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Biografía de don Francisco Javier Morales de los Ríos.



Teniente general de la Real Armada Española.



Nació en la ciudad de Córdoba.



El día dieciocho de enero del año de 1747, ingresó en la Armada sentando plaza en al compañía del departamento de Cádiz.



Fue ascendido a alférez de fragata el día cuatro de octubre del de 1752.



El día veinte de marzo del año de 1754, se le ascendió a alférez de navío.



De oficial subalterno, viajó por los dos hemisferios y todos los océanos, teniendo sus primeras armas, en los enfrentamientos con los berberiscos en el Mediterráneo.



Se le ascendió a teniente de fragata en el día nueve de marzo del año de 1758.



El día trece de julio del año de 1760, fue ascendido a teniente de navío, con este grado iba de segundo en la fragata Hermione, con la que tubo un combate contra dos británicas, frente a las costas de Portugal, en la que resulto apresada la fragata y lo que quedaba de la tripulación.



Como siempre se celebró un consejo de guerra por la pérdida de la fragata, fue condenado y se le suspendió de empleo durante dos años, en los que además tenía que servir como aventurero en los jabeques, que estaban continuamente enfrentándose a los moros.

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Al comandante Juan de Zabaleta salió mucho peor parado, pues se le privó del empleo y en prisión por diez años, degradándosele delante de todas las dotaciones y oficiales, de los buques surtos en la bahía de Cádiz a bordo del navío Guerrero.



Cuanto tubo cumplida su condena se reincorporó, volviendo a embarcar sirviendo muy airosamente y cumpliendo con toda normalidad, todas las comisiones y servicios que se le encomendaron.



Fue ascendido a capitán de fragata el día veintiuno de abril del año de 1774, en este grado estuvo al mando de varios buques.



El día seis de julio del año de 1776, se le ascendió a capitán de navío, en este empleo, continuo su buen hacer, estando al mando de varios navíos.



El día diecinueve de junio del año de 1781, fue ascendido a brigadier.



Se le ascendió a jefe de escuadra el día veintiuno de diciembre del año de 1782, con este grado, se le encomendó el mando del apostadero de La Habana, en que permaneció durante el tiempo de tres años y cuatro meses.



A su regreso a España, lo hizo al mando de una de las flotas de Indias, que como siempre venía con muchos caudales y productos de aquellas tierras, realizando el viaje sin novedad, a pesar de la estricta vigilancia que ejercía sobre nuestras rutas de navegación la Real Marina Británica, a la que supo burlar y llevar a cabo su misión.

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En el año de 1790, se le dio el mando como segundo, de la escuadra del marqués del Socorro, arbolando su insignia en el navío San Carlos, realizando la campaña del cabo de Finisterre, previamente reunida con la salida de El Ferrol al mando del general López de Carrizosa.



Al regreso de esta expedición, llegó a Cádiz y fue nombrado comandante del apostadero de Algeciras, realizando con las lanchas cañoneras y bombarderas, los combates contra Gibraltar y enfrentándose con las fuerzas navales británicas.



El día uno de marzo del año de 1791, fue ascendido a teniente general.



El día veinticuatro de septiembre del año de 1792, se formó una expedición de castigo sobre la plaza de Tánger, con una división a su mando compuesta de las fragatas Catalina, donde enarbolaba su insignia y la Dorotea, la balandra Primera Resolución, los jabeques Gamo y San Blas, seis lanchas cañoneras y otras tantas bombardera, llegaron a la plaza y comenzó el bombardeo, lanzando sobre ella ciento cincuenta y seis bombas de catorce pulgadas y doscientas setenta y nueve balas rasas, sufriendo por su parte algunas bajas y averías, por la efecto de la artillería de la defensa.



El día veintitrés de noviembre de este mismo año, el Rey, por los excelentes servicios prestados, sobre todo por la actuación de las cañoneras desde el apostadero de Algeciras, le concedió el título de conde de Morales de los Ríos.



En el año de 1796, se le otorgó el mando de la escuadra del Mediterráneo, sustituyendo en él puesto al general don José de Mazarredo, arbolando su insignia en el navío de tres puentes Purísima Concepción; la escuadra estaba compuesta por diez navíos y once fragatas.

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A finales de este año, estando en el arsenal de Cartagena y por orden superior, esta escuadra quedó unida a la del Océano, al mando del general don José de Córdova, quedando Morales de segundo jefe de la unificada escuadra.



El catorce de febrero de 1797, ésta escuadra fue atacada por la británica del almirante Jervis, desafortunada acción en la que quedaron cuatro de nuestros navíos en poder del enemigo.



Como era preceptivo todos los mandos desde el jefe de la escuadra hasta el último comandante sufrieron un consejo de guerra.



A don José de Córdova, se le consideró que, aunque como general no se le podía aprobar su conducta, la opinión publica le perdonaba por la valerosa reacción de meter su buque; el navío de cuatro puentes e insignia de la escuadra Santísima Trinidad, en el centro del combate para con ello librar de él a otros navíos menores.



Pero en cambio a Morales de los Ríos, no realizó nada que demostrase su espíritu de combate, ya que su navío casi no entró en combate.



Por lo que la sentencia, le condenó a la pérdida de empleo por diez años.



En el año de 1808, se le ordeno regresar al servicio con el mismo grado, pero lo hizo como teniente general jubilado.



Falleció en el año de 1815.