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 Un Real naufragio 
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Capitán de Fragata
Capitán de Fragata

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Nuevo mensaje Un Real naufragio
Un Real naufragio. Historia del hundimiento de una nave normanda que enlutó a la Corte de Inglaterra.

La siguiente narración de una catástrofe marítima que afligió a la realeza normanda, recientemente apoderada de Inglaterra, es una traducción personal (y algo libre) del francés de un relato contenido en la “Histoire Ecclésiastique” de Orderic Vital, Tomo IV, página 411, tomado de la transcripción obrante en “L’Histoire de France racontée par les contemporains”, “Les Capétiens du XII Siècle. Louis VI et Louis VII. Extraits de Suger, des Chroniques de Saint-Denis, des Lettres de Saint Bernard, etc.”, publicada por B. Zeller y A. Luchaire, Libraire Hachette, Paris, 1882, páginas 25 a 27.

Al momento de darse a la vela, un normando llamado Thomas, hijo de Etienne, fue a ver al Rey y, ofreciéndole un marco de oro, le dijo: “Etienne, hijo de Hérard, era mi padre, y toda su vida sirvió al vuestro en el mar; él fue quien llevó sobre su nave al Rey Guillermo a Inglaterra cuando ese gran jefe pasó a ella para combatir a Haroldo. Señor Rey, os solicito el mismo favor, tengo para vuestro servicio real una nave perfectamente equipada que se llama la “Nave Blanca” (“Blanche-Nef” en la versión francesa, conocida por los ingleses como “White Ship”).” “Yo accedo a vuestra solicitud, contestó el Rey, pero ya he elegido una nave que me conviene y no la cambiaré. Pero yo os confío a mis hijos Guillermo y Ricardo, que amo más que a mí mismo, así como a muchos de los principales nobles de mi Reino.”

Los marineros de Thomas, colmados de alegría, solicitaron vino al Rey Enrique (Henry), que les hizo entregar tres muids, y bebieron tan abundantemente que todos se embriagaron. Una multitud de jóvenes nobles de ambos sexos, la flor de Inglaterra y Normandía, abordaron la “Nave Blanca” con los hijos del Rey y su hija Matilde, esposa de Rotrou, Conde de Perche y de Mortagne.

Estos pasajeros, que sumaban alrededor de trescientos, cegados por una loca alegría, expulsaron con sus gritos y sus carcajadas a los sacerdotes que iban a consagrar la nave con agua bendita, tras lo cual presionaron a Thomas para reunirse con la nave del Rey, que ya hendía las olas.

Thomas, a quien el vino había privado de razón, prometió atrevidamente sobrepasar a todos los pilotos que lo precedían y excitó a los marineros a tomar los remos e impulsar impetuosamente el navío. Los remeros desarrollaban todas sus fuerzas y el miserable piloto dirigía mal el gobernalle, cuando el flanco izquierdo de la “Nave Blanca” tocó violentamente un gran peñasco que todos los días era desnudado por el reflujo y nuevamente cubierto al subir la marea. Dos tablas se hundieron por el choque y la nave se hundió inmediatamente.

Guillermo Atheling había descendido a toda prisa en la chalupa y podía salvarse, pero oyendo la voz suplicante de su hermana Matilde, se negó a alejarse sin ella, y tantas personas se precipitaron en el endeble esquife que se hundió con su carga.

Sólo dos hombres pudieron sujetarse a la gran verga y quedaron suspendidos de ella durante una gran parte de la noche, mientras la luna brillaba sobre las olas.

Entretanto, el piloto Thomas, después de haber buceado en las ondas y haber luchado largo tiempo, volvió a la superficie y levantando la cabeza no vio más que los dos hombres que se sostenían de la gran verga. “Qué le sucedió a Guillermo, el hijo del Rey”, les gritó. “El y todos los otros murieron”, “Entonces, respondió, yo no sabría seguir viviendo.” Y se dejó hundir hasta el fondo del mar.

La noche fue fría y helada para los dos náufragos sobrevivientes, Béraud, carnicero de Rouen (Ruán) y Geoffroy, hijo del Señor Gilbert de Laigle. El joven Geoffroy, después de haber sufrido mucho por el rigor del tiempo, encomendó su compañero a Dios y, abandonándose a la ola, desapareció. Béraud, que era un pobre hombre, protegido por su ropa de piel de carnero, fue el único en conservar la vida entre tantas personas; él fue recogido a la mañana siguiente por tres pescadores que pasaban en su barca y fue quien dio a conocer el triste suceso.

