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Los "barcos falleros" fueron barcos fletados por los valencianos residentes en Hispanoamérica para trasladarse desde allí a Valencia y vivir aquí la fiesta de las fallas, cosa que se sucedió a lo largo de 12 años.
El proyecto surgió en los años cincuenta, cuando un grupo de valencianos residentes en Santiago de Chile, y que habían fundado la casa regional, pensaron en montar una expedición colectiva que por mar les trasladara a la Valencia en fiestas.
Como el viaje desde el Pacifico bordeando por el sur el cabo de Hornos hacia el Atlántico, suponía un trayecto exagerado, y encima el número de valencianos residentes en este océano no era suficiente, en 1960 la casa regional chilena tomó contacto con los centros regionales de paisanos de Argentina, Uruguay y Brasil, así como con la organización de la Compañía Ybarra de Vapores, llegándose al acuerdo de viajar todos por sus medios hasta la capital argentina, de cuyo puerto partiría el primer barco fallero hacia El Grao.
Tras años para convencer a la compañía Ybarra para fletar un barco entero, y corriendo con todos los gastos de la contrata, se realizó el primer “barco fallero” en el trasatlántico “Cabo San Vicente” en marzo de 1961.
Los chilenos se trasladaron en avión hasta Argentina, partiendo el buque desde Buenos Aires y haciendo escala en Montevídeo, Sao Paulo y Río de Janeiro. La travesía duró 17 días y los primeros puertos españoles que tocó fueron Tenerife y Algeciras. En el viaje se organizaban bailes, teatro e incluso un día consiguieron poner a los cocineros a las órdenes de las mujeres para hacer a bordo paella para 800 personas.
Con casi 1.000 pasajeros, entre ellos familias enteras, el Cabo de San Vicente llegó a Valencia el 8 de marzo de 1961 acogido con un recibimiento impresionante.
Fueron doce ediciones sucesivas de "barco fallero" en las que los buques Cabo San Roque y Cabo San Vicente, de la citada naviera, emprendieron el recorrido, con escalas breves en Canarias y en Algeciras, para finalmente llegar al puerto valenciano en las primeras fechas de marzo y asistir a la semana fallera, al tiempo que, lógicamente, visitar a parientes y amigos.
De estas ediciones, la de 1968 es especialmente recordada, pues en ella concurrieron tres barcos falleros, El “Verdi”, procedente del Pacifico, el “Eugene C.”, procedente de Argentina y Brasil y el “Cabo de San Roque”, de Argentina, Chile y Uruguay. Además en Valencia fondeaba en aquella fecha el portaviones Roosvelt.
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