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Construido en el astillero de Esteiro, El Ferrol, en 1754 por el sistema de construcción de Jorge Juan. Pertenecía a la serie conocida como “Apostolado” (ver navío
Oriente). Su nombre religioso era San Dámaso.
A mediados de 1754, al mando del capitán de navío don Francisco Lastarría (ascendido el 20-03-1754), realiza viaje a Cádiz desde El Ferrol realizando misiones de corso hasta diciembre de ese año, siendo su segundo comandante, el capitán de fragata don Bernabé de Urcullu.
En abril de 1755 se encontraba desarmado en el arsenal de La Carraca, donde se le descubre que hace mucho agua y sus maderas se pudren con mucha facilidad, al igual que otros navíos construidos por el sismo sistema. A partir de agosto de 1755 se les hacen varias reformas que recuperan elementos característicos del antiguo método de construcción de Gaztañeta.
Entre 1759 y 1761 se encontraba con base en Cartagena destinado a combatir a los
corsarios argelinos, con la flota del jefe de escuadra marqués del Real Transporte.
El 4 de marzo de 1761 zarpa de Cartagena con el navío
Soberano y llegan a Cádiz el 24 de ese mes, llevando a bordo a 650 hombres del segundo batallón del regimiento de infantería Aragón, 327 de ellos en el
Aquilón. En Cádiz se unen a los navíos
Tigre,
Asia,
Vencedor y
Conquistador, que al mando de Gutierre de Hevia, marqués del Real Transporte, zarpan el 14 de abril de 1761 y llegan a La Habana el 27 de junio (ver navío
Tigre) después de dejar parte de las tropas en Puerto Rico y Santiago de Cuba. Allí le sorprende el ataque de la escuadra inglesa de Pocock el 6 de junio de 1762, contando con 564 tripulantes. Murió su comandante, el capitán de navío don Vicente González-Valor y Bassecourt, el marqués González, en la defensa del Morro, siendo sustituido por el capitán de fragata don Diego Argote.
El 9 de junio fue colocado en la orilla de las ensenadas de Regla y Guanabacoa (ver navío
Tigre). El 24 de junio recibió setente y ocho disparos de las posiciones británicas matando a dos tripulantes Al día siguiente, el navío
Aquilón recibió un duro castigo y se le apostó en la ensenada de Atarés. Con la rendición de La Habana, el navío es capturado, sirviendo en la Marina británica con el mismo nombre hasta 1770.
Citar:
Bibliografía
Revista General de Marina, agosto 1980, J. L. Alcofar Nassaes, "Los tres puentes españoles".
Revista General de Marina, agosto-septiembre 1983, Enriuque Manera Regueyra, "La política naval española del rey Carlos III".
Revista de Historia Naval, año 2006, nº 94, Gustavo Placer Cervera, "Los marinos españoles en la defensa de La Habana en 1762".
Cesáreo Fernández Duro, SIsquisiciones náuticas", Tomo V.
José Quintero onzález, "La Carraca. El primer arsenal ilustrado español, (1717-1776)".
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