En 1971, debido a la celebración del 400º aniversario de la Batalla de Lepanto, se construyó, por el Museo Marítimo de Barcelona, una réplica de la nave mas importante del bando cristiano en aquella ocasión definida por uno de sus protagonistas como "la mas alta ocasión que vieron y verán los siglos". Aquella nave era la "Galera Real", y en ella arrió su insignia el líder de la coalición liderada por España, D. Juan de Austria, hermanastro de Felipe II y Capitán General del Mar. El resultado fué una clara victoria cristiana y el punto culminante de la historia naval de nuestro país.
La nave tiene 60 metros de eslora, 6.2 de manga. Iba impulsada por 236 remeros que manejaban 59 remos. También podía ser impulsada por velas latinas repartidas en dos palos de 22 y 15 metros. Lujosamente decorada, como correspondia al rango de su ilustre ocupante, por artistas de la escuela sevillana y construida en las Reales Atarazanas de Barcelona-donde actualmente se levanta el museo que sirve de refugio a la réplica-, contaba con una superficie vélica de 691 m2. Desplaza 237 tm. Contaba con 9 cañones (1 de a 5 kg, 4 de a 3 kg y 4 falconetes). Contaba con 400 hombres entre gente de mar y de guerra. Estaba pintada en rojo y oro y era especialmente lujosa en la popa, donde contaba con bajorrelieves y esculturas de Juan de Lara
Fué la mayor galera de su época. En el fragor de la batalla se enfrentó con el buque insignia turco, la "Sultana" durante casi dos horas, al final de las cuales la nave turca era presa.
En una de esas paradojas de la historia, las galeras, naves idoneas para el mediterráneo, vivieron en la Jornada de Lepanto la cumbre de su gloria para, a continuación, iniciar su irreversible declive.
Hoy en dia se puede visitar la réplica de tan augusta embarcación en el mencionado Museo Marítimo de Barcelona.

Amigo langara, que mejor imagen que la de nuestro Almirante (R) eusebio




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Maqueta en el Museo Marítimo de Barcelona



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Galera Real ( de Tomás Belda, Club de Girona)



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un saludo

¡Eso es una maqueta y lo demás son tonterías!

Buenas
Realmente extraordionaria.
Ahora bien, o tengo la vista mal, o que es eso que cuelga del palo mayor?

Será un jamón. Solo puede ser un emblema español o esto último.

He recorrido numerosas publicaciones sobre galeras, y no hew apreciado en nungiun grabado, dibujo... rastro de ese no se, simbolo autonomico.

Tambien he visitado la pagina donde se publican las fotos de la galera, modelismo naval.com, y os recomiendo que mireis las fotos del crucero Canarias tanto a popa como a proa...mudo he quedado.

Alguien que hace el crucero Canarias está haciendo eso, el crucero Canarias y no el Jaime I pongo por caso.

A la hora de ponerle los emblemas, teniendo en cuenta que es un radiocontrol, en cierta forma actualizado por tanto, su autor, y probablemente con gran valía, ha puesto la bandera actual española en popa y como torrotito la distinción actual de la comunidad autónoma catalana.

Con todo lo anterior el autor ha tenido la valentía de hacer el Canarias y de dotarle en su navegación actual de la bandera del conjunto del país. Nada extraordinario debería ser, pero en las circunstancias actuales si que lo es.

Creo que tiene mis simpatías.

Un saludo

Cuando monto una replica, la monto con todos sus caracteristicas, sean materiales sean identificativas.
o sea si monto el Bf 109 le incluyo la esvatica.
si monto un mig, le pongo la estrella roja.
Si monto el bismark pues tendre que ponerlo las insignias que llevaba, y no las que me gusten.
Si monto un rata pues los simbolos que llevaba, si monto el H112 de M. Entrena Klett que derribo a un P 38, le pongo las cruces franquistas.
Si monjto una figura de un soldado aleman de la IIGM pues le tendre que poner en algun sitio el aguila nazi.
Si no me gustan los simbolos de tal o cual modelo, pues no lo compro y point.

El Canarias es de su epoca, y llevaba lo que llevaba, y no cualquier simbolo post franquista.

Si embargo hay muchos problemas para ver en Alemania una maqueta con la esvástica. No es frecuente.

