Cruz de la Fidelidad


Creada por Real Decreto de Carlos V el 14 de febrero de 1840 para «dar a mis leales Ejércitos de Aragón, Valencia, Murcia y Cataluña una muestra de mi real aprecio por la constancia y heroísmo con que han sabido mantener el honor de mis armas después de la horrenda traición que, entregando a los enemigos las tropas que tantos laureles habían recogido en Navarra y
Provincias Vascongadas, me obligó a refugiarme en este reino (Francia)».



Tendrían derecho a ella «todos los individuos de los expresados Ejércitos y voluntarios realistas armados que hayan permanecido en ellos desde 1.° de septiembre al 30 de octubre del año último (se refiere a 1839)».



La cruz, del mismo modelo general que una de San Fernando y que se conserva en el Museo del Ejército, tenía cuatro aspas iguales blancas, entrelazadas por una corona de laurel, en los brazos y con letras de oro los nombres de las regiones citadas, en el círculo central, oro sobre rojo, «C. V.» y al reverso, en blanco, «A la fidelidad año 1839».


La cinta partida en tres listas iguales, roja la central y azules las otras.


Para los pertenecientes al Ejército del Norte que no se acogieron al Convenio de Vergara y estuvieron en la emigración, la misma cruz pero con las inscripciones «Navarra, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa» en los brazos y cinta negra y azul en las proporciones dichas.

Estuvo localizada exclusivamente en Cataluña y fue, en esencia, un movimiento que se produjo en las zonas montañosas contra la desamortización de Mendizábal.


El General Cabrera volvió a acaudillar las tropas que aclamaron corno Carlos VI al Duque de Montemolín, hijo de Carlos V.


Terminó con la captura del General Cabrera por los franceses y una amnistía concedida por Isabel II.


Ninguna de las partes creó condecoraciones en este período.






La situación de descomposición de España alentó a Carlos VII, Duque de Madrid, sobrino de Carlos VI, a entrar en territorio nacional donde, pese a no haber llegado a ocupar ninguna localidad importante, logró organizar un verdadero Estado.


Las hostilidades terminaron cuando, una vez restaurada la dinastía en Alfonso XII, sus Ejércitos lanzaron una ofensiva a gran escala que expulsó al pretendiente y logró la paz.



Medalla de Berga


Circular, de plata, en el centro la efigie de Carlos VII y la cita «Berga, 27 de marzo de 1873».


Por el reverso trae el escudo de la ciudad condal y «Dios, Patria y Rey».


La cinta encarnada.






Medalla de Alpens


De plata, con un círculo central en cuyo anverso se lee «Alpens 9 de julio de 1873» y al reverso: «¡Adelante!. Esta es mi divisa. Carlos», alrededor una corona de laurel y cuatro lises en los cardinales.


La cinta es verde.

Medalla de Montejurra


Creada por Real Orden de 9 de noviembre de 1873 para «perpetuar la memoria de un hecho que tanto honra a mi Ejército».


Tiene forma de cruz con cuatro brazos rectos en tres de los cuales se lee: «Dios, Patria, Rey», en un gran círculo central trae «7. 8. 9. noviembre 1873» y alrededor «Patrocinio de la Sta. Virgen», cuatro lises en los entrebrazos y corona real superada por otra de laurel en el superior.

Sin reverso.

Cinta granate.






Medalla de Cuenca


Redonda y de plata; en el centro la efigie del monarca y alrededor la inscripción «Cuenca por Carlos VII» con una pequeña flor de lis en la parte inferior; en el reverso, entre ramos de laurel, la cita «17 de julio de 1874.
Ejército Real del Centro».


Cinta celeste.

Medalla de Vizcaya o de Somorrostro


Real Decreto de Carlos VII de fecha 31 de agosto de 1874.


Es de plata o de bronce con la efigie del Rey rodeada de la inscripción «A la fe y al heroísmo del Egército Real del Norte» (Es de notar la ortografía de la palabra «Ejército» y que la «N» tiene el rasgo central al revés.


Lleva una corona de laurel y en los cardinales una corona real sumada de otra de laurel y tres lises, de forma muy parecida a la de la Medalla de Alpens.


En el dorso, liso, va grabado «Batallas de Vizcaya de enero a mayo 1874».


La cinta es verde. A esta Medalla se la conoció también con el nombre de Somorrostro.








Medalla de Carlos VII


Creada por Real Decreto de 9 de octubre de 1874 con la denominación de «Real y distinguida» para premiar «servicios especiales dependientes del talento, de la lealtad, de la abnegación y demás virtudes cívicas».


