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Marino español del siglo XVI.


Nada se sabe de su lugar y fecha de nacimiento, probablemente era vizcaíno, sólo se empieza a saber de él, al ser nombrado capitán del patache San Lucas, en la expedición que al mando de don Miguel López de Legazpi, zarpa del puerto de Navidad el día veintiuno de noviembre del año de 1564, llevando como Piloto Mayor de ella a Fray Andrés Ochoa de Urdaneta, para la colonización del archipiélago de las islas Filipinas, que fueron bautizadas por don Miguel, como Virreinato de Nueva Castilla.


La expedición estaba formada por cuatro velas; San Pedro, de 500 toneladas; San Pablo, de 400; San Juan, un patache más grande de 80 y el San Lucas, que era más pequeño y de 40 toneladas, pero según el número mencionado por Urdaneta nos falta una, pero es que esta era la fragata que estaba trincada en la popa del San Pedro, como nave ligera y que aprovechando su vela latina y sus remos, podía servir de enlace entre los diferentes buques, así como el poder acercarse a tierra con mayor facilidad dado su menor calado; esta escuadra zarpo del puerto de La Navidad en la medianoche del día veintiuno de noviembre del año de 1564.
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A los diez días de zarpar, ya en pleno océano, el pequeño patache San Lucas al mando de don Alonso de Arellano y pilotado por el mulato Lope Martín natural de Ayamonte, era el buque encargado de ir y venir para controlar a todos los componentes de que no se desviaran de la ruta de la capitana, por lo que Legazpi le había ya llamado la atención de que no se separase más de media legua de la formación, pero le contesto don Alonso, que ‹ de la forma en se le obligaba a navegar el buque encapillaba mucha agua ›, por ello se fue alejando, pero al ser la nave más veloz nada se puedo hacer, al anochecer ya se encontraba como a unas dos leguas de distancia y en la mañana siguiente ya había desaparecido de la vista.


Fueron muy listos y quisieron robar la gloria al verdadero descubridor de la « Vuelta de Poniente », ya que regresaron antes que Fray Andrés de Urdaneta y aprovecharon para escribir una carta al Rey, la cual se conserva, su título es: « Relación de su navegación desde el puerto de Navidad que salió con la armada que iba al descubrimiento de las islas de poniente, de la cual se separó en la noche del 1.º de diciembre de 1564, y sin haberla vuelto á ver regresó á dicho puerto, después de muchos trabajos, en 9 de agosto de 1565=B.M. » Legajo 2.º de papeles tocantes á las islas del maluco y Filipinas, años 1564 á 1608.
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En ella se dice: « En la Relación muy singular y circunstanciada hecha por don Alfonso (aquí hay una diferencia de nombre con la relación de Urdaneta, no se a que es debida) de Arellano, capitán del patache San Lucas, véanse por ejemplo, las líneas preliminares a la descripción del regreso: . . . hablé al Piloto y le dixe; que ya veía en la parte que estavamos, que era fuera de todas las islas: el me dixo, que lo que a mi me paresciese y mas en servicio de S. M. fuese, se hiciese; yo le dixe, que mirase bien lo que deviamos hacer en esta navegación, y que procurase tomar derrota y camino que fuese en servicio de Dios y de S. M. y del salvamiento de todos; y ansi estando pensando lo que haría, tomando la carta en las manos tanteándolo muy bien, y visto los inconvenientes desta navegación me dixo, que lo mejor dello era dar buelta a la Nueva España, pues venia el verano y metidos en el altura por la parte del Norte nos quadrarian los tiempos y harian nuestra navegación, y que ansi era mejor que no ir en poder de Isleños o de Portugueses, como las demás Armadas han hecho que a esta tierra han venido; e yo entendiendo esto, le dixe, que mi parecer era aquel, que más queria morir en la mar en servicio de S. M., que no perecer entre esta gente, y que pues el intento de S. M. era descubrir esta buelta, y nosotros no podiamos topar el Armada, que mi determinación era acavar este viaje o morir. . . . . .»
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Pero la mentira sale a flote cuando arriba al puerto de Acapulco el día ocho de octubre del año de 1565, la nao San Pedro con Fray Andrés Ochoa de Urdaneta, en la que sólo regresaban dieciocho hombre con posibilidades de hacer el esfuerzo, ya que el resto o habían sido arrojado a la mar por fallecimiento, o permanecían a bordo pero enfermos sin poder ayudar en la tareas de marinar.


Fray Andrés Ochoa de Urdaneta hace una relación del histórico viaje, pero como se podrá apreciar, más lacónicamente es imposible, aparte de con una sencillez que casi es imposible describir, por la grandeza de lo que había descubierto, dice así:


«De la vuelta de Cebú para Nueva España, lo que hay que decir es que partimos desde donde quedaron los nuestros en primero de junio de 1565, y en 18 de septiembre vimos la primera tierra en la costa de la Nueva España, que fue una isla que se dice San Salvador, que está en 34 grados menos un sesmo, y a primero de octubre llegamos enfrente del puerto de La Navidad; y no queriendo entrar en él, pasamos al puerto de Acapulco por ser muy mejor puerto que este otro y estar más cerca de México que no el puerto de La Navidad con más de 45 leguas.

