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Botado en Guarnizo el 6 de febrero de 1769. Pertenece a la misma serie que el navío
San Juan Nepomuceno, siendo el último de los construidos.
A primeros de 1770 se encontraba alistado en El Ferrol. En julio y agosto de 1770, acompañado del navío
Guerrero, participó en las pruebas de mar del navío
Santísima Trinidad, todos al mando del jefe de escuadra don Pedro Castejón.
El 18 de agosto de 1774 (ó 3 de agosto según fuentes) zarpa de Cádiz rumbo a Veracruz al mando del capitán de navío don Martín Antonio de Lastarría y Sendagorta formando división con el navío
Astuto y las fragatas
Santa María Magdalena y
Santa Rosalía, llevando a bordo al regimiento de infantería de Galicia. En alta mar, a la altura de Santa Cruz de Tenerife, varió su derrota obedeciendo órdenes reservadas y se dirigió a Montevideo con la fragata
Santa Rosalía, a donde llegan el 10 de noviembre (ver navío
Astuto). Llegó a su destino acompañado de las fragatas
Nuestra Señora de la Asunción,
Santa Rosalía,
Santa María Magdalena y las urcas
Santa Florentina y
Anónima, llevando a bordo los dos batallones del regimiento “Galicia”. En 1778 seguía al mando del capitán de navío don Martín Antonio de Lastarría, con el que fue a la isla de Santa Catalina y participó en las operaciones de la Armada contra Portugal en el Atlántico Sur. Regresó a Cádiz el 17 de julio de 1778 con los navíos
Monarca,
San Dámaso y
América.
Al comenzar la guerra con los británicos en junio de 1779 se encontraba carenándose en Cádiz. Estuvo después en un crucero por la costa portuguesa al mando del capitán Mendizábal. A finales de ese año, 13 de octubre, se incorpora a la escuadra del brigadier don Juan de Lángara y Huarte al mando del capitán de navío don Ignacio de Mendizábal Vildosola. Cerca del cabo de Santa María esta escuadra es sorprendida el 16 de enero de 1780 por la británica al mando de George Rodney, que escoltaba un convoy de socorro a Gibraltar. Durante la batalla, el
Santo Domingo hizo explosión y se hundió con toda la tripulación (ver navío
Real Fénix). El rey Carlos III dispuso que la viuda del comandante Mendizábal disfrutara del sueldo de su esposo y a su hijo le costeó la educación y carrera.
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Bibliografía
Revista de Historia Naval, año 1995, nº 50, José María Blanco Núñez, "Los Jovellanos, una familia marinera".
Carlos Correa Luna, "Campaña de Brasil, antecedentes coloniales", Tomo III.
Carlos Gutiérrez de los Ríos, "Vida de Carlos III".
Juan Alsina Torrente, "Una guerra romántica, 1778-1783".
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