Por otro Real Decreto de 28 de febrero de 1876 se extendió el uso de esta condecoración «a todos los que han militado en mis Ejércitos del Norte, del Centro y de Cataluña, así como a los que combatieron por mi Causa en las demás provincias de España»; la usaban de plata los Generales, Jefes y Oficiales y de cobre la Tropa.


Tiene forma de cruz con brazos de lados curvilíneos que están unidos por una corona de laurel. En un círculo central el escudo de España y en torno suyo «Carlos VII por la Gracia de Dios Rey de las Españas» y en los brazos de la cruz las palabras «Virtud, Abnegación, Talento, Lealtad»; al dorso las cifras «C7» entrelazadas, la cita «Restauración católico monárquica» alrededor y en los brazos «Dios, Patria, Rey, 1874».


Una corona real la une a cinta de los colores nacionales.

Medalla de la Caridad


Instituida por Real Decreto de la misma fecha que el anterior para dar una muestra del real aprecio que la Asociación denominada «La Caridad» mereció por tantos y señalados servicios al Ejército.


Era de tres clases, oro, plata y cobre, en todos los casos pendía a través de una corona real de una cinta blanca con dos listas moradas.


Los brazos como las de Malta, color morado, con una «M» (Margarita) en el anverso y el Corazón de Jesús con la inscripción «La Caridad» y «1874» en el reverso.


En los entrebrazos sendas margaritas.


La de cobre era algo distinta, de forma circular, con una gran «M» en el anverso rodeada de pequeñas margaritas y las inscripciones «Quis nos Deparavit» y «A caritate Christi».


Por el reverso iba grabada una cruz como las de oro o plata.

Medalla de la Defensa de Costas.


Fue establecida en 1875 para premiar a las guarniciones de las baterías de la Costa Cantábrica que defendieron los pueblos de los bombardeos de la Escuadra enemiga siempre en condiciones de manifiesta inferioridad.

La configuran un ancla y dos cañones cruzados en plata.

Reverso liso.

De la cinta, aunque con alguna reserva, el dato es de que era verde.

GOBIERNO PROVISIONAL (1868-1870)

Tras una crisis palatina Isabel II pensó en establecer un turno pacífico entre moderados y progresistas para que el partido que significaba la avanzada del liberalismo subiese al poder, no en virtud de revolución como en 1820, 1837 y 1854, sino de manera legal y constitucional; este hecho sería el comienzo de un movimiento subversivo de incalculables consecuencias.


En las Cortes sólo un Gobierno unionista tendría mayoría parlamentaria suficiente para dirigir a la Nación, mas el remedio era tardío e inútil ya que el partido progresista no consentiría sino en un amplio movimiento que destronase a la Reina para establecer después una dinastía que, debiendo su entronización a las Cortes, quedase subordinada a ellas.


La batalla del Puente de Alcolea, 24 de setiembre de 1868, donde fueron derrotados los partidarios de Isabel II, decidió la cuestión y una junta se hizo cargo del Gobierno en Madrid.


El derrumbamiento del trono secular de los Borbones abrió una crisis insólita en la historia de España que se encontró, así, tanto sin rey como sin ideal político.


La revolución siguió una trayectoria fatal que hizo preciso que el propio Gobierno Provisional reprimiese duramente las pasiones que él mismo había fomentado cuando estaba en la oposición.


Establecida por la Constitución de 1870 una monarquía basada exclusivamente en la voluntad del pueblo, se nombró un Regente que ejerciese el poder ejecutivo en tanto llegase a resolverse la difícil cuestión de la elección de la persona que diese origen a la nueva dinastía.



Este sistema duró poco tiempo y aunque hubo graves problemas internos, se dedicó atención especial a resolver algunos asuntos de equidad y a mantener la paz exterior; ambas razones harán que sean muy escasas las condecoraciones de este período.



Supresión de la Cruz de María Isabel Luisa, creación de la Cruz de Plata de la Orden del Mérito Militar y modificaciones en las cruces de las otras clases.


El Gobierno Provisional según su Orden de 9 de diciembre de 1868 (CL. núm. 948) decidió suprimir la Cruz de María Isabel Luisa, que ya no tenía razón de existir al ser derrocada la Soberana que le daba nombre, y extender la Orden del Mérito Militar a las Clases de Tropa, de Soldado a Sargento, por medio de la creación de la Cruz de Plata de forma similar a la ya existente en la Orden del Mérito Naval.