Una maqueta histórica en una vitrina es una cosa, y un radiocontrol es en cierta forma la actualización de una maqueta histórica. En los radiocontroles es fácil ver símbolos actuales en tanto y cuanto están haciendo un paseo actual.

En ese contexto hay que juzgarlo, y juzgándolo así, el autor tiene un par de lo que hay que tener, por haber elegido el Canarias y por darle la bandera de España.

Un saludo

Bien, si respetando el trabajo del constructor, que tiene merito, si desea que su navio sea politicamente correcto, que no le ponga ningun simbolo, al menos la verdad historica queda a salvo.
Mira de joven construi maquetas de aviones alemanes, y mi padre que combatio contra los nazis, nunca me dijo nada en contra de las esvasticas en los modelos.

Tu padre era una persona inteligente y además cabal.

Eso es mucho pedir para la generación actual.

Un saludo

LA GALERA REAL

En 1568, Felipe II nombraba Capitán General de la Mar a su medio hermano D. Juan de Austria, hijo natural de Carlos I, y a principios de dicho año ordenaba al virrey de Cataluña duque de Francavila y príncipe de Melito, la construcción en Barcelona de una de las más bellas galeras con que contó la Armada española: la galera Real.


Fue construida en las Atarazanas de Barcelona por expertos carpinteros de ribera, que emplearon diversas maderas, de las que el pino catalán fue el más utilizado por sus excepcionales cualidades, y su construcción fue dirigida por el capitán Antonio de Álzate.


Aquella galera iba a ser el barco insignia de Don Juan de Austria en su nuevo cargo, por lo que Felipe II quiso darle el máximo realce acorde con la categoría de su hermano, y dispuso que en tamaño, elegancia y finura de líneas excediera a las galeras normales en aquellos tiempos, y que fuese decorada con pinturas y esculturas por los mejores artesanos en la materia, que estaban en Sevilla, a donde fue llevada la Real una vez construida.

Características


Aunque no se conocen con exactitud las dimensiones y proporciones de la Real, a base de investigaciones y estudios realizados a partir del diseño de una cámara de boga para 30 remos por banda, que eran los que llevaba la galera de don Juan de Austria, y sabiendo que la proporción típica de manga a eslora de las galeras de la segunda mitad del siglo XVI era de 1 a 8, se han calculado unas dimensiones que se deben de acercar a la realidad.


Estas dimensiones, que fueron aplicadas en la reconstitución que de la galera se hizo para conmemorar en 1971 el IV centenario del combate de Lepanto y hoy se exhibe en el Museo Marítimo de la Atarazanas de Barcelona, son las siguientes: eslora total incluyendo el espolón, 60 m; eslora de la cubierta, 52,5 m; puntal o distancia de la cubierta a la quilla, 2,08 m; manga del casco, 6,20 m; manga máxima o distancia entre postizas (maderos longitudinales sobre voladizos para el apoyo de los remos en la boga), 8,4 m.


La Real llevaba 30 remos por banda en una fila, cada uno manejado por 4 remeros.


Medían unos 11,4 m de largo, normalmente eran de madera de haya, y se armaban con estrobos (fuertes anillos de cabo) a toletes o escálamos (piezas verticales) ubicados en las postizas.


En el exterior quedaban dos tercios de cada remo y en el interior el tercio restante, al que se añadía plomo para compensar pesos y hacer más fácil la boga; a este tercio se le añadía manetas o asas para que los remeros pudiesen moverlo, excepto el remero de más adentro, o bogavante, que agarraba el remo por su guión o extremo, y era quien regulaba la boga.


Seguramente el puesto del noveno remo de la siniestra (en aquellos tiempos en la marina mediterránea se usaban los términos diestra y siniestra para indicar la derecha e izquierda respectivamente; los términos estribor y babor se reservaban para la marina atlántica) iba libre para instalar el fogón donde se preparaba el rancho de los galeotes.


Por ello, la galera en total armaba 59 remos, y el número de remeros era 236.


También podía navegar a vela, que era utilizada en las travesías si el viento era favorable, para lo que contaba con trinquete y mayor con velas latinas o triangulares, y largas vergas llamadas entenas.


El trinquete iba a proa, en la zona de la arrumbada o castillete de proa, medía 15 metros, su vela era de 126 metros cuadrados y la entena medía 26 metros.