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Pasamos mucho trabajo a la vuelta, con tiempo contrarios y enfermedades. Murieron veintiséis hombres hasta surgir en el puerto, y después de llegados a él otros cuatro, y más un indio de la islas de los Ladrones, que envió el General con otros tres indios que envió de la isla de Cebú. Vino por capitán de la nao Felipe de Salcedo, nieto del General, el cual se hubo cuerdamente en su cargo. No trato de cómo se apartó de nuestra compañía a la ida don Alonso de Arellano con el navío San Lucas, porque él mismo ha dado relación de lo que le sucedió en aquel viaje »


Además en documentos se asegura tanto por Arellano como por su piloto Lope Martín, que habían llegado a la isla de Mindanao a fines de enero de 1565, insistiendo en que estuvieron un tiempo buscando a la Armada pero que no la hallaron, por lo que se vieron obligados a partir con rumbo a Nueva España, que el viaje de regreso lo comenzaron el día veintidós de abril y que el día nueve de agosto llegaron al puerto de La Navidad.


Pero además en el transcurso de esta aventura, ocurrieron cosas que se describen que empañan de ser cierta el espectacular brillo de su efectividad, pues en un momento dado y porque dos hombres habían desobedecido, los arrojo vivos a la mar. Pero al presentar los cargos Legazpi de toda esta maraña de mentiras, solo se consiguió que la Real Audiencia, culpara de todo ello a Lope Martín quién al parecer estuvo preso, mientras que Arellano y por sus influencias resulto absuelto de todo cargo, aunque Lope de Martín, consiguió pasar a la historia como una de las peores personas que han existido, pues en algún escrito se le tacha de ‹ monstruo del ser humano ›, por sus crímenes cometidos en una expedición posterior.
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A pesar de que la orden del Rey era tenerlo preso y enviarlo con cadenas a las islas Filipinas, para que don Miguel hiciera lo que creyese conveniente con su subordinado y desertor, sus amistades fueron retrasando el viaje, quedando en media libertad en el virreinato de Nueva España, ya que ni podía regresar a la Península y menos aún volver como había ordenado el Rey al archipiélago filipino.


Sólo se le envió a las islas, al saber del fallecimiento de don Miguel López de Legazpi en el año de 1577, pero al arribar los que habían ido con don Miguel y conocedores de su traición no se lo hicieron pasar nada bien. Comprobado que allí no tenía nada que hacer regresó de nuevo a Nueva España en el año de 1579 totalmente desacreditado, así que se refugió entre la población y falleció un tiempo después.


No se sabe la fecha exacta ni en realidad donde, pero es patente que de Nueva España no salió.



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Voy a ver si puedo aportar algo más que nos ayude a entender quién fue este personaje

1) Se ha dicho que era probablemente vizcaino. No sé en qué se basa esa afirmación.

La familia Arellano pertenecía a la nobleza navarra, y tiene su solar en Arellano. Pero en el siglo XIV se desplazaron a la Rioja, teniendo grandes posesiones y jusrisdicción en Cameros (en donde sucedieron a los señores de Haro), Armedo, etc... El caso de Cameros es especialmente importante, porque fue uno de los tres señoríos soberanos de la Corona de Castilla, junto al de Molina de Aragón (Guadalajara) y al de Vizcaya. Pero, a diferencia de estos dos últimos (que han llegado hasta tiempos recientes, y aun conserva su título entre los del rey de España) el de Cameros desapareció en el siglo XVI. La Corona de Aragón tuvo casos parecidos, pero de muy poca duración (el principal fue el de Albarracín, con la familia Azagra).

A lo largo del s. XI, el centro de gravedad de la familia se desplazó a la Rioja, y aunque siempre mantuvo una cierta vunculación con su solar navarro, fue perdiendo importancia frente a lo que suponía en Castilla.

La familia Arellano estuvo presente en las Indias desde muy al comienzo del Imperio. Pero durante el siglo XVI se centraron exclusivamente en la Nueva España. Y allí hubo Arellanos con título, otros segundones, y otros ilegítimos. La más famosa, Dª Juana (Ramírez) de Arellano, 2ª mujer de Hernán Cortés, con quien casó en 1529 (cuando ya Cortés tenía un título: marqués del Valle de Oaxaca).

Y este y otros cargos pueden explicar las influencias que libraron a nuestro Alfonso de Arellano de una condena merecida, ya que puso en riesgo el éxito de una expedición que, aunque se mantuvo en secreto, tenía como obejtivo incorporar las Filipinas a la Monarquía española (estando, como estaban, dentro de la zona asignada a Portugal en el Tratado de Tordesillas).