Distintivo y cintas, no hace falta insistir, fueron los mismos que en el resto de la Orden pero se suprimió el escudete central con las flores de lis (Artículo 4.°) tanto en ésta como en las demás clases; los reversos cambiaron la cifra «Y2» por las iniciales «MM», aunque no tenemos referencia de la legislación concreta que dio lugar a ello; en las placas de 2.a, 3.a y 4.a clases se suprimió el óvalo central con los lises y los de los en-trebrazos se cambiaron por dos castillos y dos leones.


Así figuran al menos en el retrato que representa al General de División D. Elicio de Bórriz y que se expone en el Archivo General Militar de Segovia.


Merece resaltar que, a pesar de la supresión de la Cruz de María Isabel Luisa, se hizo mención expresa (Artículo 7.°) de que las personas que la tuviesen concedida podrían seguir usándola con los mismos distintivos originales.


Tampoco se suprimieron o modificaron aquellas otras cruces o medallas que llevaban la imagen o la cifra de la Reina.


Cruz de Plata de la Orden del Mérito Militar.

Cruz de Valor y Distinción


La Ley de 12 de diciembre de 1855 (CD. núm. 899) declaró Beneméritos de la Patria a quienes, por defender la libertad, murieron fusilados en el Carral, proximidades de Santiago de Compostela, el día 26 de abril de 1846 y determinó que el Gobierno concediese una Cruz de Valor y Distinción a los individuos que tomaron voluntariamente las armas en pro del alzamiento del 23 de abril.


Las circunstancias políticas de signo contrario que ocurrieron poco después impidieron que lo dispuesto se llevase a efecto y hubo de esperarase al Decreto del Ministerio de la Gobernación de 21 de mayo de 1869 (CD. núm. 326) que declaró nuevamente en toda su fuerza y vigor la ley primera y que, en su Artículo 4.°, describió todo el detalle de la condecoración si bien, al acotarla en milímetros, le da una dimensión longitudinal de nada menos que 172 mm, una anchura de 140 mm y, por el contrario, una cinta de tan sólo 20 mm.


La única pieza que se conoce se conserva en el Alcázar de Toledo; la cruz, que es de brazos desiguales y también espada, de esmalte negro con vivos blancos, con un centro de esmalte azul que tiene un pergamino arrollado con la fecha «Abril de 1846» y a cada lado una columna con un pedazo de cadena rota y encima una cinta roja con el lema «Valor y Distinción», entrelazada con los brazos de la cruz una corona de laurel al exterior y de palma al interior y debajo ráfagas de plata.


La cinta es negra, formando aguas con una lista central verde de 2 mm.







Medalla de las Tunas



Fue creada por Orden de 20 de octubre de 1869 (CD. núm. 749) como una medalla de honor que se costeara con fondos del Estado para premiar a los individuos del Ejército que tomaron parte en la defensa del pueblo de las Tunas, en Cuba, el día 16 de agosto anterior.


Es circular, dorada según el Catálogo del Museo de Artillería, de bronce el ejemplar del Museo del Ejército, lo que permite pensar que hubiese dos categorías, una para Oficiales y otra para Tropa.


En el anverso tiene una corona vallar y el lema «España a los defensores de las Tunas»; en el reverso dos ramos de laurel entrelazados y dentro «Isla de Cuba» y «16 agosto 1869».


La cinta es morada en su parte superior y blanca en la inferior.

Variaciones en la Orden del Mérito Naval.

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Por Decreto del Ministerio de Marina de 12 de marzo de 1870 (CL. núm. 146) se aprobó un Reglamento que contenía la reforma de los estatutos de la Orden a fin de dotarla de los distintivos rojo y blanco, al igual que la del Mérito Militar, e introducir alguna otra modificación.


Las categorías de las personas que podrían ser galardonadas quedaron como sigue (Artículo 4.°):


1.a Clase: Guardiamarinas, Alféreces de Navio y Tenientes Primeros de Navio.

2.a Clase: Tenientes Segundos de Navio, Capitanes de Fragata y Capitanes Segundos de Navio.

3.a Clase: Capitanes Primeros de Navio.

4.a Clase o Gran Cruz: Contralmirantes, Vicealmirantes y Almirantes.


La cruz con distintivo rojo y ancla de oro se concedería por méritos de guerra o hechos de mar distinguidos y la cruz con distintivo blanco y ancla azul para el resto de servicios (Artículo 5.°).




Cruz de la Orden del Mérito Naval con distintivo Rojo de 1ª Clase









Cruz de la Orden del Mérito Naval con distintivo Blanco de 2ª Clase

Cruz de Plata de la Orden del Mérito Naval, sencilla.

