El desembarco de Mora-Figueroa
El desembarco de Mora-FigueroaEl día 24 de julio de 1936 el entonces Comandante Rodrigo Amador de los Ríos entraba en Tarifa con sus fuerzas de Regulares. Desde el mismo día del levantamiento militar el 18 de julio había tranquilidad en la ciudad. Mientras que los republicanos e izquierdistas tarifeños esperaban acontecimientos en el resto del país (al igual que hacía la Compañía de Carabineros), el entonces Comandante Militar de la plaza, Comandante Pertíñez Topete, mantuvo a las fuerzas a su orden sin tomar partido hasta la llegada de los sublevados a los que se unió.
Huidos los líderes locales del régimen que pretendía derrocar la sublevación militar, la tranquilidad reinó momentáneamente en Tarifa, siendo rota por el desembarco de doscientos Legionarios al mando del falangista y Teniente de Navío Manuel Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, que se produjo en el puerto de Tarifa en la mañana del 25 de julio. El citado desembarco consistió en una arriesgada operación que trajo a la península fuerzas para doblegar la resistencia que oponían a los sublevados en los pueblos de la provincia y en la misma capital.
Los militares sublevados pretendían (como uno de sus primeros objetivos) conseguir zonas seguras en el sur de la península para que sirvieran de puente para trasvasar las tropas de África. Esto se consiguió plenamente al comenzar la sublevación al ocuparse Cádiz, Sevilla y la franja que va de La Línea a Tarifa. El día 19 de julio se produjo en el puerto de Cádiz un importante desembarco de varios miles de Regulares. Pero apercibidos de ello la tripulación del "Churruca", que los había traído, se sublevó apresando a su Comandante y a la Oficialidad, iniciándose un bloqueo del Estrecho por la Escuadra republicana, lo que sólo permitía la llegada de fuerzas aerotransportadas al aeródromo de Sevilla.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos en la provincia de Cádiz, donde las tropas desembarcadas en la capital apenas podían controlar la situación, el General Varela diseñó con Arsenio Martínez Campos, Marqués de Viesca, una operación para traer a la península tropas de África.
Martínez Campos, entonces presidente del Consorcio Almadrabero y Comandante de Artillería, se trasladaría a Ceuta y reuniría a todos los faluchos de las almadrabas de Marruecos y en ellos traería efectivos del ejército sublevado. El día 20 de julio Martínez Campos contacta en Cádiz con el Teniente de Navío Manuel Mora-Figueroa, destacado militante de la Falange gaditana de la que era Jefe de Milicias. Mora suministra a Martínez Campos un grupo de falangistas para ir a Ceuta, entre ellos se encontraban los tarifeños Carlos y Manuel Romero Abreu.
En San Fernando embarca Martínez Campos en el falucho "Pitucas" y en Sancti Petri lo hace Mora en el "Nuestra Señora del Pilar", ambas embarcaciones del Consorcio Almadrabero. Por la noche del día 21 se dirigen a Ceuta corriendo gran peligro de ser descubiertos por los barcos de guerra gubernamentales. A la llegada al puerto de Ceuta son duramente atacados por una Compañía de Ametralladoras de La Legión que los confunden con fuerzas enemigas durante un buen rato. En el ataque es herido el Comandante Martínez Campos por lo que la dirección de la operación la tomó Mora.
El "Pitucas", uno de los dos faluchos del Consorcio utilizados para desembarcar Legionarios el 25 de julio de 1936Al día siguiente Mora-Figueroa se entrevistó con Franco en Tetuán quien le autorizó a efectuar el desembarco de Legionarios en Tarifa. Vuelto a Ceuta, el Teniente Coronel Yagüe impidió la travesía al entender erróneamente una orden de Franco. El día 24 de julio Mora vuelve a entrevistarse con Franco quien de nuevo le autoriza la salida en cuanto esté disponible. En ese mismo día Mora-Figueroa reúne a la 18ª Compañía de la V Bandera de La Legión, sumando doscientos Legionarios. Entre tanto los patronos de los faluchos del Consorcio enterados de la operación huyen y se refugian en Tánger, por lo que Mora sólo pudo contar con las dos embarcaciones con las que había llegado.