El mayor iba en el tercio proel de la cámara de boga, era de 22 metros de alto, con entena de 50 metros y vela de 565 metros cuadrados.


En la parte alta del palo mayor llevaba una media jaula o cesta llamada gata, a la que subía el serviola para tener más horizonte.


Iba armada con piezas de artillería en su proa, en la arrumbada. Eran 5 cañones fijos de avancarga, paralelos a la línea de crujía (línea central en el sentido longitudinal proa-popa) y orientados hacia proa, por lo que para apuntarlos había que maniobrar el barco.


El cañón de mayor calibre era de a 36 libras e iba al centro, a los lados llevaba 2 de a 8 libras y hacia los costados otros 2 de a 6 libras.


Estos cañones disparaban proyectiles macizos y tenían un alcance muy corto, que difícilmente llegaba a los 100 metros, por lo que su función era barrer con un único disparo la mayor cantidad posible de infantería del barco enemigo justo antes del abordaje; no había posibilidad de recarga, y el resto del ataque quedaba a cargo de las demás armas del barco y de su personal.


Como armas de fuego, la galera también llevaba falconetes, que eran armas de borda muy efectivas, además de los arcabuces de la guarnición.


El combate de una galera se solía resolver con la embestida, el abordaje y el cuerpo a cuerpo, y durante su transcurso no solía utilizar las velas, ya que eran los remeros los encargados de maniobrar el barco.

El extremo de proa formaba un fuerte espolón sobre el agua, que servía para romper la obra muerta del barco al que embestía, o para ser usado como puente o pasadizo en los abordajes.


Tras el espolón y hacia popa, la galera llevaba una especie de castillete o arrumbada, con una meseta alta para la tropa, que desplegaba en aquella zona tanto para atacar con ballestas y arcabuces como para frenar el abordaje enemigo por proa.


También servía de plataforma de la artillería y para la maniobra de las anclas o rezones de fondeo. En su interior, en la corulla, estaban las letrinas.

A popa de la arrumbada y hasta la espalda o plataforma de popa, se encontraba el espacio interior de la galera o cámara de boga, en la que a ambas bandas iban los remeros en bancos transversales.


Esta cámara era recorrida de proa a popa por dos mamparos verticales paralelos, separados 1 metro y con una altura de unos 80 cm, que servían para dar consistencia al barco en el sentido longitudinal y evitar su quebranto, que se produciría con facilidad si el barco no contase con estos refuerzos longitudinales, a la vista de lo largo y estrecho que era.


El espacio entre dichos mamparos se utilizaba como pañol de pertrechos y santabárbara, y se cubría con piezas o cuarteles de madera para hacer un pasillo central por el que se movían el cómitre y el sotocómitre que dirigían la boga, circulaban los marineros para la maniobra del barco, y paseaban los alguaciles que vigilaban a los remeros o galeotes.


A cada banda, entre los bancos de los galeotes y las postizas, había sendos corredores en los que desplegaban los soldados para el combate.


Para proteger a los soldados y a los remeros, por la parte interior de las postizas iban batayolas, consistentes en tablas verticales colocadas a modo de parapetos.


A popa de la cámara de boga se encontraba la plataforma llamada espalda, que iba de banda y banda a modo de vestíbulo o entrada a la cámara de popa, con balaustradas y un portalón de embarque a cada lado.


En la espalda se ponía la aguja de marear y bajo su cubierta se almacenaban barriles de agua. A su popa se encontraba la cámara o zona más noble del barco, llamada carroza, que se extendía hasta el extremo de popa de la galera, tenía un gran toldo y mostraba una cubierta con gran arrufo o curvatura hacia arriba que le daba cierto aire altanero y elegante.


En el remate de popa y extremo de la carroza, la Real llevaba tres grandes y bellos fanales para el reconocimiento por la noche.


El gobierno se realizaba con un gran timón central con giro en el codaste.


Para fondear tenía 4 rezones o hierros dotados de cabos de fondeo, que se manejaban desde la arrumbada.

La Real contó con una fastuosa y muy completa decoración, realizada en Sevilla a partir de su llegada en el año 1569.