Para Marinería (Artículo 6.°) que, cuando se concediese pensionada, se distinguiría por la corona y el ancla de oro.

El Artículo 9.° hacía inherente al empleo de Almirante la concesión de las Grandes Cruces, roja y blanca, del Mérito Naval.






Cruz de Plata de la Orden del Mérito Naval, pensionada.

AMADEO I (1871-1873)

La sucesión al trono de España, al igual que en 1700, originó importantes tensiones entre las antiguas familias reales europeas, llegando a desembocar la situación en un conflicto bélico internacional.


Tras la búsqueda infructuosa de un candidato y después de varios desplantes, se pensó en la Casa de Saboya que reinaba en casi toda Italia, estaba emparentada con las de Austria y Borbón y, al mismo tiempo, su entrega al liberalismo y su oposición al Sumo Pontífice la hacían grata a los progresistas.


Las Cortes votaron la aceptación de Amadeo de Saboya, Duque de Aosta, como Rey de España pero esta decisión no pudo ser más desafortunada pues, aunque valiente y honorable, carecía de las condiciones necesarias para ser un monarca y no era la persona más adecuada para enfrentarse con éxito a la oposición republicana, los carlistas en armas, las conspiraciones isabelinas y el desafecto del pueblo.


Con España atomizada en grupos políticos que sólo estaban de acuerdo en lo negativo, encendida una nueva guerra interna, inquieto el ultramar americano, habiendo sufrido atentados personales y ante una grave crisis de gobierno, Amadeo I decidió abdicar.




Medalla de la Escuadra del Mediterráneo


Fue creada por Real Decreto de 11 de enero de 1871 para conmemorar el viaje del Rey a España desde Génova a Cartagena.


Es circular, de bronce y bajo corona real; en el anverso tiene el busto del soberano y la siguiente incripción: «Amadeo Primero Rey de España» y en el reverso están grabadas las <<fragatas Numancia», «Victoria» y «Villa de Madrid» con las leyendas «A la Escuadra del Mediterráneo» y «26 de diciembre 1870» fecha de la iniciación del crucero.


La cinta es verde y roja por partes iguales.







Modificaciones a las Cruces de Plata de la Orden del Mérito Naval


Como puede apreciarse en la redacción del Decreto de 12 de marzo de 1870, no había diferencia entre las insignias de las Cruces de Plata de la Orden del Mérito Naval con distintivo rojo de las de distintivo blanco, ya que para ambas la cinta era la misma, la de los colores nacionales.


Para subsanar esta indeterminación se dictó la Real Orden de 3 de marzo de 1871 por la que la Cruz con distintivo rojo llevaría los colores de la cinta horizontales.


Cruz de Plata de la Orden del Mérito Naval con distintivo rojo 1871

Cruz de Plata de la Orden del Mérito Naval con distintivo rojo 1872-91


Mas no debió de considerarse muy adecuada esta modificación ya que antes de un año, Real Orden de 9 de febrero de 1872, se dispuso que la Cruz con distintivo rojo llevase el ancla en esmalte de ese color y la cinta otra vez con los colores en posición vertical.









Cruz de los Voluntarios de la Libertad. Mérito, 1871


Creada por Decreto del Ministerio de Gobernación de 6 de mayo de 1871; consisten en una Cruz de Saboya central sobre otra formada por espadas rojas rodeadas o no por laureles, según se concediesen por mérito o por constancia y con una cinta blanca en la que con letras de oro por el anverso decía «Amadeo 1.° a los Voluntarios de la Libertad» o «Amadeo 1.° a la Milicia Ciudadana» y por el reverso de todas «29 sept 1868 - 29 enero 1871».


El diseño, demasiado parecido al de las Cruces de San Fernando, pretendió aprovecharse del prestigio de éstas.


La cinta es, respectivamente, negra con dos listas laterales rojas o verdes; se conocen distintos anchos de la lista central y también ejemplares que la llevan de los colores nacionales.

Cruz de la Milicia Ciudadana, constancia

Escusón de Saboya en las Cruces de la Orden del Mérito Militar

Las Reales Ordenes de 23 de mayo y de 14 de octubre de 1871 (CL,s. nüm. 366 y 731) dispusieron que en el escudo real se sustituyesen las flores de lis de la dinastía borbónica por la cruz saboyana.


La aplicación de las anteriores disposiciones afectó a la moneda, a las banderas y a algunos otros elementos, entre ellos a estas condecoraciones, sin que sepamos que se dictase ninguna otra orden expresa.



Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo rojo de 1ª Clase

Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco









Medalla de los Voluntarios de Cuba


Según el Real Decreto de 10 de noviembre de 1871 (CD. núm. 792).


Fue para premiar a los valerosos voluntarios que sirvieron en el Ejército de aquella Antilla.


Es de plata, elíptica, con ramos de roble y palma y va superada de corona real.


En el anverso se distingue el busto del monarca y la inscripción «Amadeo 1.° de España a los Voluntarios de la Isla de Cuba»; en el reverso los escudos de España y de Cuba, cortado, en el primer cuartel N.a S.a de la Caridad del Cobre y en el segundo el Apóstol Santiago, tres flechas y una palmera, además un sol, las columnas de Hércules, unos ramos de laurel y la leyenda «Defensores de la honra y de la integridad nacional» y «1871».


La cinta es rojo granate con cantos y tres listas amarillas.

La Primera República, asediada por el germen de descomposición que había dado al traste con las dos monarquías anteriores, el conflicto entre unitarismo y federalismo, el paro, el desorden público y la indisciplina en el Ejército, cayó en el cantonalismo de Cartagena, Cádiz, Sevilla, Salamanca y Béjar, el carlismo ensangrentó por tercera vez Vascongadas, Cataluña y el Maestrazgo, resurgió el espinoso problema del separatismo cubano y el partido isabelino volvió a estar presente en la escena política.


Tan difícil y compleja situación enfrentó a Castelar, Presidente de la República, con la misma situación interna que había obligado a abdicar a Amadeo I.


Quiso ser fiel a la ley jurada pero con ella no podía gobernar.


La irrupción del General Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874 significó el fin de un sistema que aún continuó hasta el 29 de diciembre con el General Serrano como Presidente Provisional.



Medalla de Cuba


La guerra en Cuba persuadió al Gobierno de la República a crear una medalla conmemorativa que sirviese para sustituir a la instituida por Amadeo I.


El Decreto y la Orden de 27 de junio de 1873 (CD. núm. 577 y 578) la definen como de plata, de forma romboidal y enmarcada por ramos de laurel y de palma rodeados por una cinta; en el anverso lleva las columnas de Hércules y a una matrona apoyada en el Escudo Naciónal, en la parte inferior está escrito «Campaña de Cuba»; en el reverso lleva sólo ésta inscripción «España al valiente Ejército que pelea en defensa de la Patria» y «1873».


El rombo se halla pendiente de una corona mural y ésta de una cinta roja con lista central estrecha negra.







Supresión de los símbolos monárquicos


Al cabo de varios meses de proclamada la República se firmó la Orden de 2 de octubre de 1873 (CL. núm. 924) por la que se dispuso la desaparición de las coronas en Banderas y Estandartes; a consultas posteriores al golpe de estado de 3 de enero de 1874 se confirmó por Orden de 20 de enero del mismo año (CL. núm. 67) que la citada corona no se sustituyese por ningún otro símbolo o atributo.


Con arreglo a esta circunstancia se ha confeccionado una Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco de 1.a Clase.


Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco de 1.a Clase.

Medalla del Arsenal de La Carraca


Creada por Decreto de 8 de octubre de 1873 para perpetuar la defensa de dicha instalación naval contra los cantonalistas.


Es de bronce, de forma elíptica y con una corona mural superpuesta con una alegoría de la Marina y las palabras «Lealtad, desinterés, valor» y la fecha «Julio de 1873»; en el dorso trae, entre ramos de laurel y palma, la cita «A los defensores de La Carraca la Patria agradecida».


La cinta es verde mar con dos listas grana.









Medalla de la Defensa de Bilbao


Según Decreto de 10 de junio de 1874 para conmemorar los combates sostenidos para liberar la villa.


Es de bronce pavonado de forma oval y lleva las armas de la ciudad, dos lobos por encima del puente que cruza el Nervión y la iglesia de San Antón, y a su alrededor el lema «Al Ejército libertador y defensores de la invicta Bilbao» y «2 de mayo de 1874»; el reverso es liso.


La cinta, hasta fin de 1875, de los colores nacionales para todos.

Medalla de Teruel


De acuerdo con el Decreto de 4 de julio de 1874, para premiar el heroico comportamiento de los defensores de la ciudad.


Es redonda, de bronce, y lleva el escudo con la inscripción «A los defensores de Teruel la Patria agradecida» y «3 de julio de 1874»; por el reverso entre ramos de laurel dice «A la muy noble, fidelísima, vencedora y heroica ciudad de Teruel».


La cinta también de los colores nacionales pero cada uno a un tercio del ancho.








