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Biografía de don Michel Jacobsen.



Almirante al servicio de España.



Nació en Dunkerque, por el año de 1560, cuando ésta ciudad formaba parte de los Países Bajos españoles.



Fue de piloto en la gran armada contra Inglaterra del año de 1588, dice Faulconnier, el historiador de Dunkerque: <<gracias a su energía, habilidad y acertadas disposiciones, se salvaron algunos buques en grave peligro, con ocasión de los temporales>>.



En el año de 1590, estando en guerra contra los ingleses, volvió a demostrar sus dotes marineras y guerreras.



En el año de 1595, al mando del Lebrel, se hizo a la vela desde Dunkerque, siendo acompañado por el San Eloi, al mando de Daniel Koster, realizando una esplendorosa campaña, contra los holandeses rebeldes, a los que en diferentes encuentros, le cogieron muchas piezas de artillería.



En el año de 1597, volvieron a hacerse a la vela y también repitieron sus hazañas contra los rebeldes holandeses, por lo que éstos le apodaron con un mote o sobrenombre, que en vez de envilecerlo, le engrandecía y decía mucho de él <<Zorro del mar>>.



En el año de 1602, como capitán de un buque, participó con la escuadra española apostada en Dunkerque.



En el año de 1606, volvió a participar en otra, en las mismas circunstancias que en la anterior
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En el año de 1609, estaba al mando de una división de once navíos, completamente de nueva construcción, también de apostadero en Dunkerque, pero la firma de la tregua con los rebeldes de los Países Bajos, le impidió el llegar a operar contra ellos.



En el año de 1632, vino a España como almirante, se le ordenó formar una expedición, para transportar a un ejército de cuatro mil hombres y desembarcarlos en Dunkerque, lo cual realizó a pesar de estar bloqueado el puerto, por los buques de los holandeses enemigos.



En el año de 1633, regresó a España, consiguiendo una de sus mayores victorias, pues se batió con una escuadra turca que le salió al encuentro, pero del combate resultaron diez enemigas hechas a pique



Falleció pocos días después en la ciudad de Sevilla en el año de 1633.



Por Real Orden se celebraron grandes exequias, por su persona y con el agradecimiento público del Rey.



Fueron enterrados sus restos mortales en la misma catedral de Sevilla.






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