El primer diseño de las pinturas y tallas fue iniciado por Giovanni Battista Castello, escultor, pintor y arquitecto italiano nacido en el 1509 cerca de Bergamo, por lo que fue llamado "el Bergamasco", que había estudiado en Roma, había sido discípulo de Miguel Ángel, había trabajado en la escalera del monasterio de El Escorial, en la restauración del alcázar de Madrid, y había trazado y comenzado la construcción del palacio de Don Alvaro de Bazán en el Viso del Marqués, Ciudad Real.


Pero el Bergamasco murió en Madrid en el año 1569, al poco tiempo de haber empezado el trabajo en la galera y en el mismo año que el barco llegó a Sevilla, por lo que el proyecto fue completado, modificado y ampliado por el sevillano Juan de Mallara, literato y humanista, con mucha imaginación y con fama en la corte y en su Sevilla natal, que escribió una amplia, completa y un tanto farragosa descripción de la Real.


También tomaron parte en su decoración el escultor Juan Bautista Vázquez, que hizo las figuras y tallas de la popa, el arquitecto Benvenuto Tortello y Cristóbal de las Casas. Y en algunas partes del proyecto seguramente colaboraron Pedro Delgado, Bartolomé Morel y Juan de Giralta.


Según la descripción hecha por Mallara, el espolón estaba coronado por un bello mascarón consistente en un Neptuno cabalgando sobre un delfín, con un tridente en posición de ataque, y los frentes de la arrumbada y las zonas de popa contaban con una bella y recargada decoración llena de simbología a base de esculturas y pinturas.

La Santa Liga

La Real fue el buque insignia de Don Juan de Austria en la enorme batalla naval que en octubre de 1571 tuvo lugar en el Golfo de Lepanto, una larga entrada de mar que de oeste a este separa la península del Peloponeso del resto de Grecia, en la que la Santa Liga se enfrentó al poderío turco en lucha por la hegemonía en el Mediterráneo.


Fue un combate en el que ambas partes enfrentaron lo mejor de sus flotas, y en el que la Santa Liga, con gran cantidad de fuerzas españolas y bajo mando también español, salió victoriosa y sus resultados pusieron freno el poderío turco, que a partir de entonces redujo sus andanzas por el Mediterráneo Occidental.


En aquellos tiempos, los turcos se dedicaban a atacar con impunidad las costas mediterráneas de la cristiandad.


Fueron estas acciones, entre las que destacó el asedio a Malta en 1565 y sobre todo a Chipre en 1570, las que empujaron a los cristianos a reaccionar »para poner freno a aquellos desmanes.


A instancias del Papa Pío V se formó la Santa Liga con la participación de la República de Venecia, los Estados Pontificios, y España, que organizaron una flota de más de 300 barcos, de los que 207 eran galeras, 6 galeazas y unas 100 unidades auxiliares entre galeotas, naos de transporte, bergantines y otras unidades menores.


De estos barcos, Venecia había puesto más de 100 galeras y 6 galeazas, los estados pontificios pusieron 12 galeras, y España aportó más de 80 galeras, incluida la Real, y todos los componentes de la coalición contribuyeron con muchos otros barcos de diferentes tipos.


Don Juan de Austria, puesto al frente de aquella gran flota aliada, partió de Mesina el 16 de septiembre de 1571 con unos 80.000 hombres, 50.000 remeros y miembros de las dotaciones, y 30.000 soldados, se dirigió a Corfú y más tarde a Cefalonia para interceptar a la flota turca, presentarle batalla y tratar de destruirla.


Mientras tanto, la flota turca, mandada por Ali Pasha, tomaba la ciudad de Famagusta en la isla de Chipre y mataba a todos sus defensores, llevaba a cabo el saqueo de las costas del Adriático amenazando a Venecia, y finalmente fondeaba en Lepanto, donde se alistó para presentar batalla a los cristianos.

Combate de Lepanto

Al amanecer del día 7 de octubre, la flota aliada se encontraba navegando hacia el sur a lo largo de la costa occidental de Grecia mientras la flota turca levaba anclas para ir a su encuentro, y al estar ambas fuerzas frente a frente se aprestaron para la batalla.


Don Juan dividió su flota en cuatro escuadras y una vanguardia o descubierta.


La vanguardia, formada por 7 galeras, iba al mando de Juan de Cardona.