Medalla de Puigcerdá


Decreto de 8 de setiembre de 1874.


Sirvió para premiar a la guarnición que defendió la plaza.


Es de cobre, ovalada, y con corona condal; en el anverso están las armas de la villa y por el reverso puede leerse «A los defensores de Puigcerdá la Patria reconocida, agosto, setiembre de 1874».


La cinta, de los colores nacionales, no se llegó a definir hasta la Real Orden de 7 de enero de 1879 y los pasadores «Puente de Guardiola» y «Castellar de Nuch» hasta otra de 8 de setiembre de 1884.

ALFONSO XII (1875-1885)

El Gobierno del General Serrano, último de la Primera República, incapaz de conseguir una victoria definitiva sobre el carlismo y sin ideal ni programa político que lo mantuviese fue cayendo en el desprestigio mientras tomaba forma una gran conjura alfonsina.


Cánovas del Castillo quería que la inminente restauración de la dinastía fuese refrendada en las Cortes por una abrumadora mayoría; como tal convocatoria no hubiese sido posible en aquellos momentos, el general Martínez Campos dio un golpe de estado y en Sagunto proclamó rey a Alfonso XII el día 29 de diciembre de 1874.


Con el nuevo monarca la política adquirió una seriedad, ponderación y mesura de la que había carecido en los reinados anteriores.


El principal problema, la guerra carlista, se acometió con entrega y decisión a la vez que la nación entera, tras largos años de guerra, llegó a comprender que la paz sólo la podía obtener con Alfonso XII, español de nacimiento, católico y progresista; tras diversas incidencias el orden y el método de los alfonsinos condujo al fin de las hostilidades, primero en el Maestrazgo y Cataluña y luego en Vascongadas, donde la guerra terminó el 28 de febrero de 1876.


El resto del reinado, aún con problemas ultramarinos en Cuba (Guerra chiquita, 1878-1880) y Filipinas, fue un remanso de paz y permitió la recuperación económica de la que tan necesitada estaba España en el siglo XIX.


Medalla del viaje a España de Alfonso XII, muy similar a la del viaje de Amadeo I.


Se creó por Real Orden de 8 de mayo de 1875 y se acuñó en bronce con la efigie del rey por el anverso junto con la leyenda «Alfonso XII rey de España vuelto a la Patria, MDCCCLXXV»; en el reverso la fragata Navas de Tolosa y su nombre con la cita «Marsella 7 de enero - Valencia 11 de enero».


La cinta es por mitad blanca y azul celeste.


En la literatura oficial se cita que llevaría una corona real superpuesta a la medalla que, sin embargo, no aparece en los distintos modelos que se han podido ver.








Medalla de Cervera


Según Real Decreto de 12 de junio de 1875 se autorizó al Ayuntamiento de aquella plaza que acuñase una medalla de plata conmemorativa de la defensa contra los ataques carlistas.


En el anverso lleva las armas de la ciudad, un ciervo sobre cuatro palos rojos en campo de oro, laureles y una leyenda «A los defensores de la fidelísima y heroica ciudad de Cervera -16 de febrero de 1875»; por el reverso sólo una corona formada por ramos de laurel.


La cinta es de los colores nacionales en una lista estrecha central sobre fondo azul oscuro.

Medalla de Cuba


RD. de 15 de junio de 1875 (CD. núm. 508). El Art.° 1.°expresa que será de plata según diseño que modifica el anteriormente reseñado, en el sentido de que el escudo que tiene la matrona será de castillos y leones contracuartelados con la granada en la punta y los lises en escusón.


A la vez establece dos distintivos, uno para campaña, con cinta roja y lista central negra, y otro por permanencia en la Antilla, cinta blanca y lista central negra.


El primero adiciona una barra de plata por año de campaña que lleva grabado el año.


Finalmente el Art.° 11.° deroga todas las concedidas con anterioridad y el Art.° 14.° claramente la declara incompatible con la de los Voluntarios de Cuba creada por Amadeo I.









Medalla de Alfonso XII


Fue creada por Real Decreto de 8 de setiembre de 1875, es de plata o metal blanco, de forma circular con una ancha anilla horizontal para que la cinta no se pliegue en su extremo inferior, siendo la primera vez que se usa en España este sistema.


En el anverso lleva la imagen del monarca que le da el nombre y la cita «Alfonso XII a los Ejércitos en operaciones»; por el reverso una orla de laurel coronada y las palabras «Valor, disciplina, lealtad».