El Rey y sus compañeros, ya lejos en plena mar, había oído los horribles gritos de los náufragos, pero, ignorando la causa de esos ruidos, quedaron inquietos hasta el día siguiente. Un rumor lúgubre se extendió prontamente entre el pueblo ribereño; él llegó a conocimiento del Conde Thibaut de Chartres y otros señores de la Corte, pero ese día nadie osó dar parte al Rey y cada uno, llorando a escondidas la muerte de sus familiares, devoraba difícilmente sus lágrimas en presencia de Enrique.

Finalmente, al día siguiente, por orden del Conde de Thibaut, un niño se tiró envuelto en lágrimas a los pies del Rey y le reveló el naufragio de la “Nave Blanca”. El Rey Enrique se desplomó, como si hubiera muerto; luego, levantado por sus amigos, fue conducido a sus aposentos, donde dio libre curso a la amargura de sus quejas. Entonces todos los hijos del Reino dejaron de disimular su dolor y este duelo duró un gran número de días.


Algunas consideraciones sobre el hecho narrado.

El príncipe William, fallecido en el naufragio, era el único hijo legítimo del Rey Henry I, quien era a su vez uno de los hijos de William the Conqueror (Guillermo el Conquistador, el normando que venció a Haroldo en Hastings y se quedó con el trono de Inglaterra). La zarpada (y hundimiento) de la “Nave Blanca” se produjo en Barfleur, en el año 1120, y junto con el príncipe, los nobles y los tripulantes se perdió buena parte del tesoro real.

Según la “Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana” de Espasa-Calpe (tomo XXVII, "Mu-Neby", Madrid), el “muid” era una antigua medida francesa de áridos y líquidos; para estos últimos equivalía a 268,22 litros. Tres muids equivalían entonces a más de 800 litros de vino distribuidos entre los tripulantes de la “Nave Blanca”, lo cual indudablemente prueba su embriaguez en caso de que hubieran consumido toda la mercancía obsequiada.

El relato traducido es lo bastante rico como para permitir múltiples lecturas: desde las supersticiosas (falta de bendición de la nave) hasta la muestra de las tradicionales dificultades ocasionadas por la falta de sobriedad de las tripulaciones (y del piloto), sin olvidar la demostración práctica de la ventaja de la ropa de los pobres de entonces frente a las ropas cortesanas, por estar la primera más adaptada a las inclemencias del tiempo.


01 Ago 2007 16:05
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Alférez de Navío
Alférez de Navío

Registrado: 18 Ago 2006 00:08
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Nuevo mensaje La nave blanca
Lo cierto es que el hundimiento de la Nave Blanca fue una verdadera catástrofe que provocó la extinción de la línea directa de la casa real anglonormanda, una guerra civil (el período conocido como "La Anarquía"... muy explícito) y la incorporación de Inglaterra y Normandía al dominio de los angevinos en la persona de Enrique II Plantagenet, el marido de Leonor de Aquitania y padre de Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra.

Si alguno ha oído hablar de "Los Pilares de la Tierra" de Ken Follet, está ambientado en el período... y el hundimiento de la nave Blanca forma parte de la trama.

Vide (si lleváis bien lo del inglés):
https://en.wikipedia.org/wiki/White_Ship
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Anarchy

Saludos

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01 Ago 2007 20:26
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Capitán de Fragata
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Registrado: 07 Nov 2006 18:52
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Nuevo mensaje Un Real naufragio
Si bien del relato que traduje surge la muerte de Matilde, hija de Enrique I, los libros de historia aseguran que precisamente fue la única hija sobreviviente, por ser mujer no pudo asumir el trono y tras un período de anarquía (poco cruento comparado con la guerra de las dos Rosas o la guerra entre el Parlamento y el Rey en el siglo XVII) finalmente fue coronado Enrique II, hijo de Matilde, apenas un veinteañero.
Saludos
Rioplatense


02 Ago 2007 19:50
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Alférez de Navío
Alférez de Navío

Registrado: 18 Ago 2006 00:08
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Nuevo mensaje Guerra civil
Eso es: al morir Enrique I sin sucesión masculina, se pelearon por el trono su hija Maud, o Matilde (llamada "la Emperatriz"), apoyada por Roberto de Gloucester, bastardo de Enrique, y Esteban de Blois, su sobrino favorito. Maud estaba casada con el conde Godofredo de Anjou, y el trono acabó yendo a parar a su hijo Enrique aunque los normandos gobernantes en Inglaterra odiaban a los angevinos: en 1147 cruzó el Canal con 36 naves y 3.000 hombres, y tras una serie de combates y cambios de alianzas, acordó con Esteban que éste gobernaría hasta su muerte, y que luego le sucedería él, por haber muerto su hijo y heredero Eustaquio de Bolougne (Tratado de Wallingford de 1153).

Salu2

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03 Ago 2007 15:42
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com