General Polavieja.

“Le repito mi General que sé con certeza que el día 30 de este mes una partida de rebeldes tratará de infiltrase en Manila y matar al mayor número de españoles, los hermanos Bonifacio dirigirán la acción. El Gobierno de su Majestad considerará todo éxito, no tan sólo el rechazarlos, si no que muchos caigan muertos tendidos en el suelo y otros queden como prisioneros.”

“¿Cómo dice que se llama joven?

“Lucas Pena mi General”

“Parece que quiere indicarme como dirigir mis tropas. Manifestó Polavieja con moderado tono de enojo, al tiempo que cada vez golpeaba más fuerte la fusta que agarraba con la mano derecha contra la palma de la izquierda.
>>Ya sé que va haber un levantamiento y nos estamos preparado para ello desde el pasado Diciembre, incluso algunos oficiales están algo ansiosos esperando que empiece la acción. La sorpresa se la va a llevar el Katipunan dichoso ese.
>>Hay que reconocer que no todo el mérito será nuestro. Más de 9.000 sediciosos han abandonado ya las filas enemigas al censurarlos el Presidente Rizal y concederles yo el perdón, con lo cual estarán debilitados antes de empezar”

Lucas “Le doy mi palabra que no pretendo enseñarle nada. Desde el momento que he llegado me he puesto lealmente a sus órdenes. Lo único que intento es que se aproveche de mis informaciones, obtenidas estas por canales poco convencionales. Además conozco el pensamiento del Gobierno, del que traigo varias instrucciones que le iré participando a medida que surjan las necesidades.”

Balintawac, Filipinas.23 de Agosto de 1896.

Un joven filipino tomó la palabra y en tagalo se dirigió a los casi 1000 katipuneros de la facción Magdiwang:

“Hoy comienza el fin de más tres siglos de opresión de los kastilas. Una vez dada la señal, cada hermano cumplirá con el deber que se le ha impuesto, asesinando a todos los españoles, sus mujeres e hijos, sin consideraciones de ningún género, ni parentesco, amistad, gratitud etc.
Dado el golpe contra el Capitán General y demás autoridades españolas, los locales atacaran a los conventos y degollaran a sus infames habitantes”
¡Viva Filipinas! ¡Viva el Katipunan!”

La enfervorizada masa respondió “Viva el Supremo Bonifacio”

Extrarradio de Manila. 30 de Agosto de 1896.

Como fantasmas en la noche se movía los sediciosos de la columna mandada por el General Mariano Álvarez, más atrás venía la reserva de Procopio Bonifacio y el Estado Mayor con el propio Andrés Bonifacio al frente.

La jungla en la oscuridad de la noche y vista desde el camino de tierra por donde transitaban los sigilosos rebeldes en dos hileras, parecía esconder mil peligros. El armamento de mala calidad y segunda mano -la mayor parte de procedencia japonesa- les daba poca seguridad en sus propias posibilidades de éxito.

La Brigada del General Cornell abrió fuego con dos antiguos revólveres ametrallador y otras dos modernas máquinas navales de 11mm -manejadas éstas por un trozo infantería de marina-, de seguido lo hicieron los maúser. Los katipuneros sorprendidos dieron vuelta sobre sus talones en retirada, dándose de bruces contra bayonetas de los batallones del General Jaramillo.

En menos de media hora, se empezaron a oír gritos de cuartel y rendición.
Las tropas españolas tardaron en aceptar la bandera blanca.

Cuartel General del General de División don José Lachambre y Domínguez. 1 de Septiembre de 1896.

El traidor Teo Patiño tapándose con una capucha de tela la cabeza, tocó en el hombro a uno de los prisioneros.
“Así que tu eres el sanguinario Procopio Bonifacio, el hermano de la fiera que iba matar a todos los españoles. Visto de cerca no pareces gran cosa."

El elegante General de cincuenta años señaló con su sable de guerra el arco de mampostería que daba entrada a un patio de tierra para que el reo mirase dentro. Sobre el suelo del mismo, el hermano del líder supremo de Katipunan adivinó entre los dos centenares de cadáveres amontonados de katipuneros el cuerpo sin vida del de su jefe militar más importante, el General Mariano Álvarez.

Procopio Bonifacio. “Son ustedes peor que las alimañas de la selva. Mejor que me mate ahora o prometo que vengaré la muerte del General y del resto de los míos”

Lachambre. “Le juro que lo único que lamentaría al pegarte un tiro sería el desperdicio de una bala. Hoy es tu día de suerte, este caballero te va hacer una generosa propuesta.”

Lucas Pena “No se porque se enfada con nosotros o pretendía que nos dejásemos matar sin más, al fin y al cabo esto es una guerra ¿No?
>> Yo odiaría más a sus correligionarios, quienes los han delatado, es decir a los Magdalos o como diablos se llamen.”

Bonifacio “Me quiere dar a entender que esa serpiente de Aguinaldo esta detrás de este desastre.”

Lucas “Pues ya me dirá como podíamos estarles esperando. Le propongo un trato, usted salva su vida y además puede vengarse de Aguinaldo.”

Bonifacio “Si me suelta primero acabaré con Aguinaldo y después seguiré luchando contra España.”

Lucas “Si es en ese orden me parece correcto. Como garantía me quedaré con su hermano y líder Andrés, quien ha resultado levemente herido. Más tarde lo verá, aunque no le permitiremos hablar con él.”

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14 Jul 2010 21:20
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com