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 Combate Naval de Cízico. III ó IV del 410 a. C. 
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Combate Naval de Cízico.



Este combate naval se produjo, entre los atenienses y los peloponesios; casi se puede afirmar, aunque los calendarios han sido muy distintos y cambiantes, que tuvo lugar sobre el mes de marzo del año 410 a. C.



Cízico era una ciudad antiquísima y muy poderosa, perteneciente al Asía Menor y edificada en la isla del mismo nombre en la Propóntida, mar de Mármara y que da nombre a este enfrentamiento.



Después de producido el combate naval de Abidos, donde el general ateniense Alcibíades, había logrado una victoria, sobre los peloponesios, a los que les había producido grandes pérdidas, la situación en el Helesponto no había variado sensiblemente.



Como el almirante Míndaros, aún conservaba una fuerte posición en Abidos, seguían los atenienses siendo amenazados por éste, éstos se mantenían fondeados en Sestos, pero a pesar de su gran victoria, se encontraban en peor situación, que sus oponentes, al no disponer. como ellos, de abundancia de disponibilidades económicas y además estaban siendo protegidos por tierra, por un potente ejército persa.



La falta de dinero, obligo a los estrategas atenienses, primero a resguardarse del invierno y segundo a disponer que varios de sus vasos, en pequeños grupos se dispersaran, con la misión de recaudar contribuciones o realizar algún ataque para conseguir botín, con la intención de poder mantener al menos su escuadra, que había quedado reducida, después de la partida de sus compañeras a cuarenta trirremes.



Pero los males acababan de comenzar, pues al ir las buscadoras de contribuciones, pidiéndolas con gran violencia, provocaron que muchas de las poblaciones ribereñas, que sentían ya un cierto odio hacía Atenas, actuaran en defensa propia y se sublevaran contra ésta.

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Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño. Marco Tulio Cicerón.


Hay criterios cerrados, de ásperas molleras, con los cuales es inútil argumentar. Miguel de Cervantes Saavedra.


Cuando soplan vientos de cambio, unos construyen muros, otros, molinos.

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03 Dic 2006 18:22
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Por lo que la dispersión de la escuadra ateniense por todo el Egeo, provocada por la escasez de dinero, hacía de todo punto imposible, el tratar de reunirlas para actuar en contra de estas rebeliones y así acabar con ellas.



Dada la situación, el estratega Trasíbulo navego hasta Atenas, para pedir un supremo esfuerzo, con la esperanza de que en la primavera siguiente, entablar el combate decisivo y acabar con la guerra.



Mientras tanto el otro estratega Alcibíades, intentó de nuevo convencer al sátrapa Tisafernes, de que se uniera a ellos para combatir a su lado, pero ante la insistencia del ateniense, fue prendido y conducido a Sardes, pero el estratega, muy perspicaz antes de un mes logró darse a la fuga.



Estando ya en el mes de febrero del año 410, el tiempo apremiaba, ya que en la ausencia del caudillo de los atenienses, la situación se había deteriorado mucho entre ellos.



Mientras tanto Míndaros, había trabajado en reconstruir su escuadra, buscando la ayuda de Farnabazo y comprobando que la escuadra ateniense estaba muy mermada, se hizo a la mar con rumbo a Sesto con sus sesenta trirremes, pero los atenienses lograron evadirse ya siendo de noche y entrando en Cardia, en busca de refugio, con la esperanza, de que se les unieses las dos escuadras que debían llegar para su refuerzo, completando así a la escuadra y intentar lograr una nueva victoria o perder las ventajas obtenidas en le combate de Abidos.



Por lo que se enviaron emisarios, para realizar lo antes posible la reunión de las escuadra, fueron llamadas las de Trasíbulo, que se encontraba en Tracia y Tasos, y la de Teramenes, que a su vez estaba en Eubea y Macedonia, lugar donde ésta había estado realizando sus operaciones de recaudación.

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03 Dic 2006 18:24
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Mientras, el almirante peloponesio, Míndaros, se había dirigido a la Propóntide, con la intención de conquistar la ciudad de Cízico, lo que le resultó bastante fácil.



Pero a su vez los atenienses, no perdiendo tiempo, habían logrado reunir a todas sus trirremes en Parion, pues se les habían incorporado las escuadra de Trasíbulo y de Teramenes, que juntas formaban una extraordinaria fuerza de cuarenta trirremes atenienses, designándose a Alcibíades, como jefe supremo de todas las fuerzas navales atenienses allí reunidas.



Éste toma la decisión, de intentar sorprender al enemigo, que estaba entretenido con la conquista de Cízico, por lo que una noche se hace a la mar con rumbo a Proconnesos, un enclave situado frente al puerto de la ciudad conquistada, dejando caer las anclas, pero con las mayores de las precauciones, para evitar ser visto por los enemigos y poder dar la sorpresa.



Al ver que el enemigo no hacía ningún movimiento, decidió darse tres días de tregua, en los cuales se reunió con sus generales y capitanes y les explico, pormenorizadamente su plan de ataque y hasta que todos ellos no estuvieron convencidos y enterados, no mando el atacar, pero este tercer día ya todos en sus puestos, ordenó levar anclas y atacar a sus enemigos, que permanecían fondeados en la ciudad de enfrente.



