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Era hijo de don José Ignacio de Mendoza Guerrero y de su esposa doña María Morillo, de familia noble y acomodada.


Nació en la ciudad de Sevilla el día diecinueve de septiembre del año de 1763, pero lo hizo en casa de su abuela doña María Nemesia de los Ríos, de ahí el que al hacerse un joven, trocara su apellido por el de su abuela, que han sido con los que ha pasado a la historia, pero que no eran los auténticos.


A los doce años comenzó su carrera militar, haciéndolo en el ejército, está muy claro que era su vocación. Siendo cadete en el regimiento del Rey, pidió y se le otorgó, el pase a la Real Armada, siendo ascendido al incorporarse al grado de alférez de fragata.


Sus primeros embarcos los realizó en los navíos América y Oriente, pero aún no había cumplido los trece años de edad.


Antes de cumplir los quince años de edad, fue ascendido a alférez de navío, salió en la urca Santa Inés, con destino a las islas Filipinas, ésta en su navegación fue atacada por unos enemigos, que después de un muy duro combate la apresaron, así comenzó su primera batalla y bautismo de fuego, cayendo prisionero y llevado a Cork en Irlanda.


El día diez de septiembre del año de 1782, le designó el propio duque de Crillón, como su ayudante, por lo que estuvo a sus órdenes en el ataque al peñón, que se efectuó en la noche del día trece.
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En el ataque al peñón de Gibraltar por las famosas como desafortunadas, baterías flotantes, el mando lo consideró tan a propósito para ello que se le otorgó el de una de ellas, la Rosario, siendo una de las diez que llevaron el ataque y que como sabemos acabo en un fracaso total, al ser incendiadas por las <<balas rojas>>, que desde la fortaleza se les lanzaban.


Cuando se finalizaron las operaciones del ataque, recibió la orden de transbordar al navío Arrogante, con el que efectuó la consabida navegación, de cruzar por el cabo de San Vicente, en protección del tráfico mercante, procedente de las Indias.


En el año de 1786, estaba destinado en la capitanía del puerto de Cádiz, pero se le ordenó embarcar, asignándole como ayudante de la Mayoría General de la escuadra, estando embarcado en la fragata Santa Rosa.


Con sólo veinticuatro años, se vió con los suficientes conocimientos, encontrando huecos en su vida, para escribir una notable obra <<Tratado de Navegación Astronómica>>, que fue impresa por orden Real, en dos volúmenes, en el año de 1787, en Madrid. La aparición de esta obra le procuró tanto renombre, que los superiores supieron apreciar la labor realizada, por lo que le ascendieron a capitán de fragata.


Como había demostrado su valía, los mismos que le habían ascendido, le designaron a un puesto de menos peligro, por lo que fue comisionado para realizar varios trabajos científicos, para lo que tubo que desplazarse al Reino Unido, pues en éste país las ciencias de las matemáticas y la astronomía, estaban más avanzadas, realizándolo a su entera satisfacción y penetrando en el conocimiento de los adelantos concernientes a la Armada y la navegación.
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También y por petición del Gobierno, se dedicó a la compra de libros, para formar una selecta biblioteca de todos los temas concernientes, a las ciencias aplicadas a la construcción y navegación de buques, con destino al departamento de Cádiz; siendo ascendido a capitán de navío, por su meritoria labor.


En el año de 1795, publicó en Madrid, un nuevo libro: <<Memoria sobre algunos métodos nuevos de calcular la longitud por las distancias lunares, y aplicación de su teoría a la resolución de otros problemas de la navegación>>.


La Sociedad Real de Astronomía de Londres, le nombró miembro en el año de 1797.


En el año de 1800, también por Real Orden, se publicaron uno de sus más famosos trabajos <<Tablas>>, de y para los navegantes, alcanzaron tal fama, que tardaron muchos años en ser sustituidas, de los centros de enseñanza, tanto nacionales como extranjeros.


Se aplicó en la construcción de instrumentos de reflexión, que acortaban notablemente los procedimientos, para calcular la longitud por observación, tomando como base el astro lunar, basándose en sus amplísimos conocimientos, sobre la astronomía y las matemáticas, que le granjearon grandes amistades.


En el año del combate de Trafalgar, el seguía en el Reino Unido, además se publicaron en Londres sus famosas <<Tablas>>, que fueron mejoradas en una segunda edición, impresa en el año de 1809.
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Estando en ésta ciudad, recibió una Real Orden, en la que se le comunicaba <<que quedaba separado del servicio, sin goce de sueldo, fuero, ni uso de uniforme>>; nunca se llegó a saber el motivo que provocó esta medida.


Cuando estalló el alzamiento nacional del dos de mayo de 1808, la Junta Central de Sevilla y muy particularmente, el ministro de Marina, general Escaño, trataron por todos los medios que regresara a España, pero nunca se obtuvo una respuesta por parte de él afirmativa.


Prosiguió realizando sus trabajos de astronomía náutica, los cuales le absorbían casi todo su tiempo, pues era su mejor consuelo a tanto despropósito.



Entre sus papeles, existe una carta suya, que dirige al general Espinosa y Tello, que era paisano suyo y amigo, escrita unos diez meses antes de fallecer, en la que le dice entre otras cosas: <<que tenía entre manos unos trabajos de tal envergadura que no le dan a abasto dos calculadores, y que al regreso a Londres, tomaría cuatro o cinco más>>.


Se suicidó en Brighton, en Inglaterra, el día tres de marzo del año de 1816, con cincuenta y tres años de edad.


Al principio se pensó que había realizado el acto, llevado por los apuros económicos, que se le suponían, al dejar de percibir el salario de marino de España, pero al poco tiempo se descubrió, que un banquero llamado Campbell tenía depositados a su nombre, más de sesenta mil duros.


Por lo que descartadas las posibilidades normales de la época, se llegó a la conclusión que debió de ser un extravío mental, y al parecer por los inconvenientes y discusiones familiares, que le atormentaban, llevándole al acto final de su existencia.



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