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Navio de 74 cañones, construido en Cartagena. Entró en servicio en 1772.


En abril de 1778 queda al mando del capitán de navío don José de Mazarredo. A su mando realizó cruceros de prácticas con guardiamarinas, sindo considerado por algunos como el primer buque escuela de la Armada.


El 3 de mayo de 1778 zarpa de Cartagena con las fragatas Santa Mónica y Santa Lucía para luchar contra los corsarios berberiscos en la costa argelina, capturando dos embarcaciones enemigas bajo los fuegos de las baterías de Argel. El 22 de mayo recalan en el puerto de Alicante, pasando luego al de Cartagena.


Zarpa de Cartagena el 1 de julio con las dos fragatas anteriores para escoltar un convoy de tropas a Orán. Regresan a Cartagena y el 10 de julio zarpa de nuevo para Barcelona a fin de recoger cañones y pedreros que son llevados a Cartagena el 13 de septiembre. El 18 de septiembre Mazarredo deja el mando del navío, que pasa de nuevo a su anterior comandante, el capitán don Jacinto Serrano. Mazarredo había aprovechado estos cruceros para hacer levantamientos hidrográficos de la Península.


El 30 de abril de 1779 entra en Barcelona con el navío San Genaro, de nuevo al mando del capitán de navío don José de Mazarredo. Embarcan marinería para el departamento de Cartagena y zarpan el 2 de mayo rumbo a Mallorca.


El 22 de junio de 1779, al declararse la guerra contra Gran Bretaña, se encuentra en el puerto de Cartagena. Zarpa con el navío San Genaro para incorporarse al bloqueo de la plaza de Gibraltar en julio de ese año, con la escuadra de bloqueo al mando de don Antonio Barceló.


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En septiembre de 1780 paso con dos fragatas a Cartagena. Durante la travesía, una de ellas, la fragata Santa Mónica, represó un pingüe genovés a un corsario argelino.


En abril de 1782 se encuentra en Cádiz con la escuadra del teniente general don Luis de Córdoba. Con la misma escuadra participa e la batalla de cabo Espartel el 21 de octubre de 1782 contra la británica del almirante Howe, siendo su segundo comandante el capitán de fragata don Francisco Herrera y Cruzat.


En agosto de 1783, con la escuadra al mando del teniente general don Antonio Barceló, participa en el bombardeo la plaza y campaña de Argel (ver navío Terrible).


Es mandado armar el 4 de febrero de 1793 junto al navio San Vicente . En 1793 zarpa de Cádiz con la escuadra del teniente general don Gabriel de Aristizabal rumbo al Caribe, participando en enero de 1794 en la toma del fuerte Delfín, isla de Santo Domingo. Estaba al mando del capitán de navío don Juan Herrera Dávila, siendo su segundo el teniente de navío don José Rodríguez de Arias.


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El 3 de marzo de 1794, después de diecinueve días de navegación, llega al puerto de Bayajá desde La Habana al mando del jefe de escuadra don Francisco Javier Muñoz con otros buques de guerra, la fragata Nuestra Señora de la O y las urcas Santa Librada y Santa Florentina, llevando caudales para Santo Domingo, Puerto Rico e isla de Trinidad, además de 1.224 hombres de tropa, 834 del Regimiento de Nueva España, 331 de los batallones de La Habana y 50 artilleros. En julio de 1794, siendo el navío insignia del jefe de escuadra don Francisco Javier Muñoz, quedó patrullando las aguas de la costa de Santo Domingo con el navío San Ramón y la fragata Nuestra Señora de la O, mientras el resto de la escuadra del teniente general Aristizabal pasaba a La Habana a reparar y reponer víveres. Más tarde tuvo que regresar también a La Habana por la gran cantidad de enfermos que tenía a bordo.



En junio de 1795 llega a Veracruz desde la Habana al mando del capitán de navío don Juan Herrera Dávila. Zarpa de Veracruz el 19 de agosto para regresar a La Habana llevando caudales, harina, presidiarios y gente de mar para la escuadra de La Habana, acompañado de la fragata particular Nuestra Señora de la Concepción .



Finalizada la guerra con la República francesa regresa a la Península. A finales de 1796 se encontraba en la escuadra del Océano basada en Cádiz. Fue desarmado junto a otras unidades para completar las dotaciones de la escuadra (ver navío España).



Por un Real Decreto del 10 de junio de 1808, fechado en Madrid y firmado por el duque de Berg, se debía hacer una recorrida al navío en Cádiz y ponerlo en servicio. Es dado de baja en 1809.





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