En el ala izquierda y de más al norte colocó fuerzas principalmente venecianas, con 53 galeras al mando de Barbarigo.


El ala derecha y de más al sur, con 53 galeras, fue para las fuerzas sobre todo genovesas y papales al mando de Andrea Doria.


En el centro se situó el propio Don Juan con 64 galeras y la Real en posición central, con unos 400 veteranos experimentados a bordo, y con dos galeras de socorro por su popa.


Como fuerza de reserva, por la popa sitúo a Don Alvaro de Bazán con 30 galeras.


Y por delante de cada escuadra frontal fondearon 2 galeazas (6 en total).

La flota turca, que avanzaba hacia el oeste formando una media luna, estaba compuesta por 274 barcos, de los que 208 eran galeras y 66 fustas o galeotas, y se dividió en 4 escuadras.


Ali Pasha al centro, al mando de 95 barcos entre los que estaba la Sultana.


Mohammed Sirocco con 55 galeras a la derecha, cerca de las costas norte.


Uluch Ali con 95 barcos y fuerzas sobre todo argelinas al sur, en el ala izquierda.


Y Murat Dragut con 29 barcos en la reserva.


Al estar a la vista, las capitanas dispararon los cañonazos de desafío.


La Sultana turca fue la primera en disparar, contestada inmediatamente por la Real española, y al poco tiempo dio comienzo el combate.


Fue una corta y cruenta batalla en la que casi desde el principio se llegó al cuerpo a cuerpo.


En el centro, la Real de Don Juan y la Sultana de Ali Pasha se embistieron mutuamente y se convirtieron en campo batalla, con avances y retrocesos, hasta que la sultana cayó, Ali Pasha fue decapitado y la bandera de combate turca fue arriada.


El combate finalizó en menos de 5 horas y dejó la mar totalmente teñida de rojo por la sangre de los combatientes.


Fue el mayor encuentro naval de la era cristiana hasta aquel momento, en el que la Liga Santa alcanzó una decisiva victoria y la flota turca resultó derrotada y deshecha.


Las cifras con los resultados del encuentro varían mucho según las fuentes consultadas, por lo que deben tomarse solo como referencias para tener una idea de lo ocurrido.


En la Liga resultaron muertos casi 8.000 hombres, heridos unos 16.000, y se liberaron unos 12.000 cristianos esclavos.


Entre turcos y argelinos resultaron muertos al menos 25.000, y fueron hechos prisioneros unos 8.000.


En cuanto a barcos perdidos, según versiones oficiales que no dejan de sorprender, 15 barcos turcos fueron hundidas y 190 capturados, aunque muchos de ellos estaban en tan mal estado que se hundieron o fueron incendiados, en cambio la Liga solo perdió 15 galeras.


El día 24 de octubre se efectuó el reparto del botín en Corfú, y la escuadra regresó a Mesina con la Real muy averiada.

El final de la Real


La galera Real, la más bella galera de la Armada, verdadero palacio floante decorado por los mejores artistas de la época, capitana de Don Juan de Austria en uno de los mayores combates navales de la historia, quedó en tan mal estado a consecuencia del combate, que no volvió a salir a la mar y puso fin a su corta carrera.


Pero su recuerdo ha permanecido vivo a lo largo de los tiempos en múltiples documentos, pinturas, medallas, modelos y otros objetos.


Entre las pinturas se pueden citar las existentes en el monasterio de El Escorial, y el cuadro titulado "Revelación a San Pío V de la victoria de la Liga Santa en Lepanto", conservado en el Museo Naval de Madrid; es un óleo de 300 x 336 cm de autor anónimo, posiblemente de la escuela flamenca de finales del siglo XVII, que en la parte izquierda muestra al papa con un ángel, y a la derecha, abarcando la mayor parte del lienzo, muestra una abigarrada visión del combate.


Entre los modelos destacan los que se conservan en el Museo Marítimo de Barcelona y en el Museo Naval de Cartagena. Y por encima de todo llama la atención la bella reconstitución conservada en las Atarazanas de Barcelona, en el Museo
Marítimo de la ciudad que la vio nacer.



Fuentes. 50 Barcos Españoles por CN Marcelino González, armada.es, archivos personales, wikipedia