Su plan de combate, en verdad que era audaz en extremo para la época, ya que consistía en dividir su escuadra en tres divisiones, cuyo centro a su mando y adelantado, trataría de hacer ver al enemigo su inferioridad, con lo que suponía que inmediatamente se irían tras de él, por lo que saldrían un poco desordenadas y con muchas prisas, mientras que los estrategas Trasíbulo y Teramenes, mantendrían a sus divisiones retrasadas y separadas, para en el momento oportuno y a decisión propia; de ahí el perder tres días dando explicaciones, del desarrollo del combate y su táctica; debían lanzarse sobre las alas de los enemigos y así cogerlos por los tres frentes al mismo tiempo, ellos perfectamente organizados y el enemigo, con casi total seguridad, pensando en su fácil victoria, descompuestos y sorprendidos.


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03 Dic 2006 18:25
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Al amanecer y con pertinaz lluvia, los atenienses se pusieron en movimiento, logrando acercarse lo suficiente a la base enemiga, el centro compuesto por cuarenta trirremes y al mando de Alcibíades, se adelantó resueltamente hacía la bocana del puerto de Cízico, estando ya casi al llegar, cesó la lluvia y se disipó la niebla, lo que hizo patente el ser visto por la escuadra enemiga, que precisamente se había puesto también en movimiento, realizando unas maniobras de combate.



Al advertir Mindaros la presencia de la división ateniense al mando de Alcibíades, pensó lo que quería que pensara, que se encontraba frente a la escuadra de Sestos, sin contar con los refuerzos de las escuadra de Trasíbulo y Teramenes, por lo que como se esperaba Alcibíades, se lanzó resueltamente en su persecución, pues sus fuerzas eran superiores, justo en el doble de vasos.



En ese instante y ya sabiendo que iban a caer en la trampa, Alcibíades, ordenó virar a sus trirremes, como si se hubiera asustado de la presencia de tal cantidad de enemigos, por lo que consiguió su propósito de atraer a la escuadra peloponesia, hasta alta mar. En principio había conseguido todos sus objetivos, lo cual no es una mala forma de comenzar un combate.



Cuando Míndaros, pudo caer en la cuenta de la amenaza que se le cernía, ya se encontraba seriamente amenazado por los flancos, por las escuadra de Trasíbulo y Teramenes, que en ese momento estaban maniobrando para cerrarle el paso de huida y cerrando el cerco, por lo que no tenía otra opción que combatir hasta el final.



Tratando evitar lo casi inevitable el almirante peloponesio, dio la orden de retroceder lo más rápidamente y acercarse a la costa, buscando al mismo tiempo el apoyo de las fuerzas persas de Farnabazo.



Pero el estratega Alcibíades le persiguió estando siempre muy cerca y teniendo a los vasos de Míndaros, que como él había pensado, navegaban muy desordenados, por lo que varios de ellos, tras una sangrienta lucha fueron cayendo en su poder.



Pero esto no le paró, ya que siguió persiguiéndoles y atacando incluso a los ya fondeados y bajo la protección del ejército persa, pero hasta esto lo había previsto, pues veinte de sus trirremes al mando de Cares, desembarcaron a su fuerzas, para tratar de ir conquistando a las trirremes peloponesias fondeadas.

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03 Dic 2006 18:26
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Otra vez el almirante Míndaros, reacciona ante está nueva amenaza, por lo que ordena a Clearco, que a su vez desembarque sus tropas y se enfrente a Cares, por lo que en ese momento se están librando dos combates encarnizados uno en tierra y el otro en la mar.



Por lo que por un lado, acuden en apoyo de los peloponesios, el ejército de los persas, pero por el otro los estrategas Trasíbulo y Teramenes, que ya habían vencido en la mar a las naves de Míndaros, se dirigen a tierra y a su vez desembarcan sus fuerzas, en apoyo de las de Cares.



Así que finalmente, los peloponesios y sus aliados los persas, que por otra parte no les había dado tiempo a trasladar a todo su ejército, y sólo lo había hecho una pequeña cantidad de ellos, son firmemente rechazados por los atenienses.



En este enfrentamiento, Mídaros que había desembarcado para dirigir personalmente el combate, fue muerto en el encuentro, lo que provocó aún más si cave la desbandada en el campo de los peloponesios y sus aliados persas, al ver esta reacción los atenienses les persiguieron, introduciéndose en demasía en tierra, pero al enterarse de que un fuerte cuerpo de caballería persa, se acercaba al lugar del combate, les convenció de lo oportuna que debía ser una retirada.



Hay que destacar, que ante el desastre de ver a toda la escuadra peloponesia, destrozada o capturada, los siracusanos prendieron fuego a sus propias naves, por lo que la derrota fue total.



Al día siguiente y a pesar de la presencia de los persas, aunque muy debilitados moralmente, los atenienses atacaron a Cízico, cayendo con relativo poco esfuerzo, de nuevo en sus manos.



Hay algunos autores, tratadistas de esta época de la historia, que consideran esta victoria, por la genialidad y decisión de Alcibíades, además de ser la más brillante de entre todas las libradas en la guerras del Peloponeso, por los atenienses, desde los tiempos de Cimón.






Citar:
Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por Ángel Dotor.

Más la consulta de la Enciclopedia Espasa, que siempre aclara algunos puntos.


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03 Dic 2006 18:27
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com