2) Las influencias a favor de don Alonso (o Alfonso) de Arellano estaban, indudablemente, en la Nueva España.

Se ha dicho que la Real audiencia de la Nueva España, en México, le absolvió. No es exacto. La Audiencia condenó a Lope Martín, su subordinado (que obedecía órdenes), pero no se pronunció sobre don Alfonso. Fue dando largas, esperando que se olvidar o se muriera el protagonista. Incluso parece que Lope Martín no llegó a cumplir su sentencia, aunque no podía volver a España, ni ir a Filipinas (en donde Legazpi le esperaba, pues se la tenía jurada). Y sólo se embarcó rumbo a Filipinas cuando se supo que Lope de Legazpi había muerto.

Todo lo anterior quiere decir que las influencias estaban allí, y que tenía que haber un grado de parentesco muy fuerte entre don Alonso y, al menos, uno de los dos personajes con más influencia en Nueva España: Dª Juana (la esposa de Cortés), o el II virrey, don Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón (que podría ser pariente cercano de su madre).

Y estaban allí porque intentaron, por todos los medios, que aquello no trascendiera a la Corte, en donde era menos probable que le hubieran amparado.

3) ¿Qué tipo de parentesco podía tener don Alonso, o cuál podría ser su origen?

- Desde luego, no era noble con título, porque se sabría más de su vida (a pesar de su "hazaña"). Todos los títulos nobiliarios cponservan la historia de los que lo han detentado.

- ¿Podía ser un segundón? Quizás, pero entonces se sabría algo más de él (incluso sabiendo que su familia tendería a tapar y borrar los datos existentes sobre don Alonso).

- ¿Podría ser un hijo ilegítimo?. Es lo más probable. Tanto los plebeyos, como los nobles ilegítimos y sin título (es decir, los hijosdalgo) utilizan un sólo apellido (los otros pueden utilizar uno, pero se les conocen más), y este es el caso de don Alonso.

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También podemos pensar, que incluso no nació ni en la Península, ya que si los Arellano estuvieron desde el principio en Nueva España, es muy posible que fuera nacido en ella.


Y quizás el parentesco, fuera mucho más allá y fuera un hijo ilegitimo pero de los "importantes" de ahí su protección.


¿Pero si Cortés se caso en 1599, en 1565 cuando sucede el hecho, no pienso que tuviera mucho que ver?


Gracias por la aportación.


Un abrazo.
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4) ¿Cuál sería el parentesco con la línea principal de los Arellano, y/o con los Velasco, si es que lo hubo?

Pues, aunque no tenemos datos de él, tenemos datos de un Lope de Arellano, que llegó a desempeñar cargos de importancia en la Nueva España (fue alcalde de varias ciudades) y, en sus primeros años, marino. Y este personaje podría tener un parentesco estrecho con don Alonso (podría ser su hermano).

De don Lope se sabe que nació en Arnedo (una de las villas principales del señorío de Cameros), y que fue hijo ilegítimo de don Alonso Ramírez de Arellano (III conde de Aguilar de Inestrillas, fallecido en 1522) y de Dª María de Velasco (otro de los tres grandes linajes riojanos de la época, junto a los Manrique, y con muy buenas relaciones con los Arellano).

Don Lope, como hijo ilegítimo, sólo usa un apellido, incluso conociéndose (como es el caso) quiénes fueron su padre y su madre, con sus respectivos apellidos.

Don Lope estuvo embarcado en la expedición al Mar del Sur de Diego de Becerra (1534; debía tener 14-15 años). Después, en una expedición naval a California. En 1550 disponía de una importante hacienda de ganado en Zapotecas. En 1551-52, fue corregidor de corregidor de Molango y Malina. Y alcalde mayor de Colima entre 1557 y 1560.

Don Alonso Ramírez de Arellano y Zúñiga fue el III Conde de Aguilar, por ser el primogénito de don Carlos Ramírez de Arellano (II Conde). La hermana que le seguía en orden de nacimiento era, precisamente, la ya citada Dª Juana (Ramírez) de Arellano y Zúñiga, 2ª esposa de Hernán Cortés y, por tanto, tía carnal de su sobrino (ilegítimo) don Lope.

Pero, además, su madre, Dª María de Velasco, era pariente (aunque no sé en qué grado) del 2º virrey de Nueva España: don Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón.

Don Lope tuvo que nacer, como muy tarde, en 1522-23. Pero, puesto que el padre le reconoció como hijo, podría ser que diera a un presunto hijo ilegítimo mayor el nombre Alonso, que se repite tanto en la familia. Esto ya es una hipótesis, desde luego, que no puedo demostrar. Pero si esto hubiera sido así, tendríamos una explicación a las influencias, y podríamos aventurar que nació en Arnedo, antes de 1522.

(Creo que merece la pena dejar constancia de esta conjetura, por si alguien dispone de mejores medios que permitan investigar -incluso demostrar- lo que aquí se aventura).