La cinta es amarilla con dos listas ro¬jas. Además se adicionan pasadores de plata de 3 mm de altura con el nombre de alguna de las siguientes acciones: «Pamplona», «Cantavieja», «Treviño», «Seo de Urgel», «Guetaria», «Cantabria», «Miravalles», «Oria», «Elgueta», «Olot», «Junquera», «Peñaplata», «Vera», «Santa Bárbara», «Estella», «Esquinza», «Oteiza» y «Líneas de Oria».

Medalla de la Defensa de Bilbao


Por Real Orden de 31 de diciembre de 1875 se distinguió a los defensores de los libertadores en el sentido de que los primeros llevarían la cinta amarilla, roja, amarilla, por partes iguales y los segundos de los colores nacionales a un tercio, adicionando pasadores de plata con una o más de las siguientes inscripciones: «Ontón, 15 de febrero», «Montano, 25 de febrero», «Abanto, 25, 26 y 27 de marzo» y «Muñecas-Galdames, 28, 29 y 30 de marzo».









Medalla de la Guerra Civil 1873-1874


Según Real Decreto de 5 de junio de 1876 (CD. núm. 231), con la leyenda en dos líneas: «Alfonso XII a los Ejércitos>>


Mismo reverso y cinta amarilla con lista roja central de 5 mm de anchura. Se podían adicionar pasadores con «Sevilla», «Valencia», «Cartagena», «Velavieta», «Muro», «Puente de Guardiola», «Castellar del Nuch», «San Marcos y San Marcial», «Hernani», «Irún», «Guetaria», «Cantabria», «La Carraca» y «Sarria» (RO. de 15 de marzo de 1881, CL. núm. 115) y «Ares del Maestre» (RO. de 9 de diciembre de 1892, CL. núm. 398).

Medalla de Jólo


Por Real Decreto de 7 de octubre de 1876 y como recompensa a cuantos habían expuesto sus vidas en aquellas inhospitalarias playas filipinas.


Es de bronce y se acuñó precisamente con el de los cañones tomados al asalto en los fuertes enemigos; en el anverso lleva la imagen del rey y las inscripciones «Alfonso XII» y «1876», el reverso lo componen una cruz manando gotas de sangre y, circundándola, una corona de laurel en la que están estampados los nombres de «Paticolo, Tapul, Cacutlapa, Liano, Maibum, Parano».


La cinta es roja con dos listas centrales amarillas.








Medalla de Reus


S. M. el Rey, Alfonso XII, con motivo de la visita realizada a esta villa el 1 de marzo de 1877 concedió una medalla a los escasos supervivientes del combate que se libró el 10 de marzo de 1838 contra los carlistas.


Se compone del escudo municipal entonces vigente, partido, en el primer cuartel una rosa y en el segundo Hércules.


La cinta de los colores nacionales.

Modo de llevar las condecoraciones

Una Real Orden de 17 de enero de 1877 (CL. núm. 19) dispuso que la Tropa dejase de llevarlas cosidas por la cinta y que usase pasadores igual que Jefes y Oficiales.


Modificación de las clases de las Ordenes del Mérito Naval y Militar.


Las Reales Ordenes de 22 de enero y 8 de febrero de 1877 (CD. núms. 62 y 102) modificaron las clases de las Ordenes determinadas en 1866 y 1864 en la forma siguiente:


1.a Clase: Tropa graduada de Oficial, Cadetes, Guardiamarinas y desde Alférez a Capitán o Teniente de Navio.


2.a Clase: Comandantes, Capitanes de Corbeta, Tenientes Coroneles y Capitanes de Fragata.


3.a Clase: Coroneles y Capitanes de Navio de 2.a Clase.


4.a Clase o Gran Cruz: Brigadieres, Capitanes de Navio de 1.a Clase, Contralmirantes, Mariscales de Campo, Vicealmirantes, Tenientes Generales, Almirantes y Capitanes Generales, aunque ya sin necesidad de que concurriesen circunstancias extraordinarias.


El tamaño de las insignias de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, según Real Decreto de 16 de junio de 1879 (CL. núm. 310) las Cruces habrían de tener 45 mm de diámetro y las Placas 90 mm, estas últimas bordadas sobre el uniforme.



Medalla de la Constancia de los Voluntarios de Puerto Rico.


Real Orden de 29 de agosto de 1880.


Se establece una medalla para premiar el patriotismo, abnegación y lealtad de los voluntarios de aquella isla que hubiesen prestado servicio intachable durante diez años.


La pieza es de plata y cuelga de cinta de los colores nacionales a través de una corona real.


