'


Biografía de don Alonso de Leiva.



Marino español del siglo XVI.



Era uno de jefes más popular y apreciado, de la Gran Armada contra Inglaterra o Empresa de Inglaterra (como la denomina en sus documentos el rey Felipe II), del año de 1588, con el propósito de llevar a cabo la invasión, de éste reino no católico.



En al flota que formó la expedición, Leiva iba al mando de la nao Rata, que formaba parte de la división de vanguardia.



Fue muy distinguido en los combates, en uno de ellos estuvo a punto de poder abordar a una de las capitanas inglesas, pero en el enfrentamiento fue herido en una pierna.



Cuando terminaron los combates y los vientos del Sur, les obligaron a bordear la costa de Escocia, cuando ya comenzaron a poder virar en dirección a España, a la altura de las costas de Irlanda, se apoyó en los conocimientos prácticos de Fitzgerald, quién con su ayuda lograron salvar a la Santa Ana, que estaba a punto de irse a pique, para con ella a remolque entrar en el primer puerto que se pudiera, que no fue otro que el de Blasksod, pero como su buque se encontraba en muy mal estado y con tan sólo un ancla a bordo, para más desgracia el cable de ésta se rompió, al intentar fondear, lo que le obligó a lanzar un calabrote, para sujetarla a las rocas, que transcurrido un tiempo también falló, lo que hizo inevitable que la nao se fuera contra la playa, en la que varo.



Ante esta situación de inminente de vuelco, ordenó a sus hombres que abandonaran el buque, logrando hacerse con un pequeño castillo, al que puso en estado de defensa.
.

'

A muy poca distancia de ellos, permanecía en la misma situación, pero en bastante mejor estado, la galeaza Girona, por lo que ordenó se intentara ponerla banda a banda, para ser reparada y con ella hacerse a la mar.



Una vez reparadas las averías del casco, éste se puso en su posición normal, pero al estar mermado de facultades, por la pérdida de sangre de la herida en la pierna, tuvo que ser trasladado en una silla a bordo, desde donde lo revisaba todo.



Fue reparado el timón, se repararon algunas juntas y colocado un aparejo de fortuna, suficiente para retornar a España, por lo que revisada la galeaza, se hicieron a la mar, tuvieron que sortear los peligrosos pasos de Rossan Point y Foyle Lough.



Pero una vez ya superados, el viento roló, (el dios Eolo no quería que se tocase a la divina Albión) encima se les volvió a estropear el timón, lo que provocó la pérdida de control del buque.



Por efecto del viento y de la marea fueron arrastrados, hasta una zona rocosa donde embarrancaron, quedando por ello la galeaza Girona destrozada.



De éste infortunado desenlace fueron victimas, prácticamente todos los que a bordo iban, pues de mil quinientos, sólo se salvaron nueve, triste final para tan aguerridos hombres.






.