A las dos de la madrugada del día 25 salen el "Pitucas" y el "Nuestra Señora del Pilar" con sus bodegas repletas de Legionarios. Al poco de salir se encuentran con el Acorazado “Jaime I” que no les reconoce. Mora había decidido desembarcar en la playa de Los Lances al saber que la flota republicana vigilaba el puerto de Tarifa. Pero para fortuna de ellos la bruma del amanecer les facilitó la entrada al muelle tarifeño.
El desembarco se convierte en una explosión de júbilo de los Legionarios que habían sido conscientes en todo momento del peligro que corrían. Nada más pisar tierra cogen en hombros a Mora-Figueroa llevándolo de esta forma hasta la puerta de la Iglesia de San Mateo, a donde entraron para dar gracias a la Virgen del Carmen.
Acto de inauguración el 18 de julio de 1949 Inmediatamente Mora se pone en contacto con Varela quien le ordena que requise unos camiones y se traslade a Sevilla. En previsión de nuevos desembarcos los dos faluchos quedaron disponibles en el puerto de Tarifa. Advertidos de la maniobra la escuadra republicana bombardeó Algeciras, Ceuta y Tarifa. En esta población parece que fue atacado el castillo de Santa Catalina que acababa de terminarse. Aunque no se registró ninguna pérdida significativa, los bombardeos atemorizaron a la población, refugiándose por este motivo muchos tarifeños en el campo.
Al poco de finalizar la guerra y en vista de que no habían sido recompensados los responsables del arriesgado desembarco, se abrió juicio contradictorio para la concesión de la Laureada de San Fernando a Manuel Mora-Figueroa. Los testigos consultados dieron declaraciones favorables, pero no así el General Varela (ya en el cargo de Ministro del Ejército) quien le dio el mérito a Martínez Campos. El resultado fue la paralización del expediente. Esta situación fue dolorosamente acogida por Mora, quien tras la salida del Ministerio de Varela no quiso activar el expediente, entre otras razones por encontrarse entonces en un destacado puesto como era el de vicesecretario general del Movimiento.
Monolito en el puerto de Tarifa en recuerdo al desembarco de Mora-Figueroa Entre los elementos falangistas tarifeños no se olvidó el desembarco de Mora, por ello fue visto con el máximo agrado cuando en el año 1949 las juventudes falangistas de la provincia de Cádiz decidieron perpetuar la memoria del desembarco erigiendo un monolito en el muelle de Tarifa. El 18 de julio de 1949 fue inaugurado el monumento que había sido terminado con urgencia pocas horas antes. Se trataba de un simple monolito que en su parte superior tenía el yugo y las flechas, y en su parte central una lápida donde se recordaba el paso del Estrecho dirigido por Mora Figueroa. El acto, organizado por las Juventudes de la Falange de la provincia, fue presidido por el Jefe Provincial del Movimiento.
Francisco Terán Fernández como alcalde de Tarifa y jefe local del Movimiento dirigió un encendido discurso, plagado de los tópicos falangistas del momento. Dirigiéndose a los jóvenes falangistas Terán les dijo: "... yo os repito, que no borréis nunca esta gesta del paso del Estrecho, y que tengáis presente en todo momento cuando España os necesite, el ser héroe –en que para serlo no puede ofrecerse más que la vida– debe parecer al que se llame español una cosa sin importancia. Ya que algunos de vosotros podrá algún día también serlo. ¡Arriba España!".
El final del monolito fue más bien triste. La mala calidad del mármol utilizado y el agresivo ambiente donde se encontraba (a la entrada del muelle pesquero) hizo que el texto quedara invisible. La llegada de la democracia y, poco después, de los socialistas al gobierno municipal y a la dirección del puerto hacían presagiar un pronto final para aquel monolito que seguía conservando los símbolos falangistas. A mitad de los años ochenta, sin que nadie lo advirtiera fue derribado por personal del puerto uno de los símbolos que los ganadores de la guerra civil habían erigido en Tarifa.
Saludos
Abd
Bibliografía y Fuentes:
https://www.tarifaweb.com/aljaranda/num44/art7.htm (Wenceslao Segura González)