En el centro del anverso el busto del rey, en la parte superior «Integridad de la Patria» y en la inferior «Constancia»; en el reverso las armas de la isla, el cordero representando a San Juan y las iniciales de los Reyes Católicos, y el lema: «Voluntarios de Puerto Rico».

Escudo de Distinción de los Ingenieros de Cataluña.


Una Real Orden de 8 de febrero cte 1881 (CL. núm. 58) concedió un escudo de distinción a las tres Compañías de Ingenieros que se hallaron en Cataluña en 1873 y que supieron conservar en todo momento su acrisolada subordinación y disciplina a pesar de los numerosos ejemplos contrarios que recibían.


El escudo, bordado en el antebrazo izquierdo, consiste en un castillo de plata sobre una nube y del que salen ráfagas, debajo «Cataluña 1873» y alrededor de todo ramos de roble en su color.









Medalla de la Constancia de los Voluntarios de Cuba.


Por Real Orden de 22 de julio de 1882, y de forma similar a la de los Voluntarios de Puerto Rico, se creó esta medalla para distinguir al personal con diez años de intachables servicios.


De plata, circular, y con cuatro lises en los cardinales, en el anverso la efigie del monarca y las inscripciones: «Alfonso XII a los Voluntarios de Cuba» y «1882»; al dorso «Constancia, patriotismo, abnegación».


La concesión de la condecoración traía consigo la de un pasador con el letrero «Diez años de servicio», aunque existen ejemplares que sólo traen «10 años», pudiéndose añadir nuevos pasadores que dijesen «Cinco años de servicio» al transcurrir dicho período de tiempo.


La cinta nacional.

REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1886-1902)

A la muerte de Alfonso XII su esposa, Doña María Cristina, que se encontraba en estado de buena esperanza, dio a luz un varón que llegaría a ser Alfonso XIII.


Liberales y conservadores alternaron pacíficamente durante la Regencia hasta la primavera de 1902, año en el que comenzó propiamente el reinado del monarca.


En el orden interno la paz, propiciada por el prestigio de la Reina Regente, fue base del progreso y del acercamiento a Europa si bien se produjo una gran crisis económica y social a consecuencia de las guerras de Cuba (1895-1898), Filipinas (1896-1898) y Puerto Rico (1898), en las que intervinieron también los Estados Unidos de América; el heroísmo del Ejército y de la Armada y las pérdidas de vidas no bastaron para evitar el desastre.


Condecoraciones básicas.


Son consecuencia de la Ley Adicional a la Constitución del Ejército (19 de julio de 1889) recogida en una Real Orden de 26 del mismo mes y año (CL. núm. 341) que, en la parte que afecta a este estudio, disponía:



Recompensas en tiempo de paz (Art.° 9.°).


1.°: Mención Honorífica (Es la primera vez que se tiene en cuenta).


2.°: Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco.


3.°: Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, pensionada con el 10 % del sueldo hasta el ascenso al empleo inmediato (primera vez que se considera).


4.°: Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, pensionada con el 10 % del sueldo hasta el ascenso a General.



Recompensas en tiempo de guerra (Art.° 10.°).


Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos distinguidos y los peligros sufridos serían premiados de acuerdo con la siguiente escala:


Primer Grupo:

Cruz de San Fernando.


Segundo Grupo:

Ascenso al empleo inmediato.


Tercer Grupo:

1.°: Cruz de la Orden Militar que se creará como consecuencia de esta Ley
.
2.°: Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada.

3.°: Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.

4.°: Mención Honorífica.


Cuarto Grupo:


1.°: Medallas de las Campañas u operaciones más notables.

2.°: Condecoraciones colectivas en las Banderas o Estandartes.

3.°: Abono del tiempo servido como doble.


Nótese que, al contrario que en la enunciación de las recompensas en tiempo de paz, el orden de las de guerra es decreciente en cuanto a la importancia del premio militar.


Paralelamente con esta Ley para el Ejército se dictó la Ley de Recompensas de la Armada de 15 de julio de 1890 (CD. núm. 51) que tendrá los mismos efectos.




Las Fuentes; Condecoraciones Militares Españolas de Luis Grávalos y José Luis Calvo, Editorial San Martin / Nuestro Ejército Metropolitano en 1885 por Luis Grávalos y José Luis Calvo, editorial Quirón Ediciones // Los uniformes de 1912, por Luis Grávalos y José Luis Calvo, editorial Quirón Ediciones Ejército Español, uniformes contemporáneos, José Mª Bueno, Luis Grávalos y José Luis Calvo, editorial San Martin // Historia de las Fuerzas Armadas, editorial Palafox // Web Ministerio de Defensa.// R.A.E. // Wikipedia //